Kaiser estaba helado, su pequeño omega se había enlazado con alguien más y ese era el motivo de su rechazo -¿¡ME PUEDES EXPLICAR QUÉ ES ESTA MIERDA!?- gritó enfurecido, mientras que el contrario no estaba entendiendo absolutamente nada.

Su mirada estaba llena de confusión y angustia, no sabía qué estaba sucediendo -¡HABLA!- la frustración del alfa no hacía más que incrementarse, pero al ver los ojos asustados del contrario procedió a liberarlo su agarre y se sentó de nuevo en la cama, mientras que con ambas manos agarraba sus cabellos con tanta fuerza que podría arrancárselos.

Sintiéndose totalmente derrotado y habiendo regulado un poco su ira, preguntó-... ¿Por qué, Yoichi?... ¿por qué me hiciste esto?- su voz se quebraba conforme hablaba -vincularte con un imbécil... prometiste que te vincularías conmigo y que estaríamos juntos toda la vida- dijo al borde del llanto.

-¿Vincularme?- preguntó aún más confundido -¿de qué estás hablando?... a veces tus bromas se pasan de estúpidas- dijo poniéndose de pie e intentando ver su propia nuca en los espejos del baño. Sus ojos se abrieron de par en par "¿¡qué mierda es eso!?, hay una mancha en mi nuca, pero si yo no he estado con nadie desde Kaiser, ni siquiera he interactuado más de lo necesario con un alfa, ¿qué está sucediendo?", después de verlo con sus propios ojos regresó con su amante.

Sentándose a los pies de este, sus síntomas del vínculo se habían estabilizado un poco, a pesar de que el dolor aún permanecía solo que a menor intensidad, aunque el aroma seguía resultándole desagradable -¡Kaiser!, no tengo idea de cómo o por qué sucedió esto, estoy igual de confundido que tú. No me acosté con nadie, ¡te lo juro!- dijo agarrando sus piernas en desesperación.

El alfa se mantenía inmóvil en la misma posición, el shock era demasiado fuerte, las lágrimas empezaron a caer por su rostro chocando en sus pantalones y por consiguiente en las manos del omega. -Yoichi... yo te amo... te respeté mientras estuve en España, todo este tiempo no podía parar de pensar en ti... incluso te confesé que quería hacer una familia contigo, ya que no yo tuve una, y tú me pagas de esta manera- dijo sollozando -si no querías estar conmigo podrías habérmelo dicho...-

Isagi empezó a llorar también, él no había hecho nada para que esto sucediera, estaba igual de desesperanzado -Yo tampoco sé como sucedió esto, comprendo que desconfíes de mí y pienses que te traicioné, pero en serio no estuve con nadie más, puedes preguntarle a cualquiera, yo... yo no entiendo nada, también estoy sufriendo... también quería enlazarme contigo, te lo había dicho- dijo mirándolo esperando a que sus ojos se encontraran.

-¿Con quién?- preguntó con una voz rasposa -¿Eh?- preguntó el omega -¿¡Qué con quién!?, ¿¡con quién te enlazaste!?- preguntó tomándolo de los hombros y sacudiéndolo.

-¡No lo sé!, ¡te estoy diciendo que no lo sé!- respondió asustado -Con ese bastardo, ¿cierto?- preguntó enfadado. Isagi no aterrizaba todavía -¿Eh?-.

Con los ojos llenos de ira, Kaiser miró a su omega -¡Con Itoshi Rin!, estoy seguro- dijo volviendo a romperse. Isagi ni siquiera se había puesto a pensar en la persona con la que había generado el enlace, ¿con Rin?, ciertamente debía ser con él, ya que no había tenido sexo con nadie y mucho menos alguien lo había marcado, además de que no había tenido sentimientos ni interacciones muy profundas con nadie más que con él. Pero... ¿cómo había sucedido esto?.

Después de unos minutos sin decir palabra alguna, Isagi tomó la iniciativa "... te lo juro por mi vida, que no estuve con nadie durante este período de tiempo, no podría ser capaz de engañarte, te juro que tampoco entiendo nada de lo que está sucediendo y te juro que lo lamento mucho...-.

La ira que se había apoderado del cuerpo del alfa había practicamente desaparecido, por el momento, ahora solo quedaba una profunda tristeza y vacío -Yoichi... perdóname por tratarte así, perdí mis estribos- aquellos hermosos ojos azules estaban enrojecidos por el llanto.

