Hooola! Perdón por la demora. He estado haciendo muchas cosas y he tenido que dejar de hacer lo que me gusta. Está historia ya va cocinándose. Espero que con este capítulo se despejen algunas dudas o puede que tengan más jejejej perdón, aún no quiero revelar todo, iré soltando poco a poco todo, solo estén atentos. Nuevamente muchas gracias por leer y darle una oportunidad a esta historia. Espero les agrade el capítulo . Pronto saldrá el tráiler de los capítulos finales. Estén atentos. Saludos y gracias .


Capítulo XXIV

Estaba escondido detrás de una de las columnas de luces para no ser visto. Observaba a la figura encapuchada que se encontraba de pie mirando a un costado del escenario, parecía atento a lo que JiHoo decía. Lo vió rebuscar algo entre su ropa cuando JanDi hizo su aparición. WooBin, por instinto, tocó la culata de su arma, listo para sacarla si fuera necesario. ¿Quién era ese encapuchado y qué buscaba? JiHoo le había pedido apoyo de sus hombres para vigilar su casa, debido a un intruso que había entrado a su residencia y amenazado a Jae Kyung. Según Jae, era una mujer, pero estaba oscuro, y ella aún estaba en shock por todo lo que le había sucedido. Así que no confiaba mucho en sus percepciones. Se asomó un poco más para acercarse, más el encapuchado dejó de rebuscar dejando sus manos quietas, giró un poco su cabeza a un costado y sin que se lo esperara, comenzó a correr.

-¡Diablos!- pronunció en voz alta. Lo había descubierto, por lo que se inició una persecución tras bambalinas. El extraño era muy ágil, corría muy rápido, pero WooBin no se quedaba atrás, años de entrenamiento y su experiencia persiguiendo a sus enemigos, le daban un físico atlético para darle alcance.

- ¡Detente! - le gritó, pero la figura se escabullía cada vez más, hasta que esta se encontró acorralada en un pasillo sin salida. WooBin sacó su arma y lo apuntó con ella. El encapuchado estaba de espaldas, se notaba desconcertado al verse vulnerable.

-Ya no tienes a dónde ir- le dijo mientras accionaba su arma – date la vuelta lentamente, ¡ahora! - le gritó. La figura no respondió y comenzó a girar sobre su eje, cuando estaba a punto de quedar frente a WooBin, las luces se apagaron.

- Pero ¿qué? - dijo ofuscado, la figura pasó junto a WooBin aprovechando el momento.

- ¡Con un demonio! - dijo WooBin y trató de seguir su trayectoria, pero estaba muy oscuro. El encapuchado había escapado. Se pasó las manos por el cabello golpeando la pared con la mano. Su celular comenzó a vibrar.

- ¿Hola?- preguntó

- WooBin, no puedo ir al evento, GaEul tuvo un mareo y prefiero que la revise un médico -

WooBin se tocó el puente de la nariz, trataba de regular su respiración para no preocupar a su amigo.

-¡Esta bien Yi Jeong!, no te preocupes. Cuida a GaEul, te veo en la casa del árbol -

Gracias! ¡Nos vemos! – le respondió terminando la llamada. Volvió a mirar al techo suspirando. No le gustaba cuando no lograba su cometido. Las luces seguían apagadas, por lo que iluminó su camino con la linterna de su celular. Aún llevaba el arma en alto por si el desconocido seguía por ahí. Llegó hasta el salón de eventos por la parte trasera. Se quedó estupefacto cuando vio al dragón rojo alzarse detrás del escenario. Su rostro se desencajó al ver a la Mujer vestida de negro que caminaba hacia el centro de forma despreocupada. Buscó la figura de JanDi, y la encontró de pie entre el público, a su lado estaba Takeshi Kaneshiro. Se sintió un tonto al haber pensado que ella era la Viuda Negra, ahora estaba claro que no. La mujer tomó el micrófono, y para sorpresa de todos, se quitó el velo. Su rostro tenía una enorme cicatriz en la mejilla izquierda, parecía un corte con algo filoso. Aún así, eso no impedía reconocer un rostro delicado y bello. La reconoció al instante, nuevamente llegaba a sus vidas, y por lo visto, no buscaba una aceptación, esta mujer tenía los ojos llenos de odio y rencor. En esta ocasión, lo que buscaba era venganza, y sabía muy bien hacia quién, o más bien, quiénes. Recordó la última vez que pudo hablar con ella.

15 años atrás….

Sentía lástima por la mujer que se hallaba tirada en el suelo del salón. Le había confesado a su amigo, el amor obsesivo que tenía por él desde niña. Ellos la habían llamado monstruo en ese entonces, y su Líder acababa de reafirmarlo.

-Lo hice por Ti, siempre ha sido por ti- decía entre sollozos, mientras miraba su libro de dibujos en los que aparecía ella a lado de JunPyo. Había salido del lugar junto con sus amigos, indignado por todo lo sucedido, sin embargo, decidió regresar para pedirle a la chica que se disculpara con JanDi, se sorprendió al encontrarla en el suelo llorando su miseria.

-Deberías entender que eso a él no le importa- le dijo con fastidio alertándola de su presencia. Ella se levantó abrazando el libro sin voltear a verlo.

-¿Para qué regresaste? ¿Vas a seguir humillándome como lo hizo tu amigo? -

WooBin chasqueó la lengua y metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

-No es necesario, acabas de hacerlo tú misma-

Ella se giró para verlo de frente, aún tenía lágrimas en los ojos.

