Disclaimer* Los personajes son de S.M. Yo solo creo historias que me gustan y quiero compartirlas con ustedes.


Paparazzi*


La multitud a nuestro alrededor parece crecer; hacen preguntas acerca de nosotros.

Como puedo, me abro paso entre la multitud de gente y trato de cubrir mis ojos para que las luces de los flashes de las cámaras no me cieguen.

¡Maldita sea, Edward Cullen! Él fácilmente podía esconderse en su lujoso hotel. Mientras tanto, yo... ¡Maldita sea!

Camino sobre la acera. Noto que el grupo ha disminuido, pero al menos un par de personas me siguen y están haciéndome preguntas molestas; incluso algunas de ellas son clasistas y me molestan. Quiero parar y decirles que se metan en sus propias vidas. Sin embargo, estoy segura de que si lo hago, solo me harán pasar por una idiota y, además de ser la supuesta novia de Edward Cullen, pasaré a ser un mal meme.

¡Mierda!

—¡Bella! —Escucho mi nombre desde algún lugar. Levanto la mirada y veo el coche de Jake pararse sobre la calle.

¡Oh, Jesús! ¡Gracias por el milagro!

Me acerco a su coche, no dudo y subo. Jake arranca en cuanto cierro la puerta. No dice nada durante las dos primeras cuadras que avanzamos, y estoy agradecida por ello porque estoy a punto de llorar. Hay tantos sentimientos en mí ahora mismo que no puedo manejarlos todos a la vez.

—¿Estás bien? —pregunta después de un rato.

Asiento para luego mover la cabeza de un lado a otro.

—No lo estoy. ¡Maldita sea la hora en que me crucé con él! —exclamo.

Sin despegar la mirada de la carretera, Jake dice:

—Hablas de Cullen, ¿cierto?

Asiento con la cabeza.

—Él mismo.

—Vi cuando te atacó. ¡Mierda, Bells! ¿Qué fue todo eso de Cullen y tú? Cuando me llamaste, me preocupé. Luego quedaste unos segundos más en la línea y escuché el nombre de Cullen; supe que estabas en problemas. Y los malditos mensajes no me sirvieron de nada para tranquilizarme. Tenía que hacer algo, así que lo que hice fue apresurarme para entregar el trabajo. Luego fui a tu casa para saber si habías llegado, pero nadie estaba ahí. Entonces, decidí que rondaría por las calles cerca del hotel por si te encontraba; si no te hubiese encontrado antes de las siete de la mañana, iría a la policía para poner una denuncia. Estaba rondando por el lugar cuando te vi salir. ¿Los rumores son ciertos? ¿Estás saliendo con él?

Agito la cabeza para negar.

—¡No! No hay nada entre nosotros. Está enojado por lo de las fotos de su hermana. Me odia por eso y se ha vengado obligándome a besarle.

Jake asiente.

—Puedes demandarlo.

—No. No quiero hacer eso, Jake, solo traería más problemas. Además, él me ha dicho que me va a dejar en paz.

Jake me mira de manera acusadora, no me cree lo que estoy diciendo, pero no voy a involucrarlo en mis problemas.

—Bien. Respeto tu postura. Sin embargo, quiero que sepas que aquí hay un amigo para lo que sea que necesites; también cuentas con Leha.

Sonrío lo mejor que puedo. Agradezco por tenerlo como amigo. Un par de minutos después, Jake me deja en mi departamento; le agradezco por salvarme y me bajo de su coche. Al entrar no veo a Angela por ningún sitio, así que doy por hecho que aún no llega de la fiesta. O puede ser que la familia Cullen la esté interrogando para sacar el más mínimo detalle de mí. ¡Que no se te suba el ego, Bella!

Voy a mi habitación, directo para darme una ducha; el cansancio está manifestándose y me está cobrando factura. Cuando salgo, me tumbo sobre la cama y dejo que mi cuerpo tenga un momento de paz. Cuando me despierto, es porque Angela toca la puerta de mi habitación.

—¿Estás ahí, Bella?

Me levanto y voy a abrir.

—Hola —saludo. Me hago a un lado para que pase. Ella me sonríe.

