Hola, muchas gracias por seguir aquí. En este capítulo posiblemente se hay un parte-aguas entre lo que dice Togashi con mis ideas con respecto al Continente Oscuro, así que me tendrán que disculpar si ven que esto ya no tiene el mismo sentido que Togashi le da a su historia. Recuerden que es un fanfic.

HADOS

Capítulo 3

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Tras el fallo del viaje experimental, el rey Nasubi estaba hecho una furia. Se vio forzado a volver a tierra firme después de un mes de nada; según las estimaciones sólo llevaban un cuarto de recorrido cuando tuvo que regresar. La familia real de Kakin recibió a los valientes viajeros ofreciendo pagos por las pérdidas a las familias más afectadas. Se hablaba de una posible trampa; alguien que les había guiado a una zona de riesgo durante el camino a fin de no permitirles conseguir su objetivo.

Nasubi reclamó en una reunión privada con el capitán por los malos resultados. El rey estaba profundamente herido en su orgullo.

—¡¿Qué cara daré al V5?! Soy el hazme reír de todos. El Fondo Mundial alegará que las pérdidas sobrepasan las posibilidades económicas de nuestro país por tener que pagar los daños a las vidas inocentes que viajaban con nosotros. No importará si de verdad podemos sostener los daños, seguirán diciendo lo mismo hasta que nos hagan doblar las rodillas y desistir a nuestro plan.

Y tenía razón, las reclamaciones públicas serían un dolor en el trasero. Si sus cálculos acertaban, en caso de haber hecho el viaje de manera pública, las protestas por las muertes y heridos se tornarían en violentas demandas que triplicarían el precio original. Definitivamente, se encontrarían en apuros si es que no daban con una solución pronto.

—Puede ser que tengas razón, padre. A menos que este haya sido un plan desde el inicio —hubo silencio en la sala. Camilla, la aventurada hija del rey alzó la voz. La insinuación en sus palabras era terrible, un complot, un culpable externo que podían señalar. Pero esto sólo conduciría a una solución bastante desgraciada.

—¿Sospechas ya de alguien?

—¡Padre, es ridículo! —intervino Benjamin, el mayor de sus hijos— ¿quién querría meterse en nuestro camino y mandar a sus aliados con ellos?

—Alguien que no es aliado de ellos —Tserriednich opinó con una sonrisa en el rostro—. Alguien con motivos ulteriores al viaje.

Tserriednich tenía una visión de las cosas escalofriante, una percepción que no era humana. Sin embargo, todos lo vieron como a un loco.

—¿Más conspiraciones sobre los Iluminados? Dirás algo así, ¿verdad? Deja tus falacias, Tserriednich, cierra la boca y deja a los adultos opinar.

Chasqueó la lengua, ya estaba acostumbrado a que no le creyeran, por eso seguía su camino, no miraba a los demás y pensaba en indagar por su propia cuenta. Su padre secretamente comprendía los temores de Tserriednich, pero no tenía la disposición de crear pánico en su propia familia; guardaba una confianza de acero en la fuerza de su país. Y si de Iluminados se trataba, sólo tenía una opción viable.

—Pensaba en el grupo principal del V5 —continuó Camilla—. El V5 nos ha tenido en la mira por años, no sería ninguna novedad que intentaran intervenir en nuestros asuntos internos.

—¡Inadmisible! Eso nos llevaría a una guerra —alguien más declaró con indignación.

Camilla era una gran oradora; en sólo unos segundos le bastó para cambiar el foco de atención de una falla a una guerra, en un paso. Sin sudar.

—No lo vean así, no ahora. Primero propongo investigar, conocer a nuestro enemigo. Si actuamos imprudentemente, los perseguidos seremos nosotros. El primer paso es encontrar y señalar al verdadero culpable antes de que él nos señale a nosotros —continuó Nasubi.

—Yo sugiero que no los señalemos, hallémosles y tomémosles por aliados. Luego, cuando estemos en el mar, los arrojaremos por la borda, diremos que fue a causa de un ataque —esa era la forma en la que la familia real procedía usualmente.

Durante la reunión, se decidieron medidas preventivas; si querían guerra, guerra tendrían, pero primero se harían averiguaciones. El rey, en secreto, llamó a la mejor alternativa contra los Iluminados, se preparó para hacer un viaje a Tierra Sagrada. Estuvo en el coliseo, se rodeó de los mejores Asesinos, hizo ofertas que enriquecerían a cualquiera de ellos, y los llenó de promesas. Para su desgracia, un "te enfrentarás a los Iluminados", hacía que cualquiera rechazara la propuesta, no sólo porque no les interesaba meterse con esa organización, sino porque eran finalmente aliados indirectos; acosarlos a ellos implicaba meter a toda la hermandad en un problema.

Así fue como Nasubi se dio cuenta que no estaba enfrentando a cualquier oponente, si los Asesinos se resistían a aceptar, no se debía a cualquier cosa.

—Pondré a su disposición a mis mejores hombres, encantadores de Nen, que son famosos por sus habilidades a distancia.

Los tenía, eran brujos capaces de cosas perversas e increíbles. No obstante, ni con tales ofertas aceptaban. Nasubi no quería a cualquier hombre, quería sólo a los mejores y, los mejores, tenían otras cosas por hacer diferentes a involucrarse en problemas.

Entre tantas negociaciones logró convencer a unos cuantos que parecía que habían aceptado sólo para no tener a un invitado insatisfecho. Era evidente que no tenían interés en cumplir con su trabajo, salvo como guardaespaldas personal. Y con estos tres en mano, el rey de Kakin volvió a casa, seguro de que vencería al final.

—Distribúyanse en las zonas que consideren necesarias cubrirse; sitúense donde quieran, no necesitan venir a pedir permiso, ya lo tienen —les instruyó a los Asesinos y sus sirvientes procedieron a ofrecer amablemente sus servicios—. Con la credencial que les di tendrán permiso de entrar a otros países, viajar e investigar lo que gusten; mis hombres se encargarán de pasarles tanta información como vayan obteniendo, pero no se limiten.