-Solo quería su aceptación. Quería que todo mi sacrificio hubiera valido la pena. Pero El tuvo que fijarse en ella, una mujer pobre e insípida, y yo seguí siendo invisible, un monstruo-

El negó con la cabeza.

-Te menosprecias a ti misma. La belleza no es solo una cara bonita, también reside en tu alma, en tu esencia. JanDi es bella en su interior y es lo que le atrajo a JunPyo. Tú te arreglaste el rostro, pero no el alma, por el contrario, la corrompiste. -

-Para ti es fácil decir eso, siempre has sido hermoso, nadie te ha humillado como a mí-

-Oh Min Ji, empieza a aceptarte y amarte tal y como eres. Éramos unos niños malcriados, pero no creo que fueras fea, sobre todo siendo tan pura e inocente. No tomes en cuenta los comentarios de unos niños inmaduros que no supieron apreciar tu belleza- Se acercó a ella y le tocó la mejilla para limpiar sus lágrimas.

-Es una lástima que este rostro no sea natural, porque es muy hermoso- Ella lo miró fijamente con el ceño ligeramente fruncido.

-¿Crees… que es bello? -

El apretó los labios y asintió lentamente.

-Lo es, pero la belleza se empaña con tu alma rencorosa. Pídele perdón a JanDi y perdónate a ti misma, empieza a desplegar tu belleza. Sé que la Min Ji hermosa e inocente, aún está ahí adentro, solo tienes que dejar que salga-

Ella no respondió nada, bajó la cabeza abrazando más el libro.

-¿Por qué solo había tres de ustedes, donde está el cuarto? - preguntó curiosa.

-El… fue a perseguir a su primer amor, pero me temo que no es correspondido del todo- Ella arrugó el entrecejo y entonces lo miró directamente.

-Si MinJi, no por ser los más bellos, podemos ganar un corazón fácilmente, también somos vulnerables. JiHoo se enamoró de alguien que no le corresponde, a pesar de ser el más hermoso de los F4, tanto por dentro, como por fuera. De los cuatro, es quien tiene el alma más hermosa, y aún así, no puede encontrar el amor-

WooBin pudo ver su mirada de incredulidad. Jamás se había atrevido a hablar de los asuntos personales de sus amigos con otras personas, y sentía haber traicionado la confianza de JiHoo cuando se lo comunicó por teléfono. Pero creía necesario exponer ese claro ejemplo con esta chica, para que ella recapacitara y tratara de reconstruir su vida.

-Es… difícil de creer- Pronunció más para sí misma.

-Si, pero es la realidad- Le extendió la mano invitándola a levantarse. Ella vaciló un momento, pero la tomó.

-Olvida al F4 MinJi, y vive tu vida lo mejor que puedas- Le dijo sonriendo. Ella asintió no muy convencida.

Al parecer esa plática no surtió el efecto que él esperaba. Algo debió suceder para que se convirtiera en esa mujer despiadada con sed de venganza. Vió como posaba la mirada en su amigo, quien se encontraba de pie protegiendo con su cuerpo a los niños y a Jae Kyung.

- ¿Qué pasa F4? ¿Sorprendido? - le hablaba nuevamente a JiHoo.

-MinJi…- dijo en voz alta para confirmar la identidad de la Mujer.

-¡Vaya! Al menos recuerdas mi nombre-

- Solo lo recuerdo como el nombre de la mujer que traicionó a JanDi- MinJi endureció la mirada.

JanDi estaba contrariada. Nunca pensó volver a verla.

-¿Qué demonios hace ella aquí?- le preguntó a Takeshi. Él sonrió alzando las cejas.

- Ella, es la Viuda Negra- JanDi entrecerró los ojos.

-Dijiste que era un señuelo-

-No Florecita, Tu eras el señuelo- La Viuda Negra bajó del escenario y se acercó a JiHoo. Extendió el brazo y le pasó la mano por el rostro. JanDi apretó los puños, ¿Cómo se atrevía a tocarlo? JiHoo se hizo para atrás evitándola.

- Siempre siendo tan esquivo- le dijo riendo. - El más hermoso de los F4, y el segundo líder- dijo mirándolo con lo que a JanDi le pareció envidia - Tal vez debí fijarme en ti primero antes que JunPyo. Sé que no has tenido mucha suerte en el amor a pesar de ser tan bello. Está claro que no eres del gusto de las mujeres - JanDi apretó la mandíbula. ¿Cómo se atrevía a decirle eso?

- Él es el sueño de cualquier mujer. Tú en cambio, siempre has sido despreciada- dijo con determinación Jae Kyung adelantándose para rebatirla.

- ¡Vaya! Ya no tienes miedo por lo que veo. ¿Acaso te enamoraste de él ? – Le preguntó levantando una ceja. Jae Kyung bajó la mirada ante la atenta mirada de JiHoo. Min Ji sonrió cruzando los brazos. - ¡Vaya, vaya! Resultaron ciertas tus deducciones Takeshi. Dime Jae, ¿Te gustaron tus vacaciones? Podrías venir conmigo y tener de nuevo esa experiencia - Jae Kyung agrando la mirada y comenzó a temblar involuntariamente. JiHoo se colocó delante ella para cubrirla.

-¡Déjala tranquila! Y mejor dime, ¿Qué es lo que quieres? – mientras hablaban un grupo de hombres armados entraban al lugar apuntándolos a todos, la gente salía despavorida dejando solo a JiHoo con sus amigos y su personal de seguridad, quienes habían desenfundado sus armas para protegerlo a él y a los suyos. Parecía que se llevaría a cabo una batalla, WooBin envió mensaje al líder de su equipo de seguridad y pidió que se presentaran en el lugar.

