Muy bien, hora de empezar con toda la energía del mundo con este quinto DLC del fic de San Valentín del año pasado ¿Lograré completar el reto antes de que llegue el San Valentín de 2025? No lo sé, pero hay que intentarlo. Como sea, espero que este fic sea de su agrado, especialmente luego de una espera tan bestia :p.
Bonitos regalos V: ¿El lado oscuro de Nanami?
Yuuna Matsubara es comúnmente vista como una estudiante modelo, siempre refinada y de notas ejemplares que muchas otras chicas dentro de St. Michael envidiaría. Aparte de eso cuenta con un físico que la convierte en el objeto de deseo y fantasía de no pocas estudiantes, un porte que la convertía casi de forma automática en una figura de autoridad y respeto donde sea que ella pase. Una estudiante perfecta, se mire por donde se mire, inalcanzable para la mortal promedio.
Pero pocas chicas se imaginaban que tendría el valor de entrar por su cuenta a una tienda de artículos para adultos, e incluso llega a mirar con interés todo el stock que allí había disponible, algo que incomodaba un poco al encargado de la tienda, pues no era común ver a estudiantes entrando a un lugar como ese.
─ Creo que este regalo viene bien ─ Yuuna encuentra un delantal transparente, justo como Runa le había pedido minutos atrás, justo antes de entrar a la tienda ─. Pero por otro lado no conseguí lo que yo quería para Runa-chan y Takako-sensei. Supongo que debo preguntar a ver si es que al menos ellos me dan una respuesta.
Yuuna va entonces a la caja registradora de la tienda, y antes de que el encargado pudiese dar el precio la rubia lanza su pregunta.
─ ¿De casualidad no hay algún strap-on con vibrador, señor? A ser posible que fuese amarillo y con bultitos, pero no es obligatorio.
─ N-no… se nos acabaron las existencias ayer ─ responde el encargado, al cual le costaba hacerse a la idea de que la cliente frente a él podía comprar en esa tienda, y encima ofrecer tales detalles de lo que quería ─. No es sino hasta la próxima semana que nos llegan más, por si quiere que la anote para una reserva.
─ Es que lamentablemente no tengo una semana para conseguirlo, señor ─ dice Yuuna con tono lastimero pero sin comprometer su elegancia ─ ¿No hay alguna otra tienda donde tengan todavía aquello que busco? Incluso si es un poco más sencillo de lo que busco no tengo tanto problema, pero me gustaría tener alternativas.
─ Estoy seguro de que sí la hay. Permítame ver en la base de datos para recomendarle alguna otra sucursal que esté cerca…
Yuuna sonríe a modo de agradecimiento antes de echar una mirada a su alrededor, viendo todas las cosas que la tienda tenía a la venta. No descartaba la idea de comprar alguna que otra cosa para usar con Nanami. Se le hacían especialmente atractivo el traje de dominatrix, el cual venía acompañado con algunos implementos de bondage. Por un momento se imaginó a Nanami con una bola con correa en la boca mientras Yuuna la hacía suya con un consolador doble. Incluso llegó a pensar que se le salía un hilo de baba al pensar en aquello, cuando el encargado llamó su atención.
─ Sí hay una tienda con lo que busca, señorita. Tendría que ir a esta dirección que aparece en la pantalla. Está un poco apartado de aquí, pero no es nada que no se pueda cubrir caminando media hora, tardando incluso menos con vehículo.
─ Caminar media hora no es mucho problema. De hecho creo que me vendría bien para mantener las piernas firmes. Muchas gracias, señor. En dado caso creo que solamente me quedo con este delantal, por favor.
─ A-a la orden…
Yuuna sonríe risueña. Tal vez no había completado todavía su propio objetivo, pero por lo menos estaba ayudando a Runa a cumplir el suyo. Se sentía muy bien ayudando a otra persona, incluso si buscaba algo que, legalmente, se escapaba de su edad y alcance.
Media hora después
Luego de haberle dado a Runa el delantal y haber ido caminando a la tienda que el cajero de la tienda le dijo, Yuuna sentía que su trabajo iba a dar sus frutos.
─ Menos mal que no hace demasiado sol para molestar mi caminata ─ dice la rubia para sí misma, y en eso siente la vibración de su teléfono. Era Nanami, y Yuuna no duda en contestar ─. Moshi moshi, Nanami-chan.
─ Onee-sama… Ahh… ─ el gemido que suelta Nanami extraña un poco a Yuuna ─ ¿P-podrías parar un momento, Sara-san?
─ ¿Pasa algo, Nanami?
─ N-no… Es que Sara-san me invitó para un... Nada extraño, onee-sama.
─ ¿Eh? ─ Yuuna alza una ceja, pensando que era rara esa interferencia ─ ¿Y qué era lo que querías decirme?
─ ¡Ah! Quería decirte que esta noche quiero cocinar algo rico y me gustaría que estés para que me digas si mi cocina está mejorando.
─ Oh, por supuesto que estaré ahí, Nanami. Me hace mucha ilusión comer lo que vayas a preparar.
─ Nanami-chan, ¿quieres… lado oscuro? ─ por un breve momento una nueva interferencia había estorbado lo que llegaba a los oídos de Yuuna ─ Ya verás que lo vamos a disfrutar. Y también hay muchas galletitas.
