Hola a todos mis queridos lectores.

Gracias a cada uno de ustedes por sus reviews!

Cbt1996: ¡Hola! Miroku es sospechoso de acuerdo con las palabras de Inuyasha y Sesshomaru, pero ellos también lo son, están metidos en un asunto que no es nada favorable para sus posiciones en la policía. Te lo dije al privado, estoy entrando en un terreno que me está dando demasiado miedo, muchos misterios sin soluciones (por ahora), confusiones al por mayor, y cada giro inesperado que nos sorprenden a todos. Por ahora el único secreto al descubierto es que Sango no ha sido ni será una traidora; ella ama y valora su amistad y lealtad hacia Kagome, y no se atrevería jamás a defraudarla. Sin embargo, aún guarda un secreto, que quizás muy pronto podamos descubrir. Ayudameeeeee, necesito que el espíritu de Rosa salga de aquí!

Karii Taisho: ¡Hola! Y sigo insistiendo, TEN PIEDAD DE MIIIIIIIIIII; las cosas se arreglan por un lado y se descomponen por otro; pero al menos estoy satisfecha que por fin logré engañar a la detective Taisho *Aplausos*. Mira, yo con gusto te mando los Kayla Sartenes, pero primero debes firmarme unos cuantos documentos ante un notario de que no los usarás en mi contra; lo siento, tengo que proteger mi integridad. Y por cierto, Don Inuyasha está sintiendo curiosidad por Kag, incluso podría decir que cierta necesidad, ya sabes cómo han sido sus encuentros. Quizás aún no sean mariposas, pero eso no descarta que en algún momento las llegue a sentir.

Annie Perez: ¡Hola! Sí, por fin la verdadera traidora en esta historia fue descubierta; Sango jamás se atrevería a defraudar a su amiga de una manera tan despreciable. Sin embargo, cómo dices, tiene un secreto que muy pronto podría ser revelado, al igual que los motivos de que lo guardara con tanto recelo.

MegoKa: ¡Hola! Quise un jugar un poquito con sus mentes y lo logré; pude confundirlos con algunas actitudes sospechosas, que si son un misterio ante Sango. Condenaste a la pobre chica, pero me alegro de que la verdad por fin haya salido a la luz. Tsubaki mostrará su verdadera cara a partir de ahora, no más engaños, ya declaró la guerra a Kagome. Sin embargo, los misterios no terminan ahí, ahora tenemos a los Taisho, ¿en qué estarán metidos?

Rosa Taisho: ¡Hola! Sabía que disfrutarías saber que Sango jamás fue una traidora, siempre tuviste razón. La verdadera traidora era nada más y nada menos que nuestra querida Tsubaki. El ¿por qué? Aún lo descubriremos, pero quizás sea algo obvio, las envidias siempre están a la orden del día. ROSA MARÍA SORAYA TERESA PAOLA DE LOS MIL RUBÍ BARBARA CATALINA, exijo que te lleves tu espíritu. No puede ser que lo que se supone que debe ir por buen camino, esté tomando uno más difícil, estos giros inesperados me están matando, están acabando con mi mente. No sé en que lugar quede del top, pero es obvio que quedaré más arriba que tus historias. Cuando lo leas, entenderás por qué.

Valentinehigurashi: ¡Hola! Efectivamente, en esta historia todo puede pasar, tenemos sospechosos, y aparecen otros, creemos haber descubierto a alguien y resulta que no lo es. No podemos quitarle la mirada a nadie, creo que aquí aplica el dicho de que, todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario, en este caso, todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario.

Shikon de Oz: ¡Hola! Esta es la historia más complicado que he llegado a imaginar, a veces ni yo misma se como lo estoy haciendo, pero aquí seguimos hasta poder resolver todos y cada uno de los misterios.

Lin Lu Lo Li: ¡Hola! Respecto a lo sucedido con Sango, en este capítulo se explica lo que sucedió. ¿Quién le mandó el mensaje a Kag? También lo descubriremos. Por fin un misterio resuelto, pero como bien dices, tenemos nuevas incógnitas, los Taisho y Miroku, ¿Qué pasa con ellos? ¿Realmente serán traidores?