MinJi sonrió ante la pregunta de JiHoo y mirándolo directamente le respondió con seriedad.

-Quiero que me entregues al heredero de Shinwa- DoYun se hizo para atrás colocándose detrás de JaeKyung. JiHoo apretó la mandíbula.

-Jamás dejaré que te lo lleves-

JanDi miraba hacia todos lados. Takeshi la miraba de reojo para ver sus movimientos. Arrugó el entrecejo cuando ella miró con preocupación en dirección a su hijo. Después apuntó hacia JiHoo y JanDi hizo lo mismo. MinJi negó con la cabeza.

-Creo que no entendiste F4- le dijo con una sonrisa falsa. WooBin apuntó su arma hacia ella, comprendió a qué se refería. Esto iba a terminar muy mal.

-Volveré a decírtelo. Quiero que me entregues al único y verdadero heredero de Shinwa- JiHoo le sostuvo la mirada, sabía perfectamente a qué se refería. JanDi bajó el arma y miraba con duda a su esposo, es que acaso, ¿El lo sabía? ¿Acaso estaban hablando de…? ¡No, imposible! Su hijo había muerto. Había guardado el cuerpo inerte en su armario. Nunca tuvo el valor de deshacerse de él. Cuando se sentía especialmente inestable, acudía a ese lugar y abría la caja para contemplarla por unos segundos para después guardarla nuevamente. Ella sostuvo su cuerpo sin vida. Y ahora estaban insinuando que estaba vivo. ¡No! JunPyo no pudo haber sido tan cruel. Y encima la obligó a criar a otro niño que no era suyo. Y ahora JiHoo… El… ¡No! Necesitaba una confirmación. Se acercó a pasos agigantados hasta su esposo.

-¿De qué demonios está hablando?- JiHoo la miraba con tristeza. MinJi se cruzó de brazos y miró a JiHoo sonriendo con satisfacción.

-¡Contesta!- le exigió dándole un empujón en el hombro, haciéndolo tambalear.

-JanDi… -

-¿Tú sabías lo de mi hijo? ¿Sabías lo que le pasó?- le preguntó con la voz temblorosa y los ojos encendidos.

-Si, JanDi- contestó con la voz cargada de culpa y tristeza- Ella empezó a derramar lágrimas y apretó los labios.

-Y aún así, te alejaste de mí y me dejaste con mi dolor, con mi tristeza. ¿Cómo pude pensar que eras diferente? ¡Soy una estúpida!-

-¡No, espera JanDi! No es como tú piensas- Intentó rebatirla él extendiendo sus brazos para tratar de tomar sus manos y explicarle.

-¡No me toques!- le dijo elevando la voz y evitando cualquier contacto con él.

-JanDi…- Ella seguía negando cualquier explicación que él pudiera darle.

-¡Oh! Mi querida JanDi. Nunca debiste confiar en los F4. A ellos solo les importa lo que les conviene. Nunca fueron buenas personas - Dijo mirándolo con desprecio. WooBin se acercó con el arma en alto y se puso junto a JiHoo para apuntarla directamente.

-Creo haberte dicho que olvidaras al F4. No sabes en qué te estás metiendo, así que deja de escupir tu veneno-

-Jajajaja- se rio fuertemente - ¿Mi veneno? Son ustedes quienes siguen lastimando a la personas. ¿Acaso dije mentiras? – WooBin no respondió pero no bajó el arma. JanDi no lo podía creer, El también lo sabía. Takeshi se acercó a ella y la tomó por los hombros. Ella no puso resistencia, necesitaba ahora más que nunca un apoyo moral, un consuelo. Y El estaba ahí nuevamente para sanar sus heridas. Se giró hacia él y dejó que la abrazara. JiHoo apretaba los puños al ver como ese idiota consolaba a su esposa. Takeshi sonreía y negaba con la cabeza.

-Muy mal Senador- le dijo- parece que no sabe que lo esencial para que un matrimonio funcione, es la confianza-

-¡Suelta a mi esposa!- le dijo rechinando los dientes.

-Primero, dígale toda la verdad, y si después de eso, ella quiere ir con usted, no me opondré- JanDi levantó la vista y se giró hacia JiHoo aún abrazada de Takeshi.

-¿Qué verdad?- preguntó arrugando el entrecejo. MinJi se acercó a ella y la miró con lo que parecía lástima.

-Tu esposo no te ha dicho que tu hijo está vivo, y además, es el único que sabe dónde podría estar- JanDi la miró con el entrecejo fruncido y lágrimas contenidas, buscó la mirada de su esposo para comprobar que ella mentía. Pero ver cómo pasaba saliva moviendo su manzana de Adán arriba y abajo apretando los labios para no responder, le dio a entender que todo era cierto. Se soltó del agarre de Takeshi y fue hacia él, levantó su mano y le dió con la palma en la mejilla, haciendo que girara la cabeza a un lado por la fuerza del golpe. Las lágrimas salían descontroladas mientras cerraba sus puños y los estrellaba en su pecho y abdomen. JiHoo no oponía resistencia.

-¿Por qué? – le decía mientras lo golpeaba - ¿Por qué me ocultaste todo esto? – El se logró recomponer y le tomó las manos para evitar que siguiera golpeándolo.

