MPREG – Good Omens
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AU / Omegaverse
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9. Sexo en el embarazo
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Tres semanas y media fueron lo que Crowley y Azirafel estuvieron distantes, casi un mes en donde y apenas las llamadas ayudaban en la distancia, lo cual mantuvo al Alfa en un estado de enojo e impaciencia de la cual sus compañeros fueron víctimas, no dejaría pasar el momento cuando viera a su suegro de decirle un par de cosas, sino es que arrancarle el cuello.
Por otro lado, el mismo Lucifer mantenía un cierto orden pese a sus negocios, no es que le diera por su lado, el enojo estaba hacía su distanciamiento a su Omega y cachorro; debía controlarse, después de todo es el abuelo de su hijo, y aunque Crowley no lo admita, está feliz de que su padre le visite.
Crowley por otro lado se acomodó con la ropa nueva que compro con ayuda de Gabriel, el cual soportaba los cambios de humor del Omega, sus quejas y reproches sobre su padre, el querer darle unos buenos golpes y pasar luego a la tristeza de no tener a su Alfa cerca, de sentir sus mimos y caricias, Gabriel no sabe si era mejor que estuviera enojado o triste, no le gustaba ninguna de las dos, aunque debe admitir que en su estado verlo enojado es divertido.
El médico con la mirada lo decía todo, dejaba salir un suspiro y seguían con la revisión de rutina, incluso el bebé parecía sentir el regaño del médico, quedándose quieto para que este le revise y tome notas. Las consultas salían bien y el Omega ya estaba recuperado de los males que le acongojaban.
Y aquello era el principio, el que saliera de sus problemas personales, lo complicado desde ahora y lo que su médico le ha estado diciendo desde hace unas semanas, es los cuidados y necesidades que tendrá el bebé, una especie de examen semanal de preguntas y algunos escenarios de lo que la madre tiene que hacer, claro que un escenario ficticio no supera jamás a la realidad.
—No quiero volver a hacer esto –soltó pegándose al cuerpo de su esposo, quien igual de necesitado por el calor de su Omega, lo estrecho en sus brazos.
—No permitiré que te vuelvan a alejar de mi lado –hablo el Alfa, oliendo a su Omega e impregnarse de él, como Azirafel llenaba también de su aroma a Crowley.
El cachorro estaba feliz, pateando de felicidad, como si aquellos movimientos no afectarán los órganos de su madre, lo cual no es nada comparado a la felicidad del momento. Duraron abrazados un par de minutos, de nuevo estaban en su hogar, los tres juntos.
Almorzaron en el patio trasero sobre una manta, relajados y felices, el tiempo en ese momento estaba favorable para disfrutarse, la sombra de aquel árbol perfecta y la suave brisa relajaron a ambos quienes no dejaban pasar ningún momento en darse algún beso tierno en la nariz, la frente, la coronilla o un pico de labios.
Crowley se quedó dormido sobre el pecho de Azirafel, quien leía en aquella tranquilidad acariciando el vientre de su pareja, no dudo en decirle lo bien que se ve con esa ropa, igual ama verlo con aquellos pantalones de cuero los cuales le gusta más quitárselos que vérselos puestos.
Cuando empezó a sentirse el frío, se detuvo de querer removerlo para despertarlo, en cambio lo llevo en brazos, aun si Crowley había ganado peso que se notaba en sus nalgas, las cuales no tenía si es sincero como en sus pechos y vientre, sigue sin ser suficiente peso para él. En la habitación lo acomodo en la cama, Crowley necesitaba de aquel descanso con su pareja, de tenerlo cerca, sentirse protegido.
Le acaricio el rostro, Crowley es en verdad hermoso que le hace tener cada día una razón para seguir, para vivir, lo ama como no llegó a pensar que amaría a alguien, y no solo eso, lo desea, le apasiona sentirlo, escucharlo gemir y clamar su nombre cuando se tocan de manera intima, la fricción entre sus cuerpos, el roce inicial, las miradas, el deseo que quema por dentro.
