Hello, everypony.

aquí su amigo Diabolik kaze con otro capitulo de mi intento fanfic, Quiero aclarar que tanto los personajes de *MLP: FIM* como los OCs de Noru~ Aisurando y Woundead Sky son propiedad de sus respectivos dueños. ¡Muchas gracias por crearlos y por ser mi inspiración para escribir! y ahora sin nada mas que decir vayamos a la que nos reúne el día de hoy, que es la historia.


El bosque donde había citado a Noruu estaba en calma. A pesar de la preocupación por Nya, las palabras de mis amigos me habían dado algo de consuelo. Aprender magia de verdad con Noruu me ayudaría a distraerme y a fortalecerme para los desafíos futuros.

El camino hacia el bosque estaba tranquilo, con rayos de sol filtrándose a través de las hojas, creando un paisaje pacífico. Sin embargo, mi mente estaba en otra parte. Recordé la última vez que estuve en este bosque, cuando Noruu y yo habíamos explorado una cueva en busca de un tesoro para Aisurando. La experiencia había sido peligrosa, pero también emocionante, y había fortalecido el lazo entre nosotras.

Al llegar al claro del bosque donde Noruu me había citado, la encontré esperando, recostada contra un árbol con su actitud despreocupada. Al verme, levantó una ceja, evaluando mi estado de ánimo.

—Tardaste mucho, idiota —dijo Noruu con su tono sarcástico característico, aunque había un atisbo de preocupación en sus ojos—. Espero que no estés pensando en echarte atrás.

Antes de que pudiera responder, escuchamos un ruido detrás de nosotros. De entre los árboles emergió Denmaku, con su pelaje rojo y crin rubio brillando a la luz del sol.

—¡Hola, Noruu! ¡Xail! —exclamó Denmaku con su típica energía—. Pensé que podría unirme a ustedes. Después de todo, la práctica no tiene por qué ser aburrida.

Noruu lo miró con una mezcla de sorpresa y escepticismo.

—No te olvides de que el entrenamiento tiene que ser riguroso —le advirtió—. No es un juego.

Denmaku levantó las patas con una sonrisa traviesa.

—Tranquila, lo tengo bajo control. Solo quiero asegurarme de que Xail no se aburra.

Con una sonrisa agradecida a Denmaku, Xail se dirigió a Noruu.

—Estoy lista para comenzar —dijo Xail con determinación—. Dime qué necesito hacer.

Noruu asintió y se puso seria.

—Vamos a trabajar en técnicas avanzadas de magia. Es importante que aprendas a controlar tu energía y a utilizarla de manera efectiva en combate. Empezaremos con un ejercicio de concentración y visualización.

Denmaku se acercó a Xail, ofreciéndole una pequeña piedra brillante que había traído consigo.

—Esto debería ayudarte a concentrarte. Es un cristal de enfoque. Úsalo para centrar tu mente y canalizar tu magia.

Xail tomó el cristal con una expresión de curiosidad y gratitud. Mientras Noruu comenzaba a explicar los ejercicios, la luz del sol se desvanecía gradualmente, dando lugar a una atmósfera más sombría en el bosque.

—Recuerda, Xail —dijo Noruu mientras comenzaba el entrenamiento—, la magia no solo se trata de poder, sino también de control y precisión. Si puedes aprender a mantener la calma y concentrarte, estarás mejor preparada para cualquier desafío que enfrentes.

El entrenamiento se desarrolló en un ambiente intenso pero constructivo, con Xail y Noruu trabajando en perfeccionar habilidades cruciales. Denmaku observaba y ofrecía apoyo, asegurándose de que Xail no se sintiera abrumada.

Finalmente, cuando el sol comenzó a ocultarse en el horizonte, Noruu concluyó la sesión.

—Buen trabajo por hoy. Has hecho progresos notables —dijo con una sonrisa satisfecha—. Mañana continuaremos con más prácticas.

Denmaku se estiró y se dirigió a Xail con una sonrisa.

—¿Cómo te sientes? Espero que el entrenamiento haya sido útil.

Xail asintió, con una expresión de agotamiento pero satisfacción.

—Definitivamente fue desafiante, pero creo que he aprendido mucho. Gracias por la ayuda, Denmaku.

Mientras nos preparábamos para regresar, Denmaku y yo intercambiamos algunas palabras de ánimo, y Noruu se alejó hacia sus propias responsabilidades. El día había sido largo, pero sentía que había dado un paso importante hacia adelante.

La mañana siguiente, Xail partió hacia el castillo de Twilight Sparkle en Ponyville para disculparse. Al llegar, fue recibida por Sunset Shimmer, Starlight Glimmer y Trixie en la entrada del castillo. Las tres estaban visiblemente molestas, sus expresiones variaban desde desconfianza hasta abierta irritación.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Sunset Shimmer, con una expresión que mezclaba sorpresa y desdén.

Starlight Glimmer frunció el ceño y cruzó las patas.

—No estamos seguros de que tu presencia aquí sea bienvenida en este momento.

Trixie, siempre dramática, se mantuvo a la distancia, observando a Xail con una mezcla de curiosidad y escepticismo.

—La Gran y Poderosa Trixie está intrigada por tu llegada. ¿Qué quieres?

Xail, tratando de mantener la compostura, respiró profundamente antes de hablar.

—Vine a disculparme con Twilight. Quiero asumir la responsabilidad de mis acciones y hablar con ella directamente.

Sunset Shimmer miró a sus compañeras y luego asintió lentamente.

—Twilight está en su estudio. Podemos llevarte allí, pero debes tener en cuenta que su paciencia ha sido puesta a prueba.

Con un gesto de agradecimiento, Xail siguió a Sunset Shimmer por los pasillos del castillo hasta el estudio de Twilight. Al llegar, Sunset golpeó suavemente la puerta.

—Twilight, Xail está aquí para verte —anunció Sunset, abriendo la puerta para que Xail entrara.

Twilight estaba en su escritorio, rodeada de libros y papeles, y levantó la vista al ver a Xail. Su expresión mostraba una mezcla de sorpresa y cansancio.

—Xail, ¿qué te trae aquí? —preguntó Twilight, tratando de mantener la calma.

Xail avanzó hacia el centro del estudio, con una expresión de sinceridad.

—He venido a disculparme. Reconozco mis errores y quiero asumir la responsabilidad de lo que ha pasado.

Twilight observó a Xail con atención, su mirada seria pero no completamente fría.

—Entiendo que quieres disculparte, Xail. Sin embargo, tus acciones han tenido consecuencias significativas. No solo has puesto en riesgo a los demás, sino que también has desafiado la confianza que se tenía en ti.

Xail bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de Twilight.

—Lo sé. No hay excusa para lo que hice. Solo quiero enmendar mi error y demostrar que puedo ser confiable.

Twilight respiró profundamente, y su expresión se suavizó un poco.

—Tu disculpa es un primer paso, pero será necesario más que palabras para restaurar la confianza. Tendrás que mostrar con tus acciones que has aprendido de esta experiencia.

Sunset Shimmer, Starlight Glimmer y Trixie observaban en silencio, cada una con una expresión que reflejaba la tensión del momento.

