HARRY-GINNY-NARCISSA
Eran las 12 de la mañana. Según el plan, había quedado con Narcissa primero cerca de la fuente de la entrada principal. Harry llevaba ya 10 minutos esperando
-. ¿Harry? – oyó detrás suya. Al girar vio a una mujer, ligeramente familiar – Soy Cissi, estoy disfraza, para no llamar la atención
-. ¡Hola! – respondió con alegría – eres muy puntual
-. Gracias – respondió riendo – es una de mis cualidades
-. ¿Va todo bien por ahora? ¿Estás en casa de Sirius? ¿Funcionó la poción? – preguntó Harry
-. Respira Harry, tenemos tiempo – tranquilizó Narcissa – Respondiendo a tus preguntas, por ahora va según lo planeado. Sí, estamos en casa de Sirius. Y funcionó perfectamente, aunque hay que dejarla actuar, parece que cuantos más recuerdos cambian, más necesita – Harry suspiró
-. Vale, eso es algo que podemos manejar
-. Ahora, vamos con Draco. Te advierto, que no es nada parecido a ese niño que conociste hace años, este aún no ha sido pervertido por Lucius, y todo el mal que pudiera haber, lo estoy quitando – Harry asintió. Narcissa le ofreció la mano, a lo que Harry le miró raro – Harry, tienes 7 años y yo soy la adulta esto es lo normal
-. De acuerdo – y le cogió la mano. La acompañó a la cafetería que estaba en frente, donde había un chico de su edad, comiendo tranquilamente.
-. Draco, te presento a Harry. Harry, este es mi hijo Draco – hijo las presentaciones Narcissa. Lo que le sorprendió es que Draco se levantó y le ofreció la mano par un apretón. Salió de su estupor rápidamente, y la estrechó
-. Encantado – dijeron ambos a la vez
-. Draco. Harry ha perdido ha su familia, ya a avisado a las autoridades, pero para que no esté solo mientras tanto, le he pedido que nos acompañe
-. Muy bien mamá, así no estaremos solos y se podrá montar conmigo en lo que a ti te da miedo – dijo una Draco muy emocionado. Mientras Narcissa reía
-. ¿Ya has comido Harry? – preguntó Narcissa
-. Unos sándwiches hace unos minutos – susurró
-. ¿Sólo eso? – y lo miró de arriba abajo – Toma, come estos – y le ofreció un plato con sándwiches que estaba entre ella y Draco
Harry tenía hambre, por lo que se tragó el orgullo y comió lo que le ofrecían. Una vez los tres con el estómago lleno, siguieron su paseo por el parque. Debian buscar a Ginny. Si había conseguido llevar a la familia, Ginny aseguró, que a la hora de la comida su familia estaría en la zona de los comederos, Molly, siempre se negaba a pagar comida cuando la suya era mejor que lo que había por ahí.
No fue difícil encontrarlos, 9 cabezas pelirrojas de distintas alturas, no pasa desapercibida. Desde donde estaban, Ginny ya estaba apartada de su familia, jugando en el césped mientras el resto seguía comiendo. Ginny los vio, y sigilosamente se acercó a ellos
-. Harry, Draco – quedaros un momento aquí jugando, les dijo Narcissa mientras se acercaba a la niña. Una vez a su lado se agachó y se puso a su altura – Feliz cumpleaños
-. Gracias, tía Cissi, aprecio tu sentido del humor – sonrió Ginny. Ahora con sus recuerdos, podía ver tanto de Sirius en ella. Ese humor sarcástico, y los gestos - ¿Va todo bien por ahora? ¿Estás en casa de papá? ¿Funcionó la poción? – a lo que Narcissa empezó a reírse a carcajadas - ¿De qué te ríes? Son unas preguntas muy legítimas
-. Me reía, por que me has hecho exactamente las mismas preguntas que Harry
-. Bueno, las grandes mentes piensan igual – y sonrío
-. Puede ser – seguía riéndose – Te responderé igual que a Harry por ahora va según lo planeado. Sí, estamos en casa de tu padre. Y funcionó perfectamente, aunque hay que dejarla actuar, parece que cuantos más recuerdos cambian, más necesita
-. Mmmhh… esa parte me preocupa con mamá. Son muchos años borrados de mi verdadera madre
-. Eso he pensado yo también, por eso he tenido una idea. El plan era darle la poción a Molly y que Harry y tú comenzarais el vínculo hoy para sacarle de esa horrible casa ya.
