La Inter-High ha comenzado, y la Academia Too no tuvo problemas para posicionarse entre los primeros puestos.
Aunque sin su As y arma no tan secreta, Aomine Daiki.
Ryou suspiro agotado, esas semanas de arduo trabajo han servido, al menos en su caso. Wakamatsu era un gran estratega y ha sabido orientarlo correctamente luego de las observaciones que Aomine le hubiera hecho en su momento.
Momoi aunque preocupada por lo último acontecido entre Seirin y Kaijo se mantenía convencida de que Too no tendría problemas para enfrentarse al resto de sus rivales sin Dai-chan en el camino.
Aunque le preocupaba un poco el día que Aomine decidiera entrar a la cancha por voluntad propia y destrozar al equipo contrario como en sus tiempos de Teiko. Too por si solo era un equipo abrumador que daban batalla sin esforzarse enserio, pero con Aomine... las cosas solo significaría un desastre anunciado.
La chica suspiro al mismo tiempo que lo volvía a hacer Ryou, este último un poco acomplejado por lo que estaba pasando con su compañero de equipo pues Aomine no ha vuelto a poner un pie en el gimnasio por voluntad propia o para molestar un poco al propio Sakurai para que le diera de su comida.
-¿Qué te preocupa, Ryou-chan?- pregunto la chica mientras anotaba algo en su tabla viendo de reojo al castaño que recogía los balones luego de terminar el entrenamiento vespertino del día.
-Quien debería hacer esa pregunta soy yo, Momoi-san- respondió Ryou arrojando los balones que tenía en las manos en el carrito en perfecta sincronía para sorpresa de Satsuki -no has dejado de suspirar desde que terminamos el entrenamiento-
-Creo que es por la misma razón que tu no dejas de suspirar, Ryou-chan- el castaño ladeo la cabeza confundido -ha pasado un tiempo desde que Dai-chan puso un pie por aquí ¿verdad?-
-Tre-tres semanas, Momoi-san- la chica sonrió por la respuesta contabilizada del castaño -tampoco hemos coincidido con él en la azotea-
Momoi soltó una pequeña risita, Ryou era tan transparente y sincero consigo mismo y quienes lo rodean, nada que ver con el terco de Aomine.
-Dai-chan le gusta cambiar de lugares para dormir, es raro verlo en el mismo lugar tres semanas seguidas- explico Satsuki con calma antes de guardar sus anotaciones -ahora, con la Inter-High comenzando... será un milagro ver a Dai-chan por aquí-
-Especialmente si Imayoshi-san no le llama ¿verdad?- concluyo el castaño empujando el carrito de pelotas hasta la puerta del almacén -es lo que me di cuenta cuando nos enfrentamos a los otros equipos-
-A Dai-chan no le interesan estos partidos, Ryou-chan. Solo los ve como algo aburrido y que le quita el tiempo. No vendrá a un partido de importancia hasta que él diga lo contrario-
Oh.
-Bueno... yo quería preguntarle algo a Aomine-san, pero con esto que dice Momoi-san, lo mejor será que guarde mis dudas para después-
-¿Oh?- interrogo Satsuki curiosa -¿Y de qué se trata, Ryou-chan?- y la chica codeo burlonamente el brazo de Ryou que no entendía mucho de lo que expresaba Momoi.
-N-no creo que sea correcto que le pregunte a Momoi-san, e-es algo intimo-
La chica chillo emocionada abrazando a Sakurai que se quedó pasmado por la actitud repentina de Momoi.
-Lo siento Ryou-chan pero debo irme- afirmo Satsuki abrazando al confundido castaño y tomando apresuradamente sus cosas -quizá te ayude con lo que te aqueja sobre Dai-chan- y salió disparada del gimnasio dejando con más dudas que respuestas a Ryou.
Okey...
-¿Qué demonios le paso a Satsuki, Ryou?- y el castaño dejo caer sin querer los números del marcador de plástico por la repentina pregunta y presencia de Aomine Daiki en el gimnasio.
Eso asustaría a cualquiera, Aomine alzo la ceja confundido ¿Aquello se volvería una costumbre entre los dos por lo asustadizo que era Ryou con él?
-N-no lo sé, Aomine-san- respondió seguro el castaño recogiendo lo que se le cayó -¿Q-Qué hace Aomine-san tan tarde aquí? Y-yo lo creí ya en casa- pregunto Ryou escondiéndose atrás de las paletas de plástico amarillo sin ver a Aomine a los ojos.
-¿Me estas corriendo, Ryou?- las mejillas de Sakurai explotaron de lo sonrojado que estaba el castaño por la pregunta de Aomine.
-¡Lo siento! ¡No quería que mi pregunta sonara así! ¡Lo siento, Aomine-san!- y comenzó a hacer muchas reverencias para omitir el error que cometió.
"Okey, el chico es raro" pensó Aomine sin saber exactamente qué hacer para que el castaño dejara de ser tan... Ryou.
-Ya, basta, Ryou. Estas haciendo que me duela la cabeza- y el castaño dejo sus movimientos exagerados luego de eso que dijo Aomine -sigo preguntándome como es que todos te aguantan sin requerir a otras cosas para tranquilizarte-
Definitivamente se lo preguntaría a Satsuki.
-L-lo siento, Aomine-san- y el castaño se limpió sus ojos humedecidos con el dorso de sus manos. El moreno importándole poco si invadía el espacio personal de Ryou le tomo por las mejillas poniendo en alerta máxima a Sakurai que no sabía porque Aomine había hecho eso con el -¿A-Aomine-san?-
-Tus mejillas así parecen manzanas cubiertas de caramelo- afirmo Aomine apretando las mejillas de Ryou con las palmas de sus manos, seguía sin saber porque después de decir eso se acordó de Murasakibara Atsushi, se alzó de hombros, bueno, no importaba -¿Por qué eres así, Ryou? Tan... tu-
-E-es un defecto en mí, Aomine-san. Desde que soy pequeño lo he tenido conmigo- explico el castaño viendo los ojos azules de Daiki -¿m-me suelta, por favor? Todavía tengo cosas que arreglar en el gimnasio antes de ir a casa-
-¿Tienes comida extra?- el castaño asintió -okey, te soltare. Pero apúrate, no quiero llegar a mi casa tan tarde- y con lentitud separo sus manos de la suave piel de Ryou.
Se vio las manos ante la pérdida de calidez de las mejillas de Ryou, sentía que había perdido algo repentinamente, algo bueno para él.
Quizá lo recordaría después.
Luego de unos minutos más Sakurai termino de arreglar el almacén del gimnasio y limpiar lo que estuviera sucio en el mismo, estaba terminando de acomodar las colchonetas viendo de reojo como Aomine terminaba de comer la poca comida que tenía luego de ese día. Se veía muy tranquilo y en paz... era curioso, sinceramente. Le fue inevitable no soltar una discreta risita por los pensamientos que tuvo.
¿Aomine Daiki tranquilo? Ni en sus más locos sueños.
Aomine dejo el bento del que estaba comiendo cuando escuchó una risa sincera y pacifica proveniente de Sakurai ¿De qué se estaba riendo?
Pero... no era tan malo como imaginaba, aquella faceta en el nervioso castaño le agradó mucho, especialmente por los pequeños hoyuelos que se formaban en las mejillas de Ryou.
Era bonito... por decirlo de una forma rudimentaria.
Se asustó un poco por lo que su cerebro pensó pero lo dejo pasar.
Al menos para él y en pensamiento muy personal y propio... Sakurai Ryou era bonito.
Especialmente cuando tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
Y el, siendo el egoísta que era, no iba a compartirlo con nadie.
Nunca.