—Estamos dispuestas a darte una oportunidad —dijo Sunset Shimmer finalmente—, pero recuerda que tus acciones serán vigiladas de cerca.

Starlight Glimmer asintió, añadiendo:

—Y tendrás que demostrar que estás dispuesta a trabajar en equipo y no solo a buscar tu propio beneficio.

Trixie, aunque menos entusiasta, también contribuyó:

—La Gran y Poderosa Trixie está dispuesta a dar una oportunidad, pero no olvides que las palabras no son suficientes. Tendrás que probar que eres digna de nuestra confianza.

Xail asintió, reconociendo la seriedad de sus palabras.

—Lo entiendo. Estoy dispuesta a trabajar para ganarme su confianza. Haré lo que sea necesario para demostrarlo.

Twilight asintió lentamente, y con un gesto, invitó a Xail a sentarse.

—Entonces, hablemos de cómo puedes comenzar a reparar el daño y demostrar tu compromiso.

Con una sensación de alivio mezclada con ansiedad, Xail se sentó, lista para discutir los pasos a seguir y comenzar a enmendar su relación con Twilight y sus amigas.

Estoy dispuesta, aceptar cualquier cosa que me digas twilight

Twilight asintió, viendo la determinación en los ojos de Xail.

—Bien, Xail. Primero, necesitarás demostrar que puedes trabajar en equipo y ser confiable. Tendrás que participar en un proyecto que involucra la restauración de algunos documentos antiguos que se han dañado en la biblioteca de Ponyville. Además, quiero que te unas a nuestras reuniones de estrategia para mostrar tu compromiso con el bienestar de Equestria.

Sunset Shimmer intervino: —También será útil si te ofreces para ayudar en tareas comunitarias. Es importante que veamos que estás dispuesta a contribuir al bienestar general, no solo a solucionar problemas personales.

Starlight Glimmer agregó: —Y, por supuesto, tendrás que mantener una actitud abierta y respetuosa durante todo este proceso. Tendrás que demostrar que has aprendido de tus errores y que eres capaz de aceptar críticas constructivas.

Trixie, aunque aún un poco escéptica, dijo: —Recuerda, Xail, que tendrás que ganarte nuestra confianza poco a poco. No será fácil, pero si te esfuerzas y demuestras tu sinceridad, podrías revertir la impresión que dejaste.

Xail asintió con determinación, su mirada decidida mientras aceptaba las condiciones.

—Haré todo lo que pueda para cumplir con lo que me piden y para recuperar la confianza que perdí. Estoy lista para empezar.

Twilight asintió, satisfecha con la respuesta de Xail.

—Entonces, empecemos con el trabajo en la biblioteca. Necesitarás coordinarte con algunos de nuestros voluntarios para restaurar los documentos. Te informaré sobre los detalles específicos en cuanto los tenga.

Con eso, Twilight y su grupo se prepararon para comenzar el día, y Xail, con un nuevo sentido de propósito, se dispuso a cumplir con las tareas que le esperaban.

Xail se tomó un momento para respirar profundamente, su expresión mezclando humildad y una leve franqueza. Miró a Twilight y al grupo que la rodeaba, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y desazón.

—Entiendo, Twilight, y agradezco la oportunidad que me das. Pero hay algo que quiero resaltar —dijo Xail, con una voz calmada pero firme—. Cuando vine a pedir disculpas, me sentí como si hubiera cometido los peores crímenes imaginables. No estoy tratando de justificar mis errores, pero me han tratado como si hubiera robado tu corona, o como si hubiera usado magia para arrebatarle a todo un pueblo sus cutie marks, o como si hubiera traído una Ursa menor al pueblo, o incluso como si hubiera usado un amuleto maligno para causarte daño por venganza.

Sunset Shimmer, Starlight Glimmer y Trixie intercambiaron miradas, sintiendo el peso de las palabras de Xail.

—Sé que todos hemos cometido errores en el pasado y que todos hemos enfrentado juicios y dificultades —continuó Xail—. No soy perfecta, y no espero que me traten como tal. Solo pido una oportunidad para demostrar que puedo aprender y crecer, así como ustedes lo hicieron en su momento.

Twilight, al escuchar las palabras de Xail, asintió lentamente, comprendiendo el punto de vista de la joven alicornio.

—Tienes razón, Xail. Cada uno de nosotros ha tenido que enfrentar sus propios desafíos y juicios. Te agradezco por expresar tus sentimientos y lo tendré en cuenta mientras avanzamos. Nuestro objetivo es ayudarte a mejorar y a ganarte la confianza de todos, no castigarte sin razón.

Tras la conversación, Twilight le dio a Xail una mirada más suave, mientras Sunset Shimmer, Starlight Glimmer y Trixie permanecían en silencio. Había algo en la actitud de Xail que las había hecho reflexionar sobre sus propias acciones pasadas, y el juicio que inconscientemente habían proyectado sobre ella.

—Bueno, será mejor que comencemos —dijo Twilight, rompiendo el silencio con un tono más relajado—. Tenemos mucho trabajo por hacer, y quiero que te sientas cómoda aprendiendo con nosotras. Aquí no se trata de quién cometió más errores en el pasado, sino de aprender de ellos.

Xail asintió, sintiendo que al menos se había expresado con claridad. Con esa conversación atrás, siguió a Twilight al salón de estudios donde comenzarían a trabajar en sus lecciones. El ambiente era mucho más relajado ahora, y aunque Sunset, Starlight y Trixie todavía no se mostraban del todo abiertas, ya no la miraban con tanto recelo.

El salón estaba lleno de libros, diagramas y pergaminos antiguos. Twilight se sentó en un gran escritorio de madera y sacó varios textos de magia avanzada.

—Hoy vamos a comenzar con algunos fundamentos avanzados sobre la armonía mágica —explicó Twilight mientras abría un libro pesado—. Aunque tienes habilidades increíbles, quiero asegurarme de que tus bases estén completamente firmes. Así no solo serás poderosa, sino también controlada.

Xail asintió, enfocándose en las palabras de Twilight. A medida que el día avanzaba, se sumergió en las lecciones, tomando notas y participando activamente. Sabía que debía demostrar que, además de poder, tenía la disciplina para usar sus habilidades con sabiduría.

Durante una pausa, Sunset Shimmer se le acercó un poco más.

—Sabes... cuando vine a disculparme por mis errores, no pensé que nadie me perdonaría —dijo Sunset con una voz tranquila, aunque sus ojos evitaban el contacto directo—. Pero a veces, el primer paso es el más difícil, y parece que ya lo has dado.

Xail, sorprendida por el comentario, le dio una pequeña sonrisa.

—Gracias, Sunset. Lo aprecio.

El día transcurrió con una sensación de avance. Aunque había tensiones al principio, el ambiente cambió poco a poco, mostrando que incluso las relaciones más tensas pueden evolucionar.

Al final del día, cuando se despidieron, Xail se sintió algo más ligera. Todavía tenía mucho que demostrar y un largo camino por recorrer, pero el primer paso ya estaba dado.

A medida que se dirigía hacia la salida, sabía que el siguiente desafío la esperaba: su reunión con Noruu en el bosque. Pero ahora, con la mente más despejada y una nueva sensación de propósito, se sentía más preparada para enfrentar lo que viniera.

