Nota de la traductora: Severus ya no sabe que le es más difícil de disimular phoenix1993 las reacciones de su cuerpo o de su corazón XD
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Al día siguiente, Nochebuena, le dio el día libre y se sentó en su salón leyendo en el sofá, con Odín sentado en el respaldo.
Era la primera vez en mucho tiempo que el pájaro se había dignado salir de su dormitorio, a pesar de tener libertad en sus habitaciones, y permiso para ir a donde quisiera en el castillo y los terrenos y no tenía dudas de que el cambio de comportamiento del pájaro era debido al cariño que recibió de la chica.
Por extraño que parezca, el pájaro se había unido a él en la ducha la noche anterior, algo que no había hecho en mucho tiempo y desde entonces había estado acicalándose intensamente durante casi todas sus horas de vigilia, otra cosa que no se había molestado en hacer en un largo tiempo.
Se había acicalado hasta brillar, frotando el aceite de su glándula de acicalamiento sobre todas sus plumas hasta que ya no parecía la cosa polvorienta y apolillada que había sido durante más tiempo del que Severus quería recordar.
El pájaro, que ya estaba en su adolescencia, había estado tranquilo, retraído y deprimido últimamente, sin tomarse la molestia de acicalarse, hacer ejercicio o comer mucho y a Severus le preocupaba perderlo pronto, y este gran cambio fue sorprendente por decir lo menos.
Todo para impresionar a una chica bonita, pensó para sí mismo con una mueca de desprecio.
Sintiendo hacia dónde iban sus pensamientos, el pájaro ladeó una cabeza hacia él y luego dio un fuerte tirón al cabello color ébano de Severus y luego un picotazo en la piel de su cuello, siseó entre dientes ante el dolor agudo de ambas acciones, pero en la mirada de su familiar había una pregunta, ¿Y bien? Tuvo que conceder el punto, Touché pajarraco.
Entonces, tal vez había pasado más tiempo asegurándose de que su cabello estuviera siempre limpio y en buen estado, y tal vez se estaba duchando más a menudo y cuidándose mejor, vistiendo sus mejores túnicas hechas a medida y usando su jabón casero con sándalo.
El pájaro se rió de él, para impresionar a una chica bonita.
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Por lo general, estaría sentado miserable y solo en su casa en La Hilandera, pero afortunadamente, mientras que Albus había insistido en que el personal, concretamente él, no podía quedarse en el castillo durante todas las vacaciones, Minerva estaba feliz de dejarlo hacer lo que quisiera... Y sentarse solo en sus habitaciones en el castillo, mientras comía comida preparada por los elfos y bebía todo lo que podía conseguir, era mucho más preferible que sentarse solo en el deprimente basurero que era La Hilandera, comiendo cualquier comida grasosa de cualquier lugar que estuviera dispuesto a hacer entregas en Nochebuena a la zona peligrosa de Manchester.
Estaba debatiendo si ir y cambiar su té por algo más fuerte, cuando Odin de repente rompió con su acicalamiento obsesivo, saltó del respaldo del sofá al brazo y se acomodó con un graznido emocionado, no pocos momentos después hubo un golpe en la puerta de su habitación.
Dejando su libro se dirigió a la entrada, desde donde escuchó el coro de ruidos emocionados provenientes de Odin en el sofá, y abrió la puerta para revelar a Hermione.
Para su gran aprobación, ella no había cambiado su cabello del estilo que usó en el banquete el día anterior, y de repente se dio cuenta de que, por supuesto, había sentido su suavidad la noche anterior... así que realmente se lo había cortado y no sólo era un glamour para que pareciera de esa manera. Se alegró, le sentaba bien, enfatizaba su esbelto cuello y la hacía lucir mas madura y sexy.
Tenía su pequeño bolso de cuentas en la mano y llevaba un par de lo que creía se llamaban 'leggings' negros- se aferraban a sus curvas tan bien que igual podría haber estado en medias, o tenerlo pintado- y una camiseta marrón ajustada... si miraba con atención podía ver débilmente el contorno de su sostén, Merlín, ayúdame.