-No te preocupes, lo entiendo- dijo poniéndose de pie y sentándose en la cama de Bachira -Lamento mucho que las cosas hayan acabo de esta manera, lamento mucho no haberme enlazado contigo antes de que esto ocurriera, y lamento no haber podido cumplir tu sueño de hacerte padre- dijo soportando las ganas de llorar.

-Sobre eso... nunca dijiste si querías tener hijos conmigo, ¿acaso no quieres ser padre?- preguntó mirándole con expresión dolorosa. Isagi se sintió un poco asustado de responder a esa pregunta -Yo... no lo sé, no estoy seguro de querer embarazarme, por eso no pude hacerte una promesa al respecto, pensé que en un futuro sabría la respuesta, lo siento- dijo mientras jugueteaba con sus dedos nerviosamente.

-Mierda... debí saberlo desde el principio... para que tú te hayas enlazado a él debes de tener sentimientos, no puede darse un enlace de forma unilateral, a menos de que haya sido mediante mordida. Eso quiere decir que si no te acostaste con nadie, entonces tú lo quieres- dijo secando las lágrimas imparables que iban bajando por sus mejillas -decías quererme, pero te gustaba otro al mismo tiempo... con razón nunca pudiste decir que me amabas- dijo intentando mantenerse sereno.

Es cierto, Isagi nunca le había dicho "te amo", él ciertamente lo quería muchísimo, se la pasaba bien y se sentía cómodo a su lado, pero el sentimiento no fue más allá. El omega ni siquiera se había percatado de eso -... No sé qué decir... Rin y yo tuvimos algo un tiempo antes de que tú y yo nos conociéramos, pero por ciertos factores nos alejamos, es por eso que el día del partido contra el PXG estábamos conversando en una habitación, él quería arreglar las cosas conmigo, pero yo le dejé en claro que quería estar contigo- dijo intentando justificarse.

-Y-yo ciertamente le tenía un gran cariño, pero cuando empecé a andar contigo era feliz, eras todo lo que estaba buscando y aun así lo arruiné, no acepté enlazarme en ese momento y eso fue una equivocación, de verdad lo siento- dijo empezando a llorar.

El alfa se encontraba destruido por completo, tal vez nunca en su vida se recuperaría de tal evento traumático, éste se puso de pie para irse no sin antes dar unas últimas palabras -Tengo que irme de aquí, vengo de un viaje largo desde España, estoy agotado... ya no tenemos nada que conversar, y tú ya no puedes estar cerca de mí o mejor dicho yo ya no puedo estar cerca de ti- dijo abrochándose su camisa y mirándolo con sus profundos ojos azules.

-Lamento no haber sido suficiente para que te decidieras por mí, espero que tengas una vida feliz a su lado...-.

Isagi también se puso de pie -¡Kaiser!- él sabía que en realidad ya no había más que conversar, el enlace era irrompible y eterno, así que el omega arqueando sus cejas en sufrimiento miró su mano y se quitó el anillo -toma... creo que esto te pertenece, me hizo muy feliz cuando me lo entregaste- dijo estirando su brazo para que el contrario pudiera tomarlo -yo no lo merezco-.

Levantando su brazo en gesto de rechazo dijo -No. Es tuyo, mereces eso y más, así que no digas esas cosas. Haz lo que quieras con el, es el símbolo del amor que tuve y siempre tendré por ti, mis sentimientos estarán por la eternidad gravados en ese anillo- dijo caminando hacia la puerta.

-¡Kaiser!- gritó de nuevo, el alfa volteó a mirarlo esperando a ver que era lo que el peliazul tenía para decir, sin embargo, Isagi ya no tenía palabras para él. Entendiendo esto, el alemán le sonrió de manera triste y procedió a salir de la habitación.

El omega se sentía miserable, sabía que todo esto era en parte su culpa, por no haber sido sincero por completo respecto a sus sentimientos, por pensar que Rin era tema superado y por utilizar a Kaiser como soporte y reemplazo. Él creyó que cuando se enlazara con el rubio, todo eso acabaría, sería feliz a su lado y lo amaría desde el fondo de su corazón.

Las piernas de Isagi se debilitaron, cayendo sentado en el suelo, y comenzando a llorar desconsoladamente, él sabía que en el fondo Rin tenía un lugar especial, él sabía que lo que había sentido por Rin había sido algo distinto.

Desde el día uno en que lo conoció, cuando apenas iba a iniciar la segunda selección, desde el día en que se dieron su primer beso, desde siempre había sido él. Y aunque primero Rin intentó negarlo y posteriormente Isagi, sus destinos ya estaban marcados.