Capítulo 8

Planeta Administrativo Número 69

Lugar de la pelea

Kaito no tardo en ordenar al equipo que se centrara en los civiles mientras pensaba en lo que estaba pasando. Con la Unidad 6 sobre sus cabezas y escombros volando alrededor de ellos, Kaito sabía que todo era una bomba a punto de explotar.

Miro hacia donde estaba su hermana. Fate estaba haciendo un esfuerzo por concentrarse en su trabajo que ahora mismo era tratar de que la Unidad 6 no supiera que ella estaba allí mientras asistía a los civiles que tenían a su alrededor.

"Hijos, la pelea no se va a detener." les dijo Sasuke, seriamente. "Voy a necesitar que se centren en proteger a los civiles."

"¿Y qué pasa con la Unidad 6?" pregunto Kaito.

No recibió respuesta y Kaito estaba comenzando a perder la paciencia hasta que Fate volvió a su lado. Ella no parecía enfadada, más bien, estaba nerviosa por la posibilidad de volver a ver a su antigua Unidad.

"Fenrir y yo llevamos a los civiles a un lugar seguro." dijo Fate. "La Unidad 6 no se va a marchar, ¿verdad?"

"No, Fate. No hasta que terminen con esto."

Fate suspiro, era de esperar. Ella conocía muy bien a esa Unidad y aunque no podía ver, podía sentir las energía de Hayate y Nanoha, más poderosas que el resto. Si las dos estaban aquí, era un asunto serio y aunque no quería que la vieran, la necesidad de protegerlas hacía que apretara el bastón que ahora era 'Bardiche' con fuerza para contenerse.

Pero si la veían, tratarían de llevársela o peor, habría otra batalla donde Fate se vería forzada a poner a toda la ciudad en peligro. Fate suspiro, cerrando los ojos, y tratando de contener el instinto de protección que la ahogaba cada vez que sus amigas y Nanoha estaban en peligro porque por una vez, ella no debía ir.

Por una vez, Fate tenía que pensar en ella primero, aunque le rompiera el corazón.


Planeta Administrativo Número 69

Cielos

Nanoha podía entender las reservas del Comandante Toshiba tras escuchar su conversación con Hayate, pero esto iba más allá de una simple pelea en territorio fuera de sus límites. Esto era sobre su familia. Era una manera de proteger a Vivio del hombre que estaba escondido en alguna parte de este planeta.

Ella tenía que encontrarlo antes de que intentara hacer algo, pero mientras peleaba, se dio cuenta que volar y luchar ahora era diferente y rápidamente se dio cuenta de porqué. Signum y Vita, Subaru y Teanna y Hayate y Rein, todas ellas peleaban por parejas con años de experiencia y mientras tanto, Nanoha peleaba sola.

Ella no tenía a su pareja y la evidencia de aquello le dolía como un puñal en el pecho, por eso peleaba con más fuerza, porque el dolor era una forma de energía que la empujaba a salir de aquella situación. Ella no quería hacer frente a esa verdad que tanto le dolía.

"¡Nanoha!"

El grito de Hayate la saco de sus pensamientos cuando un vio a un enemigo volar muy rápido hacia ella, tanto que la sorprendió, era casi como si Fate volara hacia ella, pero en el último segundo, justo como pasaba con Fate, Nanoha logro a ver la forma del arma de su enemigo, cambiar de un bastón a una guadaña.

Una forma muy parecía a la de 'Bardiche'.

¿Qué…?

Nanoha apenas tuvo tiempo de usar su propia arma para bloquear el ataque, pero la fuerza fue tan intensa que la sorprendió, lanzándola hacia el suelo contra el que choco con fuerza. Nanoha suspiro, de no ser por su armadura, la caída la habría matado y, aun así, Nanoha solo podía pensar en la forma del arma de aquel enemigo.

Flashback

"Nanoha, las marcas son casi iguales a las de 'Bardiche'"

Fin Flashback

La duda le apretó el corazón porque hasta ese momento, estaba segura que no había otra arma como 'Bardiche' pero después de lo que acababa de ver y la fuerza del golpe que acababa de sentir, no estaba segura de nada.

