¡Hola chicos! Os traigo un nuevo capítulo de mi historia, espero que os guste este capítulo, es uno de mis favoritos de esta historia. ¿Qué pensáis que pasará con vuestros personajes favoritos? Decidme que creéis.

Era domingo por la mañana, cuando en la mansión Kudo se encontraban cinco personas reunidas hablando en la biblioteca sobre estrategias y posibles contratiempos que pudieran tener en aquella investigación.

Sentado en la silla de la sala se encontraba Shuichi Akai, prestando atención a lo que su compañera y pareja hablaba con Shinichi. Rei Furuya, alias Toru Amuro o Bourbon, observaba con asombro como el chico de Osaka arrasaba con la comida que habían preparado para todos.

-¿Entonces Shinichi, tienes alguna evidencia o solo son pruebas circunstanciales?

-Lo poco que he podido averiguar es que Ema se mudó hace 10 años a Haido con su familia después de haber vivido aquí sus 7 primeros años de vida. También comentaron vagamente que ella cuando se trasladaron apenas tenía recuerdos y no sabía nada respecto a su vida pasada. A día de hoy ha ido descubriendo situaciones o cosas que no le gustaban, pero sigue sin recordar nada al respecto de antes de irse de aquí.

-¿Pero podría tener razón la científica no?- preguntó Furuya metiéndose a la conversación- podría haber tenido algún accidente o evento traumático que explicase la pérdida de memoria.

-Lo sé, pero no he podido dejar de pensar en lo que me dijo Vermouh antes de morir, que ella había tenido que cambiar para poder sobrevivir. Además, hace 10 años, durante mi época viviendo con ella siendo Conan, tuvimos un caso parecido. Ran vio cómo disparaban a la agente Sato de la policía Metropolitana y el shock que tuvo fue tan grande que estuvo un tiempo sin recordar nada ni a nadie, no recordaba ni a su familia.

-¿Pero tú le sonabas verdad?- cuestionó el de Osaka recordando esa época.

-¿Te recordaba a ti Shinichi?- inquirió Jodie observando al adolescente.

-Más o menos, escuchar a la gente hablando de mi o ver fotografías juntos hizo que intentara recuperar su memoria. De hecho, la reparó cuando le dije que la amaba…- susurró más para sí mismo que para el resto, pero todos le escucharon a la perfección.

-¿Cuándo vais a veros próximamente?- habló el del FBI, adentrándose en la conversación.

-Hoy por la tarde, en una cafetería.

-¿Por qué no vais al Poirot?- musitó el rubio.

-No es mala idea- contestó Jodie de nuevo.

-Esta bien, la llevaré allí.

-Iremos contigo- dijo el de Osaka convencido.

-No- respondió Shuichi- deben hablar entre ellos dos. Lo que sí podríamos hacer es ponernos unas mesas más alejadas para intentar obtener información nosotros también.

Después de la conversación que tuvo lugar en la mansión, pasaron las horas hablando de cómo les iba la vida a los tres recién llegados. Rei seguía en casos complicados dentro de la policía secreta japonesa, pero no tan peligrosos como la Organización. Seguía sin tener pareja oficial, pero varias veces se le había visto pasar bastante tiempo con Azusa a altas horas de la noche. Shuichi y Jodie dieron el paso de comenzar una relación cuando ésta estuvo apunto de morir en la batalla final contra la Organización, por lo que hace unos años atrás se casaron en Estados Unidos.

Shinichi se encontraba esperando en la estación de tren cuando apareció a lo lejos Ema. Vestía un vestido formal pero elegante de color azul cielo y llevaba una sonrisa preciosa.

"Esa sonrisa…" pensó el joven sonriendo de vuelta a la chica.

-Hola Conan- saludó, ella primero cuando ya se encontraban enfrente.

-Hola Ema- respondió con una sonrisa.

-¿A qué cafetería vamos a ir?

-A una cafetería que iba de pequeño, se come genial allí.

-Genial entonces, vámonos.

Mientras iban caminando juntos por las calles de Beika, hablaban de cosas triviales sin importancia, ya que Shinichi quería que prestara especial atención por las calles que iban andando. Una vez llegaron al sitio, Ema comenzó a observar de arriba abajo ese edificio que le resultaba algo familiar, aunque no sabía por qué, ya que nunca había estado en esta zona de Beika.

-¿Estás bien Ema?- cuestionó el detective al ver que hacía varios minutos se encontraba callada.

-Eh si, es solo…

-¿Si?- inquirió ansioso ahora.

-Puede parecerte una tontería, pero me resulta familiar este lugar- contesta con la mirada perdida observando el cartel de la agencia de detectives en la planta de arriba.

-Claro que no me parece una tontería Ema- respondió tranquilizando a la joven- me dijiste que habías vivido por aquí cerca, ¿puede que sea por alguna calle por la que acabamos de pasar? ¿O … por esta?

-No lo recuerdo Conan, lo siento.

La desilusión se hizo presente en el detective, aunque, que le resultara familiar ese edificio ya era un logro, y tenía que comentárselo después a sus compañeros. Mientras se sentaban e iban pidiendo, Shinichi buscó con la mirada a sus amigos, y los visualizó dos mesas a la derecha, tal y como había dicho Shuichi en la reunión que habían tenido horas atrás. Las personas que se encontraban en esa mesa fingían hablar de cualquier asunto, a pesar de estar pendiente de cada uno de los movimientos de Ema, y los míos también.

-¿De qué quieres que hablemos?- cuestionó Ema.

-Cuéntame algo de tu vida, Ema.

-Bueno, pues aparte de donde trabajo y donde vivo no tengo muchas cosas que contarte, ¿y tú?

-Yo vivo en este barrio desde que nací, en una casa de por aquí cerca, aunque… también viví en este edificio durante una temporada.

-¿En la agencia de detectives de aquí arriba?

-Si.

-¿Conoces a los dueños?

-Si, ahí vive y trabaja el tío Kogoro Mouri con su mujer Eri Kisaki.

-¿No tienen hijos?

-Mm si, era mi amiga de la infancia, su nombre es Ran Mouri pero desapareció hace 10 años.

-Oh, lo siento- contestó posando su mano encima de la del joven.

-A día de hoy seguimos buscándola, no hemos perdido la esperanza de encontrarla.

-¿Era de nuestra edad?

-No, cuando desapareció tenía 17 años.

-¿No decías que era una amiga de la infancia?

