A mi Señor Jesucristo, gracias Dios por permitirme regresar.

Salmo 28:7Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. Debemos dar gracias a Dios porque él nos da las fuerzas que necesitamos en medio de cualquier circunstancia.

Naruto no me pertenece, los personajes e historia son una creación de Masashi Kishimoto.

El adiós de Rin.

Imágenes, recuerdos, sueños, pesadillas, era igual.

Siempre empezaban así, estaba ahí, en aquel reflejo de agua mezcla de suciedad y sangre con cansancio, me sentía terriblemente agotado. Luchaba y estábamos en aquel drenaje sin fin, donde me esforzaba en coordinar lo mejor posible el trabajo de Obito en esa catacumba; y venia ahora la explosión, su rostro lleno de quemaduras; él hizo todo bien, pero las cosas no fueron de lo mejor, no éramos los únicos en aquel lugar horrendo. El dolor de la cabeza era insoportable, el ojo me mataba, la visión me fallaba, pero Rin me preocupaba más, esa imparable tos.

Entonces Kakko nos encontró guiados seguramente por el rastro de la sangre de sus subordinados en mis ropas, él supo de alguna manera que era yo, no sé cómo, pero lo supo. El ruido incesante y amenazante del agua, de las paredes a punto de caer sobre nosotros, el peso extra de Rin en mi espalda, Obito ciego y yo sin poder hacer más que desear salir de ahí. Todos esos eventos finalizaron con el sacrificio de Obito y con el hecho de que no pude lograr lo único que le prometí: salvarla a ella.

Veo a Obito caer a ese mar de lodo, piedras y agua, también puedo ver a Rin caer; somos los tres, los tres cayendo en aquel abismo y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

Y desperté, el sueño recurrente que, en ocasiones, después de todos estos años, aun vuelve, se había terminado, pero imágenes, sueños, pesadillas, recuerdos, todo era igual para mi en esos momentos. No sé exactamente cuánto pasó desde que nos rescataron, pero el sueño se repetía continuamente, como una mala pesadilla que reinicia una y otra vez y que no puedes hacer nada para cambiarlo. Esa fue la primera vez que tuve ese mal sueño (que en realidad no era sino un recuerdo), ese que inicia con mi propio semblante reflejado en aquel riachuelo mugriento que se transforma en sanguinolento por mi culpa y que acaba con los tres cayendo en el túnel rumbo al abismo.

Ansioso, nervioso y con la respiración entrecortada consecuencia del sueño-recuerdo desperté en el reconstruido y raquítico hospital de Konoha. Ella estaba ahí, mirándome con sus ojos verdes tristones y ansiosos. Me sonrió débil y, sinceramente, creo que yo también lo hice. Ella estaba bien, y eso era un gran motivo para sonreír.

-Tranquilo Kakashi kun- me dijo con suavidad -, ha pasado, todo está bien.

Respiré con normalidad ante su voz, por un segundo olvidé todo, sólo estaba la dicha de saberla bien, de que esa imagen de ella atrapándome y hablándome no era un sueño, sino una realidad. Pero no todo era dicha, recordé los eventos y el dolor seguí ahí, el cansancio también, me sentí muy mareado, casi como si deseara vomitar lo que ni siquiera había comido; quise dormir nuevamente pero no podía, necesitaba saber de ella: de Rin.

-Rin…- dije con tranquilidad.

El solo pronunciar su nombre sobresaltó a Haruno sensei, aquello me inquietó más y temí lo peor.

-Se está recuperando- dijo haciéndome suspirar un poco más tranquilo.

-¿De verdad?

-Si…- me sonrió, creo que lloré un poco, pero esta vez de dicha, no sólo Haruno sensei estaba viva, también mi dulce amiga. –Está muy delicada, pero estable, tardará mucho en recuperarse. Debemos cuidarla mucho- murmuró cada vez más despacio y forzado. Su voz dolida y entrecortada no me hizo sentir orgulloso. -. Pero lo que importa es que ya están aquí, y se están recuperando.

-¿Cuánto ha pasado?

-No mucho, unos días, pero todo ha mejorado mucho. Ustedes tres hicieron un gran trabajo, ayudaron mucho y…y…

-Sensei.

Parecía que rompería a llorar, pero no lo hizo, nuevamente sonrió con melancolía; se le veía cansada, desvelada y un poco más delgada. Transcurrió un poco de tiempo con ese silencio incomodo de cuando no sabes que decir.

-Es extraño, pero no sé de qué hablarte Kakashi kun. Dime, ¿qué tal está tu ojo, de verdad miras bien?

-Sí.

-¿Puedo revisarte?

-Hum- asentí, ella se acercó otro poco más, casi sentada a un costado en mi cama, por un momento pude apartar el horrible hedor de la batalla, solo estaba ella y ese dulzor floral que desprende.

-El bebé de Kushina san y Hokage sama está bien, por si te lo preguntabas.

-Qué bueno- susurré, no sonaba tan entusiasmado -, hum, pero ellos no lo están, ¿verdad?

Negó incomoda –lo siento mucho, Kakashi kun.

-Y…¿usted está bien?- me aventuré a preguntar sintiéndose muy contento del tacto delicado que sus manos le dieron a mis mejillas.

Ella sonrió –lo estoy, tengo que estarlo. No te preocupes por mí.

Entonces me sonrojé ante su cercanía y sus palabras. Quise responderle, pero no me atreví, sería muy vergonzoso, pero deseaba poder hablarle y contestarle el "no me pida eso, porque no podré cumplirlo", y estaba cansado de promesas rotas.

Con un poco de temblor en sus manos me tocó la mejilla izquierda sobre el vendaje, donde el borde de mi herida llegaba -Ésta herida es profunda y delicada, tardara en sanar, supongo que es inevitable la cicatriz; tu ojo, irremediablemente lo perdiste- susurró, más para ella que para mí -, sin embargo…

-Sensei - fue cuando sentí aquel vendaje en la mitad de mi cara, toqué instintivamente mi parpado izquierdo, quitando su mano sin mucha delicadeza; una sensación extraña me invadió, ya no estaba el vacío de mi propio ojo porque aún tenía el ojo de Obito -, Obito, yo…

-Kakashi kun- me tocó nuevamente el rostro sobre mi propia mano, donde las vendas estaban -, yo…yo…- por fin unas grandes y gruesas gotas resbalaron por sus ojos -, perdóname…perdóname tu, perdóneme todos…no estuve…Obito- el nombre de mi amigo desencadenó un torrente de lágrimas que no le permitieron hablar un rato.