-¡Lo siento! ¡No quise decirte nada hasta estar seguro! Pero estás equivocándote. Las cosas no son como piensas. ¡Escúchame!- JanDi se soltó de su agarre y fue nuevamente con Takeshi, le quitó la pistola que le había dado y apuntó a JiHoo con ella.

-¿Dónde está?- le preguntó mirándolo furiosamente.

-¡No lo sé!- contestó sinceramente.

-¡Mientes! – le dijo ella. Ya no creía en sus palabras.

-JanDi, de verdad no sé – le contestó derrotado.

JanDi lo miró y después a un costado detrás de él. Se acercó de forma desprevenida, y tomó a DoYun de la mano acercándolo a ella. Lo apuntó con la pistola en la sien, el niño no tenía ninguna expresión, y en cambio, mantenía la cabeza baja.

-Tienes tres días para entregármelo o de lo contrario tu querido ahijado sufrirá las consecuencias-

-JanDi, déjalo. Tu dolor te está cegando, tú no quieres hacerle daño-

-¡Cállate! ¡Tú no sabes nada, es tu culpa que yo me haya convertido en lo que soy ahora! Mi Bombero me abandonó hace mucho tiempo, y me dejó morir lentamente –

-JanDi dame a DoYun, El es quien menos culpa tiene en todo esto – le decía acercándose a ella. Pero JanDi retrocedía sosteniendo al niño, Takeshi se acercó y quiso detener a JiHoo, pero WooBin lo apuntó con la pistola para que no se acercara más. En ese momento llegaron los refuerzos y todos estaban en alerta. MinJi habló de nuevo.

-Bueno F4. Ya escuchaste a JanDi, tienes tres días, o de lo contrario, tu niño morirá-

Takeshi también lo miró.

-El reloj sigue corriendo, te quedan 6 días para que me des el anillo, así que no olvides tus tareas- MinJi se colocó de nuevo el velo y se giró custodiada por varios hombres armados, JanDi se había alejado lo suficiente con DoYun y Takeshi los siguió. JiHoo no podía permitir que su pequeña familia se fuera con esa gente desalmada. Le arrebató la pistola a WooBin y los persiguió apuntándolos con el arma.

-¡JanDi!- gritó. Ella se giró hacia él, aún tenía lágrimas en los ojos.

-¡No hagas esto! Vuelve conmigo. Lo resolveremos juntos. Somos una familia, y las familias permanecen unidas- Ella lo apuntaba con el arma y él hacía lo mismo. Sin embargo a ella le comenzó a temblar la mano y la barbilla. JiHoo se dió cuenta y bajó el arma. Se acercó despacio sin quitarle la mirada.

-¡Me mentiste! Y a la familia nunca se le miente- le contestó ella con la voz entrecortada y temblorosa.

-No quise hacerlo. No quería causarte un dolor innecesario. ¡Vuelve conmigo cariño! – JanDi comenzó a temblar, su cuerpo ya no podía controlar el llanto, la mano que sostenía la pistola comenzó a bajar poco a poco. Estaba a punto de ceder ante él cuando ambos fueron sorprendidos por una voz, que hasta el momento, había permanecido al margen de todos.

-No somos una familia. Nunca lo hemos sido – se escuchó la voz de DoYun, su tono siempre optimista y dulce, había sido reemplazado por uno amargo con resentimiento.

-DoYun… - dijo JiHoo. El levantó la mirada provocando un hueco en el estómago del adulto al ver la dureza con que lo observaba.

-Sabías que no era su hijo, sabías por qué ella me rechazaba. ¿Acaso todo tu cariño que dices sentir por mí, es por lástima? –

-DoYun no te equivoques. Mi cariño es sincero –

-No quiero tu cariño ni el de nadie, estabas solo fingiendo hasta que llegara el verdadero heredero-

-¡No es verdad!- le replicó JiHoo. JanDi estaba estupefacta. Nunca había visto tanta frialdad en su hijo adoptivo. Estaba claro que nadie había reparado en lo que estas revelaciones habían provocado en él. Ella tenía su propio dolor, pero él también estaba sufriendo al conocer la verdad. MinJi y Takeshi se interpusieron entre ellos.

-Vete de aquí F4 – le dijo – ya no tienes familia. Así que limítate a hacer tu parte.

-Voy a recuperarlos- le dijo con determinación.

-Dudo que lo logres. Mejor cuídate la espalda y la de los que aún te son leales. Antes de que también los pierdas – JiHoo levantó nuevamente el arma y la apuntó con ella.

-¡Devuélvemelos! - le gritó, a lo que ella respondió con una carcajada.

-¿No te has dado cuenta? Son ellos los que ya no quieren volver - le contestó, y con tranquilidad, se giró para seguir su camino. WooBin no se rindió y disparó el arma en dirección a Takeshi que libró la bala por milímetros. Eso fue el detonante para que empezaran a disparar a diestra y siniestra, MinJi y los demás corrieron hacia la salida, siendo cubiertos por varios de sus hombres disparando sus armas de fuego para protegerlos. JiHoo se lanzó a la persecución seguido por WooBin, mientras que el cuerpo de seguridad de JiHoo lo cubría, estaban a punto de alcanzarlos pero una bala casi alcanza a JiHoo lo que hizo que su escolta lo tomara con fuerza para sacarlo de la línea de fuego. JiHoo forcejeó alegando que tenía que llegar hasta su familia, pero sus guardias se lo impidieron.