-Mm si, es una historia complicada…

Ema parecía confusa con lo que le acababa de contar su nuevo amigo, pero no quiso seguir preguntándole sobre el tema, ya que parecía que se había puesto un poco tenso.

-Bueno Conan, ¿y a qué te quieres dedicar?

Mientras los jóvenes hablaban iba cayendo el sol del atardecer dentro de la cafetería, Shinichi estaba comenzando a conocer a Ema, y se dio cuenta de que se parecía mucho a Ran. Muchas de sus aficiones eran iguales, incluso sus miedos eran los mismos, por lo que no podía dejar de hacer similitudes continuamente. Cuando se dispusieron a marcharse de la cafetería, los del FBI junto con Heiji y Furuya, pasaron delante de la mesa en la que se encontraban. Ema al reconocer a Heiji del día anterior se levantó a saludarlo, pero se quedó mirando a la mujer rubia que había a su lado.

-Conan no me habías dicho que estuviera aquí tu amigo de ayer- dijo mientras volvía a prestar atención al joven.

-Hola Ema, me alegro de volver a verte- contestó Heiji acercándose, pero al ver que volvía a mirar a Jodie, sonrió.

-¿Os conocéis?- preguntó fingiendo desinterés.

-No, pero me resulta familiar. Lo siento estoy siendo mal educada- repuso mirando al resto de los presentes- mi nombre es Ema Kato, encantada de conoceros.

-Hola Ema- habló la mujer primero- yo me llamo Jodie Akai y este de aquí es mi marido Shuichi Akai.

-Encantado.

-Yo soy Rei Furuya, un antiguo amigo de todos ellos- musitó dedicándole una amplia sonrisa.

Ema sonrió de vuelta prestando atención en cada uno de los presentes, sin poder evitar sentir algo en el fondo de su corazón, algo que no sabía muy bien como identificar. Tal vez ¿nostalgia? Pero no tenía sentido para ella sentir nostalgia por unas personas que apenas acababa de conocer. Mientras tenía ese debate interno, los detectives y agentes cruzaron varias miradas, pero cuando sonó la puerta principal abriéndose todos giraron sus cabezas para ver quien era el recién llegado.

-Azusa- replicó el nuevo alborotado- ¿puedes hacerme algo de cenar? Eri se ha negado a hacerme nada ¿te lo puedes creer?

-Claro señor Mouri, en un momento le llevo la carta.

-¿Mouri… Eri?- susurró Ema mirando todos los pasos que daba Kogoro hasta dirigirse a su mesa habitual.

-¿Te suena Ema?- preguntó ansioso Shinichi a su lado.

-No… no lo sé.

-Ohh mocoso, pero si estas aquí con tus amigos y con…- Kogoro no pudo terminar la frase ya que se quedó quieto como una estatua al ver a la joven adolescente que estaba al lado de Conan.

-Ho… Hola tío- replicó mirándolo.

-¿Ran?- musitó con ojos llorosos- ¿eres tú hija?

-Eh, no señor, me llamo Ema Kato.

-Lo siento, he debido de equivocarme- contestó confundido y miró a Shinichi a su lado- ¿podrías mañana pasarte por la agencia?

-Claro- farfulló sabiendo que tenían una conversación larga pendiente- Ema vámonos, te acompaño a la estación.

Mientras se dirigían de nuevo a la estación donde horas atrás se habían encontrado, Ema se detuvo al lado de una casa que tan bien había conocido en un pasado. En la pared de la residencia decía familia Kudo y sin previo aviso una lágrima salió de su ojo derecho.

-¿Estás bien?- preguntó angustiado el joven.

-Si lo siento Conan, es solo que… hay veces que tengo la sensación de conocer a personas que no había visto en mi vida, o recordar lugares como esta casa que sé que no había visto antes. ¿Por qué me está pasando esto?

-Es complicado… -susurró agachando la cabeza.

-Necesito entender por qué me sonaban esas personas de antes Conan y por qué siento nostalgia al verlos, al igual que necesito saber por qué recuerdo a una persona llamada Kudo… Kudo… Shinichi Kudo.

-Shinichi levantó de golpe la cabeza al escuchar su nombre después de tanto tiempo y sintió una alegría inmensa.

-¿Sabes quién es Shinichi Kudo?- cuestionó anhelante.

-No… no lo sé, no lo recuerdo- contestó llorando cada vez más.

El detective no pudo resistirse en no poder consolarla, por lo que se acercó con precaución y la abrazó cuando vio que ella no iba a rechazarlo. Sabía que Ran tenía una tarea muy difícil por delante, ya que tener que recordar su vida pasada después de tanto tiempo le iba a resultar algo complicado y frustrante, pero al ver que al menos recordaba su nombre, su verdadero nombre, tenía la seguridad de que podría lograrlo.

Cuando ya se hubo tranquilizado, los dos anduvieron de nuevo a la estación donde ahora sí se despidieron no sin antes volver a darse un abrazo fugaz, que hizo que el corazón que creía apagado Shinichi volviera a latir con fuerza al abrazarla de nuevo; mientras que Ema volvió a sentir ese anhelo y esa añoranza, solo que esta vez con mucha más intensidad que las últimas veces.

Una vez llegó de nuevo a la mansión Kudo, éste llevaba una sonrisa en los labios que no pudo esconder a sus compañeros e invitados, por lo que subió a su habitación para intentar despejarse un poco antes de que tuviera que contarles todo lo ocurrido.

-*Ya he llegado a casa, espero que estes bien*- escribió el adolescente mientras se cambiaba de ropa.

-*Estoy apunto de llegar a casa también, ya que vivo cerca de la estación. Gracias por apoyarme antes Conan, significa mucho para mi*

-*No te preocupes, te ayudaré en todo lo que quieras. Buenas noches Ema, mañana hablamos*

-*Buenas noches Conan*

La puerta se abrió de nuevo igual que la noche anterior, mientras pasaba Heiji y se sentaba en la silla junto al escritorio.

-¿Y bien? ¿Vas a bajar y contarnos lo que habéis estado hablando y por qué has tardado tanto en volver a casa o tenemos que hacerte un interrogatorio?

-Cállate Hattori, ahora bajo, déjame un respiro.

-Oh claro, después de ese abrazo tan tierno que os disteis antes estas cansado- musitó riéndose mientras se levantaba de la silla.

-Oye Hattori, cállate ya- farfulló el detective sonrojado mientras salía de la habitación con el de Osaka pisándole los talones.