Desde entonces nunca ha podido mencionar el nombre de Obito o Rin sin tener esa tristeza en su voz. Se incorporó rápidamente, temblando ligeramente, me daba la espalda tratando de tranquilizarse, limpiándose desesperadamente el agua de los ojos.

Extrañamente verla de pie me puso contento, cierto que lloraba, pero verla entera y saludable me constató que al menos ella estaba bien. Pasaron unos minutos hasta que logró verme, me sonrió de nuevo, con esa sonrisa tristona y forzada de entonces, esa que a veces aún esboza.

-¿Qué es eso? – le señalé el pecho, por debajo de la bata y su ropa sobresalían unas vendas, era fácil verlas.

-Oh…esto- se señaló y tocó con delicadeza –no es nada…

-Le hirieron…

-Sí, en batalla, pero no fue nada grave- sonrió tocándose de nuevo -, pronto cicatrizará, dejará una fea cicatriz, pero no me importa mucho.

Y tuvo razón, aquella marca aún está presente en su cuerpo, pude verla después de algunos años, la cicatriz de ese día sigue en ella así como la mía sigue en mi rostro, ambas nos recuerdan aquel terrible día, y todo lo que conllevó.

-Hum, ¿por qué no se cura con chacra?

-Lo he hecho. Bien, lo indispensable, pero hay civiles y shinobis que requieren más ayuda, debo guardar mis energías para ellos. Lo mío no es tan grave y cicatrizará en unos días. ¿Cómo te sientes?, perdona, sé que es una pregunta tonta y repetitiva, pero…

-Mejor, un poco mareado y adolorido, pero…

-Es normal. El veneno que tenías es peligroso, mucho más fuerte que el de los exámenes para jounnin, además, la dosis fue elevada, debieron herirte varias veces, ¿seguro que miras bien?

-¿Veneno? - entonces recordé que antes de entrar a las grutas ya estaba mareado, pero la estocada de Kakko en una de mis piernas fue el punto culminante para mi precaria situación empeorara terriblemente, instintivamente me miré y moví, tenía una sensación de hormigueo e incomodidad en la pierna que empeoró al mirar hacia abajo.

-No hagas eso, - dijo ella corriendo tirándome contra la camilla sin mucha delicadeza -, no puedes moverte así, te sentirás peor- y tenía razón, sentí muchas náuseas y deseé vomitar -¿te ha pasado?

-Un poco.

-No entiendo cómo pudiste escalar con esas heridas, sin energías ya y con ese veneno en tu sistema, sinceramente no debías ni poder moverte. Eres muy fuerte y resistente Kakashi kun- me dejó en una sonrisa, una más parecida a la que siempre me daba.

-Hum- negué -. No lo soy, al menos no lo suficiente; me rendí antes de llegar, y tenía que subir, se lo prometí a Obito, prometí que la salvaría- y su sonrisa se fue -, pero no lo logré, usted fue quien la salvó.

-¿Te refieres a Rin?- asentí -. No digas eso, tu…

-Es la verdad – le interrumpí -. Debo agradecerle llegar, no por mí, por Rin, por Obito, por lo menos él estará contento con usted.

-Kakashi kun no digas eso. Estoy segura que él también debe estar contento por ti- me dijo tratando de recuperar la sonrisa, no lo logró.

-Hum, sinceramente no creo que sea así- la tristeza y la rabia contra mí, nadie más, regresaron, me sentía vil escoria.

-No sigas con eso, no puedes hablar por él; en todo caso, al menos yo estoy contenta de que estés bien, eso debe contar algo, ¿no?

Me sonrojé débilmente y asentí –se lo agradezco, pero, él debería estar aquí…

-Yo también quisiera que él estuviera aquí…

-Es mi culpa- la interrumpí nuevamente-, él debió ser a quien usted salvara, yo debería haber caído al agua…

-No vuelvas a decir eso- me dijo enojada, interrumpiéndome -, si dices eso me molestaré mucho contigo y no vendré a visitarte en tu convalecencia.

-El que deje de decirlo no hará que deje de creerlo.

-Sí, pero no quiero escucharte hablar así. No debes lamentarte que estés vivo Kakashi kun.

-Hum…no es que lo lamente; lo que lamento es que Obito no lo esté, lamento que se sacrificara para salvar a Rin (y a mí), lamento haberle prometido que la salvaría y haberme rendido antes de lograrlo, lamento no haberle cumplido lo único que prometí que haría.

-Yo también lamento muchas cosas, como no estar con ustedes, tu ojo, la salud de Rin, el sacrificio de Obito, todo lo que pasaron; lamento no haber sido de gran ayuda en el parto de Kushina san, verla morir y no poder hacer nada -, sus manos temblaron un poco, sus ojos se llenaron de agua temblando también -. Lamento no poder salvarle la vida de Hokage sama y a tantos shinobis y civiles que murieron por el asedio- se miró las manos, apuñándolas con rabia -. Lamento haberle fallado a mi padre (una vez más), - dijo soltando unas gruesas lágrimas. Su rostro se sumió en la tristeza con cada palabra, lo que me hizo sentir mal. Su voz entrecortada era una mezcla de furia, impotencia y tristeza. Finalmente, no se detuvo ante el llanto que le corría libremente -; lamento haber perdido a mi mamá y no haber estado ahí para evitarlo. Lamento no haber hecho tantas cosas, lamento no haber estado en tantos lugares.

-Sensei…- me acongojó verla así y escucharle hablar de esa forma (sobre todo por su madre) -¿qué fue lo que…?

