Dr. Stone no me pertenece, es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo a los personajes para fines de esta historia.

Capítulo 4.

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—Entonces ¿Qué le vas a decir a ese niño cuando pregunte por su padre? —Kokuyo miró estoico a Kohaku, sus cejas estaban tan juntas como una señal inequívoca de enojo—. ¿Vas a decirle que es producto de un capricho?

Las palabras de su padre dolieron a pesar de que Kohaku esperaba exactamente este tipo de reacción en el hombre, nada, ni siquiera la mirada de apoyo y compasión de Ruri calmaron el sentimiento de aflicción en ella. Sin importar lo que Kohaku alegara, ante Kokuyo ella no era más que una niña irresponsable que acarreaba decepción tras decepción en sus acciones.

—Papá, por favor no seas duro con Kohaku… trata de entender que…

—Ruri. —El hombre le dio una mirada de advertencia, su tono le pidió tácitamente que se quedara al margen de la conversación.

Y Ruri lo entendió, muy a su pesar sólo se limitó a palmear el hombro de su padre con la intención de apaciguar un poco su enojo.

—Obviamente no entiendes la complejidad de este asunto Kohaku, un niño es una enorme responsabilidad que tú no estás lista para afrontar.

—Puedo cuidar de Taiki, lo protegeré de cualquier cosa y le daré la mejor vida posible —Kohaku levantó la barbilla con suficiencia, sin querer dejarse intimidar por su padre—. Quizá no entienda la complejidad del asunto como dices, pero aprenderé.

Kokuyo gruñó levemente por la imprudente fe ciega de su hija, si bien siempre admiró la tenacidad y perseverancia en Kohaku, ahora consideró que esas virtudes eran los peores defectos que podría tener para llegar a entender la gravedad de esta situación. Obviamente ella no estaba lista para cuidar de otra vida cuando ni siquiera era capaz de cuidar de sí misma ni de tomar decisiones con la sensatez de un adulto.

Ante sus ojos, ella seguía siendo la misma joven imprudente que marchó a Estados Unidos persiguiendo un sueño que hasta ese momento no fue capaz de alcanzar. Era de ilusos creer que algún día podría madurar.

—Taiki no es un capricho —"o un error". Pensó—. Cuando él pregunte, entonces sólo le diré la verdad, que no tiene un padre porque enteramente es sólo mi hijo.

Kohaku prefería mentirle a Taiki sobre su origen, a contarle sobre la escoria que tenía como padre. Jamás permitiría que Mozu se acercara a su hijo y mucho menos a que lo manchara con sus acciones y mala influencia.

Mozu es y sería siempre "malas noticias".

El hombre se revolvió los cabellos con desesperación y resopló frustrado al entender que dadas las circunstancias y por la manera en la que Kohaku refutaba cualquier intento por hacerla entrar en razón, esa charla no llegaría a nada.

—Esta conversación no está funcionando Kohaku. —declaró con cansancio.

—Padre —Kohaku apeló a la formalidad que usaba con Kokuyo cuando quería darle a entender que no cambiaría de parecer—. Le pedí a Ruri-nee que te dijera que quería hablar contigo para informarte de la existencia de Taiki, eso es todo.

La mirada de Kohaku se endureció.

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¿Cómo demonios llegó a esa situación?

Senku permaneció al margen de la conversación, incluso después de que Kohaku le explicara al iracundo hombre que él no era el padre de Taiki. Ignoró la mirada interrogativa que de vez en cuando Kokuyo le dió, quizá por su presencia en el departamento de su hija.

Sintió a Taiki removerse en sus brazos, seguramente por el volumen de la discusión que se estaba llevando a cabo a sólo un par de metros de distancia de ambos. El niño se negó a abandonar la seguridad que los brazos del joven le proporcionaron y en un acto que Senku sólo pudo catalogar como un reflejo ante el temor al abandono, el bebé afianzó su agarre en la tela de su camisa.

Maldición, iba a llegar tarde al trabajo.

