Luces de Neón
Capítulo I
Insomnio
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-
M por Mature Content – (Lime / Soft Lemmon)
Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)
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AVISO: -Leer con precaución, este capítulo contiene lenguaje explícito-
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- ¿Pero será solo un tiempo verdad? – los grandes ojos jade parecían ver a través de él.
Desvió la mirada fijándola en el reflejo de sus pequeños pies colgando del puentecillo en el jardín sobre el agua del riachuelo artificial que se agitaba suavemente por el movimiento de los peces koi en el agua que nadaban ajenos a la conversación de los infantes.
-No lo sé… Itachi se quedará con papá y yo me mudaré con mamá a Seúl a casa de mis abuelos la semana que viene, mamá me dijo que el divorcio era algo complicado pero que lo entenderé cuando crezca- musitó el niño con la mirada aún clavada en el movimiento de los peces a sus pies.
-Pues…- la pequeña pelirosa sonrió ampliamente con seguridad- no importa lo lejos que estés yo siempre estaré contigo, nunca estarás solo Sasuke-kun- le rodeó con sus pequeño brazos desde el costado y el niño dio un brinco a su lado contrariado por las emociones que se instalaron en su pecho con el inocente acto.
-Y yo que pensaba que al fin me desharía de ti, eres una enana molesta- la comisura derecha de sus labios se elevó suavemente en una pequeña sonrisa arrogante mientras le desordenaba el rosado cabello arrancando protestas infantiles de sus pequeños labios seguido de su típico mohín molesto.
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15 años después…
El estrepitoso sonido de la alarma a las 5 de la mañana resonó en la habitación despertando a sus tres ocupantes, entre quejidos lastimeros y maldiciones al ruidoso aparato una revuelta mata de largo cabello rosa se hizo presente aun oculta entre las mantas y su propietaria estiró su brazo lánguidamente para alcanzar el aparato y apagarlo antes de que le provoque un derrame cerebral.
…Ese sueño otra vez…
Con la cabeza a punto de estallarle abrió pesadamente sus adormilados ojos jade, sintiendo que moriría en cualquier momento, lo de ayer fue demasiado… estúpido.
Estúpido, absurdo, irracional…
- ¡Joder me siento fatal! – exclamó en un lloriqueo antes de salir a la cama farfullando maldiciones, había botellas de ron, tequila y latas de cerveza regadas en el suelo y un rastro de vómito de la sala, se extendía hasta la puerta de la habitación.
Asqueroso…
-Diablos Temari, Ino tenemos que limpiar esa mierda… ¿Qué diantres pasó ayer? - preguntó confundida.
Una risilla cantarina llegó a sus oídos seguida de una voz conocida.
- Estabas ebria hasta no poder más, te pusiste a llorar, quisiste moler a golpes a Naruto, te arrastramos hasta la habitación y te quedaste dormida o desmayada…- se encogió de hombros y respondió entre un bostezo Ino con la voz pastosa por su reciente despertar.
Torció el gesto con una expresión de desprecio hacia si misma y caminó hasta el baño sujetando su cabeza, para parar el creciente mareo, en el camino removiendo suavemente por el hombro a su más reciente amiga, Temari la mente maestra detrás del desastre de la noche anterior, consiguiendo que despertara entre quejidos lastimeros.
Realmente no quería ver el salón.
Realmente no quería ir a trabajar ese día.
La última vez. Promesa.
Tomó una ducha rápida, las tres compartían un departamento en la residencia de estudiantes de intercambio en la que vivían ya hace un mes, trabajaban medio tiempo en un restaurante cercano al lugar y su turno comenzaba a las 7:30, así que mientras una se duchaba, la otra preparaba el desayuno y la otra alistaba los uniformes, aunque esta vez las tres se pusieron manos a la obra con una rápida limpieza antes de comenzar su rutina en caso de que apareciera la supervisora.
Lo más importante.