-No te levantes- y una vez más me recostó, pero ahora con tranquilidad –. No te angusties por mí, estaré bien, tengo que estarlo. Por favor no me preguntes nada. No quiero hablar de eso, aun no- dijo tratando de recobrar su tranquilidad -; tampoco quiero preocuparte, lo que quiero que entiendas es que todos tenemos cosas de que lamentarnos, pero no importa los errores que cometimos, importa lo que haremos para corregirlos.

Me quedé sin saber bien que decirle, había mucha rabia y dolor en sus palabras, tal cual había en las mías, deseaba preguntarle y contarle tantas cosas, pero me sentía cansado, mareado y adolorido, tal vez ella también lo estaba.

-No hablemos más por ahora, solo descansa.

-Sí –, cerré el ojo y suspiré, pronto me dormiría; ella caminó a la salida, pero no podía dejar que se fuera sin aclararme algo -¿Haruno sensei?

-Dime.

-Hum… ¿usted, usted vendrá a verme después?

Ella sonrió desde la puerta, esta vez logrando recuperar su bella sonrisa.

-Me has hecho caso ¿no?, así que claro que vendré.

Entonces dormí descansando un poco mejor que antes.

Pasaron algunos días, ella iba a verme diariamente, aunque solo fuera pocos minutos, en ese tiempo no hablamos mucho, ella me lo había pedido y yo tampoco deseaba conversar, había ya demasiada pesadez y tristeza flotando en el ambiente como para agregarle algo más.

Uno de esos días me despertó un sonido extraño, ajeno a la tranquilidad que me rodeaba, era una voz insistente y fastidiosa que me ha seguido desde entonces, era un shinobi de más o menos mi edad en la cama de al lado que anteriormente había permanecido ocupada por otro que nunca despertó y murió apenas un día antes.

-Buen día, Soy Maito Gai- me dijo apenas giré a verlo.

No contesté, simplemente asentí. Él siguió hablando, charlando sobre cualquier tema insignificante que pudiera ocurrírsele en el encierro del hospital. En menos de una hora ya sabía lo que había sido de él en los últimos dos años, tristemente supe que aquel silencio que daba el anterior paciente se había ido junto con él la tarde anterior.

-Y bien, ¿seguirás sin decirme quién eres? – me preguntó por quién sabe que tantas veces, realmente ni las contaba.

Estaba por rendirme y contestarle cuando sentí ese aroma floral y cerré la boca para mirar donde la puerta, por donde apareció ella.

-Buenos días.

-Buen día Sakura san- dijo él velozmente sin dejarme hablar.

-¡Oh, Gai kun!, te han reubicado al fin, me alegro mucho, sinceramente espero que tú y Kakashi se vuelvan muy amigos y sanen pronto.

-¡Sí!- gritó él -Oh, ¿Kakashi ha dicho?- ella asintió -, así que ese es tu nombre: Kakashi, ¿Kakashi qué?

-¿Cómo?- preguntó ella cerrando la puerta -¿acaso aún no se han presentado?

-Yo si, por supuesto, un joven educado como yo lo ha hecho, es solo que él no, he sospechado que algo malo hay con su voz.

Haruno sensei rio suavemente y yo sonreí tenuemente al escucharla.

-Oh, claro que no, es solo que Kakashi kun es un poco serio y reservado.

-¿Un poco?

-Hatake, Kakashi Hatake- dije al fin, tomando el libro.

-¿Lo ves Gai kun?, nada malo hay con su voz.

-Pues me alegra un poco, de esa forma podremos hablar y…¡Hatake Kakashi!, ¿tú eres ese que se hizo jounnin meses atrás?- gritó con ese timbre exagerado de siempre.

-El mismo- dijo mi maestra.

-Quiere…- susurró llorando tenuemente -, ¿quiere decir que mi compañero de habitación es el ninja que ascendió a chunnin y jounnin más joven de la historia? - lloraba y yo solo me pregunté cómo era posible que alguien llorara por tremenda tontería y con tanto sentimiento.

-Sí, el mismo.

-¿El que ayudó brillantemente a detener la invasión inundando media Konoha?

-Sí, el mismo- siguió ella, tomándole gracia a todo eso.

-¡Oh, es un gran honor!, esto me ayudara a reponerme cuanto antes y así poder tener alguien con quien…

Francamente en ese punto dejé de escucharlo, siguió murmurando miles de tonterías acompañadas por sus sollozos y uno que otro gemido de dolor, Haruno sensei le pedía precaución ante su efusividad, llegué a la simple conclusión de que estaba rotundamente loco y de que definitivamente la tranquilidad de la habitación se había ido.

-¿Quién diría que serías tan famoso Kakashi kun?- me susurró con cierto tinte burlón.

-Hum.- dejé en un suspiro.

-¿Y cómo vas hoy?- me dijo con seriedad.

-Mejor, ¿Cuándo me voy?

-Aún no- dijo suspirando ante mi necedad –, te lo he dicho; sé que odias el hospital- me susurró examinándome con uno de sus tantos instrumentos -, pero aún te tendré aquí por un tiempo más.

-Pero…

-Pero nada- dijo en una mueca dulce-, parece que todo bien por hoy, me alegro mucho porque tengo que irme cuanto antes, es pronto, lo sé, pero es urgente, lo siento, prometo que mañana estaré más tiempo.

-Hum…Sensei, ¿Cuándo podré verla?

-Paciencia Kakashi kun, también te he dicho que aún no puedo pasarte, pero Rin va mejorando, pronto podrás ir.

-Hum…

-Sé que quieres verla cuanto antes y que odias este lugar – me dijo en un suspiro cansino -, pero al menos te he conseguido un buen compañero que te distraiga un poco- dicho esto se acercó a la puerta, sonriendo como una niña que hace una travesura -; nos vemos pronto, Gai kun, cuida de Kakashi kun mientras tanto, ¿sí?

-¡Será un gran honor, Sakura san!

Y dicho eso salió cerrando junto con la puerta la promesa que aún arrastra Gai y que se convirtió en una carga que a veces me parece tan pesada y otras no tanto.

Dos días más pasaron para que recuperara mi pregunta de ir donde Rin.

-Bueno, tal vez mañana puedas finalmente verla- me contestó y yo pude sonreír con sinceridad.

-Hum, pero ¿qué diferencia hay de hoy a mañana?

