Mi vida sin μ's
Sinopsis: [AU] El camino a la escuela fue el mismo de siempre. El anuncio del cierre sorprendió a menores y a mayores. "La preparatoria Otonokizaka cerrará sus puertas a nuevos ingresos a partir del próximo año". El destino no favoreció el rescate de la antiquísima institución, aunque puede que si a cierta chica se le hubiera hecho tarde ese día todo hubiera cambiado
¿Qué es un sueño que nunca se soñó? ¿Qué es lo que sucedió en el cielo que nunca llenó el espacio para sus nueve nuevas estrellas? Y más importante, ¿qué fue de ellas?
Parte 1. Jardín dicotómico
Capítulo 3: Primavera
El campus abierto será en un mes. Después de una dura negociación, la directora Minami había aceptado recorrerlo un poco más. Había sido una colectiva voz dirigida por las estudiantes, los profesores e incluso su propia hija. El plan era convertir al solsticio de verano en la fecha ideal para el campus abierto, así que se festejaría durante el primer fin de semana del verano, con tiempo suficiente para recibir las solicitudes de las chicas que se animaran a entrar al ciclo siguiente.
Así pues, ya tres meses habían pasado desde que la directora Minami nos dio a Eli-chi y a mí el ultimátum frente a esos cerezos nacientes. Ahora se ven bastante mejor, llenos de pétalos preciosos y vida. Irreconocible era su imagen hoy sobrepuesta con la de hace un mes. Era un perfecto contraste con lo que había pasado con nuestra sala del consejo estudiantil.
La antes calmada oficina de nuestro consejo se convertía, como cada viernes desde entonces, en el último bastión de nuestra preparatoria. Cada semana, Eli-chi invitaba a reunirse a las presidentas de los clubes para discutir la logística, los recursos y la planeación de la actividad que cada uno querría hacer ese día. Todas estaban bastante involucradas; incluso los clubs que no encontraron una actividad con la que participar de forma directa el día del campus abierto, cooperaban como el magnífico equipo de montaje y soporte. Era un esfuerzo conjunto de más de la mitad de estudiantes, todos liderados por nuestra flamante presidenta.
El día después de hablar con la directora Minami, Eli-chi y yo escribimos juntas un discurso, que emotivamente recitó mi presidenta en el auditorio, antes de publicarlo en todos los medios escolares. Los resultados fueron magníficos, y aunque la indiferencia no fue nula, incluso la mayoría de los profesores se unió a la iniciativa, principalmente como equipo de montaje y soporte. Casi ningún club se quedó sin responder al llamado de Eli-chi, y aunque la indiferencia reinaba sobre todo en nuestra clase de primer año, la mayoría de las estudiantes de segundo y tercero, que ya conocían el compromiso de Eli-chi, no titubearon en unirse.
—El club de teatro quiere pedir permiso para disponer del auditorio el día del campus abierto — dijo la presidenta, una chica alta con la que había compartido clases Eli-chi desde primer año. —Planeamos montar una pequeña obra de teatro.
—¡El club de música igual requiere del auditorio! —respondió de inmediato la presidenta de ese club — Hemos estado ensayando arduamente; nos gustaría tener la oportunidad de demostrar que nuestro nivel no tiene nada que envidiarles a las otras escuelas de la zona.
Eli-chi chasqueó la lengua.
—Creo que podemos coordinar las cosas de forma tal que ambos clubes puedan hacer su demostración, es de lo que se trata. Podemos, dejar, no lo sé, ¿una hora entre ambas demostraciones? Mientras las visitantes tendrán la oportunidad de visitar el resto de actividades que estarán preparando los otros clubs en el patio.
—¿Podremos realizar el montaje de ambos espectáculos a tiempo? —dijo otra de nuestras invitadas, una chica de cabello castaño con ojos azules, que junto a sus dos amigas se hacían cargo del audio, escenografía y luces en el auditorio. —Mi equipo y yo somos capaces de montar lo que se necesite, pero hacerlo en el transcurso de una hora —dijo un poco nerviosa—, creo que es nuestro límite.
—¿Qué pasa si no están solas? —interrumpió la presidenta del club de astronomía, una chica bajita con la que había tomado clases en mi segundo año—. Somos cinco, contándome, en el club de astronomía, y las cinco somos de tercer año. Somos un club que está a punto de desaparecer y no tenemos ni los números ni la capacidad de montar algo a la altura de los clubes más grandes. Si necesitan más manos, pueden contar seguro con nosotras cinco.
—Bien, creo que es una solución, ¿qué te parece Hideko? ¿Esas diez manos extras son suficientes para conseguir esta hazaña? —Le pregunté a la chica castaña. —¿Ustedes están bien con mantenerse al margen de las actividades, Sora? —volteé a ver a la chica que vivía con los ojos fijos en el cielo —¿Ya lo hablaste con las otras chicas?