─ De acuerdo. Ya voy contigo, Sara-san. Bueno, onee-sama, te dejo por ahora.
─ Pásala bien, Nanami.
Yuuna cuelga la llamada. En ese momento una ligera, muy ligera molestia zumbaba dentro de su cabeza. Pero obviamente aquello no era nada importante, o al menos eso se decía la rubia a sí misma.
Tienda
─ Sí. Justamente ayer nos llegó un nuevo lote de lo que nos está pidiendo ─ responde la encargada de la tienda, a lo que Yuuna sonríe contenta ─. Bueno, sale un strap-on con vibrador y un consolador doble. Debe un par de minutos, que sacaré los mejores ejemplares que tengo en el almacén.
─ Puede tomarse su tiempo ─ le responde Yuuna de manera amable, a lo que la encargada hace una reverencia y se va al almacén ─. Me pregunto qué otros artículos interesantes venden en este lugar…
Al fondo del local se encontraba un televisor encendido. Yuuna por un momento piensa que el televisor sólo estaba para hacer gala de las cosas que estaban vendiendo allí dentro, pero resultaba que estaba transmitiendo una novela. Yuuna se acerca, interesada por ver de qué trataba el programa, pero lo que ve la deja algo estupefacta.
El programa mostraba a una chica de cabello rojo que estaba con una chica rubia, y cuando la rubia no estaba en casa la pelirroja se iba a la casa de su vecina, de cabello café muy bonito, y ambas se besaban e incluso se dirigen juntas a la cama de la chica de cabello café. Yuuna sentía algo raro al respecto, e incluso le fue imposible evitar alzar las cejas por ello.
─ Parece que mi programa favorito ya empezó ─ aparece Rena justo al lado de Yuuna ─. No sabía que te gustara este tipo de novelas, Yuuna-chan.
─ En realidad no. Ni siquiera sé qué programa es ─ responde Yuuna tratando de aparentar normalidad.
─ Es un programa que ya lleva un par de semanas al aire, y debo decir que es mi favorito ahora mismo. Si te interesa verlo completo se titula "No Te Rindas, una historia de amor" ¿Quieres que te anote el servicio de streaming donde lo tienen?
─ Le agradezco el ofrecimiento, Rena-sensei, pero no sé si tenga tiempo para verlo pronto. Tengo muchas cosas que hacer, así que lo siento.
─ No pasa nada. Lo bueno de ser joven de todas maneras es que tiempo hay de sobra para hacer lo que quieras. Incluso si no es hoy, otro día sí se va a poder ─ Rena le guiña un ojo a Yuuna ─. Y por cierto, ¿qué es lo que haces aquí? ¿Acaso buscas algo bueno para estar con tu novia?
─ A-algo así…
─ Qué bueno. Yo por mi parte estoy buscando una ropa interior que sea bastante erótica. Últimamente había probado por comprarme prendas comestibles, pero ahora quiero tener unas cuantas opciones que pueda unas cuantas veces y no solo una. Nos vemos nuevamente, Yuuna-chan.
─ Qué tenga un buen día, sensei ─ Yuuna hace una reverencia y se da la vuelta para estar nuevamente frente al mostrador para esperar a la encargada, la cual justo llega con lo pedido.
─ Disculpe por la espera. Aquí tengo varios ejemplares de lo que me pide, y además son de varias tallas ¿Cuáles modelos son los que preferiría?
─ Deme este y este. Creo que vienen bien ─ Yuuna hace su elección, y la encargada empieza a hacer lectura de los precios.
Al menos eso había servido para quitarse por un momento el malestar de la cabeza.
Varias horas antes, en casa de Nanami
El sol se asoma entre las cortinas de la habitación de Nanami, la cual dormía con cierta incomodidad. Sentía que había algo atenazándola, un par de brazos suaves y gentiles, aunque uno de estos se había colado dentro de su pijama y estaba amasando suavemente su pecho. Nanami deja salir un suave gemido al sentir un aliento ajeno chocar contra su cuello, y eso la hace pensar en alguien en específico.
─ Onee-sama…
Nanami se voltea lentamente en dirección a la chica que estaba a su lado, teniendo ambos rostros justo frente a frente. Nanami se prepara entonces para besarla. Pensaba que era una buena manera de empezar el día, darle un beso de buenos días a su amada y que ambas se levanten para dirigirse al baño y asearse rápido, aunque era probable que su amada le quisiera hacer el amor un par de veces en el proceso. Igual eso no era algo malo para Nanami, por más que lo negara y que considerase que ese tipo de actitudes no era propio de una dama. Justo cuando ambos pares de labios estaban por hacer contacto es que Nanami abre los ojos, y lo que ve la deja completamente en shock.
─ Kaede-chan… ─ dice Sara entre sueños mientras aprieta un poco el pecho de Nanami.
