Louis fue de regreso al salón de música, era inutil esconder su sonrisa, la cita con Clem había salido muy bien, si iba morir, al menos moriría feliz. Entró y vio a Ruby poniendo velas en frascos de colores y a Tenn llevando una lona, frunció el ceño ¿eso para qué era?
— ¿Todo listo, Ruby? — preguntó entrando y viendo el lugar.
— Casi… Soy pésima para estas cosas, quizás deba decirle a Clem que tome las decisiones.
— Seguro estará encantada de ayudar — dijo Louis con una sonrisa boba.
— ¿Te pasó algo o por qué estás tan feliz? — preguntó la pelirroja sonriendo con picardía.
— Nada, no me pasó nada — el chico sintió sus mejillas arder, en ese momento entró AJ corriendo y Clementine tras él.
— ¡Louis! — el niño llegó a su lado — mira mis decoraciones — le enseñó su dibujo, Louis se arrodillo para estar a su altura y tomó el dibujo en sus manos, había unas figuras que presumía él eran Violet, Aasim y Omar con un texto abajo que decía "¡Adiós bote!".
— Oye, eres muy buen dibujante — lo felicitó pasando su mano por el afro del niño que rió ante el gesto — me encanta, vamos a colgarlo — Louis se incorporó y tomando un poco de cinta, pegó el dibujo en la chimenea — ¿que tal, pequeño amigo? Creo que aquí todos lo verán.
— Genial — sonrió AJ — ¿vas a tocar el piano?
— No, quiero asistir a esta fiesta — lo tomó de la mano y lo guió al gramófono — usaremos esto para tocar música.
— ¿Cómo lo hace?
— Pones un vinilo, le das cuerda y con la aguja reproduce música — explicó poniendo sus manos en su cadera.
— Aja… ¿Pero cómo? — volvió a preguntar AJ.
— Eso… Eso no lo sé, pero es más fácil mostrar que explicar — respondió sonriendo, ahí se acercaron Clementine y Ruby.
— Le pedí a Louis que trajera el gramófono del director, así podremos escuchar algunos discos… No es que haya mucho de donde escoger — dijo Ruby un poco decepcionada — pero peor es nada, solo dime que quieres escuchar — terminó dándole unos vinilos a Clem para que escogiera.
— ¿Qué tal algo clásico? — preguntó Clementine sonriendo y dándole el vinilo a Ruby, Louis volteó a mirarla.
— Está hecho, querida — respondió la pelirroja.
— Ah, una mujer conforme a mi corazón — dijo Louis casi suspirando, lo que menos imaginó es que Clementine escogiera ese estilo de música, ella volteó a mirarlo y le regaló una linda sonrisa.
— ¿Y qué tal la iluminación? — preguntó Ruby haciendo que rompieran el contacto visual — no es una fiesta sin una buena iluminación ambiental, no me decido para ser honesta, el verde es lindo, pero creo que el purpura seria mas agradable, aunque el naranja daría la sensación del atardecer — Clementine tomó uno de los frascos en su mano.
— El púrpura era el color favorito de mi papá — dijo ella mirando el frasco.
— Y decian por ahí que era el color de la realeza — dijo Ruby feliz empezando a tomar velas y ponerlas en frascos púrpuras.
— Eso no nos describe para nada — volvió a intervenir Louis, Clementine lo miró sonriendo y rodando los ojos con simpatía, él solo sonrió ante el gesto.
— ¿Y qué se hace en una fiesta? — le preguntó AJ distrayendo su atención de la conversación entre las chicas.
— Pues bailas, comes, te diviertes — explicó viendo como Clementine salía del salón ¿a dónde iba?
— ¿Y como bailas? — preguntó el niño.
—Pues… — Louis no sabia como explicarlo, y la verdad es que él no era una gran bailarin — solo dejate llevar por la música — dijo acomodando sus solapas — solo escucha y tu cuerpo se moverá solo.
— Mmm… Está bien — respondió AJ poco convencido.
— Ayúdame a poner la iluminación, Louis — le pidió Ruby.
— Claro — se acercó a la chica que ya había prendido unas cuantas velas en los frascos — ¿a donde fue Clem? — preguntó mientras acomodaba unos frascos en la chimenea.