-. ¿Vamos a cambiar de planes tan pronto? – preguntó Ginny
-. No, pero nos tomará un poco más de tiempo. Quiero que le des a un té a Molly ahora que acaben la comida, y eches estos dos viales. Uno es la poción para recordar, y otra es una poción para… digamos echarse una siesta. Así el proceso, no será tan traumático, o eso espero. Imagino que Arthur se quedará con ella para cuidarla, y tus hermanos y tú podréis ir a explorar. Si todo va bien, en una hora vamos a una atracción que se llama el túnel del terror. Hay que montar en parejas, haré un poco de trampas para que montes con Harry, y empecéis el vínculo.
-. De acuerdo. Dame los viales – Narcissa se los dio – Nos vemos en una hora – miró detrás de Narcissa y luego a ella – y quiero conocer a tu hijo – y le guiñó un ojo
Fue a dónde los chicos y siguieron por el parque montando en alguna atracción que le gustaba a Draco, o a Harry o a ambos. Cuando pasó la hora, ya estaban cerca del túnel del terror
-. Mamá – se quejó un poco Draco – eso ¿por qué vamos a montar ahí? – preguntó mirando lo que se suponía era una bruja, de color verde, una verruga enorme al igual que el tamaño de su nariz
-. Parece divertido – se agachó y le susurró para que nadie más le pudiera oír – Veamos cómo nos ven los muggles, y cuán equivocados están o ¿acaso crees que me parezco a esa bruja? – y le dio en el dedo en el pecho como retándole
-. No mamá - se reía Draco de la aptitud de su madre – está claro que no te pareces en nada
-. Eso me parece mejor – Y se incorporó. Notó como Harry le daba un suave tirón a su camiseta, al mirarle, vio que le señalaba a la cola. Ahí estaban todos los Weasley.
Saco la varita sutilmente, y comenzó una pequeña pelea en la fila. Con otro giro de varita, ellos tres y los 7 Weasley, estaban al principio de la fila listos para montar el tren de, ¡ups! 5 vagones
No contaba con lo ruidosos que eran estos chicos, y eran seis nada menos.
-. Ya me he cansado de todos vosotros – gritó Ginny indignada. Se fue con Harry y le cogió de la mano – le elijo a él como compañero
-. Pero Ginny – intentó decir Bill – papá nos pidió que cuidáramos de ti. Tienes que ir con uno de nosotros
-. ¡No! Fred y George, antes no han parado de molestar – a lo cuál los gemelos sonreían para nada arrepentidos – Ron no va a parar de quejarse por que dice que esta es una atracción de niñas. Percy, me va a contar todas las cosas inexactas que vamos a ver y me las va a corregir, eso no es divertido – en este punto Bill reía por que tenía razón sobre sus hermanos – y tú y Charlie, estáis más pendientes de mi que de la atracción, que, por cierto, aunque se llame túnel de terror es a partir de 3 años – Bill estaba abriendo la boca para responder – por lo que voy con este niño – y zarandeó la mano que tenía en la suya – y si quieres tú y Charlie vais en el vagón delante
-. ¡Ey! – se escuchó el grito indignado de Ron – yo no quiero ir con Percy
-. Lo siento Ronny – dijo George
-. La cumpleañera, a hablado y a sentenciado – finalizó Fred
-. Esta me la debes – gruñó Ron
-. La siguiente voy con él, ahora necesito un respiro – dijo dramáticamente. El operario del parque abrió la puerta y los dejó entrar a todos.
En el primer vagón iban los gemelos, en el segundo Ron y Percy, en el tercero Charlie y Bill, cuarto Harry y Ginny y en el quinto y último Draco y Narcissa. Y así comenzó la atracción
-. Ginny – susurró Harry – no puedo soltarte la mano
-. Hola a ti también – susurró Ginny sonriéndole – Ya lo sé, me he dado cuenta ¿esto puede ser por el vínculo?
