Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 487. Mis Amados Pájaros (2)

—¿Condesa Jubel? ¿A qué edad empiezan a hablar los bebés?

—No lo sé. Es diferente para cada bebé, Su Majestad.

—¿En serio?

La Condesa soltó una risita.

—De lo que sí estoy segura es de que ahora es demasiado pronto. Pasaría a la historia si hablaran ya.

Suspiré. Quería que hablaran rápido para conversar y cantar con ellos. Quería oírles llamarme 'mamá' y a Edward 'papá'. Había tantas cosas que quería.

—¿Condesa Jubel? ¿A qué edad empezarán a caminar?

—No tengo la menor idea. Cada bebé es diferente, Su Majestad.

—¿De verdad?

—Lo que es seguro es que no comenzarán a caminar pronto. Si lo hacen, también pasaría a la historia.

—Ya veo.

Verlos andar de un lado a otro será precioso. Caminarán agarrados de la mano, con conjuntos a juego, y…

—¡Ay! ¡Su Majestad!

Leah gritó.

—¡La princesa sigue golpeando al príncipe!

En efecto, vi a la princesa empujar al príncipe con una sonrisa angelical. Laurie no dejaba de golpear a Kai. Entonces, tal vez no caminen de la mano.

Leah los miró con preocupación.

—¿Sería mejor ponerlos en cunas separadas?

Los mantenía durante el día en una sola cuna uno al lado del otro porque se veían muy lindos juntos. Pero sabía que separarlos sería más seguro. Levanté a Laurie y la acosté en la otra cuna. Ella sacudió sus brazos rechonchos en señal de protesta. ¿Es nuestra Laurie un genio? ¿Cómo puede mover tan bien las manos?

Era tan bonita. Cuando le puse un dedo en la palma, lo agarró con fuerza. Luego trató de tirar del mismo hacia ella- o lo hizo para levantarse. Tal vez sea realmente un genio. Complacida, le hice cosquillas en la palma.

—Su Majestad. La personalidad de la princesa... es igual a la de Lord Jacob, ¿cierto?

Jessica preguntó con preocupación. Justo entonces, un guardia anunció.

—Su Majestad, Lord Jacob ha venido a verle.

Hablando del diablo. Jessica se sobresaltó tanto que cerró la boca y se escondió detrás de la Condesa Jubel.

—Puede entrar.

Sonreí. Mi hermano adoraba a sus sobrinos. Tanto que los visitaba a menudo sólo para admirarlos. Incluso les compraba ropa que aún no podían usar. Supuse que estaba aquí para ver a los bebés otra vez, así que no mandé fuera a mis damas de compañía.

Pero cuando entró, su expresión era sombría. ¿Ocurrió algo?

Pedí a mis damas de compañía que se retiraran un momento. Los bebés podían quedarse porque aún no entendían nada. Una vez que nos dejaron solos a los dos— bueno, a los cuatro— Jake puso una expresión grave y se frotó las manos ansiosamente.

—He oído que la Alianza del Continente Wol está reuniendo a todos los demás países para atacar al Imperio Occidental y al Imperio Oriental. ¿Es eso cierto?

—Sí, ha habido indicios de ello. Pero se puede resolver fácilmente. Todo estará bien.

—Aparte, los otros países no son tan fuertes como el Imperio Oriental o el Imperio Occidental. Pero si todos se unen bajo un solo comandante, será difícil oponerse a ellos.

—No hay de qué preocuparse tanto.

Me mostré confiada, no veía motivo para preocupar innecesariamente a mi hermano. Además, los bebés también estaban aquí. Aunque no entendieran lo que decíamos, podrían percibir la tensión.

Pero Jake no se tranquilizó. Se masajeó las sienes con una mirada preocupada. Sin embargo, no dijo nada más. Solo asintió y se fue.

Una vez que se marchó, corrí hacia el príncipe, que parecía igualmente inquieto. Acaricié sus mejillas regordetas. Luego me acerqué a la princesa y le agarré la palma de la mano, que era del tamaño de mi dedo. Para entonces volvieron a entrar mis damas de compañía. Pero no vi a Leah.

—¿Dónde está Leah?

—Lord Jacob se la llevó con él cuando se fue, Su Majestad.

¿Se la llevó?


—Me sorprendió que me buscara tan de repente, Lord Jacob.

Leah había estado con Lauren, pero en cuanto Jacob le pidió hablar a solas, ella le siguió sin pensarlo. Estaba avergonzada, pero también feliz. Cuando se llevó una mano a la cara, le ardió.

—¿Qué ocurre?

Leah miró a Jacob por el rabillo del ojo. Cada vez que veía su rostro sin igual, su corazón latía aún más deprisa.

¿Y si el corazón se me sale literalmente del pecho?

Ella pensó seriamente. Luego se dio cuenta de lo absurdo de su preocupación.

—Lo siento, Señorita Leah.

Jacob parecía angustiado.

—Por favor, olvidé todo lo que dije la última vez.

Así que eso es lo que le preocupaba. Jacob, que hizo que su corazón se acelerara, ahora lo hizo dar un vuelco de desesperación.

—¿Perdón?

Leah se quedó helada como un bloque de hielo. Ella le miró fijamente.

—¿Olvidar qué?

—Cuando dije que me gustabas.

—No entiendo por qué dices esto de repente. Por supuesto que eres más de lo que merezco, pero aún así, quiero decir... esto es chocante. Realmente no lo entiendo...

Sus labios temblaban mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

—¿Ahora me odias? ¿Verme de cerca te ha hecho darte cuenta de que no soy para tanto? Puedo ser mejor. No moveré mis puños tan descuidadamente. Evitaré decir malas palabras...

Jacob sacudió la cabeza.

—No es por ti.

—Entonces, ¿qué es?

—Tengo que casarme con la Princesa Victoria para que el Imperio Occidental no quede aislado.

Los ojos de Leah se llenaron de lágrimas. Si hubiera sido su culpa, habría intentado arreglarlo. Pero si éste era el problema...

—Eres perfecta, Señorita Leah. Por favor, no sea dura consigo misma. No ha hecho nada malo.

Parecía que quería abrazarla, pero se contuvo.

—Lord Jacob... yo...

—No es que no me merezcas. Soy yo quien no te merece.

Se ofreció a acompañarla de vuelta, pero ella no quiso. Caminó con dificultad sola hasta el jardín trasero y se tumbó boca abajo sobre una gran roca, sollozando. Por primera vez en su vida, se sintió triste por no haber nacido princesa.

Fui una ilusa. Era obvio que Lord Jacob aceptaría la propuesta de matrimonio de la Princesa Victoria. A ella podría incluso gustarle. ¿Había alguna mujer en el mundo a la que no le gustara Jacob?

Leah sacó su lanza y la clavó en el suelo, luego se secó las lágrimas.

Sin duda, la princesa se casará con Jacob. La Princesa Victoria se le acercó primero, y yo ni siquiera soy adecuada para él. Tal vez esto ocurrió porque me confesé en medio de todo. Puede que el amor me esté castigando.


NOTA:

Aqui estan los capitulos de hoy, espero les gusten