— Willy quería hablar con ella en la oficina — dijo prendiendo una última vela — tranquilo, no debe tardar — Louis se sonrojó, y para disimular empezó a acomodar los frascos aquí y allá. Puso sobre los libreros, en las ventanas, y por supuesto, sobre su fiel piano — no creas que no he visto eso — le dijo Ruby tras él, Louis volteó a mirarla.
— ¿De qué hablas? — preguntó nervioso, Ruby señaló el corazón tallado en el piano.
— Por supuesto que eso — le dijo sonriendo — me alegro mucho por ustedes — Louis la miró aún con el color en sus mejillas — es agradable ver a alguien feliz entre tanto caos.
— Gracias, Ruby — contestó tímidamente — Ah… Y ya no se que decir.
— A mi no me preguntes, me debatí mucho sobre si felicitarte — dijo ella colocando el último frasco — estas cosas son muy difíciles — dijo con gesto fastidiado.
— Louis ¿podrías ayudarme a colgar el cartel? — preguntó Tenn guardando sus pinturas, Louis vio a su dirección y vio el cartel que decia "¡Los traeremos de vuelta!", miró a Ruby.
— Elección de Clementine — dijo ella sonriendo, debió imaginarlo.
— Claro, amigo — respondió Louis dirigiéndose a Tenn, se subió al sofá y con hilo ató una esquina del cartel, después tomó una silla cercana e hizo lo mismo — ¿que tal se ve?
— Quedó perfecto… Gracias — dijo el niño.
— Bien ¿qué les parece si ponemos la música? — dijo Ruby.
— Vamos, AJ, te enseñaré a usar el gramófono — le dijo Louis acercándose al aparato, AJ se acercó corriendo — lo primero que hay que hacer es darle cuerda — AJ lo miró confundido — debes darle vueltas a esta palanca — señaló y AJ empezó a girarla, una vez con mas confianza empezó a girarla más rápido, Ruby se acercó con el vinilo escogido por Clementine.
— Bien, amiguito, vamos a poner el disco — dijo Ruby, acercó una silla para que AJ subiera y colocara el vinilo, el lo tomó con cierto temor y lo colocó con cuidado.
— Vamos a hacer que este chico funcione — puso la aguja en el vinilo — presiona este botón, AJ — el niño obedeció y el vinilo empezó a sonar, Louis reconoció la melodía de Mozart, de sus favoritas debía admitir.
— Wow… Genial — dijo AJ, mira el vinilo con sumo interés — es como si el sonido estuviera guardado ahí.
— Algo así — dijo Ruby sonriendo, AJ bajó de la silla y ella la llevó a su lugar.
— Vamos, amigo, dejate llevar — le dijo Louis a AJ y este empezó a bailar.
— Soy como Disco Brócoli — dijo AJ moviéndose de manera graciosa.
— Ya lo creo, hombrecito — sonrió Louis cruzando los brazos, jamás pensó que era posible bailar con la música clásica, miraba a AJ sonriendo como no lo hacía hace tiempo, los niños le simpatizaban mucho y él sabía que tenía facilidad con ellos, pero el hecho de que AJ se sintiera tan cómodo con él, lo alegraba demasiado, había visto su comportamiento desconfiado con el resto, pero al parecer con él había hecho conexion, y le parecía muy graciosa la forma en que se movía. En ese momento, Clementine regresó al salón de música, sus miradas se cruzaron, él le dio esa sonrisa que solo tenía reservada para ella, ella le devolvió esa sonrisa que tanto amaba, para él solo estaban ellos dos, el mundo había desaparecido, en ese momento Ruby se le acercó a Clem haciendo que rompieran el contacto visual. Louis volvió a ver a AJ, Clementine mencionó que era probable que el niño la viera como una madre aunque no conociera la palabra, y en ese momento se le cruzó la idea, no estaría mal que AJ lo viera como su imagen paterna, pese a su corta edad. Podrían ser una familia, una familia ninja, recordando su primera salida de cacería. Clementine volvió a mirarlo, él le sonrió señalando a AJ con su cabeza, ella mostró una sonrisa maternal.
— ¡Los encontré! — celebró Ruby bajando una caja de uno de los anaqueles del lugar, Clementine se acercó — bien, Clementine, estas son nuestras evaluaciones psicológicas hechas por la escuela de chicos problemáticos Ericsson.