-Es por su seguridad Senador - le dijeron. Derrotado dejó que lo llevaran a un vehículo blindado siendo acompañado por WooBin. Permanecía con la cabeza baja mirando la alfombra del vehículo, sus manos juntas apoyadas en su sien indicaban el estado de consternación en el que se encontraba. WooBin se dió cuenta de lo importante que eran JanDi y DoYun para su amigo, le dolió verlo tan desesperado. Le palmeó la espalda para darle apoyo.

-Estarán bien. No les harán nada, no les conviene-

-Voy a recuperar a mi familia- le contestó aún con la cabeza baja. No era un deseo, era una afirmación, y WooBin lo sabía. Hizo un asentimiento de cabeza aprobando lo que él había dicho.

-Necesitamos un plan- le respondió.


Estacionó el auto en el mismo sitio donde lo había puesto la última vez. Aún se sentía inseguro por haber dejado a GaEul sola en casa, presentía que su embarazo pronto finalizaría. Los hombres de WooBin ya lo estaban esperando, por lo que hizo la misma rutina de entregar las llaves de su auto y caminar por el estrecho camino lleno de árboles hasta la flamante casa frente al lago. Estaba entrando cuando vio que los hombres se veían contrariados y se comunicaban unos con otros por el intercomunicador con urgencia, iniciando una movilización entre ellos. Varios vehículos salieron apresurados rechinando llantas en los que abordaban varios de ellos con las armas desenfundadas. Arrugó el entrecejo y le preguntó a quien lo estaba guiando.

-¿Pasó algo? ¿WooBin está en camino? –

-El Príncipe Song solicitó refuerzos – contestó el hombre mientras hablaba por el intercomunicador. YiJeong se preocupó, ¿habrá sucedido algo en la fiesta del Senado? Estaba inquieto así que decidió llamar a JiHoo, pero no respondió la llamada. Esto no parecía bueno. Decidió marcar el número de WooBin.

-¿YIJeong? ¿Estás en la casa?- contestaron del otro lado.

-¡Si, aquí estoy! ¿Qué sucedió?-

-¡Espera ahí! Ahora te explico –

La llamada se cortó, dejándolo inquieto. Comenzó a dar vueltas por la sala donde se reunieron la última vez. Había una biblioteca así que se acercó para revisar algunos libros, solo para matar el tiempo. Le llamó la atención uno, parecía hecho a mano, las hojas se veían antiguas y amarillentas, estaba escrito a mano con algunos dibujos con trazos muy irregulares. Pasaba las hojas y trataba de leer la caligrafía desprolija;

-Hoy es mi primer día…estoy nerviosa, mi mamá dice que estaremos mejor aquí, aún no entiendo por qué no está papá con nosotros, me pregunto si vendrá a verme…

-…. Ya llevo una semana y aún no tengo amigos, como quisiera que mi hermano estuviera aquí… hoy vi al niño más lindo de la escuela, fue de casualidad, creo que él apenas llegó porque no lo había visto antes…

Las frases seguían y la caligrafía iba mejorando poco a poco, los dibujos también. Se le hizo familiar el dibujo del niño, se preguntaba quién era la autora del diario, su curiosidad lo llevó a seguir leyendo.

Por primera vez hablé con él, pero estoy tan triste, me llamó monstruo después de que lo salvé de un insecto, ¿de verdad estoy tan fea? Todos se rieron de mí, me siento muy mal, él es muy guapo pero es muy malo, quiero ir a casa con mi hermano y mi papá…

Adelantó varias páginas

Es la quinta cirugía, duele mucho… mi hermano dice que vale la pena, desde la muerte de nuestro Padre, él ha estado apoyándome, Mamá no está muy contenta, dice que podría volverme como él, no lo sé, él se ve muy seguro de sí mismo, es muy guapo, ¿por qué yo no fui así? Tengo que someterme a estos procedimientos para mejorar mi rostro, ojalá hubiera nacido bella…

Regresé a esta escuela, ya me había acostumbrado a Japón, mi rostro es otro, estoy ansiosa por verlo y que conozca mi nueva yo, estoy segura de que ya no soy un monstruo, ahora se enamorará de mí…

-Esta chica está obsesionada- pensó YiJeong para si, así que siguió leyendo.

La chica nueva se hizo mi amiga, es curioso que aún con otro rostro, no pueda tener amigos, pero es que la gente me da miedo, pero ella es diferente, me siento cómoda cuando hablamos…

Una página estaba pegada con cinta, al parecer había roto la hoja y luego la volvió a pegar, tenía rayones y manchones de pintura, la letra estaba escrita de forma desordenada y con mucha firmeza, algunas letras traspasaban el papel como si hubiera afirmado con demasiado ímpetu el bolígrafo.

… ¿Por qué ella? ¿Por qué tuvo que fijarse en ella? No es bonita, ni tampoco es refinada. ¿De qué sirvió que me arreglara el rostro si sigo siendo invisible? ¡Te odio JanDi!…

YiJeong al fin sabía de quien se trataba, se preguntaba qué hacía el diario de esa chica en la biblioteca de los Song, pasó las páginas para saber qué escribió al final.