Nanami se queda como estaba un par de segundos antes de intentar retroceder, aunque no consigue alejarse mucho, y es que Sara, por alguna razón, resultaba ser bastante fuerte para tenerla agarrada y estarle metiendo mano mientras soñaba con Kaede. Nanami no se esperaba que Sara realmente fuera poseedora de tal condición física, con lo delicada y suave que se ve. Tal vez era producto de los ejercicios que debía hacer para mantener la forma por el bien de su trabajo como modelo, pero igual a Nanami le abrumaba que tuviera esa fuerza.
─ S-Sara-san, por favor despierta…
─ Kaede-chan, quiero jugar a que eres mi mamá… ─ Sara se acerca entonces al pequeño busto de Nanami mientras usa una mano para abrirle la camisa del pijama, horrorizando a la pelirroja.
─ T-te lo ruego, Sara-san… Yo no soy Kaede-senpai. Por favor despierta…
Sara termina por atrapar un pezón de Nanami y succiona un par de veces. Nanami sentía que aquel era su fin. Si Yuuna de pronto la visitaba temprano y la veía así, estaba segura de que su relación y su vida se irían completamente al caño. Sara finalmente se despierta y se da cuenta de lo que estaba haciendo, soltando a Nanami en el proceso.
─ Ese no es el pecho de Kaede-chan. Ni siquiera es una milésima parte de lo grande que son las bubis de Kaede-chan.
─ ¡Pues disculpa por tener pequeños mis pechos! ─ reacciona Nanami entre lloriqueos y cerrándose la camisa con apuro ─ ¿Y qué estás haciendo desnuda en mi cama, Sara-san?
─ Oh, creo que es el poder de la costumbre ─ Sara se mira a sí misma y muestra una despreocupación que dejaba perpleja a Nanami ─. Siempre me cuelo en la habitación de Kaede-chan y termino durmiendo desnuda con ella. Parece que este cambio de aires temporal no hace que se me quite el hábito.
─ Ya veo que no lo ha hecho ─ dice Nanami todavía roja y yendo al baño ─. Mejor ve buscando tu ropa antes de que mis padres aparezcan. Lo que menos quiero es que se dé un malentendido por verte desnuda.
─ Lo entiendo, Nanami-chan. Ya busco mi ropa.
Nanami suspira cansada y va rápido a bañarse. Al menos lo necesitaba para enfriar sus ideas y quitarse la impresión que se acababa de llevar.
Horas después
Nanami estaba un poco frustrada. Que ese día lo tuviera totalmente disponible para llevar a cabo la búsqueda de un buen regalo para Reo no le había servido para nada. Iba a cada tienda de obsequios y recuerdos, a cada tienda de ropa y toda clase de artículos, y cuando se imaginaba si a Reo le podría gustar lo que pensaba regalarle, lo que se terminaba imaginando era a Reo poniéndole mala cara, usando su cabello para sujetarla como si fuese un tentáculo y diciéndole que era una vergüenza para vida en la Tierra al no ser tan siquiera capaz de elegir un buen regalo. Tal vez fuera por su sempiterna necesidad de tratar el tema de su confianza, pero igual no veía qué cosa podría alegrar a su pequeña senpai.
─ Si Mai-senpai estuviera aquí tal vez podría darme alguna pista, aunque fuese una muy pequeña ─ Nanami mira una tienda de artículos tradicionales, y rápidamente descarta esa opción ─. Reo-senpai no parece de esas chicas tradicionales. Tal vez con Shizuku-sama podría funcionar ¿Por qué me debió tocar una ruta tan complicada? Onee-sama, necesito tu apoyo…
En eso Nanami ve a una pareja pasar cerca. Lucía bastante acaramelada, compartiendo un único helado que habían comprado. Por un momento a Nanami se le había antojado comprar algo de helado también, pero era más importante saber que todo esto también lo hacía por su propio bien y el de Yuuna. Si no cumplía con las expectativas de Rena, esta tomaría represalias con su cuerpo, y de ninguna manera podía permitir que nadie llegue hasta las últimas instancias con su cuerpo si no era justamente Yuuna, su onee-sama.
─ Necesito intentarlo un poco más. Algún regalo lograré encontrar que llegue a ser del agrado de Reo-senpai. No importa cuánto me haga falta buscar, juro que daré con ese regalo, y onee-sama se alegrará mucho y me acariciará la cabeza para felicitarme, y después de eso empezará a besarme y llevará su mano hasta mi…
─ Nanami-chan, te estoy hablando ─ la repentina aparición de Sara asusta a Nanami ─ ¿Y qué tanto andabas hablándole al viento?
─ ¿E-estaba pensando en voz alta? ─ ante el asentimiento de Sara, Nanami vuelve a sentirse desanimada ─ Uuuu, eso significa que acabo de decir varias cosas vergonzosas.
─ Realmente eres muy chistosa, Nanami-chan. Pero en fin, te estaba hablando porque encontré un buen lugar para que te relajes. Pareces bastante tensa.
─ Definitivamente lo estoy. He estado revisando cada tienda por la que he pasado y no encuentro nada útil ¿Y qué me cuentas tú, Sara-san? ¿Encontraste un buen regalo para Kaede-senpai?
─ Ese regalo ya lo decidí desde el momento en que ese sorteo terminó, y ahora mismo sólo te puedo decir que lo tengo en el horno, esperando a que llegue el momento adecuado ─ Sara le guiña un ojo a Nanami, dejándola todavía con dudas ─. Pero ahora que nos encontramos, lo que quería decirte es que te invito a un local que acaban de abrir que está cerca de aquí.