-Había pasado media hora desde que bajó de su habitación y había comenzado a contar a sus amigos lo sucedido esa tarde.

-Entonces, si que es ella- habló el del FBI.

-Con toda la información que tenemos hasta ahora, si que lo parece. Además, Kogoro la reconoció según la vio- musitó pensativo Furuya llevándose su mano derecha al mentón.

-Yo también pienso que sea ella, a pesar de que hace poco más de 10 años que no nos veíamos, no he podido olvidar su dulce mirada- farfulló Jodie.

-Además, ¿ha dicho que nos conocía a todos verdad?- preguntó Hattori a su amigo.

-Si, además cuando pasamos por aquí y vio el cartel de la familia Kudo, recordó de la nada mi verdadero nombre.

-Bien- concluyó Shuichi- a pesar de que quiere recordar todo lo pasado, sabes que volverá a recordar lo que sucedió aquella tarde que fue secuestrada y torturada por la Organización ¿verdad?

-Lo sé.

-¿Y crees que ella querría recordarlo si supiese la verdad? Es decir- dijo el rubio- si cuando sucedió todo el asunto su mente decidió olvidarlo, todo fue por su bien ¿no?

-Lo sé Rei, pero está viviendo una mentira, además estoy seguro de que querría ver a su familia de nuevo después de que hayan sufrido tanto, ver de nuevo a Sonoko y que ésta le dijera que en unos pocos meses va a casarse finalmente con Makoto y … deseo tanto estar con ella de nuevo y volver a verla feliz, aunque para hallar esa felicidad, deba de recordar de nuevo ese sufrimiento…

-Lo entiendo muchacho.

Después de que terminaron la conversación, Shinichi no podía dejar de pensar que tal vez estaba siendo egoísta con el tema de Ran, a pesar de no saber quien es realmente y haber olvidado toda su vida pasada, tal vez era feliz viviendo en aquella ignorancia alejada de toda la pesadilla en la que se vio envuelta por su culpa cuando eran apenas unos adolescentes, en su primera adolescencia.

-No eres un egoísta- musitó Heiji sentándose a su lado.

-Pero voy a ayudarla a recordar algo que su mente olvidó para poder sobrevivir, solo porque quiero que vuelva a estar en mi vida de nuevo…

-Si estuviera en tu lugar también lo haría, aunque tuviera la posibilidad de que Kazuha me odiase por ello.

-¿Crees que podría odiarme por todo el daño que le han infligido por mi culpa?

-No ha sido tu culpa Kudo, tal vez esto- dijo señalándole- podría no haber sucedido, pero podría haber ocurrido algo peor en su lugar, como que estando un día juntos vierais algo de esa Organización que no teníais que ver, y vieras con tus propios ojos el horror y sufrimiento que podrían haberle causado sin tu poder hacer nada por ayudarla.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de pies a cabeza al detective, pensar en Ran siendo torturada era algo que algunas noches aún le atormentaba, aunque sabía que no era real no podía dejar de gritar llamando a su amada mientras la miraba a sus ojos apagándose hasta quedar sin vida.

-¿Mañana vais a veros de nuevo?

-Mañana por la mañana antes de ir a la escuela le escribiré si, quiero… no, necesito verla Hattori.

-Te entiendo Kudo, pero después de todos estos años de incertidumbre, ¿sigues sintiendo lo mismo por ella?

-Hum- sonrió de lado el adolescente- nunca podría olvidarme de ella.

-Kudo…

A la mañana siguiente Shinichi se encontraba cansado, apenas había podido descansar después de que volvieran aparecer sus habituales y recurrentes pesadillas, por lo que como era normal en él, llegaba tarde a clase. Mientras iba corriendo a la escuela secundaría logró mandarle un mensaje a Ema preguntando si podrían verse después de las clases teniendo una respuesta afirmativa de parte de ésta.

Cuando llegó a su pupitre, Mitsuhiko y Genta se acercaron a su mesa para interrogarlo y acusarle de haberlos dejado de nuevo plantado el sábado anterior.

-¿Por qué no apareciste el sábado Conan?

-¿Estabas resolviendo un caso sin nosotros?- cuestionó Genta malhumorado.

-No chicos, estuve haciendo cosas y se me pasó, lo siento.

-¿Estabas con las chicas del otro día?- inquirió Mitsuhiko con una sonrisa pícara.

-Estuve con Hattori en Haido- contestó cansado de el cutre interrogatorio al que le estaban sometiendo.

-Eran muy guapas esas chicas ¿verdad?- preguntó Genta a sus amigos.

-Si- respondió el adolescente con pecas a su lado- pero ninguna puede compararse con la belleza de Haibara.

-Uyy- replicó Genta riéndose a carcajadas.

-Buenos días chicos- habló una voz femenina posicionándose al lado del detective que se encontraba aburrido.

-Buenos días Ayumi- respondieron al unísono.

-Oye Ayumi, ¿podemos hablar después?- quiso saber Shinichi, mientras que la joven se comenzaba a sonrojar.

-Claro, podemos ir a la azotea del otro edificio, se está muy tranquilo.

"En esa azotea pasé muchos descansos con Ran mientras hablábamos de cualquier trivialidad o simplemente disfrutando de la compañía el uno del otro" pensó el detective.

-Vale, nos vemos allí después entonces.

La joven adolescente se encontraba nerviosa mientras esperaba en la azotea donde habían acordado verse su detective favorito y ella. Sentía que podría cambiar su relación después de esta conversación dando un paso hacia su futura relación. Llevaba años anhelando este momento, en el que su primer amor le confesara que estaba locamente enamorado de ella desde que eran pequeños, al igual que estaba ella por él.

Cuando Conan apareció por la puerta del recinto, Ayumi dio un salto poniéndose de pie para saludar al recién llegado mientras un leve rubor se hacía presente en sus mejillas.

-Hola Ayumi- habló el joven mientras se acercaba a ella.

-Hola Conan, ¿de qué querías que habláramos?

-Siento mucho no haber acudido con vosotros el sábado pasado.

-No te preocupes Conan, pero hablando del fin de semana… ¿Dónde estuviste?

-Vino a verme Hattori a casa y tuvimos que hacer unas investigaciones en Haido.

-¿Haido? ¿No vivían allí las chicas que conocimos el otro día?- preguntó comenzando a molestarse.

