No exagero cuando afirmo que me siento agradecido por poder saldar mis cuentas a fin de mes y llevar una vida independiente, pero a veces, la rutina se vuelve tan abrumadora que anhelo algo más. Reconozco profundamente los sacrificios que mis padres hicieron por mí, especialmente Zecora... Hace mucho que no pronunciaba ese nombre. Ella me enseñó la importancia de la perseverancia frente a los obstáculos. Han pasado al menos diez años desde la última vez que la vi, y aún sigue siendo una fuente de inspiración. De alguna manera, encuentro paralelismos entre Equestria y el mundo real, aunque obviamente sin la magia ni las criaturas fantásticas. He invertido mi tiempo libre en el estudio de la herbolaria. La simple mención de Zecora y Lightshine me llena de nostalgia... ¿Me recordarán aún? ¿Tendré la oportunidad de volver a verlas? El motivo por el cual Celestia me necesitaba sigue siendo un misterio para mí; solo recuerdo despertar en una habitación de hospital. Suspiré mientras ajustaba mis lentes. No puedo permitirme distraerme así; el día ha pasado en un abrir y cerrar de ojos.
Un agudo dolor en el pecho me asaltó, acompañado de un incómodo déjà vu al encontrarme atrapado en medio de un bosque... ¿Acaso he muerto? ¿Caí nuevamente en coma? ¿Eso... fue un grito? Se escuchó cerca. Debo ser precavido con mis acciones; si es como la última vez, aún debo conservar mis pertenencias: mi teléfono, una caja de cigarrillos y un encendedor. Con la linterna del móvil como única guía, me adentré más en el bosque. Quizás no sea la decisión más sensata, pero en este punto no tengo nada que perder. Me paralicé al presenciar cómo unos lobos de madera acorralaban a una potranca, cuyos ojos se clavaron en mí a través del resplandor de la linterna. Retrocedieron lentamente, pero un rugido distante pero imponente los hizo huir. Mi cuerpo temblaba; aún me aterran esas criaturas. Tomé una profunda bocanada de aire y me concentré en ella.
-¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?-pregunté con suavidad, notando su evidente temor. Claramente estaba aterrada, aunque no sé si es por lo que acaba de pasar o por mí-Tranquila, no te haré daño, lo prometo-
-¿Es una Pinkiepromesa?-inquirió, buscando seguridad en mis palabras.
-Sí, una Pinkiepromesa-respondí, esperando que mis palabras la calmaran. La potranca pareció relajarse un poco ante mi respuesta-Gracias... pensé que iba a ser mi fin-susurró con voz temblorosa.
-¿Cómo te llamas?-pregunté, tratando de mantener la conversación y distraerla de la tensión del momento.
-Soy Applebloom-respondió, mirándome con curiosidad.
-¿Cómo llegaste a encontrarte en esta situación?-pregunté, intentando comprender lo ocurrido.
Applebloom titubeó por un momento antes de responder-Estaba jugando con mis amigas cerca del bosque y me perdí. Los lobos de madera me siguieron y me acorralaron aquí-explicó, su voz quebrándose al recordar el evento. Decidí que necesitábamos encontrar una salida lo antes posible.
-Bien, Applebloom, debemos encontrar una forma de salir de aquí-
Durante el camino, pude recolectar una generosa variedad de plantas con las que podría hacer un ungüento; la diversidad en el Everfree me sorprendió, tanto las plantas normales como las místicas. Pronto encontré una pequeña cueva donde podríamos refugiarnos al menos por esta noche.
-¿Qué estás haciendo?-preguntó.
-Estoy preparando una pomada para tu torcedura-respondí.
-¿Qué eres? Nunca había visto algo como tú. ¿Eres un mono súper desarrollado?-inquirió con curiosidad. No pude evitar soltar una risa ante su ocurrencia.
-Si quieres verlo así, pero me gusta más el término "humano"-contesté con una sonrisa.