—Nuestro club fue un proyecto que empezamos por nuestro amor por las estrellas el año pasado, y Tojo-san y Ayase-san nos lo permitieron aún sabiendo que con nuestros telescopios caseros no íbamos a descubrir una galaxia nueva —dijo la presidenta, mirando a Eli-chi por el rabillo del ojo —. Es momento de que seamos recíprocas. Daremos nuestro mejor esfuerzo, ellas están de acuerdo conmigo.
"Gracias, de verdad. Gracias".
Aunque la expresión estoica de Eli-chi, sólo se había moldeado hacia una pequeña sonrisa y un ligero gesto con la cabeza de aprobación, yo podía escuchar una laguna de agradecimiento cada que alguna de las presidentas tenía un gesto como este.
—Gracias por tu amabilidad Sora-san, ¿qué opinas Hideko-san?
La chica de segundo año miró encantada que el personal a cargo del auditorio en un abrir y cerrar de ojos se había duplicado.
—¡Es genial! ¡Muchas gracias Sora-san! —dijo, haciendo una reverencia — Será un gusto trabajar juntas.
—Bien, creo que ese asunto está arreglado entonces —, dije, aplaudiendo ligeramente con una sonrisa. —¿Algún avance importante con las ilustraciones, Akemi-chan?
Una chica pelinegra, con el cabello amarrado en una trenza hacia la derecha volteó a ver a Eli-chi directamente.
—Presidenta, todas estamos trabajando por terminar las ilustraciones que nos pidió. Planeamos traer la otra mitad que nos hace falta la próxima semana. Además, algunas chicas quisieran mostrar las obras que han realizado en los últimos dos años, y unas otras quieren añadir de sus propias contribuciones obras originales de su sentir hacia nuestra escuela. Me gustaría pedir su permiso para tomar algún pasillo para exponerlas. —su tono de voz nasal ya no denotaba el mismo instinto nervioso que tenía cuando iba en primer año, pero no había disminuido en absoluto. La ahora presidenta del club de arte parecía, no sólo físicamente, una persona totalmente diferente.
—Muy bien, Fujibayashi-san. Pueden disponer del pasillo del primer piso. Makumi-sensei y la directora Minami darán un recorrido al edificio académico, pero podemos arreglar que el primer piso quede disponible para el club de arte. —dijo Eli-chi, manteniendo un tono formal.
Akemi hizo una mueca antes de asentir. Sabía muy bien que había ciertas cosas de esa primera planta que no le provocaban un gran agrado.
—No estará ni cerca de Otonokizaka ese día, no hay de que preocuparse —le dije intentando mantener un tono amigable —. Es por algo que no ha venido a ninguna hasta ahora.
Akemi me volteó a ver con una mueca de molestia.
—Eso no tiene nada que ver. —dijo con un tono nasal menos maduro que el de su primera intervención. Carraspeó un poco antes de corregir su postura —Gracias por el espacio, Ayase-san, no le vamos a fallar.
El club de arte nos había dado su apoyo incondicional desde la primera junta. Akemi había sido un gran apoyo para nosotras, y después del consejo estudiantil, su club era el que más estaba trabajando por el campus abierto.
En el terreno de lo personal, Akemi y nosotras no éramos amigas. De hecho, la tensión en el aire se sentía en cada junta. Sin embargo, el apoyo de Akemi era invaluable. Incluso si Akemi y Eli-chi habían sido rivales desde hacía ya más de dos años por ver quién era la chica más inteligente de Otonokizaka, la chica de ojos ámbar no dudó en ayudar a Eli-chi en cuánto se publicó la información del cierre. No podía decir lo mismo de otra chica a la que en su momento había ayudado a formar un club.
—Bien, permítanme contarles entonces acerca de nuestros avances. —dijo la entrenadora en jefe del club de atletismo. —Como se acordó la semana pasada, estaremos trabajando juntas con el club de arquería para una demostración de la proeza deportiva de nuestra institución. La entrenadora de arquería y yo acordamos que nuestras respectivas promesas den una demostración de sus habilidades; yo, tengo a una chica de primer año muy prometedora entre mis filas, y ella ya tiene seleccionada a una excelente arquera. Si todo sale bien, las presentaremos ante esta comitiva dentro de dos semanas, listas para el campus abierto.
—Bien, pues aún nos queda poco más de un mes antes del gran día, entonces una demostración sería una forma adecuada de motivarlas a dar su mejor esfuerzo —dijo Eli-chi complacida—. Igual es bueno ver que hay gente de primer año involucrada en el campus abierto, será una mejor forma de llegar a las chicas que son jóvenes ver a chicas sólo un año mayores a ellas ya consiguiendo cosas buenas en la escuela. —Volteó a ver a la presidenta del club de música —, ¿es posible presentar algo similar con el club de música?