-. No lo sé, puede ser. No había mucha información de cómo comenzaba – Se giró a donde Narcissa – Cissi – llamó bajito para no avisar al resto de los Weasley, aunque estaban todos, metiéndose con Percy y su charla por lo que veían
-. Dime Harry – Se acercó Narcissa hablando en el mismo tono
-. No podemos separar las manos – dijo Ginny
-. Eso es que el vínculo a empezado. Por ahora, no hagáis nada más - y miró a ambos – Ginny, cuando nos acerquemos a Molly y Arthur, quiero que le des un abrazo a Harry. Para comenzar el vínculo de verdad, debe de haber un mayor contacto, y una luz os rodeará
-. Esta bien. Pero si no podemos separar las manos, nada más terminar la atracción deberemos ir a dónde están ellos – comentó Ginny
-. Cuanto antes mejor – terminó Harry
Siguieron con la atracción. Bill giraba la cabeza de vez en cuando y veía a los dos niños hablar. Ambos se estaban contando que habían hecho durante esta semana separados en su nueva vida.
Unos quince minutos después de entrar, el tren había hecho su recorrido. En general, se habían divertido, sobre todo los Weasley metiéndose con Percy. Cuando estaban fuera, Ginny y Harry seguían sin poder separar las manos.
-. Bill – dijo Ginny con voz suave – no me encuentro bien, ¿podemos ir dónde papá y mamá?
-. La verdad es que yo tampoco me siento bien, me duele la cabeza. Es como si me vinieran imágenes – te acompaño – ¿Charlie te quedas con el resto?
-. No, me pasa lo mismo que a ti. Me duele la cabeza
-. ¿Percy? – preguntó Bill
-. Me a empezado a doler, hace unos 20 minutos, no quería darle importancia, pero no se va y creo que está empeorando
-. Chicos, nos vamos donde papá y mamá. Luego decidimos qué hacer – los gemelos y Ron no estaban felices, pero no discutieron a su hermano mayor – Ginny, puedes dejar al pobre chico en paz
-. Si no os importa, me gustaría acompañaros. Es raro ver que Harry haga amigo, por lo que un poco más con esta encantadora chica, sería más que bienvenido – dijo Narcissa
-. Bueno… - y miró a su hermana aún de la mano de Harry – parece que mi hermana tampoco tiene mucho interés en dejarlo escapar – decía mientras se reía de su propia gracia y Ginny le fruncía el ceño
Los diez iban a paso lento, sobre todo, por que querían que la poción de Molly hiciera efecto, dónde los comederos. Los más jóvenes hablaban entre ellos, la mayor sorpresa era ver a Draco y Ron, hablando como si fueran viejos conocidos
Cuando estaban cerca de Molly y Arthur, vieron que ya estaba despierta, pero que estaba llorando mientras su marido la abrazaba.
-. ¿Cómo la pude olvidar Arthur? A mi propia hermana
-. No sólo tú querida – le consolaba Arthur – esta mañana yo tampoco la recordaba. Hasta que no te has despertado, ni me acordaba que había vivido con nosotros junto con tus hermanos – y sintió como Molly lloraba más
-. ¿Cómo se lo vamos a decir a Ginny? Tiene que saber la verdad, no puede vivir esta mentira. Aunque la adoro, no le puedo hacer esto a mi hermana
-. ¿Mamá? ¿Papá? – dijo un confundido Bill. Ambos se giraron, y vieron a todos sus hijos junto a tres extraños
-. ¿Qué hacéis aquí? – preguntó Arthur, protegiendo a su mujer para que los chicos no la vieran llorar
-. Ginny no se sentía bien. Y, a decir verdad, tanto Charlie, Percy, como yo, tenemos un dolor de cabeza que no se nos va y está empeorando – respondió Bill. Arthur levantó la cabeza y miró de nuevo a todos. Tanto Harry como Ginny, lo tomaron como una señal. Y Ginny abrazó a Harry
Tal y como comentó Narcissa, nada más abrazarse una luz dorada le envolvió. Molly levantó la cabeza ante el resplandor. Y empezó a gritar a los chicos para que rodearan a los niños y no los vieran los muggles.
-. ¿Quién es este chico? – preguntó Molly con voz firme, aunque su imagen no la acompañaba con los ojos rojos y rastros de lágrimas
-. Se llama Harry, mamá – dijo Charlie – nos hemos topado con él y su familia en una atracción – y señaló a Narcissa y Draco. Molly miró a donde señalaba su hijo
-. ¿Es su hijo?
-. No, es un conocido – A Draco, antes de llegar le pidió que pasara lo que pasara no contestara a nada, y no cuestionara lo que dijera cuando se acercara a los padres de los pelirrojos – Sé que es una pregunta rara, estando en un parque de atracciones, pero ¿sois magos?