Eline HiguTaisho: ¡Hola! Siiii, Tsubaki es la maldita traidora, por su culpa, todos se fueron contra Sango (y culpa mía también, debo admitirlo jajajaja). Aunque se resolvió un misterio, aun quedan muchos más por descubrir, Los Taisho, el infiltrado, Miroku, Naraku. ¿alguno de ellos será el enemigo? Veremos que pasa y que rumbo lleva esta historia.

Por fin llegué, creí que no lo lograría, nuevamente fue una semana pesada, pero aquí estamos al pie del cañón. Por fin Sango es absuelta de toda culpa, y descubrimos a la verdadera traidora. Y aunque sé que pudiera parecer que todo tomará un mejor curso, lamento decirles que no es así. Los misterios continúan y no sé hasta cuando pueda explotar la bomba. Les dejo con el nuevo capítulo y espero que lo disfruten.


CAPITULO 13: SINCERAMIENTO

SANGO

Estaba fuera del edificio Imperial en espera de Kagome. Sabía que iba a necesitar de mi compañía y apoyo al descubrir esa dura verdad: Tsubaki, la verdadera amante de Bankotsu. Aún no entiendo cómo es que ella pudo engañarnos, hasta intentó culparme de traicionar a mi amiga. Eso sí que nunca se lo perdonaría.

Aún recuerdo esa discusión con Kag. Ella estaba muy alterada, y obviamente yo también porque acaba de descubrir la verdadera cara de Tsubaki.

Flash Back

Llegué a la oficina, dejé las cosas sobre el escritorio y me dejé caer sobre la silla. No podía creer lo que acababa de ver, estaba completamente en shock. Mi mente se debatía entre decirle o no a Kagome; a estas alturas suponía que todo daba igual, pero también eso podría servirle para aligerar el proceso de divorcio.

Respiré profundamente y me dirigí a su oficina. Eri ya se encontraba en su puesto y nos saludamos cordialmente. Al abrir la puerta, y Kag estaba tomando su acostumbrado de las mañanas, pero se veía con un semblante demasiado serio y llegué a pensar que se debía a los nuevos diseños que iba a realizar.

-¡Kag! ¡Qué bueno que ya estás aquí! -exclamé aliviada y mientras cerraba ala puerta.

-¿Por… qué? -el tono de su voz cambió drásticamente

Sus ojos se abrieron como plato y dejó caer su taza haciéndose mil pedazos. Me asusté cuando vi que comenzó a llorar, sin embargo, ella seguía sin moverse y sin apartar la mirada de mí. Corrí hacia ella y la abracé, algo en mi interior me decía que Bankotsu tenía mucho que ver en su reacción

-¡Kag! ¡Amiga! ¿Qué te pasa? -pregunté muy preocupada, pero ella seguía sin moverse.

-¿Dónde estabas ayer en la noche? -su voz fría me erizó la piel. La miré directamente a los ojos, y en ellos se podía ver decepción y… ¿asco?

-¿Qué? -dije confundida-. Estaba en… mi departamen…to… -No podía decir más, aunque quisiera, no podía hablarle de… él-. ¿Qué sucede Kag?

-¿Con quién estuviste? -Volvió a preguntar que firmeza-. Estabas con Bankotsu, ¿verdad?

¡No! ¿Cómo podía pensar eso? ¿Yo con esa escoria? ¡Jamás! Retrocedí muy sorprendida por falsa acusación, y entonces caí en cuenta que mis actitudes del día anterior no habían ayudado en nada, sin embargo, eso no era motivo suficiente para decir abiertamente que me veía con ese imbécil.

-¡Kagome, tranquilízate!

-¡Maldita sea! Sango… eras mi hermana, ¿Por qué me traicionaste de esa manera? -la decepción en su rostro lleno de lágrimas era muy clara.

-¡Escúchame, por favor, amiga! -tomé sus manos, pero se zafó de mi agarre y se alejó evidentemente molesta.

-¿Qué me quieres decir? ¿Lo bien que te la pasabas follando con Bankotsu? -sus palabras retumbaban en mis oídos-. Al menos ten un poquito de dignidad y no te humilles de esa manera Sango.

-¡No es lo que piensas! -exclamé con desesperación-. Bankotsu no es quien tú crees, y si te marcó en ese momento en que follaba con alguien, nada tiene que ver conmigo. Yo no estaba con él.

