Monte Olimpo.

En lo más alto del Monte, Hades estaba guiando junto a Anubis a Quetzalcóatl, que miraba todo como una niña curiosa, rumbo a donde debería estar Naruto.

Los dos Dioses del Inframundo no sentían a Naruto o a alguien, pero Hades sabía que a veces su hermano tenía esa maña de bajar su presencia para quién sabe que.

"Es raro no sentir su presencia…"

Quetzalcóatl miró con una ceja alzada a Hades por lo dicho, pero mantuvo el silencio, esperando conocer finalmente al líder de los Griegos, que al parecer tenía a Izanami sobre el.

No le deseaba eso ni a su peor enemigo.

Algo similar a un cohete empezó a caer sobre ellos, que dieron un salto atrás por instinto, y tomaron una postura de ataque, viendo la nube de humo que se formó.

"¡Joder! ¡Mi maldita espalda!"

La voz de Adamas resonó en sus oídos. El viento se movió y expulsó la nube de viento, a la vez que Naruto bajaba del Cielo mismo con las manos en la espalda, solo con unos pantalones puestos.

"Casi me haces usar una mano".

Adamas gruñó, levantándose y viendo directamente a su padre con molestia. Se volvió a lanzar, pero Naruto detuvo su carga cuando reapareció repentinamente detrás de el y lo pateó en el tobillo.

Iba a caer de cara al suelo, pero Naruto lo tomó del cuello de su camiseta sin mangas, y lo levantó.

"Tenemos visitas. Terminamos por ahora".

Adamas gruñó, y se empezó a retirar a paso pesado, con los ojos cerrados, sin hablar con nadie.

Quetzalcóatl miró al detalle los músculo del rubio, que seguía en una pose magnánima, que solo resaltaba su poderío y su valor.

Naruto se acercó al grupo, y saludó primero a Hades y a Anubis, ya que eran los que se adelantaron, y luego se acercó a la Diosa.

Ambos se dieron la mano. Naruto levantó la mano de la diosa rubia y besó el dorso de su mano, como acostumbraba a hacer.

"Es un gusto conocerla. Naruto, para usted".

"El gusto es mío".

La mirada de ambos se mantuvo unos segundos, antes de que Naruto se gire hacía Hades y Anubis. El dios egipcio creó una proyección para Naruto, y le mostró como encontró el Castillo y la ciudad de Mictlantecuhtli.

El ceño de Naruto se frunció.

"No creo que haya sido Izanami directamente. Seguramente hayan sido algún sirviente de ella, o… Bueno, Osiris y Seth, probablemente".

"Había algo de la sangre de Tezcatlipoca también".

Quetzalcóatl comentó como agregado. Naruto le asintió en su dirección.

Con una seña, Hades y Anubis entraron al templo, pero Naruto se quedó junto a Quetzalcóatl. La diosa entendió lo que venía, así que miró fija y atentamente a Naruto, que la miró con tranquilidad.

"¿Cuál es el motivo de tu visita aquí, Quetzalcóatl?"

La diosa no tardó en responder.

"Con la muerte de Mictlantecuhtli, es probable que Izanami me busque a mí también, ya que había salido del panteón por algo de pelea. Me gustaría aliarme a ti y al Olimpo. Ayudarlos en los que pueda y… Bueno, quiero pelear contigo".

Había una sonrisa emocionada en su rostro que hizo sonreír a Naruto.

Esta otra loca tenía manía por la pelea, lo había olvidado.

"Bueno, por mi parte está bien. Solo no hagas desastre, tengo suficiente con todos los otros mocosos".

Naruto sabía que ella no vino aquí solo por eso, pero no era tampoco algo malo. Si ella lo hubiese querido engañar, lo habría notado al instante.

Sus ojos siempre fueron rápidos para notar el más mínimo movimiento de mentira, por más buen mentiroso que seas.

El movimiento del ojo, una leve mueca, la leve tensión en un dedo, e incluso su oído podía captar el pulso cambiante.

El corazón latía con fuerza por un corto período tras la mentira.

"Sígueme".

Ya que estaba solo hoy, puesto que Hera estaba en su templo junto a Rhea y Hestia, Afrodita estaba junto a Artemisa entrenando, y Tisífone fue a ver a sus sobrinos al Inframundo, Naruto no vio problemas en dejarla pasar.

