Hola mis queridos lectores!
Estoy muy agradecida por el recibimiento que le dieron a esta nueva historia, y también, gracias por ser reviews.
Cbt1996: Mi querida amiga, ¿qué te puedo decir? Agradezco infinitamente todo tu apoyo en esta nueva etapa y me alegra que te haya gustado este primer capítulo. Creo que a veces como escritoras, tenemos esa inseguridad en nuestros capítulos, pero como siempre decimos, la última palabra la tienen los lectores, y estoy contenta de que haya logrado esa intensidad que deseaba transmitir. Y sí, comenzamos fuerte, porque no es solo la critica de las personas alrededor, estamos hablando del mundo televisivo (aquí un poquito de spoiler), Kag ya es alguien reconocida por su trabajo como diseñadora aunque su estabilidad económica no es la adecuada y más adelante se sabrá por qué. Como decía, el que estén hablando de tu vida a nivel nacional, sino es que mundial debe ser de los más incómodo, sin importar el tema, no es del agrado de nadie; claro que todo eso, más sus sentimientos y decepción porque al fin pude comprobar la infidelidad de su esposo, la llevó a querer olvidarse de todo; la vida, el destino o lo que quieras, le puso a Inuyasha en el camino, y se dejó llevar entre las copas de más y el deseo. ¿Qué pasará al amanecer? Muchas cosas pueden pasar: ¿amanecerán juntos? ¿Llegará el arrepentimiento? ¿Seguirán con sus caminos por separado? La vida juega bromas inesperadas, y sin temor a equivocarme, puedo asegurarte que esta historia estará llena de esos juegos. Muchas gracias por acompañarme esta nueva aventura.
Karii Taisho: Es viernes y el cuerpo lo sabe! Jajajaja, créeme que fue difícil soportar la espera, estuve tentadas en subir este primer capítulo días antes, pero tenía que ser en Viernes, no había cambios. Tienes mucha razón en que la pareja es la única que sabe de sus problemas y sus sentimiento, y claro que nadie tiene derecho a juzgar ni ser juzgado; y en algo acertaste, sólo Kagome la podríamos considerar como una figura pública debido a su trabajo, Bankotsu solo es ese parásito que se alimenta de alguien más (ay siii, es que ya lo detesto jajaja). Más adelante sabrás cosas que te harán sacar los sartenes, eso te lo aseguro; en este capítulo no lo creo, pero el tercero si atacarán al Bankotsu. Me encanta que no se te escapa ningún detalle, y es cierto, Kagome nunca dijo su nombre, aunque Inuyasha tampoco lo mencionó no cuenta porque el bartender lo dijo. Pero seguirán dándose como cajón que no cierra? jajajaja yo creo que... lo sabremos después jajajaja. Disfrutaré dejarles con las ganas de más. Gracias por acompañarme en esta nueva aventura.
Shikon de Oz: Siii, comenzamos con todo, sin previo aviso, será una historia con muchos giros inesperados. No sé si habrá nuevos ships, realmente nunca lo planeo, siempre ocurre con el caminar de la historia, esperemos ver que pasa más adelante. Me alegra que te haya gustado y gracias por acompañarme en esta nueva aventura.
Rosa Taisho: Siii, al fin el primer capítulo vio la luz del día. A la prensa nunca la ha importado el sentir de las personas, ellos solo buscan los chismes para alimentar el morbo de las personas, y le tocó a la pobre Kag, debo spoilearte lo siguiente: Kag ya tenia una idea de que Bankotsu le era infiel, pero no había tenido pruebas contundentes, como lo fue esta noticia, con fotografía y todo, algo de lo que él ya no tenía escapatoria. Y si en este capítulo lo odiaste, espera a llegar al capítulo 3; ahí si que sacarás los kayla sartenes, lo cuales se encuentra en la jugosa promoción d jajajajaja, ok me dejé llevar. Oyeeeee mi Inuyasha es un poquito más decente que tu perroyasha jajaja y en su defensa... lo leerás en este capítulo, aquí se aclara si la conocía o no, así como alguna de tus dudas. Sorpresaaa! Jajajaja, Sí, la Kikis ahora será de las buenas, y está como hermana de Kag, una hermana que daría la vida por ella y que en más de una ocasión querrá golpear a Bankotsu y a Inuyasha. Y clarooooo que habrá una mujer de por medio, de eso no tengas duda, solo que eso lo sabremos más adelante. Por ahora, mantengamos esta inestable calma, aún no queremos drama. Muchas gracias por acompañarme en esta nueva aventura.