Habían pasado cuatro semanas desde aquella incómoda mañana en el castillo de Twilight, y poco a poco, las cosas habían comenzado a mejorar para Xail. A medida que avanzaba en sus estudios y demostraba su compromiso, la desconfianza inicial que Sunset Shimmer, Starlight Glimmer y Trixie sentían hacia ella comenzó a desvanecerse. La relación con Twilight también se había vuelto más cercana. Aunque aún no se sentía completamente integrada, Xail ya no era vista como una extraña.

Cada día, dedicaba horas a sus lecciones, y al hacerlo, iba reconstruyendo su reputación. En el proceso, había mostrado una determinación y disciplina que muchos no esperaban de ella. Si bien las heridas del pasado no se habían borrado del todo, todos comenzaron a entender que, como ellas, Xail también merecía una segunda oportunidad.


Ahora, después de semanas de esfuerzo, había llegado el momento de su última lección con Noruu. Aquel día, Xail se encontraba en el mismo claro del bosque donde habían comenzado sus prácticas de magia de hielo. A pesar de la rivalidad amistosa que siempre había existido entre ellas, la despedida se sentía un poco amarga.

Noruu llegó con su usual actitud despreocupada, aunque había algo diferente en su porte, como si estuviera más tensa de lo habitual. Después de unos minutos de conversación superficial, Noruu finalmente soltó lo que tenía en mente.

—He decidido que ya no voy a seguir en Ponyville —dijo, cruzándose de brazos—. Me peleé con Twilight. La muy cabeza dura no puede ver las cosas como yo. Así que regresaré a la Zona Helada.

Xail parpadeó, sorprendida. No esperaba que Noruu decidiera irse tan pronto, y menos en esas circunstancias.

—¿Vas a volver allí sola? —preguntó Xail, con un tono mezcla de preocupación y curiosidad.

Noruu soltó una pequeña risa.

—¿Sola? No. Denmaku vendrá conmigo, y no necesito más. Aunque, te seré honesta, pensé en invitarte a que vinieras conmigo.

Xail negó suavemente con la cabeza. A pesar de todo, sabía que su lugar no estaba en la Zona Helada. Todavía tenía muchos asuntos que resolver en Equestria y junto a su hermana, Nya.

—No puedo —respondió Xail con firmeza—. Mi camino está aquí... al menos por ahora. Aún tengo cosas que hacer, y no puedo dejar a Nya ni a los demás.

Noruu observó a Xail en silencio por un momento, como si estuviera evaluando la determinación en sus palabras. Luego, con una ligera sonrisa, pareció aceptar su decisión.

—Está bien, entiendo. Pero antes de que me vaya, quiero darte un último regalo —dijo Noruu, con una chispa en sus ojos—. Te enseñaré el hechizo más poderoso que conozco: el rugido de hielo. Es el hechizo más destructivo que existe en nuestro linaje, y solo lo comparto contigo porque sé que estarás preparada para manejarlo... y porque te lo has ganado.

Xail sintió una mezcla de emoción y responsabilidad al escuchar esas palabras. No era solo un hechizo más; era una prueba de la confianza que Noruu depositaba en ella.

—Gracias —dijo Xail, su voz cargada de respeto—. Prometo que lo usaré con sabiduría.

Noruu asintió, y juntas, comenzaron a trabajar en el hechizo. El proceso fue arduo, más de lo que Xail esperaba. A diferencia de los hechizos que había aprendido antes, el rugido de hielo requería un control absoluto de sus emociones y de la magia a su alrededor. Era como canalizar toda la fuerza de una tormenta de nieve en un solo grito, lo suficientemente poderoso como para congelar todo a su paso.

Las horas pasaron, y con cada intento, Xail sentía que se acercaba más a dominar el hechizo. Finalmente, después de un esfuerzo monumental, logró desatar el rugido, viendo cómo el aire a su alrededor se llenaba de cristales de hielo y el poder del hechizo estremecía el bosque.

Noruu la miró con orgullo. No dijo nada, pero Xail pudo ver en sus ojos que había pasado la prueba. Había demostrado su valía una vez más.

—Lo lograste, idiota —dijo Noruu con una sonrisa burlona—. Ahora sí estás lista.

Xail sonrió de vuelta. Aunque sabía que se despedirían pronto, se sentía en paz. Había aprendido mucho, no solo sobre la magia, sino también sobre sí misma. El tiempo de Noruu en Ponyville llegaba a su fin, pero Xail sabía que sus caminos se cruzarían de nuevo algún día.

Noruu le dio una última mirada, cargada de complicidad, antes de despedirse.

—Nos vemos en el futuro, Xail. No dejes que te derriben. Y recuerda... eres más fuerte de lo que crees.

Con esas palabras, Noruu se dio la vuelta y desapareció en la sombra del bosque, dejando a Xail sola, pero con el corazón lleno de gratitud y una nueva fuerza para enfrentar lo que viniera.

Xail no pudo evitar sentirse triste mientras veía a Noruu desaparecer en el bosque. Aunque siempre habían tenido una relación complicada, llena de rivalidades amistosas y momentos de tensión, le había tomado mucho cariño. Noruu, con su actitud ruda, sarcástica y fría, se había convertido en algo más que una maestra y compañera de entrenamientos; la veía como una especie de hermana mayor. Una hermana que, aunque nunca lo admitiría en voz alta, le había enseñado lecciones valiosas, tanto en la magia como en la vida.

Había muchas cosas que Xail nunca llegó a decirle. Nunca le confesó cuánto la admiraba, ni lo importante que se había vuelto para ella, aunque Noruu probablemente lo sabía. Esa mezcla de cariño y respeto que sentía por Noruu estaba oculta bajo una capa de bromas y comentarios mordaces que compartían. Pero en ese momento, al verla partir, Xail sintió el vacío de lo que pudo haber dicho.

Con un suspiro, se quedó en el claro un rato más, permitiéndose unos momentos para procesar la despedida. Sabía que Noruu no era del tipo que mostraba emociones abiertamente, y tal vez por eso nunca tuvo la oportunidad de expresar lo que sentía. Aun así, en el fondo, estaba segura de que la unicornio lo entendía, como siempre lo hacía, incluso cuando ninguna de las dos lo decía con palabras.

"Adiós, Noruu", pensó Xail para sí misma, con una mezcla de tristeza y gratitud. "Te echaré de menos... hermana".

Era hora de volver a Ponyville, y con un nuevo poder a su disposición, Xail sabía que debía seguir adelante, no solo por Nya, sino también por ella misma.

(Pov noruu)

Desde la distancia, Noruu observó a Xail mientras esta se quedaba en el claro, probablemente procesando todo lo que acababa de suceder. A pesar de su expresión fría y su postura despreocupada, no pudo evitar sentir algo de nostalgia. Xail siempre había sido una pequeña molesta, extremadamente emocional y caótica, pero también era de buen corazón, decidida y, sobre todo, increíblemente leal a quienes amaba.