Nunca había tenido suerte haciendo amigas, desde que era una niña cada vez que hacía una amiga era traicionada, marginada o tratada como un bicho raro por lo cual desarrolló una enorme "desconfianza" con las chicas y su forma de relacionarse en la adolescencia, así que solo era capaz de tener un trato cordial con ellas, amabilidad, gentileza, características muy arraigadas en ella, la única excepción durante toda su vida había sido Ino, su mejor amiga y la persona que siempre la había defendido.
Con los años se dio cuenta de que no necesitaba más, eran Ino y ella contra el mundo, pero recientemente habían conocido a Temari con quien hicieron un match instantáneo.
Sakura siempre se caracterizó por ser una persona bondadosa, un poco tímida, buena estudiante, una chica ingenua en toda la extensión de la palabra y según Ino era toda una santurrona, le gustaba divertirse como a cualquier otra chica de su edad, pero tenía límites en cuanto a "guardar la compostura" había soñado con tener la oportunidad que estaba viviendo en ese momento. Había viajado a Londres para participar en un proyecto de investigación en conjunto con diversas universidades del mundo, sus mejores amigos de toda la vida estaban con ella debido a que los seminarios eran tan masivos y variados que reunían a estudiantes de todas las disciplinas.
Las tres caminaban todos los días al restaurante que se encontraba a tan solo un par de calles de ahí, diciembre se acercaba y el frío otoñal de noviembre calaba los huesos por lo que Sakura comenzaba a arrepentirse de haber tomado turnos en la mañana, trabajaba cinco días a la semana, a pesar de recibir dinero de su beca de estudiante destacada, pero el dinero extra no le venía nada mal para los caprichos que tenía de vez en cuando, había decidido no utilizar el dinero del fondo que sus padres le enviaban, pues su intención en aquel viaje era independizarse, averiguar si ya podría sobrevivir por su cuenta.
Absorta en sus pensamientos no ponía atención a la intensa conversación de sus amigas sobre uno de los chicos del departamento de en frente.
Menudas chismosas estaban hechas.
-Dicen que Tayuya durmió con Kimimaro anoche, de repente desaparecieron de la fiesta al mismo tiempo– mencionó Temari con una mirada pícara luego de revisar los mensajes acumulados en su celular desde la noche anterior.
-Pero ¿Tayuya no estaba saliendo con uno de los gemelos? - indagó Ino con una mirada curiosa- escuché que estaba con Ukon ¿Se habrán peleado? No vi a ninguno en la fiesta anoche.
-Pues no lo parece, Kim estaba preguntando por ella en la madrugada, dijo que en cuanto apagaron las luces poco después en medio del revuelo que se armó por Sakura y Deidara, Kimimaro y Tayuya desaparecieron…- una risilla escapó de Temari compartiendo el chisme del día.
Sakura despertó de su ensoñación al escuchar ese nombre prohibido y con una expresión de absoluto desprecio preguntó.
- ¿Qué demonios ocurrió anoche con Deidara? – casi vomitó ese nombre, más asqueada que enfadada, lanzó una mirada de cansancio a sus amigas, sentía que había hecho algo que la haría querer que la tierra la tragase y no podía recordar que demonios había ocurrido después del juego de cartas que la dejó mirando estrellas de Bacardí.
-Verás…- Comenzó Ino buscando las palabras para continuar el relato.
Y es que realmente se sentía jodida, después de todo, lo único que arruinaba su experiencia soñada era un detalle…
Un detalle desgarrador…
Su estúpido ex manipulador, en un departamento vecino.
-Espera- la detuvo mientras cruzaban la puerta trasera del establecimiento para dejar sus chaquetas en la percha- cuéntamelo de vuelta a casa, ya estoy lo suficientemente mal como para arruinar más este día.
Ino soltó una risilla con un tinte de preocupación mientras las tres se preparaban para la jornada de ese día y Temari hacía una mueca de molestia porque también quería saber los detalles de lo que había ocurrido, odiaba el chisme a medias.
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A 8 horas de diferencia horaria un joven de cabellos negros y profundos ojos de ónix revisaba con aburrimiento una pila de papeles en su escritorio, se había graduado (de máster) recientemente en la universidad más importante de Seúl, ciudad donde vivía con su madre desde los 11 años luego de sus padres se divorciarán, decir que era un genio era quedarse cortos.