─ ¿Y de qué es ese local?
─ Es una sorpresa ─ Sara tira entonces de la mano de Nanami para llevársela al lugar que quería.
Veinte minutos después
─ ¡Kyaaaa!
─ Nanami-chan, relájate un poco, o los masajes no se sentirán igual de bien ─ le dice Sara a su lado. Ambas chicas se encontraban acostadas boca abajo en camillas altas y estaban desnudas, cubiertas solamente por una toalla que tenían sobre el trasero ─. Esto se supone que es para la relajación muscular y para desaparecer los nudos que puedan generar molestias en diversas partes de tu cuerpo.
─ Pues debo tener muchísimos nudos porque esto duele ¡Ahh!
─ Lo siento mucho. Procuraré emplear alguna técnica más suave ─ le dice una de las masajistas con temor.
─ No te preocupes ─ le dice Sara de manera despreocupada ─. Es solo que mi amiga es algo temerosa, nada grave en realidad. Siga con lo que hace, por favor.
─ Ah, de acuerdo ─ responde la masajista.
Viendo que se permitían las llamadas, que al par de minutos las masajistas se retiran porque la sesión finalmente se había terminado, y que Nanami sentía la urgencia de escuchar la voz de Yuuna para ver si así se relajaba y le hacía efecto el masaje, rápidamente disca su número. Pronto obtiene la respuesta que deseaba.
─ Moshi moshi, Nanami-chan ─ escuchar la voz de Yuuna resultaba un alivio para Nanami.
─ Onee-sama… Ahh… ─ Nanami suelta un gemido debido a que Sara, a fin de molestarla un poco, la pica en un costado ─ ¿P-podrías parar un momento, Sara-san?
─ Para sentir cosquillas sí que eres buena, Nanami-chan ─ se burla Sara.
─ ¿Pasa algo, Nanami?
─ N-no… Es que Sara-san me invitó para un lugar para que nos den un masaje. Nada extraño, onee-sama.
─ ¿Eh? ─ a Nanami le da la impresión de que Yuuna había elegido creerle, pese a que su gemido le había parecido demasiado preocupante ─ ¿Y qué era lo que querías decirme?
─ ¡Ah! Quería decirte que esta noche quiero cocinar algo rico y me gustaría que estés para que me digas si mi cocina está mejorando ─ y no era mentira. Nanami estaba ilusionada con impresionar a Yuuna con su cocina, y pensaba que si Yuuna venía a su casa esa noche iba a dar lo mejor para darle una alegría.
─ Oh, por supuesto que estaré ahí, Nanami. Me hace mucha ilusión comer lo que vayas a preparar.
─ Nanami-chan, ¿quieres comer helado oscuro? ─ Sara se levanta de su camilla y se pone una bata al tiempo que se acomoda el cabello ─ Ya verás que lo vamos a disfrutar. Y también hay muchas galletitas.
─ De acuerdo. Ya voy contigo, Sara-san ─ Nanami asiente, contenta porque tendría algo de descanso de aquellos masajes que le generaban más dolor que beneficio ─. Bueno, onee-sama, te dejo por ahora.
─ Pásala bien, Nanami.
La llamada llega a su fin, y Nanami estaba bastante contenta mientras se levanta y se pone con apuro una bata para ir a comer las golosinas que Sara le había mencionado. No había conseguido ningún regalo, pero al menos sabía que Yuuna vendría esa misma noche.
Por la noche
Nanami estaba cocinando bastante contenta de la vida, y Sara estaba revisando los estados de sus redes en su teléfono, bien contentas ambas. Una porque esperaba por Yuuna, y la otra porque veía que la última línea de ropa que había usado para su sesión de modelaje estaba resultando un tremendo éxito comercial, por lo que consideraba que era seguro que marcas cada vez mejor rankeadas vendrían pronto para hablar con su representante.
─ Esto va cada vez mejor. Con los ingresos que estoy teniendo he de garantizar que Kaede-chan y yo viviremos sin ningún atenuante. Incluso me hace pensar en cuántos hijos podríamos tener gracias a mis ganancias ¡Oh! Y con lo que llegue a hacer Kaede-chan, sabiendo lo grandiosa que es, tendríamos dinero suficiente para tener tantos bebés como para ponerle fin al problema de la natalidad en Japón. Ambas seríamos heroínas nacionales.
─ Sara-san, en vez de hablar contigo misma preferiría que me ayudes ─ la reprende Nanami sin quitar los ojos de lo que estaba cocinando ─. Onee-sama vendrá en cualquier momento, y necesito que me ayudes para acabar con la cena.
─ ¿No podría tu madre cocinar, Nanami-chan? La dieta que sigo es algo complicada de llevar. Todavía ahora no me explico cómo Kaede-chan fue capaz de aprender a cocinar lo que necesito, si hasta los dietistas de la agencia a veces tienen complicaciones para medir bien las raciones que las modelos requerimos.