-Sí, estuvimos en un restaurante comiendo y nos encontramos allí con Ema. Después tuvimos que resolver un caso de asesinato y nos volvimos a casa, por lo que con todo el lío se me olvidó, lo siento de verdad.

-¿De qué conoces a esa chica Conan? Parecía que ya os conocíais el día que nos encontramos en el cine.

-Es una historia un poco larga y complicada Ayumi, tal vez un día todo salga a la luz, y te lo cuente todo.

-¿Estás enamorado de esa chica Conan?

-Sí.

-¡Pero si apenas la conoces! Nunca nos habías hablado de ella ni la habíamos visto si quiera- estalló la adolescente.

-Lo siento Ayumi, pero por mucho que te lo intente explicar no lo lograrías entender.

-¿El que Conan? ¿Qué es estar enamorado? Llevo enamorada de ti muchísimos años, no puedo creerme que nunca te hayas dado cuenta.

-Lo sé de veras, pero no puedo corresponder tus sentimientos. No quiero hacerte sufrir esperando a que cambien mis sentimientos, cuando sé que eso nunca sucederá, siempre estuve enamorado de ella Ayumi. Espero que puedas entenderlo- finalizó mientras miraba al horizonte.

-¿De que la conoces?- preguntó comenzando a llorar, cosa que puso nervioso al detective.

-Es mi amiga de la infancia- contestó derrotado, sabiendo que si no le contaba al menos un poco de su historia con ella, no se lo creería.

-Yo soy tu amiga de la infancia.

-Ella fue mi primera amiga, Ayumi.

-Nunca supimos de ella.

-La conocí mucho tiempo antes que a vosotros.

-Por qué Conan… - dijo sollozando mientras el joven se dispuso a mirarla por primera vez en todo este tiempo- ¿por qué nunca me has dado la oportunidad de hacerte feliz?

-Lo siento Ayumi, pero mis sentimientos por ella comenzaron cuando tenía apenas 4 años, y no hay nada que haga que deje de amarla, pese al tiempo o las circunstancias de la vida.

-Siempre pensé que estabas enamorado de Ran, incluso a veces a día de hoy lo he seguido pensando al ver que no paras de buscarla- musitó dejando de llorar.

-…- sonrió ampliamente girando la cabeza de nuevo al horizonte- así es- susurró más para sí mismo, pero ella logró escucharlo.

-No lo entiendo Conan…

-No puedo explicártelo, no en estos momentos al menos.

-No quiero que cambie nuestra amistad…

-No lo hará Ayumi- farfulló mientras le agarraba de sus manos- eres una buena amiga y no me gustaría perderte.

La joven cortó la distancia abrazando al chico con fuerza, no había salido como ella quería aquella conversación, pero al menos su amado detective había sido sincero respecto a los sentimientos que tiene hacia ella, aunque no fuesen correspondidos. Estuvieron allí comiendo algo antes de acudir de nuevo a las clases, y a pesar de que al principio la conversación había sido algo tensa, ahora se encontraban riendo y haciendo bromas. Shinichi no había mentido cuando le dijo que no quería perder su amistad, pues después de 10 años juntos había cogido mucho cariño a la chica.

Habían terminado las clases sin ningún percance con la liga juvenil de detectives, por lo que iba de camino a su casa llena de gente cuando le llegó un mensaje al teléfono.

-*Hola :)*- comenzó la conversación Ema.

-*Hola ¿qué tal las clases?*

-*Bien ¿y las tuyas?*

-*Bien también. ¿Lo de vernos después sigue en pie?*

-*Sii, estoy deseando que nos veamos después*

-*¿Dónde nos vemos?*

-*Podemos ir a la cafetería de ayer si quieres*

Shinichi estuvo pensándolo un momento, recordando que aún tenía una conversación pendiente con el viejo Mouri, por lo que tal vez sí sería un buen sitio para volver a verse.

-*De acuerdo. ¿Te importa si nos encontramos allí directamente? Tengo unas cosas que hacer antes de vernos*

-*Claro, sin problema. Luego nos vemos Conan :)*

Mientras guardaba el móvil en el bolsillo de su chaqueta de nuevo, vio salir de su casa a Jodie junto con Shuichi, dirigiéndose en dirección contraria a la suya. Cuando entró fue directamente a su habitación favorita de su mansión, la inmensa biblioteca.

Se pasó un rato leyendo uno de sus libros preferidos de Sherlock Holmes, cuando se vio interrumpido por Rei entrando en la misma sala.

-Hola muchacho ¿qué tal estás?

-Hola Furuya, bien haciendo tiempo antes de ir a ver a Kogoro.

-¿Qué le vas a contar?- inquirió el rubio.

Los avances que tenemos a día de hoy, hasta que Ran no comience a recordar algo no quiero que se vuelvan a encontrar. Sería demasiado doloroso para el tío.

-Coincido, pero tal vez pueda ser de ayuda.

El adolescente encogido se paró a pensarlo, si tal vez veía algunas fotos de su niñez y primera adolescencia pueda recordar algo nuevo, o si viera por ejemplo a Sonoko… aunque no creo que eso fuera buena opción, la rubia al saber de quién se tratase no podría aguantar el llanto después de tantos años pensando que había fallecido.

-Lo hablaré con el tío ahora y veré qué opina al respecto. Por cierto Rei- musitó con el semblante un poco más serio que hacía unos momentos- gracias por ayudarme de nuevo con este tema, se que estás muy ocupado con tus historias y aún así has logrado sacar tiempo para esto.

-No me des las gracias muchacho- respondió con una enorme sonrisa mientras le daba una palmada en la espalda- somos amigos, siempre que necesites mi ayuda con cualquier caso o problema puedes contar conmigo.

En la agencia de detectives se encontraba el viejo tío viendo las carreras de caballos por la televisión, gritando a uno de los caballos que él quería que fuese el ganador para así poder ganar la apuesta realizada. Mientras Shinichi se sentaba pudo admirar más detenidamente la agencia, a pesar de haber ido algunas veces a lo largo de los años, no se había percatado de que en la mesa del detective Mouri se encontraba una fotografía con su hija de pequeña. Kogoro tenía en brazos a una pequeña Ran de unos 6 años mientras ambos sonreían a la cámara, por lo que deducía que aquella imagen fue sacada por la abogada y madre de ella, ya que por ese entonces aún seguían viviendo todos juntos.

-Vaya- refunfuño el dueño- no ha ganado ese dichoso caballo.

-Nunca cambiarás tío- contestó sonriéndole.

