El tren avanzaba en la oscuridad, y el murmullo de las ruedas sobre los rieles proporcionaba un fondo constante mientras todas nos manteníamos en silencio, absortos en nuestros pensamientos. Yo, particularmente, trataba de dejar de lado lo ocurrido con Lightshine, pero mis pensamientos seguían volviendo a esa conversación. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo antes de que me sacaran de mis pensamientos.
De repente, Rarity, que estaba sentada justo frente a mí, me miró con esa expresión curiosa y ligeramente traviesa que solía tener cuando había algo en su mente.
-David, querido, no puedo evitar sentirme intrigada-dijo, inclinándose ligeramente hacia adelante-Esta noche, mientras buscaba a Twilight, te vi en compañía de una pony misteriosa. Ya sabes cómo soy; no pude evitar preguntarme quién sería esa misteriosa acompañante con la que compartiste la cena-
Sentí que todos los ojos se posaban en mí al instante. Mi corazón dio un pequeño vuelco, y por un segundo me quedé completamente desconcertado. Twilight y Applejack también me miraron, aunque con menos curiosidad que Rarity. Intenté mantener la compostura, pero había algo incómodo en toda la situación.
-¿Cena?-pregunté, intentando ganar tiempo mientras procesaba la situación. No había cenado exactamente con Lightshine; fue más bien una especie de… encuentro fortuito que terminó en una larga conversación.
Rarity, sin perder su elegante sonrisa, continuó.
-¡Sí, querido! Parecían tan concentrados el uno en el otro que preferí no interrumpir. Pero, debo decir, la manera en que se miraban… Me hizo pensar que era alguien muy especial-
Intenté no dejar que la incomodidad se notara demasiado, pero definitivamente me sentía atrapado. Era extraño hablar de Lightshine cuando ni siquiera había procesado completamente nuestra conversación.
-Bueno, en realidad no fue una cena como tal…-respondí, intentando sonar casual, aunque por dentro me debatía sobre cuánto debería contar-Es alguien que conocí hace tiempo, y… simplemente nos encontramos hoy de manera inesperada. Tuvimos una charla sobre algunas cosas del pasado-
Rainbow, siempre directa, se unió a la conversación con una expresión de sorpresa-¿Alguien de tu pasado? Eso suena importante. No mencionaste nada antes-
Las otras chicas también parecían interesadas, aunque de manera más sutil que Rarity. Me di cuenta de que tendría que manejar esto con cuidado para no levantar más sospechas o causar malentendidos.
-Sí, es una vieja amiga. No esperaba verla aquí en Ponyville, y bueno… fue una conversación que necesitábamos tener desde hace tiempo-admití, siendo lo más honesto posible sin entrar en demasiados detalles.
La conversación parecía haberse calmado un poco después de mi respuesta sobre Lightshine, y pensé que había logrado salir del tema sin demasiadas complicaciones. Sin embargo, Rarity no tardó en retomar su tono travieso, con una chispa juguetona en sus ojos que me hizo sentir que algo más estaba por venir.
-Oh, querido, pero no te preocupes demasiado por eso. Después de todo, no es como si faltaran admiradoras aquí en Ponyville-comentó Rarity con una sonrisa que sugería que sabía más de lo que estaba dispuesta a decir.
De inmediato, sentí que la atmósfera en el vagón cambiaba. Todas las miradas se volvieron hacia mí, y noté cómo Applejack, que había estado relativamente tranquila hasta ese momento, levantó ligeramente una ceja y me lanzó una mirada que era difícil de descifrar. Había una mezcla de curiosidad y sorpresa, pero no estaba seguro de qué exactamente.
Me sentí halagado, pero también un poco incómodo. No estaba acostumbrado a recibir ese tipo de atención, y menos aún en un grupo de amigas tan cercanas.
-Admiradoras…-dije, intentando no parecer demasiado desconcertado, pero lo cierto es que la idea me tomó completamente por sorpresa-No sabía que… había chicas en Ponyville que me veían de esa manera.