-Unas cuantas horas- dijo con una media sonrisa -, pero no es por ella que lo hago, es por ti.

-¿Por mí?

Asintió –te quiero dar otras horas para que te restablezcas completamente y…

-Ya lo estoy sensei.

-Lo sé, pero no me has dejado terminar. Ya tienes algunos días muy bien, pero como muy seguramente quieres ir donde ella solo, quiero tener la certeza que no te pasara lo del otro día, ¿lo recuerdas?

El sonrojó me invadió por completo, Gai comenzó a sonreír y dar su no necesaria y agradable opinión al respecto.

¿Recordarlo?, por supuesto que lo recordaba, aún lo hago; Haruno sensei había llegado diciéndome que me tocaba ducharme y sin sutileza comenzó a ayudándome a incorporarme, era extraño, pero no preocupante, lo fue cuando intentó desvestirme, obviamente me opuse y obviamente ella empezó a refunfuñar y tuvimos nuestra breve batalla, ella intentando desvestirme y yo oponiéndome, es divertido pensar que hoy los papeles se invertirían.

Aun luchando conmigo y logrando sacarme sin delicadeza la camisa llamó a las enfermeras para que me bañaran, me negué rotundamente, quería ser solo yo quien hiciera aquello, sería demasiado vergonzoso ser bañado por alguien más.

-"Vamos Kakashi kun, no seas tan terco y tonto, no pasa nada. Pero bueno, si tanta pena te da con las enfermeras lo puedo hacer yo".

-"¡No!"- Aquello era peor, si me apenaba y preocupaba que me peinara o durmiera a un lado mío y el verla y sentirla desvestirme ya era demasiado porque angustiarse, no quería ni imaginar lo que sería que ella me viera desnudo y me bañara como un niño pequeño, sería demasiado difícil y habría que explicar bastantes cosas, también es gracioso pensar que ahora extraño y desearía esas atenciones de su parte.

-"Pareces un crío caprichoso Kakashi kun"- me dijo enojada-", no hay de que avergonzarte, sé que pasas por muchas cosas a tu edad, pero soy médico, tu maestra y sinceramente he visto demasiados cuerpos desnudos y no…"

-"No importa lo que me diga, no dejaré que lo haga sensei."

-"¡Me vas a decir que no quieres bañarte!, te hace falta Kakashi kun, ¿tendré que arrastrarte hasta el baño como un gato?, porque lo haré, créeme que lo haré"

Gai comenzó a reírse –"las enfermeras hacen un gran trabajo, yo no me opuse, de haber sabido lo habría hecho para que Sakura san me bañara".

Gai cerró la boca cuando lo miré, su comentario sinceramente me puso de peor humor.

-"Gracias Gai kun, creo"- dijo dudando, –"…pero no ayudas mucho."

-"Hum…si tomaré el baño- le dije quitándome sus manos de encima que luchaban por sacarme el pantalón –"¸ pero lo haré yo solo, no necesitaré su ayuda ni de nadie más"- dije al fin.

-"¿Seguro?"-me dijo dudando, con un tinte burlón –", según yo aún debes marearte un poco".

-"No, estoy bien."

-"Bueno, si tú lo dices, adelante."

Traté de hacerlo con la dignidad que rogaba tener aún. Entré y empecé a sacarme el pantalón.

-"Pero dejas la puerta abierta, por si acaso"- .Dijo asomando la cabeza.

-"¡Sensei!"- bien aún traía ropa interior, pero el susto que me dio y la pena me hicieron cerrarle la puerta casi en la cara, seguramente se estaba burlando de mí timidez, o al menos eso parecía.

Afortunadamente pude bañarme solo, pero ella tenía razón, casi al terminar de quitarme el jabón todo el mundo entero me dio vueltas y no pude evitar caer desmayándome haciendo tremendo escándalo, lo último que recuerdo es ella entrando rápidamente y diciéndome quien sabe que palabras reprendiéndome. Desperté cuando aún me vendaba el ojo y torné de los mil colores al saber que ella había terminado de bañarme, cambiarme y acostarme en la camilla.

-"Te dije que no podías, pero eres tan terco cuando te lo propones"- me dijo entre sonrisa y regaño. Yo me sonrojé tanto que pensé que ya no podría más, había perdido mi dignidad –", no hay nada de qué avergonzarte de todas formas ya lo había hecho"- y supe que estaba equivocado, pues aún podía sonrojarme más –",¿no me digas que pensabas que por arte de magia toda esa ropa mugrienta, apestosa y dura desapareció y ya estabas impecable y con un olor agradable recostado en la camilla solo porque si?, por supuesto que no, fui yo, que por cierto me tomó mucho esfuerzo limpiarte, ni siquiera Rin que te acompañó en las catacumbas olía tan mal y estaba tan sucia; no sé cómo demonios alguien puede estar tan mugroso."

Bien, era cierto, nunca había pensado aquello, pensándolo así el que me encontrara tirado en el baño cubierto aun por restos de jabón y agua no sonaba tan mal.

-"Lamento causarle tantas molestias, Haruno sensei"- traté de decir sin que se notara lo mucho que aquello me apenaba.

Ella se detuvo un instante, mirándome, vi sus ojos entre las vendas y sonrió –"no te preocupes. Además, puedo decir que algo bueno pasó de todo eso"- me quedé sereno, sintiendo el vendaje que me apretaba el rostro, deseé preguntar el qué, pero no me atreví, ella sonrió y se incorporó mirándome con una sonrisa natural –", por fin pude verte el rostro."

No supe que decir, aquello no me pareció tan relevante, entonces me di cuenta de que todo ese tiempo no cargaba con mi máscara, y fue hasta entonces que le eché de menos.

-"Y debo decir que lo que me dijo Kushina san era cierto"- tampoco quise preguntar pero ella contestó a mi pregunta muda–", definitivamente no tendrás que preocuparte en eso de buscar novia si andas por Konoha desenmascarado"

Bueno, ahí volví a recuperar el sonrojo, aquello había sido algo así como un cumplido, extrañé más que nunca mi máscara.

-"Hum…Haruno sensei"- susurré mirando a otro sitio, aún seguía abochornado –"¿podría conseguirme una máscara, por favor?".