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Recordó la primera vez que vio su bolso de cuentas cuando ella trajo algunos libros para estudiar, al descubrir que él hablaba alemán le trajo un montón de pergaminos para que los tradujera, y de la misma manera él le entregó unos cuantos manuscritos de pociones en francés. Sólo que él había sacado un montón de libros de su estantería y ella había sacado los grandes pergaminos- como si fuera un mago sacando un conejo del sombrero- del pequeño bolso que sostenía.
Ante su ceja levantada, ella le ofreció una sonrisa.
"Encantamiento de extensión indetectable combinado con un encantamiento 'ligero como pluma', saqué la idea del maletín de Newt Scamander"
"Impresionante"
Ella sonrió ante sus elogios.
"¿Qué hizo Filius cuando lo vio?"
"Tú qué crees?" Ella le devolvió la sonrisa descaradamente.
"Él lloró, ¿no?"
"Sólo por un rato, cuando dejó de hablar efusivamente de ello"
"Se necesita gran habilidad mágica y precisión para lanzar hechizos tan complejos sobre cualquier objeto" No estaba acostumbrado a ser tan generoso con sus elogios, pero el trabajo de ella era realmente impresionante.
"Lo sé" Ella le sonrió.
"¿Podría extenderse este encantamiento a la ropa, digamos a los bolsillos de una túnica, por ejemplo?" Las posibilidades simplemente para la elaboración de pociones...
"¿Alguna vez me has visto traer una bolsa, aquí o a clase?"
Se sorprendió ante la pregunta, pero después de pensarlo un momento respondió.
"No..."
"¿Y alguna vez me he quedado sin libros, pergaminos, tinta, pluma, etc.?"
Otra mirada astuta hacia ella.
"No..."
Esperó a que ella ampliara esa afirmación, y cuando no lo hizo, levantó una ceja.
Ella solo le guiñó un ojo
Descarada.
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Ella lo miró y le ofreció una pequeña sonrisa, que él no pudo evitar devolverle.
"Granger… ¿desde cuándo llamas a la puerta?"
Ella se sonrojó bonitamente y lo miró tímidamente a través de sus pestañas.
"Desde que se trata de una visita social no requerida y sin nada que ver con el trabajo"
Tenía razón... aunque había pasado mucho tiempo en sus habitaciones, siempre era después de trabajar en su aprendizaje o de asistirlo con sus clases, y entraban juntos a sus habitaciones.
De repente parecía nerviosa mientras hablaba.
"Entonces... ¿puedo entrar o debería irme?"
Se dio cuenta de que en realidad no le había dado una respuesta y ella estaba empezando a dudar de su bienvenida.
Él maldijo. "Maldita sea, lo siento, por supuesto que puedes entrar".
Dando un paso atrás, le permitió entrar y ella le sonrió mientras cruzaba el umbral.
"¿Té?", cuestionó, "O… estaba a punto de ver si los elfos domésticos habían repuesto sus existencias de jerez ahora que Trelawney no asalta las cocinas a diario".
Ella se rió un poco ante eso.
"Es una opción... o podríamos..." y entonces metió la mano en la bolsa y sacó una botella de vino de aspecto muy intrigante.
Su ceja tocó la línea del cabello.
"Me gusta más tu idea"
Ella se rió y luego se giró con un grito ahogado cuando escuchó un graznido emocionado detrás de ella.
Vio al pájaro posado en el brazo del sofá y al instante se dejó caer en el asiento para estar más cerca de él.
"¡Odin! Hola guapo, ¿no te ves muy brillante hoy?"
El pájaro hinchó su pecho con orgullo, pero luego aparentemente notó el lado rasurado de su cabeza y con un graznido de consternación se posó en su hombro, inclinando rápidamente la cabeza de lado a lado mientras parecía estar evaluando qué otros daños podría haber tenido, infligidos sobre ella por algún agresor misterioso.
Se apresuró a calmar al pájaro.
"Oh cariño, no te angusties, no estoy herida, ven a ver" Ella inclinó la cabeza e instó al cuervo a acercarse, él la miró y comenzó a frotar su cabeza sobre ella, luego la acicaló preocupado con su pico.
Severus se acercó y poniendo los ojos en blanco se sentó junto a la chica en el sofá.