-Bueno, lo más importante ahora es que me expliques lo que sucedió anoche en el Poirot.

Mientras el detective más joven le explicaba al otro los datos que tenían tanto él como sus amigos, el detective más mayor no podía creerse que finalmente pudiera ser verdad lo que había dicho la mujer de esa despiadada Organización.

Después de que terminaran la conversación en la parte de arriba del edificio, Shinichi bajó las escaleras para esperar a que apareciese Ran para entrar a la cafetería donde habían quedado hacía unas horas atrás. Durante la espera se sentía ansioso, sabía a lo que venía realmente y era para que este joven famoso por descubrir la verdad detrás de innumerables casos le ayudara a descubrir la verdad tras su pasado.

-Hola Conan, ¿llevas mucho tiempo esperándome?

-No te preocupes Ema, terminé antes de lo previsto. Entremos.

-De acuerdo- respondió mientras ambos jóvenes entraban y se sentaban en la misma mesa de la tarde anterior. Después de que Azusa les tomase nota, comenzaron a hablar.

-Y bien… ¿por dónde podemos empezar?- inquirió ansiosa esta vez Ema mirando a los ojos azules de el joven.

-Cuéntame todo lo que recuerdas con sumo detalle de tu vida antes de que perdieras tus recuerdos.

-No puedo recordar mucho, sé que viví aquí una temporada a pesar de que mis padres en varias ocasiones al comentárselo me han dicho que no, pero tengo como unos vagos recuerdos de pasear con unos amigos por estas calles.

-¿Qué amigos? ¿Puedes recordarlos?

-No con exactitud. Sé que una era una chica y el otro era un chico, ambos de la misma edad que yo.

-Vale… ¿y sabes qué fue lo te ocurrió para que perdieras la memoria?

-No, solo recuerdo despertar un día en un hospital rodeada de muchos médicos y con mis padres al lado de mi cama. Los médicos dijeron algo como que había sufrido varias lesiones en el cuerpo debido a un arma de fuego y varios cortes de un arma punzante, pero nunca me dijeron mis padres que me sucedió.

-¿Y no les preguntaste?- preguntó éste sorprendido.

-Sí, pero siempre me han dicho que era una historia larga y complicada de entender. Que fueron unas personas malas que querían herirme para sacar beneficios de algún tipo.

-Siento mucho lo que te pasó Ema- contestó mientras cogía la mano de la chica y ambos comenzaban a sonrojarse.

"Es tan reconfortante cuando siento su calidez, es como si ya la conociera de hace mucho tiempo" pensaba la adolescente.

-No te preocupes, pasó hace mucho tiempo, además, las heridas sanaron bien y a día de hoy solo me han quedado unas pocas marcas de ese suceso.

-¿Te ha pasado con más personas la sensación de añoranza de la que me hablaste ayer?

-Si…

-¿Con quien más? Puede sernos de utilidad.

-Contigo…- susurró volviendo a sonrojarse de nuevo.

-¿Cuándo nos vimos el otro día?

-No, desde que vi el primer artículo hablando sobre ti años atrás.

-¿Podrás expresarme que sentiste?- cuestionó, mientras el corazón del moreno se encontraba errático en su caja torácica.

-La primera vez que te vi en una fotografía fue en un periódico que tenía mi padre en casa una tarde mientras estaba sola, al ver la imagen me resultó extrañamente familiar y fue cuando me vino una especie de recuerdo de un niño de la misma edad que nosotros, pero nunca pude encontrarlo.

-¿Recuerdas el nombre?

-No lo recordaba hasta anoche. ¿Recuerdas cuando pasamos por aquella casa tan grande de camino a la estación? Pues después, cuando iba de camino a casa pensé en aquel niño de nuevo y no sé por qué pero recordé que se llamaba Shinichi Kudo.

"Se acuerda de mí, joder, Ran me recuerda a pesar de todo" pensaba el adolescente a toda velocidad mientras seguía su corazón bombeando igual o más fuerte que antes.

-Pero hay una cosa que no entiendo de todo esto, Conan… busqué en redes sociales sobre el nombre de Shinichi Kudo y lo poco que encontré fue que era un hombre que tendría que tener unos 27 años, pero que muchas personas pensaban que había muerto en un caso hace bastantes años.

-Si Ema… es uno de los factores por lo que perdiste la memoria…

-¿Tuvo él algo que ver?

-Es complicado Ema…

-Quiero saber qué pasó- musitó con ojos llorosos.

-¿Estás completamente segura de ello? Podrías odiar de nuevo la verdad.

-¿De nuevo? ¿Tú lo sabes?

-Sí, tuve mis sospechas al principio cuando te conocí, pero ya sé que fue lo que te ocurrió.

-¿Podrías decírmelo por favor Conan?- interrogó ávida de la verdad.

-Acompáñame a un sitio algo más privado, sé que será algo muy duro de comprender en poco tiempo, y más si después recuerdas que fue lo que te hicieron aquellos hombres.

Cuando salieron de la cafetería, ambos chicos se dirigían a la mansión Kudo, donde el hijo de éstos tenía todo lo esencial para poder mostrarle y hacerla recordar. Shinichi estaba nervioso, ya que había muchas probabilidades de que Ran pudiera sufrir un colapso mental de nuevo al recordar tal de golpe su vida pasada, pero era el momento para que ella lo recordase, ya que no podía soportar ver cómo se frustraba tanto al recordar a personas que no sabía que conocía. Ema por su parte estaba deseosa de saber la verdad, su verdad, quería saber quién había sido durante sus primeros 7 años de vida antes de ese secuestro que la marcó durante tanto tiempo con sus heridas.

En el momento que llegaron a la puerta del lugar al que iban, la joven no pudo creerse que iba a entrar en aquella casa tan grande, por lo que cuando vio al detective entrar dudó durante unos segundos. Una vez dentro de la casa, le vinieron a la mente una especie de flashbacks de ella de pequeña con el niño con el que soñó en algunas ocasiones en el pasado y no pudo evitar que su vista se nublara de nuevo.

-¿Estás bien?- preguntó su amigo a su lado algo tenso.

-He estado aquí, con él.

-Lo sé, acompáñame por favor a la biblioteca- contestó mientras le daba la mano esperando a que ella aceptase.

-¿Cómo sabes que estuve aquí? Ese hombre es 10 años mayor que yo, no tiene sentido que le recuerde siendo de la misma edad que yo- musitó mientras entraban por la puerta de la sala a la que iban.

