Sakurai Ryou fingía que la mirada analítica de su capitán y sub capitán sobre el no le incomodaban ni abrumaban. Nunca ha estado acostumbrado a ser el centro de atención de forma voluntaria o no.
Y ahora que sus superiores lo vieran de arriba abajo tampoco ayudaba mucho a sus nervios.
-Sakurai- y Ryou dio un brinquito asustado teniendo los ojos de Imayoshi Shoichi sobre él. El estudiante de tercer grado le vio con seriedad que no dudo en ocultar en sus ojos, Ryou comenzó a temblar temeroso de lo que fuera a ocurrir en los próximos minutos -¿es un curita lo que cubre el tabique de tu nariz?- pregunto Imayoshi entre preocupado y enojado con el castaño frente a sus ojos.
Era temprano, el entrenamiento matutino del segundo día de clases daba comienzo y Ryou fue abordado inmediatamente por sus superiores luego de que este llego al entrenamiento vespertino del día anterior con la rodilla sangrante y el rostro cubierto de tierra. Sakurai explico lo ocurrido y prometió que la situación no era tan grave, que tan luego terminaran con el entrenamiento iría a la enfermería de la escuela.
Bueno, pues resulta que si fue más grave de lo esperado para Ryou.
Razón por lo que sus senpais lo veían tal hermanito siendo regañado por sus hermanos mayores.
De pronto Ryou se sintió pequeño consigo mismo luego de esa comparación repentina.
-¿Si?- respondió dudoso Sakurai rehuyendo de la mirada de Susa Yoshinori que al igual que Imayoshi le veía seriamente, aquello lo estaba abrumando un poquito -parece ser que sin querer la tierra en mi rostro provoco un pequeño raspón en el tabique de mi nariz y la enfermera de la escuela me puso este curita- explico Sakurai sin hacer contacto visual con alguno de sus superiores.
Si lo hacía, corría el riesgo de comenzar a disculparse como lo hizo la tarde anterior por llegar tarde (aunque no llego tarde al entrenamiento en realidad).
Y quería evitarse esa vergüenza.
-Y te puso otro en la rodilla izquierda- afirmo Susa viendo al castaño y después a Imayoshi quien se percató de aquel detalle -así no puedes jugar, Sakurai-
-Susa tiene razón, corremos el riesgo que la herida en tu rodilla y nariz se vuelvan más serias- agrego Imayoshi cruzándose de brazos mientras soltaba un sonoro suspiro.
Y el que quería ver en ese momento las habilidades del peculiar castaño.
-¡Lo siento!- grito Ryou provocando que Imayoshi y Susa se asustaran por el repentino grito -¡No lo volveré a hacer! ¡Tendré más cuidado! ¡Lo siento!- y comenzó a inclinarse repetidas veces frente a los estudiantes de tercer año.
Okey, les tomaría un par de meses acostumbrarse a la "personalidad" de Sakurai.
-Ya, ya. No sigas Sakurai, solo llamas la atención de todo el mundo, relájate un poco- expreso Imayoshi no sabiendo que hacer para que el castaño dejara de disculparse tantas veces por algo que no fue a propósito.
-Ay dios- susurro bajito Susa viendo al vulnerable castaño buscando alguna forma de escapar de tan bochornosa situación.
Este chico era un estuche completo de monerías.
-Ejem- pronto Ryou y los otros dos chicos dejaron a un lado lo que estaban haciendo cuando se escuchó una delicada voz llamando su atención -si me permiten Imayoshi-san y Susa-san, creo que puedo cuidar que Sakurai-kun no haga algo raro durante el entrenamiento y podamos empezar sin complicación alguna- explico rápidamente Momoi Satsuki, la nueva manager del equipo varonil de baloncesto de Too.
Bendito sea el creador, pensaron al mismo tiempo Imayoshi y Susa, finalmente, alguien podría vigilar a Sakurai sin morir en el intento.
"¿Raro? ¿Yo?" pensó Ryou sin saber a ciencia cierta si sentirse ofendido o no por lo que menciono la bonita chica de cabellos rosas hacia él.
-Te lo encargamos, Momoi-san- expreso Imayoshi palmando el hombro de Ryou que brinco tal gato por la acción de su superior -Sakurai, descansa un poco. Pasado mañana te integraras de nuevo al entrenamiento- y luego de esa orden del capitán del equipo fue que Imayoshi y Susa dieron comienzo al entrenamiento de la mañana.