"Una molesta cría", pensó Noruu con una sonrisa interna. "Pero una cría con agallas". Siempre había sido así con Xail, una mezcla de emociones fuertes y acciones impulsivas. Sin embargo, en cada uno de sus movimientos, Noruu pudo ver el verdadero carácter de la joven. A pesar de todos los problemas que causaba, Xail siempre encontraba la manera de demostrar su valentía y su compromiso con los que la rodeaban.

En más de una ocasión, Noruu había querido gritarle o darle un empujón por su torpeza o por lo mucho que se dejaba llevar por sus emociones. Pero, al final del día, esa era la esencia de Xail. Su capacidad de sentir de manera tan intensa era lo que la hacía especial. Noruu, por mucho que no lo admitiera en voz alta, había llegado a apreciar esa energía incansable. Xail, con todas sus fallas y virtudes, había hecho algo que muy pocos lograban: ganarse un lugar en su corazón.

"Está bien, lo sé", pensó Noruu, manteniendo su semblante frío mientras se alejaba del bosque. "Pero aun así... me preocupa un poco". La vida en Equestria no era fácil, y aunque Xail había demostrado que podía manejar muchas cosas, Noruu sabía que aún quedaban grandes desafíos por delante para ella.

Aun así, tenía fe en que Xail saldría adelante. Era una luchadora, y aunque la joven aún tenía mucho que aprender, estaba segura de que, cuando llegara el momento, Xail encontraría su propio camino, incluso sin ella. Noruu solo esperaba que esa pequeña emocional, que tanto la había irritado al principio, recordara todo lo que le había enseñado.

"Te vas a estar bien, cría", murmuró Noruu para sí misma, con un dejo de cariño oculto en su voz. "Aunque espero que te cuides más de lo que cuidas a los demás".

Noruu miró el cielo, notando cómo el sol comenzaba a desvanecerse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados. El bosque ya empezaba a llenarse de sombras, y con un suspiro, decidió que era momento de irse. Den, que había estado esperando pacientemente a su lado, se acercó con una leve sonrisa.

—Parece que ya es hora de irnos, ¿no? —comentó Den, echando un vistazo hacia Xail, que aún permanecía en el claro, aparentemente sumida en sus pensamientos. Él tenía una expresión más suave cuando miraba a la joven, aunque su tono seguía siendo relajado.

Noruu asintió sin decir mucho. Sabía que quedarse más tiempo solo prolongaría la despedida, y eso no era algo que le agradara. Los momentos sentimentales no eran su estilo, y aunque le costaba admitirlo, despedirse de Xail le provocaba un nudo incómodo en el pecho.

—Vamos, Den —murmuró Noruu mientras comenzaba a caminar hacia el sendero que conducía fuera del bosque. Den, como siempre, la siguió con pasos ligeros.

—¿Estás segura de que no deberíamos quedarnos un poco más? —preguntó Den, aunque su tono era más por curiosidad que por verdadera preocupación.

—Xail sabe cuidarse —respondió Noruu, manteniendo su mirada al frente, aunque su mente seguía en la joven alicornio—. Ha aprendido suficiente, no necesita que la vigilemos más.

Den arqueó una ceja, claramente notando el tono protector en sus palabras, pero decidió no comentarlo. Él también había llegado a comprender a Xail, y sabía que era fuerte. Aun así, no podía evitar sentir algo de preocupación. Después de todo, no era fácil dejar atrás a alguien que habías llegado a considerar importante.

—Bueno, entonces será mejor que no hagamos esto más difícil —dijo Den con una sonrisa. Luego, volviendo su mirada hacia el cielo ya oscurecido, añadió—: Además, parece que se nos hará de noche si no nos apuramos.

Noruu asintió nuevamente, acelerando el paso, aunque sus pensamientos aún permanecían en la joven Xail. Mientras caminaban por el sendero oscuro del bosque, sintió el peso de la distancia que se crearía entre ellas. Sabía que era lo mejor para ambas, pero eso no hacía que la despedida fuera más fácil.

Al final, cuando el bosque quedó atrás y las sombras de la noche los envolvieron, Noruu dejó escapar un suspiro. Era hora de continuar su propio camino, pero no podía evitar mirar una última vez hacia el claro, esperando, en silencio, que todo lo que le había enseñado a Xail fuera suficiente.

Den caminó a su lado, siempre atento, pero dándole el espacio que sabía que ella necesitaba. Ambos se dirigieron a su próximo destino, listos para enfrentar lo que viniera, aunque en el fondo, Noruu aún llevaba consigo una pequeña preocupación por la joven que había dejado atrás.

Noruu y Den llegaron a la cabaña escondida en lo profundo del bosque Everfree. La estructura parecía acogedora, una pequeña construcción de madera con un tejado inclinado y ventanas iluminadas por la tenue luz de las lámparas. Aunque el bosque a su alrededor estaba envuelto en oscuridad, la cabaña ofrecía un respiro cálido y seguro.

Al abrir la puerta, una cálida luz dorada emergió del interior, creando un contraste reconfortante con el frío de la noche que se asentaba sobre el bosque. Den, con su típica actitud relajada, se dirigió hacia el interior, ya acostumbrado a las costumbres de Noruu.

—La cabaña está lista para descansar —comentó Den mientras acomodaba su equipaje cerca de una chimenea encendida. Su tono era ligero, tratando de mantener el ambiente en calma.

Noruu, sin embargo, se detuvo en la entrada, observando el bosque que se extendía ante ellos. A pesar de la apariencia tranquila del lugar, no podía evitar sentir una mezcla de nostalgia y preocupación.

—Voy a dar un último vistazo —murmuró, dirigiéndose hacia la entrada. Mientras lo hacía, sus ojos se dirigieron una vez más hacia el claro del bosque donde había dejado a Xail. La visión de la joven alicornio sola en el crepúsculo se había quedado con ella.

Con una expresión seria pero llena de cariño, Noruu se volvió para mirar el bosque oscuro una vez más. Sus labios murmuraron en voz baja, casi como un susurro dirigido al viento.

—Espero que Xail se cuide —dijo para sí misma, con una mezcla de esperanza y preocupación. Sabía que Xail era fuerte y capaz, pero también reconocía lo fácil que era para alguien joven como ella perderse en los desafíos de la vida.

Finalmente, Noruu entró en la cabaña, encontrando a Den ya asentado cerca de la chimenea. El calor del fuego y el suave crujido de la madera proporcionaban una sensación de calma. Aunque Noruu trataba de esconder su preocupación, la mirada hacia el bosque había dejado una huella en su corazón.

—Vamos, Den, no hay tiempo que perder. Mañana tenemos que seguir adelante —dijo con determinación, tratando de enfocar sus pensamientos en el presente y no en lo que había dejado atrás.

Den asintió, percibiendo la melancolía en el tono de Noruu, pero eligiendo no profundizar en el tema. Ambos se acomodaron para la noche, el calor del fuego y el confort de la cabaña brindando un refugio temporal del mundo exterior.

A medida que la noche avanzaba y el silencio envolvía la cabaña, Noruu trató de dejar atrás sus preocupaciones, aunque su mente seguía regresando a la joven Xail. En sus pensamientos, deseaba que Xail encontrara su camino y que, a pesar de las dificultades, su futuro estuviera lleno de éxitos y aprendizajes.