-Hola Shin… digo Conan- habló el de Osaka asombrado por la aparición de la mujer encogida.

-Hola Heiji- dijeron ambos a la vez.

-¿Qué hacéis aquí?

-He venido a decirle la verdad Hattori.

-¿Estás seguro?- inquirió preocupado por su amigo.

"¿Por qué están tan nerviosos por que recuerde mi pasado? No lo entiendo"

-Ya la he encontrado, y debe saber ya la verdad.

-De acuerdo, me voy a ir de aquí mejor, no quiero estar cuando la bomba explote, lo siento.

-No te preocupes- susurró con una pequeña sonrisa triste sabiendo lo que se podría avecinar. - Ven Ema, siéntate aquí mientras saco unas cosas que quiero mostrarte.

-Vale…

-Toma- dijo pasados unos minutos mientras le ponía enfrente suya unos cuantos álbumes de fotos y un par de carpetas grandes.

-No entiendo nada, Conan- habló confundida viendo una foto de él de pequeño al lado de una joven a su lado.

"Es una chica muy guapa, y nos parecemos un poco"- pensaba con más desconcierto aún.

-Esa eres tú Ema, aunque por ese entonces no te llamabas así.

-¿Cómo…? ¿Me estás gastando una broma verdad? ¡Somos de la misma edad!

-Coincido- musitó mientras pasaba a otro álbum donde habían fotos más antiguas- y estos de aquí también somos nosotros.

-Que…

-Lo sé, es complicado todo esto Ema, déjame que te lo explique por favor.

"Ésta soy yo con aquel niño, pero no puede ser posible que sea cierta la fecha que pone al lado de estas fotografías ¿verdad?"

-Estos de aquí somos tu y yo, pero en realidad no nos llamábamos como a día de hoy nos llamamos. Por ese tiempo tú te llamabas Ran Mouri y yo Shinichi Kudo.

-¿Ran… Mouri?

-Así es, nos conocimos en la escuela infantil cuando teníamos 4 años y fuimos muy amigos desde el primer momento. Mira, en estas fotos estamos los dos con nuestras familias en la escuela- dijo señalando la imagen.- Fuimos creciendo juntos hasta la escuela secundaria, donde un día te invité a pasar el día juntos en un parte de atracciones llamado Tropical Land, donde me marché a perseguir a dos hombres vestidos de negro dejándote atrás pensando que volvería a verte al cabo de un rato, pero me equivoqué.

-¿Te equivocaste?

-Sí, uno de esos hombres me hirió por la espalda y me obligaron a ingerir un veneno que debería haberme matado en el acto, pero por un error de cálculo, acabé convertido de nuevo en un niño de 7 años. – Dijo señalando de nuevo la foto de él con la joven.– Al principio no podía creer lo que me estaba pensando, pensaba que todo era una pesadilla y que me acabaría despertando de ese mal sueño, pero no fue así. Intenté buscar ayuda y un viejo amigo de nuestras familias y nuestro cuando éramos más pequeños me ayudó a camuflarme y convertirme en Conan Edogawa.

-¿Que tengo que ver yo en todo esto?

-En ese momento apareciste por mi casa, ósea, ésta, buscándome pero yo no podía aparecer tan fácil delante de ti ya que me reconocerías fácilmente, pero al final me acabaste pillando y tuve que mentirte sobre mi identidad para protegerte de esos hombres. Me fui a vivir contigo y tu padre a la agencia de detectives que hay encima de la cafetería a la que hemos ido esta tarde, y ahí es cuando comenzamos a convivir juntos. Estuvimos en muchos lugares juntos de ahí la cantidad de fotos que tenemos los dos. En algunas ocasiones volvimos a vernos con mi aspecto real pero durante unas horas, ya que el prototipo que me tomaba para verte duraban solo 24 horas.

-¿Qué me pasó a mí entonces? ¿Me… me encogí también?

-Hace 10 años desapareciste de repente, la gente que trabajaba conmigo y yo estuvimos buscándote durante meses, pero nunca encontramos nada acerca de qué había pasado contigo. Las únicas pistas que teníamos eran que habías sido secuestrada por la Organización de la que me escondía y te habían herido. Muchas personas pensaron al cabo del tiempo que habías muerto, pero yo sabía que no era así, por lo que seguí buscándote durante estos 10 años. El día que nos conocimos iba a buscar de nuevo pistas sobre el caso, pero al verte y escucharte hablar fue como si me tirasen una jarra de agua fría encima, no podía creerme que realmente fueras tú. Estuve durante años buscándote como una Ran adulta, no como una Ran encogida por el mismo veneno que destrozó mi vida, y después la tuya también.

Ran se encontraba blanca ante lo que le acababan de contar, se encontraba en shock ante sus palabras. Pensaba que le estaba tomando el pelo, pero una parte de ella se sentía liberada y confundida a la vez. Estaba apunto de ponerse a llorar, pero el detective comenzó hablar de nuevo.

-Sé que es demasiada información de repente, y puede que sea aún peor si recuerdas lo que te hicieron mientras estuviste secuestrada, pero no sabía como decirte toda tu historia de otra forma. De verdad que lo siento muchísimo Ran. Siento mucho todo lo que pasó, el secuestro, las mentiras, las veces que tuve que dejarte sola por mi culpa… Solo espero que cuando hayas procesado todo lo que acabo de contarte, puedas perdonarme.

-Y qué… ¿Qué pasó con esa Organización?

-Hace 6 años y medio logramos terminar con ella y recuperar el antídoto del APTX 4869, que es así como se llama la droga que tomamos.

-¿Por qué no tomaste el antídoto?

-No tenía sentido hacerlo- susurró con una sonrisa triste en sus labios- no quería volver a ser Shinichi Kudo si la única que me hacía querer volver a ser yo mismo eras tú, pero ya no estabas a mi lado.

-…

-¿Tienes alguna pregunta Ran?

-Eh… lo siento debo irme ya- contestó rápido levantándose para marcharse de aquella casa.

-¿Te encuentras mal? ¿Ha sido demasiado?

-¿Que si ha sido demasiado?- preguntó alzando la voz volviendo a mirar aquellos ojos que tan bien parecía conocer- ¿cómo quieres que me sienta después de enterarme que todo mi vida ha sido una mentira absoluta? ¿Que me atraparon por que te buscaban a ti?

