La luz del sol colándose por la ventana aumentó su buen humor, ni siquiera eso le molestaba ya, hacía tanto qué no era tan feliz cómo ahora qué sentía su corazón explotar, quizá por qué nunca antes había sentido algo parecido, y se preguntaba: ¿por qué esperó tanto para eso?. La respuesta la conocía, no obstante dejaba a su mente divagar sobre situaciones ajenas a esa.

Su despertador sonó a la hora habitual: 5:30 AM y no le pareció una tortura, se levantó de la cama y se dirigió al baño de su habitación, se duchó rápidamente y se arregló más qué de costumbre. Draco estaba feliz por no ver su billetera vacía, su madre le había dado algo de efectivo, el cuál ganaba trabajando en el mismo sitio qué su tía Andrómeda: Un salón de eventos sociales, su madre era la encargada de organizar la decoración del lugar y había resultado favorable, por fin se sentía realizada y feliz con lo qué hacía, además, su hermana Pansy había retomado sus estudios a distancia para equilibrar un poco la economía, y conseguía algunas cosas qué le hicieran falta para los eventos.

Le habría encantado quedarse ahí por mucho tiempo más pero no iba a dejar sola a Hermione, su mejor amiga, casi hermana, quién le había tendido la mano cuándo más lo necesitaba, por ello debía esforzarse el doble y apresurar el trámite para conseguir una beca y ahorrarle un poco más de dinero a su madre para qué viviera cómo lo merecían.

Tomó la maleta qué había preparado la noche anterior con sus cosas junto a su mochila y se encaminó al comedor dónde estaba toda la familia.

—Buenos días hijo —saludó su madre.

—Buenos días mamá

Pansy, Andrómeda y Nymphadora lo saludaron también y tomó asiento junto a su prima.

—Sobrino de verdad no tienes porqué irte, aquí no pagas renta y no es ningún gasto más si eso crees, y estamos muy felices de tener a la familia completa viviendo aquí —dijo Andrómeda.

Draco le miró comprensivo, había tardado un par de días más desde qué comenzó el curso para decidirse y hacer sus maletas, pero la intención de no dejar sola a Hermione lo había movido hasta ahí.

—Y te lo agradezco tía, no sabes lo bien qué me ha hecho estar aquí pero mi mejor amiga me necesita y no quiero dejarla sola —rebatió Draco.

—Habla con ella, estoy segura qué lo entenderá, además podría resultar favorable si regresa con sus padres —dijo Narcisa.

Draco lo analizó por un instante, si bien Hermione le había dicho qué sus padres le pagaban el departamento para estudiantes con el fin de facilitar su trayecto de su casa a la universidad para no llevar una vida desmedida entre sus múltiples actividades, también le comentaba lo mucho qué la extrañaban y viceversa. Si ella quería podrían ver otra solución para qué su traslado fuera rápido y eficaz. No obstante, para él sería una gran ayuda si sus gastos mensuales disminuían.

—Está bien, hablaré con ella —prometió Draco.

—Gracias hermanito —dijo Pansy.

Draco sonrió y se sirvió el desayuno qué estaba en el centro de la mesa. Siendo sinceros, él tampoco quería dejar ese nuevo calor familiar y sobre todo lleno de cariño.

...

Harry se estacionó frente a la ya conocida casa de los Black, y no precisamente Grimmauld Place, sino el nuevo hogar qué las hermanas Black estaban construyendo, el muchacho estaba feliz por Draco y su familia, sin duda ya era tiempo de qué la vida les compensará.

Hazzy amor

Amor, ya estoy afuera de tú casa

6:15 AM

Dray amor

Salgo en un momento cariño

6:17 AM

Harry guardó su celular, esperó unos minutos más hasta qué vio a Draco salir de la casa, se veía mucho más radiante qué cuando lo conoció y el azabache no podía estar más feliz por él.

Draco subió al coche, en el asiento del copiloto y echó su mochila en la parte de atrás junto a la de Harry antes de saludarlo.

—Buenos días bebé —saludó Draco.

—Mi amor son excelentes los días —dijo Harry.

Draco se acercó a Harry, envolviéndolo en un afectuoso abrazó, después se apartó ligeramente y lo besó, lento y profundo.

—¿Listo para regresar al departamento? —preguntó Harry cuando se apartaron, sin dejar de abrazarlo.

—La verdad es qué no estoy seguro de volver —comentó Draco, y se recargó en el hombro de su novio y escondió el rostro en el hueco de su cuello.

—¿Por qué? —preguntó.

—Mi familia no quiere qué me vaya —habló con voz amortiguada—, pero siento qué es mi deber estar con Hermione por qué me ha apoyado más qué nadie en estos meses, y tampoco voy a dejarla sola por mi nueva situación y me siento en un jodido círculo sin salida —confesó Draco.

Harry soltó un suspiro, recargó su mejilla sobre la cabeza de Draco y comenzó a repartir suaves caricias sobre su espalda.

—Entiendo amor, deberías hablar con Hermione y plantearle la situación, quizá lo entienda —sugirió Harry.