No lo iban a hacer, de todos modos. Ellos veían esto como una forma de ganar dinero y quizá un poco de fama.

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Illumi volvía a su cuarto cuando notó a un par de individuos cruzando sospechosamente por encima de los edificios. No era la primera vez que lo hacía, últimamente veía gente como él andando en secreto por los alrededores. No quiso ser paranoico y asumir que se trataba de él, que lo venían siguiendo o algo por el estilo, así que no le dio vueltas y averiguó los motivos por los que había tantos asesinos rondando por las calles. En cuanto se enteró que eran trabajadores de distintas familias de Asesinos, dejó de investigar; no quería descubrir algo desagradable que le robara el sueño. Sin embargo, pensar constantemente en Killua y en todo lo que estaba enfrentado le hacía dudar si debía dejar pasar esta situación.

Luego supo fue que había un conflicto internacional con respecto al V5 y el rey de Kakin, así que le fue fácil asumir que todo iba en relación. Los asuntos de política y los Asesinos iban muy de la mano. Entonces recordó un viejo mensaje, uno de hacía tres semanas, de parte de Gio. El mensaje hablaba del rey de Kakin y su afán por llegar al Continente Oscuro. Tomó un respiro, no quería comunicarse con Gio, pero sabía que debía hacerlo. Si las cosas terminaban afectando a Killua —puesto que también era un Hunter— no quería que llegara por sorpresa una noticia que forzara al albino a irse lejos.

Hacía muchos años, cuando los exploradores habían sido enviados al continente, se habían encontrado con muchas adversidades; sufrieron muchas atrocidades, y al final pocos sobrevivieron, pero, como era de esperar, había una parte de la historia que nunca había sido revelada. Los sobrevivientes, no sólo habían descubierto grandes cosas, también se habían hecho de territorios, abrieron paso a que se instauraran pequeñas colonias de pobladores provenientes de diferentes partes del mundo.

El Continente Oscuro no sólo ya se encontraba habitado, también contaba con la más alta tecnología existente, avances en la medicina, en toda clase de ciencia, y allí habitaba la gente más sobresaliente del mundo que habían desarrollado capacidades increíbles. Se mantenía a puertas cerradas debido a que no querían contaminarse con la mundanalidad del resto de la población; así como también les era más sencillo controlar qué avances eran permisibles para la población sin que estos se afectaran y terminaran usándolo en su contra, como todos suponían.

Era un secreto gigantesco. Así que no le sorprendía a Illumi saber que los mismos Iluminados bloquearan el paso a los exploradores, de hecho estaba de acuerdo con ello. Lo único que aquello provocaría sería una guerra de grandes dimensiones que acabaría peor de lo que en otras ocasiones hubiera llegado.

—¡Gran Maestro! —ni siquiera tuvo que esperar a que el tono de espera sonara cuando Gio ya había atendido; esta era una llamada que llevaba esperando meses.

—Mmm… —no sabía cómo llamarle así que optó por brincarse el saludo— No soy la persona que estás esperando.

—Supe lo que pasó… usted debe ser el Gran Maestro Illumi. No el Gran Maestro Nimrod

—No, no soy un Gran Maestro, soy sólo un Asesino —aclaró.

—No… —apenas podía contenerse de la emoción— Usted, no importa lo que sienta, sus conocimientos, su destreza y agudeza. Fue reconocido como tal ante todos, es y seguirá siendo para todos, un Gran Maestro.

Prefirió ignorar el mensaje efusivo. Comenzó a preguntarse en primer lugar por qué había contactado a esa persona si no tenía nada que ofrecer, pero quería información así que dejó que Gio fuese quien guiara la conversación.

—Gran Maestro, usted tiene la autoridad, es Juez delante del "único", es reconocido por él, y tiene la capacidad de decidir los siguientes movimientos de la organización.

—Te has equivocado todo este tiempo imaginando que Nimrod lo que quería era paz —señaló, primero debía conocer bien qué tanto provecho podía tomar de Gio o si debía colgar el teléfono ahora mismo— él actuaba así porque quería venganza, sólo eso…

—¡Eso mismo! Su venganza está en los conspiradores, ellos quieren dominarlo todo, están aplastando a los nuevos exploradores. La humanidad merece saber lo que hay allá, la verdad detrás del océano. La humanidad tiene derecho a todos esos bienes, tanto como los pobladores y las hermandades unidas.

—No, yo no soy Nimrod, no quiero venganza de nada. No me meteré en los asuntos de corrupción del mundo, y mucho menos haré de interventor entre los exploradores y los conspiradores.

Gio sintió que la decepción le atravesaba hasta los pies, Illumi no tenía interés en causas nobles, a eso se refería al decir que era asesino; un hombre frío, que vivía del lado oscuro de la sociedad

—"El único" no es la autoridad de los Iluminados, en eso te has equivocado. Él es la autoridad del mundo, lidera todos los gobiernos, y situaciones con respecto a la humanidad; los Iluminados son como un parlamento que coopera con el único, pero no tienen una autoridad fija. Lo que el único quiso decir cuando me cedió el puesto de juez, se refería a tratar con los asuntos que empobrecen a la hermandad, no a ir en contra de ella. Eso fue justamente lo que hizo Nimrod, ir en contra, y yo tengo un compromiso que cumplir.

—Sí… entiendo… —su voz sonaba triste, estaba al borde del llanto.

Illumi escuchó su voz con ironía, no quería tratar con gente sensible y deseosa de algo que era imposible, no podía ir en contra de la naturaleza humana sólo para satisfacer la venganza de un individuo.

—Sé lo que quieres. Conozco a una marioneta que escapó de su amo hace varios y vive una vida a su gusto, escapar no es imposible.

—Ocho veces —remarcó—. He intentado escapar ocho veces, la última vez, me dejaron ir por dos meses, me regresaron, me tuvieron encerrado sesenta días en la oscuridad, todos los días me violaban y me alimentaban de forma forzada, ¡me hicieron comer cucarachas! ¡No sé cómo puedo estar hablando esto y vivir este infierno! ¡Quiero mi vida! Quiero una vida normal.