Ella sonrió –"supongo que aún no quieres que te persigan las niñas"

En realidad, la quería porque pensé que parecía un soberano idiota con tanto sonrojo que ella me provocaba, si ya antes lo hacía, ahora en la clínica con tantos cuidados y con tanta cercanía suya aquello se volvía peor.

-"Vaya, solo era una broma Kakashi kun, no es para que pongas esa cara. Te traeré tu amada máscara cuanto antes, de veritas, solo déjame verte nuevamente, quien sabe que tanto pase para que me dejes verte otra vez"

-"Sensei…"- susurré molesto e incómodo ante su cercanía y atención.

Ella rió, esta vez completamente sincera –"no es sólo por eso, es que tengo que comprarte una nueva porque la tuya (junto con el resto de tu ropa) simplemente la tiré y quemé, era casi imposible rescatarlas. Te compraré una nueva y también un poco de ropa para compensarte"

-"No es necesario, en mi casa hay"

-"Entonces iré y te traeré tu omnipresente máscara. Me tengo que ir, te dejo en paz. Cuida de él, Gai kun".

Ese era el relato de la bochornosa ocasión que no me gustaba rememorar.

-Hum…si, lo recuerdo.

-Entonces, ¿vas esperarte hasta mañana?

Asentí, sinceramente no quería pasar por ese tipo de momentos bochornosos por un buen rato y al verla salir agradecí a todos los cielos ya tener mi mascara y también poder bañarme solo.

-Sakura san es una mujer muy bella, de haber sabido yo también me opondría a que me bañaran las enfermeras.

Le miré cansado y malhumorado haciendo que cerrara la boca y quitara esa cara de sinvergüenza que ponía cada vez que hacia ese tipo de comentarios en referencia a ella.

-Bueno, bueno, es la verdad, ¿o no?, es muy guapa, ¿no?

-Cierra la boca, quiero leer- y dicho esto le ignoré por el resto del día.

Agradablemente el día de ver a Rin llegó. Ese día Haruno sensei entró con esa sonrisa tristona que tenía cada vez que el tema de Rin se trataba.

-Bien, ¿estás listo?

-Sí.

-¿Te ayudo?

-No.

-Como digas. Solo sígueme.

Fue la primera vez que salí de ese cuarto, me sorprendió un poco ver que el hospital lucía distinto de cómo lo recordaba, estaba semidestruido o semireconstruido, había mucha gente yendo y viniendo, todas con ese cansancio del enfrentamiento, pero con esas medias sonrisas tranquilas de quien sabe que lo peor ha pasado y solo resta esperar.

Anduvimos por varios pasillos avanzando poco a poco y agradecí ya no sentir ese cansancio ni esos mareos, solo estaba el entumecimiento normal de estar en cama por varios días. Haruno sensei continuamente suspiraba, se le veía nerviosa pero no reparé mucho en eso.

Conforme avanzamos el bullicio disminuía hasta quedar prácticamente nada, entramos por un pequeño pasillo y ella paró de pronto frente a una puerta donde el nombre de Rin podía leerse. La miró largamente y sin dirigirme la mirada me habló.

-Antes de que entres con ella tengo que decirte un par de cosas. Ella no es la misma de antes, aún su estado es delicado así que no te asombres de verla un poco demacrada y cansada-, yo asentí y ella tembló un poco y suspiró y aun sin verme continúo -, y… no le he dicho lo de Obito.

-Sensei…

-No he podido hacerlo- se abrazó tallándose el brazo con nerviosismo.

-Hum…sé que es difícil pero algún día tendrá que saberlo.

-Lo sé, lo sé- susurró -, es sólo que…no puedo. Kakashi kun, si es que tú puedes hacerlo te estaría agradecida- miré la placa con el nombre de mi amiga pensando largamente en lo que mi maestra me había pedido -, perdóname, no tengo porque darte una carga más, no es mi intención.

-Si puedo lo haré- le dije en un murmullo, aquello pareció alivianar la pesadumbre que traía.

-No es necesario que lo hagas, pero si estas decidido tampoco es indispensable que se lo digas hoy.

-Hum…- asentí.

Ella suspiró nuevamente y tomó la perilla de la puerta.

-Buenos días Rin chan.

-Buenos días Sakura sensei- dijo con el tinte alegre de siempre que me hizo sonreír.

-Adivina que, tal como te lo prometí hoy te traje una sorpresa, ¿quién crees que viene a verte?

-¿Será?: Kakashi kun.

-¡Vaya, cómo lo has sabido!- y en ese momento entré, ella me sonrió.

-Ayer mismo me dijo que Kakashi ya estaba muy bien – tosió un poco - y que Obito todavía seguía delicado.

-Oh…es verdad- dijo con seriedad mirándome.

-Buenos días Kakashi kun.

-Hola, Rin.

Descansaba en su cama, se le veía débil pero no tanto como imaginaba, al menos no tanto como Haruno sensei me hizo pensar con su nerviosismo. Miraba por la enorme ventana de su cuarto.

-Bien, los dejo, tengo unas cuantas rondas más. No se esfuercen mucho, por favor.

-Sí.

-Me gustan las ventanas grandes- me dijo cuándo me senté a un lado de ella -, a veces pienso que podré salir de este cuarto por estas grandes ventanas que te dejan ver lo que hay fuera, pero que te recuerdan que no puedes salir todavía, te muestran eso de lo que te pierdes desde una cama del hospital.

-Hum…a mí no me gustan los hospitales.

-Lo sé Kakashi kun- dijo entre sonrisas cansadas.

Aquel fue su insólito saludo, no supe mucho que hacer, solo estaba feliz de verla sentada en su cama, al menos tenía un poco de contentamiento al verla ahí. Pensé que, aunque yo no cumplí con eso de mantenerla a salvo Obito estaría contento de que estuviera viva, aunque no fuera por mis actos.

-¿Y cómo te has sentido?

-Mejor- dije -, Haruno sensei dice que dentro de poco podré ir a casa.

