Se conoce que fue del día de Haneru pero como fue que llegó Riche a salvarla, eso es lo que se observará ahora.

Justo la mañana cuando todas se separaron para ir por caminos opuestos, la peligris se encontraba caminando por las calles del pueblo, ahora que estaba sola, necesitaba encontrar algo que pudiera hacer.

- Quizás debí haber acompañado a alguna de las otras… - Pensó en ese momento, hasta el momento siempre ha estado con las demás en varias de las actividades lo cual ha causado que no sepa qué realizar en ese momento, decidió sentarse en un banco para pensar sobre una actividad que pueda realizar. – (Ya que las demás se fueron a ver cosas por su cuenta, yo igual debería de hacerlo… realmente tengo muchas opciones, podría ir de compras, después de todo tengo mi tarjeta dorada… aunque no sé, supongo que a mi padre le gustaría tener algo de aquí pero podría conseguirlo fácil si viaja en helicóptero… así que tengo que buscar algo más…)

- Todos, pasen aquí. – De repente escuchó algo, observó una multitud la cual se estaba reuniendo, siendo llamada por la curiosidad, ella se acercó a ver de qué se trataba, ahí es que se encontraba un hombre que presentaba algo. – Observen las antigüedades que tengo, les aseguro que son auténticas.

Tenía sobre una lona varios objetos antiguos, cosas como tazas, jarrones, pinturas y muchas otras cosas las cuales llamaban la atención de la gente, Riche observaba y podía sentir algo.

- (Parecen ser auténticas… pero es raro que un vendedor ambulante posea algo así)

- ¡Devuelve lo que robaste! – Escuchó una voz a su lado, era una chica la cual parecía tener unos doce años de cabello castaño oscuro y ojos de un color purpura, miraba con enojo al vendedor.

- Oye pequeña, no digas mentiras, todo esto lo obtuve legalmente.

- ¡No es cierto, engañaste a mi abuelo para que te diera toda esa colección! – Reclamó esta, causando que haya cuchicheos entre la gente, eso puso nervioso al vendedor.

- No tienen por qué escuchar las tonterías de una niña, ella no sabe de qué está hablando y puedo asegurar que todo es mío, aún poseo los papeles de venta que me dio el dueño de todas las antigüedades. – Y las sacó para que la gente los vea, eso hizo que creyeran en este y dejaran a la niña a un lado.

- P-Pero… él se lo robó todo… - Aquella chica no aguantó más y se fue corriendo, Riche la vio.

- (Algo le pasa…) – Decidió ir tras esta, al alejarse un poco la pudo encontrar detrás de una pared agachada, se encontraba sollozando. – Esto…

- ¿Eh? – Ella levantó la mirada con sorpresa, limpiándose las lágrimas. - ¿Qué quieres?

- Bueno… escuché lo de hace rato ¿realmente esos objetos son robados?

- Sí. – Exclamó la castaña con molestia. – Ese sujeto es un estafador, vino a la tienda de antigüedades de mi abuelo con la promesa de que nos conseguiría un préstamo para levantar la tienda pero que necesitaba un seguro y que para ello tenía que dar los objetos de la tienda… lo engañó… y es algo que no puedo perdonar…

- Entiendo… - La peligris se llevó la mano al mentón. – No es bueno aprovecharse de otros y lo que hizo esa persona sí es algo que debería ser castigable… lo he decidido, voy a ayudarte.

- ¿En serio? – La chica vio a Riche con asombro. – No ganas nada con ello…

- No es algo necesario, mi familia es rica así que tengo muchas cosas que quiero, pero igual tengo un respeto por las antigüedades, ya que mi padre le encanta coleccionar estas, tengo un ojo para discernir verdaderas de falsas y esos objetos no son algo que puedas vender si no las compraste legalmente.

- Gracias por ayudarme. – La chica hizo una reverencia. – Me llamo Hikari.

- Soy Riche, un gusto conocerte Hikari-chan.