A pesar de llevar su apellido, los laboratorios no eran propiedad suya. Como accionista mayoritario, Ryusui decidió usar el apellido de Senku para nombrar su nueva adquisición e inversión. Ishigami Corp fue sólo una extensión a nuevas áreas comerciales para el imperio Nanami, Senku y Chrome las piezas claves para el éxito del negocio.

Sin embargo, no es como si Ryusui fuese a reprender su impuntualidad, para Senku fue una cuestión de obligación y profesionalismo.

Tendría que avisarle a Chrome que llegaría un poco tarde y que se encargara de la revisión de los resultados en las pruebas de una nueva tecnología en la que estaban trabajando.

Sin dejar de sostener a Taiki, sacó el celular para enviarle un breve mensaje a su colega, Senku descartó por completo la idea de realizar una llamada, no estaba de humor para responder cuestiones innecesarias tan temprano esa mañana.

Volvió la mirada hacia donde Kohaku y su padre se encontraban, apenas fue capaz de comprender la última parte de la conversación, pero por la tensión en el ambiente supuso que la línea de discusión llegó a un punto muerto. No le sorprendió, el hombre le pareció tan testarudo como lo era Kohaku.

Bien, sólo quedaba algo por hacer para remediar, o al menos tratar de apaciguar esta incómoda situación.

—Esto depende de ti enano —le dijo a Taiki, quien parecía estar totalmente ensimismado con la extraña forma y color del cabello de Senku—. Ve a salvar el trasero de tu madre.

Acomodó al bebé con la cabeza sobre su hombro para darle más estabilidad y se encaminó hacia la estancia, donde Kokuyo parecía estar a punto de levantarse del sofá.

—Oye Leona —irrumpió a todo volúmen para llamar la atención—. Se me está haciendo tarde, si ya terminaste tu pequeña reunión familiar te devuelvo a tu cachorro.

Ella lo miró, la molestia y el enojo se esfumaron para dar paso a la vergüenza. La expresión de Kohaku le ofreció una disculpa tácita.

—Eh, sí, claro. Mi padre ya se iba —ella se levantó para tomar al niño, no sin antes enviarle una última mirada a Kokuyo—. Siento que tuvieras que presenciar esto.

Senku asintió y se acercó, pero ignoró los brazos extendidos de Kohaku y pasó de ella. Su objetivo nunca fue entregarle a Taiki a ella, sino al hombre malhumorado cuya expresión denotó confusión absoluta por la situación en sí.

—Sostenlo. —Senku le dijo a Kokuyo, apartando con dificultad al bebé, quien se negó a dejarlo tan fácilmente.

El bebé estuvo a punto de romper en llanto debido a la separación, pero Senku lo calmó.

La expectativa flotó en el aire.

—Senku ¿Qué estás haciendo?

Él sólo dignificó la cuestión de Kohaku con una mirada que le dio a entender sus intenciones.

Ella lo entendió, pero no estuvo del todo convencida.

—Vamos viejo ¿No quieres sostener a tu nieto? —el semblante y tono de Senku cambió a uno más socarrón, como tratando de picar al hombre con sus palabras.

Kokuyo lo observó fijamente, dubitativo y molesto por el atrevimiento del joven hombre. ¿Quién demonios se creía?

Quizá su absurda técnica no estaba funcionando. Senku acercó aún más a Taiki al hombre, sacudiéndolo ligeramente como si fuera un muñeco, instando al hombre a cargarlo en brazos.

—¿Vas a tomarlo o no? Ya me estoy cansando. —siguió. Sosteniendo al bebé por las axilas, poniéndolo prácticamente frente a Kokuyo.

El niño se removió incómodo, balbuceando un poco, quizá a manera de protesta.

—Yo puedo cargarlo. —Ruri se levantó para tomar a Taiki de los brazos de Senku.

Sin embargo, éste apartó rápidamente al bebé para evitar que la hermana de Kohaku lo abrazara. Así, esquivó cada vez que Ruri intentó tomar al niño de sus manos.

—¡No lo sacudas así, idiota! —Kohaku gritó alarmada al ver cómo Senku sostenía precariamente a Taiki.

Lo mataría si llegaba a soltar a su bebé.

Para sorpresa de Kohaku, eso no sucedió, ya que en un rápido movimiento Kokuyo arrebató a Taiki de Senku. Acunándolo protectoramente en sus brazos.