Rarity, encantada con la reacción que había provocado, continuó con su comentario, sin perder la sonrisa.
-Oh, querido, créeme, no es ningún secreto. Eres amable, trabajador, y has sido un gran apoyo para todas nosotras. Es natural que algunas ponies en Ponyville hayan notado esas cualidades en ti. De hecho, más de una vez he oído rumores por aquí y por allá…
La intriga en sus palabras no ayudaba en absoluto a calmar mi nerviosismo. Podía sentir que las chicas estaban cada vez más interesadas en la conversación, especialmente Applejack, que ahora parecía estar enfocada en lo que Rarity estaba diciendo.
Pinkie, que había estado relativamente callada, se inclinó hacia Twilight y susurró algo que provocó una pequeña sonrisa en la unicornio, pero ambas decidieron mantenerse al margen por el momento, dejando que la conversación siguiera su curso.
Applejack, sin embargo, decidió intervenir.
-¿Admiradoras, eh?-dijo, su tono era neutral, pero con un ligero toque de curiosidad-No es que esté sorprendida. Siempre estás dispuesto a echar un casco cuando alguien lo necesita. Supongo que eso no pasa desapercibido-
Su comentario era genuino, pero había algo en su voz, algo que me hacía preguntarme si había más en sus palabras de lo que parecía.
Me esforcé por mantener la calma y sonreír.
-Bueno, es agradable escuchar eso, supongo… Aunque es un poco extraño para mí. Nunca pensé en eso-dije, intentando restarle importancia al asunto.
Rarity no parecía dispuesta a dejarme salir tan fácilmente.
-¡Oh, vamos, querido! No seas tan modesto. Seguro que has notado algunas miradas o palabras amables de las ponies del pueblo. Algunas de ellas podrían estar más interesadas de lo que piensas.
-Lo agradezco, Rarity, pero…-empecé a decir, buscando la manera de salir del tema con elegancia-supongo que no he prestado mucha atención a esas cosas. He estado bastante ocupado en Sweet Apple Acres y con la biblioteca-
-Oh, estoy segura de que tienes cosas importantes en mente, querido-dijo, aparentemente dando por concluido el tema-Pero no está de más que sepas que Ponyville tiene algunas ponies que podrían estar interesadas en alguien como tú-
El tren continuó su marcha, y aunque la conversación cambió a temas más ligeros, no podía dejar de pensar en lo que Rarity había dicho. Sentía un extraño cosquilleo en el pecho, mezcla de nervios y curiosidad. ¿De verdad había admiradoras en Ponyville? Y si las había, ¿quiénes serían? Quizás había algo que no estaba viendo, o tal vez simplemente estaba sobrepensando las cosas.
Por ahora, lo mejor que podía hacer era enfocarme en la misión que nos esperaba en Canterlot, aunque sabía que este tema no desaparecería tan fácilmente.
Con la conversación calmándose, el tren continuó su viaje hacia Canterlot, y una a una, las chicas comenzaron a acomodarse en sus asientos, intentando descansar un poco antes de la llegada. El cansancio de un largo día de trabajo y las emociones de la noche finalmente se imponían, y pronto, el vagón quedó en un silencio interrumpido solo por el suave traqueteo del tren sobre los rieles.
Me recosté en mi asiento, intentando seguir el ejemplo de las demás, pero mis pensamientos continuaban revoloteando, dificultándome conciliar el sueño. Eventualmente, logré cerrar los ojos, dejando que el agotamiento me ganara.
Sin embargo, Applejack, sentada cerca de la ventana, no podía encontrar la misma paz. A pesar de haber cerrado los ojos, su mente estaba lejos de la calma.
Miró hacia la ventana, observando las sombras del paisaje nocturno que pasaban rápidamente. El campo oscuro le ofrecía una distracción, pero sus pensamientos seguían regresando al mismo punto.
