My Hero Academia pertenece a Kohei Horikoshi.
El Aro pertenece al autor Kōji Suzuki.
Como un fantasma encontró el amor
39: Sinceridad de una Fantasma.
Momo caminó por los pasillos y escuchó sonidos, viniendo de la habitación de Izuku y al mirar dentro, lo vio mirando una película junto a Himiko y Ochako.
Himiko miró hacia su derecha, hacia la puerta y cuando los ojos dorados de la rubia, se encontraron con los ojos de Momo, se sonrojó. ―Busca a Sadako-Chan y a Kyoka-Chan, Momo-Chan ―pidió la rubia.
Izuku se removió, antes de mirar a la puerta, en donde el rostro de Momo se volvía tan rojo, como el cabello de Eiijrō, ella balbuceó, mientras que Izuku detenía la película y la devolvía al inicio. Pronto, entraron las otras tres chicas y se organizaron en la cama. El peliverde solo suspiró, mientras sentía cinco pares de brazos, encima de su torso.
―Tranquilas chicas, hay Izuku, para todas nosotras. ―dijo Ochako burlonamente, causándole un gran sonrojo al chico de cabellos jade.
Las chicas se absorbieron por la película, pero fue extraño, pues Izuku se sentía un poco más cansado, mientras que las chicas se veían llenas de energía y casi listas para una larga noche.
En un parpadeo de Izuku, había algo de pollo, sushi, ramen y bebidas gaseosas en su mesa de escritorio y todas las chicas alrededor de la mesa.
― ¿Qué fue ese suspiro, Sadako-Chan? ―preguntó Himiko con una nota de preocupación en su voz.
El peliverde frunció el ceño. ― ¿Cuál suspiro? ―preguntó Izuku. Ahora se sentía perdido y en un parpadeo, sus cuatro amigas estaban rodeando a su hermana adoptiva.
―Estoy muy feliz de… finalmente, tener esto. ―dijo Sadako, enseñándoles una sonrisa ―Tener amistades, ser la hermana adoptiva de Izuku-Kun, estar aquí: entrenándome para ser una heroína, salvar vidas. Creo que… lo mejor que me ha pasado fue ser salvado por los Midoriya. ―ella se recostó en el suelo; parecía que iba a poner las manos detrás de su cabeza, pero en cambio, usó su telequinesis, para atraer una almohada.
― ¿Cómo fue tu vida, antes de conocer a los Midoriya, Sadako-Chan? ―Preguntó Momo, tan curiosa como todos.
Ella negó suavemente con la cabeza, varias veces. ―Nací... de la relación extramatrimonial de un MUY famoso Doctor y mi madre en ese entonces, era una muchacha recién llegada a Tokio desde la isla de Oshima. Siendo adolescente mi madre usó sus habilidades, para agilizar algunas cosas en la tienda en donde acabó trabajando, unos años después se mudó a Tokio donde inició su relación con mi padre, un catedrático obsesionado con estudiar y probar la existencia de los poderes sobrenaturales, incluso en la era Kōsei; ese mismo año regresaría para dar a luz en casa de su familia. Tras el parto, mi padre desapareció, jamás lo conocí, mi madre me alcanzó a poner el nombre de una Yamamura Sadako y cuando me echaron del orfanato, sobreviví como mejor pude, por mi cuenta...
―Y conociste a los Midoriya ―dijo Ochako.
Sadako no pudo evitar reírse, pero la seriedad le ganó, sabiendo que no podía confesar la verdad y, aun así, ella quería que supieran solo un poco más, sobre ella. ―Un año antes, participé en un padre papeles en un teatro. Pero todo terminó en desastre, cuando dos de nuestros mejores actores, fueron descubiertos borrachos y golpeando a una mujer, fueron despedidos y luego... ―negó con la cabeza, esforzándose para tener un aire de desconcierto ―unos prestamistas llegaron y el cazador de talentos, dio todo lo que tenía, terminé nuevamente en la calle y como yo, muchísimos otros. Demasiados actores.
―Podría intentarlo, suena divertido ―dijeron Himiko y Ochako sonrientes. Los ojos brillaban emocionados, ante la idea de volverse actrices del teatro local.
―De acuerdo, intentemos ser actores, una vez que nos graduemos ―aceptó Izuku finalmente, refunfuñando.
Sadako le dio un rápido beso a Izuku. ―Gracias por tu promesa.
