Capítulo II

Acorralado

Jihoo llegó a su casa y se tiró en el sillón de su sala de estar. Se masajeo las sienes con los dedos. No podía asimilar que venía de enterrar a su hermano. El pasó su vida a su lado, siguiéndolo, acompañándolo, llorando y riendo con él. En algún momento se enamoraron de la misma chica pero decidió enterrar sus sentimientos por El, por su felicidad y ahora.. se había ido para siempre. Dos años antes los había reunido en lo que fue la última reunión de los F4. Aún recordaba sus palabras y él se veía triste, asustado, no parecía el Junpyo que conocían, su arrogancia se había esfumado y nunca la había extrañado tanto.

Dos años antes,

Los F4 estaban reunidos en el salón principal de reuniones de la Mansión Gu.

-Que pasa Junpyo? – dijo Woobin – para que nos llamaste con tanta urgencia…Tenemos negocios sabes?

-Los llame porque hay algo importante que debo decirles – Dijo Junpyo. - Yo… no confío en nadie, solo en ustedes. Por eso debo pedirles un favor…- y abriendo un portafolios saco tres sobres que les entrego a cada uno. – nadie debe saber de esto, tampoco quiero que.. regresen a mi casa o que vengan a visitarme.

-Como dices?- pregunto Yi Young- con el entrecejo fruncido y con la voz alterada. Woobin solo lo miro fijamente pero con la misma interrogante que su amigo y Jihoo solo lo miro sin ninguna expresión.

-No quiero que regresen aquí! – dijo con voz más fuerte. Lo que hizo que los otros tres lo miraran de forma más extraña. Jihoo veía a su amigo y sabía que algo le estaba pasando, algo muy malo y no quería decirlo.

- Que pasará con Doyun?- dijo al fin Jihoo.

Junpyo se puso de pie y les dio la espalda. – Doyun estará bien! Se que.. sentirá extraño ya no verles sobre todo a ti, pero lo protegeré con mi vida! Él estará bien!, mientras tanto hagan lo que les dije- y volteando a verlos les anuncio- no se.. si vuelva a verlos, pero quiero que sepan que ustedes son mi familia y que les confío mi vida y ustedes pueden confiarme la suya.

-Jandi sabe de esto? – pregunto Woobin

El semblante de Junpyo se ensombreció, metió las manos en los bolsillos y sin mirarlos, moviendo su cabeza al cielo dijo. – Ella menos que nadie debe saber nada. Siempre será la mujer que he amado con locura, pero esta vez, ella queda fuera de todo!

Presente

Jihoo tenía la mandíbula apretada al recordar ese día. Él sabía que algo malo le estaba pasando pero fue muy tonto al no indagar más y ayudarlo antes de que le pasara algo. Lo que Junpyo le encargo fue difícil y desconcertante, sin embargo logró obtener lo que le pidió, pero ahora, que haría con eso? Que haría ahora que El no estaba? Se levantó y fue hacia el bar a servirse una copa de coñac. Tenía que reunirse con los otros y saber si ellos habían cumplido con el favor que les había pedido su difunto amigo. No se habían visto hasta hoy en el funeral. Tendrían que verse en algún lugar. Unos golpes en la puerta lo interrumpieron, Se apresuró a abrir. Sus ojos se agrandaron al ver a los visitantes.

-Hola Sunbae! No estamos importunando verdad? Acepte tu invitación después de todo… como imaginarás, Doyun insistía en verte y pues… que se le puede negar a un niño?- Jandi sonreía mientras decía todo esto, mirando a Jihoo de forma despreocupada y coqueta. Doyun venía en brazos de su guardaespaldas dormido

-Sabes que son bienvenidos,- contestó Jihoo. – Pero debiste esperar a mañana a que el niño haya descansado bien. Pasa! Y les abrió el paso para que entraran. – Toma asiento- le dijo a Jandi- Puedes traerlo por aquí – le dijo al guardaespaldas. Y lo dirigió a su habitación para que recostara al niño en su cama.