Una sonrisa de victoria adornó el semblante de Senku. Sabía que el exterior áspero era sólo una fachada en aquel hombre.

—No fue tan difícil ¿Cierto?

Kokuyo no respondió dicha cuestión. Miró al niño entre sus brazos y su semblante se suavizó al notar el enorme parecido del bebé con Kohaku. Gratos recuerdos de los primeros años de vida de esa niña problemática inundaron su mente.

Suspiró con resignación y cansancio.

Senku se volvió hacia Kohaku con una expresión de arrogancia ante su logro y ella le dio un ligero golpe en el hombro cuando se acercó a él.

—Iba a matarte si dejabas caer a Taiki. —le dio una mala mirada.

Él se limitó a sobarse el hombro para aliviar el dolor que el puñetazo le causó. Esa mujer tenía una fuerza bruta impresionante, o simplemente Senku era tan débil que cualquier golpe sería un daño a su integridad.

—Espero que ese niño no herede también esa fuerza de gorila. —bromeó, pero se apartó cuando vio a Kohaku acercarse de nuevo con la intención de darle otro certero puñetazo.

—Idiota.

Senku se rió de su expresión de molestia. Sin embargo regresó a la realidad cuando se dio cuenta de que todavía seguía en el departamento en vez de estar corriendo hacia su auto para ir al trabajo.

—Entonces creo que me iré, Chrome es un desastre cuando está por su cuenta —se dio la vuelta con la intención de salir de ahí cuanto antes—. Nos vemos, Leona.

Escuchó a Kohaku soltar un gruñido de disconformidad por el apelativo, pero siguió su camino hacia la puerta.

—Ishigami. —Kokuyo lo llamó.

No le sorprendió, escuchó el discurso de explicación que Kohaku le dio al hombre sobre la presencia e identidad de Senku en el departamento.

Senku giró levemente sin apartar la mano del picaporte de la puerta, para al menos poder ver el rostro del hombre. No dijo nada, pero sus acciones le dieron a entender al anciano que estaba escuchando.

—Disculpame por la manera en la que te traté cuando llegué. Kohaku me explicó todo —Kokuyo le sostuvo la mirada. Realmente estaba muy avergonzado por su actuar—. Y lamento que mi problemática hija te arrastrara a esta situación.

Senku miró brevemente a Kohaku, quien sólo apartó la mirada a un lado debido a las palabras de su padre. Parecía una adolescente reprendida.

—No es como que realmente me importe —le dijo, refiriéndose tanto a lo de Kohaku como al malentendido con Kokuyo. Hurgó en el interior de su oreja con el meñique para aparentar despreocupación—. Pero acepto tus disculpas. —sonrió con suficiencia.

Un ligero tic se instaló en la ceja de Kokuyo debido a las palabras de Senku, no supo si en verdad estaba hablando enserio o sólo estaba siendo muy despreocupado al respecto.

—Adiós.

Senku levantó la mano para desestimar cualquier otro comentario y se marchó de ahí.

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—¡Qué malote!

Senku se tapó el oído derecho y se apartó un poco, Chrome era tan escandaloso como Taiju.

—No puedo creer que esa Gorila le dijo toda la verdad a Kokuyo —Chrome negó con la cabeza en incredulidad.

Senku llegó una hora tarde, pero no se sorprendió al ver a su colega trabajar en lo que le encargó. No sintió culpa alguna por encomendarle trabajo extra, sabiendo lo eficiente que Chrome podía llegar a ser.

—No es como si tuviera muchas opciones —miró con obviedad a su compañero—. Al viejo no le agradó para nada la idea de la inseminación artificial pero al final no le quedó de otra más que aceptarlo.

Chrome se tensó visiblemente ante el comentario. La culpa y el remordimiento de nuevo hicieron su aparición y removieron algo en el interior.

—¿Kohaku le dijo eso a Kokuyo? —El científico dejó a un lado el pequeño aparato que estaba manipulando—. ¿Fue todo?

Por supuesto, Kohaku no se atrevería a decirle toda la verdad a su padre. Ni siquiera a Ruri, quien era la persona más importante en la vida de su amiga, sabía a detalle la verdad sobre el origen de Taiki.

