N/A: Este es para el usuario de Tumblr camxriv, quien me preguntó sobre los pensamientos de Hermione en el capítulo 35 cuando se despierta en San Mungo del ataque de los dementores. ¡Espero que lo disfrutes!
Eres la mañana cuando está despejada
La sed la despertó. Todos los hechizos de hidratación del mundo no podían competir con un vaso de agua. Hermione notó sus labios resecos, luego su posición boca abajo, luego las sábanas desconocidas que cubrían su cuerpo. Cálidas, pero no del todo cómodas.
Aunque era más cómodo que congelarse en el suelo del bosque.
Draco.
Abrió los ojos de golpe y rápidamente catalogó su entorno: Harry, Ginny, Ron.
Ninguna señal de la persona que más necesitaba ver.
Ella intentó sentarse pero su visión se nubló y se agarró la cabeza.
—¿Dónde está Draco? —preguntó con voz áspera.
—Hermione, ve más despacio, ve más despacio —le advirtió Harry. Alguien le puso un vaso en la mano y ella lo bebió tan rápido como pudo.
—¿Dónde está? ¡Harry, había dementores! Nosotros...
—Lo sé. Escucha, Hermione, está bien, estoy bastante seguro. Ahora estás en San Mungo, ya hablé con los funcionarios franceses.
Dioses, cómo odiaba eso, esa sensación de impotencia de tener que ponerse al día.
—¿Cómo que estás bastante seguro? ¿Qué pasó?
Si él estaba herido, si él estaba…
Ella nunca se lo perdonaría.
—Hasta donde yo sé, Malfoy está bien. Los transfirieron a ambos aquí inmediatamente, probablemente él esté en una sala separada.
Cerró los ojos mientras su memoria evocaba su último momento con él antes de sucumbir a la inconsciencia, "Granger... Granger, por favor..."
Su nombre, había salido de sus labios frenéticos y desesperados, podría haber sido lo último que oyó de él.
—¿Pero está bien?
—Hermione, estabas peor cuando te trajeron y vas a estar bien, así que creo que él está bien —dijo Harry.
—No, necesito verlo ahora.
—No, necesitas descansar ahora.
El cansancio, la debilidad y la negativa de Harry a su única petición se fusionaron en una ola de desesperación aplastante que anuló su compostura.
Ella estalló en lágrimas.
Ginny se abalanzó sobre ella y la abrazó con fuerza. Hermione no tenía fuerzas para levantar los brazos y devolverle el abrazo, así que lloró en el hombro de su amiga.
Cuando había bebido más agua y tosido algunas veces, repasó rápidamente los detalles de lo que la llevó a ella y a Draco a San Mungo, con la esperanza de que cuanto más rápido lo explicara, más rápido le permitirían verlo.
La colonia de hadas, los dementores, el frío cortante...
Hermione mantuvo sus ojos fijos en Harry mientras hablaba, mientras la mano de Ginny recorría su brazo de arriba a abajo con dulzura. Hermione captó la mirada de Ron varias veces durante su relato y, aunque podía ver la culpa grabada en su rostro y la preocupación por su bienestar, no tenía energías para dedicarle un pensamiento.
Draco, Draco, ¿dónde estás?
—Pero tú los alejaste —dijo Harry con un dejo de orgullo cuando ella terminó—. Tu patronus...
—Fracasé —dijo Hermione rotundamente. Se hundió en la delgada almohada y enterró la cabeza entre las manos—. Fracasé. Otra vez. Igual que en tercer año, igual que en el Ministerio cuando obtuvimos el relicario. Esta vez casi me cuesta todo. Casi... Podría haberlo... perdido—ella se secó los ojos—. Debe haberlo hecho él… lanzó uno y él… él me salvó.
Draco, lo siento mucho. Por favor, que esté bien, por favor, que esté bien.
—Los hizo aparecer a ambos de allí, directamente al lobby de su hotel —dijo Harry.
Ella respiró temblorosamente, casi desmoronándose nuevamente cuando el peso de esa información la golpeó.