— Bien — contestó Clem dudosa, tanto Louis y AJ se acercaron.
— No lo entiendo — dijo el niño poniéndose junto a Clementine.
— Bueno, esto explica porque fuimos enviados a esta escuela en primer lugar — explicó Ruby mientras Tenn se sentaba a su lado derecho y Willy del lado izquierdo, Louis y AJ hicieron lo mismo con Clementine, AJ del lado de izquierdo y Louis del lado derecho, formando un círculo entre todos, Clem fue la última en sentarse.
— Y que nos quedáramos atrapados tanto tiempo — terminó de explicar el joven. Clementine lo miró un poco triste.
— Entonces… ¿cuál es el juego?
— Bueno, se me ocurrió que ya que iremos a esa loca misión juntos, debes saber quien realmente somos — dijo Ruby sonriendo, Louis desvió la mirada ¿eso cambiaría la opinión de Clem respecto a ellos? ¿Respecto a él? — así que leeré lo que los adultos pensaban de nosotros y tú debes adivinar de quién se trata — Ruby busco un folder en la caja, Clementine sonrió y volteó a mirarlo, Louis le dio un sonrisa un tanto resignada — me aseguraré de que solo sean personas que conozcas. Esta es la primera — abrió el archivo y carraspeó un poco — "A diferencia de otros estudiantes, el sujeto continuó plagado de arranques de ira, maldiciones incontrolables y repetidos altercados físicos con el personal docente…" — Clem y Louis se miraron, ella bajó la mirada pensando y después soltó una risita.
— ¿Sabes qué, Ruby? Creo que estás leyendo tu propio archivo — respondió sonriendo, Ruby soltó una carcajada.
— Wow… — expresó Willy — ¿Cómo lo adivinaste?
— Es el cabello rojo — dijo Louis mirando a Clementine que seguía sonriendo — eso la regaló — aunque claro que él sabía que Clementine era suspicaz.
— Quiero decir — Clem empezó a hablar — puedo verlo totalmente, mi primer encuentro con ella fue como — dijo antes de imitar el tono de voz de Ruby — "ese pequeño hijo de puta" — todos rieron.
— Ya dije que lo siento — dijo AJ abrazando sus rodillas.
— Nuestra dulce Ruby era una pesadilla cuando la conocimos — dijo Louis al acabar de reír y haciendo un gesto de escalofrío.
— Una vez persiguió a la profesora de economía del hogar por todo el patio con un tenedor enorme — le dijo Tenn a AJ.
— No puede ser — dijo AJ entre asombrado y asustado, Ruby solo reía.
— No te preocupes, eso fue hace mucho tiempo — la chica le guiñó un ojo de manera amistosa.
— Chicos ¿quieren saber porque me enviaron aquí? — dijo Willy sonriendo de manera aterradora, Louis frunció el ceño.
— Viejo, no… — dijo Louis tratando de evitar un mal rato.
— Masturbación crónica — dijo Willy aun con esa sonrisa, Louis negó con la cabeza, vio a Clem que tenía un rostro aterrado como preocupado, Ruby se tapó la cara por la vergüenza.
— Willy — le llamó Louis un poco molesto — hablo por todos cuando digo que nadie, nunca, querría saber eso — lo regañó haciendo que el niño bajara la mirada, pero no podía hacer otra cosa, había chicas en el salón, una de ellas era su novia, y sin olvidar a AJ que probablemente no tenía ni idea de lo que hablaba.
— ¿Qué significa eso? — preguntó AJ al ver la cara de todos, Louis vio a Willy y ambos miraron a AJ.
— NO se atrevan — les dijo Clementine apuntándolos con un dedo, de inmediato cerraron la boca. Tenn fue más delicado y le dijo a AJ en el oído, este vio con mirada perturbada a Willy, Clem solo negó con la cabeza, después frunció el ceño al ver a Ruby buscando en la caja — ¿Pasa algo? — le preguntó la joven.
— No me había dado cuenta de cuantos hemos perdido — dijo la pelirroja afligida.
— ¿Recuerdan a ese chico… Justin? — preguntó Willy.