Guest: Muchas gracias por leer. Me alegra que te haya gustado el primer capítulo.
Lin Lu Lo Li: Hola! Muchas gracias por leer! Creo que todas desearíamos estar en el lugar de Kag, y me refiero el estar con Inuyasha jajaja. El arrepentimiento por supuesto que llegará, pero los recuerdos de esa noche serán más fuertes. Todas estamos de acuerdo en que debe divorciarse, pero antes de eso, hay que darle una sopa de su propio chocolate a Bankotsu. Gracias por estar aquí y acompañarme en esta nueva aventura.
Annie Perez: Hola, me alegra encontrarte en esta nueva aventura. Estaré subiendo las actualizaciones todos los viernes. Que bueno que te gustó la historia.
XideVill: Ay! Muchas gracias por tus palabras, me halaga que, a pesar de tus multiples ocupaciones, hayas podido leer este capítulo. Gracias por tu review y acompañarme en esta nueva aventura. Comenzó muy intenso, y espero poder mantener la calidad de la historia; tendrá muchos giros inesperados, y espero que lo disfruten.
Todos estamos de acuerdo en que Kagome debería separarse de Bankotsu, la pregunta sería: ¿Kagome querrá divorciarse? Espero que sí, ¿Bankotsu lo aceptará fácilmente? Eso estará en duda.
Los dejo con el capítulo 2. Al fin sabremos que pasó al amanecer.
CAPÍTULO 2: OLVIDAR
INUYASHA
Desperté al escuchar el insistente sonido del despertador, y con un suspiro resignado, estiré el brazo para detener ese molesto escándalo. Giré para abrazar el cálido cuerpo de mi encantadora compañera, pero me encontré con ese lado de la cama completamente vacío.
-¡Escapaste! -susurré, sonriendo como un adolescente.
Acababa de pasar la mejor noche de mi vida. El aroma de aquella mujer aún impregnaba la habitación y de inmediato, los recuerdos de ese encuentro llegaron a mi mente: la suavidad de su piel, la pasión en sus ojos y su voz gritando mi nombre; fueron suficientes para provocarme una nueva erección. Solo un pensamiento bastó para querer volver a tenerla entre mis brazos y revivir esas sensaciones.
Negué con la cabeza y me dirigí hacia al baño. Sin pensarlo, me metí bajo la regadera. El agua fría cayó sobre mi cuerpo, cada gota disipaba la calidez, llevándose consigo la lujuria que aún resonaba en mi piel. El contraste intenso calmó mis pensamientos ardientes, dejando una sensación refrescante y renovadora que me preparó para enfrentar el día con claridad. Se que no pregunté su nombre, y cualquiera podría que pensar que fue algo idiota de mi parte; y lo acepto, lo fue, pero eso no impediría que hiciera unas cuantas investigaciones para dar con ella.
Al salir de la ducha, un brillo peculiar en el lavabo llamó mi atención, me acerqué y descubrí un anillo, y no era uno cualquiera, se trata a de un anillo de matrimonio. La sonrisa que tenía se esfumó como por arte de magia; esa era una perfecta señal de que, aunque la encontrara, no volvería a estar con ella; y que el encuentro prohibido de esa noche quedaría únicamente grabado en mi memoria. Solté un suspiro resignado; tomé el anillo y lo guardé en el cajón del buró, ese sería el recordatorio perfecto de una excitante noche que se desvanecía en la luz del amanecer.
Me vestí con unos cómodos jeans de mezclilla y una camisa azul manga larga, eligiendo un look casual pero pulido para enfrentar el día en la oficina. Después de tomar las llaves del auto, busqué mi celular, recordando con una sonrisa que lo había lanzado para no ser interrumpido durante la noche. Lo encontré bajo la mesa, lo encendí y por suerte no había sufrido ningún daño.
