Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Bruja Llameante
Capítulo 34: Él solo.
La noticia que apareció aquella mañana en el Profeta, tomó a Tom S. Ryddle Jr., Lucius Malfoy y Albus Dumbledore, desarmados.
Era un movimiento político, tan violento, que cambiaría todo el juego del Wizengamot y seguramente, impediría (aún más) a Voldemort tomar el control sobre la Inglaterra Mágica, debido no solo a las nuevas formas violentas del Ministerio de Magia, sino también de los Aurores y aún más especialmente: Los Golpeadores de Choque.
La Ministra de Magia: Amelia Bones, desposa a Sirius Orión Black, en una magnífica boda en el corazón del Londres Mágico.
Los Sangre Pura luminosos y neutrales, estaban maravillados con la noticia. Claramente, fue algo muy íntimo, todos mandaron sus felicitaciones a la pareja, deseándoles lo mejor.
Albus Dumbledore destrozó su copia del Profeta, mientras lanzaba un rugido al cielo, su magia se descontrolada y destruía su oficina, incluso incendiándola.
Él no podía creer esto. Se negaba a creer que Sirius y Beatrice, le hubieran ocultado el matrimonio de Sirius a él. Pues él era Albus Dumbledore, el mago más poderoso, más grande y más inteligente desde Merlín. Las implicaciones políticas de esto, eran algo que Albus podía ver con claridad, como ahora más que nunca, un muy alto muro político, se levantaba para evitar que el pequeño Tom S. Ryddle, pudiera tomar el control sobre el Ministerio.
Albus se pasó las manos por el cabello, preguntándose qué hacer ahora, ante este panorama político.
No alcanzaba a comprender, como es que todo se salió de su control y no sabía cómo organizarlo. Se sentía en una partida de Póker, en donde él sólo podía ver oscuridad y no a los otros jugadores, ni las cartas en sus manos, ni en las de los otros jugadores.
El matrimonio de Sirius y Amelia, significaba que una buena parte del Lado Luminoso y la mayoría del Lado Neutral, formarían un nuevo bloque político, con un poder tan grande, que él quedaría impotente en términos políticos o quizás incluso, esto podría hacer cojear al Lado Oscuro del Wizengamot…
Quienes ya cojeaban, desde que Tom fue lo suficientemente ESTÚPIDO, como para querer vanagloriarse delante de sus Mortífagos, sobre su retorno...
¿Y cómo terminó eso?
Con Beatrice Potter, matando a más de un tercio de los Mortífagos que estúpidamente, viajaron hasta ese cementerio, ella derrotó a Voldemort en el cementerio, delante de todos y luego, volvió a cazar sus Horrocruxes.
La Masacre Mortífaga del Ministerio (como la bautizó su Orden del Fénix) sólo era aún peor, pues Albus sólo podía rogar para que los Mortífagos ENTENDIERAN que estaban errados e intentar que se unieran a su bando.
La pérdida de los linajes antiguos, ocurrido entre la Masacre en el Cementerio y la Masacre Mortífaga Ministerial, llevaría a Tom a llamar a los Hombres Lobo bajo el mando de Fenrir Greyback y para lograr su neutralismo, mandó a Remus Lupin.
Y fue un Remus en estado de shock, quien regresó a la presencia de Dumbledore, a un edificio que Dumbledore compró con su propio dinero y actualmente, el Cuartel General de la Orden del Fénix, quedaba en un edificio de ladrillo, que anteriormente fue una imprenta y ahora estaba abandonado... todos pusieron de su parte, para limpiarlo, acomodar todo, colocarle colchonetas, almohadas, sábanas y más. Dumbledore miró con preocupación al Shockeado Remus, quien no parecía reaccionar y estaba pálido como un fantasma de Hogwarts. — ¡Remus, muchacho! —Y corrió despavorido, para agarrarlo del brazo, mientras que un igualmente preocupado Sirius, tomaba a Remus, por el otro brazo. — ¿Qué te ha pasado? —Pregunto Dumbledore rápidamente, creyendo lo peor. Él sólo quería saber esto, pues mandó a Remus hace tres meses a negociar con las manadas de licántropos y hasta ahora, había retornado… pero no se veía malherido — ¿Pudiste encontrar a las manadas de Hombres Lobo? —Y la aterradora posibilidad, la ÚNICA posibilidad, apareció en la mente de Dumbledore. — ¿Acaso ellos, ya se han unido a Lord Voldemort?