—He estado viendo y practicando con las chicas que entraron; ninguna podría tocar en un concierto que represente Otonokizaka —dijo nerviosa la presidenta del club de música. —Discúlpeme Eli-san, no creo que sea correcto arriesgar al club mandándolo a algo así.
Interrumpí. Esta última estaba demasiado tensa.
—No, no, creo que tienes razón si lo pones de ese modo, Hideki. Tú también mejoraste mucho con la práctica, ¿verdad? —la volteé a ver con una sonrisa. Ella asintió, un poco más calmada. —Bien, en ese caso, tus nuevas chicas igual crecerán con tiempo. Usa a quienes crean que puedan dar una buena impresión.
Volteó a ver titubeantemente a Eli-chi, quien se limitó a asentir con una mano en las sienes.
"¿Cómo las calmas tan rápido, Nozomi?" detrás de sus dedos sentí su mirada sobre mí. Le regresé la mirada con una sonrisa.
—Muy bien, ¿alguien más tiene algo que añadir? —dijo Eli-chi, retomando su postura.
Nadie respondió.
—Bien, en ese caso, es momento de que el consejo reporte sus actividades. La vicepresidenta Tojo puede comenzar —dijo, sin haber quitado la mitad de mí.
Tomé la palabra de inmediato. Yo también quería presumirle a Eli-chi lo que había estado haciendo, aún cuando no platicábamos casi nunca de alguna otra cosa.
—Difusión. Hemos estado trabajando en ello. He estado recorriendo templos locales dejando toda la información del campus abierto. Las jóvenes que lo visiten se enterarán de nuestro evento, así como sus familiares si es que lo visitan. Como siempre, les pido que si alguna de ustedes tiene alguna hermana en edad de entrar a la preparatoria pronto, no olviden comentar con ella nuestro evento, y que invite a sus amigas. —dije, ahora sí intentando mantener yo el tono serio que rara vez usaba en esta sala. —Partiendo de lo mismo, considero que no hay mejor forma de darle difusión a nuestro evento que yendo en persona a las secundarias. He intentado acercarme con las autoridades de las secundarias locales para permitir la difusión ahí. Dos de ellas ya aceptaron publicar nuestro panfleto en su boletín. Como siempre, gracias a Akemi y al club de arte por el precioso diseño, esperemos tenga un impacto positivo. No olviden que en el consejo estamos muy agradecidas con el trabajo que están haciendo todas por la escuela. Sigamos esforzándonos por salvar Otonokizaka. Eli-chi, ¿tienes algo más que agregar?
—Números. Aún tenemos solamente once aspirantes. Esto no nos beneficia. Tenemos un mes para conseguir por lo menos veinte más para cumplir con el número que me pidió Minami-san para revocar la decisión de cierre. El evento es nuestra más grande oportunidad para conseguir alumnas nuevas, y espero que nos permita conseguir por lo menos quince aspirantes. —dijo con un tono serio, puesto que la situación no era para nada sencilla. Me sorprendió lo que hizo después —Aun así, recuerden, que es muy importante la historia que tiene nuestra institución. No puedo permitir que cierre. Por favor, si conocen a alguien que esté en edad de entrar a la preparatoria, pídanle que se deje sorprender por todo lo que estamos realizando. Necesitamos esas treinta aspirantes — la desesperación que sentía no se escuchaba en su voz. Para los demás, Eli-chi seguía siendo la misma presidenta de siempre: imponente, inteligente, alta y seria. Era el sol de Otonokizaka, fuerte y radiante. Pero para mí:
"Por favor, tengo que salvarla. No voy a fallar otra vez."
Su energía cada día se vaciaba más en este campus abierto. Parecía que ella era el sol del que los cerezos estaban extrayendo toda la energía que necesitaban para florecer. En estos momentos, Eli-chi era el sol de Otonokizaka, viviendo sólo para esta escuela. Su sacrificio me parecía admirable, y era una aventura que yo había aceptado vivir con ella.
Así pues, mi rol como la luna serena y relajante cada vez se volvía un mediador más necesario en estas juntas. De cierto modo, siempre fui yo quién conocía personalmente a las presidentas de los clubes y quién hablaba con ellas antes de las juntas. La presidenta era una figura elevada, lejana y aislada del resto, de cierto modo, tal como el sol.
—Muy bien, creo que es todo chicas. Muchas gracias por venir. No les seguiremos robando su tiempo de viernes. Vayan a casa, descansen, y continuemos esforzándonos. Las veo la próxima semana o antes —me despedí mientras caminaba hacia la puerta, para abrir y permitir que salieran todas nuestras invitadas.
"Nozomi, ¿de verdad esto no es desgastante para ti?" Sentí un riachuelo de palabras que acompañaban la persistente mirada de Eli-chi mientras, parada en la puerta, despedía a cada una de las presidentas e invitadas. Hideko hizo una reverencia antes de salir, como una de las pocas estudiantes de segundo año en nuestra sala; Sora, como siempre, agradeció nuestra hospitalidad. Akemi salió rápidamente con un leve gesto de mano y con su cuaderno gigante colgando del otro. Así, poco a poco, se fue vaciando la sala hasta sólo quedar ella y yo.