Se había nublado en los pensamientos hasta que sintió una mano sobre su erección y el aroma persistente y delicioso de Crowley, el cual saco el miembro de su esposo dando caricias suaves y algunos apretones que hicieron gruñir al Alfa, el cual no espero una invitación para irse sobre su Omega y retirarle la ropa.
El tiempo alejado uno del otro estaba reflejado en cada caricia y sentir, en los jadeos y estocadas, en cada embestida y gemido por ambos, y queda claro que Azirafel incluso se sintió un poco apenado y avergonzado de que su bebé estuviera en se momento, es como si estuviera viéndolos desde el marco de la puerta, ante aquello Crowley se rio, y no bajo con eso la pasión hirviente en ellos.
Besos tiernos y lujuriosos, los movimientos de la cama, el sudor brillando en ambas pieles, los aromas siendo más intensos como sus deseos, anhelaban sentirse de esa manera, conectados, unidos.
Cuando Azirafel entre abrió los ojos y los fijo lo mejor que pudo en el reloj, observo que era pasada la medianoche, luego miro al costado izquierdo, Crowley estaba perdido en el mundo de los sueños, eso por ver la saliva que corre por la comisura de sus labios a la almohada que ya tiene una laguna, rio por ello, y por como abraza la almohada que según él no necesitaría, aquella que Gabriel le regalo de banana, la cual es una banana grande.
Se puso en pie colocándose un pants y sandalias para revisar las cosas en casa, apagar luces y cerrar ventanas, que, si la seguridad no es el problema, no quiere tener algún susto.
Un día normal en la oficina en donde Gabriel se escabullía de Beelz, corriendo de ser necesario, esperando a que saliera de algún lugar para luego entrar o tardarse en charlas con otras personas para que ella se fuera.
—Gabriel –llamo con molestia la mujer ¿Es que acaso el Omega se estaba escondiendo de ella? ¿Había hecho algo malo? —necesito hablar contigo.
Gabriel se tensó, sabe que no puede estar evitando a la mujer por siempre, así que se dio la media vuelta —¿necesita algo? –profesional, debía de enfocarse solo en el trabajo, y con ello no hablaría de nada que no fuera de eso.
—Me has estado evitando –no fue pregunta, las feromonas de la mujer hicieron de las suyas encogiendo al alto hombre —¿hice algo para molestarte?
Negó —tengo trabajo que hacer, disculpe si en algún momento –la mujer lo arrincono en un espacio en donde nadie podía verlos, aun con aquella estatura, su intimidación es alta.
—No, usted se está escondiendo de mí, se escabulle, no crea que no lo he visto –regulo sus feromonas al ver el rostro del Omega y notar también su acción, chasqueo la lengua y le dio espacio, lo cual el hombre agradeció sin decirlo —conteste.
Se repitió la pregunta en la cabeza, ella estaba preocupada y creía que algo malo le había hecho cuando en realidad él se estaba alejando por las ideas de que ella solo estaba siendo amable con él y por pensar algo que seguro no tiene un final como él espera.
Solo estaba pensando en él, y no en lo que ella siente y piensa, si lo hace por amabilidad o por buscar una aventura, si busca una amistad o solo quiere tener una relación amena con las personas de la oficina ¿Qué derecho tiene de juzgar por ello? ¿Qué culpa tiene la mujer de que él tenga otras ideas en la cabeza?
Cualquiera que fuera la razón, no era motivo para ser cobarde, es un adulto, no un crío que debe esconderse de los acosadores niños, no es un niño que deba ocultarse en las faldas de su madre. Se recargo en la pared ante la vista de la mujer —no –respondió con la cabeza baja, apenado de sus acciones.
Crowley lo había mencionado anteriormente, después de dejar el rencor que le tuvo a la mujer. Debía ser directo, hablar las cosas y poner en claro que es lo que buscaba, la comunicación en todos lados es lo más importante, y tampoco es que llegará y le dijera las cosas tal cual, sino con sutileza, entendible sin ser muy delatador que gusta de la Alfa.