El sueño eventualmente la venció, pero el pensamiento de Xail persistió en su mente, como una promesa silenciosa de que, a pesar de la distancia, siempre estaría preocupada y esperando lo mejor para la joven a la que había llegado a querer de una manera inesperada.

Noruu se removía entre sueños, sintiendo una profunda paz que hacía tiempo no experimentaba. Pero había algo extraño, una sensación de frío que la sorprendía. Abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de que estaba sola en el sofá-cama. ¿Dónde se había metido Denmaku? El estúpido había prometido quedarse con ella. La ausencia de su compañía la dejó con una mezcla de alivio y molestia.

Se levantó y se estiró, revisando las pocas habitaciones de la cabaña sin encontrar rastro de él. La sensación de estar completamente sola, después de tener a Denmaku pegado a ella como una plaga, era desconcertante. La herida en su corazón por la ausencia de su compañero la hizo cuestionar sus propias emociones. ¿Cómo se atrevía a dejarla sola? Estaba a punto de desahogar su frustración cuando notó una colorida nota pegada en la chimenea. La leyó con irritación:

"Para mi linda Noruu~

Salí para Canterlot, hay algo importante que quiero hacer y cuanto antes mejor. Sé que me extrañarás, pero sé paciente, te buscaré apenas regrese.

Con amor, Denmaku.

P.D.: ¡Te ves taaaaaaaaaaaan hermosa dormida!"

Con un gruñido de desagrado, rompió la nota en mil pedazos. La ausencia de Denmaku no era lo que la preocupaba; era su impertinencia. Se preguntaba por qué se preocupaba por él en primer lugar. Pasó al baño para lavarse la cara y se miró en el espejo. Su apariencia había cambiado; su crin había crecido y ya no era tan corta como antes.

Salió de la cabaña, buscando el sol que acariciaba su pelaje. No sabía qué hacer hasta que el idiota de Den regresara. Fue entonces cuando recordó el bosque cerca de Ponyville, el lugar perfecto para refugiarse en sus pensamientos. Acomodó su boina y se adentró en el bosque como si fuera un paseo por los jardines de su antiguo hogar.

Mientras caminaba, reflexionaba sobre los eventos de las últimas 24 horas. Nunca hubiera imaginado que besaría a Denmaku por su propia voluntad, ni que le contaría algo de su pasado. La sola idea la enfurecía, pero al mismo tiempo, algo dentro de ella sentía una chispa de emoción.

Se detuvo en medio de los árboles torcidos, asegurándose de estar sola antes de liberar las melodías que no había cantado desde que su madre murió. La letra de una canción de la vieja escuela fluía de su garganta, un contraste inquietante con su usual frialdad.

"MY LONELINESS IS KILLING ME

I MUST CONFESS I STILL BELIEVE

WHEN I'M NOT WITH YOU I LOSE MY MIND

GIVE ME A SIGN

LOVE ME BABY ONE MORE TIME"

De repente, se dio cuenta de lo que había hecho. Su corazón latía rápidamente mientras se despeinaba la crin en desesperación y dejaba caer su boina.

-¡Por los mil demonios! ¿Qué acabo de hacer?-

Se reprochaba a sí misma mientras se golpeaba la cabeza contra un árbol cercano, tratando de deshacerse del sentimiento que la atormentaba. Pero pronto se dio cuenta de que estaba atrapada, su cuerno incrustado en la corteza del árbol.

-¡Lo que me faltaba!-

Intentó liberar su cuerno, pero no lograba moverse. En su desesperación, empezó a pensar en cortarse el cuerno, aunque eso tampoco era posible. En ese momento, escuchó crujidos entre las ramas y la maleza, y se preparó para enfrentarse a lo que fuera que se acercara.

-Oye, linda, ¿estás bien?- preguntó una voz masculina detrás de ella. -¿Quieres ayuda?-

-¿Qué ridícula pregunta es esa? Claro que no estoy bien, y no necesito la ayuda de ningún inútil pony.

-Bien… suerte que no soy un pony.-

La voz era seguida por el sonido de un árbol siendo arrancado de raíz. Noruu quedó sin palabras mientras el árbol y ella eran elevados y luego dejados caer al suelo.

-¡Oye estúpido! Pudiste ser más delicado - dijo, dándole la espalda al desconocido mientras se levantaba. - Por cierto, ¿cómo hiciste e…?-

Se quedó sin palabras al ver al ser que la había rescatado. Era un lobo grande, más alto que Celestia, con pelaje blanco, ojos grises, plumas de águila en la cabeza y un collar de huesos.

-¿Estás bien?- preguntó el lobo mientras ella lo miraba con desconfianza. -¿Eras tú la que cantaba con tan hermosa voz?-

Noruu se sonrojó y, a pesar de sus esfuerzos por ocultar sus sentimientos, respondió con frialdad.

-E… eso no le importa a un salvaje.

El lobo levantó su boina y la sacudió antes de colocársela de nuevo en la cabeza.

-Siempre he dicho que la belleza es digna de admirarse.

-Como sea… solo porque me sacaste de ese estúpido árbol, te diré mi nombre. No esperes nada más. Soy Noruu, pero me dicen Noru.

-Toma mi casco y empieza a agitarlo, haciendo que todo su cuerpo se moviera por la brusquedad. -Soy Guerrero Salvaje, mucho gusto.

-Aaah… ¡suelta ya bestia! - exclamó Noruu, tratando de liberarse.

-¿Quieres que te escolte?-

-¿Qué?-

-Que si quieres que te escolte. Es un lugar peligroso y tengo que ir al pueblo para hablar con el herrero.

-¿Te permiten entrar al pueblo? - preguntó, sorprendida.

-Estás en lo correcto - respondió con orgullo. -Soy el guardián de Ponyville.

La incredulidad de Noruu no tenía límites. A pesar de todo, accedió a acompañar al lobo, aunque no sin un suspiro resignado.

-(suspiro) Está bien, pero solo un minuto… y solo porque no tengo nada más que hacer!

(Dos horas más tarde)

Nos encontrábamos en el parque del pueblo, sentados en una manta con copas de vino en las patas. Jamás había probado una bebida tan deliciosa. De pronto, el lobo me propuso un juego.

—¿Qué tal si jugamos a algo?

—No me apetece hacer tonterías.

—¡Qué dura, jejeje! Pero no es una tontería. Consiste en que uno tiene que adivinar algo del pasado del otro. Si uno acierta, el otro bebe; si falla, bebe la copa. ¿Qué te parece?

—Está bien… pero que sea rápido.

—Perfecto —dijo el lobo, mirándome atentamente—. Tu padre te pegaba.

—Nunca se atrevió a tocarme… temía que yo pudiera atentar contra su vida.

Me quedé mirando a un punto en el horizonte, no me apetecía recordar mucho a ese viejo verde. Vi cómo el lobo vaciaba su copa y se servía más con la botella.

—Bien, tu turno.

—Veamos, lobo… ¿has visto a tu madre reflejada en otra criatura?

—…— Sonríe muy levemente —Tal vez, pero así no es como se juega, es una afirmación, no una pregunta—. Se bebe la copa y se vuelve a servir —Mi turno… nunca has matado a nadie —habló secamente.