Me preparé para salir, cuando las notificaciones de mensajes y llamadas perdidas comenzaron a llegar. Con fastidio lo revisé y en ese momento maldecí en mi interior; estaba en serios problemas. uno de los mensajes era de Otto: "Inuyasha, el objetivo está aquí". Esa pequeña línea ya me indicaba un dia lleno de reproches y llamados de atención; pero el que más me alteró fue el del Subdirector General: "Más te vale que traigas tu maldito trasero a la oficina a primera hora"
-Demonios, van a matarme -exclamé preocupado.
Conduje lo más rápido posible por las calles de Osaka, el tráfico me impedía avanzar. No tuve más opción que activar el sonido de la sirena del auto, por lo que, los demás conductores comenzaron a abrir el camino para que pudiera pasar. A veces encontraba grandes ventajas al ser el Inspector de Policía.
Al llegar a la estación policial, subí lo más rápido que pude a las oficinas del Subdirector.
-Buen día, General -Saludé despreocupadamente.
-¿Dónde diablos estabas anoche? -Preguntó muy molesto- Se suponía que estabas encubierto en el bar.
-Yo -quise gritarle que estaba pasando la mejor noche de mi vida follando a una hermosa mujer, pero si lo hacía, sería capaz hasta de despedirme, así que me contuve-. Nadie apareció en el lugar. -Afirmé intentando sonar convincente y me recargué en la silla con los brazos detrás de la cabeza.
-¡IDIOTA! -gritó exasperado golpeando el escritorio-. Perdimos a Onigumo, todo el trabajo que habíamos hecho se fue a la mierda por tu falta de responsabilidad.
-¿Qué? -dije incrédulo.
Llevábamos inmersos en una ardua investigación de una red de narcotráfico desde hace tres años. Aunque el líder permanecía en las sombras, habíamos identificado a dos de sus distribuidores clave. Entre ellos, destacaba Onigumo Chiba, una figura que se perfilaba como un eslabón fundamental en nuestra búsqueda de desentrañar la complejidad de la red criminal. Sabíamos que distribuía la droga en el bar "Perla de Shikon" entre las 10 y 11 de la noche, pero justamente ayer, que estábamos listos para capturarlo, había decidido cambiar su horario. Justamente tuvo que ser ayer, que decidí olvidarme de mis obligaciones para pasar un momento de placer junto a esa hermosa mujer. ¡Maldición! Por una estúpida noche de copas, todo lo que habíamos logrado se había ido al carajo.
-¿Eres consciente del problema en que nos acabas de meter? -sus palabras resonaron con fuerza en mi mente.
Por supuesto que lo entendía, ese descuido ese grave error, me podría costar hasta el puesto.
-El jefe ya está enterado. -dijo seriamente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo-. A partir de hoy, tu nombramiento de inspector queda revocado.
-¡NO! -grité mientras apoyaba mis manos en el escritorio- no pueden hacerme esto Me costó llegar hasta aquí y…
-Eso debiste pensarlo antes, Inuyasha.
-¡Sesshomaru! -Quería persuadirlo, pero sabía que en ese momento no había espacio para la compasión.
-Lo siento, hermano, pero las reglas son claras. No podemos permitirnos más errores como este, y al parecer a ti te da igual este caso. -Sus palabras taladraron mi mente. Este caso era demasiado importante.
-Hermano, por favor -supliqué.
-Reccoges tus cosas; despues te trasladarás a la estación de Nara y te presentarás con el oficial Miroku.
Nara. Solo pensar en ese pequeño poblado me llenaba de frustración. Era un lugar pintoresco, conocido por sus templos antiguos y la serenidad de sus parques, pero también era una ciudad adormecida, lejos de la acción y del bullicio que me había motivado a ser policía. No podía creer que mi carrera se redujera a esto. Me rehusaba a volver a mis inicios; todo por lo que había trabajado arduamente se había ido a la mierda en cuestión de segundos. ¡NO! Necesitaba hacer algo para que me dieran otra oportunidad.
