El viento golpeaba la ventana y los rayos del sol se filtraban por las cortinas, entibiando las mejillas de Jooin, quien se enrollaba entre las sábanas buscando evadir una nueva mañana.

Sin poder evitarlo, se vio obligado a levantarse, suspirando profundamente mientras se frotaba el cabello.

"Sucedió de nuevo"

Murmuró.

Han pasado meses desde que inició el origen de todos sus actuales males. Cada noche sus sueños se ven colmados de recuerdos entremezclados con la fantasía, dejándolo confundido e incapaz de diferenciar entre ambos.

Pese al transcurso del tiempo, sueña con aquella época universitaria en que compartió su vida con un misterioso hombre que llegó tan rápidamente como se fue. Las emociones que lo acompañaron durante aquel invierno que, gracias a él, no fue tan frío.

La amistad entre ambos significó un gran apoyo para Jooin, quien se encontraba confundido con los acontecimientos de su vida, típicos del primer amor y de la edad.

Por supuesto, las cosas ya no son como antes. Sus inseguridades y dolores desaparecieron con el tiempo y se podría decir que a sus 29 años llevaba una vida perfectamente normal. Tenía un trabajo estable en una buena compañía, amigos con quienes compartía regularmente y un lindo apartamento. Era la viva imagen de una vida monótona pero cómoda, feliz sin ser exhorbitante.

Con pesadez en sus ojos, se levantó dispuesto a prepararse para el trabajo, cepilló sus dientes y estiró su cama nítidamente, coronando sus almohadas con el peluche de ardilla que conservaba desde hace tantos años.

Pese a que disfrutaba mucho de su trabajo, las últimas semanas habían sido agotadoras. Su empresa se afiliaría a un conglomerado extranjero, por lo que todos los miembros de los diferentes departamentos estaban exhaustos preparando documentos y planillas.

En el caso de Jooin, su departamento se encargaba de preparar propuestas para diseños de planos y maquetas para la construcción de edificios. Un trabajo cansador, pero que consideraba muy gratificante.

Un edificio más y me volveré loco, ya ni si quiera puedo pensar en mi mismo sin visualizar planos en todos lados - sonrió mientras acomodaba su cardigan.

Ese día se encontraba de buen ánimo, el sueño de la noche anterior transcurría en una Casa del Terror de un parque de diversiones. Caminaba tomado de la mano junto a un hombre alto y rubio, que, a pesar de su tamaño, lo agarraba con fuerza mientras tiritaba del miedo.

Aquel recuerdo llenó de calidez a Jooin, animándolo para afrontar un día más de caos laboral.

Tarareando para sí mismo, procedió a tomar su maletín y se dirigió a la puerta para salir hacia su trabajo.

Al llegar a la oficina las cosas estaban aún más liosas de lo normal. Todos corrían de un escritorio a otro, trasladando un montón de papeles, maquetas, planos y un sin fin de documentos. Instrucciones iban y venían, la desesperación era evidente.

"Dios mío qué está pasando aquí."

Se dirigió a su cubículo, acomodó sus cosas y escribió una serie de pendientes para ese día. Mientras organizaba su trabajo, escuchó la orden del jefe de equipo, quien lo llamó a su escritorio.

"Jooin, como habrás notado estamos en una emergencia. La afiliación al conglomerado de LF se adelantó y firmaron ayer. El mes que teníamos para preparar los papeles se redujo a una semana."

Jooin sintió la angustia en su pecho, mientras desechaba mentalmente la serie de tareas que había preparado anteriormente. Su jefe no exageraba, en efecto, se trataba de una emergencia.

"Necesito que adelantes y termines las planillas de organización del proyecto A. Esto es urgente, una prioridad por sobre todo."

"Perfecto señor, me pondré en eso."

El proyecto A consistía en una serie de apartamentos que debían promocionarse por medio de una nueva aplicación operada por IA, desarrollada por el conglomerado LF. La función de la aplicación era facilitar la búsqueda de apartamentos para compra y arriendo, permitiendo a los interesados visitar virtualmente el complejo habitacional. Aquella planilla le había tomado meses, no había forma humana de adelantar su finalización. Era seguro que sobreviviría el día en base a café y no saldría temprano del trabajo.

"Mi buen ánimo acaba de arruinarse."

Pasadas las primeras horas de la mañana Jooin seguía inmerso en su trabajo. Tal era su concentración que no notó cuando sus compañeros se levantaron de sus respectivas sillas y se agruparon curiosos frente a la entrada de la oficina. Tampoco notó al jefe del departamento de arquitectura ingresar a la habitación acompañado de un hombre desconocido y, por supuesto, tampoco notó que aquel hombre estaba siendo introducido como el nuevo vicepresidente de la compañía.

Escuchó desinteresadamente una voz lejana que hacía la presentación, sin levantar la mirada de su computador, hasta que un sonido familiar captó su completo interés y lo obligó a prestar atención.

Con nerviosismo expectante se levantó de su escritorio. A lo lejos se encontraba la silueta serena de aquel hombre que aparecía desde hace meses en sus sueños.

"Cain."