─ Eso me hace sentir que no estoy hecha para esto ─ Nanami suelta un suspiro de derrota ─. Pero necesito hacer un esfuerzo, todo sea por onee-sama… Ah, y mi madre no viene a casa esta noche. Lo siento mucho, Sara-san.
─ Bueno, supongo que comer unas cuantas calorías extra no va a hacerme tanto daño, ¿verdad? Con algo de suerte puede que ese extra vaya a mis pechos y sea más apetecible para Kaede-chan cuando volvamos a estar juntas.
─ No te recomiendo que te ilusiones demasiado ─ le dice Nanami pensando en ella misma como un ejemplo de que esa estrategia no siempre funciona.
Sara termina por acceder a ayudar a Nanami con la comida. Ambas estaban avanzando a un muy buen ritmo para tener lista la cena, y eso tenía muy emocionada a Nanami, mientras que Sara se estaba divirtiendo en grande.
─ ¡No me imaginaba que cocinar se sintiera así! Creo que le pediré con frecuencia a Kaede-chan que me deje cocinar con ella. Estoy segura de que con ella aprenderé mucho, y ese conocimiento lo compartiré contigo, Nanami-chan.
─ Gracias por ese detalle, Sara-san.
La puerta de la casa se abre. Debido a la hora que era, y en vista de que Nanami no esperaba a sus padres, sabía que se trataba de Yuuna. El corazón le late a mil pulsaciones por minuto y va a recibirla, pero choca con una puerta abierta de los estantes de la cocina, haciendo que resbale.
─ ¡Nanami-chan!
Sara trata de ser rápida para impedir que Nanami cayese, pero su fuerza no era suficiente para detenerla, y de hecho terminan cayendo las dos juntas. Justo en ese momento entra Yuuna en la cocina.
─ Buenas noches, Nanami. Espero que no hayas tenido proble…
Nanami se encontraba boca arriba en el suelo, y Sara estaba justo encima de ella, ambas algo sucias por rastros de comida por haber cocinado, aunque el detalle más fuerte era que, de alguna manera, los tirantes de la camiseta de Nanami se habían corrido lo suficiente como para dejar uno de sus pechos a la vista si no fuese porque una mano de Sara lo estaba agarrando. Yuuna de pronto tenía una mirada sin brillo, vacía, y aquello la hacía lucir bastante aterradora.
─ ¿Qué significa esto, Nanami?
─ O-onee-sama, esto no es lo que crees…
─ ¿Y qué es lo que yo creo? ─ el aura que desprendía Yuuna hacía que Nanami estuviese al borde del pánico, lo que le impedía hablar con coherencia.
─ Nanami-chan sólo me estaba enseñando a ser mejor para Kaede-chan ─ Sara se levanta rápidamente y encara a Yuuna ─. Claro está que se nota que a ella también le falta mucho por aprender, pero me divertí mucho. No esperaba que esto se sintiese tan bien ¿Se nos quiere unir, senpai?
─ ¡Sara-san se refiere a la cocina, onee-sama! ─ Nanami se levanta de un brinco y se acomoda la ropa con apuro y algo de torpeza ─ Esto es un malentendido. Es que Sara-san quiso aprender a cocinar y me ayudó en cuanto se lo pedí, y entonces me resbalé y quiso ayudarme, pero terminó cayendo ella también y…
─ ¿Acaso daba la impresión de que era algo más? ─ cuestiona Sara alzando una ceja ─ Pero si se nota de lejos que hasta hace un momento estábamos cocinando, ¿verdad, senpai?
─ Por supuesto. Las dos estaban divirtiéndose como muy buenas amigas cocinando. Ni más ni menos ─ dice Yuuna con un tono neutral que no ayudaba a Nanami a tranquilizarse ─. Pero supongo que no estaría de más que me lleve a Nanami a la habitación para darle un par de datos para ser la mejor cocinando.
─ ¿O-onee-sama?
─ ¿Vamos ahora, Nanami?
─ ¿Y-y la cena?
─ Ya nos preocuparemos más tarde. Por ahora ven conmigo, Nanami.
La pelirroja asiente resignada y se va con su blonda novia, dejando a Sara sola en la cocina, cuando escucha el timbre que señalaba que la carne en el horno ya estaba lista.
─ Supongo que me toca cenar sola. Definitivamente extraño muchísimo a Kaede-chan. Pipipi.
Habitación de Nanami
─ ¡Kyaa! ¿Onee-sama? ─ Nanami en un abrir y cerrar de ojos había quedado desnuda, y apenas voltea y ya tenía a Yuuna también desnuda frente a ella.
─ Con esto creo que aprenderás muy bien, Nanami. Empezaré por apartar todo rastro de Sara-chan de tu cuerpo. Recuerda que eres mía, Na-na-mi-cha-n.
Yuuna lleva a Nanami a la cama y lo primero que hace es atacar los pezones de la menor con su boca. Los lametones eran veloces, intensos e inmisericordes, de modo que Nanami sólo podía recibir aquel vendaval de estímulos sin ofrecer la más mínima resistencia. No pasaría mucho para que Yuuna abriese el bolso que había traído consigo y saque el consolador doble que había comprado. Nanami estaba enmudecida, pensando que algo tan grande jamás cabría en ella.
