Bruja Llameante
38: Destruyendo y aprendiendo
Beatrice sentía unas ganas ENORMES, de golpear su cabeza, contra una pared; mientras caminaba hacia el sexto piso de Hogwarts. Hacia la Sala de Menesteres. — ¿Es que acaso, la imprudencia en mi vida pasada, no me enseñó nada, sobre ir de noche a lugares que no sé si verdaderamente, estarán desolados?—Se preguntaba la pelinegra, con un gran enfado, hacia sus propias acciones — Maldita sea, Beatrice. Si logras volver a tu habitación, sinquenada raro ocurra y si Hermione no tedescubre, antes de volver a la cama... comerás torta de chocolate de desayuno... o aún mejor: Un desayuno de huevos detocino, con chocolate frío.—siguió su camino, hacia la Sala de Menesteres, hasta llegar ante Crabbe y Goyle. Por un instante, se preguntó por qué motivo, no se fijó en ellos, en años anteriores. Por qué no recordó sus cadáveres. Cerró con fuerza sus ojos y les lanzó un aturdidor a cada uno, mientras comenzaba a caminar frente a la puerta — Necesito una habitación, para 9cultar algo... necesito una habitación, para ocultar algo...—pasó cuatro veces ante la pared en blanco, hasta que logró manifestar la puerta y entrar con velocidad, cerrando detrás de sí, asegurándose de hacerlo en silencio. Comenzó a recorrer la sala, siguió caminando, hasta ver a Draco reparándolo — El Armario Evanescente, ¿Eh? Elgranplan de Tom—caminó más cerca y con un empujón a una biblioteca, causó un gran efecto dominó, con muchísimas cosas cayéndose de donde estaban apiladas.
— ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO?! —Gritó Draco, girándose ante los estruendos. Beatrice corrió junto a él y susurrando el hechizo, el Armario se prendió en llamas violetas, Draco gritó de miedo, cuando el calor lo alcanzó y saltó hacia adelante de él, antes de descubrir lo que pasaba, su boca se abrió, su rostro enseñó una mueca de horror. Apuntó la varita hacia el frente — Aqua Eructo—El agua salió de la varita y mojó el armario, pero Beatrice fue veloz, se colocó detrás del armario y empujó aún más llamas violetas y no gastaba tanta magia, como sí la gastaba Draco. Beatrice generaba su propia magia y sólo usaba su magia, en un hechizo que sólo involucraba su cuerpoy su magia. Por el contrario de los magos del común, que su magia involucraba su cuerpo, sumagia ysu varita, eso generaba un desgaste insignificante, pero era también el motivo, por el cual los combates eran tan veloces: Para NO malgastar magia. —No, no, ¡NOOOOOO! —Chilló con horror, mientras que los tres "amigos" de Draco despertaban e ingresaban, ante los gritos del rubio, para intentar ayudarlo.
Mientras tanto, Beatrice salió de allí, campante y feliz. — Adelante entonces, Malfoy: Repara las cenizas.—Pensó ella.
A la mañana siguiente, Hermione y Beatrice, estaban abandonando el auls de Runas, con una pila de pesados libros en sus manos... el hechizo para que las cosas fueran mullidos, no ayudaban mucho, con seis libros del tamaño de un ladrillo de las pirámides, cada uno. Todos aquellos, que estaban tomando Runas Antiguas, incluso los de quinto año, como Beatrice, se estaban peleando con el peso de los libros. —Nos dieron mucha tarea en Runas Antiguas, —dijo ansiosamente cuándo Neville se unió a ellas. — ¡Un ensayo de quince pulgadas, dos traducciones, y tenemos que leer estos para el Miércoles!
