Aquí Saint Ninja 11 reportándose.
Se acerca el final del mes más difícil para todos como lo es septiembre, pero justo cuando cae el 28 es que tenemos cumpleaños de una de las más guapas de Liella! y nuestra querido Isópodo Gigante: Heanna Sumire.
Como es costumbre y parte de la Corriente Cyanad, Sumire irá con su chico para pasar un buen momento y si ya se la saben, entonces sabrán de qué viene esto.
Sin más, comencemos…
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Él era un chico atlético y amante del béisbol.
Y ella una ex actriz y ahora era una Idol.
Shiraki Yuki y Heanna Sumire se conocieron tiempo antes de que se la rubia se metiera en el grupo Idol Liella!, siendo un apoyo para que Sumire pudiera encajar.
Al acabar las prácticas de ese día, la joven decidió volver a su casa, la cual era un templo. Ni que decir que cuando llegó, encontró al chico de cabello rubio platino y ojos verdes rezando y sin más, este se dio la vuelta solo para encontrarse.
- ¿Rezando? ¿Acaso es por los exámenes?
- Más o menos, aunque no tengo que preocuparme, al final de todo, no vendría mal la ayuda divina – río el joven.
- Pues no le dejes todo a los dioses, tienes que hacer tu esfuerzo también – la rubia le dijo a lo que este asintió.
Sumire se acercó a Yuki y sin más, esta lo besó en los labios un momento, pero no quedaría unilateral y el rubio correspondió al gesto.
El beso fue lindo al inicio, aunque las cosas fueron subiendo de poco en poco hasta que las manos de Yuki fueron hacia el trasero de la rubia quien se sorprendió por eso y se separó un momento del chico.
- ¿Sumire?
- Aquí no y lo sabes, no puedes tocarme aquí – la oji verde decía haciéndole que mirara en donde estaban.
- Oh, lo siento, ya sabes, es que me gusta tu cuerpo.
- Lo sé, no por algo muchos chicos y chicas no se pueden resistir a este cuerpazo de actriz que tengo – río la chica mientras que se fijó un momento para ver que no había nadie y solo le indicó a Yuki que la siguiera.
Asintiendo, el joven fue tras la ex actriz infantil y ambos entraron a la casa, aunque para maña suerte de Sumire, su madre y hermana menor estaban dentro.
- ¿Cómo te fue hija? – la señora Heanna se dio cuenta de la presencia del rubio platino – oh, Shiraki-kun, ¿Cómo te encuentras?
- Bien, espero que las cosas anden bien.
- Bueno mamá, vamos a estudiar un poco en mi cuarto – Sumire y Yuki subieron al cuarto de la rubia y llegando, simplemente se sentaron en la cama – demonios, pensé que mamá iba a salir con mi hermana.
- Se te notó en la cara cuando escuchaste el sonido de ellas dos.
- Al menos mi hermana no vendrá a molestarnos, es lo bueno – Yuki se acostó en la cama de Sumire mientras esta se iba hacia la puerta, cerrándola con pasador y ya verificando que todo estaba bien, se subió sobre su chico.
- No hay que hacer mucho ruido ya que podemos atraer a tu madre y hermana.
- Lo sé, así que más bien tienes que pensar en no hacer ruido tú también.
Los besos se hicieron presentes en la habitación, aunque como dijeron los dos, no debían hacer ruidos ya que no querían atraer la atención de la madre y hermana de Sumire.
La rubia fue bajando hasta quedar a la altura de la entrepierna de Yuki quien solo veía como la Idol le bajaba el pantalón y su bóxer para sacar su miembro el cual rápidamente se fue poniendo erecto.
Sin perder más tiempo, Sumire comenzó con su felación la cual pudo notar que Yuki lo disfrutaba por los pequeños suspiros que daba.
La ex actriz seguía con lo suyo lamiendo toda la extensión de su pene hasta que llegó a sus testículos en donde los lamía haciendo temblar un poco al chico el cual sintió la presión aumentar cuando su chica volvió a hacerle una felación.
- S-Sumire… m-me corro – Yuki susurró a lo que Sumire se dio cuenta después cuando el semen que soltó el rubio inundó su boca.
La Idol intentó tragar lo que pudo, aunque la mayoría lo terminó tirando a su bote de basura, eso mientras Yuki trataba de recuperar el aliento.