Me miraba con curiosidad-¿Usas lentes? Tengo una amiga que también los usa-
-Mi vista no es la mejor del mundo, por eso los necesito-expliqué mientras terminaba de preparar la pomada. Intenté untarla en su herida, pero ella retiraba su casco con miedo.
-No puedo curarte si alejas tu patita-dije, respirando hondo mientras estiraba suavemente su pata hacia mí.
-esto… no arde-comentó.
-Es resultado de años de práctica. Eso debería ser suficiente por ahora. Deberías descansar, yo vigilaré la entrada-le sugerí.
-¿Pero qué hay de ti?-preguntó preocupada.
-Tranquila-me senté a la entrada de la cueva, con ramas caídas hice una fogata, encendí un cigarro.
Pasaron las horas. Applebloom se había quedado dormida hace rato. Todavía no podía procesar lo que había pasado. Ni siquiera noté cuándo se había acabado el cigarrillo. Guardé el filtro en la caja. Entonces, escuché el crujir de unas ramas. ¿Acaso este día no iba a terminar?
-¡Maldita sea!-grité cuando una luz blanquecina me cegó-¡Esperen, por favor!-
MINUTOS ANTES.
-¡Vamos chicas, Applebloom no pudo haber ido tan lejos; debemos encontrarla!-expresó Applejack con evidente preocupación por su hermana menor. Y con razón, el bosque Everfree es tan impredecible.
La preocupación se reflejaba en cada una de sus miradas, sabiendo que el bosque podía ser peligroso, especialmente para alguien tan joven como Applebloom.
Rainbow Dash volaba sobre nosotras, buscando cualquier señal desde el aire. Use mi magia para visualizar los alrededores en busca de cualquier indicio de su paradero. Fluttershy, con delicadeza, intentaba llamar a Applebloom en voz baja, temiendo asustarla si se encontraba cerca.
Después de un tiempo de búsqueda frenética, Rainbow Dash divisó un rastro de humo entre los árboles. Descendió rápidamente y señaló hacia esa dirección-¡Allí está! ¡Síganme!-gritó, liderando al grupo hacia donde había visto el humo.
Nos dirigimos hacia la fogata que habíamos divisado, pero lo que encontramos nos dejó perplejas. Una criatura desconocida estaba junto al fuego, y antes de que pudiera reaccionar, le aturdí con un hechizo.
-¡Esperen, por favor!-gritó la criatura, deteniéndonos en seco.
Nos miramos entre nosotras, indecisas sobre cómo proceder. Por un lado, la criatura era desconocida y podría representar un peligro, pero por otro lado, su súplica nos llevó a cuestionar si estábamos actuando correctamente.
-¿Qué deberíamos hacer?-preguntó Fluttershy, con su voz suave llena de preocupación por el bienestar de la criatura.
-Debemos asegurarnos de que no represente una amenaza para nosotras o para el resto del pueblo-dije evaluando la situación con atención-Pero también debemos recordar que no conocemos sus intenciones-
-¿Quién eres y qué estás haciendo aquí?-preguntó Rainbow, adoptando una postura protectora frente a nosotras.
-Solamente estoy perdido-respondió la criatura.
-¡Applebloom! ¿Estás bien?-exclamó Applejack quien se escabulló dentro de la cueva.
-¡Eso la tenía retenida!-exclamó Rainbow mientras se acercaba a la criatura.
-Esperen, es un gran malentendido…- intento explicar, pero antes de que pudiera terminar, fue derribado por la espalda.
HORAS DESPUÉS.
Al recobrar el conocimiento, me encontré atado de pies y manos en una habitación desconocida. Escuché una discusión en la habitación contigua, donde varias yeguas debatían sobre mi situación.
-…tienen que escucharme, él me salvó y me cuido-escuché a Applebloom decir.
-Debemos asegurarnos de que no sea una amenaza… Rainbow fue con Zecora para…-mencionó otra voz, nombrando a Zecora… ella siempre mantuvo su distancia con los pueblerinos. Intenté liberarme de las ataduras, pero eran demasiado fuertes. Sin embargo, caí del pequeño mueble donde estaba acostado, llamando la atención de las yeguas que estaban discutiendo.
