Nota: lenguaje y sex explícito, leer bajo su propio riesgo. Posible lenguaje ofensivo.

Día 1. Dirty Talk

También es organizado por #Esdefanfic; y correspo de a Kinktober24

Es mi primera vez que participo jejej


En el espacio era difícil buscar entretenimiento, la mayor parte del tiempo te la pasabas en la nave, navegando en un basto espacio oscuro, sin mucho que hacer. Ya había leído todos los libros, los videojuegos ya no la entretenían, las revistas de modas y ciencias no le abastecían.

Con el tiempo, algo que siempre le había atraído por las historias, se convirtió en una monotonía. No entendía como su hermana había pasado todo el día hablando del abasto universo con un brillo emocionante en sus ojos y en su voz, mareando a su yo infantil de tan solo cinco años.

Al punto que decidió embarcarse en su propia aventura, aunque mucho no podía hacer. De su planeta natal solo quedaba rocas secas y desolada, la vida allí era tan difícil. Solo se quedaban los infortunados, o los que tenían esperanza de con esfuerzo regresarían el planeta a su gloria. Los últimos, sus padres estaban en la lista.

Ella había decidido igual que su hermana, ser una forastera espacial. Se quedaba lo suficiente en un planeta habitable para ella, que tenga ciertas comodidad y prospecto masculinos.

El aburrimiento de vagar y buscar hombres atractivos con iniciativas para iniciar una relación estable, había acabado con su espíritu. Era una mujer empedernida hacia el romance, los libros habían lavado su cerebro en busca de aquel romance de color rosa. Un príncipe en toda la palabra.

Todos la conocían como una mujer muy fiel a sus deseos, a sus ideales. No se dejaba dar menos de lo que creía merecer.

Empero, hace días atrás, aquello había quedado en cenizas, desaparecieron su ideal de prospecto masculino.

Sí, encontró un príncipe por accidente. En una de sus navegaciones como trabajadora temporal de la patrulla galáctica, no recordaba con exactitud porque le ordenaron ir hasta esa zona conflictiva, ella era mecánica por obligación, para suscitar, le gustaba, pero mas le fascinaba la informática.

El punto es que ese sujeto parecía querer retarla, un juego picoso que acepto sumergirse.

Ahora lo tenía detrás suyo, su cabello ondulado azul era jalado bruscamente hacia atrás, provocando cierto dolor en su cuero cabelludo que no le importo, mientras siguiera con las rudas estocadas. La cadera masculina chocaba con rudeza en su redondo par de glúteos, por el ardor de su piel, estaba segura que estaban rojas.

— Tan pronto húmeda — su ronca voz resonó en su oreja roja, la risa choca con sus pliegues — ¿Qué sucedió con la aguerrida mujer que podría hacerme correr antes de que ella lo hiciera? — el infeliz mordió el pliegue externo de su oreja.

— Vegeta — sintió un fuerte apretón en su seno, la cola peluda acaricia su dolorido seno por la excitación. Mordió su labio, intentando contener sus gemidos, pero le era imposible si le hablara de esa forma.

— Eres una zorra, follando con el enemigo — nuevamente su carcajada burlona le provoco un estremecimiento. Aprieta internamente su vagina, no se iba a correr —. Habías sido toda una perra calienta — las manos masculinas apretaron ambos glúteos, los amasan, lo separa lo suficiente para dejar a la vista el ano, detiene sus estocadas — ese culito será mío.

— No te detengas — agitada le ordena.

Supo que fue un error, la cola peluda rodea su cuello. El péndulo acaricia su labio.

— Desde cuando las zorras dan ordenes — azota su trasero, Bulma suelta un fuerte chillido, luego siente que es arrojada a la cama, o simplemente se deja caer al no ser sostenida por los fuertes brazos de su odioso amante.

— Oh, si — se retuerce de placer al sentir la húmeda y caliente lengua de Vegeta sobre su piel enrojecida.

La lengua sube y baja por el surco que separa los glúteos.

— Vegeta, por favor — suplica, lleva su mano detrás, buscando la maraña de cabello oscuro de su amante, para instarlo a que baje, su caliente y húmeda vagina necesitaba que sea atendida — por favor.

— Sabes como debes pedirlo — le recuerda con una mueca que aparentaba una sonrisa maquiavélica.

Las manos masculinas acarician con suavidad sus glúteos, eso solo le advertía si no se corregía, vendría un castigo que le haría correrse por la excitación dolorosa, pero, en unas horas más tardes gritaría de dolor por su cuerpo magullado después del rudo sexo que era sometida.

— Tu zorrita quiere que le chupes su sucio coño mojado.

El aliento de la risa de Vegeta choca con su coño, que tiembla por la ansiedad. La lengua pasea por el lugar, sin penetrarla. Bulma gime gratamente, sin embargo, se tensa al sentir que esta sube hasta su ano. Intenta detenerlo, pero la cola retiene su brazo en su espalda.

— Ese delicioso culo ¿a quién le pertenece? — sabia que era una pregunta trampa, él lo sabía, pero, le gustaba de sus labios rojizos por la presión de sus rudos besos, salieran aquellas palabras.

No le daría ese placer, o eso quiso. Como siempre, él sabía cómo desarmarla.

La caliente lengua se pasea con maestría alrededor de su culo.

— ¡Tuyo! — gimió al sentir que era penetrada por le péndulo de la cola, era tan extraño y a la vez delicioso — todo mi cuerpo te pertenece.

— Así es — Vegeta se levanta, toma de la pantorrilla de Bulma, la acerca a la orilla y la voltea —. Tu boca — ansiosa levanta su cabeza al notar la de él tan cerca, deseosa de besarlos, pero el, tan malicioso, baja, su aliento la quema — tu cuello — los filosos dientes del saiyajin acarician su piel, enrojeciendo la tersa tez. Las manos de Bulma fueron retenidas arribas de la cabeza de ella —, tus senos — muerde el pezón.

— ¡Ay, eres un animal! — su enojo fue reemplazado por constantes gemidos al sentir que lo chupa — un animal salvaje — suspira, su pecho se alza aún más agitado.

— Tu rico coño — la mano libre penetra su vagina.

Bulma se removió en la cama, excitada por el placer de ser retenida, de tenerlo sobre ella, de que sus rudos toques la vuelvan a penetrar. Con los ojos entrecerrados, noto que Vegeta, aun chupando su seno, la miraba fijamente, los ojos oscuros destilaban un hambre salvaje, no de un animal ni de un humanoide, sino de una bestia. Bulma sintió desfallecer.

— Mi cuerpo te pertenece, mi boca solo quiere chupar tu dura verga — el premio llego tan pronto, los dedos de Vegeta se movieron con rapidez dentro de su coño. El pecho de ella se alzó. Los gritos irrumpen en su boca, interrumpiendo la frase que él amaba escuchar porque engrandecía su orgullo.

Vegeta observo su éxtasis. Los ojos azules se voltearon, el cuerpo femenino se estremeció en una sacudida fuerte, sus dedos pronto los sintió más húmedos. Bulma aun en el frenesís, sintió un cálido beso en su mejilla.

— Eres mi zorrita, solo yo puedo tocarte — le escucho muy cerca de su odio.

El juego había terminado, aun así, lo dejo pasar, estaba tan agotada física y mental, era como si todo su cuerpo se desconecto por un largo milenio y de golpe volvió a ella. Había alcanzado el climax, su cuerpo se sentía letargo, y su espíritu lleno, como dentro de su vagina. Ríe tontamente.