- Igualmente, Riche-san. – La chica sonrió. Ya ella se ofreció a llevarla a su casa para que pudieran hablar con mayor calma. La tienda de antigüedades era pequeña pero se veía acogedora, aunque todo estaba vacío debido al estafador que se llevó todo, las dos entraron y fueron hasta la sala de atrás.

- Hikari, regresaste ¿trajiste a alguien? – Una persona de edad mayor se cruzó por la puerta en ese momento

- Me llamo Riche, Hikari-chan me invitó a venir. – La peligris hizo una reverencia.

- Entiendo, puedes quedarte todo el tiempo que quieras, lamento que la tienda esté vacía.

- Descuide, no es algo que me moleste.

- Entendido… iré a dormir a un rato, nos vemos luego Hikari.

- Claro abuelo, subamos a mi habitación. – Las dos fueron a la habitación de la castaña, ya entrando, las dos se sentaron en el suelo donde estaba una pequeña mesa, no sin que antes Hikari llevara dos tazas de té, ambas empezaron a beber.

- Entonces Hikari-chan ¿Cómo empezó todo? – Preguntó Riche, la castaña bajó la mirada.

- … Lo cierto es que esta tienda no tiene tantos clientes como las demás del pueblo, a pesar de todo mi abuelo está muy orgulloso de cada antigüedad que posee, él espera poder compartir todo lo que reunió con la gente y que estos puedan conseguir un nuevo hogar antes de que él se vaya, yo comparto ese mismo sentimiento, pero no es que poseamos mucho dinero… ahí fue que ese estafador se aprovechó de la buena fe de mi abuelo, prometiendo que nos daría un préstamo pero necesitaba un seguro para ello, otorgando todos los objetos de la tienda; a pesar de qué firmó para darnos el dinero, nunca volvió, confirmando que nos había estafado… - Apretó su puño. – Se llevó todo lo que mi abuelo se esforzó en reunir…

- Eso es horrible… - Riche podía ver lo triste que estaba Hikari y ver que se aprovecharon de alguien como su abuelo no es algo que podía soportar. – Podríamos acabar con esto de una vez, solo necesito hacer una llamada, mi mayordomo podría…

- Espera Riche-san. – Hikari la detuvo. – Aprecio que quieras hacer algo por mí, pero no deseo que llegues a tales extremos… tampoco es que quiera que lo mandes a dormir con los peces, solo que pague por lo que hizo.

- Así que solo que pague… podría tener una idea para ello. – La peligris sonrió.

- ¿En serio? – Riche asintió.

- Esto es lo que vamos a hacer…


- Otro buen día de compradores posibles, ya todo está apalabrado, solo es que vengan por los objetos. – El vendedor de las antigüedades se encontraba descansando en aquel momento luego de haber hablado con muchos clientes. – Muy pronto estaré nadando en dinero… todo gracias a haber engañado a ese anciano. – Soltó una risa por debajo, ya entonces bostezó. – Estoy cansado, dormiré un rato en mi camioneta. – Y fue para descansar.

Justo en ese momento se asomaron dos figuras, eran Riche y Hikari las cuales estaban acercándose lentamente, yendo de pecho al suelo mientras se arrastraban.

- Esto… Riche-san ¿por qué hacemos esto? – Preguntó la castaña.

- No me llames por mi nombre, recuerda que tenemos códigos. – Expresó la peligris, Hikari desvió la mirada.

- … Águila ¿por qué hacemos esto?

- Buena pregunta Conejo… y la respuesta es que siempre quise realizar una misión encubierta. – Hikari casi se va para atrás con aquella respuesta.

- No estamos para juegos, se supone que debemos seguir tu plan pero esto lo veo innecesario.

- No seas así conejo, sí vamos por el suelo es para evitar que nos vea… por suerte entró a su vehículo a dormir por lo que no sospechará demasiado ¿trajiste lo que te pedí?

- Claro, aquí lo tengo. – Mostró la bolsa que ella llevaba, Riche sonrió.