-¡Alto! ¡Deben soltarlo!-intervino Applebloom, colocándose entre ellas y yo.
-Applebloom, es peligroso, vete a tu habitación ahora mismo-le ordenó la rubia.
-Lo siento tanto. Esto es por mi culpa-se disculpó Applebloom.
-Espera… creo que debemos volver a intentar hablar con él-propuso la unicornio.
-¿Estás segura?-preguntó con incertidumbre.
-Si Applebloom dice que la salvó… es lo menos que podemos hacer-respondió con decisión.
Me quitaron la mordaza y me ayudaron a levantarme. Después de una breve conversación, me desataron.
-Te debemos una disculpa, nos precipitamos al… atacarte-se disculpó quien parecía ser la líder.
-Está bien, supongo que habría hecho lo mismo en su lugar-respondí con calma.
-Tu nombre es… ¿David, verdad?-preguntó pegaso peli Rosado con amabilidad.
-Sí, ¿ustedes son…?-pregunté, curioso por conocer al grupo.
Cada una de ellas se presentó, y entonces Applejack se acercó a mí con evidente remordimiento.
-De verdad lamento mucho lo que pasó, no pensé claramente cuando vi a Applebloom en esa aterradora cueva-se disculpó sinceramente.
-No te comas la cabeza con ello, ya se aclaro el asunto, sin rencores-respondí, intentando calmarla.
-…Debes estar hambriento. Prepararé algo… ¿Qué es lo que comes?-preguntó Applejack, ofreciéndome su hospitalidad como agradecimiento.
-Cualquier cosa que no sea heno está bien-respondí con una sonrisa.
La puerta se abrió en par y entró una pegaso de color cian con crin de arcoíris.
-Chicas, Zecora viene para acá, se alteró cuando le describí a la cosa que…-paró en seco al verme libre-¿Me perdí de algo?-
De golpe, entró Zecora, su respiración agitada y un cierto brillo de lágrimas en sus ojos al verme. Se abalanzó sobre mí con un fuerte abrazo.
-Extrañé tanto verte, creí que no te volvería a ver-dijo con preocupación.
-Yo también te extrañé, me alegro de que estés bien-respondí sinceramente.
-Pensé que tu...-comenzó Zecora, pero la interrumpí.
-Lo hice, no sé por qué estoy aquí- respondí, con un sentimiento de confusión y alivio al reunirme con ella.
Después del emotivo reencuentro con Zecora, las yeguas presentes en la habitación nos miraron con curiosidad y expectación. Applebloom rompió el silencio con una pregunta.
-Zecora, ¿cómo conoces a David?- preguntó, mientras las demás esperaban ansiosos una respuesta.
Zecora se apartó ligeramente de mí y, con una mirada reflexiva, comenzó a relatar nuestra conexión-Hace muchos años, en el bosque Everfree, un encuentro inesperado cambió mi destino. David, herido y confundido, cruzó mi camino. Sin vacilar, le brindé ayuda, uniendo nuestros caminos en amistad-explicó con voz serena pero llena de emoción.
Las otras ponis asintieron, absorbidas por la historia de Zecora. La tensión que se había acumulado en la habitación comenzó a disiparse, reemplazada por un sentimiento de calidez.
-¿Qué crees que deberíamos hacer ahora?-preguntó Twilight, rompiendo el breve silencio que siguió al relato.
Zecora se tomó un momento para reflexionar antes de responder, mientras que yo observaba con atención.
-En la trama de la historia, un misterio se revela, pues David, en nuestro mundo, una misión tiene que cumplir. Un propósito más grande, un destino por descubrir, quizás la clave para entender lo que está por venir-sugirió Zecora con sabiduría.