─ Esta noche únicamente tendrás cabeza para pensar en mí, Nanami ─ Yuuna mete en su propia vagina uno de los extremos del consolador, y acto seguido pone a Nanami en cuatro ─. Originalmente quería estrenarlo para después de intercambiar los regalos con nuestras amigas, pero ya que estamos, fue bastante oportuno haber traído este juguetito.
─ E-espera, onee-sama. Es demasiado grande…
─ No te preocupes, Nanami. Empezaré lento, y a medida que tu vagina se acostumbre iré aumentando el ritmo. Ya verás que terminarás disfrutando de mi castigo, aunque la idea no se supone que sea que lo disfrutes. Pero por ser Nanami, tu castigo será ahogarte en el placer conmigo.
Yuuna introduce lentamente la punta del consolador en Nanami, la cual se tapa la boca para no soltar un alarido, aunque el mismo sería más por sorpresa que por dolor. Pensaba que esa cosa acabaría por romperla, pero no pasa tal cosa, y los gemidos no se hacen esperar cuando Yuuna empieza a moverse. Nanami se tapa la boca con ambas manos para callar sus gemidos por lo inesperadamente bien que se sentía que Yuuna la estuviese cogiendo de esa manera, pero su recurso pronto queda descartado cuando Yuuna la agarra de las muñecas y tira de ella, teniendo así Nanami el torso al aire, con sus pechos moviéndose al compás de su cuerpo recibiendo cada embestida de la rubia.
Yuuna también estaba disfrutando de la experiencia. Había querido probar cómo se sentía, y la verdad es que aquello estaba superando sus expectativas. El choque de su pelvis contra las nalgas de Nanami, el sostener con delicadeza y firmeza sus muñecas, escuchar sus gemidos saliendo sin parar… todo aquello hacía un cóctel que hacían que la lujuria de la rubia se elevara más y más. Definitivamente estaba dispuesta a hacérselo a Nanami hasta quedar completamente exhausta, y sabiendo que Yuuna no se cansa fácilmente de tener sexo con Nanami, pues la cosa estaba destinada a durar un buen tiempo.
─ ¿Cómo se siente, Nanami? ¿Lo estás disfrutando?
─ S-sí… Se siente increíble, onee-sama…
─ Esto es casi como si estuviera verdaderamente dentro de ti, Nanami. No voy a tardar en venirme…
─ ¡Ahhhh! Sí, yo también me vendré, onee-sama.
El plan de Yuuna había funcionado a la perfección. Unos pocos minutos de sexo habían bastado para que Sara quedase completamente olvidada para ambas. Lo único que había en el mundo era esa habitación con ellas dos teniendo sexo y conociendo una nueva y muy interesante forma en que podrían darse placer innumerables veces en el futuro. Yuuna termina soltando las muñecas de Nanami y la deja apoyarse sobre sus codos mientras ella misma se pone sobre ella, presionando sus pechos contra la espalda de la pelirroja. Esa cercanía era justo lo que ambas necesitaban para empezar a besarse sin necesidad de que Yuuna parase el movimiento de sus caderas. El momento tan ansiado y delicioso estaba por llegar. El orgasmo era casi un hecho.
─ Onee-sama… onee-sama… Te amo, onee-sama…
─ Yo también te am, Nanami… Quiero venirme contigo…
─ Onee-sama… No me imaginaba que fuera a sentirse tan bien… Nnnn… Ya no aguanto…
─ ¡Me vengo, Nanami! ¡Me vengoooo!
─ Kyaaaaaaaaa!
Ambas sienten que sus vaginas expulsaban una buena cantidad de jugos, aunque la presencia del consolador doble causaba que dicha salida fuese a presión. Nanami estaba a nada de poner los ojos en blanco mientras se deja caer sobre la cama, jadeando y esbozando una sonrisa, producto de aquel placer inesperado que tuvo, siempre gracias a su amada onee-sama.
─ Todavía no hemos terminado, Nanami. Quiero seguir haciéndolo contigo ─ dice Yuuna mientras saca el consolador de la vagina de Nanami, a lo que esta se da la vuelta, de modo que ambas quedasen viéndose a la cara, y abre las piernas para Yuuna.
─ Hazme tuya, onee-sama…
Al día siguiente
Nanami dormía plácidamente en los brazos de Yuuna, disfrutando del contacto entre sus cuerpos desnudos y del calor que estaban compartiendo. Las sábanas eran lo único que tenían para envolver dicho estado de desnudez en que se encontraban, algo bastante oportuno, pues la puerta de la habitación se abre, despertando con un sobresalto a la pareja.
─ Mira que me acaban de dar un susto importante, chicas ─ dice Rena dedicándole a las chicas una mirada de regaño ─. La puerta de la casa estaba abierta y las luces encendidas. Llegué a pensar por un momento que había entrado un ladrón, así que vine a investigar, pero afortunadamente no vi nada extraño, aparte de un par de platos con comida torpemente envueltos sobre la mesa.
─ ¿Comida? ─ Nanami trata de hacer memoria, tardando sólo un par de segundos en dar con la persona que debía recordar ─ ¿Dónde está Sara-san?