-Oh, cuanto me alegro por ti- y tosió otro poco -, te envidio, yo tengo que estar por un rato más, al menos Obito y yo estamos en la misma. Le he pedido a Sakura sensei que si se puede me permita compartir habitación con él, pero me ha dicho que aún no se puede-.

Tanteó los dedos nerviosa, yo traté de no mirarla, sus palabras me incomodaban un poco.

-Supongo que es por mi estado, o el de él, ¿sabes cómo sigue?

Entonces comprendí porque mi maestra no le había dicho nada aún. Negué con la cabeza decidiendo que aún no le diría, estaba mal, pero verla con ese precario estado lo hacía todo más difícil, la débil sonrisa que daba de vez en vez era demasiado alentadora como para borrársela al sacarla de la mentira.

–Estuve muy preocupada por él y por ti. Creo que me quedé dormida cuando me cargabas, no recuerdo nada después de eso. ¿Obito ha recuperado su ojo, le han sanado las heridas? - bajé la mirada, sin saber muy bien que responder -, oh, perdona Kakashi kun, te he dejado por fuera sin notarlo, es que Sakura sensei no habla mucho de Obito y eso me angustia mucho, pero estoy contenta de que esté bien, con eso de que es tan testarudo y desatendido con su seguridad temía mucho por él, no pienses que no me preocupe por ti o no quiero platicar contigo, pero...

-Hum, entiendo, no tienes que disculparte ni explicarlo.

-Gracias. Pero, hablemos de ti, ¿cómo estás?

-Bien.

-Sakura sensei me ha hablado mucho de ti, de tu recuperación, al parecer logramos cumplir con la misión, al menos ustedes dos, porque yo no fui de mucho apoyo.

-No es verdad.

-Está bien, no tienes por qué mentir y ser amable conmigo. Pero dejémoslo así, no quiero discutir de eso, tenía muchas ganas de verte, me alegra mucho verte bien, has vuelto a ser tú de nuevo.

-¿Hum?

-No me hagas caso- dijo tanteando de nuevo los dedos en la sabana -, además no tienes que contestar, con solo verte sé que has vuelto.

-¿Vuelto?

-No me hagas caso- dijo riendo, acomodándose el cabello -, soy un poco rara a veces. Por lo demás Sakura sensei me ha contado mucho de ti, no solo de tu recuperación, también de los problemas que le das.

-Hum, no es mi intención.

-Si, lo sé, yo se lo advertí- tosió de nuevo, pero esta vez tardó un poco en quitársele.

-Bebe un poco de agua.

-Oh, gracias- me dijo entre espasmos.

-Deberías descansar, Haruno sensei dijo que no te esforzaras mucho.

-¿No es un tanto triste, Kakashi kun?, -siguió tosiendo tenuemente -, por fin vienes a verme y yo no paro de toser, parezco ancianita.

-Estas enferma, no es para tanto.

-Sabes que…-dijo ya que el mal menguó un poco -, tengo mucho sueño.

-Entonces descansa.

-No quiero, has venido a verme, debo… debo esforzarme un poco.

-No tienes que, no me molesta, me quedaré un poco hasta que duermas y mañana vendré a verte de nuevo.

-¿En serio?

-Hum- asentí.

-Me da mucha alegría. Además, seguramente iras donde Obito, - susurró empezando a dormir, le ayudé a recostarse y fue entonces que noté que estaba más delgada y su piel más pálida, tenía unas ligeras ojeras bajo sus ojos, detalles que solo noté cuando me acerqué lo suficiente. –, por favor, dile que pronto cumpliré mi promesa, convenceré a Sakura sensei y compartiremos habitación, así ya no estará solo.

Volví a asentir, no tardó mucho en dormirse. Siempre fue así, la visitaba con regularidad, algunas veces conversábamos un poco más, pero o ella sufría algún ataque de tos o simplemente terminaba muy cansada, irremediablemente se dormía. Yo me quedaba un poco observándola, me preocupaba mucho su delicada situación pensando que tal vez Haruno sensei realmente si tenía razones fuertes para estar tan acongojada por ella. Sin embargo, a pesar de eso, Rin siempre sonreía conservando su buen entusiasmo de siempre, continuamente me hablaba de Obito preguntándome por él, yo me limitaba a no contestarle evadiendo el tema, no quería mentirle, pero tampoco sentía que estuviera en condiciones de escuchar hablar sobre su muerte.

-Tsunade shishuo y Sakura sensei me han dicho que no volveré a ser ninja médico.

Subí la vista al oírla, fue otro día, era de tarde, una linda tarde, yo leía pensándola dormida, pero ella despertó diciéndome aquella verdad que no sabía.

-¿Qué?

Ella sonrió –me lo han dicho ayer apenas te fuiste- suspiró -; primero dejé de ser ninja, pero pensé que al menos podría dedicarme a ser un ninja médico de refuerzo, no estar en el campo de batalla, y eso…- pausó, mirando el techo -; ya lo sospechaba desde hace días, no me ha sorprendido en nada, así que no pongas esa cara.

-Pero, debe haber…

Ella sonrió sentándose en la camilla y posó su mano sobre mí, como lo hacía cada vez que me curaba las heridas -¿lo ves?, ya no puedo extraer ni un poco de chacra. No sé exactamente qué pasó, ni ellas tampoco, – dijo bajando la vista, moviendo sus pies un poco -, pero siento como si nunca hubiera podido hacerlo.

-Hum…Rin, debe, debe haber alguna forma…- articulé nervioso, yo sabía que eso era un gran golpe para ella.

-No, no hay forma de remediarlo, no hay dudas de ello. Creo que deberías buscar a mi reemplazo- me dijo con su sonrisa rota. –. Pero no pongas esa cara- dijo recuperando su semblante apacible -, aún puedo ser un doctor tradicional, la mejor de todos, eso sí, así que no estoy acabada ni mucho menos Kakashi kun.

-Claro que no.

-Lo bueno es que tengo mucho tiempo libre y estudiaré más que nunca, supongo…supongo que tarde o temprano habría que ahondar en ello, ¿no?

Asentí. Ella siguió viendo por la ventana, esta vez con la sonrisa más sincera que antes.

-¿Has ido a ver el lago?- me preguntó en otra ocasión.