-Déjame hablar con el jefe, por favor -supliqué.
-Inuyasha, conoces a nuestro padre. No le gusta mezclar la familia y el trabajo. Aquí simplemente somos unos empleados más para él. -respondió Sesshomaru con determinación
-Bien, me largo -dije resignado y caminé hacia la puerta-. Pero no podrán avanzar sin mi ayuda ni mis contactos -grité cerrando la puerta de golpe.
Caminé apresuradamente por el pasillo, maldiciendo en voz baja. Tomé una caja de archivo y entré a mi oficina enfurecido aventando la silla de una sola patada; ésta chocó con la mesa de centro, destruyéndola por el impacto.
-Taisho, ¿Qué pasa? –preguntó Naraku al entrar a la oficina
-Nada –respondí, pero él me miró seriamente sabiendo que estaba mintiendo-. Me cambiaron a la estación de Nara -añadí con fastidio.
-¿Y por eso este desastre? -señaló la silla sobre los cristales rotos.
Naraku Kurosaki, uno de mis mejores amigos desde la infancia. Desde niños habíamos decidido entrar juntos a la academia de policía, motivados por la admiración hacia nuestros padres. Sin embargo, cuando él tenía 13 años, sufrió la pérdida de su padre, uno de los mejores agentes de la ciudad, a manos de unos narcotraficantes. Su padre había logrado infiltrarse en una de las tantas redes, hasta que lo descubrieron y lo asesinaron después de torturarlo cruelmente. Desde entonces, Naraku se había jurado dar con el responsable. Mi padre tomó la decisión de protegerlo cuando, un año después, su madre se suicidó producto de la depresión; o eso es lo que nos hicieron creer, pues había algunos detalles que no cuadraban en ese caso.
-Kurosaki, me han removido del puesto -me dejé caer en el sillón con las manos sobre mi cabeza.
-¿Qué hiciste está vez? No te pueden remover del cargo solo porque sí.
-Arruiné la detención de Onigumo Chiba -resoplé frustrado-. Y todo por irme a follar con una mujer que conocí en el bar.
Naraku soltó una carcajada, claramente divertido por la situación. Debo admitir que mi dilema era bastante absurdo, pero este no era el momento para reírse.
-Imbécil, ¿De qué te ríes? -pregunté molesto.
-Inuyasha, amigo ¿Estaba tan buena esa mujer como para abandonar la misión? -dijo entre risas-. Solo así entendería tu decisión de irte con ella y dejar libre a Onigumo.
La furia ardía en mi interior mientras Naraku aprovechaba para burlarse. Si no fuera por nuestra amistad, ya habría perdido la paciencia y lo habría agarrado a golpes. Sin embargo, al recordar a esa mujer entre mis brazos, escuchando sus gemidos, su boca gritando mi nombre, su cuerpo junto el mío, y sintiendo su estrechez abrazando toda mi extensión, la rabia se desvaneció para dar paso a una satisfacción indescriptible.
-¡Lo sabía! -exclamó Naraku.
-Tiene un cuerpo de diosa -suspiré al recordarla-; llevaba puesto un vestido gris que dejaba poco a la imaginación -la describí con una mezcla de nostalgia y excitación.
-¿Y es buena en la cama? -preguntó con curiosidad.
-No es asunto tuyo -respondí con firmeza, dispuesto a no compartir ese detalle.
-Solo tienes que decir 'si' o 'no'. -Lo fulminé con la mirada.
Quizás yo sea un imbécil que aprovecha cualquier oportunidad para estar en la cama con alguna mujer, pero no soy una escoria que se atreve a denigrarla de esa manera.
-Es casada, no volveré a verla. Así que aquí se cierra este asunto.
-¡Espera! ¿Una mujer casada? -dijo sorprendido- Inuyasha Taisho, exagente, el 'casanova' de toda la corporación ¿se involucró con una casada?
-¡Keh! Déjame en paz -gruñí, molesto por su insistencia.- Además no lo sabía, fue hasta hoy que encontré un anillo.
-¿Un anillo? -preguntó confundido-. ¿Eso qué tiene que ver?
-Es un anillo de matrimonio, y por obvias razones, le pertenece a ella.