—Sí, yo también estoy exhausta —dije en cuánto cerré la puerta de la sala. —Estas juntas siempre son desgastantes, ¿verdad?
—Aún quiero revisar algunas cosas antes de irme. Puedes irte a casa y nos vemos el lunes. —me dijo levantándose de la silla para ir al escritorio a recoger unos papeles.
—¿Con qué estás cansada de mí también, Eli-chi? —le dije, haciendo un falso pichero mientras me acercaba yo igual al escritorio a ayudarle a encontrar un documento que en particular parecía perdido. —¿Esta solicitud igual la quieres revisar?
"N-No estoy cansada de ti" Sentí como si unas relajantes aguas termales invadieran mi corazón.
—No quiero que llegues tan tarde a casa, eso es todo. —dijo intentando mantener el mismo tono serio que había tenido durante la junta, mientras tomó de mi mano la solicitud de su hermana.
—¿Segura que puede caminar sola hasta casa si tú igual te quedas hasta muy tarde? ¿Quieres que la lleve?
—No es necesario, iba a salir con una amiga suya. Me dijo que llegaría a casa tarde de por sí. —dijo, escaneando con la mirada la solicitud de Arisa. —No sé cómo le diré que sólo hay diez más como ella después de un mes de esfuerzos. Espero que el campus abierto sea un éxito.
Me acerqué y la abracé por atrás por sorpresa. No quise sentir las turbulencias de sus pensamientos, porque en estos momentos los míos eran suficientes.
—Todas nos estamos esforzando mucho. Sé que será un éxito. —le dije sin soltarla.
De vez en cuando necesitaba robar, aunque fuera por unos instantes, al sol para mí sola.
—Nozomi —dijo, sonriendo levemente, antes de que el único trazo de luz permaneciera en sus ojos azules. —Hoy no, aún tengo mucho trabajo por hacer. Ya que pase el campus abierto te prometo que podemos festejarlo.
—Eli-chi.
—Sabes que es importante.
—¿Por qué?
—¿No puedes leerlo de mi cabeza?
—No quiero leerlo de tu cabeza —mentí. Últimamente, mis poderes con Eli-chi habían disminuido. Si no era directo de sus ojos, lo que podía leer era poco.
—¿Y qué te han dicho las cartas? ¿Sabes cómo saldrá el campus abierto?
—Lo mismo que te dije la última vez. Sigamos esforzándonos y tendremos un resultado prometedor. —mentí igual. Mi baraja no me había respondido nada que tuviera que ver con el campus abierto en particular. Cada que intentaba leer algo, sólo nueves de diamantes y corazones aparecían. No lograba entender qué era lo que los espíritus me querían decir con eso, y ya no me susurraban en sueños. Yo igual estaba en el límite de mis conocimientos.
—Bien, en ese caso, sigamos esforzándonos para tener ese resultado prometedor —dijo sarcásticamente con una sonrisa. Adoraba ese lado de ella, un poco más divertido, que muy pocas veces dejaba ver.
No quería dejarla.
—Es viernes. Llévate los documentos a casa y revísalos durante el fin de semana —le dije con un valor que no supe de dónde salió. —Hay un restaurante que abrió cerca del templo hace como dos semanas. Quiero probarlo desde entonces y no quería ir sola. ¡Vamos, por favor! ¡Es el día perfecto! Hasta Arisa pudo salir con amigas y podemos tomarnos nuestro tiempo. Sus postres se ven prometedores.
La Eli-chi de siempre se habría reído, habría vacilado un poco y luego, ruborizada, habría aceptado. De mi sol marchito, no sabía qué esperar, y el riachuelo de su cabeza tampoco me dijo nada:
—Mmm…—dijo, vacilando. Intenté sentir su vacilación.
"¿Qué clase de postres?" Fue lo único que pude percibir como una ligera corriente.
—Helados, parfaits. —dije emocionada por ver la oportunidad. —Yo invito.
—Podemos ir después del campus abierto, ya sólo faltan unas semanas —dijo triste. Yo también me desinflé de inmediato.
—Está bien Eli-chi. Espero que eso pase pronto —le dije intentando mantener mi sonrisa. —Me iré a casa entonces. Nos vemos el lunes. —tomé mis cosas, me despedí con un abrazo rápido y salí de la sala, aguantándome el sentimiento.
No estaba enojada con ella. No podía estar enojada con ella. Pero sí tenía miedo. Me sentía sola. Y ese sentimiento es aterrador.
Mientras salí de la escuela, sentí la radiancia de los cerezos robando la luz del sol, que se había ofrecido a seguirles dando su energía incluso de noche. Ya solo la luz en la sala del consejo estudiantil y la de uno de los clubes del primer piso estaba encendida.