"Odin, la chica no necesita acicalarse, fue intencional de su parte y, francamente, le sienta bien."
Ella le sonrió ante eso y él le devolvió la sonrisa, tomando la botella de vino de su mano.
Odin pareció darles a ambos miradas incrédulas ante eso, ¿quién se arrancaría intencionalmente sus propias plumas?
Y para sorpresa tanto de Severus como de Hermione, sacó dos de sus grandes plumas de ébano de la cola y las metió en un mechón de su cabello cerca de la parte cortada, una tras otra, luego insistió en continuar arreglándole el cabello.
"Oh, mi dulce ave, gracias Odín... yo también tengo algo para ti"
Comenzó a buscar en su bolso, y el pájaro saltó a su otro hombro para mirar mejor dentro de la bolsa, en la que ella tenía el brazo metido hasta el hombro, hurgando, mientras Severus miraba con una ceja levantada.
Ella sacó una pequeña bolsa de cuero, mientras le hablaba "Intercambié esto con Bane y Ronan esta mañana" y cuando abrió la bolsa, el pájaro soltó un graznido extremadamente encantado y la agarró entre sus garras, llevando la bolsa y su contenido al dormitorio con él.
Hermione soltó una risita encantada mientras observaba al pájaro emocionado tomar su golosina para disfrutarla en la privacidad del dormitorio.
"¡Modales, Odín!... ¿Debería siquiera preguntar?"
Ella se rió y tomó la copa de vino que le ofrecía.
"Huevos de codorniz del bosque, un manjar para la mayoría de los córvidos según mis investigaciones nocturnas"
"¿Te das cuenta de que ahora nunca podrás deshacerte de él?" Ella simplemente se rió y tomó un sorbo de vino.
Él hizo lo mismo y levantó una ceja ante el delicioso y desconocido sabor... "Hermione... ¿es esto?"
"Vino hecho por centauros" Ella le dedicó una sonrisa malvada, que él no pudo evitar devolverle.
"Salud" Chocaron vasos y luego ella le habló. "Entonces, ¿qué piensas sobre lo que decía Vector sobre la aplicación de la aritmancia a la programación escolar?"
Y así estuvieron, hablaron, discutieron, rieron, bebieron y debatieron durante horas. Finalmente, Odín regresó y se sentó sobre su hombro, acicalándola hasta que se quedó dormido con la cabeza metida bajo su cabello.
Pasaron el día así, hablaron y discutieron sobre todo lo que se les ocurrió, y cuando se hizo excesivamente tarde, ella tímidamente le preguntó si iba a hacer algo al día siguiente.
"Asistiré a la cena del personal, pero el resto de mi día está libre de compromisos."
Ella le preguntó si le gustaría su compañía y él le dijo que el día de hoy había sido tolerable y que repetirlo al día siguiente sería aceptable. Su sonrisa iluminó su rostro.
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Llegó el día de Navidad y se encontró esperándolo con ansias, por primera vez en su vida.
Desayunó en el Gran Comedor, y no estaba solo, aunque ocasionalmente se sentaba con sus amigos a desayunar o comer, ninguno se había quedado en el castillo, por lo que ella se sentó en la mesa principal con todo el personal.
Su buen humor flaqueó cuando vio que la brillante chica no parecía llena de espíritu festivo, pero al recordar sus palabras sobre la Navidad, entendió por qué. Ella se sentó a su lado y le dedicó una sonrisa triste, a lo que él respondió con un asentimiento de cabeza.
Cuando ella miró su plato, él se acercó a ella debajo de la mesa.
Había estado triste toda la mañana, su primera Navidad sin Harry, Harry, te extraño mucho, no es lo mismo sin ti aquí, le sonrió suavemente a Severus cuando notó que él la miraba con el ceño fruncido, mientras se sentaba y miraba el plato en frente a ella, sintió su mano alcanzar la suya debajo de la mesa y darle un suave apretón, que nadie más que ella notó.
Dándole una sonrisa al estoico mago, comenzó a mordisquear su desayuno.
Pasaron el día muy parecido al anterior, sentados tan juntos como se atrevían en el sofá, leyendo y bebiendo vino, y haciendo pausas sólo para tomar té o ir al baño.