— Y Theresa. Y Jasper. Esa chica con los frenillos de colores. Y Joey. Maddie. Lamar — los enumeró Tenn, con cada nombre Louis se iba perdiendo en sus recuerdos, de como habían perdido a cada uno. Algunos en manos de los caminantes, otros por una enfermedad mal atendida.
— Erin… — dijo Louis, Clementine volteó a mirarlo — Erin era la chica de los frenillos.
— Alex, Dewey, Troy, Stephanie — continuó Willy mirando al suelo — maldita sea… ¿cuántos han muerto?
— Treinta y cuatro — contestó Ruby desanimada, todos miraron al suelo tristes reviviendo ese dolor, Louis al ser de los mayores, recordaba todo muy bien, el miedo, la impotencia, el pensar porque sus padres no volvieron por ellos o cuánto habían durado después de que todo empezó. Ver como el número de compañeros iba disminuyendo semana con semana y no poder hacer nada para evitarlo.
— ¿Ese de quien es? — la pregunta tímida de Clementine lo sacó de sus pensamientos.
— De… Violet — dijo Ruby, escuchó a Clem suspirar.
— ¿Deberíamos leerlo? — preguntó Willy temeroso.
— Yo… yo podría contarles mi historia — dijo Louis un tanto dudoso, volteó a ver a Clem quien también volteó a mirarlo — quiero decir, porque fue que me enviaron aquí… solo si quieren… No es… buena.
— Esperaba que algún día me lo contaras — le dijo Clem sonriendo para darle ánimos.
— Bueno… — empezó — mi familia era ridículamente rica. Mis padres me daban todo lo que quería, cuando lo quería — sintió la mirada intensa de Clementine — excepto por una cosa: lecciones de canto. Dios, yo le rogué a mi papá — continuó con una sonrisa cínica — le dije que quería ser un verdadero músico. Pero todo lo que dijo fue "puedes ser feliz o puedes ser rico, no puedes ser ambas" — imitó enojado — ahora se que solo trataba de enseñarme una tonta "lección de papá"... Pero lo odié por eso — hizo una pausa, sintió la mirada de todos — así que… Decidí enseñarle una lección. Pensé "acabaré con el matrimonio de mis padres, eso le dolerá ¿verdad?" así que logré entrar a las cuentas de tarjetas de crédito de mi papá e hice un montón de compras a su nombre. Todo esto durante un año — dijo esto mirando afligido a Clementine — así de ricos éramos, él jamás notó que él estaba gastando una fortuna en una amante que yo hice para él — miró al suelo ante los recuerdos del peor error de su vida — pero me aseguré que mi mamá si supiera — sintió como el enojo salió en sus palabras, enojo contra él mismo — le envié todos los recibos de los cuartos de hotel, las joyas… Todo — miró nuevamente a Clem — pelearon esa noche. Él negó todo, ella no le creyó. Yo me senté en un rincón y lloré para ayudar a hacerlo más real. Cuando el divorcio acabó… Les dije la verdad. Les dije "pueden ser felices o pueden ser ricos, no pueden ser ambos" — su mirada se enfocó en el suelo, evocando la mirada de sus padres a su revelación, como los ojos de su madre se llenaban de lágrimas y como su padre luchaba contra el impulso de golpearlo, sus miradas de decepción y tristeza, preguntándole cómo había sido capaz — ¿Saben? Esos dos no habrían estado felizmente casados por siempre — sintió que su voz se quebraba, tragó saliva para evitar a toda costa llorar, y no porque le avergonzara llorar frente a los demás, sino porque sus lágrimas no arreglarían nada, no harían qué sus padres esten juntos otra vez — pero yo decidí ser un imbécil vengativo y arruinar todo — miró a Clementine, ella le dio una mirada triste, notó cómo se acercó un poco más a su lado, todos se quedaron en silencio, el salón estaba en silencio total, nadie notó cuando el gramofono dejó de escucharse — llegué aquí la semana siguiente… Y jamás volví a verlos.
— Puedo ver en tus ojos que de verdad lo lamentas — Clementine se estiró para tomar su mano, él volteó a mirarla — y creo que eso es lo que importa — Louis miró el agarre, y aunque lo consolaba un poco, jamás dejaría de arrepentirse, jamás podría dejar ese dolor atrás.