Los gritos de horror del resto de la Orden, parecieron traerlo al presente. Remus y Sirius, miraron de reojo a Beatrice u a Hermione, quienes estaban sentadas en un rincón y tenían grandes sonrisas en sus rostros. Remus se preguntó si acaso, de alguna manera, ellas ya sabían todo lo que él sabía. Se aclaró la garganta una... dos veces y miró a Dumbledore, mientras recibía un vaso, que contenía jugo de limón. —A simple vista... pareciera ser, que hay al menos unas veinte docenas de jaurías de Hombres Lobo, bajo el mando de Greyback y de Voldemort, pero... pero nada más lejos de la realidad: Actualmente, existen cerca de 180 jaurías y sólo 5 están con Greyback.
La matriarca Weasley, abrió la boca, pero Dumbledore habló primero. — ¿Estás seguro de esto, Remus muchacho?
—Por eso me he demorado casi tres meses, Albus. —explicó Remus —Quería… quería comprobarlo. La comunidad licántropa inglesa, se auxilian los unos a otros y bastó con que uno de ellos, llegara lo suficientemente alto, para abrirles las puertas a los demás. —Se lo escuchaba… rencoroso. Como si acabara de ver una pieza valiosa en un museo de la más alta seguridad tecnológica. Como si acabara de encontrar la pieza faltante de un rompecabezas, después de muchísimo tiempo. Remus y la Orden al completo, guardaron silencio, pero finalmente, Remus explotó. — ¡BASTÓ CON QUE UNO SOLO, LLEGARA AL PODER Y LUEGO MOVIERA LAS FICHAS NECESARIAS, HICIERA QUE LOS ENGRANAJES SE MOVIERAN LO SUFICIENTEMENTE SUAVE, PARA QUE TODOS LOS DEMÁS ADQUIRIERAN VIDAS MUGGLES, QUE VALIERAN LA PENA VIVIRSE! —Todos retrocedieron, nadie se esperaba ese nivel de odio, impotencia y rencor de Remus Lupin. Siguió pasándose las manos por el cabello, caminando de un lado a otro, sin que Dumbledore entendiera nada, pero los demás sí que lo entendieron —Todos… todos estos años yo… —miró a Dumbledore a los ojos, con desesperación —te pedí, te rogué que admitieras a otros Chicos Lobos en Hogwarts, pues la cabaña y el Sauce Boxeador funcionaban perfectamente y…
Beatrice no pudo evitar reírse, mientras jugaba con… ¿Una moneda de fuego purpura, moviéndola entre sus dedos? —Dumbledore ya tenía a su espía Lobo, en los 80, cuando Ryddle Jr. estaba en su punto más alto y Greyback en aquel entonces tenía realmente al 95% de las Manadas de Hombres Lobo a su mando, cuando el Imperio Sangre Pura de Voldemort, se veía más claro que nunca… ¿Para qué dejar que otros niños lobos experimentaran la dicha de Hogwarts, si te tenía a ti, comiendo de su mano y te desechó de Hogwarts, al final del 93, cuando ya habías cumplido con tu trabajo?
— ¡SEÑORITA POTTER! —Rugió Dumbledore colérico.
— "Solo se enfurece aquel que miente y cuya mentira es descubierta o aquel a quien le dicen una dolorosa verdad" —citó Beatrice quien, como siempre, solo ignoró los gritos coléricos de Dumbledore. — ¿De qué nos preocupamos? ¿Para qué es esta reunión, si Dumbledore, Lady Bones-Black y Fudge, destruyeron el Horrocrux en la Copa de Helga Hufflepuff y Voldemort debe de estarse retorciendo de dolor y muriendo vomitando líquidos o prendido en fuego verde y falleciendo?
Nadie habló. —Creo que es mejor, si terminamos por ahora, esta reunión. —gruñó Dumbledore furioso, marchándose de la sala.