—Sí lo he hecho, no me arrepiento de nada… todos tienen lo que se merecen —contesté mientras sentía que en mi rostro se formaba una sonrisa sádica. El lobo se toma su copa de nuevo, empiezo a creer que el supuesto juego es solo un pretexto.

—Ja, bien veamos… has deseado ser un pony.

—No, me encanta ser un lobo, bebe preciosa.

—Jajajaja… bien —empecé a reír. La verdad no me esperaba hacer eso. Sentía mi cara un poco caliente y algo mareada. ¿Sería eso lo que llaman efectos del alcohol?

—Mmm… Amaste una vez hace mucho tiempo, pero perdiste a ese alguien de tal manera que nunca pudiste volver a amar como lo hiciste antes.

Mi sonrisa desapareció abruptamente mientras veía al lobo.

—Espera… ese soy yo —terminó bebiéndose su copa.

Levanté una ceja y suspiré con ironía.

—Si solo querías beber, no hacía falta este absurdo juego.

El lobo se acercó peligrosamente con una sonrisa irónica.

—Si realmente no quisieras el contacto con alguien… no hubieras jugado en primer lugar.

—¡Yo hago lo que se me venga en gana! —elevé mi voz lo más que pude mientras me ponía de pie.

—Crée me, he visto criaturas como tú, pero más como tú que tú.

—¿Qué mierda?

—Sé que dentro de tu corazón hay una capa de hielo que no se ha roto por las cicatrices que tiene —se puso de pie, es claro que me dobla en altura, y acercó aún más su cara—. Eres igual que yo… solo que yo dejé que mi corazón se rompiera y he vivido con lo que me queda, y nunca lo oculté.

Inflé el pecho y puse mi mejor cara de póker.

—Tú no sabes nada, eres un salvaje nada más y un débil por necesitar algo tan tonto como un corazón… dentro de mí no hay cicatrices porque no hay corazón… no hay nada —me di la media vuelta dándole la espalda al lobo—. Qué pérdida de tiempo.

Cuando estaba por marcharme, escuché al salvaje hablar de nuevo.

—Cuando yo era un cachorro, un poco mayor que las CMC, mi madre murió de una enfermedad que había asolado a la tribu. Abandoné la tribu después de dejar de llorar en su tumba. Apoyé a las otras tribus contra los invasores ponis y perros diamante. Un día, cuando estaba junto a los guerreros pawnee, los que para ti serían ponis manchados, el enemigo nunca llegó. Un explorador llegó de donde escaparon los que no podían pelear, pero llegó envuelto en sangre… corrí en dirección de donde venía.

Y me hallé a un montón de ancianos y niños muertos, masacrados por los ponis y perros diamante. Veía cómo los pequeños cadáveres se desangraban en el piso sin que nadie pudiera haber hecho nada. Lo mismo pasó con una tribu de siervos y otra de pumas. Me adentré en Equestria para cazar al culpable, hasta que me lo encontré hablando y bebiendo con un miembro de mi tribu.

El desgraciado le dijo por dónde escaparían los que no podían pelear. Después de matar al pony, perseguí al lobo llamado Nube de Invierno.

Lo escuché con atención (no sé ni por qué) sin siquiera voltearme. Mi cara estaba perdida en el horizonte.

—Repetía su nombre mientras corría, mientras cazaba, era casi una oración: Nube, Nube, Nube, Nube, ¡NUBE! —(Suspiro)— hasta que finalmente lo alcancé cuando iba en el centro de nuestra tribu.

Oí cómo apretaba los dientes en clara señal de ira.

—Le clavé un hacha tan profundo en el cráneo que tuvieron que enterrarlo con ella.

Me digné a girar mi cabeza sobre el hombro. Luego de pensarlo un poco, regresé a mi lugar frente al lobo, que aún tenía esa mirada de odio que me recordaba un poco a mí, cuando mis ojos aún tenían vida.

—¿Sientes remordimiento?

—El corazón sirve para sentir… pero tu mente te dice lo que te conviene.

Se agachó a la altura de mi rostro y de nuevo se encontraba muy cerca de mí, empezaba a sospechar que no sabía nada de espacio personal.

—Para saber qué está bien o mal se debe hacer un equilibrio entre ambas —puso su sucia pata en mi hombro—. Por lo que decidas ser, por cada día de tu vida, serás una buena yegua… o no. Pero recuerda, lo bueno y lo malo están aquí —señaló en mi cabeza y luego bajó al pecho—. Y aquí… —bajó la pata para mirarme fijamente.

—Si te preguntas si siento remordimiento… la respuesta es que adoro ver sangre —me sorprendí al ver que también podía sonreír cínicamente como yo.

—Pero la derramo solo para lo que creo está bien.

—No entiendo las tonterías de sentir… pero si hay algo en lo que concordamos… amamos la sangre… solo que yo la derramo por otras razones… no tan blandas como las tuyas.

Su sonrisa cambió a una más traviesa, como dirían algunos.

—Es que es lo único que tengo en la vida. Pero en fin, tengo una última afirmación en el juego de tragos que teníamos —me extendió la copa llena de nuevo—. ¿Te interesa? ¿O tienes miedo de jugar?

Le arrebaté la copa algo indignada.

—¡No me da miedo tu estúpido jueguito!

Ese salvaje se acostó en el piso. Iba a ignorarlo, pero de repente me jaló por la nuca. No dejó espacio entre los dos, empezaba a crisparme. Luego sentí un aliento cálido en mi oído, me estaba susurrando.

—Eres virgen…

El rubor subió a mi cara de modo imposible, incluso llegué a sentir como salía humo de mis orejas. ¿Cómo podía preguntar semejante cosa? Era un sinvergüenza.

—Ah… ¡ah!… ¡TONTERÍAS! —lo empujé lejos para voltearme y que no viera mi obvio sonrojo—. Esas… preguntas… no… no valen…

Mientras trataba de calmarme, una imagen fugaz se cruzó por mi mente. Me pregunté si Xail aún era virgen. Recordé las veces que la había observado y cómo su comportamiento parecía ser más de alguien que prefiere esperar hasta el matrimonio. Me sonrojé nuevamente al llegar a la conclusión de que en efecto lo era. No parecía del tipo que se entregaría a la primera. Era más probable que esperara para casarse antes de dar ese paso.

Para ser honesta, ese tipo de temas no son precisamente mi fuerte. Vivir aislada y controlada no es muy agradable, especialmente cuando lo único que sabes del mundo proviene de antiguos libros que, en realidad, no sirven para mucho.

—¡Ja, ja, ja! Tranquila, preciosa. Te queda una última pregunta que hacerme. Sea lo que sea, la responderé.

Volteé a verlo con ira, aunque sentía que el rubor en mi rostro se negaba a desaparecer.

—¿Con que muy conocedor, eh? ¡Apuesto a que no eres nada santo!

—Nunca creí serlo. Adelante con la pregunta, lo que quieras.

—Tú… tú… no… no eres…— Al parecer, hasta decirlo me costaba trabajo.

—Tú no eres… eso… tú sabes…

Me sentía tan humillada por ponerme nerviosa y roja de nuevo que me daba pena a mí misma. Vi que el lobo solo alzó una ceja.