-Y ¿Cómo sabes que marcó a mi teléfono? ERES UNA…

-¡CÁLLATE! -grité interrumpiéndola antes que pudiera decir algo más-. Si lo sé es porque lo acabo de escuchar. Bankotsu y Tsubaki son amantes. Quién te marcó fue Tsubaki desde el teléfono de él -Solté sin más rodeos y Kag se quedó nuevamente en shock, con su mirada fija en la mia-. ¡Amiga, perdóname! No quería que te enteraras de esta manera.

-¿Tsubaki?

Kagome se sentó en el sofá. Me acerqué con cautela y me puse en cuclillas frente a ella. Seguía asimilando la cruel verdad que acababa de revelarle.

-¡Sango! Yo… perdona…

-No digas nada… -la interrumpí- Ellos supieron jugar muy bien sus cartas -la abracé fuertemente-. Tsubaki trató de imitar mi voz. Solo de repetirlo se me revuelve el estómago. No te sientas mal, Kag.

-Soy una pésima amiga, no confié en ti -decía desesperadamente una y otra vez, incluso estaba evitando mi mirada, por lo que tomé su rostro entre mis manos.

-Mírame, Kag -dije con firmeza-. No te atormentes. Yo en tu lugar habría actuado de la misma manera, sobretodo porque mi actitud en estos últimos días no ha sido la mejor. Por ahora tenemos que hacerles creer que su plan funcionó y la amistad entre nosotras se acabó.

-¿Qué?

No sabía si lo que tenía en mente funcionaría, pero teníamos que intentarlo.

Fin Flash Back

Después de ese pequeño incidente, Kagome no desaprovechaba ninguna oportunidad para pedirme disculpas, a lo que yo siempre le recalcaba que no tenía por qué pedirlas, que todo había sido una trampa. Lo que más la atormentaba era la falsedad con la que Tsubaki muchas veces la llamó "amiga" y los supuestos consejos para salvar su matrimonio.

Ideamos y comenzamos con nuestro plan; les hicimos creer a los verdaderos traidores que la amistad entre nosotras se había desmoronado, dejamos de hablarnos y Tsubaki lo disfrutaba con creces; aprovechaba cualquier momento para tocar el tema de nuestro distanciamiento. Kikyo, por su parte, no soportaba el descaro de Tsubaki y, aunque quiso enfrentarse a ella, Kagome logró convencerla de que no lo hiciera.

Me di a la tarea de seguir a esa traidora unos días, y así fue como di con la dirección de su departamento, porque, por muy absurdo que pareciera, nunca nos había invitado a su casa, y ahora comprendíamos el por qué. Cuando la vi llegar al edificio acompañada de Bankotsu, le envié la dirección a Kagome. ¿La idea? Descubrirlos y usar esa infidelidad a favor de mi amiga.

La espera fue larga, pero cuando vi a Kagome salir del edificio con una sonrisa en el rostro, supe que todo había salido bien.

-¡Kag! -corrí hacia ella y la abracé.

-¡Sango! Tsubaki es la culpable del desastre en la oficina, la que destruyó los bocetos -dijo con decepcionada

-No me sorprende, esa mujer te tiene envidia. Me alegro que hayas sido precavida.

-Mañana hablaré con Koga y le entregaré la foto que les tomé. Espero que eso sea suficiente para el divorcio.

-Se de muy buena fuente que sí -le aseguré con confianza.

-Eso espero, amiga -respondió con una pequeña sonrisa.

-¿Estarás bien? -pregunté un poco preocupada.

-Tranquila, estoy bien. -Y no mentía, la serenidad en su rostro me lo confirmaba.


INUYASHA

No podía conciliar el sueño. Daba muchas vueltas en la cama y simplemente no podía dormir. Fueron tantas cosas en un solo día, y lo que más me calaba era que no recibí respuesta alguna de Kagome. Esa mujer sabía perfectamente cómo herir mi orgullo, pero también supo grabarse a fuego en mi piel. No negaré que después de estar con ella me involucré con otras mujeres, pero ya nada era igual; siempre la misma rutina: unos besos, sexo sin compromiso y luego, mi mente trayendo el recuerdo de Kagome disfrutando de nuestros encuentros. Sí, al final, siempre terminaba pensando en ella.

-¡Vamos, amigo! - Llevé mi mano a mi entrepierna al sentir un ligero cosquilleo-. ¿Te vas a emocionar solo con el recuerdo de ella?