— Los profesores de aquí decían que éramos malas personas, Clem — le dijo serio, ella frunció el ceño — y tenían razón — apretó la mano de la joven un poco más fuerte — pero no por eso merecíamos ser abandonados aquí, solos en medio del bosque, sobre todo por personas que se supone nos harían mejores — volvió a mirarla y ella le regaló una mirada comprensiva.
— Lo siento — Ruby al fin habló — se supone que esto debía ser divertido… Creo que no soy una persona de juegos, debí dejarte eso a ti — Louis sonrió fugazmente.
— Esta bien, tu misma lo dijiste, Clem debe conocer a quien va guiar en batalla — dijo sin soltar la mano de Clementine.
— Oigan… Tengo una idea — dijo Tenn después de permanecer en silencio — ¿Recuerdan cuando Minnie cantaba "No tengas miedo", cuando todos estábamos asustados? — Louis y Willy desviaron la mirada, recordando que aún no habían tocado ese tema con él.
— Claro que lo recuerdo — le respondió Louis — la compuse con ella.
— ¿Podrías tocarla para nosotros? — le preguntó Tenn sonriendo — si Violet estuviera aquí, podría cantar la letra pero…
— Claro, me encantaría, Tenn — respondió Louis, soltó la mano de Clementine y se levantó y fue al piano, se sentó en el taburete y miró el corazón tallado en él, miró a Clem que le sonrió alentándolo, él le devolvió la sonrisa de manera fugaz, suspiró — esto es por ti, Minnie — dijo y empezó a tocar. Todos se mantenían en silencio mientras él tocaba, vio de reojo como Clementine abrazaba a AJ y miraba al suelo un poco triste, con un poco de miedo, después vio el dibujo de AJ en la chimenea, pensando en Violet, Omar y Aasim, pensando que tan mal la estarán pasando y en el pánico que le daba la situación, pero si había algo que podía arreglar era eso. Ahora tenía más razones para luchar y personas que proteger, y por más que fuera porque era el mayor y él tuviera que dar el paso al frente, era algo que quería hacer, quería proteger a Clementine y a todos. En las últimas notas de la canción miró al techo pidiendo valor para lo que venía, valor e inteligencia porque a veces tendía a arruinar todo y meter la pata. Pero sabía que con Clementine podrían lograrlo, él podía hacer lo que fuera. Acabó la canción, y al terminar la última nota, volvió a ver a Clem, ella volvió a sonreírle, como si quisiera consolarlo, en ese momento AJ se acercó a la joven con uno de los frascos y apagó la vela.
— Creo que deberíamos descansar — dijo el niño.
— Si, estoy de acuerdo — dijo Clementine levantándose — vayan a dormir, descansen un rato, será una noche difícil — todos obedecieron, Ruby iba a decir algo, pero Louis se adelantó.
— Ve y descansa, Ruby, yo me encargo de apagar todo — le dijo él, ella sonrió y salió del salón de música, solo quedando Louis, Clem y AJ. Louis volvió a mirar las teclas del piano y se quedó en silencio.
— AJ, adelantate a la cama, en un rato te alcanzo — dijo Clementine, Louis volteó a mirarlos.
— Puedo esperarte aquí — dijo AJ para después bostezar, Clem rio un poco y Louis sonrió.
— Vamos, a la cama — lo empujó levemente para que saliera del salón, AJ salió a regañadientes.
— Vamos, AJ, vamos a los dormitorios juntos — dijo Tenn en el pasillo, al parecer lo estaba esperando, esto hizo que el niño se convenciera — buenas noches.
— Buenas noches, Tenn — se despidió Clementine, dio la vuelta y caminó hacia Louis que aún estaba frente al piano, él al ver que se acercaba, le hizo espacio en el taburete, ella se sentó a su lado y tocó la tecla A — fue una canción muy bonita.
— Gracias — respondió con sinceridad — aunque, claro, suena mejor con la letra — sonrió con nostalgia.
— ¿Y no la podrías cantar tú? — preguntó Clem arqueando una ceja, Louis soltó una risita.
— Creo que no la cantaría tan bien como Minerva o Violet — respondió nervioso.
— ¿Por eso querías clases de canto? — preguntó Clem de manera juguetona — yo creo que lo haces bastante bien.