-¿Hum?

-El lago –afirmó, pero yo seguía sin entender -, el lago que hicimos juntos, que gracioso es pensarlo así, hemos hecho un lago en Konoha.

Negué con la cabeza -, apenas hoy salgo.

-Es verdad, lo había olvidado. He escuchado rumores de que es muy bello, debe serlo. Ve cuando puedas y vienes a contarme, yo iré en cuanto salga de aquí.

-Está bien.

-Apuesto de que a Obito le gustara mucho.

Aquel enunciado me puso demasiado nervioso y triste al recordar que irónicamente el lugar del que hablaba era la tumba de mi amigo, quise cambiar cuanto antes del tema, no quería pensar mucho y recordar la imagen de él cayendo.

-¿Conoces el hijo de Minato sensei?

Y de solo mencionarlo ella se sobresaltó contenta, removiéndose un tanto ansiosa.

-No, aún no, ¿tú sí?

-Hum- negué.

-Oh…- susurró decepcionada -, creí que dirías que sí. ¿No has ido a verlo? - negué de nuevo -, por Dios Kakashi kun, si yo pudiera caminar por el hospital como lo haces tú iría inmediatamente a verlo- me alcé de hombros, ella suspiró otro poco ante mi tranquilidad e indiferencia -, Sakura sensei me ha contado de él, dice que es un llorón consumado y que tiene locas a las enfermeras, pero que es hermoso y regordete, dice que es igual a Minato sensei.

-¿Cómo se llama?- pregunté sintiendo por primera vez curiosidad por saber del pequeño.

-Aún no tiene nombre- dijo un poco seria, peinándose el cabello -, ni Minato sensei ni Kushina san pudieron decir que nombre querían –suspiró -. Pobrecito, tan pequeño y es huérfano ya, sabemos lo que se siente, ¿verdad Kakashi kun? –Asentí nuevamente, recordando la soledad de mi casa y pensé que en unas cuantas horas tendría que enfrentarla de nuevo -, pero habrá alguien que cuide del pequeño, Minato sensei y Kushina san no tenían familia directa, pero mucha gente los amaba y eran buenos amigos, si yo tuviera la edad, salud y recursos me quedaría con él.

Aquello me hizo gracia, imaginarla como una pequeña madre era simplemente algo gracioso e impensable.

-¿Por qué te ríes?, ¿crees que digo mentiras?

-Hum, no. Es solo que nunca pensé imaginarte como mamá, seguramente serías una mamá de esas regañonas...

-¡Hey!- me gritó molesta, dándome con la almohada en el rostro -, yo sería una excelente madre-, los dos reímos un poco hasta que ella durmió.

Después de darme de alta la seguí visitando continuamente, me preocupaba un poco no ir a verla diariamente, e igualmente me llenaba de remordimiento no hacerlo. Además, cada vez que iba la veía cansada, dormía más y hablaba menos. Aun así, guardaba la esperanza de que se recuperara, y ella también, pues continuamente me hablaba de sus planes, leía libros de medicina y me contaba lo que en ellos decía no logrando entender mucho o nada con sus tecnicismos.

Había algo raro en sus conversaciones cuando hablaba de Obito, poco a poco dejó de preguntarme por su estado, su avance, cosas como esas, solo limitándose a recordar anécdotas o hablar de él y sus planes de compartir habitación. Parecía estar sumida entre la realidad, los recuerdos y la fantasía.

Uno de esos días encontré a Haruno sensei en la antesala del nosocomio, me miró y su semblante cambió a uno más alegre que cualquiera que había tenido desde la invasión.

-Oh, qué bien que llegas Kakashi kun, ¡que feliz soy de que hayas venido hoy!, pensé que ya no vendrías porque es un poco tarde. Ven, vamos, se ha levantado hoy muy bien, ¡ha mejorado tanto!

Rápidamente me llevó donde Rin, entré a su cuarto y pude ver que mi maestra decía la verdad, era casi la misma Rin de antes, lucía feliz y casi recuperada, seguía delgada, pero con buen semblante y agradable plática. Algo dentro de mí se removió contento de verla así, me llené de alegría y pensé que Obito hubiera armado tremendo escandalo ante su buena salud.

-Rin chan, mira, Kakashi kun si vino hoy, estaba tan angustiada de que no viniera…

-¿Por qué?- pregunté sinceramente interesado.

-Sakura sensei es una exagerada, no le hagas mucho caso- me dijo riendo, ya sin esa tos molesta y angustiante.

-¿Por qué lo dices Rin chan?- dijo cerrando la puerta -, ¿crees que verte bien no nos da alegría a Kakashi kun y a mi?

-Gracias, no es eso, es solo que no creo que sea para tanto.

-Rin chan, que modesta eres – río Haruno sensei peinándole el cabello en una pequeña trenza.

Verlas así me hizo recordar esos momentos entre misiones donde ambas conversaban "cosas de mujeres", dejándonos a Obito y a mí, incomodos y ajenos a su plática. Mi maestra solía peinarla, e igualmente Rin a ella, se decían algunos cumplidos y conversaban de sus cosas del mundo de la medicina, con esas palabras incomprensibles e impronunciables, verlas ahí, casi igual que antes, me dio nostalgia y creo que sonreí un poco.

-Solo hace falta Obito- pensé mirando la ventana, donde el viento movía las cortinas.

-Sakura sensei pasó todo el día pendiente de ti.

-No es para tanto- dije al fin un tanto apenado.

-¿Por qué lo dices Kakashi kun?- me preguntó ahora a mí -, ¿ crees que verte bien no nos da alegría a Rin y a mí?- dijo contenta, casi como antes, Rin sonrió al escucharla repetir la misma oración -; además no quería que perdieras la oportunidad de estar con nosotras. Apenas la vi en la mañana me di cuenta de que mejoró y decidí tomarme el día libre para pasar con ella y de pasó contigo, como antes, sólo falta Obito y...

Y como si un rayo se tratase su sonrisa se borró y su voz se apagó al nombrar a mi fallecido amigo. Entonces llamaron a la puerta.

-Sakura san, Sakura san.

Pareció despertar al escuchar su propio nombre, corrió y abrió la puerta.

