Capítulo final
Loud vs Destino
Casa Loud, habitación de Lincoln, viernes, 06:58
Lincoln miraba con calma la puerta mientras ponía atención al número de puertas abiertas, esperando su turno de ese día para usar el baño.
Hola, perdón por lo del otro día, creo que necesitaba algo de sana diversión sin miedo después de todo lo que ha pasado.
Verán, hoy es un día especial para mí, mucho de hecho, ¿No se te ocurre que puede ser? Pues bien mi queridísimo lector, hoy es el último día de clases, para mañana no solo no me tendré que preocupar por la escuela durante un tiempo, sino que se podría decir que seré un estudiante de secundaria, lo que me da derecho a más libertad según las cláusulas de mis padres.
Y ya lo pueden imaginar, más libertad es más tiempo que podré alejarme de casa, por lo que podré mantenerme a salvo de más intentos de mis hermanas, quizás conseguir efectivamente una novia o incluso participar de algún club, todo me sirve en este punto.
El niño suspiro feliz, observando el sol que todavía estaba elevándose por su ventana.
Hoy será un buen día, el primero de muchos.
En ese momento pudo escuchar otra puerta abrirse, por lo que sabía era su respectivo turno.
Esa es la señal, nos vemos chicos.
Y lleno de felicidad y determinación, Lincoln salió de su cuarto.
Durante el tiempo en la fila escucho unas pocas conversaciones casuales entre sus hermanas además de los típicos saludos cuando alguien más se integraba, algo similar ocurrió durante el desayuno, todo era normal, incluso cuando llego a la primaria todo era normal.
Como ya les dije chicos, yo soy alguien bastante impopular en la escuela, no es mucha la gente que me habla y hay un buen número de chicas que directamente me evitan, eso me dolía, pero aprendí a vivir con ello... esperando que no se repita en la secundaria.
Lincoln llego a su casillero, abriendo para lo que sería el proceso de terminar de vaciarlo.
Así que pensaba hacer algún cambio, ya saben, mejorar en algo o adquirir algún talento con el que abrir mis fronteras, me gusta mucho la magia y soy bastante hábil con las manos tanto como escapando sigilosamente, por lo que aprender algunos trucos no estaría mal. – Comienza a sacar algunas cosas en el desastre que era su casillero. – Eso podría darme nuevos amigos, alguna chica, ya saben, cosas de adolescentes, algo que... - En ese momento algo cayo desde la parte alta de su casillero. - ¿Y esto?
Lincoln lo observo con cuidado, viendo que era el sobre de una carta, pero lo que más le llamo la atención era que el sello de esta era una calcomanía de un corazón.
Esto... es...
- (Feliz) Hola Lincoln. – Dijo Clyde, asustando a nuestro protagonista.
- ¡Ahh! ¡Clyde, casi me das un infarto! – El muchacho por reacción guardo la carta en el bolsillo trasero de su pantalón.
- Hey, tranquilo amigo, solo quería saludar.
- Bueno, un susto mañanero para despertar no suena tan mal. – Dijo Liam inusualmente feliz.
- Si lo comparo con como me han despertado algunas veces mis hermanas, creo que un susto no suena tan mal.
- Pero... ¿Realmente son ellas Lincoln? – Dijo pensativo Zach.
- (Serio) Si son mis hermanas, no son criaturas extrañas o seres poseídos.
- ¡Hey chicos! ¡¿Qué tal?!
Rusty se acerco alegremente envolviendo con uno de sus brazos el cuello de Lincoln y con el otro el de Liam, pero este acto no duro demasiado antes de que Lincoln se deshiciera del agarre y se fuese sin decir ni una sola palabra, algo que el resto de sus amigos siguió, dejando al pelirrojo en soledad.
- Todo esta bien Rusty, todo estará bien.
Rusty se encamino en silencio por el pasillo, pisando en cierto momento una carta blanca con un sello de corazón, algo que estaba seguro había visto a Lincoln guardar en su pantalón solo unos momentos atrás y miro seriamente por unos segundos antes de mirar con determinación al pasillo en búsqueda del peliblanco, solo que antes de poder dar un paso pudo sentir como era atado y amordazado rápidamente por Lana.