Al terminar de desayunar, Twilight me mencionó que iríamos a la biblioteca del pueblo, donde nos encontraríamos con la Princesa Celestia. Aunque mi apariencia no era la mejor, mi ropa estaba llena de tierra, no podía hacer casi nada, por lo que solo me sacudí el polvo. Zecora se tuvo que ir, mencionando que aún tenía cosas que hacer, pero que iría a verme en cuanto se desocupara.
Al abrir la puerta, sentí cómo algo me derrumbaba. Encima de mí había una pony de color rosado, con una melena muy loca de un rosa más oscuro, preguntándome varias cosas a la vez… ¿Acaso no respira?
-¡HOLA! ¡HOLA! Me llamo Pinkie Pie. ¿Qué eres? ¿Tienes nombre? ¿Cuál es? ¿Qué color te gusta más? ¿El blanco? ¿El negro? ¿El rosado? ¿Eres bueno o malvado? Si eres malo, podríamos ser ene~amigos. Será súper~duper~divertido…-Twilight rápidamente la apartó un poco de mí mientras le tapaba la boca.
-Disculpa… Ella se emociona mucho cuando alguien nuevo llega al pueblo- dijo Twilight mientras soltaba a Pinkie.
-¿Cómo no estarlo? Cuando alguien llega a Ponyville, significa un nuevo amigo. ¿Te gustaría ser mi amigo?-preguntó Pinkie, emocionada.
-Claro, será interesante-respondí.
Mientras caminábamos, Pinkie Pie seguía a mi lado, haciendo preguntas sin parar-¿Tienes alguna habilidad especial? ¿Puedes volar? ¿Hacer magia? ¿Tocar un instrumento? ¿Bailar como un pato?-
-Uh, no estoy seguro. No soy exactamente... ¿un poni?-respondí con una sonrisa incómoda.
-¡Wow, qué interesante! Nunca había conocido a alguien como tú-exclamó Pinkie, mirándome con curiosidad.
En ese momento, Pinkie Pie se acercó a mí con una sonrisa traviesa-¿Quieres jugar a los bolos con manzanas? ¡Es súper divertido!-exclamó.
Antes de que pudiera responder, Applejack intervino-¡Pinkie, no puedes hacer que David juegue a los bolos con manzanas! ¡Es un desperdicio de manzanas!-Pinkie frunció el ceño y se cruzó de brazos.
-¡Oh vamos, Applejack! ¡Espero que tengas algo mejor planeado para entretenerlo!-exclamó con decepción.
Las otras ponis rieron ante la situación, y yo solo pude sacudir la cabeza con una sonrisa. Parecía que mi llegada a Ponyville sería más interesante de lo que esperaba.
Mientras caminábamos por las calles de Ponyville, noté las miradas de los pueblerinos posándose sobre mí con curiosidad y desconfianza. Algunos murmuraban entre ellos, intercambiando gestos nerviosos mientras me observaban pasar.
Traté de mantener una actitud tranquila y amigable, sonriendo a aquellos que me miraban con curiosidad. Sin embargo, la sensación de ser observado constantemente comenzaba a incomodarme.
Con Twilight y Pinkie guiándome, nos dirigimos hacia el centro del pueblo. No pasó mucho tiempo antes de que llegáramos a una elegante boutique con un letrero que decía "Carousel Boutique".
-Vamos a recoger a Rarity primero-dijo Twilight con una sonrisa.
Cuando entramos a la boutique, un suave tintineo anunció nuestra llegada. El interior estaba lleno de hermosos vestidos y trajes, todos cuidadosamente diseñados y expuestos. Una unicornio blanca con una melena púrpura rizada estaba trabajando en un maniquí, pero al escuchar el timbre, levantó la vista y sonrió.
-¡Twilight, querida! ¡Qué alegría verte!- exclamó Rarity, caminando hacia nosotros. Su mirada se detuvo en mí, y aunque pude ver su sorpresa al notar mi apariencia descuidada, mantuvo su compostura elegante-¿Y quién es este caballero?-
-Rarity, el es David-explicó Twilight.