-¿Estás seguro de que es de matrimonio?
-Tiene grabado dos corazones entrelazados, con las iniciales B y K en medio, y la fecha de lo que debe ser su boda.
-Mmm, entonces sí es casada. Definitivamente no debes volver a verla.
De pronto, el celular de Naraku sonó, interrumpiendo nuestra conversación. Él respondió de inmediato, su expresión cambió a una seriedad absoluta. Entendí que se trataba de Sesshomaru cuando Naraku dijo: "En seguida voy, jefe". Me quedé en silencio, cuando terminó la llamada; algo dentro de mí me decía que ya habían encontrado al nuevo jefe en la investigación sobre Onigumo.
-Sesshomaru quiere…
-No te preocupes -dije interrumpiéndolo y colocando mi mano en su hombro-. Eres el indicado para hacerte cargo de este caso.
-Te mantendré informado -sonrió y salió de la oficina.
Continué sacando todas mis pertenencias de la oficina, mi mente seguía abrumada por todo lo que había sucedido desde la noche anterior, hasta la reciente conversación con Naraku y la llamada de Sesshomaru. Además, cada objeto que guardaba en la caja me recordaba el tiempo y esfuerzo dedicados a llegar hasta aquí, y ahora, todo parecía desmoronarse.
Suspiré pesadamente, tratando de mantener la calma. La rabia y la frustración se mezclaban con la resignación. Sabía que había cometido un error, un grave y excitante error, pero aún no podía aceptar que habia perdido todo sólo por una noche loca.
KAGOME
-Kag, ¿dónde estabas? -preguntó Sango muy preocupada-. Estaba a punto de llamarte. Nunca llegas tarde.
-Tranquila -la interrumpí mientras me quitaba los lentes de sol-. Ya llegué – me dejé caer en la sillón-, tal vez no en mis cinco sentidos, pero ya estoy aquí
-¿Qué te pasó? -preguntó, sentándose a mi lado con una expresión inquisitiva e inspeccionándome con detenimiento-. ¡Te vez fatal!
-¡Gracias! -comenzamos a reír.
Solté un suspiro, recordando la intensa noche que había vivido. Sabía que no podía contarle todos los detalles, pero necesitaba desahogarme un poco.
-Conocí a alguien -admití, sintiendo un rubor en mis mejillas-. Fue una noche... diferente -Sango arqueó una ceja, claramente interesada.
-¿Alguien? -preguntó con curiosidad-. Dime, por favor, que no buscaste "compañía" sólo para vengarte de Bankotsu
-No exactamente -dije, tratando de no revelar demasiado-. Salí para despejarme y olvidar todo por un momento. Solo fue un encuentro, algo inesperado -ella me miró fijamente, esperando que continuara-. Fue... intenso -dije finalmente, dejando escapar otro suspiro-. Pero no creo que vuelva a verlo. Fue una de esas cosas que solo pasan una vez.
Sango asintió lentamente, comprendiendo mi dilema.
-Bueno, al menos disfrutaste -dijo, dándome una palmadita en la espalda.
-No exactamente -dije, tratando de no revelar demasiado-. Salí para despejarme y olvidar todo por un momento. Solo fue un encuentro, algo inesperado -ella me miró fijamente, esperando que continuara-. Fue... intenso -dije finalmente, dejando escapar otro suspiro-. Pero no creo que vuelva a verlo. Fue una de esas cosas que solo pasan una vez.
-Querida Kag, a veces, una aventura es justo lo que necesitamos para recordar que estamos vivos. -respondió encogiendo los hombros-. Además, si Bankotsu lo hace, ¿por qué tú no? Que pruebe un poco de su propia medicina.
Sonreí con gratitud, sintiendo como se aligeraba la presion del peso en mis hombros. La comprensión y el apoyo de Sango eran exactamente lo que necesitaba. Aunque aún me sentía confundida por lo ocurrido la noche anterior, no dejaba de pensar en aquel hombre de cabello plateado y ojos dorados
-Ahora cuéntame, ¿cómo fue? -preguntó Sango con una sonrisa traviesa-. Quiero detalles.