Copiando su acción, ella se colocó también sobre la pared —¿hay algún problema con que sea Alfa?
—Para nada –se apresuró en decir mirándola —usted es una Alfa que cualquier Omega desearía tener –se sonrojo ante aquello, lo pensó en voz alta —quiero decir.
Ella sonrió, se sintió alegre de escuchar al Omega decir eso, pero ella no quiere a cualquier Omega, ella desea conocer a ese alto Omega de aroma peculiar a canela, dulce y picoso.
En un principio ella solo entro al trabajo con su única meta de trabajar, dentro de lo laboral ella solo se enfoca en eso, en hacer bien su trabajo, fuera de este tiene a sus amigos, familia y vida social y claro que no se cierra a cosas nuevas, por ejemplo, a ese Omega alto que, desde el primer día que lo vio le hizo sentir como una colegiala sin demostrarlo.
Hace unos meses había terminado su relación con una Alfa, la cual, y a palabras claras y sencillas era y sigue siendo una persona muy tóxica, no lo era, lo sabe bien, una mujer tranquila, amable y con carácter también, con una bella sonrisa y unos ojos hermosos, sin embargo y con el tiempo, esa Alfa fue cambiando.
Cuando salían a pasear ella siempre dejaba salir bastantes feromonas marcando terreno y causando problemas en Alfas y Omegas, se molestaba mucho cuando alguien se acercaba de más, si alguien miraba donde estaban ellas, incluso cuando eran atendidas en locales causaba problemas.
Bastantes discusiones, reconciliaciones y promesas vacías en donde prometió que cambiaría y no lo hacía, fue entonces que Beelz termino de manera definitiva pese a las palabras de Michael, quien le dijo muchas cosas, incluso la amenazo, aun así, Beelz con el corazón roto dejo a Michael.
Le dolió bastante y estuvo deprimida, de mal humor y liberando feromonas, entonces cuando recibió la llamada de Dagon para el trabajo, no lo dudo, sería perfecto para pasar el mal rato, acepto sin importar el lugar, aquello le ayudaría, y entonces lo vio, ese Omega poco usual de olor a canela, esa risa angelical, manos grandes y con bastante humor, sintiendo como su corazón se aceleraba, de igual modo eso no quito del todo el dolor en su corazón, del cual llevaría tiempo.
Con el pasar de los días y las cortas palabras de Gabriel fue viendo que el Omega no solo es guapo, también alguien que gusta hablar de todo un poco, no siendo igual a otros Omegas, cuando lo vio con su amigo y este se puso a la defensiva, se sintió molesta teniendo que disimular bien, ella deseaba ser quien cuidará del Omega, no otro que además estaba en estado.
Después de haberse decidido por ver en que puede resultar aquello, los días fueron buenos y agradables siendo ella quien empezará las charlas, quien lo buscará y hablará un poco más, cuando y de repente el Omega dejo de verse, lo veía ir y venir con rapidez, pensando primero que seguro tenía bastante trabajo, luego notó que en realidad solo huía de ella, y fue lo que le molesto ¿Acaso hizo algo para que se pusiera así? ¿Tendría pareja?
Se disipo dudas hablando con Anatema y Dagon, quienes mencionaron que aquello seguro era imaginaciones de ella, o que Gabriel tenía algo que lo inquietaba, desde que su compañero Crowley no está, se sintió la tristeza en el Omega, sin embargo, no era eso, ella lo sabe bien.
—¿Puedo invitarte un café? –hablo de manera tranquila y firme la Alfa —no me respondas ahora –le detuvo antes de que siquiera meditará la pregunta —respóndeme antes del fin de semana, a la salida.
Gabriel se emociono y temió por ello, empezó a sentir el acelerado palpitar del corazón y la ansiedad en sus manos, queriendo apretar o romper algo, asintió ante ello para tener su espacio cuando la Alfa le dejo ahí.
¿Aquello era una cita? ¿Ella le pidió una cita?
12/09/2024
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Revelación del sexo