Finalmente, dejó escapar un suspiro frustrado. Se dio cuenta de que, al menos por ahora, no encontraría una respuesta fácil a lo que estaba pasando. Tal vez no era nada, tal vez simplemente estaba cansada y sobrepensando las cosas.
El primer resplandor del amanecer comenzó a filtrarse por las ventanas del tren, anunciando la llegada inminente a Canterlot. La ciudad estaba aún envuelta en la penumbra de la mañana, con solo los primeros rayos del sol iluminando sus majestuosos edificios. Mientras el tren disminuía la velocidad, las chicas empezaron a despertar, estirándose y preparándose para el día que tenían por delante.
Applejack, aunque aún algo cansada, se levantó de su asiento. Sabía que el desayuno sería una buena oportunidad para despejarse y tal vez aclarar sus pensamientos antes de la reunión con las Princesas. Se dirigió al vagón comedor, donde el aroma del desayuno comenzaba a llenar el aire. Twilight, Rarity, Fluttershy, Rainbow Dash y Pinkie Pie ya estaban allí, conversando animadamente sobre lo que podría estar esperando al llegar a Canterlot.
-¡Buenos días, chicas!-saludó Applejack, tomando asiento en la mesa.
-¡Buenos días, Applejack!-respondió Pinkie Pie con su habitual entusiasmo.
Rarity, siempre atenta a los detalles, echó un vistazo alrededor y notó la ausencia de David.
-Oye, ¿alguien ha visto a David?-preguntó, con un tono que reflejaba su preocupación.
Twilight, que estaba hojeando unos pergaminos, levantó la vista y se dio cuenta de que David no estaba presente.
-No, no lo he visto esta mañana-dijo Twilight, su tono era mezcla de curiosidad y algo de inquietud-Pensé que estaría aquí-
-Quizás aún está durmiendo-dijo Rainbow Dash, encogiéndose de hombros-Después de todo, fue una noche larga-
-Es verdad, puede que necesite un poco más de descanso-aseguró Fluttershy, con un tono comprensivo-No ha sido fácil para ninguno de nosotros-
Applejack, aunque aún preocupada por los pensamientos que la habían inquietado durante la noche, decidió centrarse en el desayuno. Se sirvió una buena porción de comida y se unió a la conversación.
Mientras el grupo charlaba y se preparaba para lo que nos esperaba en Canterlot, finalmente desperté en un rincón del tren. El suave sacudón del tren y el murmullo de las voces comenzaron a filtrarse en mi sueño, arrastrándome de vuelta a la realidad. Abrí los ojos y noté que la luz del sol ya iluminaba la cabina. Me di cuenta de que había dormido más de lo previsto.
Me levanté rápidamente, me estiré y me preparé para salir. Aunque todavía me sentía algo aturdido por el sueño, sabía que tenía que reunirme con el grupo y prepararme para la reunión con las Princesas. Me arreglé lo más rápido que pude y salí de mi compartimento, dirigiéndome hacia el vagón comedor.
Al entrar, noté las miradas de sorpresa y alivio de las chicas. Applejack me dedicó una sonrisa amigable, aunque podía ver algo de inquietud en ella.
-Buenos días, David-dijo Twilight con una mezcla de alivio y exasperación-Finalmente te despiertas. Estábamos comenzando a preguntarnos si te habías quedado dormido para siempre.
Me reí nerviosamente, rascándome la nuca.
-Lo siento por la demora-dije-No planeaba dormir tanto, pero parece que el cansancio me ganó.
-Está bien, David-dijo Applejack, intentando mantener la conversación ligera-Solo asegúrate de que estés listo para cuando lleguemos a Canterlot-
Me uní al grupo en el desayuno, notando que el ambiente estaba ligeramente tenso pero animado. La reunión con las Princesas era lo más importante ahora, y necesitaba estar preparado para cualquier cosa que pudiera surgir.