Sacó su teléfono móvil para revisar la hora y escribió un rápido mensaje.
Buenos días.
Sasuke Uchiha nunca había sido un hombre atento, mucho menos cariñoso, tenía muy (MUY) pocos amigos y prácticamente no recordaba su vida en Japón exceptuando por breves recuerdos de su ya en esos tiempos destruida familia y su pequeña mejor amiga de la infancia.
Levantó el teléfono para responder a una serie de llamadas relacionadas al trabajo, unos cuantos correos y vistazos a la agenda, siempre se quedaba ahí hasta tarde, nadie lo esperaba en casa, a fin de cuentas.
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Dio una vuelta.
Otra vuelta.
Imposible…
Llevaba meses así, el único día que había logrado dormirse temprano había sido el día que llegaron a Londres, después de un vuelo pesado y lleno de escalas quien no caería dormido como una roca.
La única forma de dormirse como un tronco era emborracharse hasta olvidar su nombre o atascarse con somníferos.
Desde su adolescencia siempre había sufrido trastornos de sueño, estos en mejores tiempos habían sido fáciles de calmar con medicamentos ligeros, pero a estas alturas ya ni sus somníferos la ayudaban, el cuadro de ansiedad que le había provocado su última relación casi había arruinado su viaje de intercambio y su vida en general.
Si es que se podía arruinar más.
Pero, aunque duró semanas sin querer salir de la cama, una mañana despertó sintiendo que no podía permitir que ese hombre arruinara una sola cosa más en su vida.
Desde ese día lo único que le había dedicado… era su insomnio, a veces el miedo por los recuerdos.
Su relación con Deidara duró dos años, dos años de manipulaciones, mentiras, engaños, injusticias y sumisión.
Sakura había terminado realmente harta de él, pero con la sensación de necesitarle, después de enterarse del desastre que había armado la noche anterior lo único que quería era seguir vomitando, pero por el asco que sentía de sí misma, de ese tipo, de sus malos hábitos, y la lástima que tenía por su hígado que de por sí ya no podía estar más lastimado, pero nada como las heridas de su corazón, las secuelas de la dependencia emocional eran fuertes, Deidara la había agredido… en múltiples ocasiones y de todas las formas posibles en esos dos años, ella no entendía por que a veces a pesar de todo al verlo de lejos aún una lágrima escapaba de sus ojos jade, no entendía como había podido amar a una persona como él, si es que se le podía considerar persona después de lo que le había hecho pasar.
Porque ahora vivía atemorizada.
Lo intentó con terapia, pero pronto se dio cuenta de que "la terapia no es para todos" y se encerró en sí misma, Ino insistiéndole en que dos sesiones no arreglarían su vida y tenía que persistir.
Pero el día del viaje llegó y el alcohol tocó su puerta acompañado de la necesidad de demostrar que era fuerte.
Que ya no era la misma chiquilla débil, quería demostrárselo a si misma, quería mostrarle al mundo que ella también podía ser un poco retorcida.
Pero esa era una historia que no quería recordar ahora.
Solo quería dormir y olvidarse del vacío en su interior.
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NOTAS DE LA AUTORA:
*EDITADO*
¡Hola! Estoy aquí con una nueva historia, ¡Yei! :D Esta vez será una larga, Luces de Neón está planificada con 25 capítulos más un epílogo (Sujeto a cambios) espero que disfruten mucho esta historia sé que habrá quienes se sientan un poco identificadas con las cosas que le pasaran a Sakura en este fic, advierto que esta historia tendrá muchos giros inesperados, momentos un poco "trambólicos" mucho drama y muchas decisiones frustrantes con un toque personal pero también un toquecito de comedia para varias *risas* así que no hagan muchas apuestas.
Espero que les gusten las montañas rusas.
Me alegra que me acompañen en este viaje y espero que la historia sea de su agrado.
¡Háganme saber si les ha gustado este capítulo con un review! :D
Gracias por leer, con cariño.
Azulen.