Odín estaba emocionado de verla y parecía especialmente feliz de que ella hubiera elegido mantener las plumas en su cabello trenzándolas en su lugar.
La hacía parecer misteriosa y exótica, y mía le suministró su cerebro, y con un graznido Odin lo corrigió, está bien el nuestra.
No sabía si era el fuego, el vino o la forma en que su presencia lo relajaba tanto, pero descubrió que sus párpados se volvían pesados.
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Se despertó repentinamente y se puso alerta ante el fuerte sonido de la exclamación de una mujer.
"Vete al infierno, pequeño cretino emplumado"
Era consciente de que Hermione también saltó a su lado y del gran golpe de un objeto cayendo al suelo. "¿Quiésstaahí?"
Minerva McGonnagal estaba chupándose un dedo sangrante mientras él y Hermione estaban ambos con los ojos somnolientos en el sofá, con un Odín enojado posado con las alas abiertas y amenazando a la directora desde el respaldo del mismo.
"Severus, ¿podrías calmar a tu maldito pájaro?"
Fue Hermione la que recuperó el sentido primero y agarró a Odin y lo sentó en su regazo.
"Está bien Odin, es sólo... la... directora"
Ella pareció darse cuenta de su situación a mitad de su frase, mirando desesperadamente de él a la bruja y viceversa.
No fue de ninguna ayuda ya que su cerebro estaba dando vueltas en círculos, Joder-joder-joder-joder-joder y estaba agradecido por el libro caído en su regazo, después de dormir tan cerca de su calor, siendo encontrado por la directora. Dormir con la princesa de Gryffindor en sus habitaciones y una erección furiosa probablemente no era la mejor situación en la que encontrarse.
"Ambos se perdieron la fiesta de Navidad, pensé que ninguno de ustedes probablemente estaría muy animado este año y pensé en comprobar como estaban ambos, los encontré a ambos inconscientes y estaba a punto de tomar sus libros antes de que los dejaran caer y de cubrirlos con una manta cuando me abordó ese demonio volador" Hizo un gesto hacia el pájaro.
Odín chasqueó su pico desde su lugar en el regazo de Hermione.
"Shh Odin" Hermione lo acarició suavemente por el pico y él se calmó.
Aclarándose la garganta, intentó salvar la situación lo mejor que pudo.
"Disculpas Minerva... como dijiste, ninguno de nosotros se sintió a la altura de la multitud, y pasamos el día leyendo y ahogando nuestras proverbiales penas con vino hecho por centauros"
Ella arqueó una ceja ante eso.
"Claramente es más potente de lo que esperábamos, ya que parece que nos dejó fuera de combate a ambos"
"Claramente" respondió ella con una ceja arqueada que lo avergonzó.
Se sentía como si le hubieran pillado con la mano en el tarro de las galletas.
"Será mejor que me vaya... lo siento"
Hizo un movimiento para levantarse pero Minerva le indicó que se detuviera.
"Oh, siéntate niña y respira"
Ella se quedó congelada en su asiento.
"Sé que ustedes dos son muy amigos y, francamente, no puedo imaginar que nadie más en el castillo que pueda defenderse en cualquier tipo de discusión con cualquiera de ustedes, se aburrirían hasta las lágrimas. Hermione, está bien, eres mayor de edad, así que no voy a tener ningún problema contigo bebiendo en tu tiempo libre".
Ambos parecieron tragar saliva al mismo tiempo.
"Siéntense, lean, beban... Sólo quería saber que ambos estaban bien y que no estaban llorando solos con una botella en algún lugar"
Hermione se aclaró la garganta y habló en voz baja.
"Gracias Minerva, yo... no quería estar sola y disfruto de la compañía de Severus"
La expresión de la estoica escocesa se suavizó ante eso.
"No, me imagino que no querrías estar sola hoy muchacha"
Con un fuerte movimiento de cabeza, la bruja se volvió hacia la red flu por la que había entrado.
"Feliz Navidad a los dos"
"Feliz navidad"
Cuando ella se fue, los dos compartieron una mirada.
"Realmente debería regresar a mis habitaciones, es tarde y tengo que hacer algunas maletas para mañana"
Ella le había hablado de su viaje a Australia para ver cómo estaban sus padres.