Supuse que el trayecto a casa así iba a ser muy largo.
El campus abierto será en dos semanas. Como cada viernes, estamos en nuestra junta en la sala del consejo estudiantil. Hoy, tenemos varias invitadas de honor. Entre ellas, ninguna tan destacada como la mismísima directora Minami. Las presidentas están casi todas presentes. Akemi hoy no nos acompaña, porque está muy ocupada ayudando a una chica de primer año a terminar una escultura que se expondrá en su galería. Eso es una lástima, porque como uno de los clubs más grandes, su opinión habría sido valiosa.
—Han hecho un increíble trabajo todas. Las ilustraciones del club de arte ya están todas listas. Acordamos dejar un par en esta sala para que ustedes las pudieran ver en esta ocasión. Podremos comenzar a montar todo en forma a tiempo gracias al excelente trabajo de todas en el club de arte. Fujibayashi-san no está presente, pero creo que todas le debemos un aplauso a ella y a todas las chicas del club —Eli-chi y aplaudió silenciosamente, Todas la siguieron, incluso la directora Minami.
—Minami-san, nuestra señorita directora, el día de hoy nos acompaña, por lo que esta es una ocasión muy especial. Como siempre, muchas gracias a todas por estar aquí—dije mirando a Eli-chi alternadamente con la directora —. La señorita directora quiere dar unas palabras en reconocimiento al trabajo que todas nosotras hemos hecho durante estos meses para hacer una realidad nuestro campus abierto, así que le cederé la palabra a ella.
—Gracias, Tojo-san. —la mujer se puso de pie. —Bueno, en primer lugar, quiero decir que no me arrepiento de haber aplazado la fecha del campus abierto. Todas han hecho un excelente trabajo y les agradezco la preocupación que han tomado todas por hacer de este evento un éxito. Personalmente espero que tenga los resultados que desean y que la estén pasando muy bien organizando algo todas juntas. Este evento ha roto las barreras que hay entre años, y aunque la mayoría de las que están aquí sean de tercer año, creo que han integrado a todos sus clubs. Como directora, me da mucha alegría, más allá del resultado, que hayan conseguido esa unión entre ustedes. —perdió inmediatamente el tono serio para soltar una lágrima falsa — Me enorgullecen.
—La vamos a salvar. —completó de inmediato Eli-chi en voz baja. Luego subió la voz para dirigirse a todas— Después de todo el esfuerzo que hemos hecho todas, vamos a tener éxito.
"¿Cierto, Nozomi?", sentí llegar un riachuelo a mis oídos. Cuando lo sentí volteé a verla, y ella me estaba mirando. Esperaba que validara nuevamente mis falsas visiones. Las cartas seguían negándose a responder cualquier cosa relacionada con el campus abierto. De hecho, últimamente era cada vez más raro que me dijeran algo en absoluto.
—No tendría por qué ser de otra forma —dije, mintiéndole piadosamente otra vez. No estaba segura. No. Estaba segura, era sólo que los espíritus no me habían dicho nada. Pero el trabajo de Eli-chi no podía ser en vano. Todo su esfuerzo tenía que ser suficiente. —¿Cómo van todas las demás?
La entrenadora del club de arquería habló.
—Justo eso es algo que quería hablar con ustedes hoy. Traje conmigo a quién será nuestra representante el día del campus abierto. Para quienes no la conozcan, quiero presentarles a Umi Sonoda, la campeona del club de arquería.
"Qué nervios, qué nervios, qué nervios. Ojalá sólo tenga que presentarme". Pegó con furia una ola de pensamientos, que venían de una chica de largo cabello azul de segundo año que se estaba poniendo de pie. Sus pensamientos no tenían nada que ver con el porte que tenía.
—Mucho gusto a todas. Es un honor trabajar con ustedes. —detrás de su tono sereno se escuchaba el mismo tono nervioso que sentí llegar a mi cabeza.
"Quién diría que Umi-chan estaría aquí también. De repente es casi como si sí valiera la pena haber venido. Divirtámonos un poco entonces" Llegó como una ventisca a mi cabeza. Cuando volteé a ver, venía de la aparentemente estoica señorita directora, que ya había tomado la palabra.
—Umi-chan, eres una opinión nueva, diferente a la de las chicas que se juntan aquí todos los viernes, ¿qué opinas del trabajo que ha hecho el consejo estudiantil? ¿Crees que Ayase-san gane o pierda?
"¡Maldición Minami-san! ¿Por qué?" Llegó a mí otra oleada furiosa.
—Espero que juntas podamos conseguir salvar esta escuela. Igual espero que usted esté conforme con los esfuerzos que se están haciendo por salvar Otonokizaka. —dijo, ya sin poder ocultar del todo lo nerviosa que estaba— Los resultados serán satisfactorios para todas las involucradas.