Se alejó el teléfono, los gritos del Gio eran muy fuertes y él estaba haciendo lo posible por mantener la calma.

—Bueno, date cuenta que el hecho de que seas una marioneta te hace ser estable, ellos te mantienen estable mentalmente —interrumpió su discurso.

Había sido cruel y lo sabía. Pero a Illumi no le importaba, no era alguien relevante en su vida, sólo lo había dicho llevado por su honestidad fría. Meditó un poco, contempló sus posibilidades y continuó.

—No puedo darte la justicia que mereces, pero puedo darte otra clase de justicia.

Los ojos de Gio se abrieron, tal vez había logrado conmover al Asesino, o eso torpemente pensó. Gio sabía que nunca podría ser libre, que sólo lo haría a través de la muerte. No quería morir, quería un mundo mejor, uno donde los Iluminados no gobernaran con sus injusticias.

—Ahora mismo me es imposible, estoy en medio de una situación que debo arreglar.

—¿El asunto de su hermano? —Illumi se dio cuenta que estaba comenzando a perder su privacidad sagrada, odiaba eso— Lo siento, todo el mundo lo sabe, no hay secretos entre los Iluminados.

Una idea cruzó en su cabeza, se dio la vuelta, mirando al espejo de su habitación.

—¿Mi madre lo sabe?

—No, todos menos ella y su padre, Silva Zoldyck, el concilio está decidiendo sobre cómo han de castigarla, así que la tienen aislada de información; tampoco lo sabe su familia, se ha protegido esa información de su vida personal.

Lo dudaba, Kalluto no parecía ignorar las cosas; recordaba que Alluka les había visto en la cama, detalle que le avergonzaba, y el Barón se había encargado de ir difundiendo la información que tenía. De todos modos, lo que le importaba era que no lo supiera su abuelo y sus padres, o se metería en serios problemas.

—Sólo tengo poco menos de diez meses, si puedes esperarme, podremos negociar estos puntos.

Lo hizo porque no podía huir de ellos, era parte de esa organización y tarde o temprano le pedirían que trabajara para ellos. Si podía tomar provecho del puesto que el único le había cedido a la entidad, ciertamente estaría en una posición de ventaja por sobre todos, y Gio, era la única persona que contaba como aliado y uno fuerte que podía mantenerlo informado de todo.

—Acepto —se apresuró—. Sólo mantengamos la comunicación, es todo lo que pido.

Illumi se sonrió, logró lo que quería, información gratis. Acordaron que se llamarían de vez en cuando para analizaron los avances en las problemáticas más importantes de la hermandad y que no se meterían en el tema de Killua, nada de eso, no quería volver a escuchar que alguien hablara de ello como si tuviera derecho a meterse en su intimidad. Ahí supo que el rey de Kakin había contratado a Asesinos. Nada se les escapaba en materia de información, y tuvo un mal presentimiento cuando supo que los miembros de Tierra Sagrada habían aceptado a jugar en ese asunto, le parecía sospechoso.

Apenas colgó, vio que tenía un mensaje pendiente de parte de su padre.

«Tres asesinos de la isla fueron contratados para atacar a la hermandad. No creo que vayan a cumplir su palabra. De cualquier modo Joab me dijo que fue a respaldarte, confía en él».

Su estómago se revolvió, de todos los tipos de la isla este era el menos agradable, el apasionado y pervertido Joab, que de seguro estaba detrás de él, y pronto dejaría ver sus intenciones.

Su teléfono volvió a sonar, estaba harto de ser el tipo más solicitado del momento. Vio el número y no le pareció familiar, así que no contestó, no quería llevarse más sorpresas desagradables, pero luego llegó otro mensaje, de parte de ese mismo número.

«Hola, soy Alluka, ¿podrías por favor contestar mi llamada?» sudó frío. Killua le había dicho ya que ella estaba bajo control, que no había peligro de tratar con la entidad dentro de ella, pero él tenía sus dudas. ¿Qué tal si se había aguantado todo este tiempo para vengarse de él? Miró la pantalla y vio que el teléfono volvía a sonar.

—Hola —contestó, y fingió que todo era normal.

—¿Illumi? —preguntó la pequeña.

—Sí, soy yo.

«Vaya día cansino» pensó y fue a sentarse en la cama.

—Oye, sé que esto no es normal pero… ¿podríamos vernos? Yo, en verdad necesito que hablemos sobre Killua. Esto es importante para mí, para ambos.

Tragó saliva.

—Claro —se imaginó un montón de escenarios indeseables en los que él salía perdiendo— mañana iré a ver a Killua, en cuanto llegue a la ciudad te mandaré un mensaje para que me digas la hora y lugar.

—Sí, de acuerdo, gracias. Te estaré esperando.

Y ahora sabía que su mundo iba a cambiar en cualquier momento. Lo odiaba, odiaba que Nimrod hubiera afectado tanto su existencia.

«Maldito Nimrod, hijo de perra», maldijo mentalmente, y enseguida marcó el número de Killua, no quería interrumpirlo justo después de hablar con Alluka, pero era necesario.

—¿Aniki? —Killua estaba nervioso y contento de que su hermano le llamara. Se había alegrado de que su hermana no se encontrara cerca de él, o lo habría visto huir sólo para atender a su hermano en privado.

—Hola, Kil —se aclaró la garganta—. Perdona que interrumpa, hace un minuto me marcó Alluka, ¿sabes algo al respecto?

Se aguantó la risa, buscó con la mirada a su hermana que regresaba del baño, y ahora entendía por qué su repentina urgencia de ir a cualquier sitio cerrado.

—Sí, ella me dijo que quiere hablar contigo, no te preocupes, no es nada malo.

—¿Sobre qué es?

—No lo sé —se rio torpemente, acababa de asegurar que no era malo cuando no tenía idea de lo que iba a pasar—, pero no te preocupes, estaré cerca en caso de que me necesites.