El tren llegó a la estación de Canterlot justo cuando el sol empezaba a iluminar la ciudadela en su esplendor matutino. Nos preparamos para desembarcar, y mientras los ponies de Canterlot comenzaban a llegar a la estación para recibir a los visitantes y continuar con sus rutinas diarias, no podía evitar notar las miradas curiosas que me lanzaban. En la ciudadela, con su elegante arquitectura y su población acostumbrada a un estilo de vida diferente, me destacaba de manera notable. Mi presencia era un recordatorio tangible de lo extraño que podía ser para aquel mundo.
Noté las miradas de asombro y desconfianza que se posaban sobre mí mientras caminaba junto al grupo. Mis pasos se sentían pesados, como si cada mirada inquisitiva me pesara. Intenté mantener una actitud tranquila y confiada, aunque no podía evitar sentir la incomodidad que provocaba mi apariencia y mi presencia en un lugar tan diferente a Ponyville.
-Es como si fueras una atracción turística para ellos o algo así-dijo Rainbow Dash con un tono sarcástico mientras observaba las reacciones de los habitantes de Canterlot-Nunca he visto a los ponies de aquí tan interesados en algo que no sea su apariencia.
-Es normal, Rainbow-dijo Twilight con una sonrisa de disculpa-David es diferente para ellos, y aún no están acostumbrados a verlo. Todo lo que podemos hacer es mostrarles que es un amigo y que está aquí para ayudar-
Rarity, por su parte, parecía algo distraída mientras caminábamos por la estación, preocupada por la forma en que la gente de Canterlot reaccionaba hacia mí. Sabía que su instinto era proteger a sus amigos de cualquier juicio inapropiado, pero también entendía que no podía controlar las opiniones ajenas.
Applejack, caminando ligeramente por detrás de mí, notaba cómo me esforzaba por mantener una actitud positiva a pesar de las miradas. Aunque había decidido mantener distancia para ordenar sus pensamientos, sentía una punzada de preocupación al ver la incomodidad que estaba enfrentando.
-Los ponies de Canterlot tienen su forma de ver las cosas-dijo Applejack en voz baja, dirigiéndose a Twilight-Tal vez no están acostumbrados a algo tan diferente. No me sorprende que se sientan así.
-Sí, pero lo importante es que David es uno de nosotros ahora, y debemos ayudarlo a integrarse lo mejor posible-respondió Twilight, con un tono decidido.
Finalmente, llegamos a las puertas del palacio real, donde las guardias estaban presentes para recibir a los visitantes. La entrada al palacio se hacía con una elegancia que contrastaba con la crudeza de la estación, y noté cómo las miradas se volvían hacia mí con mayor intensidad a medida que nos acercábamos.
Las puertas se abrieron para revelar el espléndido vestíbulo del palacio, y las Princesas Celestia y Luna estaban allí para recibirme. Ambas mostraban sonrisas cálidas, aunque noté que Celestia percibió la tensión en el ambiente y se dirigió a mí con una amabilidad que buscaba tranquilizarme.
-David, me alegra verte de nuevo-dijo Celestia con su voz serena-Por favor, siéntete como en casa aquí en Canterlot. Sabemos que el ambiente puede ser diferente, pero estamos encantadas de tenerte con nosotras... Luna, me complace presentarte a David, nuestro amigo y aliado de Ponyville-dijo Celestia con cierta cortesía-David, ella es la Princesa Luna, mi hermana. Ella es tan fundamental para el equilibrio de Equestria como lo soy yo-Celestia se adelantó con esa sonrisa amable y acogedora, mientras Luna, con su presencia más reservada y enigmática, me observaba con interés.
Celestia hizo un gesto hacia Luna, quien avanzó un paso, dejando que la luz de la mañana acentuara su majestuosa figura. Su mirada era aguda pero amable, y había una cierta profundidad en su expresión que reflejaba su papel como gobernante de la noche.
Incliné la cabeza en señal de respeto, sintiéndome algo nervioso por la presencia de Luna.