- Excelente, continuemos. – Las dos siguieron moviéndose de aquella forma hasta que llegaron a lo que era la caja donde guardaba las antigüedades, las dos se levantaron para ver. – Aquí está todo, muy bien conejo, es hora de empezar la operación.

Un tiempo después, el vendedor despertó de su siesta, saliendo de su vehículo, tenía que prepararse para otra gran ronda de venta dentro de unos minutos.

- Muy bien, solo tengo que recoger mi mercancía y… - Al momento de ir donde esta se encontraba, obtuvo una gran sorpresa. - … Un momento ¿y la mercancía?

Se aseguró de ver por todas partes, sabía que la guardó justo en aquella caja pero no encontraba nada, eso solo hizo que empezara a sudar en frío.

- No puede ser… ¿ladrones? ¿Cómo? No pueden haberse llevado todo. – No podía perder lo que tanto le había costado obtener, pensando en que no podrían haberse alejado demasiado, empezó a correr para buscarlos. – Sí encuentro a esos ladrones, yo…

En ese momento su pie acabó por jalar una cuerda, causando que cayera al suelo, volteó a ver a su espalda, de algún modo estaba atada a la parte inferior de su vehículo y a un árbol.

- Esta maldita cosa… no puedo perder más tiempo. – Tuvo que tragarse su ira y continuar en la búsqueda de los ladrones, no es que hubiera tantas calles en ese pueblo de aguas termales pero no podía confiarse en que los encontraría a la primera.

- ¿Está buscando algo? – Un hombre se acercó en ese momento, el vendedor intentó mostrarse calmado.

- Es solo que he sufrido un robo, así que esperaba saber sí vio a alguien con unas antigüedades.

- Antigüedades ¿eh? Creo haber visto a dos personas llevarse algo que parecía valioso por la calle contigua a la izquierda.

- Oh, eso me es útil, gracias buen señor. – Y se fue hacia aquella dirección.

- No es nada… - El tipo se hundió de hombros y entonces sacó lo que era un fajo de billetes de su bolsillo trasero. – Eso debería haber sido todo, nada bueno como haber recibido esto por simplemente hablar con ese tipo.

El vendedor continuó por las calles para atrapar a los ladrones, fue al sitio señalado por el hombre pero al llegar no vio nada más que una calle cerrada, rodeada por estanques.

- No hay nada aquí… no es que hayan podido esconderse en algún sitio como este. – Cuando estaba por irse, algo lo golpeó en la cabeza. – Eso dolió… ¿de dónde vino?

Intentando encontrar la causa, otra vez recibió un golpe, no tenía idea de donde venían aquellos golpes pero le causaban que perdiera la paciencia, ya entonces recibió uno un poco más fuerte que lo hizo caer hacia atrás.

- ¡No puedo más con esto! – Empezó a enojarse, justamente a una distancia prudente de ahí estaban Riche y Hikari, la peligris llevaba como una especie de arma de juguete, que parecía más bien un rifle de francotirador.

- … Riche-san ¿de donde sacaste eso? – Preguntó su compañera con rostro inexpresivo.

- Oh, esto es un modelo exclusivo de pistola nerf con forma de francotirador, vale como unos quince mil yenes, lo bueno es que usé el envío instantáneo. – Informó la peligris.

- … Creo que los ricos me dan cada vez más miedo.

- Seguiremos con esto. – Ella continuó disparando de modo que el vendedor no sospechara nada, este ya no podía más con la situación.

- ¡Acabaré con esto de una vez! Creo tener una idea de quien es el responsable detrás de esto. – Y se fue hacia una dirección, las chicas lo vieron.

- Vamos conejo. – Y fueron tras él. El camino del vendedor fue directo hacia la tienda de antigüedades del abuelo de Hikari, este entró enojado.

- ¡Donde tienes mis productos!

- ¿Qué? ¿Qué pasa aquí? – Preguntó el anciano, el vendedor se acercó a la vitrina, apoyándose de sus manos.

