Advertencias

Los personajes, salvo excepciones, no me pertenecen

La historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.

NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.

No todos sale de mi imaginación, con lo que es posible hallar diálogos, escenas, etc inspiradas o tomadas de la serie u otros lugares. Igualmente, el hilo argumental de la historia coincide con algunas cosas de la serie, pero otras son modificadas o inventadas.

Capítulo 2

-Si no puedes esperar hasta que termine mi turno, desembucha. –Ordenó Sookie con frialdad, sentándose frente al vampiro.

-Bill no está y nadie sabe nada sobre él.

-¿Ni siquiera Jessica?

-Nadie. Y creo que se le ha ido la puta cabeza del todo.

-¿A qué te refieres? –Preguntó la mujer frunciendo el ceño, temiéndose lo peor.

-Se ha aliado con la Autoridad para subordinar a la raza humana bajo el control de los vampiros, llevan meses trazando el plan. Hay que sacarlo de allí y acabar con esta mierda.

-¿¡Qué!? ¿Desde cuándo es Bill partidario de esas cosas?

-Desde que se cree la mierda de Lilith y su religión exterminadora. Hay que ir a buscarlo antes de que lo maten.

-Pero... ¿Cómo puedo yo ayudarte?

-Bill aún siente algo por ti, te escuchará. Te avisaré cuando tenga todo listo, sólo quería avisarte para que te fueras preparando.

-Muy considerado de tu parte. –Contestó irónicamente la rubia, mientras Eric bebía de la botella sin ganas, observando a Lil moverse de aquí para allá.

-¿Quién es? –Preguntó sin apartar la vista de la morena.

-Se llama Lil Sandford, lleva trabajando aquí desde hace una semana, es nueva en el pueblo. Está viviendo conmigo.

-Estupendo. –Susurró esbozando una leve sonrisa, para después levantarse y salir del lugar sin decir nada más.

Sookie suspiró temiéndose los pensamientos del vampiro, para después levantarse y continuar con su trabajo sin poder quitarse de la cabeza la situación de Bill.


Tras cerrar el bar, ambas mujeres se despidieron de Sam montándose en el coche de Sookie para regresar a casa. El silencio era absoluto hasta que la rubia decidió hablar.

-Oye, ¿Qué te dijo Eric para que estuvieras tan enfadada? Sé que es grosero y arrogante, pero siendo la primera vez que lo ves me resulta extraño.

-No es sólo por lo que dijo, es por lo que pensaba hacia mí... –La mujer calló súbitamente al darse cuenta de lo que había dicho, mientras la rubia se sorprendió ante aquella respuesta, que no comprendía muy bien.

-¿Lo que pensaba? ¿Me estás diciendo que sabías lo que estaba pensando?

-Oye, no sé muy bien de qué va el rollo, nunca se lo había contado a nadie –Comentó con rapidez, sintiéndose estúpida ante tal confesión. Estaba segura de que Sookie comenzaría a pensar que estaba chiflada. –Vas a pensar que estoy loca...

-Yo puedo leer la mente de los humanos. –Respondió súbitamente la rubia, haciendo que Lil la mirase al instante sin dar crédito.

-¿Me estás vacilando?

-¡No! De veras, me pasa desde que tengo uso de razón, a los vampiros y demás seres sobrenaturales no puedo, o me cuesta muchísimo leer algo en sus mentes. Y eso me pasa contigo, recibo poca señal, por así decirlo.

-Pues a mí me pasa al contrario. Puedo saber qué sienten o piensan los seres sobrenaturales, pero no los humanos, y contigo apenas puedo. Pero yo no siempre escucho tal cual los pensamientos, sólo si están bastante cerca visualizo lo que quieren y sienten, es algo más conceptual. Y tu amigo el vampiro derrochaba lujuria; me estaba violando con la mente.

-Es fascinante... –susurró asimilando aún los poderes de la chica–. Los de tus poderes, claro, lo de Eric es asqueroso... Es insufrible, ya lo irás conociendo.

-Preferiría no hacerlo, la verdad. Viendo lo pretencioso y caprichoso que es... Odio a los tíos así, aunque bueno, el ser vampiro seguro que le hace ser aún más cretino.

-¿No te gustan los vampiros? –Preguntó Sookie, pensando en lo desafortunada que sería la joven de ser así.

-No es eso, me he juntado con varios. Lo que no soporto es a los que van de superiores por el hecho de serlo.

-Bueno, Eric Northman simplemente se creé un sex simbol y un dios viviente, no es tanto por el hecho de ser vampiro.

-Ahora creo que le tengo más tirria. –Sookie la observó fugazmente sin entender por qué tanto asco hacia el hombre. Lil, que se dio cuenta, se explicó. –He tenido desencuentros con tíos como él, he quedado bastante marcada. Mi primer novio resultó ser un capullo prepotente que me engañó con medio barrio, y el último casi igual, es por eso que tengo tanto asco hacia esa clase de tíos, ya sean humanos, vampiros, o enanos. No sé cómo elijo tan mal a los hombres.