—Tengo miedo de romperle el corazón, ella me ha tratado sumamente bien y no es justo —soltó un bufido qué le crispó las terminales nerviosas del cuello a Harry.

Draco quién tenía los ojos cerrados no se percató de ese detalle y Harry lo agradeció.

—Tal vez ella logre encontrar una solución de traslado si ese es el problema —dijo Harry.

—No sólo es eso amor, me siento en deuda con ella —confesó.

—Comprendo, pero dime una cosa, ¿Tú dónde quieres estar? ¿Dónde te sientes cómodo? —preguntó Harry.

Draco se lo pensó por un instante, era obvio qué la pensión para estudiantes no era su lugar favorito en el mundo pero si con el único qué contó durante los últimos seis meses del año anterior, no obstante vivir en su casa junto a su familia le había devuelto la alegría y tranquilidad, era cómo estar con Harry, no podía estar en una sola pieza si no tenía a su familia y a su novio, era más qué un complemento, en resumen: eran su mundo entero, su todo.

—En tus brazos —respondió.

Harry se sonrojó.

—Sabes a lo qué me refiero —dijo el azabache.

—Con mi familia completa y eso te incluye mi amor —confesó y depositó un suave beso en su cuello.

Harry quedó estático, no podía creer lo qué Draco acababa de soltar, en él tenía un significado especial, sentía su corazón explotar, pero los besos qué depositaba sobre su piel no ayudaban a su parte racional. Nunca había tenido sexo y Draco no estaba enterado, y aquella reacción era completamente nueva para él, no quería parecer alguien maravillado cuando ve fuegos artificiales por primera vez, y mucho menos ocultarle esa información a su novio.

—Dra-Draco —titubeó.

—Mmh —murmuró contra su cuello, sin dejar de repartir besos húmedos.

—Debemos… irnos —murmuró.

—Esto es —le besó—, más gratificante

Harry tenía los ojos cerrados, se le escapó un gemido y entonces fue consciente de toda la sangre qué tenía acumulada en la parte inferior de la cintura, debía parar a Draco ya y confesarle qué nunca se había acostado con nadie, y mucho menos tenía experiencia en el sexo.

—Se… ha-hace… ta-tarde —Harry titubeó, tomó a Draco por los hombros y lo apartó ligeramente de él—, además seguimos afuera de tú casa

Eso llamó lo suficiente la atención de Draco y se apartó de Harry cómo si fuera un resorte.

—Mierda lo olvidé —gruñó. Se colocó el cinturón de seguridad, y pasó un par de veces sus manos por su rostro—, vámonos

Harry sintió alivio pero al mismo tiempo notó a Draco tenso ante la mención de qué seguían estacionados afuera de su casa. Estaba un 99% seguro qué la situación de ser descubierto con alguien en una situación comprometedora por pequeña qué fuera, le seguía afectando hasta el día de hoy.

—¿Estás bien? —preguntó Harry.

—Sí

Harry conocía lo suficiente a Draco cómo para saber qué estaba mintiendo, no obstante decidió no decir algo más qué pudiera suscitar una pelea, lo mejor era irse y conversar al estar más tranquilos.

...

El camino a la UCL fue silencioso, el ambiente era tenso y hasta triste, Harry no quería comenzar el día con un hueco en el corazón, y cuando llegaron al estacionamiento dejando el coche en uno de los lugares disponibles lo apagó pero no quitó el seguro.

—Amor —murmuró Harry.

Draco enfocó su mirada gris azulada en él, tenía los ojos aguados y se mordía el labio inferior, intentando no soltarse a llorar cómo tenía ganas.

—Cariño aquí estoy para ti, siempre —dijo el azabache.

Draco asintió, y sin poder controlar sus emociones una lágrima resbaló por su mejilla, la cuál Harry le quitó con delicadeza.

—Lo eres todo para mi Harry —dijo Draco.

Harry sonrió y se acercó a él para abrazarlo.

—Te quiero amor —murmuró, y depositó un beso en su mejilla.

Draco ya no contuvo las lágrimas y las dejó salir. Harry había tenido razón en qué todavía no superaba lo sucedido con su familia y el temor a ser descubierto en una situación comprometedora lo aterraba y era por eso qué la sola mención de su familia le ponía los nervios de punta, pero el tener a Harry a su lado susurrándole al oído qué todo estaría bien y qué no tenía qué preocuparse por nada estando con él le hizo sentir bien. En ese instante su teléfono timbró, y Draco se apartó para contestar, era Hermione.

—Hola, sí lo siento, ya voy para allá —dijo y colgó—, tengo que irme

—Te acompaño —ofreció Harry.

Draco asintió y se limpió las lágrimas con un pañuelo qué Harry le tendió, una vez estando más recuperado salieron del auto, tomaron sus cosas de la parte de atrás, Harry colocó el seguro al coche y caminaron tomados de la mano hasta la entrada de la cafetería.

—¿Almorzamos juntos? —preguntó Draco.

—Claro, yo invito —dijo Harry.

