Anteriormente en Kamen Rider Pegasus: En busca de los Losts…
¡Soy Kousaka Honoka! Realmente pasaron muchas cosas contra ambos Losts. Vespa y Apis mataron a todos los trabajadores y eso… fue raro. Toda mi mente se nubló con algo que no sabría describir, pero cuando desperté, había matado a las dos Losts. No sé qué pasó, en serio, no tengo la menor idea.
Mi medalla ha hecho algo extraño, me pregunto que será.
¡ES LA HORA DEL COSMOS!
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Hate nu uchū o nagareboshi ga
Furikaera zu ni yami e mukau
ā Kimi mo kon inochi o chirasu made susumu no ka?
Todoke inori sora no oku e
Hibike tōku kono sakebi
Kizutsui ta senshi tachi yo
Kin no hikari kesa nai de
Katachi no nai seiza no namae o
Hito wa dare mo ga koi to yobu yo
ā Shinjitsu no kizuna wa kanashii hodo tsuyoi kara
Todoke namida sekaijū o
Nurasu hodo ni tomedonaku
Moshi kimi o ushinau nara
Waga kokoro wa yami ni
Todoke inori sora no oku e
Hibike tōku kono sakebi
Kagayakeru senshi tachi yo
Dōka hikari kesa nai de
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El viaje en moto siguió con calma, pero en la mente de Honoka había muchas cosas rondando ya que no recordaba nada de su batalla contra las Losts cuando los trabajadores fueron asesinados de esa manera.
Las cosas no marchaban bien para la mente de Honoka, todo estaba pasando tanto que al final no sabía que decir.
Se estacionó a un lado del camino y se puso a ver la Medalla de Pegaso la cual lucía normal, al menos eso parecía a los ojos de la peli jengibre.
- Pegaso, ¿acaso pasó algo que no sé? Ya antes me habías sorprendido con las Formas Belerofonte y Zeus, pero ahora, ¿tienes algo más para mí? – se preguntaba mirando su objeto, pero decidió dejar eso de lado y seguir adelante.
Ya sin más, arrancó encima de Tenma y se alejaron para un largo recorrido.
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Prefectura de Shimane.
Un largo viaje pasando por varias prefecturas la llevó a ese sitio en el que todo parecía estar calmado, al menos eso parecía.
Apenas arribando, Honoka notó que había una zona la cual era muy visitada, siendo el distrito de Yatsuka.
- ¿Qué es eso mamá?
- Ten cuidado, no puedes entrar ahí solo, te pueden ir al Yomi – el pequeño asintió con algo de miedo por lo que se fue de ahí con su progenitora.
Honoka decidió bajar a ver eso y se encontró con el Santuario Iya el cual era visitado por mucha gente y más por uno de los lugares más concurridos como lo era el camino del Yomotsu Hirasaka.
- No me puedo creer, esto es genial, aunque en sí, no entiendo que es lo que pasa por esta roca – la peli jengibre decía mirando el monumento, en eso, alguien se le acercó a ella.
- Este es el Yomotsu Hirasaka – un guía habló al lado de la Rider quien se asustó un momento por eso, pero se calmó.
- ¿El Yomotsu Hirasaka?
- Así es, la entrada al Inframundo, la barrera entre los vivos y los muertos – el hombre de cabello negro y ojos del mismo color decía – hay muchas historias sobre este sitio. Se dice que en el principio de los tiempos, La diosa Izanami , que estaba construyendo el país con el dios masculino Izanagi , murió tras dar a luz a Kagutsuchi . Afligido, Izanagi va a la Tierra de Yomi para encontrarse con ella. Cuando Izanagi se reencuentra con Izanami y le pide que regrese con él, ella le dice que consultará con los dioses del inframundo, pero que él nunca debe mirarla. Aturdido por la renuencia de Izanami a regresar, Izanagi prende fuego a los dientes de un peine para iluminar la oscuridad y ve su forma fea y podrida. Enfurecido, Izanami envía a la demonio Shikome a perseguir a Izanagi que huye, pero fue en vano, ya que la mujer fea se distrajo comiendo las uvas y los brotes de bambú que le arrojó. En su lugar, Izanami envía a Raijin y su ejército de demonios, pero Izanagi huye a Hiraizaka y arroja allí melocotones, que tienen poder espiritual, para repeler a sus perseguidores. Finalmente, la propia Izanami lo persiguió, pero Izanagi colocó la Roca de Senbiki (una piedra enorme que requeriría la fuerza de mil hombres para moverse) sobre Hiraizaka y bloqueó el camino. Enfurecido, Izanami gritó: "Mi amor, si haces algo tan terrible, mataré a mil personas al día". Izanagi respondió: "Amor mío, entonces construiré una casa de maternidad y daré a luz a 1.500 niños al día". Los dos abandonaron Hiraizaka y se separaron.