— Ah ¿eso crees? — preguntó Louis de manera coqueta — puedo volver a cantar My darling Clementine para ti.
— Me encantaría — le dijo ella sonriéndole de lado — pero me gustaría más que toques la otra canción — le dijo ella sonriendo y con un ligero rubor en sus mejillas, Louis asumió que le daba pena decir el nombre de la canción. Tocó otra vez la canción que escribió para ella, hoy había sido una montaña rusa de emociones, desde ir a explorar para trazar el plan de rescate, a su cita tan perfecta con Clementine, y la remoción de los recuerdos de cuando llegó a la escuela, sin embargo estaba terminando bastante bien, miró a Clementine que esta vez se quedó en silencio escuchando la canción con una sonrisa, él también sonrió, le alegraba mucho ver a Clem tan a gusto escuchando esa canción, que debía admitir, aun no perfeccionaba y claramente podían escucharse los errores, pero era una canción que escribió pensando en ella y al parecer a Clem le había gustado mucho, o por lo menos el detalle. Agradeció también el hecho de que ella se quedara con él unos minutos más, sobre todo en ese lugar que era para él era su propia zona segura, el lugar donde podía ser él mismo, el salón de música y su piano habían sido sus fieles acompañantes cuando estaba feliz, triste, enojado, y era una fortuna poder compartir tiempo con Clementine en ese lugar y con su fiel instrumento, poder abrir su corazón a su estilo y que no se le juzgara por ello, con Clem mostraba su verdadero yo, sabia que habia hecho cosas malas, y tambien que habia cometido muchos errores con ella, y por eso también agradeció el hecho que todo eso no cambiará la opinión de Clementine sobre él. Terminó de tocar, y ella se recargó en su hombro.
— Es hermosa — le dijo ella, él se recargó sobre la cabeza de ella.
— Bueno, ya sabes quien fue mi musa — se quedaron en silencio un momento, era agradable tener un momento de paz ante todo el caos que habían tenido que vivir, él cerró los ojos disfrutando el momento, escuchó que Clementine suspiró — ¿pasa algo? — le preguntó él un tanto preocupado.
— Pues… — se quitó de su hombro y frunció el ceño.
— Sabes que estoy aquí para ti — le dijo inclinando su cabeza a la altura de la de ella, le sonrió dándole ánimos.
— ¿Quieres que te sea sincera? — preguntó — ¿o prefieres que mienta? — lo miró, él entrecerró los ojos.
— Se sincera.
— Está bien — respondió y volvió a suspirar — estas incursiones… No siempre salen bien — dijo Clem mirando las teclas del piano — yo… yo no estoy dispuesta a perder a nadie más — dijo mirándolo de manera intensa, Louis la miró sin saber que decir, podía ver como los ojos de Clementine se ponían cristalinos, pero aun con eso, ella no derramó ni una lagrima — por eso, quiero pedirte algo.
— Lo que quieras — él puso su mano sobre la espalda de la joven.
— Prométeme que tendrás mucho cuidado, no hablaras ni harás nada a menos que yo lo diga — Clementine decía todo muy seria, él la veía un poco sorprendido — Lily… Estos tipos — desvió la mirada a la ventana — no van a dudar en lastimarte — volteó a mirarlo una vez más — así que… Por favor — tomó su mano y se quedó mirando el agarre, él trató de mirarla pero la vísera de la gorra lo impedía — solo prométeme eso ¿si? — Louis no la sintió vulnerable, pero eso no quitaba qué le sorprendía verla así, soltó su mano y se levantó para pasar su pierna derecha por sobre el taburete quedando sentado mirándola de frente, ella lo miró afligida pero determinada.
— Hey… no haré nada a menos que la jefa lo diga — le respondió guiñandole un ojo — sobre todo porque aún no se que hacer — Clementine también se levantó y pasó su pierna izquierda sobre el taburete para quedar frente a él.