Sonreí porque sabía perfectamente que esto terminaría con una ducha bien fría. Intenté pensar en otra cosa, pero fue inútil, así que me levanté de cama, y justo cuando estaba por entrar al baño, mi teléfono sonó. ¿Quién demonios podría ser a esta hora? Tomé el celular y respondí sin siquiera ver la pantalla.

-¿Qué demonios quieres? -respondí con la tonta idea de que quizás se trataba de mi hermano.

-¿Interrumpí algo, tigre? -pensé que se trataba de una mala broma de mi mente, revise la pantalla y efectivamente era Kagome.

Kei! -mi corazón dio un vuelco-. No… eh… no pensé que llamarías.

-Créeme, tampoco estaba en mis planes. -Su voz coqueta no me ayudaba en mi situación actual-. ¿Estabas durmiendo?

-¡No! Estaba por darme un baño de agua fría -le respondí con picardía arriesgándome a qué cortara la llamada o que siguiera el juego.

-Entonces sí estabas ocupado… libidinoso -comenzó a reír muy provocativa y eso me puso muy nervioso.

-Tu eres la culpable -dije con firmeza, y ella se quedó en silencio probablemente sorprendida-. Cierta parte de mi cuerpo reacciona cada vez que te recuerdo.

-Tienes otras opciones.-respondió con tranquilidad-. Puedes darte placer tú sólo, o buscar a alguna de tus conquistas.

-Lo he intentado, bonita, pero no es lo mismo. Ninguna otra mujer me hace disfrutar de una buena noche de sexo cómo tú lo haz hecho.

-¡Qué lástima! -exclamó burlándose de mí-. Tendrás que vivir con ese recuerdo.

-Agradece que no sé tú dirección, porque sino, en este momento saldría a buscarte para follarte de una manera que jamás podrías olvidar.

El silencio del otro lado de la línea me dejó pensando: ¿Se habrá quedado dormida? Estaba a punto de decir algo cuando ella habló primero.

-Mi dirección es… -Abrí los ojos de par en par, y agarré lápiz y papel para poder anotar-. En tus sueños… Tigre.

Su risa me hizo caer en cuenta que era yo quien había caído en su juego, pero evidentemente no iba a permitir que se diera cuenta.

-Te lo pierdes. -dije tratando de parecer despreocupado-. De todas formas, no pensarás que voy a dejar solo a Shippo, ¿Verdad?

-Bueno, al menos eres consciente de que lo primordial es tu hijo. -respondió con seriedad, pero acompañada de un tono juguetón-. Aunque a veces lo utilices como pretexto para enviarme mensajes.

-¡No fue pretexto! -me defendí, sabiendo que ella tenía razón-. El niño sintió una conexión contigo y…

-¿Me darías permiso para llevarlo mañana al parque? -dijo interrumpiéndome.

Esa pregunta me sorprendió demasiado. Kagome, que siempre había tratado de mantener cierta distancia entre nosotros, me estaba pidiendo salir con mi hijo. Era algo que me esperaba para nada.

-¿A Shippo? -repetí incrédulo-. ¿Estás segura?

-Sí -respondió con naturalidad-. Puedes venir si es lo que quieres.

-¿Kagome Higurashi me está pidiendo una cita? -ella soltó una carcajada sonora, y reí contagiado por su risa,

-¡No te ilusiones! -exclamó-. Solo me gustaría llevar al niño a dar una vuelta, eso es todo.

-Le diré a Shippo. Estoy seguro que se va a emocionar.

-¿Sabes? -su voz nostálgica acompañó sus siguientes palabras-. Uno de mis sueños era convertirme en mamá. Debido a las circunstancias, me alegro que no se haya podido.

-Kei…

-Olvídalo, no quiero aburrirte con mis cosas. Solamente te llamé porque no podía dormir, y curiosamente tu nombre apareció en mi mente. Nos vemos pronto.

Ni siquiera tuve oportunidad de decir algo antes de que cortara la llamada. Me quedé mirando la pantalla del teléfono por unos segundos o quizás minutos; seguía procesando aquella extraña conversación que inició como un juego y que terminó con una Kagome abriendo su corazón ante un desconocido, porque sí, a final de cuentas, seguíamos siendo dos extraños que solo habían tenido sexo.