Una hora más tarde, dejaron la sala común a regañadientes, que estaba iluminada por los rayos del sol y fueron hacia la sala de Defensa Contra las Artes Oscuras, cuatro pisos más abajo. La puerta del aula se abrió mientras hablaba y Snape entró al corredor, con su cetrina cara enmarcada, como siempre, por dos cortinas de grasiento pelo negro. Se hizo silencio de inmediato. —Adentro, — dijo. Beatrice miró a su alrededor al entrar. Snape ya había impuesto su personalidad en el salón; estaba más lúgubre que lo usual, las cortinas cubrían las ventanas y estaban alumbradas con la luz de las velas —no les he pedido que saquen sus libros, —dijo Snape, cerrando la puerta y mirando a la clase tras su escritorio; Hermione rápidamente metió de nuevo a su mochila su copia de 'Enfrentando a lo Desconocido'y la puso bajo su silla. —Deseo hablarles y quiero su completa atención —hasta ahora: ustedes han tenido a cinco maestros en esta clase. —nuevos cuadros adornaban las paredes, muchos de ellos mostraban personas que parecían sufrir dolor, mostrando horribles heridas y partes del cuerpo extrañamente torcidas. Nadie dijo nada mientras se sentaban, mirando los oscuros y horripilantes cuadros. —Naturalmente, todos estos maestros habrán tenido sus métodos y sus prioridades. Dada esta confusión, estoy asombrado que tantos de ustedes hayan obtenido un TIMO en esta materia. Estaré aún más asombrado si todos logran mantenerse al día con el trabajo de los EXTASIS, el cual será más avanzado. —Snape caminó hacia el final del aula, hablando ahora en voz más baja; los alumnos estiraron su cuello para seguir viéndolo. —Las Artes Oscuras, —dijo Snape —son muchas, variadas, siempre cambiantes y eternas. Pelear contra ellas es como oponerse a un monstruo de muchas cabezas, al cual cada vez que cortan un cuello, crece una cabeza más feroz e inteligente que antes. Pelearan contra algo que siempre cambia, se transforma, que es indestructible. Sus defensas —dijo Snape un poco más fuerte, —por consiguiente, deben ser tan flexibles e inventivas como las artes que tratan de combatir. Estos cuadros —indicó a algunos mientras caminaba —dan una justa representación de lo qué le ocurre a los que sufren, por ejemplo, la maldición Cruciatus —movió la mano hacia una bruja que claramente gritaba de sufrimiento —el Beso del Dementor —un mago yacía encogido, con los ojos en blanco, recargado contra una muralla — o provoquen la agresión de los Inferius—una sangrienta masa sobre la tierra.
Un nuevo año comenzaba para los alumnos y por primera ocasión: La hora de Pociones, fue simplemente magnífica de llevarla, por la lección sobre reconocerlas por su olor y color.
Nuevos métodos para hacer magia, como en Pociones.
O nuevas perspectivas como en DCAO
Existían varias protecciones dentro y fuera de Hogwarts, para protegerlos a todos.
-.-.-.-.-
-.-.-.-.-
Así mismo, algunos de los planes de Dumbledore, no estaban saliendo como él quería, desde que Amelia Bones-Black, tomó el mando del Ministerio de Magia: Los Aurores y Magos de Choque, patrullaban el país y combatían a todo aquél, que fuera hallado, empleando las Artes Oscuras y siempre y cuándo, pudiera ser condenado. Todo aquel que crecieran de una buena defensa delante del Wizengamot y existían nuevas medidas para evitar sobornos o defensas como: «¡Pero si yo estaba bajo el Imperius!»
Los planes de Dumbledore contemplaban la toma del Ministerio de Magia, por parte de Ryddle y a un cierto número y ciertos nombres de Mortífagos libres y de su parte, para la batalla final en Hogwarts, pero... o esos Mortífagos no estaban libres, o murieron en el Cementerio o murieron en el Ministerio de Magia o murieron intentando que varias Criaturas Mágicas se aliaran con los Mortífagos.
Esta guerra no iba de acuerdo a los planes de Dumbledore, demasiados soldados del bando oscuro, estaban muertos o jamás fueron liberados de prisión.
Y de la mano de Amelia Susan Bones-Black, este país sería seguro y destruirían a Tom S. Ryddle. Y esa, era una promesa.