- Vaya que es un sitio de muchas cosas – susurró Honoka quien seguía mirando el monumento, pero decidió seguir adelante.
- Ten cuidado, puede que tu alma… sea llevada a otro lado – esto último parecía ser dicho con algo de maldad por el guía, pero la oji azul no le prestó atención.
La Rider decidió visitar el santuario que estaba cerca de ahí, pero lo que no se dio cuenta es que la misma madre con su hijo decidieron volver al monumento del Yomotsu Hirasaka ya que el niño perdió sus lentes por ahí.
- ¿Seguro que los dejaste por aquí?
- Se debieron caer por acá mamá – el niño pasó cerca de las dos columnas puestas y lo traspasó.
Al hacerlo, el infante se quedó en silencio y miró un momento hacia adelante y caminó lentamente hasta que alguien apareció delante de este.
- H-Hijo… ¿A dónde vas?
- Tu hijo ahora es parte de mi colección, es hora de que te vayas despidiendo de él – de las sombras, apareció una figura humanoide la cual caminó hacia el chico.
- ¡¿Qué eres?! ¡¿Un demonio?! – la mujer entró para tomar a su vástago, pero al momento de hacerlo, su cuerpo se tensó y no pudo seguir – ¿Q-Qué? ¿P-Por qué no me puedo mover?
- Porque estás en mi territorio ahora, la entrada al Inframundo – la figura se reveló como una persona con cabeza de perro con ojos rojos como el fuego. El resto de su cuerpo era negro con muchos detalles como pelaje, aunque lo más terrorífico eran sus colmillos afilados.
- E-Eres… ¿un perro demonio?
- Podemos decir que sí… y ahora que han entrado al Yomotsu Hirasaka, sus almas irán a mi colección – sin más, los ojos del tipo que no era otra cosa que un Lost, se iluminaron de rojo y las almas del niño y la mujer se fueron saliendo poco a poco de sus cuerpos.
Una vez hecho esto, los cuerpos de las dos personas caminaron a paso torpe detrás del Lost y los guío hacia más adentro hasta que desaparecieron.
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Sin saberlo, Honoka seguía en su visita por ese lugar el cual no parecía otra cosa más que un templo, siendo que no le parecía gran cosa, pero guardaba con respeto eso.
Siguió caminando hasta que encontró un cementerio en donde ya estaban enterrando dos personas y todos se notaban muy tristes por estas pérdidas.
- Por Buda, debe ser horrible – susurró la chica.
- Y muy feo – el cuidador del cementerio le decía – estas son otras dos víctimas.
- ¿Víctimas?
- Sí, ¿no lo sabías? – Honoka negó – se nota que no eres de por aquí. Te diré una cosa niña, hay personas que han estado muriendo de forma extraña últimamente.
- ¿Muriendo de forma extraña?
- Sí, muchos han catalogado esto como una epidemia de ataques al corazón o algo por el estilo ya que ha habido personas que han muerto de la nada, incluso varios han desaparecido de la faz de la Tierra para nunca ser vistos de nuevo – el trabajador de ahí decía – es como si fuera magia o algo por el estilo.
- Muertes misteriosas – susurró Honoka pensando en la posibilidad de que un Lost estuviera haciendo eso.
Ya con eso en mente, la Rider iba a investigar que pasaba por lo que anduvo paseando cerca del cementerio, mirando las tumbas, así mismo, las fechas de defunción.
La peli jengibre notó que había varias personas que habían fallecido en los últimos días, aunque como le dijo el cuidador del cementerio, algunas ni siquiera aparecían sus cuerpos.
Se detuvo en su andar y tuvo una idea, recordando las palabras del guía y ahí fue donde decidió volver a la entrada del Yomotsu Hirasaka, la división del mundo de los vivos y muertos.
Al llegar, no notó nada raro, pero decidió cruzar y caminar un poco, aunque lo que buscaba, la encontraría.
- ¿Eh? – sintió una presencia cerca de ella y se puso atenta, pero cuando estaba por moverse, su cuerpo estaba rígido – ¿Q-Qué me pasa?
- No puedes moverte estando en la división de los vivos y los muertos – justo frente a ella, apareció el mismo sujeto que mató a la mujer y su hijo.
- ¿Qué eres tú? ¿Un Lost?