—Bien, sólo llamaba para eso, ¿estás bien?, ¿necesitas algo?

—No, no… todo bien —se sintió un poco decepcionado porque quería seguir conversando, encontrar cualquier excusa para alargar el tema, pero no tenía nada.

—De acuerdo, mañana te veo.

Se despidieron e Illumi volvió su rostro al espejo, ahora sí detestaba que su vida fuera tan movida.

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El frente frío número doce acababa de entrar en la zona, Alluka sugirió que después de esa noche se movieran a un lugar más cálido, no tenía ánimos de estar abrigada cuando quería salir y disfrutar de los buenos climas de otras ciudades. Después de haber vivido encerrada en la montaña con temperaturas extremas, el calor le resultó adictivo y delicioso. Miró a su hermano, se había arreglado bastante atractivo para un simple día sin una salida en especial, no quiso decírselo porque entonces lo haría avergonzarse, pero ella sabía que se debía a la visita de su hermano mayor. De algún modo le dio gusto verlo tan recuperado después de haber sufrido tan atroces abusos, quizá no era la recuperación que hubiera deseado, no obstante, era mejor esto que nada. Killua le sonrió a distancia.

—No le haré nada malo —le aseguró por décima ocasión— sólo quiero hablar con él.

—Lo sé, lo sé es que…

—No nos pelearemos, ni habrá una escena dramática. Sólo hablaremos y te lo mandaré a tu cuarto, ¡no nos vayas a espiar o volveré a casa, lo juro!

No debía fallar a su hermana, quizá ella no notara su presencia, pero Illumi sí lo haría, y se lo haría saber a Alluka.

Moría de ganas por ver a Illumi, tenía mucha curiosidad sobre él, entre ellas saber lo que hablaría con su hermana. Desde el día anterior se había quedado con la idea de lo que Alluka le había dicho "no habían convivido lo suficiente con él como para verlo como a un hermano", no sonaba tan mal en su mente, y si lo veía así, justificaba en su totalidad el hecho de que se sintiera morbosamente atraído por Illumi. Más que esa atracción, le gustaba la idea de que Illumi lo deseara, era como pararse sobre un gran pedestal y donde podía decir «soy tan interesante, que le gusto a mi hermano mayor», lo pensaba y le causaba cierto placer. Montones de ideas contradictorias surgían y le ayudaban a adaptar su situación emocional con su razonamiento.

Cuando Illumi llegó al hotel, ambos jóvenes lo vieron desde el pasillo. Llego con un atuendo bastante elegante, de hecho por poco no lo reconocían; traía un abrigo negro largo que encajaba muy bien con el resto de su ropa, y se preguntó de dónde venía como para que luciera tan atractivo, pero olvidó su pregunta al escuchar la voz de su hermana.

—¡Hola, gracias por venir! —saludó Alluka efusivamente.

Killua sintió que explotaría en emociones, quería correr y tomar a su hermano de la mano, para pedirle a Alluka que no se tardara, que él quería estar con su hermano pronto. Se contuvo, mirando a Illumi, queriendo trasmitirle con la mirada ese mensaje.

—Hola —saludó Illumi, y discretamente miró al albino.

—Ven, vamos a mi cuarto —se giró hacia Killua que no dejaba de ver al morocho—. Hermano, tenemos un trato —lo amenazó e inesperadamente tomó a Illumi del brazo, jalándolo de él.

Illumi dirigió una sonrisa amable al albino antes de desaparecer junto con la chica.

«Ya ven conmigo…» se dijo mentalmente.

Los vio ingresar al cuarto de la chica y cerrar la puerta. Cerró los ojos y visualizó la sonrisa de Illumi, al instante una calidez le inundó. Sería paciente, dejaría que ellos dos hablaran y él esperaría en su recámara hasta que fuese su turno.

Alluka era un caso especial, ella no tenía vergüenza ni inhibición cuando se trataba de un objetivo. Empujó a Illumi hasta su cuarto, y lo hizo sentarse sobre el sofá, para luego asomarse por última vez fuera de su cuarto, asegurándose de que su hermano no los siguiera. Caminó dando pisadas fuertes hasta que se subió a su cama, sentada con las piernas cruzadas, mirando analíticamente a su hermano mayor, el cual no lograba descifrar nada de lo que ocurría.

—Lo sé todo —comenzó ella—. Seré directa, sé todo lo de la carta y lo que va a pasar entre ustedes.

Illumi sudó frío, de por sí ya tenía un mal presentimiento, esto sólo era una confirmación de sus malestares.

—No me gusta la idea de que Killua haga algo como esto, pero Kalluto y yo coincidimos en que esto es mejor a dejar que él sufra por tu culpa.

«¡Maravilloso! Kalluto también lo sabe» pensó con ironía.

—Así que tengo preguntas para ti, antes de tomar mi decisión definitiva, ¿listo? —Illumi no tuvo remedio más que asentir con la cabeza—. ¿Cuáles son tus intenciones con Killua?

—¿Intenciones?

—Sí, ¿piensas aprovechar el año o lo arruinarás todo?

Miró hacia otro lado, puesto que los ojos azules de su hermana comenzaban a intimidarle.

—Los meses que quedan, quiero hacer todo lo posible por que este efecto sea… —quería decir permanente, pero evitó la palabra— lo más duradero posible.

—¿Qué tan lejos estás dispuesto a llegar en su relación? ¿Esto es sólo un juego para ti o estás dispuesto a sacrificar lo que sea por él?

—Yo nunca voy en son de juego —aclaró—. Yo me limitaré a lo que Killua me pida.

—No —levantó la voz—, quiero oír lo que tú quieras. Esto es más relevante, porque Killua cada día se ve más… —se ruborizó— enamorado, y… —tomó aire— conociéndolo, te pedirá todo, así que no quiero saber las intenciones de Killua, quiero tu propia versión. Así que comienza. Si de ti dependiera todo tú…

—Si de mí dependiera todo, yo estaría dispuesto a estar con él… por siempre —ahí estaba la palabra que quería evitar, al fin lo había dicho y vio que los ojos de Alluka se iluminaban con una emoción que no supo describir.