—¿Cómo estás? —cuestiona.

Me encojo de hombros.

—No sé cómo responder a eso —respondo. Me alejo de la puerta y voy a la cama, tomo asiento en la orilla y hago una señal para que ella se acerque y tome asiento junto a mí. Ella lo hace.

—¿Puedo preguntarte algo acerca de todo este embrollo? —cuestiona.

—Supongo que sí —respondo.

El rostro de Angela parece dudar un poco, pero luego su gesto cambia.

—No entiendo por qué decidiste vender la historia de Alice si tenías una relación con Edward. ¿Por qué lo hiciste, Bella?

¡Oh, mierda! Mi boca se abre involuntariamente por la sorpresa. Niego repetidas veces.

—Oye, oye. No te equivoques. No tengo nada que ver con tu jefe. Sin embargo, lo de Alice fue... solo... lo hice porque se me presentó una oportunidad de trabajo. Y yo no sabía que trabajabas con ellos, tú misma no querías darme mucha información acerca de ellos porque habías firmado un acuerdo de confidencialidad.

Angela maldice en voz baja.

—Sí, lo sé. ¡Dios! ¿Podrías explicarme entonces por qué se dieron estas cosas?

Paso mis manos por toda mi cara en señal de frustración. Le cuento la mayor parte de las cosas, claro, omitiendo algunas para mí misma.

Su expresión es de incredulidad cuando termino mi relato.

—Todo está jodido —suelta.

—Lo es —estoy de acuerdo con ella.

—Ahora puedo entender por qué los Cullen están sorprendidos ante la noticia.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Antes de venir acá, me quedé un poco con Alice. Cuando desperté y fui a la habitación de Alice para asegurarme de que todo estaba bien, me encontré con gran parte de la familia. Todos estaban confundidos acerca de ustedes dos; vieron ambas fotografías y el vídeo se difundió rápidamente.

Oh, no. Tomo mi teléfono y tecleo "Edward Cullen" en el buscador. Rápidamente me aparece el vídeo de esta mañana. Solo han pasado cinco horas y el vídeo tiene tres millones de reproducciones.

¡Mierda! Arrojo el teléfono sobre la cama.

—¡Maldita sea! No quiero esto. No quiero nada que me involucre con tu jefe.

Angela arruga la cara.

—Técnicamente Edward no es mi jefe —aclara.

—¿No lo es? —cuestiono, confundida.

—No. Mi jefa es Alice.

—¿Y ella sabe todo esto?

Angela asiente.

—No sé mucho al respecto, pero sabe algo. Y estaba un poco confundida esta mañana. Creo que a esta hora ya debió hablar con Edward.

¡Mierda!

Paso de nuevo la palma de mi mano por la cara. Luego me enfoco en Angela, la miro con seriedad.

—Ahora puedo preguntarte yo, ¿cómo es que conociste a Alice? —cuestiono. Todo este asunto es jodido, pero tengo curiosidad de cómo es que Angela conoce a la gran actriz Alice Cullen.

Angela asiente.

—Claro. Mi madre trabajó para los Cullen, fue su ama de llaves desde que tengo memoria. Así que conozco a Alice desde hace mucho tiempo, antes de que fuera famosa. Dejé de ver por un tiempo a la familia porque comencé mis estudios de enfermería. Cuando terminé, Alice tuvo que ser operada de emergencia y la familia Cullen me dio una oportunidad. Al poco tiempo que le dieron de alta, mi madre murió de un ataque al corazón. Fue difícil y me perdí un poco. Sin embargo, Alice me ayudó mucho durante mi duelo; me ayudó a encontrarme a mí misma. No regresé más de enfermera; me gusta, pero no es algo que realmente amara. Así que Alice me contrató como su asistente personal y me encanta. Viví con ella por un tiempo, pero luego pensé que era lo mejor conocer a más personas y decidí rentar un apartamento con alguien más, así es como te conocí a ti.

Sonrío un poco.

—No hay duda que el mundo puede llegar a ser a veces tan pequeño.

Angela asiente.

Después de eso, ella tiene una llamada la cual hace que se despida y vaya a su habitación.


Paparazzi*


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