-¿Si?

-Se le solicita urgentemente, es una emergencia importante.

-Rin chan…

-Está bien- dijo riendo -, un médico no tiene días libres

Apenas salió Rin suspiró tomando el pequeño espejo que Haruno sensei había llevado para la ocasión –no he querido decirle- dijo ella mirando su reflejo -, pero él no vendrá hoy- escucharla decir aquellas palabras hizo que girara a verla, estaba seria y tranquila-. Qué bien me ha quedado el peinado, ¿verdad?, Sakura sensei ha mejorado mucho.

-¿Qué has dicho?- pregunte.

-Que ha mejorado con la trenza y…

-No eso, lo de Obito.

-Oh, que hoy no vendrá.

-¿Por qué lo dices?

-Me lo dijo ayer, era muy tarde, yo tenía mucho sueño cuando llegó, estaba muy cansada, un poco dormida de hecho, pero recuerdo que me dijo que no vendría hoy.

-¿Ayer?

-Sí, anoche, por fin se le ocurrió volver. Se supone que es secreto, no digas nada – sonrió -; supongo que escapó o algo así.

-Pero…¿cómo?

-No lo sé, me dormí luego, estaba muy cansada y era muy tarde, lo reprendí por eso pero solo sonrió y se disculpó por no venir antes; pero no importa, estoy contenta de que viniera, tenía muchas ganas de verlo. No recuerdo mucho, pero hablé un poco con él.

Fue cuando lo supe, Rin definitivamente no estaba bien. -Y… ¿qué decía? - decidí seguir con lo que sea que era eso.

-Muchas cosas- se tocó la cabeza como si le doliera recordar-, no recuerdo todo, habló de Sakura sensei, pero me pidió no decirle nada, tú tampoco le digas, seguramente tiene miedo de que lo castigue- dijo entre risas -. Otra cosa que dijo fue que tú estarías bien, - y sonrió -, dijo que no te preocuparas tanto por él y que no te sientas culpable, que hiciste todo cuanto pudiste. ¿Recuerdas que yo también te lo dije? –, asentí -, ahora que lo pienso, por todo lo que me dijo supongo que no has ido a verlo.

-No…no he ido.

-También me dijo que no me preocupara, que todo estaría bien, y ¿sabes?, le creo, eso me hace sentir tranquila, ya no tengo miedo –mis manos temblaron un poco ante sus dulces y sosegadas palabras, ¿qué significaban?; su voz era suave y serena –. Tengo sueño –dijo recargándose con sutileza en la almohada -. Creo que dormiré un poco, no tengo remedio, ¿verdad?, por favor me disculpas con Sakura sensei, pero, me ha vuelto el cansancio, creo que no se enojará si duermo un poco mientras llega, ¿verdad Kakashi kun?

Asentí, el viento entró ligero y fresco removiendo las cortinas del cuarto, me incorporé tratando de apaciguarlas un poco.

-Lo último que me contó fue que no está tan solo como crees- murmuró muy despacio, antes de dormirse -, supongo que al fin lograré estar con él en el mismo cuarto, debe ser eso – sonrió y se quedó dormida

-Rin…- suspiré y libre al fin pude llorar un poco. ¿Qué significaban sus palabras?

Haruno sensei volvió muy noche, Rin seguía dormida y tuvo que moverme para que yo despertara, después de asegurarle que estaría bien se marchó y yo pude irme con tranquilidad a mi hogar, las palabras de Rin no me dejaron dormir hasta muy entrada la noche.

Nunca supe si Rin siempre supo que él estaba muerto, o se enteraría a los días, o quizá realmente la visitó, o tal vez había sido un sueño, nunca lo supe; fue cuando volví a pensar como antes, pensé que Rin vivió esos días sumida entre la realidad, los recuerdos y la fantasía. Tal vez así fue, nunca lo supe con certeza.

La mañana siguiente Rin se fue. Ella había muerto quedando en su camilla con la cara tranquila y sonriente, igual a la que tuvo cuando dijo que estaría con Obito en el mismo cuarto cumpliendo la promesa que le hizo en la represa, esa de no dejarlo solo, tal vez era cierto, tal vez al final realmente cumplió con ello.

Al menos, al menos es algo que me gusta pensar y creer, al menos es un consuelo que tengo.

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Saludos desde Sinaloa, México.

Bien, quise subir mas seguido los cap, porque la verdad pronto regresaré al trabajo, asi que me gustaría finalizar la historia después de 13 años.

Nota original:

Bien, después de suspirar al finalizar el triste y emotivo capítulo me di a la tarea de redactar lo que espero será una nota corta. Este capítulo de Rin junto al de Obito son muy especiales para mí, sé que en el episodio anterior Kakashi no hizo mucho, pero lo que yo buscaba era darle el capítulo entero al papel de Obito, quería que se luciera n.n porque ya nos iba a dejar T_T…en fin, que por eso este capítulo inicia con la pobre desventura que pasó Kakashi en esa misión, que la verdad al pobre le va muy mal y me quedó muy traumado el chamaco T,.T (y lo que viene…).

Debo decir que el capítulo aún seguía hasta llegar al funeral de mi dulce Rin (que tanta lagrima derramada conmigo), pero decidí cortarlo porque ya estaba muy extenso y Haruno sensei no es de capítulos largos, al menos no lo era…

Temo que el siguiente será el adiós de mi dulce Kakashi kun, pero no teman, que en los siguientes será remplazado por el anbu…yeah, que se me va mi adorado Kakashi kun y se viene este anbu que causara algunos desajustes a la pobre Sakura sensei, bien o mal (yo diría que más bien que mal :p), es curioso pensar que cuando inicié "1, 2 y 3" con Kakashi kun fue la primera vez que vi a Kakashi de niño en Kakashi gaiden, ahora que se viene el anbu está ese minirelleno especial de la vida de Kakashi de anbu (que por cierto no he visto por falta de tiempo y desidia).

Bueno, con esto ya me despido saludándoles y pidiéndoles que me dejen un comentario, que últimamente me han bajado en la tarifa y si se siente feo xD…

Saludos y dios me los bendiga.

Hasta pronto.