- Chico, no vas a decirle a nadie sobre esto.
Ver a la pequeña comenzar a leer la carta fue lo último que pudo observar antes de ser arrastrado por un par de animales.
La pequeña en ese momento termino de leer la carta. No era extraño que le llegasen cartas a su hermano por lo que hacían una revisión constante de su lugar pupitre tanto como de su casillero, pero generalmente esto era hecho por sus mascotas entrenadas, que una carta hubiese pasado de dicha vigilancia era algo que no lograba explicar, más cuando el nombre con el que finalizaba aquella declaración de amor era de una chica que ya había sido descartada como amenaza, razón por la que rápidamente saco su móvil y envió un mensaje a todas sus hermanas alertando sobre una posible amenaza.
Era un caso extraño, y no iba a escatimar esfuerzos en prevenir un desastre.
- Cristina, elegiste a la persona incorrecta para enamorarte. – Dijo antes de romper la carta.
Salón de quinto grado, grupo B, minutos después
Cristina se encontraba mirando por la ventana ignorando por completo al maestro quien daba su charla de que había sido un buen tiempo juntos y todas esas cosas que dicen algunos maestros el último día, observando la quietud que se hallaba en el vacío patio... algo que no le terminaba de agradar.
Hasta que pudo ver una pequeña sombra asomarse por la ventana, una que desapareció rápidamente.
- ¿Uh?
Fuera Lucy observaba fijamente a su próximo objetivo, uno al que habían decidido silenciar como grupo, dejándole la recopilación de información.
- Me sorprende que se atreva a acercarse a mi hermano.
- No es únicamente tu hermano Lucy.
La pequeña reacciono rápidamente, alejándose unos pasos hacia atrás en completo sigilo.
Solo había una persona con esa capacidad para no ser detectada, su "amiga" Haiku.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Solo quería verte. – El inexpresivo rostro de la muchacha duro unos segundos antes de que esta suspirase. – Bien, tengo asuntos que atender.
- Es demasiada coincidencia que estés aquí en este preciso momento. – Dijo mientras comenzaba a meter lentamente una de sus manos en un bolsillo.
- Digamos que tengo curiosidad por cierto conejito del que me comentaste cuando fue el baile, para que tú me hallas pedido ayuda para aprender a bailar. - Se relame ligeramente los labios. - Creo que necesito saber de él.
- Mi hermano esta fuera de discusión, no lo permitiré.
Haiku hizo una leve sonrisa, algo que estremeció ligeramente a Lucy.
- ¿Por qué crees que estoy aquí?
Pasillo de la primaria, en ese mismo momento
- Lisa, estoy harta de estos movimientos raros y de control, ¿Por qué no simplemente saltamos encima de Lincoln y lo declaramos nuestra propiedad?
- Ash, inculto homínido, nuestra victoria no sería el darle un beso o un abrazo, la victoria es más empírica inicialmente.
- ¿Y eso en nuestro idioma que significa?
- Lincoln es todo menos invencible, tenemos que enseñarle lo que es nuestro amor, hacerlo desearnos, que desee solo vivir con nosotras, pues un enamorado astuto no ataca ni al cuerpo ni la mente, sino el corazón Lynn, ¡Primero hay que atacar su corazón!
- Aja, y así es como hemos pasado todo este tiempo y lo más cercano que tengo es una grabación diciéndome que me ama.
- Eh... pues... pero...
- ¿Sabes que genio? No necesito ir acabando con cada chica que le mire bonito a Lincoln si de un asalto frontal consigo que él solo me mire bonito a mí, así que ahí te ves genio.
Lisa temía que el carácter tosco de Lynn arruinase la operación, sabía que era alguien de sangre caliente y una nuez por cerebro por lo que rápidamente saco su arma para sedarla, pero una vez disparo a la deportista esta rápidamente dio un giro y golpeo el proyectil, aterrizando a pocos centímetros de su hermanita genio.
- ¿Q..Qué?
- Lincoln no es el único que estuvo entrenando este tiempo.
Lynn en ese momento apretó más fuerte la revista deportiva que llevaba consigo y levanto su mano.
- Te veo en mi boda Lisa.
El zape pudo se escuchado por casi toda la primaria.