Senku lo miró, observó algo en Chrome que no supo identificar del todo, como si tras la curiosidad en su compañero se escondiera algo más.

—¿Debería haber algo más? —cuestionó Senku con perspicacia, enfocando su penetrante mirada carmesí en el otro hombre.

Chrome era pésimo para ocultar secretos o incluso para mentir. Su postura, voz y movimientos gritaban "mentiroso" a kilómetros de distancia.

Sin embargo Senku también se dio cuenta de algo, de que fuese lo que fuese, él no tenía el derecho a preguntar sobre algo tan privado como lo era el asunto de Kohaku. Y además ¿Por qué habría de importarle de todos modos?

Estaba tan fuera de sí, inmiscuirse en problemas ajenos. ¿Quién era para querer saber cada detalle relevante de la vida de esa Leona? ¿Minami, la novia reportera de Tsukasa? Absurdo.

"Enfócate Senku" se reprendió mentalmente.

—Olvídalo —le dijo a Chrome.

Y Chrome agradeció internamente que Senku desistiera al respecto, si hubiera presionado un poco más, quizá habría terminado por contarle la verdad sobre la situación de Kohaku y ella le daría la paliza de su vida por tal imprudencia.

—Entonces ¿Kokuyo estuvo a punto de asesinarte? —cambió de tema—. Ese hombre realmente da miedo, recuerdo lo asustado que estaba cuando Ruri y yo le contamos que nos hicimos novios. Me persiguió por tres cuadras y...

Senku volteó los ojos. Realmente no dudó que dicha anécdota fuese real, el hombre asustaba como la mierda con ese semblante hosco y amenazante. Sin embargo, no tenía tiempo para los recuerdos traumántes de Chrome. Para eso estaba Gen.

—Realmente me gustaría escuchar cómo el padre de Ruri te envió al hospital por profanar a su hija pero tenemos cosas que hacer —no quería sonar grosero pero era necesario—. Termina con esto, yo iré al área de cultivo para hacer los registros de las muestras.

Con esto, Senku dio por terminada la conversación. Ya tendrían tiempo para charlar luego.

Chrome no reprochó al respecto y simplemente se limitó a levantar los hombros para desestimar las palabras de su colega. Vió a Senku encaminarse a la puerta, pero antes de que se marchara habló.

—Por cierto Senku —sería mejor decirle ahora—. Tienes visitas. Le dije que llegarías tarde pero insistió en esperar en tu oficina.

Chrome le dio una mirada de disculpa a Senku por no poder hacer nada más. No es como si pudiera hacer algo al respecto con una persona tan testaruda y necia.

Y Senku comprendió.

—Yo me encargo.

Suspiró con resignación antes de salir del laboratorio. El día se convertiría en una eternidad, temió.

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Lo abordó apenas la puerta se abrió y dio un paso adentro.

—¡Hi Darling!

La chica lo abrazó como si su vida dependiera de ello, enredó los brazos en el cuello de Senku para acercarlo más a ella.

—¿Luna qué haces aquí? Sabes que estoy trabajando. —reprendió, fingiendo un tono aburrido, pero la leve sonrisa que surcó la comisura de sus labios dijo lo contrario.

Senku en realidad no estaba del todo molesto, sino más bien confundido. Se suponía que ella estaba de viaje en Estados Unidos por asuntos de trabajo.

—El seminario terminó ayer y no me resistí a tomar el primer vuelo para regresar a verte. —Luna no perdió oportunidad para robarle un beso.

El que Senku correspondió. Pero antes de que Luna intensificara el beso, él se apartó un poco.

—¿Sabes lo problemático que sería que alguien entrara y nos viera así? —miró hacia la puerta notando que el pestillo no estaba puesto.

Senku quería evitar cualquier chisme de pasillo y oficina. Odiaría ser la comidilla entre los empleados.

Pero a Luna no le importó, lo extrañó todo el mes que estuvieron separados. Sin querer romper el contacto, acunó las mejillas de Senku para plantarle un par de besos más.