- Eres muy buena en esto – Yuki dijo riendo un poco mientras respiraba un poco pesado.
- Tengo habilidades que no te imaginas, pero supongo que eso ya lo sabes – la rubia se limpió la boca y procedió a desvestirse, quitándose la camiseta y la falda, sin embargo, ya cuando estaba por quitarse su sostén, no pudo continuar ya que unos toques en su puerta la interrumpieron.
- Hermana, tienes un paquete, te están esperando – la hermana menor de Sumire estaba al otro lado de la puerta.
- ¿Nos habrá escuchado? – Yuki exclamó alarmado mientras se ponía su pantalón rápidamente al igual que su pareja quien se vestía de nuevo.
- ¡Ya voy, espérame un rato! – la ex actriz frunció el ceño volviéndose a poner su ropa – había olvidado que ordené algo por línea, llegó en el peor momento.
- ¿Qué pediste? – la pregunta de Yuki no fue respondida y Sumire, ya cambiada al igual que el rubio platino, bajó para recoger el paquete.
La frustración de Sumire se notó, además de que Yuki se tuvo que calmar un poco para que su erección no fuera vista si alguien más entraba, por lo que usó la almohada de la cama de la rubia para ocultarla.
Unos momentos después, Sumire regresó con su paquete el cual dejó en su mesita de noche, además, revisó un poco afuera de su cuarto antes de cerrarlo con pasador y su ropa comenzó a volar de su cuerpo.
- Ojalá que no nos vuelvan a molestar, jode mucho que lo interrumpan a uno en el mejor momento – Yuki río por el comentario, pero él solo siguió desnudándose al igual que Sumire y unos segundos después, ambos estaban desnudos.
Sumire era una belleza andante y es que su cabello rubio y ojos verdes eran signos de que era una chica hermosa, pero verla así, era mejor. Su cuerpazo era resaltado por sus grandes pechos, sus caderas y piernas bien formadas.
Ya sin perder tiempo, el chico se acostó en la cama mientras Sumire se subía encima de él, acomodando su pene sobre la entrada de su vagina.
La rapera no dejaría pasar esta oportunidad, así que dejó que el falo de su chico fuera dentro de ella sacándole un gemido que luego tuvo que callar.
Estaban en su casa y su madre y hermana estaban abajo por lo que cualquier ruido fuerte podría atraerlas y descubrir que estaban haciendo.
Ya sin más, comenzó a saltar, ampliando el placer en ambos ya que las paredes vaginales de Sumire apretaban el pene de Yuki quien disfrutaba del espectáculo que tenía delante.
Unos pechos grandes moviéndose de arriba abajo, así como el rostro de una rubia hermosa gimiendo con fuerza por la acción de su pene.
La cama tampoco ayudaba, rechinaba, pero ambos trataban de calmar las cosas, aunque parecía inútil ya que las caderas de Sumire se seguían moviendo bastante rápidas como queriendo llegar al clímax.
Para ayudarle en parte, las manos de Yuki fueron hacia los pechos de Sumire estrujándolos, ni que decir que la oji verde se tuvo que morder los labios para evitar soltar un gemido por ese acto.
Llegando a un punto, las paredes apretaron el pene de su amante el cual sentía la presión llevarlo a otro nivel y la rubia lo sabía a lo que solo aceleró el movimiento de caderas.
- M-Me voy a correr… S-Sumire…
- E-Espera… ah… saldré – justo cuando Yuki estaba por eyacular dentro de Sumire, esta salió y se acercó al miembro para chuparlo y así fue como el placer estalló.
La corrida de Yuki fue a la boca de la rubia quien no pudo tragarlo, pero lo llevó hasta que lo tiró en el basurero de nuevo.
- Eso estuvo bastante bueno.
- Menos mal que lo saqué a tiempo, pensé que te ibas a correr dentro de mí – Sumire decía limpiándose la boca.
- Si no quieres que me corra dentro, ¿Por qué no usamos condón?
- Porque no se sentirá igual, no me gusta que te pongas uno, así que es mejor hacerlo así ya que te puedo sentir naturalmente.
- Te entiendo, aunque bueno, eso estuvo bueno ¿no?
- Sí, pero tenemos que ir por una ronda más – Sumire exclamó a lo que Yuki solo asintió.
Lo que siguiente que se miró fue que la rubia estaba en 4 patas mientras su amante la embestía por atrás cada vez con más fuerza, pero como siempre, trataban de no hace mucho ruido para no llamar la atención.