—Si quieres decir lo que creo que quieres decir… ¿no crees que, si no lo fuera, no habría estado observando tu flanco durante la media hora que lo hice?

—¡¿Qué hiciste qué?!— Si antes estaba roja de vergüenza, ahora lo estaba de rabia. —¿Qué está mal en tu cabeza? ¡Bastardo pervertido!

—¡Ja, ja, ja! Hace tanto que no me dicen bastardo que, de hecho, lo extrañaba.

No dejé de fulminarlo con la mirada ni un segundo.

—Como si un acosador no fuera suficiente…

—Tranquila… ya estás apartada… eso lo sé…

De nuevo me tomó por la nuca con una de sus patas para luego pegar su frente a la mía.

—Buenas noches, majestad…

Sin poder reaccionar con rapidez, ese salvaje besó la punta de mi nariz y luego se dio media vuelta, alejándose como si nada. Sentía que la sangre me hervía por lo que acababa de hacer. Grité como una fiera poseída por el enojo que sentía.

—¡Esto no se queda así, salvaje pervertido!

Estaba erizada desde la punta de mi cola hasta el último pelo de mi crin, mientras mi cara ardía por el rubor. Empecé a galopar tras el lobo con toda la intención de golpearlo, sin importarme la diferencia de tamaño.

Cuando creí que iba a atacar sin problemas al desprevenido lobo, él se giró y me tomó por las patas delanteras. Con un giro, terminé sujeta al suelo por sus anormalmente grandes patas. A pesar de la posición, aproveché para pegar mi cuerno a su cara, manteniendo la intención de atacarle.

—¡Bastardo! ¡Un movimiento raro y tu cara sale volando!— dije mientras trataba de acumular la poca magia que tenía. —¡Así que suéltame!

El lobo trataba de desviar mi puntería moviendo mi cuerno con su hocico.

—¡Tranquila! No te voy a hacer nada… cuidado con los ojos… ¡Ah, eso empieza a doler, ¿sabes?!

—¡Si no te apartas, en verdad voy a hacer que te duela!

Intenté juntar más poder en mi cuerno. Esa molesta Celestia me jugó una mala pasada. Cuando quise disparar mi rayo directo a los ojos de esa bestia, nunca imaginé que el sello fuera peor de lo que había pensado. El rayo se me regresó, y después de eso, todo se volvió oscuro.

(POV Den)

Me encontraba volando por el pueblo. Finalmente había regresado de mi viaje a Canterlot. Después de pasar todo el día intentando resolver el asunto por el que fui, ya estaba de vuelta en mi hogar. Aunque era de noche, estaba ansioso por contarle todo a mi Noruu. Seguro que se emocionaría con lo que le iba a decir. Al entrar en la casa grande, me decepcionó no verla allí. Di una vuelta por el lugar y noté que si había leído mi genial nota, pues estaba rota en pedacitos en el suelo.

Me sentía algo angustiado por no verla ahí. Salí a buscarla y pregunté a cualquier pony que pasara por ahí si la había visto. Realmente deseaba ver a mi angelito de hielo.

De pronto, vi a Derpy pasar con su bolsa de correo.

•¡Ey, Derpy! ¿Has visto a Noruu? -

Ella me hizo una señal para que me acercara, lo cual me sorprendió un poco. - No lo oíste de mí, pero la vi con Guerrero Salvaje -

•¿Guerrero Salvaje? ¿El lobo? -

Eso me desconcertó un poco. ¿Qué haría Noruu con él? Algo no me agradaba, pero no podía sacar conclusiones apresuradas.

•Sí… pero hay algo peor - me puso una pata en el hombro - Lamento decirte esto, pero mientras repartía correspondencia, pasé por el bosque y los vi en el suelo. Parecía que él la estaba besando, pues la tenía agarrada de sus patas delanteras -

Mi cara se ensombreció. No lo podía creer. - ¡No, no es cierto, es imposible! - grité descontrolado.

Dicho esto, volé hacia el Everfree Forest. Quería encontrar al desgraciado que estaba tomando lo que era mío y que me costó tanto trabajo lograr que apenas si se descongelara un poco. Me refiero a un terco pero hermoso corazón, pero seguiré sin creer nada hasta que lo vea.

Sé que Noruu es una alicornio muy hermosa y única en todo sentido, pero ¿un lobo? Sé que esa criatura ayuda a cuidar Ponyville, pero aun así… no puede ser lo que dijo Derpy. Logré ver una luz saliendo de una cueva a lo lejos.

•¡Ahí deben estar! -

Volé lo más rápido que me permitieron mis alas, me detuve poco antes de llegar a la cueva, aterricé y caminé lentamente hasta la entrada. Lo que vi me dejó pasmado. Sentí cómo el corazón se me rompía.

(Fin POV)

(POV Guerrero Salvaje)

•¡Espera! - le decía a Noruu mientras se me acercaba.

•Eres un salvaje, ignorante, estúpido e incivilizado - retrocedo hasta chocar contra la pared, ella se apega a mí y me pasa una pata por el pecho - Un salvaje muy grande y fuerte, ignorante y estúpido… -

•Uno… estás actuando así solo por el alcohol y el golpe de tu propia magia. Segundo, llamarme ignorante por ser un salvaje es ofensivo y racista, sin mencionar… - me calla con un fuerte beso.

Se separa de mí y arroja su boina con su magia. - Ese tonto de Den no podría con una alicornio como yo… pero espero que tú sí puedas -

Se acercaba a mi rostro con una cara enrojecida. La esquivo y me pongo al centro de la cueva.

•Creo que… ah… piensa en algo. ¿Por qué no nos acostamos un momento? ¡Estúpido!, quiero decir… -

Veo un vestido de mi pueblo entre las cosas del suelo, lo tomo y se lo muestro. - ¡Mira! Es un regalo -

Ella lo mira por un segundo. - ¿Un regalo? (suspiro) está bien, me lo pondré… - suspiro de alivio. - Pero después a lo nuestro -

•¡Mierda! - se puso el vestido y me miró con unos ojos que no me gustaban.

•Ahora - hace brillar su cuerno y… no diré lo que movió con él, se acostó de espaldas sobre el montón de pieles que usaba para dormir - ¿Por qué no vienes y…? - en ese instante se quedó dormida.

•Qué alivio - me acerco y la quedo mirando. - Sé lo que te aflige - acaricio su frente con mi pata. - Yo pasé por lo mismo… - dicho esto, me acuesto a su lado, nos cubro con una piel de alce y me propongo a dormir. Abro los ojos de golpe al sentir su frío cuerpo abrazarme.

•…Den… Den… ¿dónde estás estúpido? …te extraño… Den… -

Dice en un susurro. Solo pude sonreír y abrazarla. Lentamente siento cómo su cuerpo se calienta y su corazón se descongela con mi abrazo al sentir otra alma como la suya tan cerca. No es tan mala chica después de todo.

(Fin POV)

(Den POV)

Salí de la cueva justo cuando se besaron… no quería ver más… ya no podía ni volar. Mis ojos estaban perdidos mientras tambaleaba por el bosque esperando que alguna criatura me comiera y acabara con mi sufrimiento, pero esta nunca llegó.