—Así será Sonoda-san —dije con una sonrisa, a sabiendas de que estaba interrumpiendo ya a la mayor. Quería que esta reunión acabara lo más rápido posible. No estaba bien con la idea de que esta reunión se redujera a que Minami-san jugara con nosotras una vez más, como si todo este esfuerzo no fuera más que un festival escolar particularmente exitoso. Para Eli-chi, significaba mucho más.
—Bueno, viéndolas tan convencidas y con toda la organización que han hecho, el campus está ya casi listo. —dijo Minami-san cambiando de sonrisa nuevamente, por una más amable —Creo que todo el esfuerzo que han hecho ha valido la pena. Vayan ya a casa, recuperen energías y prepárense para dos semanas de intenso trabajo antes del campus abierto.
Se levantó, se despidió y salió por la puerta dando por terminada la reunión.
Todas los demás en la sala volteamos a ver a Eli-chi, que simplemente parecía demasiado confundida.
—Bu… Bueno, ya escucharon —dije finalmente, tomando las riendas de la situación al ver a mi sol congelado. —Muchas gracias a todas por venir, esperamos verlas la próxima semana para la última reunión. Descansen todas.
Me levanté, abrí la puerta, y fui permitiendo que salieran todas. Una chica con el pelo corto salió corriendo apenas abrí la puerta. Otras salieron nerviosas. Algunas se acercaron a despedirse de Eli-chi, quién sólo hizo un breve gesto con la mano, sin hablar. En menos de cinco minutos, la sala ya estaba completamente vacía.
Eli-chi parecía absorta en su propio mundo. No se movía, y aunque viéndola de lejos parecía simplemente concentrada, ahora que me había puesto frente a ella su expresión era más bien de confusión, por debajo de las bolsas ligeramente oscuras que rodeaban sus ojos, que cada vez eran más difíciles de ocultar. No pude sentir nada de ella hasta que me acerqué a tomarle las manos. En el sudor frío encontré la respuesta que estaba buscando "¿Y si pierdo?".
—Eli-chi, todo va a salir bien para nosotras.
No hubo respuesta.
—Ten confianza, no dejes que esa bruja te desanime. Desde el principio parecía darle igual que tuviéramos o no éxito, pero estás haciendo hasta lo imposible por lograrlo. ¿Lo sabes, verdad?
Eli-chi, como de golpe, volvió en sí, con una sonrisa. Levantó sus manos y las soltó para tomar las mías
—Gracias, Nozomi —me dijo, volteando a ver con una sonrisa. —De verdad eres la mano derecha perfecta. Puedes hacerte cargo cuando yo no puedo.
—Hoy terminó un poco más temprano la junta. Eso es bueno, ¿no te parece? —le dije naturalmente.
—Sí, ya habría previsto hoy llegar tarde a casa. Arisa se quedará a dormir con una de sus amigas el día de hoy.
—Entonces sí te previniste —dije, emocionada de golpe. No pensé que se acordaría.
—Así es, el que Minami-san no tomara tanto tiempo es algo bueno.
—En ese caso, ¿qué te parece si vamos a comer algo? Yo invito. Podemos ir al lugar que te dije la otra vez. —le dije, con un tono esperanzado que tenía mucho que no tenía alrededor de ella. El hecho de que se acordara me pareció maravilloso en sí. Sentí los rayos de sol iluminar mi alma— No he visto que hayas comido nada el día de hoy, seguramente te sentirás mejor después de un buen postre.
—E-Espera, Nozomi. Tengo que terminar de revisar el itinerario que me mandó el club de robótica. Se unieron un poco tarde con su actividad, entonces no pensé que fueran a hacer algo. —dijo, levantando las manos. —Es muy bueno que la junta haya terminado temprano, porque ahora podré revisar estos documentos de una vez.
Mi sonrisa se congeló. Igual que mi alma. Me sentí sola.
—Entiendo, Eli-chi. —dije simplemente. —En este caso, creo que dejaré que trabajes en esto, es muy importante. Sé que la salvarás —le dije antes de tomar mis cosas. Le di un abrazo antes de salir de la sala, intentando recuperar en el plano físico un poco del calor que acaba de perder en el plano espiritual. Salí de la sala sintiendo frío.
Me aferré a mi última esperanza, creyendo que sería una broma. Me quedé esperando fuera de la sala del consejo estudiantil a que ella saliera, dejando vivir hasta el último mi ilusión. Cuando vi que el sol se ponía, decidí buscar una ventana en su lugar, unau que recibiera los últimos rayos del día. Quería robarle, aunque fuera eso, a los cerezos que me estaban robando mi sol.
Sabía que esto era importante para ella. La llamada que alcancé a escuchar que tuvo con su abuela me confirmó una vez más las razones por las que intentaba salvar la escuela. Yo entendía. Yo la apoyaba por eso. No quería que sintiera que había fallado otra vez. No me importaba que esto fuera importante para ella. No me importaba que fuera más importante que yo. ¿Pero entonces por qué me dolía tanto que no se hubiera acordado?