Draco se inclinó hacía Harry para besarlo y abrazarlo antes de tomar su puesto en la cafetería, faltaban cinco minutos para las siete de la mañana y no quería llegar tarde y perder el bono de puntualidad.

—También te quiero —murmuró Draco sobre sus labios.

Harry sonrió y volvió a besarlo, lenta y delicadamente, pero, en ese instante una voz qué no reconocieron los sacó de aquella burbuja qué habían creado.

Draco se giró sobre sus talones, ahora los dos estaban frente a quién los había interrumpido.

—Estoy harto de Diggory —gruñó Draco.

—Responde, ¿Qué haces besando a Harry? —preguntó Cedric en un tono qué era todo menos amable.

—¿A ti te tengo qué dar explicaciones?

—Draco me puede besar cuantas veces quiera porque es mi novio —respondió Harry por él.

La luminosidad en el rostro del rubio era digna de enmarcar.

—¿Qué? No, eso no puede ser…

—Cariño tengo qué irme tengo dos minutos para entrar y no perder el bono, ¿nos vemos en la cafetería? —dijo, e ignoró a Diggory.

—Si mi amor, te quiero, allá te alcanzo —ofreció Harry cómo respuesta y le dio un beso rápido en los labios.

Draco pasó a un lado de Cedric y sin molestarse a pedirle permiso de pasar, lo empujó, chocando su hombro con el brazo contrario.

—¡Fíjate, idiota! —se quejó Cedric.

—Cedric cállate, el único idiota aquí eres tú, ya déjanos en paz por favor —pidió Harry, y tomando el ejemplo de su novio pasó a un lado de Cedric, pero a diferencia suya, él no lo golpeó intencional.

—Estás cavando tú propia tumba Malfoy, Harry será mío cueste lo qué cueste —musitó para sí, tenía qué idear un plan y si era posible buscar un aliado.

...

—¿Por qué llegaste tarde? —preguntó Hermione, ayudándole a colocarse el mandil negro.

—Un contra tiempo —respondió.

—De nombre Harry —dijo la castaña.

Draco se ruborizó y Hermione se río.

—Supongo qué todo va bien ahora qué son novios —dijo Hermione con picardía.

—Bastante, pero la causa principal de mi demora fue qué Diggory nos interrumpió cuando estaba a punto de entrar —dijo Draco.

—Parece qué no va a rendirse —dijo ella.

—Me doy cuenta, y me preocupa qué intenté hacer alguna cosa estúpida con tal de salirse con la suya —murmuró Draco.

—Habla con Harry, estoy segura que estarán alerta ante cualquier situación

—Tienes razón —dijo Draco.

Draco y Hermione caminaron hacía el interior de la cafetería dónde Ginny los esperaba para terminar de ordenar la cafetería antes de recibir al primer cliente de ese día.

—La sede para la final de fútbol Inter escolar será en una universidad de prestigio, y una de las más costosas de todo el Reino Unido —anunció Hooch.

—¿Cuál? —preguntó Fred.

—La universidad Oficial del Reino Unido en Oxford, y aunque todavía no tengo la fecha exacta sé qué no falta demasiado, así qué por favor no se confíen, es el partido más importante, no hemos llegado hasta aquí por nada y lo menos qué espero de ustedes es ganar la final Inter escolar —dictaminó la entrenadora, mientras caminaba de un lado a otro, frente a los integrantes del equipo.

Hooch les brindaba una mirada mordaz y decidida. Pero el qué se había quedado congelado y escuchando muy a lo lejos las palabras de su entrenadora era Draco,—tiene qué ser una jodida broma—,pensó el rubio, por qué, ¿Qué posibilidad había de qué la final se jugará justamente en su antigua universidad de niños ricos?, eso no podía estarle pasando.

Harry se había percatado de la nueva y extraña actitud de su novio, quién tenía las manos sobre su regazo, formando puños, el semblante pálido y preocupado, pareciera qué fuera a vomitar.

—¿Estás bien? —preguntó Harry en un murmullo, pegándose más al cuerpo de su novio.

Draco no respondió y negó ligeramente con la cabeza.

Harry sabía qué no era el mejor momento para hablar pero al menos quería hacerle saber a Draco qué ahí estaba para él, así qué tomó su mano en señal de apoyo y Draco entrelazó sus dedos, dándole un ligero apretón, necesitaba estar más fuerte qué nunca, por qué era bastante probable volver a ver a su ex, no obstante la peor parte sería explicarle la situación a Harry.

¿Por qué su vida volvía a girar en su contra ahora qué ya era feliz?

*̥*̥

¡Hola! aquí estamos un viernes más y muy feliz por cierto, jaja es qué el capítulo lo dice todo, aunque cómo verán las cosas están por cambiar, tendremos un poco de drama qué no puede faltar, pero el final feliz es garantizado, lo saben 3.

¿Creen qué a Draco le afecte mucho la idea de volver a su antigua universidad? ¿Y si vuelve qué sucederá?. Por ahora no les puedo dar muchas pistas, sólo les dejaré un poco la incógnita.

Muchas gracias por el apoyo 3 Nos leemos en la próxima 3

Ale 3