Llegué a Ponyville con el alma fuera del cuerpo y el corazón vacío. Ya no quiero nada más, ya no pienso nada más, nada hay para mí desde este momento… en el que perdí lo único que he querido de verdad… Noruu.

Mi mirada alcanzó el cielo y me perdí en las estrellas. No importaba lo que hiciera, solo pensaba en ella, en esos hermosos y enormes ojos apagados. Yo quería ser el que le regresara su brillo, quería ser el caballero que la salvara de su soledad, ser el salvador para mi princesa.

Fue cuando caí en la cuenta: yo soy un héroe. He recorrido toda Equestria buscando las más grandes aventuras y retos. Alguien tan asombroso como yo no podía dejar que las cosas se quedaran así.

Seguramente mi Noruu estaba bajo algún hechizo raro, eso tenía que ser. Yo mejor que nadie sé que ella no es nada dócil… con nadie. Di un fuerte pisotón en el suelo para despegar como un cohete. Tenía que ir por algo antes de poder liberar a mi princesa de las garras de la bestia.

Volé como alma que se lleva el demonio. Con suerte, regresaré a esa cueva al amanecer. A lo lejos, divisé la casa de Su y Fin. Entré sin siquiera tocar, no tenía tiempo para eso. Su trató de detenerme para pedir explicaciones, pero ya poseía un objetivo muy claro.

Entré a una habitación oculta en aquella casa y ahí estaba lo que buscaba: mi orgullo que porté durante tantos años (de rebeldía según mi primo), una hacha nórdica, una hermosa pieza de destrucción de doble hoja.

Cuando estaba a punto de salir con el hacha en mi boca, mi primo me impidió el paso.

•¿Qué demonios estás pensando? ¿A dónde llevas eso? -

•Apártate Sueden… esto no tiene que ver contigo. Mi princesa corre peligro y no tengo tiempo que perder… -

Empujé a mi primo para sacarlo del camino y salí volando de la casa del mismo modo en el que entré. Cuando las cosas se arreglaran, les explicaría todo, pero por el momento tenía cuentas que aclarar.

Así me dirigí de nuevo hacia esa cueva con mi hacha en la boca. Estaba dispuesto a todo por mi Noruu y nadie me la iba a quitar.

(Fin POV)

Abrí los ojos pesadamente. Miré por unos segundos el lugar y luego me percaté de que me encontraba en una cueva y, por si esa no fuera sorpresa suficiente, estaba tapada por una piel de alce.

•Ya despertaste, empezaba a preocuparme -

Me encontré con ese salvaje lobo acostado a un lado mío. Me puse de pie como si el suelo fuera de fuego puro.

•¡¿Qué demonios hago aquí?! Y ¡¿por qué estás a mi lado?! ¡Contesta, pervertido! -

•Tranquila, solo te traje para cuidarte mientras estabas noqueada por esa magia que te golpeó a ti en vez de a mí. ¿Te han dicho que roncas… y te ves linda cuando lo haces? -

•Maldita Celestia… en qué momento se le ocurrió que… ¡espera! ¿Qué? ¡¿Cómo que linda, bastardo pervertido?! -

Me quité esa estorbosa y sucia piel de animal para lanzársela a la cara. - Además, soy una dama y las damas no roncan - Comenzó a sonreír de un modo irónico, eso me molestó.

•¿Las damas pasan la noche con desconocidos? -

Desgraciado, me acaba de dejar con la palabra en la boca. Bueno, seré una dama pero no estoy refinada. Siempre estuve en contra de las "costumbres" que una princesa debe tener.

•Jamás dije que fuera una dama con modales y esas tonterías -

•En fin - el lobo se puso de pie. Vi cómo su musculoso cuerpo resaltaba mientras se sacudía - También debes saber que estaba en un apuro, así que… tendré que pedirte disculpas por cualquier inconveniente. No era mi intención faltarte al respeto, y… no me arrepiento de haberte abrazado, ni de mi trato contigo, pero eso no se debe repetir -

Me miró con esos ojos penetrantes. No era del tipo de ponis que se dejaba manipular por un simple lobo, pero la verdad es que no podía seguir enojada con él. Mi mente estaba saturada de cansancio y una pequeña chispa de calidez.

•Está bien - lo miré y me sonrojé un poco - Solo asegúrate de dejar de ser tan grosero y… mantente alejado. No te dejaré entrar en mi mundo ni te daré más oportunidades para que te acerques, ¿entendido? -

•Lo haré. Pero como compensación por ser una dama tan estúpida… - me dejó sorprendido al darme un beso en la mejilla. - Estoy en deuda contigo -

Y así es como el día terminó, con un lobo en deuda conmigo y una promesa de mantenerlo lejos.

(Fin POV)

(POV Xail)

Caminaba fuera de la casa de Twilight, sintiendo el peso de la alforja llena de pergaminos sobre mi espalda. La noche estaba en calma, pero mi mente no lo estaba. Mientras caminaba por el sendero hacia la mansión de Melusine, mi mirada se perdía en el cielo estrellado, preocupada por cómo estaría Noruu y cómo se encontraba en su propio viaje emocional.

De repente, Blum apareció a mi lado, su presencia reconfortante. Me acompañó sin decir una palabra durante un rato, brindándome el apoyo que tanto necesitaba. Cuando llegamos a mi casa, Blum me miró con una mezcla de ternura y preocupación.

•Parece que hemos llegado - dijo suavemente.

Asentí, sintiendo una ola de gratitud. - Gracias por venir conmigo, Blum. A veces, solo necesito saber que alguien está aquí para mí.

Blum sonrió y, en un gesto lleno de cariño, se inclinó hacia mí. Nuestros labios se encontraron en un dulce y suave beso, un gesto de amor y apoyo que calmó mi ansiedad. Me sentí un poco más ligera, aliviada por su presencia y el contacto reconfortante.

•Cuídate - susurró Blum, antes de darme un último abrazo.

Con una última mirada llena de promesas y esperanzas, Blum se despidió y se alejó, dejándome sola con mis pensamientos.

Entré en mi casa, sintiendo el agotamiento de un día largo y emocional. Me dirigí directamente a la ducha, el agua caliente cayendo sobre mí y borrando las tensiones acumuladas. La sensación de alivio fue inmediata, y el calor del agua ayudó a relajar mis músculos cansados.

Después de la ducha, me dirigí a mi cama, desplomándome en ella con un suspiro de cansancio. Cerré los ojos, dejando que la comodidad del colchón y el calor de las sábanas me envolvieran. Estaba exhausta, pero también en paz. El día había sido arduo, pero la calidez del beso de Blum y su apoyo incondicional me habían dado fuerzas para enfrentar lo que viniera.

…..Continuara…..


Queridos lectores, espero de corazón que hayan disfrutado de este nuevo capítulo. Me encantaría leer sus opiniones, ya sean críticas constructivas o comentarios positivos, todo es bienvenido para seguir mejorando.

Antes de despedirme, quiero dar un agradecimiento especial a mi gran amigos random389 y kuroDerpy, quienes me han inspirado con sus maravillosos OCs y me impulsan a seguir creando.

Sin más que agregar, nos leemos pronto en el siguiente capítulo.

…Hasta la próxima!…