"Por supuesto"
Sacó de su bolso un paquete obviamente envuelto a mano, se inclinó y se lo pasó.
"Feliz Navidad Severus"
Tomando el paquete, no hizo ningún movimiento para levantarse, aún ocultando su problema con el libro en su regazo, especialmente después de que ella se había inclinado y sin darse cuenta le había dado una vista directa de su trasero.
En lugar de eso, le acercó un pequeño paquete, que presionó en sus manos sin mirarla, y le lanzó un brusco "Feliz Navidad Granger".
Ella sonrió al paquete, también estaba envuelto a mano pero no tan perfecto como el de ella, y notó unas cuantas plumas pequeñas metidas debajo del listón, eran plumas de contorno y tenían un ligero tono verdoso/azul.
Casi avergonzado, le admitió: "Odin quería ayudar". Dicho pájaro infló su pecho ante la mención.
"Gracias" dijo suavemente "a los dos"
Ella se acercó y besó la cabeza del pájaro y, reflejando sus acciones del otro día, le dio un suave beso en la mejilla.
"Buenas noches Sev"
"Buenas noches Granger"
"Cra"
Ella se fue riendo ante la despedida de Odín.
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Abrió el paquete cuando ella se fue, había un paquete en miniatura en el frente que tenía una O, así que se lo entregó al pájaro, quien procedió a abrirlo. Parecía que había varios pequeños artículos comestibles dentro, mientras el pájaro felizmente se comía lo que encontraba.
Concentrándose en el regalo que tenía en la mano, lo abrió y encontró... ¿Un par de sus túnicas?
Frunciendo el ceño, las sacó para mirar más de cerca. Sí, definitivamente son mías... ¿qué diablos?
Levantó la túnica y escuchó un tintineo de frascos de pociones vacíos, buscó en el bolsillo la fuente del ruido, metió la mano y la metió, y la metió, y la metió… y pronto tuvo el brazo adentro hasta su hombro.
Riendo, examinó las túnicas, ella debió haberlas sacado cuando él se estaba poniendo la túnica para el banquete, ella había encantado las túnicas para él, cada uno de sus bolsillos, incluidos los secretos, estaban bajo el encantamiento de extensión, estaban hechos livianos como una pluma y además de los hechizos habituales que evitaban que sufriera daños externos mientras elaboraba pociones, había forrado los bolsillos con hechizos protectores en caso de que algún ingrediente volátil necesitara ser almacenado en ellos.
Riendo de alegría, pensó para sí mismo, pequeña insoportable sabelotodo, Merlín, ayúdame, la amo.
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Ella se sentó en su cama y abrió el regalo de él, no pudo contener el grito ahogado.
Era una varilla agitadora, de doble punta, un extremo de plata de duende y el otro de madera purificada y bendecida, y tenía sus iniciales talladas en el costado. Era delicada y femenina, una cosa hermosa y sería invaluable en la elaboración de pociones, entre la plata duende y la madera purificada, ella nunca necesitaría otra varilla para agitar, sería utilizable en cualquier preparación sin reacción, y estaba muy bien hecha. Habría costado una fortuna.
Se dio cuenta de que había algo más en el pequeño paquete y cuando lo tomó, no pudo evitar sostenerlo contra su pecho y sollozar con lágrimas agridulces.
Oh Harry, mira lo que ha hecho por nosotros.
Era un pequeño gato de peluche.
Nota de la autora: Por favor comenten, déjenme saber lo que piensan hasta ahora, siempre estoy leyendo sus consejos y sugerencias sobre cómo les gustaría que fuera la historia.
Nota de la traductora: un capítulo muy navideño, curiosamente también estamos muy navideños en mi traducción Floriografía Avanzada y vamos a ponernos muy navideños en Corrigiendo el destino también. Amé a Odin, y también la aprobación "indirecta" que les dio Minerva a nuestra parejita. Por último, me encantó el detalle de Severus con el peluche para Hermione, sobre todo porque sabemos que Harry nunca fue santo de su devoción, pero al final de cuentas el hace lo que hace por Hermione, más ahora que ha admitido, al menos ante él mismo, que la ama. Hasta la otra!