Tampoco era como si fuese a acostarse con ella, solo iban a hablar de cosas sobre algunos probables ataques o aliados de Izanami.

………

Ciudad de Olimpia, Monte Olimpo.

"Puedes quedarte aquí, si te sientes cómoda".

Un pequeño palacio, con pilares de mármol, sin decoración en ningún lado, pero estaba amueblado, tenía espacio para sentarse o acostarse y simplemente matar el rato, mesa para varias personas, sillas, etc.

Quetzalcóatl miró el lugar en silencio, con algo de admiración. Era precioso incluso con lo pequeño que era comparado a su palacio, pero le agradaba mucho más.

Naruto miró a la diosa rubia verlo y sonreír ampliamente.

"Está bien aquí, muchas gracias".

La mirada de Quetzalcóatl cambió, y su sonrisa se redujo un poco, pero su significado cambió totalmente. Agarró un poco de su cabello entre sus dedos, estando de lado hacía el rubio, que no le quitó los ojos de encima.

"¿Podemos tomar algo juntos?".

Hubo un leve movimiento de los pechos de Quetzalcóatl que atrajo por un segundo la mirada de Naruto, que rápidamente volvió a ver los ojos esmeralda de la Diosa azteca.

Notó un brillo… curioso.

El rubio asintió y sonrió con un leve deje de diversión.

"Te daré ese placer".

La sonrisa de Quetzalcóatl se volvió casi peligrosa.

……….

Helheim – Palacio de Hades.

Perséfone miró en silencio a la hija de Hades y Alecto en sus brazos, que estaba totalmente cómoda mientras dormía. Acarició con su dedo la mejilla de la misma, que pareció recostarse contra el mismo.

Aunque estaba molesta por el hecho de que Hades le fue infiel, ¿Quién era ella para quejarse de eso, cuando había estado con Adonis y no lo engañó con Piritoo porque el Dios ya lo había puesto en su prisión de Yesca mágica?

Lo de Adonis fue peor cuando creyó que Afrodita había empezado a sentir algo por ese humano, y no fue así. Sólo había sentido pena del mismo por el estado en que lo encontró, y lo ayudó, tal y como hizo Naruto a lo largo de su vida divina.

Fue ella la única idiota que se enamoró de ese humano, que hoy día estaba muerto porque… Bueno.

Intentó cortejar a Afrodita un día que Naruto estaba enojado.

Sabia que su tío les daba permiso a sus esposas para hacer lo que sea, total, no había nada que se escape de sus ojos. Si lo dejaban, él simplemente las despediría y ya.

Esta claro que su tío era otro que no podía mantenerlo en sus pantalones, cosa notable por la cantidad ridícula de hijos que tuvo, pero… Bueno, nadie lo juzgó nunca porque su historial estaba limpio de violaciones o acoso.

Naruto siempre castigó la violación que terminó con un hijo muchas veces no reconocido que el mismo terminaba criando. Zeus mismo había empezado a evitar las violaciones para no pasar el estar colgado de los Cielos por los huevos.

Los semidioses siempre fueron parte de la familia gracias a Naruto, por más que a muchos dioses menores no les haya gustado.

No es como si su voz valiera algo para ella.

Perséfone volvió a mirar a la beba en sus brazos, que había abierto sus ojos ámbar lenta y pesadamente.

Hades estaba haciendo algo de papeleo cerca de ella, pero se detuvo y miró a la bebé despertarse cuando oyó el sonido de un balbuceo.

Se levantó y se acercó a la pequeña Malenia, que casi de forma automática miró a su papá y estiró los brazos.

Hades la alzó y sonrió cuando la beba agarró su cabello y lo tiró con una risita.

Perséfone mantuvo el silencio, viendo a Hades empezar a jugar con Malenia, que se reía con las estupideces de su padre.

La diosa no podía entender porque ella siempre terminaba con algo fuera, un amante dicho sea, como lo fue con Adonis, y no con el esposo que tenía.

Los dos no eran perfectos, para nada, pero… Él siempre la amó, y ambos se casaron porque se habían enamorado, y aunque ella le fue infiel varias veces, él la seguía amando.

Hades amó a ella como amó a sus hijas, las Euménides, Melínoe, Macaria…

'No se si te merezco de verdad, Hades…'

………

Monte Olimpo.

Hestia, que estaba cocinando unas galletas, se detuvo cuando sintió un temblor en todo el Monte Olimpo.