-Lo siento Ran, no sabía que podría pasar lo que sucedió- habló mientras se pasaba una mano por el pelo en señal de frustración- nunca quise que te pasara nada malo, en serio…

-¡No me llames Ran! ¡Todavía no se si creer todo lo que me acabas de decir! Agg ¡estúpido maníaco de los misterios!

Cinco palabras habían hecho que los recuerdos de la joven encogida desbloquease los recuerdos que tan en el fondo de su memoria había abandonado con tal de poder sobrevivir a la tortura que fue sometida. Ran no podía dejar de dar vueltas y vueltas alrededor de sí misma agarrándose la cabeza con fuerza ya que le dolía horrores mientras miles escenarios surcaban su cabeza a toda velocidad. El dolor que estaba comenzando a surgir era insoportable por lo que acabó cayendo de rodillas al suelo mientras unos leves pero sonoros quejidos salían de su pequeños labios, alarmando al detective de que algo no iba bien.

"Oh no, está colapsando, ¡mierda!"

-Ran… digo Ema, por favor focalízate en mi voz, ¿cuéntame qué es lo que ves?

-Déjame en … paz- fue lo último que pudo articular antes de caer rendida, dándose un fuerte golpe en la espalda y la cabeza.

-¡Joder! ¡Ran!- gritó el detective desesperado.

"No puede ser que vuelva a perderla de nuevo, esto tiene que ser un error, se recuperará al descansar un poco y cuando recoloque un poco sus recuerdos ¿verdad?"

Heiji y Rei al escuchar los gritos de ambos adolescentes que se encontraban solos hablando en la biblioteca de su mansión, se acercaron corriendo alarmados pensando miles de escenarios de lo que podría estar pasando entre ellos. Según entraron pudieron observar a su amigo en el suelo dándoles la espalda mientras movía impaciente el cuerpo de una persona que se encontraba tirada en el suelo boca arriba con los ojos cerrados y con la cara pálida.

-¿Qué ha pasado aquí Shinichi?- preguntó preocupado el de Osaka acercándose a su lado para ver mejor a la chica del suelo.

-Ha colapsado - susurró en estado de shock al verla tirada en el suelo, pálida.

-¿Recordó el secuestró?- interpeló viéndolo a los ojos.

-Eso creo... Comenzó a gritarme y después a chillar desesperada mientras con sus manos sujetaba su cabeza, hasta que no pudo aguantarlo más…

-Solo está inconsciente- dijo Heiji uniéndose a la conversación, intentando tranquilizar a su amigo.

-Debe descansar entonces, ha tenido que ser mucho información tan de repente, más sus recuerdos perdidos.

-Si… la llevaré a mi habitación para que descanse un poco.

Habían pasado un par de horas desde la conversación entre los 3 hombres en la biblioteca de la mansión. Shinichi se encontraba sentado en una silla en el borde de su cama esperando a que su amiga de la infancia y amor de su vida abriera los ojos para poder comprender todo lo que había pasado por su cabeza en tan solo unos minutos.

Heiji por su parte se encontraba en la sala de estar sentado en uno de los sofás estirando las piernas mientras escribía un mensaje a su prometida aburrido.

-*Hola cariño*- comenzó la conversación el detective del Oeste.

-*Hola cielo, ¿qué tal estáis? ¿Alguna novedad con el caso de Ran?*

-*Si que tuvimos unos cuantos avances, pero hemos tenido un pequeño inconveniente…*

-*¿Qué ha pasado? ¿Estáis todos bien?*

-*Si no te preocupes*

-*¿Entonces? ¿Que no me estás diciendo Heiji?*

Una vez terminó de relatarle lo ocurrido en los días que se encontraba en Tokio, su futura mujer no pudo evitar echarse a llorar al saber que su mejor amiga estaba viva después de tantos años sin saber nada de ella. Kazuha siempre fue una de las personas junto con Shinichi y los padres de Ran que tenían la certeza de que ella seguía viva, sólo que algo le impedía que volviese a casa junto a las personas que amaba. Cuando terminó de llorar llamó eufórica a su prometido preguntándole cuándo podría verla para poder ayudarle a procesar todo lo sucedido, recibiendo una negativa por parte de este. Todavía era muy pronto para que comenzara a ver de nuevo a las personas que no sabía que existían, y más después del colapso mental que había sufrido apenas unas horas atrás, por lo que su novia se molestó con él y le colgó el teléfono.

-… -suspiró- mujeres…

-¿Hablabas con Kazuha?- inquirió el rubio sentándose a su lado.

-No te puedes ni imaginar la guerra que me ha dado queriendo venir a ver a Ran lo antes posible, y cuando le dije que no sería buena idea ha cogido y me ha colgado el teléfono, ¿te lo puedes creer?

-Jajaja- fue lo único que pudo contestar a su amigo que se encontraba desesperado y cansado de las peleas más tontas que tenía con su pareja.

-Oye, no es gracioso- farfulló malhumorado.

-Claro que sí. Siempre habéis sido igual y me alegra ver que seguís siendo los mismos después de tantos años.

-No hacía tanto tiempo que no nos veíamos Rei, no te pongas ahora nostálgico.

-Es cierto, pero es la primera vez en mucho tiempo que estamos medianamente tranquilos sin tener que estar ocupados con algún caso o buscando a la pequeña de los Mouri.

-Eso sí, es cierto- musitó dándole la razón- me alegro que después de tanto tiempo Shinichi haya podido encontrarla.

-¿Sabes que lo va a tener complicado a partir de ahora verdad? En cuanto Ran recupere al 100 % las fuerzas querrá pegarle hasta dejarlo tirado en el suelo sin aliento por la enorme mentira que le contó.

-Si, pero podrá hacerle frente él solo, no es la primera vez que Ran quiere molerle a palos.

Los dos comenzaron a reírse al imaginarse a Shinichi corriendo mientras huye de las patadas voladoras de su amiga de la infancia. Los dos que faltaban en la casa aparecieron cuando los que se encontraban en el sofá comenzaban a tranquilizarse después del ataque de risa que habían tenido, dejando a los del FBI desconcertados al encontrarlos de tan buen humor.

-¿Y el niño?- preguntó Shuichi al observar que no se encontraba en el salón con ellos.

-Oh vamos Shuu, deja de llamarlo niño. Técnicamente tiene 27 años.

-Sigue siendo un adolescente para mi y el resto del mundo, por lo que siempre será un niño. Además –se defendió– lo conocí siendo un niño de verdad.