No podría ser posible pero allí estaba, un replica de 'Bardiche' atacándola. Nanoha miro hacia el cielo, todavía algo distraída cuando vio que su atacante volvía a por ella, misma velocidad y misma arma.

No era una ilusión…

Pero no podía ser verdad, ¿no?


Lugar de la pelea

Suelo

Fate pudo sentir el momento exacto en que Nanoha toco el suelo. Siempre habían estado unidas, incluso cuando eran enemigas, parecían siempre ser atraídas por una energía que no estaba en su control por lo que Fate no se sorprendió de poder sentir la energía de Nanoha moverse con más facilidad.

Pero también pudo sentir la energía de sus enemigos, implacable, buscando terminar con las vidas de la Unidad que lo era todo para ella y aunque trataba de forzarse a no actuar, el momento en que Nanoha toco el suelo, todo pensamiento sobre su propia seguridad salió de su mente con una facilidad que la asusto.

¿Habría algo que no haría por Nanoha? Si lo había, Fate no estaba interesada en saber que era. Nanoha había sido su mundo desde que tenía 9 años y protegerla era tan necesario para Fate como respirar, por eso investigo en secreto los rumores de Scaglietti, por eso lo arriesgo todo por escapar de la cárcel y salvar a su familia.

Podría ir al infierno mientras Nanoha estuviera a salvo.

"Kaito, tenemos que hacer algo." dijo Fate, su expresión tensa como cada vez que se encontraba en medio de una misión como Enforcer.

"¿Qué dices, Fate?" pregunto Kaito, sorprendido.

"Perdóname, por favor." dijo Fate. "¡Fenrir, conmigo!"

Y echo a correr hacia donde sentía la energía de Nanoha, con Fenrir a su lado. El perro-lobo enorme aulló con fuerza mientras Fate cambia la forma de 'Bardiche' para que fuera una guadaña y sin pensar en las consecuencias, salto hacia donde sentía las energías.

"¡Fenrir, cubre a Nanoha!" grito Fate.

"Woof!"

Fenrir salto frente a Nanoha, usando su enorme cuerpo para cubrirla al mismo tiempo que el arma de Fate chocaba con la de su enemigo, lanzando varias descargas eléctricas que forzaron a Kaito, quien venia corriendo tras ellos, a crear una barrera para evitar un mal mayor.

"Tu.." dijo su enemigo.

"No te atrevas a tocarla." murmuro Fate.

Escucho la risa de su enemigo y lo aparto de ella, dando un salto hacia atrás mientras su enemigo hacia lo mismo. Fate sintio la tensión en su cuerpo mientras su antiguo traje de Enforcer brillaba bajo el sol de un planeta que ahora era su hogar. Estaba preparada para todo, en cualquier dirección.

Pero para su sorpresa, solo escucho la risa de nuevo y después, como si nada, todos los atacantes desaparecieron. Fate no sabía porque, pero tenía la sensación de que acababa de caer en una trampa, aunque eso ahora no parecía importante, no cuando sintio varias energías conocidas bajar al suelo, en completo silencio.

"¡Fate! ¿¡Estas bien!?" grito Kaito, llegando a ella.

Fate asintió, la tensión todavía presente en su cara mientras bajaba su arma, a su vez, Fenrir se separó de Nanoha y camino hacia Fate, volviendo a su estado de joven perro-lobo original. En este estado, aunque más joven, todavía podía proteger a su dueña si era necesario, aunque Fenrir reconoció el olor de Fate en Nanoha y eso hacia al animal incapaz de atacar.

El animal se detuvo delante de su dueña y Fate le acaricio la cabeza con una sonrisa dulce.

"Gracias, Fen." susurro Fate.

"Au…"

"Fate-chan."

La voz de Nanoha la detuvo. Esperaba escucharla, pero por alguna razón, su voz la hizo temblar con tantas emociones que se sintio débil, sola, como aquella primera noche en una cárcel tan oscura que apenas podía ver la puerta. Su voz hacía que le palpitara el corazón con fuerza y a la vez, le daba tanto miedo que no podía moverse.

Ella, una Enforcer de renombre, asustada por la voz de la mujer que amaba.

"Nanoha." susurro Fate.