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Cansado de Kreatcher, Sirius se disfrazó con el hechizo Colovaria, volviendo su cabello de color castaño, sus ojos avellana, su nariz y demás rasgos, aguileños, se vistió con un traje de saco y corbata vino tinto, camisa negra y corbata blanca. Tomó con la mano derecha un bastón con cabeza de perro y con la mano izquierda, la muñeca de Kreatcher, quien intentaba zafarse, mientras se esforzaba por mover los pies en dirección contraria y no paraba de repetir una y otra vez, en bucle: «Soy el Elfo de la Casa Black, como mi padre antes que yo y su padre antes que él. Soy el Elfo de la Casa Black, como mi padre antes que yo y su padre antes quería él. Soy el Elfo de la Casa Black, como mi padre antes que yo y su padre antes que él.» Pero a Sirius no le importó y se internó en el Callejón Knockturn, utilizado por los usuarios de la Magia Oscura.
Al haber nacido y crecido en un hogar donde la Magia Oscura y la Pureza de Sangre lo era todo, entonces él sabía cómo llamar a la puerta del negocio llamado: Serpiente Espinosa y al entrar, vio a muchas personas comprando o vendiendo todo tipo de baratijas... de mejor calidad que todo aquello que estos encontraban en el negocio de enfrente Borgin & Burkes, en donde el negociante: Desmont Donovan, regateaba, pero compraba a un buen precio para el vendedor. Sirius se acercó con Kreatcher quien formulaba y lo sentó en la mesa —Deseo deshacerme de este Elfo Doméstico —Desmond miró al Elfo y le arrojó un par de hechizo encima, para evaluarlo.
—Lleva el tiempo suficiente en su familia. —dijo el Sr. Donovan, asintiendo varias veces — G 150, tendré que realizar varios hechizos y pociones.
Sirius no pudo evitar reírse desdeñosamente. No había extrañado esta vida repleta de oscuridad, en lo más mínimo. Se alegraba de haberse alejado de esto, ingresando en Gryffindor, haciéndose amigo de James Potter y Remus Lupin; solo lamentaba haber dejado todo esto, sobre los hombros de su querido y siempre amado hermano menor. —Ambos sabemos, que esté Elfo, incluso con su edad, podría darme unos… G 850, quizás. No quieras verme la cara, Donovan.
— ¿Y por qué motivo, yo pagaría tanto por un Elfo Doméstico anciano? —Preguntó Donovan —G 159.
—Ambos… no, me corrijo: TODOS los que estamos aquí, sabemos que alguien, lo suficientemente desesperado, podría incluso pagarte G 1850 o incluso más. —explicó Sirius, odiando tener que sostener la mentira de ser un Sangre Pura, como cualquier otro cabrón, en ese negocio que se estaba pudriendo lentamente —Un lord, como ejemplo… Malfoy o Yaxley, pagarían incluso G 2375, tan solo por un Elfo en buena forma y con su magia a tope.
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Albus Dumbledore suspiró, sentía como estaba envejeciendo hasta otros noventa años, mientras abandonaba cabizbajo la casa de Sirius Black y se llevaba una mano a la cabeza, rascándose, mientras recordaba cada evento, que lo había traído hasta este punto de la guerra: Sabía que aquel fue su error. Sabía que tendría que haber salido a favor de Sirius, obligar a que el Wizengamot aceptara ver los recuerdos de Sirius, que Sirius lanzara un juramento de solo decir la verdad, que bebiera el Veritaserum y prestar su Pensadero para que todos vieran que Peter Pettigrew era el auténtico Guardián del Secreto de los Potter, que todos supieran aquel secreto de los Merodeadores: Que tres de ellos, eran Animagos, que Sirius era el padrino de Beatrice Potter y que él debería de haberla cuidado y criado, junto a su novia de época escolar (y ahora esposa) Amelia Bones y su sobrina huérfana: Susan Bones…
Fue a visitar a Horace Slughorn y le rogó que le diera el recuerdo real. Le confesó que había """alguien más""" cazando los artefactos de Voldemort y que, fuera lo que fuera que él tuviera a la mano, podría serle útil, para descubrir posibles trampas, por parte de Voldemort. Slughorn solo frunció el ceño y le entregó el recuerdo, antes de atraer una maleta hacia él y agarrar un juego de llaves de hace seis siglos atrás y Desaparecerse. Era un Traslador y por su poder, Dumbledore diría que era un Traslador Internacional. Suspiró y rogó, por tener el verdadero recuerdo en sus manos. Pues si no era así, entonces quizás absolutamente nadie, podría jamás detener a Tom S. Ryddle.
Y estaría él solo, enfrentando a Voldemort.