Hasta dónde había llegado Draco para mantenerla con vida.
—No lo entiendes, no podía simplemente aparecernos, hay barreras antiapariciones alrededor de la colonia. Se adentran dos millas en el bosque. No habíamos llegado muy lejos antes... antes de que atacaran. Si nos hubiera aparecido... habría tenido que llevarme en brazos... casi todo el camino.
Silencio atónito.
—Casi dos millas. Esa es la distancia que te llevó —dijo Ginny débilmente. De repente se volvió hacia Ron—. ¿Y bien? ¿Valió la pena tu pequeño berrinche? Ella habría muerto si no fuera por Malfoy.
Ron no miró a su hermana, sino que miró a Hermione con ojos contritos, con la boca abierta y dispuesta a pedir perdón. Hermione negó con la cabeza. No estaba preparada para oírlo de él.
La poca energía que le quedaba continuó fluyendo de manera constante.
—Por favor, ¿puedo ir a verlo? Por favor, Harry.
Su amigo frunció el ceño y vio que otra negativa renuente tomaba forma antes de que él siquiera pudiera hablar. Harry sabía que ella atravesaría los pasillos del hospital si eso significaba encontrar a Draco y ver con sus propios ojos que había sobrevivido.
Draco, perdóname, quiero estar donde tú estás, te lo prometo.
—Hermione, lo siento mucho, pero necesitas descansar. Tienen más opciones para darte. Te apuesto lo que sea a que estará aquí cuando despiertes.
Él parecía dolido por tener que negarle otra vez, y aunque Hermione sabía que haría lo mismo si las posiciones se invirtieran, no hizo nada para calmar sus frenéticos pensamientos de Draco solo en otro lugar.
Como si el universo quisiera demostrar que Harry tenía razón, un sanador entró en su sala con dos frascos.
Hermione se los tragó sin protestar, pero tenía una súplica más para Harry.
—¿Puedes… —dijo arrastrando las palabras, mientras las pociones ya estaban haciendo efecto—… encontrarlo? Por favor… no quiero que… se despierte solo.
Sus ojos se cerraron sin su permiso, a merced de la medicina que corría por ella.
Draco, lo siento mucho.
Se despertó sintiendo una mano que sujetaba la suya. Un apretón cálido, familiar y necesario.
Con cuidado, para no molestarlo, Hermione se giró hacia un lado para mirar a Draco.
Por lo general, cuando dormía, sus tensos rasgos faciales se suavizaban y los ángulos y las líneas se volvían laxos.
Pero, mientras dormitaba en la silla de visitas, parecía preocupado a pesar de su estado de sueño. Tenía un surco entre las cejas, una postura tensa en el cuello y las piernas largas extendidas frente a él.
Ella se arrastraría hasta su regazo y murmuraría disculpas en su pecho si él no pareciera tan desesperadamente necesitado de descanso.
¿Había llegado Harry a tiempo? ¿Cuánto tiempo había estado esperándola junto a su cama? ¿Había comprendido la heroica magnitud de sus acciones?
Hermione apretó la mano de Draco agradecidamente, pasando el pulgar por el dorso de esta, pero él no se movió.
Se le escaparon algunas lágrimas de los ojos; de alivio porque Draco estaba a salvo y allí con ella, combinadas con vergüenza por no poder protegerlo. Había dejado que el miedo ilógico se impusiera a su sentido del deber, a su capacidad de actuar en una crisis.
Pero Draco había dado un paso adelante maravillosamente.
Una oleada de orgullo se apoderó de ella y desintegró su culpa. Había conjurado su primer patronus corpóreo. Se preguntó qué forma habría adoptado, qué recuerdo habría utilizado para lanzarlo.
A pesar de que no habían dicho palabra desde su encuentro con el peligro, Hermione sintió la declaración de su amor, vibrante y fuerte.
Yo también te amo.
N/T: Como saben he estado un poco ocupada, sin embargo mañana tendrán otro capítulo. Gracias a Wendy Lizarraga por sus reviews y a todos por leer.