Salón de quinto grado, grupo A, en ese mismo momento
- Lincoln, ¿No escuchaste eso?
- (Serio) Ese... fue el sonido de un zape, el mayor que se halla dado en la historia de la humanidad.
Clyde lucia genuinamente preocupado, por lo que intento distraerse al recordar lo feliz que se veía su amigo antes de entrar a clases.
- Lincoln, recuerdo haberte visto muy feliz antes de entrar a clases, ¿Paso algo?
- Oh, cierto, encontré esto en mi casillero. – El niño intento buscar la carta en su bolsillo, dándose cuenta de que este ahora se encontraba vacío. - ¿Eh? No esta.
- ¿Qué cosa no está?
- Eh... nada, nada amigo.
- Vamos Linc, ya casi no me cuentas nada, ¿Qué no soy tu mejor amigo?
- Si Clyde, es que... no importa.
El moreno quería replicar aquella respuesta, desde que había despertado hace un tiempo en su casillero que su amigo se comportaba extraño con él, como si hubiese marcado una ligera distancia entre ambos, algo que realmente le dolía.
Pero en el momento en que se iba a quejar, la alarma contra incendios comenzó a sonar.
- ¡Chicos, calma, vamos a evacuar tranquilamente el lugar! – La profesora Agnes intentaba mantener el control, pero muchos de los niños ya se encontraban gritando mientras corrían por sus vidas.
Lincoln por su parte observo preocupado en dirección hacía el pasillo, pues no solo estaría en peligro él con el incendio, sino que sus hermanas menores también.
¿Debería seguir las ordenes o ir a verificar si ellas están bien?
Los profesores de ellas también deben estar evacuando, pero conociendo lo testarudas que pueden ser alguna podría intentar quedarse protegiendo algo que les sea de valor.
¡Ahh! ¡Demonios!
En ese momento el niño salió corriendo en dirección hacía el salón de las gemelas, quienes eran las más cercanas a su salón, ignorando por completo la orden de su maestra.
Pero al girar por el pasillo, algo le hizo tropezarse, lo que sumado al piso que ahora estaba mojado le hizo deslizarse hasta chocar con uno de los casilleros.
- (Molesto) Finalmente nos vemos las caras.
- ¡Tú eres...! ¿Quién eres?
El chico era un niño probablemente de la edad de Lucy, algo regordete y con el cabello rubio, quien miraba sumamente molesto al peliblanco.
- ¡Tú enamoraste a mi hermana y por culpa de eso ahora lo único que hace es molestarme!
- ¿Eh? ¡Hey, no hay tiempo para esto, hay un incendio y tenemos que evacuar!
- Yo active la alarma, no hay ningún incendio, solo necesitaba separarte de la gente para poder tenerte donde quería.
- Tú... espera, ¿Cómo sabías que me iba a separar del grupo si activabas la alarma? ¿Y si me hubiera ido con el resto de mis compañeros de clase?
El regordete muchacho le miro por unos segundos con expresión seria, hasta que termino desviando la mirada y comenzando a silbar.
¡Este sujeto ni siquiera pensó su plan!
Eran los celos improvisados de un niño mimado.
- B..Bueno, ¿Por qué no conversamos mejor esto? seguro es un malentendido, ¿Quién es tu hermana?
- ¡Mi hermana se llama Sam! ¡Y ahora ella te ama tanto que quisiera que tú seas su hermano!
- No necesito más hermanas, (Serio) En serio.
- ¡Entonces deja de seducirla!
El gordito cargo contra Lincoln, pero este fue lo suficientemente ágil como para levantarse y evitar el golpe.
- ¡Créeme cuando te digo que no es mi culpa!
- ¡¿Entonces por que mi hermana ahora me pide que haga deporte, que adelgace, que me coma mis vegetales, que no me duerma tan tarde viendo la televisión, que limpie mi cuarto y haga mi tarea?!
¡Este sujeto se queja de las charlas típicas de padres y hermanos mayores!
Lincoln se impresionaba cada vez más de lo mimado que estaba el muchacho.
- Niño, no... ¡Cuidado!
- ¿Uh?
En ese momento un enorme perro salto encima del niño, asegurándolo contra el piso.