-Un placer conocerte, Rarity-dije, tratando de sonar lo más cortés posible a pesar de mi aspecto.
-El placer es mío, David-respondió Rarity con una sonrisa cálida-Oh, querido, parece que has tenido un día difícil. ¿Te gustaría que te preparara algo de ropa más adecuada? Sería un honor ayudar a un nuevo amigo de Twilight.-
-Eso sería maravilloso, pero no quiero causar molestias-respondí, aunque no pude evitar sentirme aliviado ante la idea de cambiarme de ropa.
-No es ninguna molestia, te lo aseguro. Solo dame unos momentos y te prepararé algo-dijo Rarity, ya evaluando mi tamaño con una mirada experta.
Mientras Rarity comenzaba a trabajar, las demás y yo nos sentamos en unos cómodos sofás. Pinkie no dejaba de hablar, emocionada por todas las actividades que podíamos hacer juntos. Twilight me sonreía con simpatía, entendiendo perfectamente lo abrumador que podía ser todo esto.
Rarity volvió poco después con un conjunto sencillo pero elegante: una camisa azul claro y unos pantalones beige que, sorprendentemente, parecían hechos a medida-Prueba esto, querido. Estoy segura de que te quedará perfecto-
Me cambié rápidamente en un vestidor cercano y, al mirarme en el espejo, no pude evitar sonreír. Me veía mucho mejor.
-Gracias, Rarity. Esto es increíble-le dije al salir.
-¡No es nada, querido!-respondió ella, complacida.
Ya los siete nos dirigimos a la biblioteca pero antes de llegar, la puerta se abrió de repente y apareció un pequeño dragón, agitando un pergamino en su mano.
-¡Twilight! ¡Twilight! Acaba de llegar una carta de la princesa Celestia-dijo, jadeando ligeramente por la prisa.
Twilight se apresuró y tomó el pergamino de las manos del dragón, desenrollándolo con preocupación. Leyó en silencio por un momento, y luego una expresión de alivio cruzó su rostro.
-¿Qué dice, Twilight?-preguntó Pinkie, inclinándose hacia adelante con curiosidad.
-La princesa Celestia dice que no podrá venir a conocer a David en este momento. Tiene unos asuntos urgentes que debe resolver en Canterlot-explicó Twilight, mirando a todos en la sala.
Sentí una mezcla de alivio y decepción. Por un lado, no tendría que enfrentarme a Celestia de inmediato.
-No te preocupes, David. Estoy segura de que la princesa Celestia querrá conocerte tan pronto como pueda-me tranquilizó Twilight con una sonrisa.
-Sí, y mientras tanto, ¡puedes divertirte con nosotras!-exclamó Pinkie, saltando de su asiento-Hay tantas cosas que podemos hacer en Ponyville. ¡Nunca te aburrirás!-
El pequeño dragón se unió a nosotros en la mesa, sirviéndose un poco de limonada-Así que ¿de dónde vienes? ¿Y cómo llegaste aquí?-preguntó, curioso.
Sentados alrededor de la mesa en la biblioteca, la conversación se volvió más animada y curiosa. Las chicas comenzaron a hacerme preguntas sobre mi mundo, intrigadas por las diferencias entre nuestros lugares de origen.
-Entonces, David, cuéntanos más sobre tu mundo. ¿Cómo es?-preguntó Twilight, inclinándose hacia adelante con interés académico.