Era sorpresa, una completa sorpresa puesto que no se esperaba que Illumi quisiera tanto a su hermano. Tanto tiempo pensando mal de él, creía que sólo tenía un capricho que en cuanto estuviera satisfecho, se desharía de él. Las palabras de Illumi no habían sido sueltas a lo tonto, se notaba una seriedad en sus intenciones. Un alivio extraño apareció, al menos no estarían jugando con los sentimientos de su hermano.

—¿Harás todo lo posible por ganártelo como debe ser?

—Por supuesto.

—¿Por qué te enamoraste de él? —soltó sin precaución.

Illumi bajó la mirada, no podía responder esa pregunta con un "no lo sé" y quedar como un tonto; tampoco quería decirle algo como un "él nunca me rechazó". No tenía confianza para contestar esa interrogante.

—Yo no te juzgaré, no estoy para eso, en base a tus respuestas sabré lo que debo hacer. Yo puedo ayudarte o arruinar tus planes, ¿entiendes?

Parecía como una amenaza, pero no se sintió como tal. Alluka intentaba encontrar algo que justificara su participación en los efectos del albino, como era de esperar, a ella le importaba mucho el bienestar de su hermano, así que a él le correspondía mantener la paz y armonía por la que Killua se esforzaba tanto.

—Cuando creces con alguien especial, lo conoces en todas sus formas, y aprendes cada aspecto de él.

—Sí, Killua es especial, y no por eso me enamoro de él. Se honesto Illumi.

—Porque sus cualidades positivas y negativas son irresistibles para mí.

Francamente ella esperaba un "no sé" por respuesta, mas esta respuesta era mejor que esa otra. Desdobló las piernas y cambió su postura a una más cómoda.

—Él quiere que tú te lleves bien con todos sus seres amados —continuó ella. Las palabras de Illumi le habían hecho tomar su decisión y no cambiaría de parecer—. Yo creo que sería bueno que nos llevemos bien, eso es algo vital para él, tiene que ver que nos llevamos bien. Debes organizar una reunión para nosotros tres tan pronto como puedas, ¿me escuchas?

Illumi asintió con la cabeza ¿qué más podía decir? Ella estaba dando órdenes, no haciendo sugerencias

—En la reunión debes tratarme lo mejor que puedas, se caballeroso, y trátame como a una buena dama.

El morocho contuvo la risa. No hacía mucho que había empezado a referirse a Alluka como a una chica, le costaba trabajo, pero lo hacía porque Killua lo hacía y no estaba en la postura de contradecir sus deseos.

—Yo me haré cargo de que Gon no arruine todo, eso déjamelo a mí. Kalluto también te ayudará. Killua es muy sensible aunque no lo aparente.

—Lo sé…

Se relajó, por supuesto, Illumi seguramente era un gran fanático del peliblanco, debía saber bastantes cosas sobre él.

—Nos comprometemos todos a no decirle a Killua lo de la carta y trabajaremos para eliminar el ente que vive en ti. ¿Tienes algo qué decir?

—No…

—"Gracias" Illumi, se dice "gracias".

—Gracias.

—Ah qué remedio… ¡Vaya que será difícil esto! Lo bueno es que Killua cree que eres genial —soltó una risita—. Está embobado contigo.

Ahora fue el turno de Illumi de reír, esto era irreal. Definitivamente había cruzado alguna dimensión extraña.

Alluka le explicó algunos detalles importantes que debía tomar en cuenta sobre su hermano y acordaron el papel que ambos adoptarían en cuando a su relación. Alluka no deseaba fingir que ambos tenían una buena relación, ella en verdad quería propiciarla, así que ella misma se encargó de conocer mejor a su hermano; le hizo tantas preguntas como deseo, y luego, desde un punto de vista un poco superfluo le explicó aspectos de ella. Gustos, y anécdotas de su vida cotidiana que Illumi escuchó con atención. Tras dos horas de charla vana, ella lo dejó salir, mandándolo directo al cuarto del albino que seguramente estaba ansioso por tenerlo de vuelta.

Dicho y hecho, el adolescente estaba que no soportaba la espera, la tentación de salir y espiar era cada vez mayor, hasta que se echó sobre la cama y se rindió; su hermano llegaría cuando tuviera que llegar y le contaría lo sucedido con su hermana. Illumi no iba a guardar secretos, en eso confiaba. Se sobresaltó cuando escuchó que llamaban a su puerta y corrió a abrir. Ahí estaba de pie, la persona que más ansiaba ver, le sonrió ampliamente y lo dejó pasar.

Illumi lo observó de pies a cabeza, el atractivo del menor, sin duda, era cada día más deslumbrante, quedó embelesado por sus facciones sonrientes; le fue necesario contenerse, recordándose que un tesoro más grande le aguardaba en la paciencia.

—¿Estás bien?, ¿Alluka te… te llevaste bien con ella?, ¿todo está en orden?

Se sonrió, obviamente Killua se estaba apresurando, sus emociones eran terribles.

—Sí, todo bien.

—Ah… menos mal —contestó pero parecía no creerlo del todo—. ¿Qué pasó?, ¿qué quería hablar?

Recordó la conversación. Debía ser cuidadoso con sus palabras. Si bien, había traicionado el acuerdo de no guardar secretos al ocultar el asunto de la carta, no quería que esto se volviese más grande al agregar mentiras.

—Ella tenía ganas de conocerme —confesó—. Me hizo muchas preguntas sobre mí.

—Oh… —se quedó pensativo. El recuerdo de las palabras de la chica vino a su mente "convivimos lo suficiente con él como para verlo como un hermano", tragó saliva, no quería creer que eso estaba más relacionado con ella de lo que estuviera relacionado con él.

Miró a Illumi fijamente, «pero… y si Alluka está…» descartó de vuelta ese pensamiento.

—¿Y… te pareció especial o algo así?