… Es horrible estar en este hospital, mi rostro volvió a dañarse, otra vez soy un monstruo, pero ahora es por culpa de ese F4, mi hermano me dijo todo, él es el culpable de la muerte de nuestro padre. También él se enamoró de ella, ¿Por qué? ¿Qué tiene ella de especial? Al menos sé que está sufriendo como yo por haber sido despreciado, pero quiero que sufra más. Debe pagar por lo que me hizo, y por habernos quitado todo, mi madre ha muerto también por culpa suya. Es injusto que viva bien y con ese hermoso rostro, no me había fijado de lo bello que es, el más hermoso de los F4, odio a la gente que se ve bien sin merecerlo. Le quitaré todo, incluso haré que sufra de amor, voy a obligar a JanDi a que esté con él, pero primero debo convertirla en un ser despreciable para que lo haga sufrir, ahí pagará todo, será mi venganza…

El libro terminaba.. quedaban muchas hojas en blanco. Al parecer MinJi había planeado una venganza contra JiHoo, se preguntaba qué pudo haberle hecho para que ella lo odiara de esa manera. Se escuchó un bullicio en la entrada de la Casa, se asomó por la ventana y pudo ver a sus amigos. Pronto la puerta de la habitación en la que se encontraba se abrió y por ella entraron WooBin y un JiHoo con la cabeza baja y desaliñado.

-¿Qué sucedió?- preguntó en cuanto los vió. JiHoo no contestó, se sentó en el sofá y enterró la cabeza entre las manos. WooBin fue quien se acercó a él y respiró hondo antes de ponerlo al tanto.

- La Viuda Negra se apareció en la Fiesta –

YiJeong arrugó el entrecejo.

-¿JanDi? – WooBin negó con la cabeza.

-Hemos estado equivocados, JanDi no es la Viuda Negra, o al menos, no la que pensábamos –

-Entonces… ¿Quién es? –

-MinJi – Contestó JiHoo aún con la cabeza baja.

-¿MinJi?- preguntó YiJeong. A lo que WooBin le respondió con un asentimiento de cabeza.

-Pero… ¿y las pruebas que tenemos?- luego se dirigió a JiHoo – Además, sé que la has estado encubriendo, ¿Crees que me tragué el cuento de que te golpeaste con la esquina del bar ese día? - JiHoo se puso de pie para enfrentar a YiJeong.

-Ya lo dijo WooBin, estábamos en un error- Yi Jeong le sostuvo la mirada y luego soltó una risa irónica. Levantó una ceja y se cruzó de brazos.

-Tu debilidad por ella al final se hizo presente. Tal vez MinJi sea la Viuda Negra como ustedes dicen. Pero JanDi sigue pareciendo culpable de la muerte de JunPyo. ¿Ya se les olvidó quien le pagó al proveedor de Hakik? ¿Se te olvidó acaso cómo murió JunPyo? Sabes perfectamente que según el informe de la policía, JanDi fue la última persona que estuvo con él antes de morir. Y tú y yo sabemos que él no murió de causas naturales, y tampoco fue un suicidio – le dijo enfatizando la última frase.

-Ella no lo hizo – replicó JiHoo. YiJeong volvió a sonreír.

-No sé cómo puedes decirlo con tan tan seguridad –

-JanDi ha sufrido YiJeong, y nosotros la abandonamos, JunPyo la abandonó en su momento más vulnerable. Ella solo ha sido víctima de las circunstancias –

WooBin suspiro y se interpuso entre ambos.

-Creo que es hora de decir todo lo que sabemos. Además, necesitamos un plan para deshacernos de ellos, y recuperar a DoYun y a… JanDi-

Esto pareció convencer a YiJeong y JiHoo relajó su postura.

-¿Por qué recuperarlos? – preguntó YiJeong.

-Ellos, están con MinJi y Takeshi – respondió JiHoo

-¿Los secuestró?- volvió a preguntar

-No, ellos se fueron por voluntad propia – Reiteró WooBin

-Entonces, no entiendo –

-Déjame te explico – dijo WooBin.

-No tengo idea de cómo MinJi está enterada de que DoYun es un niño adoptado, y que el verdadero hijo de JunPyo y JanDi sigue vivo en otra parte. Ella reveló todo esto, y además.. –

-… Además puso en evidencia de que yo estaba enterado, y que sé dónde está ese niño…- completó JiHoo.

-¿Y lo sabes? – le preguntó de vuelta. JiHoo los miró a ambos y soltó un suspiro.


Se sentó en la mesa de la cocina. Sentía malestar, no podía estar ni sentada ni acostada, estaba inquieta. Después del mareo que sufrió, YiJeong hizo que se recostara. No quería dejarla, pero ella le dijo que fuera a la reunión con sus amigos, parecía importante. Lo tranquilizó diciéndole que todo estaría bien, tenía gente que la cuidaría en casa por si algo llegara a suceder. Estaba nerviosa e insegura, pero no quería preocupar a su esposo, y mucho menos, detenerlo en algo que quizás era vital para ellos. Tomó un vaso con agua y comenzó a beberlo poco a poco. Una punzada en su vientre hizo que se doblara un poco. Quiso sorber un poco más de agua del vaso pero terminó resbalando y cayendo al suelo, derramando toda el agua. Otra punzada aún más fuerte no permitió que siguiera bebiendo con tranquilidad, cerró los ojos con fuerza para esperar a que el dolor cediera. Un sudor frío comenzó a perlar su frente, mientras le temblaba el cuerpo debido al repentino malestar que ahora empezaba a agobiarla. Se inclinó hacia adelante resoplando una y otra vez, y poco a poco, el dolor fue cediendo. Buscó el reloj de pared para contar los minutos. Había estudiado perfectamente todas las señales del momento culmen de su embarazo. Sabía que después de 45 minutos podría venir un nuevo dolor, lo que indicaba que el final era evidente. Cuando hubo pasado el doloroso momento se encaminó a su recámara para intentar llamar a su esposo. Intento varias veces pero no tuvo éxito, el número estaba fuera del área de servicio. Tal vez donde se encontraba no llegaba la señal telefónica. Decidió bajar para avisar a la servidumbre. En ese momento llamaron a la puerta, algo que se le hizo muy extraño por la hora, era casi media noche. Debido a que todo el personal se hallaba descansando, decidió ir a abrir ella misma. Se sorprendió de ver al esposo de JunHee.