-. ¡Oh gracias a Merlín! – respiró aliviada Molly – Sí, lo somos. El niño y vosotros también lo sois ¿verdad? – Narcissa asintió
-. Sí nosotros dos lo somos. Y esta pobre criatura, es un mago muy famoso
-. ¿Quién es? – preguntó Arthur curioso
-. Harry. Harry Potter – soltó Narcissa. En ese momento notó, como Draco le apretaba la mano sorprendido. Pero, el jadeo de Molly y Arthur junto con las cabezas de los chicos haciendo distintos gestos, eran sin duda lo más divertido
-. Esto es increíble – dijo al fin Molly – ¿y dónde está su familia?
-. Por lo que me ha dicho están por aquí, han venido juntos, pero no lo querían cerca de ellos, por lo que lo han abandonado a su suerte. El pobre chico no tenía ni comida, cuando me lo he encontrado. Le he pedido que nos acompañara a mi y a mi hijo, para que no estuviera solo. Es lo mínimo que puedo hacer por mi primo
-. ¿Primo? – preguntó extrañado Arthur
-. Perdón por la grosería. Soy Narcissa Black, y este es mi hijo Draco Lupin – la cara de ambos padres ahora sí que no tenía precio
-. Perdona, ¿Black y Lupin? Creía que erais Malfoy – dijo Arthur de nuevo
-. Es una larga historia, y este no es un buen lugar dónde contarla. Por no decir, que aún tenemos un pequeño problema con los chicos y estamos llamando la atención – mencionó Narcissa, mirando a la gente que pasaba y los miraba raro
- ¡Oh! ¡Arthur! ¿Cómo nos los vamos a llevar? Si es lo que creo que es, no los podemos separar hasta que no terminen. Sería catastrófico en este punto – se lamentó Molly
-. Puedo ayudar – dijo Narcissa – mi elfo doméstico los puede mover sin alterarlos y llevarlos a dónde queráis
-. ¿Puede llevarlos a nuestra casa? Se llama La Madriguera, el cuarto de Ginny sería perfecto, así podríamos vigilarlos. Y podríamos llevarnos a Harry Potter de esos mal llamados parientes suyos – dijo Molly
-. Eso último querida, se llama secuestro – comentó Arthur
-. Me da igual Arthur, ningún ser humano deja a un niño a su suerte en un lugar como este por mucho que se llame parque de atracciones o diversiones, como lo han llamado algunos muggles, y además le dejan sin comer. Prefiero Azkaban o la cárcel muggle, a dejarle un día más con esos bárbaros – sentenció Molly
-. Mientras estén así, me parece bien. Cuando vuelvan en sí, tenemos que ver que hacemos – intentó mediar Arthur
-. De acuerdo, eso haremos. Por favor Narcissa, llama a tu elfo – Dijo Molly
-. Dobby – y con un pop apareció en el círculo formado por los Weasley, Narcissa y Draco.
-. ¿Ha llamado la ama?
-. Sí, Dobby. Necesito que lleves a estos dos chicos, sin moverlos mucho, al hogar de la familia Weasley. Se llama La Madriguera, y que los pongas en el cuarto de la niña – Molly le especificó dónde estaba dicho cuarto
-. Muy bien ama. Dobby los lleva ahora – Se acercó a los cuerpos abrazados de Harry y Ginny, y con otro pop, desaparecieron los tres
-. Narcissa – dijo Arthur – quisiera que nos acompañaras a casa, para poder oír tu historia. Nosotros hemos venido en traslador, puedes venir con nosotros
-. Me parece bien, además, veo que tus chicos siguen sin encontrarse bien – Arthur miró a sus tres hijos mayores, y vio que efectivamente parecía que el dolor de cabeza no estaba mejorando
Salieron todos del parque, a un punto escondido que el ministerio había habilitado para la ocasión. Una vez que estaban todos allí, Narcissa se quitó los hechizos de glamour, dejando a todos sorprendidos un poco. Arthur sacó de entre unos arbustos un viejo maletín, que se aseguró que todos tocarán. Con un toque de varita, comunicó que en 20 segundos se iban a casa
Aparecieron en el jardín cerca del campo improvisado de Quidditch, por lo que la caminata no era muy larga. Narcissa y Draco se quedaron de los últimos, y Narcissa le pidió que siguiera sin decir o preguntar, que en casa se lo explicaría todo. Draco asintió.
