Declaimer: InuYasha y sus personajes no son de mi autoría. Si fuera así, este chico tonto se hubiese decidido desde un primer momento.

Nota: Al tratarse de un conjunto de drabbles, ninguno de los escritos superará las 500 PALABRAS. Además, iré subiendo los mismos a medida que la inspiración me acompañe y sepa qué escribir (aunque si quieren tirar ideas no me enojo xD). Por lo tanto, NO PUEDO DECIRLES CUÁNDO VOLVERÉ A ACTUALIZAR. Sepan disculpar ;D

Palabras: 475.


Hojas en Blanco

I

—Si quieres puedes vivir aquí... conmigo.

La frase, dicha con verdadero aplomo, guardaba un temor conmovedor. Deseaba —¡no, imploraba!— que ella pudiera darle cobijo en lo profundo del corazón para brindarle así una respuesta afirmativa. Era una respuesta con la que había fantaseado sólo en momentos de absoluta añoranza. Durante tres años vivió de recuerdos. También lo hizo de sueños, pero su llegada era tan reciente que aún le costaba asimilar su presencia.

Temía estar soñando y despertar.

Y no quería despertar. No.

Un mundo sin ella, una vida sin ella, iba a consumirle las entrañas.

Por más comprensivo que se volviera sobre el tema, por más que racionalmente entendiera lo necesaria y amada que era en el futuro, no podía dejarla ir una segunda vez.

Ya no tenía el suficiente valor.

Sintió que nunca había esperado por tanto alguna vez en su vida. O por alguien.

—Puedes... puedes seguir viviendo con la anciana si es lo que prefieres —soltó, cuando el silencio entre ellos se volvió atronador y comenzó a sudar frío pensando lo peor. Tal vez era demasiado pronto para dar ese paso. Solo llevaba una semana de vuelta con ellos—. No tienes que decir nada, tonta.

Pero ella sí quería decirlo. ¡Quería gritarlo al mundo! ¡Quería reir, cantar y llorar!

Su corazón de loca enamorada jamás dejó de amarlo. Lo recordó cada día y a cada instante. Lo amaba tanto que creyó estar desgarrada cuando el pozo cerró su conexión, pero comprendió que fueron sus propios sentimientos —la pesadilla de haber estado encerrada durante tres días dentro de la perla— lo que impidió su retorno. Su alma había buscado la paz y el refugio cálido de su familia, y durante tres años éso le fue concedido: volvió a su vida normal, a las clases y a sus amigos... pero nunca olvidó.

Su recuerdo fue una constante. Tenerlo presente le sirvió para indagar a conciencia su sentir. No era un enamoramiento pasajero o banal, era real. Así como el viento despeja las nubes de tormenta, su corazón dejó de tener dudas. Ahora podía amarlo con plenitud; ya no como la chiquilla adolescente, sino como la jóven mujer. Porque una vida sin estar a su lado carecía de sentido. Un tiempo donde él no estuviera no sería dignamente vivido. Por ello es que el pozo, ante la verdad de su anhelo, volvió a abrirse una última vez.

Y ahora estaban allí. Juntos. Frente a la rústica cabaña que InuYasha le proponía como hogar.

Todos esos sentimientos silenciados, por fin, explotaron en su interior. Mientras las lágrimas salían casi a borbotones, y él entraba en un ataque de nervios, luchó por hablar. Fue un simple monosílabo susurrado, pero lleno de esa ternura y amor infinitos que se le escapaban como oleadas de mar embravecido:

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¡Y comenzó este loco proyecto! ¡Arrancamos el 2021!

Deseo que puedan acompañarme a pesar del inconveniente con las actualizaciones T.T. Ustedes saben cómo soy xD.

Sé que estamos en febrero, pero espero que hayan tenido un buen comienzo de año ;D. Como me pasé en noviembre del año pasado no pude saludarlos debidamente.

Estoy segura que escribir una historia de este estilo será un quebradero de cabeza, ¡pero quiero hacerlo! Ojalá las ideas no disminuyan.

Gracias si llegaron hasta acá y háganme saber si esta nueva locura les gustó ;D.

Cariños infinitos y buen miércoles,

Lis