- Jajaja… parece que sabes sobre mí, pequeña – el Lost apareció frente a ella y al ver su cara, la oji azul parecía entender.
- ¿Un perro? ¿Qué constelación perdida eres?
- Te lo diré… ¡soy el Lost de Cerbero! – exclamó el sujeto.
- ¿Cerbero? Ya veo, el perro de 3 cabezas que resguarda las puertas del Inframundo – Honoka exclamó tratando de moverse – e-estás ligado a las cosas del Otro Mundo ¿no es así?
- Así es, mis víctimas pierden sus almas y son guiadas hacia mí en donde las coleccionó – ahí fue cuando la peli jengibre notó un collar alrededor del cuello del Lost, ahí se iluminaron varias perlas negras.
- Tú… ¿coleccionas almas?
- Son como un tesoro del Inframundo, no te imaginas cuantas personas he asesinado – Cerbero decía riendo de forma maléfica – hace poco, me llevé el alma de una mujer y un niño y créeme, sus almas valen mucho.
- ¡Estás enfermo! – gritó Honoka molesta tratando de moverse, pero con dificultad – ¡no puedes jugar con las almas de las personas!
- ¿Y qué harás? Solo vas a morir al igual que los demás… y tu alma será mía – el Lost hizo brillar sus ojos a lo que Honoka sintió el cuerpo frio, sintiendo como si algo se desprendiera de ella.
Su alma estaba siendo succionada de su cuerpo, pero la Rider batalló para que eso no pasara, incluso con sus últimas fuerzas, logró juntar las dos piezas de su Driver.
- Hen… shin – su cuerpo mutó y eso evitó que el alma de Honoka saliera de su cuerpo y se liberó de la fuerza de ese lugar.
- ¿Qué diablos?
- ¡Kamen Rider Pegasus! ¡Estoy aquí para pelear! – la peli jengibre se colocó frente a frente contra el Lost.
- Veo que no serás una presa fácil, pero vayas que te convertirás en un alma bastante valiosa – y la batalla dio inicio.
Honoka trató de atacar con sus puños, pero no pudo darle un golpe ya que este logró esquivarla a tiempo y le dio una patada en la espalda a la chica.
Las cosas no seguirían más fáciles ya que en un momento, el Lost elevó sus manos, así mismo, sacó otras dos cabezas junto con la que tenía.
- Vengan mis almas y ayúdenme a acabar con ella – del suelo, salieron almas de todas las edades y sin más se lanzaron hacia Honoka – como Cerbero el cual protegía el Inframundo, también tenía la capacidad de darle libertad a las almas de salir, así mismo, ¡yo puedo sacarlas del Yomi a mi voluntad!
- ¡No uses a las almas de esas pobres personas! – reclamó Honoka la cual estuvo siendo atacada por las almas, aunque lograba esquivarlas.
En un momento, una de estas la tomó del tobillo y la tiró al suelo, pero se recompuso rápidamente para continuar esquivando.
- Tengo que hacer algo rápido, ¡Scheat Kick! – al activar su patada eléctrica, golpeó al aire haciendo que las almas retrocedieran con eso – no pensé que funcionaría.
- A pesar de ser almas, parece que tienen miedos naturales – Cerbero decía molesto, pero por alguna razón, se dio cuenta de algo que lo hizo sonreír.
- ¿Qué es esa sonrisa?
- Parece que hay alguien que fue muy buena persona contigo y se llevaron muy bien – el Lost decía sonriendo – como el guardián del Inframundo, puedo ver que almas van hacia el otro mundo y pude ver una que, aunque pasó tiempo desde su muerte, su alma anda cerca de ti.
- ¿Un alma? – Cerbero levantó su mano y ahí fue cuando se manifestó el alma de esa persona que decía conocer Honoka.
Y sus ojos se abrieron grande al ver la figura de esa persona.
Cabello azul oscuro y ojos verdes, así como un cuerpo algo trabajado.
Honoka sabía bien quien era y el Lost se dio cuenta de que dio en el clavo.
- ¿Sabes quién es? – sonrió Cerbero y Honoka quedó estupefacta.
- No puede ser… ¿e-el alma de Kawakita-kun?
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Ugoki-dashite 'ru mirai wo tomerarenai
Sono saki no poshibiritii
Ore-tachi dake no...
Dare no tame de naku
Idomu koto, osorenai
Atsuku, naru, karada, kokoro
Sore ni, tada, shitagau, honnou
Tsuyoku, naru, omoi, negai
Sore ni, tada, hitori, ugoku
Believe yourself Ashita e...
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Continuará…