-¡Lim Wong! ¡Que sorpresa! ¿Vienes a ver a YiJeong? – Le preguntó reteniéndolo en la puerta. Le daba un poco de desconfianza dejarlo entrar. El sonrió pero a GaEul le pareció que era por nerviosismo.

-Si, perdón GaEul por venir a estas horas. Pero es urgente que hable con tu esposo- Algo le decía a GaEul que era mejor no ser sincera en esta ocasión.

-¡Oh, que pena Lim! Pero YiJeong tuvo un día pesado, así que se acostó temprano. Está dormido, yo estoy despierta porque bueno, ya sabes, el embarazo es cada vez más incómodo - le dijo riendo – Pero puedes darme el recado y yo le digo cuando despierte -

-¡Está bien!, no te preocupes, mejor dile que se comunique conmigo lo antes posible –

-¡Claro! Le daré tu recado –

-¡Bien! Descansa GaEul –

-Si, ¡Gracias! ¡Igualmente! –

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando se dobló nuevamente al sentir una nueva contracción.

-¡auchh! – dijo mientras cerraba los ojos y se inclinaba hacia adelante. Lim Wong se apresuró a auxiliarla.

-¡GaEul! ¿Qué tienes? ¿Es tu bebé?- Ella le hizo un ademán con la mano para que no le diera importancia.

- No te preocupes, ya pasará, estas cosas tardan - le dijo. Pero después de decirlo ya no estaba tan segura de sus palabras, un líquido blanco comenzó a escurrir entre sus piernas.

- ¡Oh, no bebé! – dijo para sí misma. Lim Wong abrió mucho los ojos al ver lo que sucedía y tomó a GaEul por los hombros para acercarla a él.

- ¡Oh por Dios! Vamos te llevo al hospital –

- ¡No! Llama a emergencias, le diré a YiJe…. ¡ahh! – el dolor era más severo cada vez y venía con más frecuencia.

- Vamos GaEul, yo le llamo a YiJeong desde el hospital – Ella no opuso resistencia esta vez, no confiaba mucho en él, pero ¿Qué podía hacer? Su esposo no estaba, y ella había iniciado la labor de parto.

- ¡Está bien! – respondió dejándose guiar por él.


-¿Entonces? – preguntó YiJeong al ver que JiHoo no hablaba. Este metió las manos en los bolsillos del pantalón, y fue hacia el bar que estaba en el salón. Se sirvió una copa de coñac, y apretó los ojos al sentir el líquido pasar por su garganta.

-En mi viaje a Suecia… - comenzó a decir - Encontré el orfanato clandestino donde fue llevado el hijo de JunPyo o eso tenía entendido - Se giró hacia ellos y los miró directamente para continuar contando su experiencia - El lugar es horrible, los niños antes de ser vendidos, están en cuartos con condiciones deplorables. Sufren todo tipo de maltratos y abusos, y debido a esto, algunos no lo soportan y mueren, sobre todo los más pequeños – Lanzó un suspiró antes de proseguir – Conseguí los archivos, leí una parte, pero los datos no son muy esperanzadores, temo que al final, el bebé no haya sobrevivido. Por eso preferí no decir nada, sobre todo a JanDi, no es justo que se ilusione y al final todo siga igual –

-¿Puedes mostrarnos los documentos? –

-Los tengo en mi caja fuerte. Podemos ir a buscarlos –

-Hoy no creo que sea prudente. Tu casa debe estar vigilada. Tenemos que ver la manera de entrar sin ser vistos – comentó WooBin. JiHoo seguía bebiendo con la mirada perdida. YiJeong se dió cuenta por lo que volvió a abordarlo –

-¿Sucede algo? –

-Takeshi quiere un anillo, dice que era de su familia y que yo lo tengo. Pero no sé de qué habla, lo juro. Estoy seguro que por eso se puso de acuerdo con MinJi para sacar a la luz lo del bebé de JunPyo, y así poner en mi contra a las personas que me importan. Él dijo que me quitaría lo que más amaba, para obligarme a entregarle lo que quiere –

-¿Estas seguro que no sabes nada del anillo? ¿El abuelo no te dio nada antes de morir? –

- Solo… documentos de mi herencia y los papeles de la clínica – respondió con tono desalentador.

-¿Qué tiene que ver Takeshi con MinJi? – preguntó YiJeong – Cruzó sus brazos y puso una mano en su barbilla, lo que indicaba que estaba concentrado analizando la situación – Entiendo que MinJi nunca olvidó lo que sucedió en la secundaria, y de algún modo, quiera desquitarse. Tú dijiste que Takeshi quiere recuperar lo de su familia y afirma que tienes algo que les pertenece aunque tú no sepas por qué y al mismo tiempo, ¿Por qué tu familia tendría algo de ellos? Y también, que tiene que ver ese japonés con MinJi - todos se hallaban meditando las palabras de YiJeong. WooBin fue el primero en hablar.

-Takeshi pertenece a la Mafia Japonesa, y el símbolo que apareció hoy detrás de MinJi, era el símbolo de los Yakuza -

-Entonces… ¿MinJi es miembro del clan? – WooBin levantó los hombros.