-Ya veo... lo siento. –Sookie guardó silencio durante unos segundos mientras por su mente pasaba una idea que no podía desperdiciar, aunque estaba casi segura de que a su compañera no le haría nada de ilusión. –Lil, me gustaría pedirte un favor, y entiendo que vayas a mandarme a freír espárragos, pero por favor, escúchame.

-Claro ¿Qué pasa?

-Verás, Eric vino al bar a contarme que el que fue mi exnovio vampiro, Bill, que ahora es el rey de Lousiana, ha desaparecido. Y cree que se ha aliado con la Autoridad; ya sabes, los que mandan en el mundo vampírico, que pretenden rebelarse contra la humanidad y someternos a todos porque su diosa vampírica se lo ordena. Total, parece que a Bill le han comido la cabeza con ese rollo religioso y podría acabar muerto si no le sacamos de allí.

-¿Y dónde entro yo ahí? -Preguntó con un deje de temor.

-Si puedes saber lo que piensan los vampiros podrías infiltrarte dentro con nosotros para sacarlo de allí. Él es importante para mí a pesar de que también me engañó.

-¿Sookie, me estás pidiendo que me meta en líos de vampiros?

-Sí, sé que nos conocemos de muy poco tiempo, y no sabes cuánto lo siento, pero creo que eres nuestra única esperanza para poder salir todos con vida de allí.

-Lo peor de todo es que te debo una, y negarme me hace sentir tremendamente culpable después de acogerme a pesar de ni saber si era una psicópata.

-Te prometo que me encargaré personalmente de que no te ocurra nada y de que Eric te deje en paz, o al menos te moleste lo menos posible. –Habló en tono de súplica mientras centraba sus ojos en los de la chica tras pararse frente a la casa blanca. Lil suspiró profundamente sabiendo que aquello era un jardín complejo, y que se estaba tirando de cabeza hacia una posible muerte inminente, pero su lado amable y filántropo la empujaba inexorablemente a ayudar a aquella chica que la había rescatado de dormir en su coche.

-Joder... –Susurró sin quererlo mirando al frente, para después desviar la vista hacia la mujer. -Está bien, os ayudaré.

-Muchas gracias, Lil. Te debo una. Llamaré a Eric para explicarle la idea.

-Genial. –Murmuró irónica la mujer mientras se metía dentro de la casa tras de Sookie, y desaparecía por las escaleras a la par que un nuedo emepzaba a formarse en su estómago.

La rubia se dirigió al teléfono de la casa marcando el número del Fangtasía sin perder más tiempo.

-Fangtasía. –Habló al otro lado la voz potente y aburrida de una mujer.

-Pam, soy Sookie, tengo que hablar con Eric; es urgente.

-Me temo que no está. ¿Le dejo algún recado? –Musitó sin ninguna emoción la vampiresa.

-Dile que tengo un plan para salvar a Bill y que iré a verlo mañana por la noche a eso de las 12 al bar. Por cierto, iré con Lil, y dile que se comporte.

-Estupendo. –Añadió Pam, para después colgar súbitamente.


Transcurridas unas horas, la puerta del local de vampiros se abrió dando paso a Eric. Pam se giró observando al hombre avanzar entre la multitud, deteniéndose junto a una mujer rubia a quien miró fijamente, haciendo que segundos después lo acompañara, metiéndose ambos por el pasillo que conducía a su despacho. Pam salió de tras la barra, directa hacia el mismo sitio.

La castaña llamó a la puerta y seguidamente entró en el lugar, observando como Eric succionaba sangre del cuello de la mujer con desenfreno, levantando la vista con un hilo de sangre correr por barbilla que limpió con un dedo, para después chupárselo.

-Sookie ha llamado hace unas horas, dice que tiene un plan para salvar a Bill y que vendrá mañana a las 12.

-¿Un plan? ¿No ha dicho nada más? –Dijo soltando a la chica, quien se terminó de vestir poniéndose la camiseta, saliendo del lugar.

-No, parece que tiene especial interés en decírtelo personalmente. También dijo que vendría con una tal Lil, y que te comportaras.

-Esto se pone interesante. –Comentó sonriendo.

-¿Por qué te pones tan contento? Cada vez que Sookie aparece todo se complica. –Preguntó la vampiresa, arrugando levemente el entrecejo.

-Quiero tener a esa mujer que la acompaña, y pretendo conseguirlo.

-Lo que me extraña es que no te la hayas tirado ya, conociéndote.

-Es difícil, se hace la dura, y eso me pone más aún. No me mira atontada como el resto.

Pam giró sus ojos hacia un lado suspirando levemente, para después volver a centrarse en Eric.

-¿Qué tal con la Autoridad? ¿Algo nuevo?

-Se han vuelto locos por Lilith, van a empezar a matarse entre ellos por ser los elegidos. De momento nadie sospecha de mí, pero no sé cuanto más podré aguantar.

-Eric, larguémonos, esto es muy peligroso. No quiero que te hagan daño.

-Tranquila, Pam. Quizás Sookie nos sorprenda gratamente. –Dijo mientras sujetaba la cara de la mujer, observándola fijamente, para después depositar un beso en su frente.