Ryou aguanto la respiración y luego soltó el aire en sus pulmones rendido. Bueno, no se podía hacer nada ¿verdad?
-Sakurai-kun- llamo Momoi al castaño que le prestó atención -vamos, hay cosas que quiero hablar contigo- y repentinamente eso no le gustó mucho a Ryou, detalle que no paso por alto Satsuki quien soltó una pequeña risita por la actitud del castaño -vamos, no muerdo. No son cosas malas de las que quiero platicar contigo-
"¿Morder? ¿Momoi-san?" y su brazo fue jalado por la bonita chica llevándolo a la banca que usaba Satsuki para sus anotaciones.
El entrenamiento iba a ser largo.
Aomine llego a la escuela exactamente a la hora que entraban todos los estudiantes que no tenían entrenamiento deportivo por las mañanas. Lanzo un largo bostezo mientras se sacaba la cerilla de la oreja izquierda con su dedo meñique ignorando a todo el mundo y lo que no fuera de su interés.
Como suponía, su presencia no era requerida en los entrenamientos y lo prefería así, unas horas más de sueño se agradecen.
Iba camino a su salón de clases cuando vio a lo lejos a Satsuki siendo acompañada por dos chicos que no conocía del todo. Uno era el castaño que sin querer hizo que tropezara con su pie, el otro, un rubio cenizo de ojos verdes varios centímetros más altos que Momoi y el castaño hablaba animadamente con ambos chicos.
Wakamatsu Kosuke, según recuerda se presentó ayer. Pero sinceramente poco le importaba eso.
Hasta ahora.
-Satsuki- se acercó al grupo de chicos buscando llamar la atención de su amiga quien había dejado de hablar con el bajito castaño al notar su presencia.
-Oh, buenos días Dai-chan- expreso Momoi tirando del brazo de Sakurai quien brinco tal gato por la acción de la chica. Aomine vio aquello con la ceja alzada, no por la actitud amistosa de Satsuki si no con quien era amistosa -ellos son Wakamatsu Kosuke-san y Sakurai Ryou-chan, espero te acuerdes de sus nombres dado a tu carencia de modales, Dai-chan-
Y si, era queja.
-Los veo en el entrenamiento de la tarde, Momoi, Sakurai- y los dos chicos asintieron a las palabras de Wakamatsu -y a ti también, Aomine. Pero... dudo que lo hagas, el capitán Imayoshi ya nos dijo sobre tu "beneficio" dentro del equipo- y se fue a su salón sin hacer mayor caso a lo que fuera decir Aomine.
-Nos vemos, Wakamatsu-san- se despidió Ryou moviendo la mano, siendo correspondido por el estudiante de segundo grado.
Okey, extrañamente a Aomine eso no le gusto.
-¿Ryou-chan, Satsuki?- tan rápido su amiga ya era cercana a este chico que tenía un curita en la cara.
Seguramente por lo que paso ayer, pensó Aomine ignorando la sensación en su pecho al saber que era causante de lo lastimado que estaba Sakurai.
Momoi se alzó de hombros -Ryou-chan me dio permiso de llamarlo así ¿verdad, Ryou-chan?- y se abrazó al brazo de Sakurai sin muchas intenciones de soltarlo, Ryou asintió -además, ser cercanos nos ayudara con los entrenamientos y partidos de Too además de tareas escolares, es bueno que seamos compañeros de clase también-
Aomine no sabía eso... ¿Por qué no sabía eso?
Ahora entendía porque se le hacía conocido e castaño. Era compañero de Satsuki.
-Lo que sea- y se alejó de esos dos continuando con su camino a clases. Viendo de reojo a Sakurai y Momoi.
-Cre-creo que no le simpatizo a Aomine-san- murmuro quedito Ryou sintiendo la mirada pesada y molesta de Aomine sobre el mientras caminaba a los salones de primer año.
-Nah, no te fijes en eso Ryou-chan, a Dai-chan no le simpatiza nadie- le restó importancia al comportamiento de su amigo -no te lo tomes personal, es así con todo el mundo- y arrastro con ella a Ryou camino a su salón de clases.
Aomine chasqueo la lengua sintiéndose repentinamente molesto por la rápida cercanía de Satsuki con el chico que sin querer había lastimado.
Cosa curiosa porque a él no le importaba mucho con quienes hacia amistad Satsuki lejos de la Generación de los Milagros.
Apresuro el paso a su salón, quizá durmiendo entre clases olvidaría la sensación en su pecho.