-Me temo que si –

-Pero, eso quiere decir que JanDi también es… -

-¡No lo es! O al menos, aún no es miembro activo – respondió JiHoo.

-¿Cómo estas tan seguro? – preguntó YiJeong. WooBin busco los ojos del más sensato de sus amigos, quería confirmar sus sospechas, y sintió alivio cuando encontró la verdad en su mirada. Por lo que le respondió al alfarero.

-Ella no tiene la marca que los caracteriza. Todos los miembros activos, poseen un marca de dragón en forma de cicatriz en alguna parte de su cuerpo, la mayoría de los hombres la tienen en la nuca, pero las mujeres suelen utilizar lugares más ocultos, para pasar desapercibidas – explicó WooBin –

Yi Jeong volteó hacia JiHoo y entendió el por qué de su seguridad. Respiró hondo y asintió levemente.

-Bueno, un problema menos, pero tal vez, solo es cuestión de tiempo para que se convierta en uno de ellos –

-¿Es que siempre vas a desconfiar de ella? - le preguntó JiHoo enfrentándolo de nuevo.

-Tengo miles de motivos para desconfiar. Desde hace muchos años, JanDi dejó de ser la chica noble y tierna que fue en la secundaria –

-¡Basta! – gritó WooBin – No nos ayuda discutir y desconfiar entre nosotros. Yo pienso igual que JiHoo, creo que JanDi más que parecer culpable, es también una víctima, tal vez las circunstancias la orillaron a confiar en las personas equivocadas –

-¿En serio? ¿Debemos confiar entre nosotros? – preguntó YiJeong de forma sarcástica. WooBin lo miró con el entrecejo fruncido – Entonces empecemos por sincerarnos. Dime entonces, ¿Por qué tienes el diario de la persona que planea acabar con nosotros, guardado en tu biblioteca? - le preguntó ofuscado.

-¿De qué hablas? – lo cuestionó WooBin.

-Hablo de esto – le respondió azotando el libro que acababa de leer, tirándolo sobre el escritorio en el centro de la sala. WooBin lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo, lo reconocía. Era el mismo que le había visto a MinJi ese día que la encontró llorando en el suelo. ¿Por qué estaba en su biblioteca? O más bien ¿De dónde lo había obtenido su Padre?

-Es… el diario de MinJi… - les dijo – no sé como llegó aquí. Pero voy a averiguarlo – afirmó. JiHoo se colocó junto a él y tomó el libro para hojearlo, leyó algunas páginas y después lo cerró para devolvérselo a WooBin, arrugó el entrecejo y se dió la vuelta. Se quedó mirando un rato hacia la pila de libros perfectamente ordenados en los estantes. Luego habló en voz alta.

-El diario habla de un hermano… en Japón – Tanto YiJeong como WooBin se miraron entre sí y luego voltearon hacia JiHoo. Ambos alzaron las cejas cuando al fin comprendieron lo que su amigo quiso decir, por lo que dijeron al unísono;

-Takeshi –

A lo que JiHoo respondió afirmando con la cabeza.


Habían llegado al hospital, GaEul le pidió a Lim Wong que llamara a su esposo, sentía que el bebé nacería en cualquier momento. Entró a la sala de parto y no reconoció al personal médico.

-¿Dónde está el doctor Lee? – preguntó. Pero parecía como sin nadie la hubiera escuchado.

-¡Oigan! ¡Quiero al doctor Lee! ¡Ahhhh! – Volvió a decir ya desesperada. En ese momento entró Lim Wong con una bata de hospital, cubrebocas y un gorro. Ella lo miró con el entrecejo fruncido.

-¿Encontraste a mi esposo? ¿Le avisaste? – le preguntó

-Si, no te preocupes. Ya viene en camino. Pero los doctores solicitaron a algún familiar para que esté contigo en el parto, y si no te molesta… - Ella lo miró con desconfianza pero los dolores eran cada vez más intensos, ya no podía pensar con claridad, solo quería que todo terminara.

-Está bien – El quiso tomarla de la mano, pero ella no lo aceptó. Prefirió sostenerse de las barras de la camilla para soportar el dolor de cada contracción. Buscó con la mirada nuevamente a su doctor pero no lo halló.

-¿Quiénes son ellos Lim? ¿Dónde está mi doctor? No reconozco el lugar. ¿A qué hospital me trajiste? - le preguntaba.

-¡Estas en buenas manos! ¡no te preocupes! Todo saldrá bien – le decía. Ella asintió no muy convencida. Sin embargo, se puso en alerta cuando vio como una enfermera se acercaba a ella con una jeringa. Se sentó de golpe y trató de alejarse.

-¿Qué hace? – dijo casi gritando – yo solicité un parto sin privilegios, no quiero anestesia, quiero ver cuando mi bebé nazca – les informó.

-Es para que te relajes un poco – le dijo Lim Wong.

-¡No quiero! ¡No me inyecte! – decía GaEul con desesperación. Abrió los ojos horrorizada al ver como los demás enfermeros empezaron a atarla a la camilla con cuerdas y grilletes.

-¿Qué hacen? ¿Quiénes son? – gritaba con desesperación. Alguien le puso una cinta en la boca para evitar que siguiera hablando, y sin que ella pudiera hacer nada, sintió el pinchazo de la aguja en su brazo, poco a poco sus párpados se hicieron pesados, después de un momento, todo se volvió oscuro.