—Su ropa es chistosa.
Snape resopló. Se alejó de ellos para comer el sándwich que le dieron en su descanso de palear excremento de caballo, pero aún molestaban.
—Me pregunto de dónde viene.
—Lástima que no pueda decírnoslo.
—Es el primer sordomudo que conozco.
—No es sordo, solo mudo —dijo la voz de la chica, apareciendo donde los tres niños.
Snape hizo una línea con la boca. Así que ella lo había notado, eso significaba que los adultos probablemente también lo hicieron. Debió esforzarse más.
—¿En serio podrá entendernos?
—No lo creo.
—Tal vez sea tonto.
—¡Niños! —regañó la chica.