—Ha sido un día bastante extraño. Creo que estaría bien que los tres nos reuniéramos, me parece que tenemos bastante de qué conversar.

—¡No! —exclamó sin pensar; sus nuevos pensamientos le habían alarmado— no me gustaría que hicieras algo que no te parece bien.

—Acabo de decir que "estaría bien", ¿no quieres que nos reunamos? Yo haré lo que mejor te parezca.

«Alluka nunca se fijaría en Illumi, es nuestro hermano», se repitió mentalmente. Devolvió la mirada a su hermano y se dio cuenta de con quién hablaba, un tipo por demás interesante, inteligente, atractivo, fuerte, independiente y con ese aire de misterio que comenzaba a fascinarle «¿Y si sí?»

—Sí…, bueno, estaría bien organizarlo, pero mejor la próxima semana, no ahora.

—De acuerdo, será cuando tú me lo indiques —le parecía extraño que actuara de ese modo, evadiendo algo que estaba claro que le molestaba—, ¿estás bien?

—Mmm sí…

No importaba, en realidad no era relevante que Alluka sintiera atracción por Illumi, porque al fin de cuentas, Illumi estaba interesado en él; eso le recordó un tema peliagudo que había deseado sacar de su mente. Lo había pensado lo suficiente como para seguir resistiendo.

—Illumi, hay algo que debo preguntarte.

Illumi tomó una botella con agua que su hermano le había ofrecido, y la abrió, esperando a escuchar la pregunta del adolescente.

—Dime.

Era más difícil preguntar de lo que se hubiera imaginado, y entre más pasaba el tiempo más le intrigaba. No quería dejar esperando mucho al mayor, así que se armó de valor.

—Yo me preguntaba… pues… —sus mejillas se tiñeron de rojo, y de nuevo se quedó sin palabras.

—¿No confías en mí, Kil? —preguntó, preocupado por la incomodidad que mostraba, era sólo una simple pregunta.

—Claro que sí —se apresuró, y tomó aire «aquí voy»—. Es sobre tu deseo, me preguntaba si no… si por casualidad tú… —se aclaró la garganta de nueva cuenta ruborizado— no sientes algo ah mmm… no necesitas… olvídalo, ¿tuviste problemas con el abuelo? —al final se había rendido.

—¿Quieres saber si necesito más "acceso" a ti?, ¿tocarte y todo lo demás?

Asintió con la cabeza, mirando a otro lado, incluso aceptarlo era vergonzoso.

—Yo siempre deseo tocarte y… todo lo demás —contestó con insinuación y Killua de inmediato miró a su hermano sorprendido de la confesión.

—¡¿Por qué no lo haces?! Illumi, no podemos jugar con esa entidad, no quiero que vuelva, entiéndelo.

—Porque de eso no depende mi deseo —cortó— no es tan simple.

—Illumi… —amenazó con la voz.

—¿Tu quieres que lo haga?, ¿lo deseas? —esperó a la respuesta del menor pero este se quedó sin habla— ¿lo ves?, yo no deseo venir y que me dejes hacer cuando me dé la gana contigo. Lo que necesito es más profundo, quiero venir y que me lo pidas, que lo desees tanto como yo y poder hacerte sonreír en otro sentido. Lo que quiero decir Kil es… —no iba a ser un cobarde, lo diría así en frío, tal como sus sentimientos demandaban— Estoy enamorado de ti.

Killua sintió escalofríos, unos agradables escalofríos que le trajeron hermosas sensaciones que no había experimentado jamás. Ya no era tanto el rubor el que delataba sus sentimientos, si no todo su cuerpo, esa sonrisa embobada, el brillo de sus ojos. Illumi quería correr a besarlo, decirle que en verdad disfrutaba verle así, pero no debía hacerlo, no sin una real autorización por parte de su hermano.

—Es por eso que no lo hago. Kil, sé que no me corresponderás, por eso debo permanecer a esta distancia, respetar tu decisión. Me conformaré con lo que me des.

Esas palabras le rompían el corazón, deseaba decirle a su hermano cuanto en realidad deseaba ser tocado por él, y corresponderle, pero de inicio no podía clasificar sus emociones, no tenía modo de saber qué estaba pasando con él, no importaba si su cuerpo se lo estaba exigiendo.

—Y sobre tu pregunta, no, el abuelo no me ha llamado.

Cambió el tema a propósito, de todos modos no iba a poder seguir con el hilo de la conversación porque Killua estaba actuando como si esas palabras fueran algo inesperado. Además, valía la pena esperar.

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Tras la visita, el albino se quedó repasando en su mente esas palabras, la declaración de su hermano. Era tan valiente y tan firme, no podía más que conmoverse y sus sentidos se disparaban. Lo quería, más que otra cosa en el mundo, necesitaba esa cercanía; saber más de él, pasar tiempo a su lado y sobre todo, tocarlo, sentir su piel. Fue por causa de tanto pensar en ello que una noche despertó en medio de un sueño agradable.

«Me besó… soñé que me él me besaba» repasó las imágenes en su cabeza.

En el sueño se encontraban platicando como cualquier otra visita; Illumi lo miraba desde un sillón mientras que él relataba un suceso imaginario sobre él y Alluka, y luego, sin un anuncio, de forma salvaje su hermano había robado su espacio, besándole acaloradamente, al tiempo que deslizaba sus manos por su cintura. El sueño era tan vívido que podía jurar que era real, sintió el calor de su piel, sus dedos clavándose en su abdomen, acariciando su espalda, recordaba el sabor de su boca. Ya no tuvo más remedio que reconocerlo, deseaba ese beso, llevaba días deseándolo. Soñarlo no sería suficiente, pero Illumi estaba reticente a tocarlo, alegando eso, que ellos dos no tenían tal relación dado que él no le correspondía. Mientras que Killua no se decidiera sería imposible, no importaba cuando lo deseara.

Todo el día pensó en su sueño, no podía sacarlo de su mente; se ruborizaba, su cuerpo se encendía y luego regresaba a la realidad. Alluka lo regañó varias de veces hasta que se convenció de que sería imposible hacerlo entrar en razón con su corazón latiendo por alguien que robaba cada uno de sus pensamientos.