─ Si ustedes no saben, muchos menos lo sabré yo que apenas acabo de llegar ─ Rena entonces mira de reojo a la pareja y sonríe de forma maliciosa ─. Pero por lo menos parece que lo han pasado bien ¿Acaso hay espacio en esa cama para una más?
Antes de que Nanami fuese capaz de contestar nada las sábanas empiezan a moverse de manera sospechosa. Pronto las tres chicas ven que de allí sale Sara, dormida cual tronco y completamente desnuda, y en eso termina por abrazarse a la cintura de Yuuna.
─ Veo que no queda espacio ─ dice Rena todavía haciendo amago de desnudarse ahí mismo.
─ Kaede-chan ─ dice Sara mientras empieza a apretarle los pechos a Yuuna ─. Se encogieron, pero igual te amo, Kaede-chan.
─ Mira que eres irresponsable, Sara-san ─ empieza a regañarla Nanami, dándole igual que Sara estuviera dormida ─ ¿Qué haces metiéndote otra vez desnuda en mi cama? ¡Ack! ─ Nanami se tapa la boca al darse cuenta de lo que dijo.
─ ¿Otra vez? ─ Yuuna mira fijamente a Nanami, generando un gran terror en la pelirroja ─ Tal parece que no recibiste suficiente castigo. Tendré que ponerme rigurosa.
─ P-pi-piedad, onee-sama…
─ Ojalá que sea el tipo de castigo que me estoy imaginando ─ dice Rena con una amplia sonrisa.
Pocos días después
─ Se me acaba el tiempo ─ Nanami estaba en una librería, lamentándose por sentir que aquella última semana había sido un fracaso total ─. Sigo sin regalo, onee-sama me odia… ¿Qué se supone que haga?
─ Empezar por encontrar el regalo sería un muy buen primer paso, Nanami-chan ─ le dice Sara, todavía ayudándola con la búsqueda ─ ¿Todavía no tienes nada?
─ Nada de nada. No veo que nada pueda poner contenta a Reo-senpai. Es como si…
─ Nanami-chan ─ Sara se acerca y abraza a Nanami, sorprendiéndola un poco ─, eres una chica bondadosa y esforzada, pero tu pesimismo sin duda es algo que necesitas remediar un poco.
─ Lo sé, Sara-san. Especialmente ahora esto me está volviendo loca. Quiero que todo esto termine ya para estar otra vez con onee-sama.
─ Tranquila, que no pasa nada. Vamos con lo primero: Se supone que tenemos… bueno, tienes que regalarle algo a Reo-senpai, ¿verdad? ─ Nanami asiente ─ Pues siendo como es Reo-senpai, no veo razón para buscar algo que resulte especialmente profundo. Algo que sea bonito e interesante debería bastar.
─ ¿Y qué podría ser eso?
─ Mira a tu alrededor, Nanami-chan. Ya no pienses en algo que podría gustarle a Reo-senpai, sino en algo que sea bonito, entretenido y sencillo ¿Qué podría ser?
Nanami termina por hacer caso al consejo de Sara y mira a su alrededor. Al ser una librería, obviamente estaban ambas rodeadas de libros, útiles escolares y accesorios diversos destinados al estudio o al ámbito escolar. Los libros ordinarios estaban fuera de discusión. Seguramente Reo tenía lo que necesitaba, y en caso contrario todavía contaba con Mai. Los útiles escolares tampoco le parecían una buena idea, así que siguió mirando. Cada cosa la veía como algo meramente utilitario y no como algo que fuese funcional como un regalo totalmente casual, cuando se encuentra con algo que llama su atención.
─ ¡Un libro sobre aves de corral, y además con dibujos! ¡Qué lindo! ─ Nanami se acerca al libro, pero pronto se retracta ─ ¡No, no y no! ¿No es este regalo un poco inmaduro para dárselo a Reo-senpai?
─ Reo-senpai misma es un poco inmadura, así que no le veo el problema, Nanami-chan ─ dice Sara encogiéndose de hombros ─. Además que tampoco veo qué problema tiene el regalo en sí. Si lo compraras para dármelo a mí o a Kaede-chan puedes estar segura de que te lo agradeceríamos de buena manera.
─ Supongo. En ese caso mejor me arriesgo. Este libro, algo de papel para envolverlo, y para estar segura hago algunos chocolates, a ver si al menos con eso Reo-senpai no se molesta con mi regalo.
─ Eres preocupona nivel cósmica, Nanami-chan ─ a Sara le sale una gota, pero eso se le pasa cuando recibe una notificación en el teléfono ─ ¡Oh! ¡Sugoi! Nanami-chan, acaba de llegar el regalo que pedí para ti y Yuuna-senpai.
─ ¿Eh? ¿Y qué clase de regalo es?
Con Yuuna
Los últimos días para la rubia habían sido pesados al punto de tornarse insufribles. Después de "castigar" como cinco veces a Nanami (bueno, hasta ahí había llegado antes de perder la cuenta, buena parte a la vista de Rena y Sara en cuanto esta última se despertó), Yuuna se había ido preocupada y desilusionada por saber que Sara se colaba desnuda en la habitación de su novia, y que hasta ese momento no le había dicho nada. Desde entonces no había ido otra vez a su casa, el trato en la escuela se había reducido a lo esencial, y como si eso no fuera suficiente, no habían vuelto a tener sexo desde entonces. El cuerpo de Yuuna era como una bomba de tiempo, y ella misma lo sabía.