Sonreí, intentando mantenerme en temas generales-Bueno, mi mundo es bastante diferente al de ustedes. Tenemos ciudades grandes y pequeñas, mucha tecnología y diferentes culturas-
Rarity, con sus ojos brillando de curiosidad, intervino: -¿Y qué tipo de moda tienen en tu mundo? Me encantaría saber más sobre los estilos y tendencias-
-Hay una gran variedad de estilos. Algunas personas prefieren ropa elegante y formal, mientras que otras optan por algo más casual y cómodo. Hay modas para todos los gustos, realmente-
Pinkie Pie, siempre entusiasta, preguntó: -¿Y qué tipo de fiestas tienen? ¿Tienen algo como la Fiesta de la Primavera o el Día de las Hermanas? ¡Cuéntame todo!-
Reí ante su entusiasmo-Sí, tenemos muchas fiestas. Celebramos cosas como el Año Nuevo, el Día de Acción de Gracias y muchos otros eventos culturales y religiosos. Cada fiesta tiene sus propias tradiciones y comidas especiales-
Twilight, sin perder su tono inquisitivo, preguntó: -¿Y qué hay de la ciencia y la magia? ¿Tienen algo similar a la magia en tu mundo?-
-Bueno, en mi mundo no tenemos magia como aquí. Pero tenemos ciencia y tecnología que nos permiten hacer cosas sorprendentes. Desde máquinas que pueden volar hasta dispositivos que nos conectan con personas a "otro lado del mundo"-
Intenté mantenerme alejado de temas más oscuros, como la violencia, pero Twilight era perspicaz y notó mi reticencia-Parece que hay mucho más en tu mundo de lo que nos cuentas-dijo suavemente, con comprensión en su voz.
Asentí, agradecido por su empatía-Sí, hay muchas cosas pero prefiero centrarme en las cosas positivas por ahora-
-A veces es mejor enfocarse en lo bueno y dejar lo negativo de lado-dijo Rarity con una sonrisa.
-Exactamente-coincidí-Y aquí, es un cambio refrescante-
Mientras la conversación continuaba y el día empezaba a convertirse en noche, sentí la necesidad de tomar un poco de aire fresco. Me levanté de la mesa y me dirigí hacia la puerta, disculpándome brevemente con las chicas.
-Voy a salir a tomar un poco de aire-les dije con una sonrisa.
-Claro, David. Tómate tu tiempo-respondió Twilight amablemente.
Salí de la biblioteca y sentí el aire fresco de la noche acariciar mi rostro. El cielo estaba pintado con tonos anaranjados y púrpuras mientras el sol se ponía, y las estrellas comenzaban a aparecer tímidamente. Caminé un poco, disfrutando de la tranquilidad que la noche traía consigo, sin darme cuenta de que alguien me seguía.
Después de un rato, escuché un sonido detrás de mí y me volví para ver a una pony naranja con sombrero de vaquero, mirándome con una sonrisa amistosa. Era Applejack.
-Hey, David-dijo con su característico acento sureño-Espero no haberte asustado. Solo quería ver cómo estabas-
-Hola, Applejack-respondí-No me asustaste, solo estaba tomando un poco de aire fresco-
Applejack se acercó y se paró a mi lado, mirando el cielo junto a mí-A veces, cuando tengo muchas cosas en la cabeza, también salgo a caminar y mirar las estrellas. Ayuda a poner las cosas en perspectiva-
Asentí, apreciando su sabiduría simple pero profunda-Sí, eso es justo lo que necesitaba. Ha sido un día muy largo y lleno de emociones-
-Lo entiendo. Llegar a un lugar nuevo puede ser abrumador-dijo Applejack con una sonrisa sincera.
-Todos han sido increíblemente amables conmigo-
Ella me dio una palmadita en la espalda. -Eso es lo que hacemos aquí. Somos una gran familia, y ahora, tú también eres parte de ella-
Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la calma de la noche. Las luciérnagas empezaron a aparecer, añadiendo un toque mágico a la escena.
-¿Quieres caminar un poco más?-sugirió Applejack-Puedo mostrarte algunos de mis lugares favoritos por aquí-
-Me encantaría-respondí, sintiéndome afortunado de tener a alguien tan amable y comprensivo a mi lado.
Caminamos por el tranquilo pueblo, Applejack señalando diferentes lugares y contándome historias sobre ellos. Me habló de su familia y de la granja de manzanas donde vivía, pintando un cuadro de una vida sencilla pero llena de significado.