-Puedes irte Xong! – le dijo Jandi al guardaespaldas. – té avisaré si te necesitamos.

-Está bien señora, con permiso Señor! – Dándose la vuelta salió de la casa dirigido por Jihoo. Este cerró la puerta y vio a Jandi quitándose su chal, todavía traía puesto el vestido de luto que llevó al cementerio. Ella volteó a verlo y de nuevo le sonrió. – que tomas? Me invitas? –

Jihoo asintió con la cabeza y se dirigió al bar, sirvió otra copa de coñac, rellenando la suya de nuevo y le llevó la suya a Jandi sentándose frente a ella.

Jandi sorbio de su copa y cerró los ojos, disfrutando el sabor del alcohol en sus labios. -mmm! Necesitaba algo así!

-A que has venido? – le dijo Jihoo. -No deberías estar en tu casa llorando por la muerte de tu marido?

Jandi lo miro seria. – Pensé que las penas podían sentirse menos si se compartían con amigos. No lo crees así? Quieres verme consumida por la pena? Mi marido murió, y no quiero derrumbarme, tengo compromisos sabes? Soy la Viuda de Gu y nueva presidente de Shinwa, además también soy Madre. Crees que tengo tiempo de llorar mis penas? Creo que a Junpyo no le hubiera gustado eso.-

Jihoo se limitó a mirarla y después dejó de hacerlo volteando hacia un lado mientras bebía también de su copa. Jandi se levantó y se acercó a él sentándose a su lado. – No seas tan duro contigo mismo, sé que también te duele, por eso vine, necesitas a alguien que esté contigo en estos momentos- levantó su mano y le acarició el cabello.- Jihoo Sunbae, sigues siendo hermoso!- Jihoo levantó su mano libre y le agarró la muñeca para detenerla. Sin mirarla le dijo. – No.. vuelvas.. a.. tocarme! – y volteó su cabeza para mirarla directamente. – Que le pasó a Junpyo? Donde estabas cuando él murió?

Jandi se soltó de Él enojada. – No lo sabes? Tu amigo murió de sobredosis. Yo estaba con Doyun en sus clases de Música. Pero como sabrás, no puedo decir eso públicamente, mancharía la imagen admirable del Director de Shinwa y ocasionaría un colapso en las inversiones de la compañía. Junpyo no fue un Santo como todos piensan! Tu amiguito se la pasaba encerrado drogandose, olvidándose de su compañía, de su hijo, de Mi! Desde hace tiempo soy yo la que da la cara por él y por la empresa. Se convirtió en un deplorable ser humano. -

Jihoo se levantó molesto.- No hables así de Junpyo! No manches su memoria!- Y la enfrento acercándose peligrosamente a ella.

Jandi le sostuvo la mirada y se acerco aún más casi rozando su nariz con la de él, le pasó su dedo por la barbilla y por los labios. – Mi tierno y dulce Jihoo, Aunque te niegues a aceptarlo, las cosas fueron así y dentro de ti sabes que digo la verdad.- y hablándole en susurro casi tocando sus labios con los de él le dijo.- Deja que hable tu mente y no tú corazón! Puedes hacerlo Sunbae?- ambos se quedaron quietos por unos segundos y mirándose los labios. – Jandi sonrio de nuevo y se alejo primero. – Gracias por la copa, pasaré por Doyun en la mañana- y tomando su bolso salió dejando a Jihoo en medio de la sala confundido y aturdido por lo que había pasado.

Cuando se subió al auto sonrió para sí misma. – Yoon Jihoo aunque lo niegues, aún tienes sentimientos por mi! – afirmó en voz alta.

-A donde le llevó señora? – pregunto el chofer

-A la Mansión Gu

Y la limusina negra arrancó haciendo eco en la casa Yoon.