- No te hagas el idiota, sé muy bien que has realizado una especie de confabulación contra mi persona para llevarte mis productos, ahora dime donde los tienes.

- … Escucha, estoy realmente confundido con todo esto, se supone que son una garantía para el préstamo ¿no? Los debes de tener.

- ¡Eso no es verdad, sé que los robaste!

- No pude haberlos robado, estuve aquí todo el tiempo. – El vendedor respiraba agitadamente.

- Hagamos esto bien claro, los productos me los diste a mí como una garantía, yo ya estaba en proceso de conseguirlo cuando me robaron todo, nadie más que tú podrías haberlo hecho, sobre todo cuando ya estaba por conseguir el venderlos.

- … ¿Vender qué?

- Los productos, estaba consiguiendo clientes cuando de repente me lo robaron todo bajo mis narices.

- ¿Estabas intentado vender mis productos? – Cuestionó el anciano, el vendedor ya no tenía nada qué esconder.

- Así es, el trato que firmaste fue uno donde me cedías cada uno de tus productos, así que ahora son míos, sí sabes todo eso, devuélveme todo, lo obtuve de forma legal.

- Eso no es verdad. – A espaldas de él, se encontraban Riche y Hikari. – Lo que cometiste es un fraude, te aprovechaste del dueño para obtener sus productos por medio de un engaño.

- ¿Y qué si fue un engaño? Está firmado en un documento, no hay nada que puedan hacer. – En ese momento la peligris sonrió.

- Claro que sí lo hay, porque todo esto fue escuchado ¿no es así?

- Claro. – En ese momento, atrás de las chicas aparecieron agentes de la policía. – Usted, queda arrestado por fraude y robo. – Y le pusieron esposas, el vendedor no podía creer lo que estaba sucediendo.

- Un momento… ¡No pueden hacerme esto, obtuve todo legalmente, hay un documento!

- No es valido si no hay una firma evaluada por un tercero, de sugerencia un abogado, eso fue lo que nos explicó esta pequeña. – Señaló a Riche, ella infló su pecho del orgullo.

- Contacté al abogado personal de mi familia para saber eso.

- ¡Ustedes dos pequeñas mocosas, me hicieron esto, no las perdonaré! – A pesar de seguir gritando, el vendedor fue llevado a la patrulla para alejarse, ya todo se había calmado.

- Hikari… - El abuelo se acercó a su nieta, la castaña bajó la mirada.

- Abuelo… yo…

- No digas nada. – Este negó con la cabeza. – Lo hiciste por mi bien, te lo agradezco… - Hikari abrazó a su abuelo en ese momento. – Y a ti también, por ayudarnos.

- No es nada, no soportaba esa injusticia. – Respondió Riche. – Ya en unos minutos vendrá un camión con todo el cargamento, recuperará sus productos.

- Riche-san, gracias por todo. – Hikari puso una gran sonrisa, la peligris se sentía orgullosa de su buena acción. Una vez se despidió de ella y que el camión que contrató llegara, se fue para dejar que se encarguen de todo.

- Me alegro por Hikari-san… un momento ¿no es Haneru-san? – Y así llegó a lo que se ha visto antes, ya igual en la noche que se relajaban en los baños y hablaban de sus experiencias en aquel día.

- ¿Y cómo estuvo tu día Riche? – Preguntó Nashiko, la peligris soltó un pequeño guiño.

- Digamos que… cometí una pequeña travesura. – Dijo soltando una pequeña risa, ese día terminó sin mayores complicaciones, ahora les quedaba solo un día más en aquel pueblo antes de irse, el cual aprovecharían al máximo.


Franco Yuzaki: Pues es una tarjeta como icónica para cualquier rico jaja y sí que Haneru evitó una posible invasión mundial.

Ahora ya le tocó aquí a Riche con su propio capítulo, evitando un fraude y sí que lo hizo a su propio estilo, usando dinero jaja, ya en su viaje les queda un día más antes de regresar, ya se verá ahí lo que harán las chicas, hasta el próximo cap. Saludos.