Giró la cabeza para ver por la ventana del templo de su esposo, viendo un leve destello en el Cielo.

"¿Con quién está peleando?"

"Con Quetzalcóatl".

Afrodita entró al templo con una mirada cansada, teniendo a Artemisa detrás de ella, que lucía aún más cansada.

Hestia alzó una ceja con curiosidad.

"Vino a pedir una alianza. Asesinaron a Mic no se cuanto, el azteca que se unió a la Alianza del Infierno, que peleaba con ella bastante seguido".

Artemisa se sentó en una silla y recostó su cabeza contra la mesa.

El temblor en el Olimpo se detuvo.

Hestia miró por la ventana como una estela dorada bajaba a la ciudad de Olimpia, y luego subía rápidamente hacía el templo.

Afrodita iba a agarrar una galleta, pero retiró su mano cuando fue golpeada con un cucharón.

"No toques. Espera".

La voz dura de Hestia causó un puchero en Afrodita, que miró la puerta abrirse, donde entró Naruto con un corte en el medio del pecho que estaba sanando rápidamente.

"¡Naru! ¡Hestia me pegó por querer agarrar una galleta!"

Afrodita saltó y abrazó a Naruto, escondiendo su cabeza en su pecho, sollozando levemente. El rubio acarició suavemente su cabello con su mano derecha, y cerró la puerta detrás de él con su mano izquierda.

Hestia y Artemisa miraron en blanco a Afrodita.

"Sabes que a Hestia no le gusta que se metan cuando está cocinando, Dite".

"Pero tú me dejas~".

Naruto suspiró y abrazó a Afrodita, que se apegó a él lo abrazó de igual forma.

Hestia sonrió y negó ante el comportamiento de Afrodita. Artemisa miró con una mirada extraña la escena entre su tío y su… Bueno, digamos amiga.

"Que yo te deje no significa que Hestia lo haga. Recuerda que hay espacios que debes respetar también".

Afrodita asintió con una sonrisa, y se quedó recostando su cabeza contra el pecho de Naruto.

El rubio la levantó y caminó para sentarse al lado de Artemisa, con Afrodita en su pierna, aún recostado en su pecho, con los ojos cerrados.

Artemisa recostó la cabeza contra el hombro de Naruto, que usó su otro brazo y suavemente la abrazó por los hombros. La diosa de la caza no vio problema alguno y empezó a cerrar lentamente los ojos.

Ambas mujeres se durmieron profundamente en menos de unos segundos, con el calor del cuerpo y las caricias en su cabello de parte de Naruto.

"¿Entrenaste con Adamas hoy? Parecía más enojado de lo normal".

Hestia sabía del comportamiento algo molesto de su hijo, pero no era nada del otro mundo. No era un acosador de mujeres ni algo como el resto de sus parientes, sólo alguien que le gustaba pelear e insultar.

Naruto asintió, viendo sin descaro alguno el trasero de Hestia cuando se agachó a abrir el horno.

"He estado buscando la Oz de Cronos, pero no la encontré en ningún lado. Quería regalársela".

Hestia sonrió suave y cálidamente a su esposo una vez se levantó y se giró con todas las galletas ya listas y puestas en un tarro.

Naruto la miró a los ojos esta vez.

"No le he regalado nunca algo así como un arma porque siempre va a molestar a Hefesto por eso, y bueno… Siempre termina rompiendo sus armas. La Oz de Cronos estaba en el Monte Otris, pero no la encontré".

La sonrisa de Hestia despareció por una expresión preocupada.

Naruto tenía una expresión más sería.

"¿Crees que…"

"Sí. Es muy probable que este problema se haya vuelto aún más jodido, pero no voy a ir a buscar a esa tipa".

Hestia no era alguien muy estratega ni fanática de la pelea, pero entendía porque Naruto no iría a atacarla personalmente.

"Tenemos ventaja aquí, y si nosotros no atacamos, ella lo hará. Pero si cree que su primer golpe conectará… Sin duda está equivocada".

Naruto no notó que sus ojos brillaron, y apretó los dientes levemente.

"¡Padre!"

La puerta se abrió de repente, captando la mirada de Naruto y Hestia, y despertando tanto a Artemisa como Afrodita.

Adamas entró con una expresión mortalmente sería.

"Los Titanes han escapado del Tártaro junto a Atlas que fue liberado".

La mirada de Naruto hizo temblar a Adamas.