Una voz a mi lado interrumpió mi monólogo.
—Feliz cumpleaños, Nozomi. —dijo una chica que nunca se había dignado a aparecer en las juntas de Eli-chi. No traía su mochila. Parecía que Eli-chi no era la única que no tenía planes de irse a casa todavía —¿Es hoy, cierto?
—Nico-chi.
El campus abierto será mañana. Hoy es nuestra última junta de organización, pero ya no es en nuestra sala del consejo estudiantil. Todas las involucradas, y unas cuántas estudiantes más que se nos unieron de último momento, han estado colaborando por conseguir la mejor organización para mañana.
—Ayase-san, las ilustraciones ya fueron colocadas en su lugar —se acercó Akemi con tres integrantes del club de arte a nosotras. —Vamos a colocar nuestras obras en el pasillo que se nos indicó. Makumi-sensei nos estará ayudando con el acomod. Espero que no les incomode.
—Adelante, muchas gracias Akemi —le dije, porque Eli-chi estaba distraída ayudando a montar el stand del club de robótica.
—Está ahí. —me dijo en voz baja.
—Lo sé. Últimamente ha tomado un gusto por cenar ahí. No molestará.
Hizo una mueca de vacilación antes de darse la vuelta.
—Le pediré a alguna de las chicas que se haga cargo de montar la exposición y pasaré a revisarla más tarde. Mientras ayudaré a los demás con la logística. Iré al laboratorio a ver si puedo apoyar al club de ciencias.
—Diviértete—le dije con una sonrisa, antes de volverme a ayudar a Eli-chi y al club de robótica. Akemi podía llegar a ser muy inmadura con algunas cosas de su pasado. Me recordaba a cierta otra chica que también era presidenta.
El teléfono de Eli-chi comenzó a sonar. Por la hora, sabía quién era.
—Te relevo Eli-chi. Atiende tu llamada —le dije, regresando de hablar con Akemi.
—Gracias, Nozomi —dijo con una sonrisa leve y se alejó a tomar su llamada. Cuando era su abuela, siempre se alejaba. Y sólo yo sabía por qué.
Continuaron las horas y, ese día, todas nos fuimos tarde. Ese día finalmente, Eli-chi y yo caminamos a casa. Tenía frío.
—¿Quieres ir a cenar? —le dije, sabiendo ya la respuesta.
—Mañana es el campus abierto Nozomi, tenemos que dormir bien. Podemos ir a comer mañana, después de festejar nuestro éxito. Porque tendremos éxito, ¿verdad? —me dijo, mirándome con su preciosa sonrisa obsesionada —¿Qué te dicen las cartas?
—Que estaremos bien, espero—dije, confesando por fin que no estaba segura.
—Yo también lo espero. —dijo, sin entender que nos referíamos a cosas distintas. Habíamos llegado al punto en el que se dividen nuestros caminos —Nos vemos mañana Nozomi, iré por ti al templo.
Se despidió con la mano y se fue caminando, intentando ocultar su ansia y sus expectativas gigantes para el campus abierto. Yo me despedí igual con la mano, y cuando me volteé, sólo pude caminar hasta la banca más cercana. Aunque la primavera estaba a punto de acabar, yo me sentía congelada y marchita.
Fin del capítulo
No fue tanto tiempo como seguramente algunos imaginaron. Tampoco fue tan poco como yo esperaba cuando escribí el capítulo pasado. He de empezar por admitir que… destilación está muy potente. Mi primer parcial fue básicamente robado por estar estudiando ese maldito tema, y no saben cómo agradezco que haya acabado ya.
Además, como Fanfiction ya deshabilitó que lleguen a mi bandeja de correo las opiniones de esta historia, pensé que ya nadie la estaba leyendo y que me podía tomar mi tiempo, y pues, unas semanas después, que precisamente fue mi cumpleaños, me metí a ver qué tal estaba mi historia y me encontré con qué sí tenía reviews, corazoncitos y otras cosas que me hicieron sentir mal por abandonarla tanto tiempo.
Agrego. Este capítulo es un punto raro. No sabía exactamente cómo estructurarlo. Tenía bien pensado qué tenía que pasar (de hecho, hice un cambio de último momento porque no había considerado que el cumpleaños de Nozomi es después de Pascua, y no antes), agregué unas cosas sobre la marcha (espero que no parezcan añadidas sobre la marcha. Y no. Umi no es una de ellas, ella sí tenía que hacer un cameo por acá).
He de decir que igualmente me atrasé en el evento de verano de Genshin, y el único fin de semana libre que me dio destilación fui yo rusheando el evento de verano de Genshin. Culpa mía.