- Ya no soportaba a ese niño.
- ¡Lana, se supone que esperaríamos a que Lincoln se fuera ya que no había forma de que perdiera contra ese niño!
- Pero si no se iba nunca íbamos a continuar con el plan.
- ¿Saben que las estoy escuchando verdad?
Pese al escondite en uno de los basureros donde ambas gemelas se encontraban, Lincoln las hallo fácilmente.
- ¿De qué plan me están hablando?
La sería expresión de Lincoln puso nerviosas a ambas, pues eran pocas las veces en que habían visto realmente molesto al muchacho y el hecho de que el agua hubiese provocado que parte de su rostro estuviese cubierto por su cabello mojado solo le hacía lucir más aterrador.
- N..Nada Lincoln, n..no te preocupes.
- Si... no tiene nada que ver con la carta de esta mañana.
- ¡Lana!
- ¡¿Saben de mi carta?! Esperen... ¡¿Ustedes fueron quienes tomaron mi carta?!
- Es que... es que...
- Nosotras solo queríamos...
Ambas niñas lucían genuinamente asustadas, aun cuando sus rostros estaban húmedos por la lluvia de los rociadores podía notar como las lágrimas se mezclaban con la humedad de sus mejillas.
- (Llorando) Solo queríamos hacerte feliz.
- (Llorando) Queríamos que estuvieras contento con nosotras.
- Niñas...
- ¡Atrás Lincoln! ¡Es una trampa!
- ¿Qué?
Lincoln sintió como era jalado por el cuello de su polo, alejándolo de la proximidad de sus hermanas menores hasta ser lanzado lejos, y aunque le tomo unos momentos estabilizarse, pudo notar quienes le habían alejado de tal acto.
- ¡Huye Lincoln! – Dijo una molesta Jordán.
- ¡Ellas no son tan inocentes como crees! – Dijo una furiosa Cookie.
Esp... ¿Qué? O sea, ¡¿Qué demonios?!
Lincoln nunca se había enterado hasta la fecha de sus pretendientes.
En fin, es mi oportunidad, lo siento chicas, pero su bandera es demasiado predecible.
- G..Gracias, les encargo a mis hermanas, tengo que ir a ver si las demás están bien. – Claramente era una mentira en este punto.
Y aprovechando el desconcierto de las gemelas el muchacho huyo, quedando estas mirando enfadadas a ambas niñas que le habían alejado a su hermano.
- Nos vamos a vengar de una buena vez por todo lo que hicieron.
- Aja, si, mira cielo, nuestro hermano es solo nuestro, ¿Qué no aprendieron la lección la primera vez?
Lola en ese momento asintió a Lana, quien en ese momento silbó y aparecieron un par de sus mascotas entrenadas.
- No caeremos nuevamente en su juego. – Dijo Jordán mientras su mascota Ajax se acercaba amenazante detrás de esta.
- Cariño. – Una sonrisa se esbozo en el rostro de Lola. – Aunque cayéramos nosotras, todavía quedarían el resto de nuestras hermanas, y ellas no caerán ante ustedes.
En ese momento tanto Jordán como Cookie se miraron fijamente y comenzaron a reír, molestando a ambas pequeñas.
- (Furiosa) ¡¿Qué es tan gracioso?!
- Ustedes son ridículas jajaja.
- ¡¿Cómo te atre...?!
- ¡Ustedes se atrevieron a impedirnos cotizar a uno de los niños más tiernos de la primaria, ustedes comenzaron esta guerra donde quisieron silenciarnos una por una, pero eso se acaba hoy!
- ¡¿Tú y quienes más?!
En ese momento, desde el pasillo, salones e incluso casilleros, varias personas de diversas edades comenzaron a aparecer, varias niñas y adolescentes que ambas gemelas podían reconocer, sabiendo perfectamente que ahora estaban rodeadas.
- Nosotras somos aquellas que sufrieron por la tiranía de ustedes, las hermanas de Lincoln, y vamos a acabar con esto de una buena vez.
Ambas niñas lucían claramente preocupadas mientras eran encerradas sin posibilidad de huir.
- (Al unisonó) ¡Hoy el Loudcest caerá!
Continuara