La vista que tenía Yuki era bastante buena, con el trasero bien formado de la rubia chocando contra su pelvis, incluso para tener mejor agarre, la tomó de sus caderas.
El golpe de caderas se seguía escuchando con fuerza y fue cuando estaba por llegar al clímax y Sumire lo sentía.
Los gemidos de la chica eran sonoros, pero trató como pudo de aguantarlos. Yuki estaba por correrse, pero recordó que Sumire no quería su semen dentro porque no estaba en sus días seguros por lo que justo cuando estaba por tirar todo, el rubio platino sacó su pene y su esperma salió disparado hacia la espalda baja de su pareja.
Las respiraciones se escucharon agitadas mientras trataban de calmarlas, así mismo, la rubia cayó sobre la cama mientras Yuki se sentó en la cama.
- Me hubiera enojado si te hubieras corrido dentro – Sumire dijo mirando al chico el cual sonrió un poco.
- Lo siento, en esa posición estabas bastante excitante y te juro que por poco me corro dentro, pero me acordé y lo saqué.
- Más te vale porque de haberlo hecho, te tendrías que haber hecho cargo – Yuki asintió.
- Claro, lo hubiera hecho.
- ¡Hermana, es hora de comer! Pregúntale a Shiraki-san si quiere quedarse – la hermana de Sumire gritó desde el piso inferior.
- Supongo que tendremos que ir a comer.
- Lo sé, lo vamos a hacer – los dos se cambiaron, no sin antes limpiar los rastros de su actividad amorosa y bajaron a comer como si nada hubiera pasado.
Cuando acabaron de comer, volvieron al cuarto de la ex actriz, esto con la excusa de hacer unas tareas, además de que la mayor de las Heanna dijo que no la molestaran, especialmente su hermana.
- Amor, deberías ir a hacer tu tarea también, tu hermana y Shiraki-kun harán lo mismo – la señora Heanna le dijo a su hija menor.
- De acuerdo.
Mientras tanto, en el cuarto de Sumire, el cual estaba cerrado con llave, la ropa había volado del cuerpo de ambos jóvenes y además, se miraba a Sumire brincando como loca encima del pene de su amante.
El rubio platino no podía creer que estuviera en esa posición, pero amaba el espectáculo de los pechos de Sumire botando. De suerte el sonido que hacían no llamaría la atención y por supuesto, tanto la Idol como él lo gozaban al máximo.
- Debería usar lo que compré… pero mejor no, seguiremos así – pensó Sumire mientras aceleraba el movimiento de sus caderas.
No tardó mucho en llegar al máximo, justo saliendo cuando Yuki se corrió, evitando que llenara su útero de sustancia blanquecina.
Pero no sería la única vez que estaría en su actividad.
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EXTRA
Una tarde cuando la práctica terminó, todas tomaron rumbos separados, aunque la única que se quedó fue Sumire quien esperaba a Yuki y este llegó momentos después a la academia Yuigaoka,
- Rápido, antes de que te vean – ambos jóvenes fueron hacia la azotea de la escuela, evitando que alguna chica viera a Yuki.
Una vez que lograron su cometido, se aseguraron que no hubiera nadie cerca y fue cuando el rubio platino se sentó, apoyado en una de las paredes.
- ¿Quieres ver lo que había en el paquete? – Sumire se quitó el uniforme escolar revelando que lo llevaba abajo.
Era una especie de traje lencería de color verde y acabando con unas tangas con una estrella en el centro de su zona íntima.
- Wow… ¿eso había en el paquete?
- Sí, lo iba a hacer contigo cuando estuvimos en mi cuarto, pero creo que aquí es mejor, para que nadie nos vea – Sumire exclamó notando el bulto que tenía Yuki en su entrepierna – y él está feliz.
- Y quien no lo estaría contigo – Sumire sonrió y sentó a horcajadas de su amado y uniendo sus labios, inició un pequeño movimiento.
Lo siguiente que se vio fue a Yuki teniendo a Sumire apoyada contra la pared, embistiéndola con todo mientras que sus manos iban hacia sus pechos, amasándolos.
De suerte, nadie supo sobre lo que estaban haciendo y todo terminó cuando el chico sacó su falo y su leche fue hacia el trasero de la chica, algo que los dos amaron.
Su acto de amor, se cumplió de cierto modo.