─ ¿Qué se supone que haré? Ahora mismo estoy como un horno… ─ Yuuna en ese momento no se metía mano porque se encontraba a mitad de la calle, pero ganas no le faltaban ─ Pero no puedo perdonar a Nanami tan fácilmente. Al menos debería pedirme disculpas, y entonces yo… Supongo que no pondría demasiados peros por querer estar con ella otra vez…
En eso el teléfono de Yuuna suena, y al revisar ve un mensaje de Nanami que decía que la esperaría en casa. Como llegase a ocurrir otro incidente como el de la vez anterior probablemente coja a Nanami como nunca antes para dar a entender que es suya y de nadie más, pero en todo caso tenía que ir.
Casa de Nanami
Sacando una llave que su novia le había ofrecido para que tuviese libre acceso a la casa, Yuuna abre la puerta sin mayores inconvenientes. Esperando encontrar a Nanami y deseando escuchar lo que tuviese que decir, Yuuna se adentra.
─ Estoy en casa, Nanami.
─ Estoy se siente demasiado rico, Sara-san.
─ ¿Lo ves? Te dije que te iba a encantar esto, Nanami-chan. Y mira que apenas estamos empezando.
─ Ohh, síii.
Yuuna en ese momento entra en pánico. Aquello no podía ser lo que estaba pensando. Si veía a Nanami cogiendo con Sara a sus espaldas no sabía lo que podría pasar, pero mínimo le daría un ataque. Queriendo confirmar o desmentir sus temores, Yuuna se acerca a la sala de la casa, y lo que se encuentra la deja sorprendida.
─ ¿Nanami?
─ ¡Onee-sama!
─ Veo que llegaste para ver lo que estábamos haciendo, senpai ─ dice Sara con una media sonrisa pícara ─ ¿Te gusta lo que ves?
─ ¿De dónde salió ese sillón? Luce algo complicado de encontrar ─ Yuuna se acerca y toca el sillón, detectando que estaba vibrando.
─ Quería comprar algo que pudiesen usar ustedes dos sin ningún problema ─ señala Sara alegremente ─. El precio no es un problema en realidad. Todo corre a cuenta del dinero que he obtenido en mi trabajo, además que conseguí que mi manager ordenase el apartado del sillón en cuanto me informó que había encontrado lo que le pedí.
─ Ya veo. Es interesante ─ Yuuna se sienta junto a Nanami para sentir las vibraciones del sillón, aunque al ser para una sola persona, las dos obviamente estaban bastante pegadas ─. Qué relajante se siente.
─ Es mi manera de darles las gracias por permitirme estar aquí y ser pacientes conmigo, Nanami-chan, Yuuna-senpai ─ Sara completa su gratitud con una reverencia.
─ Lo siento mucho por arruinarlo todo, onee-sama ─ dice Nanami, ignorando por un momento la vibración del sillón ─. Todo lo que quise era estar contigo, pero lo arruiné todo. Es natural que estés enfadada conmigo.
─ No sigas, Nanami ─ Yuuna abraza a Nanami, haciendo que su rostro repose sobre el prominente busto de la rubia ─. No hay manera de que siga enojada con mi amada Nanami. Llevo ansiando volverte a ver y tocar. Siento que hubiesen pasado siglos, y eso me torturaba…
─ ¿Onee-sama?
Yuuna ya no estaba para charlas. Entre la lujuria reprimida y las vibraciones del sillón habían hecho que Yuuna acabase manifestándose con todo su deseo de sexo. Rápidamente procede a besar a Nanami y a moverle la ropa para ponerse a jugar con sus pechos, dándole completamente igual que estuviera Sara contemplando lo que ocurría.
─ Bueno, supongo que me tengo que ir. Tengo cosas por hacer, así que espero que disfruten del obsequio.
Un leve gemido de parte de Nanami es toda la respuesta que recibe Sara antes de retirarse y dar una pequeña vuelta por el vecindario, sabiendo que Yuuna tardaría muchísimo en terminar de hacer el amor con Nanami. De todos modos esa vuelta le ayudaba para pensar.
─ Cuando esté otra vez con Kaede-chan, estoy segura de que lo haré con ella hasta que quedemos bien secas. Sólo un poco más…
Fin
Pues aquí está el resultado. De momento este es el DLC más largo de los que he hecho. Faltan dos, eso sí, a ver si llegan a ser todavía más largos o no, pero de momento es el más largo. Muchísimas gracias por la paciencia que han tenido conmigo. Estos meses me han dejado muy complicado para avanzar en mis fics de manera fluida, ojalá que para el año que viene cuente con el tiempo que necesito para escribir con mejor ritmo, aunque eso en buena medida depende de cómo vaya mi suerte laboral. Pero no es como que quiera esperar al 2025 para sacar el próximo DLC, no, ojalá consiga sacarlo este mismo año, y me esforzaré para que así sea. En fin, hasta aquí los dejo. Cuídense mucho.
Hasta otra