—Hermano, debemos irnos. El dirigible saldrá en diez minutos, necesitas despertar de ese sueño —le reclamó mientras veía por décima vez que se quedaba con su vista a la nada.

—Ya oí, ya… —se acomodó las ropas y se dispuso a caminar a la salida.

Durante esos días habían decidido que era momento de hacer una pausa en una ciudad. Estaban cansados de viajar y viajar; detenerse por una temporada larga les vendría bastante bien.

El lugar seleccionado era un sitio con un clima agradable, justo lo que Alluka pedía. Dan, era el nombre del lugar, era popular entre los turistas porque era una zona de paso hacia Kakin, su economía era fuerte gracias a los turistas que cruzaban diariamente en busca de las playas de Kakin. Las universidades y centros de investigación eran muy reconocidos, por lo mismo estaba lleno de estudiantes por doquier; debido a la cantidad de jóvenes en la zona, el lugar era particularmente barato; los costos de vivienda y alimentos eran bastante accesibles, lo que llevaba a otro punto a favor. Dan, también poseía paisajes hermosos; era como un enorme jardín, agradable y limpio, lo cual incitaba a elegirlo como su mejor destino para vivir una vida de estudiante.

Rentaron un departamento en el gran edificio cercano a un afamado centro de estudios, así mismo, a pocas cuadras comenzaba el centro de la ciudad, la zona más agradable del lugar. Alluka llegó y se instaló de inmediato; el departamento era muy cómodo, contaba con todo lo necesario para que un grupo de jóvenes se acomodara; tenían cuartos propios, aislados, para que los estudiantes pudieran concentrarse sin el bullicio del exterior.

Killua se demoró un poco en hacer la mudanza, dado que estaba más preocupado en explicarle a Illumi sobre su nueva ubicación; su hermano le dijo que no se preocupara, que conocía Dan, y sabía moverse por la ciudad. La cosa era que el albino siempre quería encontrar una excusa para estar en contacto, así que así fuera algo tonto, lo externaba. Illumi estaba siempre dispuesto a responder a todos sus mensajes, y procuraba hacerlo de forma neutral, nada que fuera muy demostrativo, quería presionar a Killua par que él diera el primer paso.

Por la tarde salieron a dar un paseo, el día estaba nublado pero fresco y caminar por ahí valía totalmente la pena. Recorrieron las elegantes calles, alegres de encontrar diversas opciones de restaurantes, el ambiente era placentero donde quiera que anduvieran; caras sonrientes parecían recibirles en cada tienda a la que entraban. Recorrieron la mayor cantidad de lugares, por petición de la chica. Al final, optaron por ir a un local bastante concurrido donde encontraron un escenario en el que se llevaban a cabo diversas obras de teatro y baile. Alluka estaba rebosante de felicidad, y sin darse cuenta se quedaron ahí hasta el anochecer; entonces fue cuando la chica tuvo que reconocer que estaba demasiado cansada por el viaje y el cambio, así que regresaron al departamento.

Venían distraídos, subiendo las escaleras porque el elevador estaba en mantenimiento, cuando escucharon el quejido como de un hombre mayor.

—Mi espalda… —ambos se vieron un momento, y continuaron su camino, y justo cuando se cruzaron con el hombre Killua lo reconoció.

—¡¿Eh, tú?!

—¡Killua! —Leorio se dio la vuelta saludándolo efusivamente.

Él venía cargado con bolsas del mercado, se había abastecido para su encierro de estudios en su segunda semana.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine de visita —Alluka sonrió detrás de él y Leorio le dirigió una mirada cómplice—, ¡no estés pensando cosas raras! Es mi hermana menor.

—¡Oh!, ¡increíble! Al fin tus padres hicieron algo lindo.

El albino lo amenazó con la mirada y Alluka saludó con la mano, a lo lejos para no hacer rabiar a su hermano mayor.

—Hola señorita, mucho gusto, soy Leorio Paradinight.

—Hola…

—¿Y tú? —interrumpió Killua, no muy seguro de querer presentar a su hermana más allá de los límites—, ¿no se supone que estabas con los Zodiaco?

—Umm… sobre eso… digamos que hubo varios percances y Kurapika se está encargando de eso, así que vine aquí a estudiar y a esperar a que me pidan volver. Salí a comprar provisiones —levantó las bolsas— este es mi departamento.

—¡Justo debajo del nuestro! —declaró Alluka sonriente.

—Tú no eres un monstruo como tu hermano, ¿verdad? —se burló Leorio, y Killua jaló a Alluka para que permaneciera detrás de él.

—Alluka está bastante cansada, la llevaré a descansar. Es bueno saber que te veré por aquí.

Se despidieron y cada uno se dirigió a su respectivo cuarto. Alluka no quiso cuestionar a su hermano por su actitud, ya estaba acostumbrada a que él fuera protector con ella; al rato se le pasaría su faceta y seguramente terminaría presentándole a Leorio, así igual había sido con Gon, cuando al inicio Killua no la presentó adecuadamente.

Lo que ella no supo fue que Killua, en el momento en que vio a Leorio, sintió un alivio especial. Esos días había necesitado urgentemente alguien con quien hablar; conversar de sus últimos sucesos sin que le juzgaran. No podía hablar esto con Alluka ni Gon puesto que ellos sabrían bien de quién se trataba; necesitaba a alguien neutral, objetivo, que no tuviera idea jamás de la persona de la que se refería y así poder abrir su boca y decir tanto como pensaba y sentía. Leorio era la mejor opción de todas, no sólo desconocía su problema, también era un tipo que sabía mucho sobre relaciones humanas o eso daba a entender.

Esperó hasta que su hermana estaba dormida, para bajar y averiguar si su amigo estaba despierto.

Tenía la impresión de que Leorio no dormía temprano y así fue; apenas tocó, escuchó sus pasos yendo a abrirle.

—¿Puedo pasar? —preguntó nervioso, y Leorio se hizo a un lado para permitirle el paso.