Él simplemente rodó los ojos, sabía que no podría hacer mucho para que ella entrara en razón sobre lo poco profesional que eran las visitas de su novia en horas laborales.

—El Dr. Xeno te envía saludos. —Luna al fin lo soltó cuando la necesidad de querer comérselo a besos menguó. Demonios, realmente extrañó a Senku.

—Oh ¿Enserio? —Su ceja se levantó en incredulidad.

—Si, al parecer fue uno de los invitados para impartir una de las conferencias en el seminario, algo sobre el lanzamiento de una nueva unidad portable para la ISS, no estoy segura, no presté mucha atención.

En sus correos, Xeno le mencionó a Senku sobre los seminarios y conferencias de ciencia y tecnología, extendiéndole también una invitación para ir. Debido al trabajo en el laboratorio por los nuevos proyectos e inversiones en los que el grupo Nanami estaba involucrado, Senku declinó dicha invitación alegando que acudiría al próximo evento apenas tuviera tiempo.

—Le devolveré el saludo cuando lo llame esta semana.

—Stan también te saluda.

—¡Ha! Sí claro —fue inevitable usar el tono sarcástico cuando el nombre de Stan y cordialidad estaban juntos en una sola oración—. Qué buen chiste.

Senku le dio la espalda, acercándose a su escritorio con la intención de recoger su vieja libreta de apuntes. No mintió cuando le dijo a Chrome que se encargaría de verificar las muestras de cultivo, tenían un contrato con la Joyería de Kaseki y Joel después de todo. Y Ryusui quería que el nombre del imperio Nanami se distinguiera por la calidad de sus servicios y productos.

Luna lo siguió pero no lo detuvo ni intentó nada más, simplemente optó por sentarse sobre el escritorio para observar a Senku todo el tiempo que fuera posible. No se equivocó, él era un hombre muy guapo y de verdad le gustaba. Quería permanecer a su lado todo el tiempo disponible.

—¿Senku?

Él murmuró una respuesta vaga para darle a entender que la había escuchado. Tomó un par de carpetas más junto con su libreta pero no la miró.

—¿Podemos hacer algo más tarde esta noche? —Luna se removió incómoda. Su rostro teñido con un leve sonrojo y los dedos de sus manos jugando con insistencia sobre la tela del ceñido vestido que tenía—. Una cena o simplemente ver una película. —aclaró.

Oh. Senku leyó entre líneas dicha petición y no estuvo muy seguro sobre qué responder. Honestamente, después del trabajo siempre llegaba cansado a su departamento y no quería hacer más que dormir hasta el día siguiente.

Intuyó las intenciones que se escondían tras esa simple petición, pero al menos en ese momento no se sintió con ánimos o energía para algo así.

—¿Qué te parece si mejor vamos por un helado cuando termine?

El rostro de Luna se iluminó ante la mención del helado, en realidad, no fue por el helado, sino por la promesa de un momento a solas con Senku. No fue lo que esperó, pero la idea de pasar un rato juntos compartiendo un simple helado le hizo feliz.

—¡Me encanta la idea! —chilló con entusiasmo.

Se lanzó sobre Senku para darle otro beso antes de salir corriendo por la puerta con la emoción de un niño en navidad.

—¡Te veo más tarde Darling! ¡Te amo!

Senku no respondió ante esas dos últimas palabras, no se sintió preparado para tan importante declaración a pesar del año y medio de relación con Luna.

Quizá algún día lo estaría. Pensó.

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Continuará.

N/A:

**Chan, chan, chan**

Ha pasado un tiempo. Dije que iba a actualizar la próxima semana pero ya tenía listo el capítulo así que ¿Por qué no?

Pd. "La paradoja del afecto involuntario" se actualiza en dos semanas más XD

Agradezco los comentarios y la oportunidad que le están dando a esta historia :3

¿Qué puedo decir? Me gusta el cuarteto amoroso Mozu-Kohaku-Senku-Luna XD no me maten!

La verdad no odio a Luna ni me cae mal, aunque soy fiel amante del Senhaku al Díez mil millones por ciento!

En fin, espero que el capítulo fuera de su agrado y me hagan saber sus opciones n.n

Hasta la próxima!