Cuando entraron en la casa, Molly dejó su bolso y empezó a colocar todo lo que se había llevado. Mientras los chicos se arrastraban hacia al salón.
-. Coloco esto en un momento para que no se estropee la comida, y me uno a vosotros – dijo Molly a Arthur y Narcissa. Estos últimos entraron al salón y vieron el panorama
-. Bill, Charli y Percy. Tomad una poción para el dolor de cabeza y echaros un rato hasta que se os pase. Si no queréis tomar la poción, al menos echaros un rato. Que os sentiréis mejor después – Dijo Arthur mientras ayudaba a sus hijos a ponerse de nuevo de pie, después de verlos tirados en el sofá – Vosotros tres – Y se giró a mirar a Fred, George y Ron – podéis estar fuera en el jardín, pero no quiero explosiones, o ruidos fuertes – y señaló a los gemelos de forma acusadora y hasta que no asentían no dejó de señalarlos
-. ¿Podemos jugar Quidditch? – preguntó Ron
-. Las reglas son las mismas, nada de ruidos o explosiones – repitió una vez más Arthur
-. ¡Genial! – gritaron los gemelos y se fueron al jardín
-. Vamos Draco, vamos a jugar con los gemelos – dijo Ron y Draco lo siguió contento de poder jugar con más personas
-. Siéntate Narcissa, voy a ver a los niños – dijo Arthur y subió por las escaleras
Narcissa optó por sentarse en el sofá al lado de la chimenea, y esperó a que Arthur o Molly aparecieran. Al final, aparecieron a la par. Uno bajando las escaleras, y la otra, desde la puerta de la cocina
-. ¿Cómo están los niños? – preguntó Molly
-. Siguen brillando. Narcissa, tu elfo sigue con los chicos – comentó Arthur
-. Perdón. Al no darle más instrucciones, se quedó con ellos. Puedo decirle que se vaya
-. Si no te molesta – dijo Arthur – prefiero que se quede con ellos, así nos puede avisar cuando cambien o les pase algo
-. Dobby – llamó Narcissa y el elfo apareció
-. La ama ha llamado a Dobby
-. Sí, quiero que te quedes con los niños y que los vigiles. Cuando notes que el vínculo ha terminado, o que cambia o que pasa algo. Avísanos a alguno de nosotros tres, al que notes que está más cerca de ellos
-. Sí ama. Dobby había escuchado sobre vínculo. Dobby no quiere perderse el vínculo – y chasqueó los dedos
-. Un elfo muy curioso y sabe lo que tenía entre manos – dijo Molly
-. Así es Dobby, no me arrepiento de arrebatárselo a Lucius. Desde que está con nosotros es más feliz y ha sido todo un descubrimiento todo lo que puede hacer – dijo Narcissa mirando el sitio que acababa de dejar Dobby
-. Hablando de su marido – comenzó Arthur
-. No sé cómo, pero me engañó para que me casara con él – dijo con fiereza – Me hizo olvidar al amor de mi vida, al verdadero padre de mi hijo, y luego me hizo casarme con él y hacer pasar a mi hijo por el suyo propio
-. ¿Es eso posible? ¿Cómo lo descubrió? – preguntó Molly sentándose de golpe en un sofá enfrente de Narcissa. Arthur se sentó al lado de su mujer
-. Ha de ser posible, él de alguna forma lo consiguió. Imagino que al igual que consigue todos sus chanchullos en el ministerio o pagando o extorsionando. En cuanto a cómo lo descubrí, fue este mismo martes. Lucius lleva tiempo lamiéndole las botas al ministro para poder entrar en el consejo escolar. El año pasado no le vimos el pelo en todo el mes de agosto, y este año llevaba el mismo camino
-. ¡Ja! Sabía que algo se traía. No era normal tanto tiempo en el ministerio – dijo Arthur
-. Arthur, ahora no – le regañó Molly – continúa querida
-. Este martes, empecé a mirar por la mansión y me encontré con unos documentos. En ellos explicaban cómo nos separó y cómo consiguió usurpar el lugar de mi amado
-. Dijiste que el apellido de tu hijo era Lupin, ¿verdad? – dijo Molly
-. Así es, el nombre de su padre es Remus Lupin
-. ¡Oh! Por favor, justo hoy – susurró Molly