Le ofreció café o alguna otra bebida que pudiera servirle para tener una visita más agradable. Killua se acomodó en una silla del comedor, con un chocolate tibio y un pan, y se aseguró de hacer cualquier conversación que justificara su presencia antes de sacar a flote el asunto que de verdad le traía hasta ahí.

—Leorio, tú… tienes experiencia con las citas y las cosas cursis, ¿cierto?

Los ojos del Paradinight se iluminaron y una gran sonrisa adornó su rostro, justamente un tema que le parecía más ameno.

—¿Ya te flecharon?

—¿Qué?, ¿de qué hablas?

—¿Por qué otra razón tocarías este tema? Es obvio que alguien te gusta.

Killua se puso rojo hasta las orejas, se arrepintió de haber tocado el tema, tenía ganas de salir corriendo, pero se contuvo.

—¿Cómo sabes que me gusta?, ¿no puede ser otra cosa?

—Killua, en mi experiencia personal, cuando comienzas preguntarte si te gusta alguien, es porque ese alguien te gusta. Así de simple.

—Pero…

—¿Te la pasas pensando en ella? ¿Sólo quieres hablar de ella? ¿Has hecho cosas ridículas por esa persona? ¿Viniste hasta aquí a mitad de la noche para hablar sobre lo que sientes por ella? Si al menos una de esas preguntas es un sí, la respuesta es sí, te gusta.

Era demasiado rápido, esperaba que todo se volviera en un interrogatorio más complejo e ir analizando poco a poco hasta estar seguro de que no podía sentirse así por su hermano. Todo le salió al revés y ahora hasta el mismo Leorio, sin conocer bien su caso, había resumido todo en un sí. Definitivamente no tenía dudas, su corazón se lo decía, Illumi inundaba todos sus pensamientos y deseos.

—Tú silencio sólo lo empeora… —Leorio lo hizo salir de sus pensamientos, sobre todo cuando soltó una fuerte carcajada— Killua, ¿quién es ella?

—¿Ella? —se extrañó sin darse cuenta.

—La chica de la que hablamos, debo saberlo.

—¿La chica? —se quedaron en silencio, viéndose mutuamente, y lentamente las piezas encajaron.

—¿No es una chica?

Killua no tenía palabras para explicarse, de hecho, hasta ese momento fue que se le ocurrió que podía ser una mejor idea, más fácil de ocultar que admitir lo segundo.

— Killua! Oh… mmm… vaya, es bastante inesperado, pero bueno… no me meteré al respecto… aunque de cierto modo lo veía venir… ¿es Gon?

—¡¿Qué?!, ¡no, no!, ¿por qué creerías eso? —manoteó contra la mesa, alterado por la pregunta.

—Tranquilo… lo decía porque ustedes dos son muy cercanos, creí que podría haber algo.

—¡No! —Se levantó y tomó aire.

Leorio sólo lo seguía con la mirada, conteniendo las ganas de reírse por la actitud del menor.

—De acuerdo, ya entendí. Puedes volver a tu asiento.

Killua ignoró la invitación, caminando nerviosamente hacia la salida y luego se detuvo, dio la vuelta y preguntó.

—¿Por qué me gusta? —lo preguntó en una voz tan alta que Leorio se sobresaltó.

—Ya, ya, es normal. Tranquilo.

—¡No es normal! —pero no podía explicar por qué no era normal, no iba a decir por nada del mundo que el tipo de quien hablaban era su hermano mayor.

—Te gusta porque tiene algo bueno que te llama la atención.

—No, olvídalo, esto es inútil.

Se dio la vuelta y salió del cuarto. Estaba bastante apenado de haber indagado algo como eso. Se fue a su recámara y su corazón volvió a saltar, un mensaje había llegado a su celular «ya estoy en mi cuarto, dormiré, ten una agradable noche», era Illumi cumpliendo su rutina del día y se maldijo, le había robado otra sonrisa.

«¿Por qué él?» se preguntó. De entre todas las personas, hombres y mujeres del mundo, su hermano mayor tenía un poder sorprendente sobre él, lograba hacer que todo su ser lo extrañara. Todas las preguntas que Leorio le había hecho para comprobar si le gustaba alguien, las había respondido con un rotundo sí. Tenía miedo de sí mismo.

«Estoy enamorado de ti» recordó la confesión de Illumi, algo dentro de él le trajo calma al pensar en esas palabras.

«¿Y si el de verdad me gusta?» se preguntó con sinceridad. No sería tan malo si él se sentía atraído por su hermano porque correspondía sus sentimientos, además volvería más ligera la carga del deseo de su hermano, incluso la haría amena, podría pasar más tiempo con él y en consecuencia todo sería maravilloso «¿por qué no?» No perdía nada, no era como si Illumi lo tacharía de enfermo, pero era su hermano y eso no cambiaría aun si fingieran que no era así. Reconoció con pena que debía tomar una decisión al respecto, nada en el mundo sería peor que él actuara por curiosidad y terminara lastimando a Illumi.

Mi gratitud por siempre hacia KaiD23 y Chiru, que me han ayudado con la corrección de la historia, sería un desastre si me dejaran ser yo mismo...

Fujoshi83, muchas gracias por tu mensajito, te he respondido vía inbox de la plataforma, espero que te haya llegado el mensaje!

Yuuki! Yo también amo ver a Illumi acorralado *risa nerviosa* no puedo evitarlo, es divertido, sobre todo cuando es acosado por diversas personas a la vez... *mirada seria* No está embarazado! Jaja no puedo creerlo! Pero será demasiado gracioso que Killua se enterara de todas sus aventuras malignas. Espero que el papel de Alluka *cof cof como futura tía cof cof* te parezca interesante porque me está costando mucho trabajo! Como podrás ver... Killua poco a poco ya no podrá resistirse a ese deli-interesante jovencito... Gracias por tu mensajito Yuuki, al rato te molesto en tumblr

Nos vemos todos el 28 de septiembre, empezando con todo el drama romántico...