ONIGUMO

-¡Vaya! ¡Vaya! ¡Así que Kagome Higurashi! -exclamé triunfante-. ¡Pero que pequeño es el mundo! -Dejé los auriculares en la mesa y me recosté en el sofá-. Siempre lo he dicho; "Si quieres que las cosas salgan bien, es mejor que las hagas tú mismo".

Tomé mi celular y marqué al número de uno de mis subordinados; uno, dos, tres, cuatro… fue hasta el quinto toque finalmente contestó.

-¿Señor?

-Me puedes explicar en ¿qué momento Kagome se involucró con un Taisho? -pregunté sin tantos rodeos.

Hubo un breve silencio del otro lado de la línea, probablemente en busca de una pregunta coherente que pudiera justificar su ineptitud.

-Señor, yo… no sé… -tartamudeaba con voz temblorosa-. ¿Inuyasha Taisho?

-¡POR SUPUESTO QUE INUYASHA TAISHO, IDIOTA! -grité al teléfono. Lo que más odiaba en el mundo era que preguntaran lo evidente-. ¡Necesito que mantengas vigilado a esos dos! No podemos permitir que arruinen nuestros planes -la firmeza en mi voz dejaba en claro que no había lugar para errores, mucho menos con un Taisho.

-Pero, Señor… Los Taisho están de nuestro lado.

-En efecto… Tanto Inuyasha como Sesshomaru están metidos hasta el cuello con la organización -mencioné con frialdad-. Sin embargo, eso no los hace menos peligrosos. Aún no confío en ellos.

-Entonces no tenemos que preocuparnos… -declaró con excesiva confianza.

-Aún así, necesito que mantengas a tu ex mujercita bien controlada. De lo contrario, tú y ella se irán al infierno.

Y créeme, Bankotsu... mucho peor de lo que te imaginas. ¿Entendiste?

-¡Entendido!

Colgué la llamada, y aventé el celular sobre la mesita de centro. Me senté y apoyé mis codos sobre las rodillas mientras apretujaba mi cabello.

-Esto no puede fallar -murmuré entre dientes-. Por lo menos, ahora conozco dos puntos débiles de Inuyasha Taisho: su hijo y Higurashi.

-¿Hablando sólo, cariño? -la voz sensual de mi compañera, me sacó de mis pensamientos.

Estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Acababa de salir de la ducha, y su cuerpo húmedo brillaba bajo la luz de la habitación. Recorrí su cuerpo semidesnudo con la mirada; apenas se lograba cubrir con una toalla que dejaba al descubierto sus torneadas piernas. Su cabello negro y mojado, caía sobre sus hombros desnudos. Simplemente exquisita. Pero a pesar su de mantenerse relajada bajo un aspecto seductor, sabía que Kagura tenía una mente poderosa, siempre lista para atacar.

-Me desaparezco un momento y ya estás perdido entre tus planes maquiavélicos -dijo con una sonrisa coqueta, acercándose lentamente hacía mí.

-Sabes que siempre estoy planeando algo, Kagura -respondí sin quitarle la mirada. Desató la toalla con sensualidad y la dejó caer al piso, exponiendo su desnudez ante mis ojos. No pude evitar sonreír-. ¡Perfecta! Cómo siempre, tienes la habilidad de distraerme.

-Y lo disfruto, cariño -dijo acomodándose a horcajadas sobre mi regazo. Desabrochó lentamente los botones de mi camisa dejando al descubierto mi pecho. Sus manos recorrieron mi piel con suavidad, arrancándome un leve suspiro de satisfacción.

-Sabes cómo hacer que me olvide de todos los problemas -exclamé mientras llevaba mis manos a sus caderas.

-Ese es mi trabajo -susurró sensualmente cerca de mi oído.

Jalé de su cabello con suavidad, llevando su cabeza hacia atrás, y comencé a besar su cuello. Su piel suave y tibia reaccionaba a mis caricias. Kagura arqueó su espalda cuando mordí levemente su hombro.

-Sólo olvídate de todo, Onigumo y déjate llevar.

Nos besamos con urgencia. Nuestros labios se movían frenéticamente, siguiendo una danza erótica que llenaba de fuego nuestra piel. Me levanté del sofá y ella enredó sus piernas en mi cintura. Caminé hacia la habitación y la dejé caer en la cama; sus ojos estaban llenos de deseo, pasión y lujuria; ambos sonreíamos con picardía, sabiendo que que, quizás, no dormiríamos en toda la noche.

Continuará…