— Te dije todo esto porque tu entrarás con AJ y conmigo al barco — dijo tomando sus manos y acariciando los nudillos de Louis con sus pulgares, él pudo sonreir con eso, sus manos eran tan pequeñas, pero lo que le dijo estaba captando toda su atención — yo debo encargarme de cubrirnos, ya sabes, contra algún caminante o algún saqueador — dijo con naturalidad, Louis tragó saliva preocupado — y AJ pues… Es valiente pero sigue siendo muy pequeño, y no hay nadie en quien confíe mas que en ti — suspiró otra vez — asi que de verdad, Louis, necesito que me prometas que seras cuidadoso, no te pondrás en peligro de manera innecesaria, y no porque me pese protegerte, yo haria lo que sea porque estés a salvo, solo no quiero que algo te suceda — ella pasó su mano por su mejilla, él sintió las callosidades en las bases de sus dedos, pero no le molestaba, se dejó llevar por el contacto en su rostro, levanto su mano y la puso sobre la mano de ella, ella soltó su mejilla y se miraron una vez mas, el solo veia súplica y preocupación en su mirada, se sentia amado, protegido.
— Te lo prometo — Louis le sonrió, tratando de transmitirle calma, ella se colgó de su cuello para abrazarlo, él se inclinó y la apretó contra él.
— Yo prometo que voy a protegerte — le dijo Clem al oído — los protegeré a ti y a AJ — le dijo y le dio un beso en la mejilla, él no dejó que se le alejara, puso su mano en su rostro.
— Se que lo harás, Clem — le dijo casi en un susurro, se miraron una vez más, la luz de las lámparas de Ruby ayudaban mucho al ambiente — no me mires así o no me hago responsable — le dijo entre serio y juguetón.
— ¿Responsable de que? — preguntó ella sonriente y arqueando una ceja, Louis tomó su rostro con ambas manos e hizo qué lo besara. Para él, esto era necesario, al diablo todas sus inseguridades, no sabía si sobrevivirían, e irse de este mundo sin expresarle cuánto la quería no era una opción. Sintió como las manos de Clem se colocaban en sus brazos pero no lo alejó, era como ella correspondía el agarre. Después de unos segundos el bajo sus manos a la cintura de ella y Clem volvió a colgarse de su cuello profundizando el beso, Louis tenía nula experiencia en esto, todo lo estaba haciendo por puro y mero instinto, y a Clem no parecía desagradarle. Louis sintió que eventualmente se haría adicto a eso, a tenerla entre sus brazos y probar sus labios, haciéndose adicto a ese contacto. Era el segundo beso que se daban y en el mismo lugar del anterior, solo que esta vez había más confianza, pareciera que habían pasado semanas desde que se confesaron sus sentimientos, pero apenas llevaban un día, aun así Louis sentía la necesidad de estar con ella y jamás alejarse. Clementine fue la primera en separarse, abrió los ojos y lo miró y después sonrió, él se mantuvo serio observando a la chica, volvió a poner su mano sobre su mejilla, viendo como el moretón tomaba un color más oscuro conforme pasaban las horas — Louis… — le habló — debemos ir a descansar.
— Vamos, un rato más — le rogó besando su mejilla, Clem rió un poco.
— Me encantaría — se alejó un poco, Louis hizo un puchero haciéndola sonreír — pero AJ ya debe estar nervioso — Louis reaccionó.
— Es verdad — respondió — quizá ya fue a morder o a golpear a Willy por la impaciencia — sonrió de lado, Clementine rodó los ojos sonriendo.
— Apaguemos las velas y vayamos a dormir — dijo Clementine levantándose, Louis hizo lo mismo y empezaron a apagar todas las lámparas.
— Un momento, esto no es apto para enanos — dijo riendo bajando una de las velas sobre el librero, Clem lo golpeó en el pecho riendo — Creo que son todas — dijo al acabar, Louis puso sus manos en su cadera observando el lugar que solo era alumbrado por la luz del atardecer.
— Si, vámonos ya — empezaron a caminar juntos, Louis dio un vistazo a su refugio, ahora refugio de ambos, sonrió y se inclinó un poco para tomar la mano de Clementine, ella lo miró un poco sorprendida y después sonrió, Louis apretó su mano un poco más, un gesto al que se estaba acostumbrando, pensó en lo que la chica le pidió, ser cuidadoso, no creía que fuera difícil de cumplir, igual sentía un poco de desconfianza en su participación, pudo a haberle pedido eso a cualquiera ¿no? Volvió a mirarla, sacudió un poco la cabeza, si ella estaba a cargo, no había forma de que algo saliera mal.