-Ya te dije, fue… intenso.
No pude evitar sonrojarme al recordar sus besos, la suavidad de sus manos sobre mi piel y la perfecta sincronía de sus movimientos. Fue una experiencia de éxtasis que nunca había experimentado; en contraste, en los encuentros con mi esposo, sentía que solo buscaba su propia satisfacción, olvidándose por completo de mí. Pero con Inuyasha, todo fue tan diferente.
La voz de mi amiga interrumpió mis pensamientos, trayéndome de vuelta a la realidad.
-¡Kagome! ¿Estás bien? -preguntó con preocupación, notando mi sonrojo.
-¡Sí, sí! -respondí apresuradamente-. Es sólo que…
-Ese hombre te dejó cautivada, ¿verdad? -interrumpió con una sonrisa pícara.
-No sé si esa sea la palabra correcta, Sango. -Suspiré con cansancio-. Fue algo... increíble. Bankotsu jamás me ha hecho sentir tan deseada como lo hizo Inuyasha.
-¿Inuyasha? -dijo levantando una ceja-. Kag, tú no perdiste el tiempo.
-El bartender se acercó a saludarlo y dijo su nombre; eso es todo -añadí rápidamente, intentando minimizar la situación-. Además, nunca más volveré a verlo.
-¿Estás segura? ¿Y si él te busca?
Sentí una punzada en el corazón al escuchar sus palabras, y por un momento el terror se apoderó de mí; era suficiente con el escándalo por la infidelidad de Bankotsu, como para sumarle esto. Pero entonces recordé que ni siquiera le dije mi nombre, así que suspiré aliviada.
-Eso no sucederá, amiga. Él no sabe nada de mí -le aseguré.
-Si tú lo dices… -respondió con un tono de duda en su voz.
Intenté mantener la calma mientras pensaba en cómo tranquilizar a mi amiga. No quería preocuparla más de lo necesario, pero la situación me estaba afectando más de lo que esperaba.
-Mira, sé que todo esto es complicado, pero confía en mí. No va a haber ningún problema. No tengo ningún interés en volver a ver a ese hombre, y estoy segura de que él tampoco tiene forma de encontrarme. Además, ¿quién se fija en los nombres de los desconocidos en un bar? Fue solo una situación pasajera y ya está olvidada -traté de explicarle con seguridad.
Ella asintió lentamente, como si intentara convencerse a sí misma de mis palabras.
-Entonces, ¿qué pasó después? -preguntó, inclinándose hacia mí con interés genuino.
-Solo compartimos algunas palabras, tomamos una botella completa de Whisky... -vacilé, tratando de encontrar las palabras adecuadas para describir lo que sentí sin revelar demasiado-. Y luego... bueno, nos dejamos llevar por el momento.
Ella asintió, entendiendo la situación sin necesidad de más detalles. Siempre había sido comprensiva y sabía cuándo dejar las cosas como estaban.
-Bueno, supongo que todos merecemos un poco de emoción de vez en cuando -dijo con una sonrisa comprensiva-. Y si te hizo sentir así de bien, no puedo culparte.
-Gracias, Sango -respondí sinceramente.
Sus palabras me reconfortaron. A veces, simplemente necesitaba que alguien validara mis sentimientos y decisiones, especialmente en medio de mi relación complicada con Bankotsu.
-Será mejor que nos pongamos a trabajar antes de que llegue Kaede y nos pida un adelanto de la nueva colección. -Me levanté muy rápido del sillón, provocando un ligero mareo.
-¡Wow! Tranquila, Kag -expresó Sango, ayudándome a sostenerme mientras me controlaba-. ¿Podrás trabajar con esa resaca que te cargas?
-Lo intentaré -respondí con una sonrisa forzada, sintiendo la cabeza aún un poco pesada por la jaqueca.
Sango me acompañó hasta mi escritorio, donde nos sumergimos de inmediato en el trabajo. A pesar de mi estado un poco deprorable logramos avanzar bastante con los diseños y las propuestas para la nueva colección; hasta que la puerta se abrió de golpe, dejando entre ver la figura atlética de un hombre.
Continuará...