-Es un honor conocerla, Princesa Luna-dije con sinceridad-He oído mucho sobre usted-
Luna me miró fijamente durante un momento, su mirada penetrante evaluándome. Luego, su expresión se suavizó y una sonrisa genuina apareció en su rostro.
-El honor es mío, David-dijo Luna con una voz profunda pero amigable-He oído hablar de tus esfuerzos en Ponyville y de la ayuda que has brindado a nuestras amigas. Tu presencia en Equestria es un testimonio de la amistad y la cooperación entre nuestros mundos.
Me sentí aliviado al ver que Luna parecía aceptar mi presencia. Aunque la formalidad del encuentro y el ambiente algo tenso seguían presentes, la amabilidad en las palabras de Luna me dio una sensación de bienvenida.
-Gracias, Princesa Luna. Estoy aquí para ayudar en lo que pueda y para aprender más sobre este maravilloso mundo-
Luna asintió, su mirada continuando con una mezcla de interés y evaluación.
-Yo también estoy interesada en conocerte mejor, David-dijo Luna-Mi papel en la noche puede no ser tan visible como el de mi hermana durante el día, pero también tengo un gran interés en el bienestar de Equestria y en nuestras relaciones con quienes nos visitan-
Celestia se colocó frente a su trono, con una postura que irradiaba autoridad y serenidad. Luna se situó a su lado, su presencia igualmente digna, pero con una actitud más contemplativa.
Celestia miró a los presentes, asegurándose de captar la atención de todos antes de comenzar. La atmósfera en la sala era una mezcla de expectación y solemnidad mientras nos preparábamos para escuchar las palabras de la Princesa.
-Gracias a todos por su tiempo-dijo Celestia con una voz clara y tranquilizadora-La razón por la cual les hemos convocado es de suma importancia para el bienestar de Equestria.
Hizo una breve pausa, buscando la mejor manera de transmitir la gravedad del asunto.
-En las últimas semanas, hemos notado un aumento en las perturbaciones mágicas en varias regiones de Equestria. Estas perturbaciones parecen estar vinculadas a una antigua magia que se creía extinta y que ha comenzado a manifestarse de manera más frecuente y peligrosa.
Twilight y las demás se miraron entre sí, sus expresiones revelando una mezcla de preocupación y curiosidad. Twilight, con su amor por el estudio de la magia, estaba especialmente atenta a cada palabra de Celestia.
-Estas perturbaciones no solo están afectando la estabilidad en las áreas afectadas, sino que también están causando una serie de eventos inusuales y a veces peligrosos-continuó Celestia.
-¿Hay alguna información adicional sobre la naturaleza de esta magia antigua?-pregunté, tratando de entender mejor el problema.
Celestia asintió, reconociendo la validez de mi pregunta.
-No tenemos detalles completos sobre su origen, pero los registros antiguos indican que esta magia podría estar relacionada con un artefacto o hechizo de gran poder que se perdió en la historia de Equestria.
Luna tomó la palabra, su voz grave y solemne agregando una dimensión adicional a la explicación de su hermana.
-El artefacto o hechizo en cuestión tiene la capacidad de alterar la realidad. Nuestra preocupación es que, si esta magia se descontrola, podría causar daños significativos en Equestria-
-Tenemos razones para creer que la fuente de esta perturbación podría estar en la región de Everfree-añadió Celestia-Queremos que investiguen el área y recojan toda la información posible. También necesitamos que estén preparados para enfrentar cualquier situación inesperada.
Las chicas asintieron, comprendiendo la magnitud de la tarea que se nos asignaba.
Noté la seriedad en el rostro de las Princesas y me sentí aún más comprometido con la misión.
-Entendido, Princesas-dije con determinación-Estamos listos para investigar.
Celestia sonrió con aprecio al escuchar mi respuesta, mientras Luna asintió, satisfecha con la actitud del grupo.