La semana pasada me sentí muy mal después de un desastroso examen (gracias al cielo, no fue de destilación). Irónicamente eso combinado con ver que ya se acercaba el 26 era mi combustible necesario para volver a escribir (por favor, nadie crea que tenía este capítulo listo desde mucho antes, lo acabé anoche, sólo estoy escribiendo ahora estos comentarios finales).
Más. Ya fue mucho hablar de mí. La historia. Oficialmente creo que no habrá ningún capítulo narrado por Eli. Es que me siento muy cómoda escribiendo a esta Nozomi, y el hecho de que no esté tan "OP" hace que siga siendo divertido seguir yo, como escritora, una historia narrada por ella. Sus poderes más que ser un dispositivo de la trama son una forma más de contar la historia.
Nozomi. Me sentí muy mal por Nozomi, espero que ustedes se hayan sentido muy mal por Nozomi. Por Eli-chi. Igual me siento muy mal. Es muy triste ver lo que se está haciendo a ella misma. Voy a confesar. Que yo he llegado a ser como esta Eli-chi, y quizá por eso es que este capítulo en particular tuvo un poco de resistencia. Como Eli, me he apartado de gente que quiero por esa razón.
Este capítulo me gustó más que el pasado. En vez de hacerlo en unas horas, lo fui pensando y escribiendo en varios días (tampoco fueron tantos, el domingo en la noche el documento estaba en blanco).
Les repetiré la misma pregunta, ¿qué creen que vaya a pasar en el campus abierto? ¿Ustedes creen que la rubia y la pelimorada logren salvar a la escuela sin necesidad de su grupo de nueve? La directora Minami, siendo fiel a su personaje (por lo menos en esta historia), no se metió en su camino, y eso es algo que quise dejar muy en claro. Lo que suceda habrá sido el logro de ellas.Y bueno, la dejo para ustedes, ¿qué creen que pase ahora?
Ahora voy a pasar a mi parte favorita de escribir, que es responder a sus reviews. Quiero dar muchas gracias a las personas que leen usando esta plataforma en pleno 2024 todavía, y sobre todo a las dos personas que dejaron su comentario
nadaoriginal: ¡Hola! Es un placer estar de vuelta. Sé que la vez pasada dije que no desaparecería tanto tiempo, pero es un deber moral para mí escribir algo el 26 de noviembre, así que a más tardar en esa fecha volveré. Si no publico ese día, realmente abandoné el mundo de los vivos jajaja. Nozomi definitivamente tiene un reto, pero después de ver a Eli, no sé qué tanta esperanza quede para ellas dos. El apego que tienen es muy importante, y es algo fundamental de esta primera parte. Espero que me quieras seguir acompañando en "Verano" para ver qué sucede con ellas. Oficialmente ya podemos decir que nadie cayó sin pelear, esperemos que, como Nozomi cree, eso sea suficiente para salvar la escuela. Todos los clubes se esforzaron mucho y el consejo estudiantil ni se diga.
Biso47: ¡Hola Biso! Espero que estés teniendo un excelente día, y que hayas tenido días buenos mientras estuvimos sin saber la una del otro. Qué genial que a ti sí te siga notificando esta cosa. Últimamente no me da notificaciones de nada y siento que me he perdido de mucho por eso. Muchas veces llego a acá por mi correo, entonces ahora tengo que hacerme el hábito de pasar cada cierto tiempo.
De hecho, esa ligera "referencia" al otro universo es bastante importante para entender el viaje de esta Nozomi, espero que hayas podido notar los detalles que hubo por acá en relación a eso. En efecto, después de esto, creo que ya puedes tener por seguro que μ's es una realidad un poco difícil en este universo alterno. Todo gracias a que a Honoka se le hizo temprano jaja. ¿Qué opinas de su relación con Eli?
Hanayo… Falta un poco para llegar a Hanayo todavía, pero sí quise recordar un poco que las chicas de μ's están en Otonokizaka, sólo que no juntas. Por eso mencioné un poco más a otras chicas en este capítulo. Hay varias referencias por ahí, espero que puedas encontrarlas.
De tu salud, espero que mejores pronto. Te mando mis mejores deseos y un abrazo, es todo un desafío egresar por las opiniones que he visto por acá. Espero el panorama pinte bien para ti. Igual espero leer pronto alguna otra de tus magníficas historias. Espero que pronto recuperes las palabras :D
Espero leernos pronto, muchas gracias por seguir pasándote por aquí con todo y lo inconsistente que soy.
Y bueno, con esto termina este capítulo. Si me siento inspirada, puedo traer uno más antes del 26 de noviembre. Si no, tengan por seguro que será ese día. Muchas gracias a quienes hayan llegado hasta aquí. Espero que tengan una excelente tarde (primera vez que publico no siendo noche).
Yo soy Aramaru. Y, espero leernos pronto. Oyasuminassan (lo subiré a propósito un poco más tarde, como a las 9 o 10 regresando de la universidad, para que realmente aplique el Oyasuminassan).