-. Perdón, pero ¿qué pasa hoy? – preguntó Molly
-. A mi mujer le ha pasado algo similar que a ti Narcissa, pero en lugar de olvidar a un hombre, mi Molly olvidó a su hermana pequeña – Narcissa simuló una cara sorprendida
-. ¿No recordaba nada de su hermana? – preguntó
-. Esta mañana mi hermana no existía. En mi familia sólo éramos mis hermanos gemelos y yo, que soy la mayor. Pero después de comer y que me doliera la cabeza… al despertar, he recordado todo. De cómo era mi hermana, cómo era su voz, su risa, su cara, que edad tenía, que estaba entre mis hermanos y yo en edad. He recordado mil y una vivencias. Por Merlín, he recordado su boda. Y lo más doloroso, he recordado su embarazo y cómo dio su vida por ese bebé – y volvió a llorar por su hermana
-. ¿Y dónde está el bebe? – preguntó con cautela Narcissa
-. Ya lo has conocido – dijo Arthur – es Ginny
-. Lo que no consigo recordar y no entiendo, es por qué la criamos como nuestra hija, en lugar de como nuestra sobrina – murmuró Molly
-. ¿El padre de Ginny sigue vivo? – Narcissa sabía muy bien la respuesta, pero debía seguir la actuación. Molly y Arthur se miraron
-. Sí, pero tenemos un pequeño problema con él – dijo Arthur
-. ¿Cuál? – insistió Narcissa
-. Es tu primo Sirius, y está en Azkaban por asesinato – soltó molesta Molly
-. Ya veo – dijo Narcissa con tranquilidad – Molly, cuando recuperaste los recuerdos de tu hermana, te vino todo – Molly asintió – A mi me pasó lo mismo con Remus, y con esos recuerdos, me han venido también cientos de recuerdos de Sirius, Lily y James juntos con nosotros dos – Molly la miraba extrañada sin saber a dónde quería llegar – Te puedo asegurar que Sirius era y es la persona más leal a James Potter que existirá en este mundo, por no decir que odiaba las artes oscuras a las que mi querida tía, hacía mucha propaganda. Sirius abandonó su hogar para vivir con James, preferiría morir antes de hacerle cualquier tipo de daño
-. ¿Por qué está en Azkaban? Mató a esos muggles y a su otro amigo Peter – dijo Molly, menos convencida
-. No conozco los hechos – aseguró Narcissa – y cuando se produjeron yo ya estaba bajo la influencia de Lucius, por lo que mis recuerdos de esa época son confusos. Remus ya no estaba, y no tengo recuerdos de ellos en esas fechas. Pero puedo asegurarte, que Sirius no lo hizo. No está en su naturaleza
-. Si tienes razón – dijo Arthur – podríamos mirar que se puede hacer
-. Te lo agradecería Arthur, ahora que he recuperado mi vida. Recuperar a mi familia, es un buen punto dónde empezar. Bueno, no a toda la familia, una hermana en particular puede seguir cómodamente en Azkaban – esa última frase hizo a Molly suspirar de alivio, mientras que Arthur reía
-. ¿Os quedaréis Draco y tú a cenar? – preguntó Molly, levantándose
-. No quisiera ser una molestia – dijo Narcissa
-. Tonterías – replicó Molly – ahora a través de Ginny, somos familia – y sonrió
-. Me encantaría entonces – y le devolvió la sonrisa. Y vio como Molly se dirigía a la cocina
-. Narcissa, ¿tienes esos documentos o pergaminos que mencionabas antes?
-. ¿Los que leí de Lucius? – Arthur asintió
-. No los tengo aquí, pero me los llevé conmigo, sí
-. Perfecto, ¿qué te parece hacerle pagar a tu marido? – Narcissa sonrió, no sabía que Arthur Weasley tuviera una vena vengativa tan aguda
-. ¿Y qué te parece si te dijera que también tengo varios documentos que hablan sobre una subsecretaria que acepta soborno y un ministro que acepta muchos más sobornos? – y sonrío de forma maligna
-. Creo, que desde hoy vamos a ser buenos amigos – y los dos empezaron a reír.
Hola
Espero que os guste cómo va la historia.
Cualquier comentario, idea, duda... lo que sea, será bienvenida