-Qué simpático has sido siempre- musitó el rubio alzando la cabeza para ver la cara impasible del hombre.

-¿Quieres pelea Furuya?- farfulló subiendo los puños y ubicándolos a sus costados en señal defensiva.

-Cuando quieras viejo.

-¿Como que viejo? Ven aquí imbécil.

Mientras que Shuichi intentaba agarrar a Rei para comenzar a pegarse, Jodie y Heiji empezaron a reírse al darse cuenta de que seguían siendo unos niños en varios temas.

-¿Dónde está Shinichi?- le preguntó Jodie esta vez a Heiji cuando dejaron de reírse.

-Está en su habitación, con Ran.

-¿Con Ran? ¿Que está pasando aquí?- cuestionó el del FBI parando de pegarse con el rubio mientras éste aprovechaba y me daba un puñetazo- oye tú capullo, tiempo fuera.

-Shinichi le ha enseñado fotos de ellos dos siendo pequeños y de su etapa siendo el pequeño Conan, mientras le contaba la historia y ha colapsado poco después.

-¿Ha recordado lo que le hicieron los de la Organización?

-Eso parece, aunque todavía solo son deducciones nuestras. Ella sigue inconsciente en la cama de Shinichi.

-De acuerdo iré a ver cómo están- sentenció la estadounidense.

Al cabo de unos minutos Jodie apareció por la habitación del adolescente con una bandeja y dos tes encima de ella para que bebieran algo una vez la joven despertara.

-Hola Shinichi ¿cómo estás? Ya me han contado lo que ha pasado.

-… - el joven se encontraba con la mirada perdida y el rostro dolido mostrando los sentimientos que tenía en ese momento.

-Se recuperará, ella es fuerte- dijo poniendo su mano en el hombro de el chico.

-Me odiará después de todo lo que ha pasado Jodie. No pude ser un buen amigo durante muchos años, ya que siempre se me olvidaba cuando habíamos quedado o la llevaba algún sitio y siempre acaba envuelto en algún asesinato y teniendo que dejarla apartada a un lado. Después la dejé sola y desaparecí, y volví convertido en esto- musitó señalándose el cuerpo- la mentí, siempre que estaba por descubrir quien era e intenté alejarla de toda aquella porquería en la que yo solo me había metido, para que después la arrebataran de mi lado de todas formas. Fui un pésimo amigo y novio, ya que no pude cumplir la promesa que le hice de poder encontrarla cuando más lo necesitara, sin importar lo que me costara hacerlo…

-Eso no es verdad Shinichi, no puedes culparte porque la Organización fuera tras ella y decidieran torturarla después, porque pensaran que ella sabía acerca de ti, ni puedes culparte de haber sido un pésimo amigo y novio cuando he visto desde que te conozco como te has desvivido por ella, ya fuera por hacerla feliz cuando estaba contigo o por pasarte durante meses y años buscándola sin haber tirado la toalla. No puedes hacerte esto de nuevo, no dejes que tu mente vuelva a ganarte la batalla que estaba comenzando a ganar.

-Si comienza a odiarme después de esto, no sé qué será de mí entonces Jodie. No tendría ningún motivo por el cual levantarme todas las mañanas. Estuve durante años levantándome por ella, y no podría vivir sabiendo que he vuelto a perderla, y esta vez por mi culpa.

-Sé que no te gusta hablar sobre esto Shinichi pero… ¿hace cuánto que no vas a ver a Takahashi?

-No lo recuerdo.

-Tal vez deberías concretar una cita lo antes posible, me preocupa tu bienestar. Podría acompañarte si quieres o podrían hacerlo cualquiera de los chicos.

-Lo pensaré Jodie, gracias. ¿Puedes dejarme solo? No quiero que cuando Ran despierte, al verte pueda sufrir otro colapso.

-Lo entiendo- afirmó dándole un abrazo por la espalda al detective que se encontraba cada vez más apenado- si necesitas algo estaré abajo.

-…- Shinichi asintió con la cabeza y volvió a mirar a Ran- ¿Podrás perdonarme después de todo lo que pasó? ¿Realmente me culpas por lo que aquella gente despreciable te hizo? No te imaginas el tiempo que estuve destrozado y perdido pensando que si había sido mi culpa Ran…- susurró mientras una pequeña lágrima salía a relucir de los ojos del joven detective encogido.

A los pocos minutos Ran comenzó abrir los ojos despacio sin reconocer al principio el sitio en el que se encontraba.

-Shin… Shinichi…- habló la castaña abriendo los ojos y sacando a su amigo de sus pensamientos.

-¡Ran! Oh estás bien, qué alegría- musitó con júbilo, pero no le llegó a los ojos, ya que seguía preocupado.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí?

-¿Recuerdas lo que pasó antes de que te desmayaras?

-Eh… - la joven comenzaba a recordar la conversación y los flashbacks tan dolorosos que había tenido antes de caer rendida al suelo- si…

-¿Te puedo preguntar una cosa? – preguntó unos minutos después al ver a Ran incorporarse.

-…- ésta asintió con la cabeza lentamente organizando sus pensamientos.

-¿Has recordado lo que sucedió cuando te secuestraron?

-Sí.

-Vale… - farfulló Shinichi mientras que Ran le lanzaba una mirada cargada de furia.

-Creo que debo marcharme, tengo cosas que hacer como bien dije antes y se ha hecho demasiado tarde- musitó levantándose de la cama de su antigua detective a paso ligero.

-Espera Ran, ¿podemos hablar más tranquilos las cosas?

-Ahora mismo no quiero hablar contigo Cona…Shinichi.

-Lo entiendo… esperaré a que estés lista entonces- finalizó mientras su mano dejaba de agarrar la suya y la antigua karateca comenzaba a marcharse escaleras abajo hasta salir de aquella mansión ahora llena de recuerdos bonitos y dolorosos.

Shinichi bajó las escaleras cuando escuchó el sonido de la puerta de la casa cerrarse, no quería que Ran se sintiera incómoda pensando que éste le iba a detener, cuando no era el caso. Una vez abajo, el resto de los integrantes de la mansión lo miraron con confusión y preocupación al ver como se encontraba el adolescente, después de la tarde que había tenido. Jodie, mientras los jóvenes se hallaban hablando en la planta de arriba, les había estado comentando de pasada la conversación que habían tenido Shinichi y ella, y dejándoles preocupados también al saber que había dejado de acudir, a saber hace cuanto tiempo a las sesiones con su terapeuta.