Este pequeño drabble participa para el evento fluftober24 que organiza Es de Fanfic
Shipp que elegí para este día es Trumai y GoFay (Trunks y Mai, Goten y Fayra), aunque este último no esperen algo romántico jejej
Disfruta, y más adelante estaré lanzado lo otros capitulos, los cuales serán su continuación (se podría decir)
Nota: Las letras cursivas, señalan que es un recuerdo.
Su emoción fue mucha cuando ella le dijo que sí, la sonrisa desbordó de su rostro y no pudo evitar saltar de alegría.
— ¡Ella dijo que sí! — soltó en voz alta dando brincos como si fuese un niño, atrayendo la mirada de todos.
— Trunks — algo avergonzada intento llamarlo para que guarde silencio —. Todos nos están mirando.
El susodicho al escuchar la voz de su ahora novia, la sola palabra, le generaba una emoción fuerte, su corazón latir de prisa.
— Estoy tan feliz — Mai se encontró envuelta en sus brazos, la frescura del aroma masculina la invadió. Podía sentir su pecho duro, su calor y si prestaba mucha atención el latir precipitado de su corazón, iba al mismo son que de ella.
— ¡Ya sé! — Trunks se separó tan pronto como la había abrazado, parecía un joven energético — Vamos a festejarlo, nuestro primer día de novios — atrajo a su ahora novia con un brazo sobre su cadera.
— ¿Y-y adónde iremos? — la tímida pregunta lo trajo a la realidad.
En la mente de Trunks aparecieron varios nombres de lugares, una lista de lugares que podría llevarla, todos eran bastante atractivos, sin embargo, no lo suficiente para este día.
— ¿A donde te apetece ir?
La pregunta sorprende a Mai, aunque no debía de estarlo, Trunks siempre estaba atenta a lo que deseaba ella. Era alguien considerado, aunque ahora no tenía la menor idea que hacer, los únicos lugares que conocía eran la academia y la casa Briefs. Y no podía decir ninguno de ellos, allí serían inundados de preguntas, y si era posible, quería que lo inevitable, sea pospuesto hasta mañana.
— ¿Qué te parece al cine? O al parque, la playa — la última sugerencia le hicieron brillar los ojos, podía ver a Mai con prendas diminutas y escasas.
— Creo que el cine estará bien — interrumpe ya sabiendo que el chico pervertido tenía en su mente.
— Será eso.
La enorme sonrisa contagia a ella, y ambos empezaron a caminar perdiéndose entre los trausentes.
Goten estaba a una distancia de ellos, lo suficiente para que no los note. Sentía dicha que al fin su amigo pudo conseguir lo que tanto había soñado desde que la conoció, tenía la certeza que sería una noticia festejada por todos los conocidos de Trunks, a excepción de una. Y justamente estaba a su lado, la rubia tiraba humos por el enojo.
Bajo la mirada para encontrarse con su pareja, y efectivamente tenía una mirada seria, su ceño recto y su labios apretados, los brazos cruzados.
Cuando ella le pregunto si quería ser su novio, había aceptado por la presión, evitar que llore o haga algún drama delante de todos. Además, secretamente sentía algo por ella, era una joven de carácter fuerte, que no dudaba en decir lo que pensaba, y preciosa.
Y pensó, ciegamente, que después de aquel baile escolar, ella se había olvidado completamente de Trunks. Ingenuamente había aceptado ser su novio, pensando que entre ellos si había algo más.
Pero, muy dentro suyo sabía que eso era imposible, ¿Qué ella le pida ser su novio?
¡En qué estaba pensando! Era evidente que Fayra solo lo estaba usando para dar celos a Trunks, sin embargo, los planes de la rubia no contaron con el dato más importante: Trunks no la amaba.
Y ahora entendía, que ella no lo amaba. Después de todo, cuando él acepto, Fayra se mantuvo con ese rostro sombrío, y un frío:
«bien, mañana sera nuestra primera cita. Llega puntual»
Su primera salida como novios fue a un parque de atracciones muy concurrido y con buena fama; ganó tantos peluches como pudo, intento ser el mejor novio para su primera cita, a pedido de su madre que al saberlo se había puesto tan feliz, dichosa. Aunque no era de esperarse, Fayra provenía de una familia pudiente.
Lástima que en su primera cita, ignoro la primera pista de que todo era un vil juego planeado por la rubia.
Misteriosamente se encontró con Trunks, quien estaba en el mismo parque con la pequeña Bra; aún lo podía recordar:
— Goten — Trunks saluda al ver a su amigo de la infancia — No me digas que viniste con Pan.
— ¿Pan? — la niña se acercó de un salto hacia ellos, buscando a la otra infante.
— No — ríe nervioso, llevando su mano a su nuca, aún ni él se podía creer que tenía una novia, y antes que Trunks — Estoy aquí con alguien más — mantuvo el misterio.
Ambos Briefs se miraron sin entender, y antes que Trunks vuelva a preguntar, una voz dulce llamo al susodicho.
— Joven Trunks que grata sorpresa — Fayra se abrazo al brazo de su supuesto novio, mientras saludaba con una sonrisa al Briefs. Trunks miro sorprendido el agarre de la rubia sobre su amigo, notando que los senos se aplastaban —, que grata coincidencia, no lo crees querido — la rubia miro a Goten, que estaba más que rojo, titubea:
— S-si — trago saliva — e-ella es
— Soy su novia — una risa la acompaño en su confesión.
— Oh — Trunks estaba boquiabierto, no pensaba que Goten había estado coqueteando con alguien. O qué le interesaban esas cosas. Aun así, no evito felicitarlo — Felicidades — alegre mira a su amigo —, pero bueno, pensé que éramos amigos, ¿Cómo se llama tu novia? Nunca me has hablado de ella — dijo lo último en un tono burlón de regaño.
— ¿Qué? — Fayra se congelo por la revelación, no creía que Trunks no supiera de ella.
Trunks sintió una fuerte pisada de parte de su hermana, trago el grito de dolor.
— Trunks solo está bromeando — Bra evitando una discusión en la recién pareja, tomo a su hermano — los dejamos en su cita, y felicidades.
Goten con una sonrisa aún embobada, se despidieron de ellos, ignorando que Fayra seguía congelada en el mismo sitio.
Luego de aquel encuentro, recordó que Fayra estaba de pésimo humor.
Goten volvió al presente, dejando caer un suspiro, ignorando a Fayra que seguía despotricando, caminando en círculo delante suyo como un tigre enjaulado.
— que suerte tienen algunos — dejo descansar su mentón sobre sus manos, el codo sobre su rodilla, el helado se había derretido en el envase que había comprado para que los dos comieran, aún lado suyo donde estaba sentado.
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