Hubo un silencio que Fate no supo cómo afrontar. No podía ver por lo que le era imposible ver la cara de Nanoha, cargada de emociones y lágrimas que no quería dejar caer. Pruebas o no, ver a Fate de nuevo no le provoco nada más que la sensación casi incontrolable de abrazarla y asegurarse de que estaba allí y que no era una ilusión.

Se veía algo más pálida, el tiempo en la cárcel le había dejado marcas y aun así para Nanoha era tan hermosa como siempre. Por más que la miraba, no podía ver a una asesina o a una persona que quisiera hacer daño a sus padres y esa era la razón por la que cuando todo paso no quiso verla porque sabía que en el momento que lo hiciera, toda prueba razonable no significaría nada para ella.

Bueno, eso y el hecho de que la TSAB no quería que la famosa 'Demonio Blanco' tuviera nada que ver con una supuesta asesina, después de todo, Nanoha era el estandarte de la organización gracias a sus poderes y relacionarla con Fate era poner una mancha que la TSAB no quería, pero eso ni siquiera había sabido donde estaba, solo que estaba en prisión.

Pero ahora estaba allí.

"Fate."

La voz de Hayate no parecía enfadada cuando la escucho. Fate no lo hubiera notado antes, pero desde que su visión se había dañado, había aprendido a notar los pequeños cambios de la voz y de energía.

"Hayate."

El resto de la Unidad no sabía muy bien que decir o hacer, eso era evidente para Fate y más para Kaito, quien observaba todo con atención. No sabía si podía fiarse de esta Unidad o no pero el protocolo le exigía que las llevara a la base para saber que pasaba, especialmente ya que el ataque había ocurrido en los cielos de su planeta.

Kaito lo sabía y Fate también, por lo que no había nada más que decir.

"Disculpad, pero… deberíamos ir a la base, estoy seguro de que el Comandante quiere hablar con ustedes." dijo Kaito.

"Tiene razón, les debemos una explicación." dijo Hayate, ayudando a Kaito a recuperar la normalidad.

Kaito asintió y señalo que los siguiera mientras Fate cogía la correa de Fenrir con naturalidad. Kaito no estaba seguro si era porque no quería que esta Unidad supiera de su ceguera, pero, en cualquier caso, no dijo nada, no quería tener esta conversación en medio de la calle.

"Equipo, terminen de evacuar e informen del reporte de daño." dijo Kaito y luego suspiro mirando a la Unidad 6. "Adelante."

Fenrir tomo la delantera con Fate, que ni una sola vez más se dirigió a la Unidad 6 mientras su animal la guiaba de vuelta al único lugar donde se sentía segura en aquel momento, la Base Numero 15.

Quizá allí, podría dejar de sentir este silencio que la ahogaba.


Tierra

Casa Takamachi

Mientras tanto, lejos de allí, Erio y Caro continuaban con su investigación y esta vez, parados en la casa de la familia Takamachi, comenzaron a ver cosas fuera de lo común, por ejemplo, la leve sensación de una energía que se mantenía en el aire. Era débil pero latente para ellos que compartieron una mirada mientras entraban en la casa.

Momoko Takamachi les preparo él té y mientras lo hacía, los dos jóvenes tuvieron tiempo de ver como estaba la casa. Sabian que Nanoha se había encargado de las reparaciones y de poner más protección alrededor de la casa, pero había algo más allí, algo familiar.

¿Qué era aquella sensación?

"Me alegra veros por aquí, ¿os envía mi hija?" dijo Momoko, dejando él te en la mesa con una sonrisa. "Nos protege demasiado."

"Si, pero es necesario después de lo que paso." dijo Erio, algo nervioso. "Señora Takamachi, nos gustaría hacerle unas preguntas sobre aquella noche."

Momoko los miro, algo sorprendida pero no dijo nada para detenerlos y en realidad, no estaba muy segura de que más decir. No recordaban mucho más y después de los primeros interrogatorios, nadie más había preguntado y no sabian nada de lo que había pasado con Fate.

Ella siempre había querido saber porque los atacaron y más que nada, quien lo hizo. Nanoha había estado nerviosa y desesperada por protegerlos y no es que Momoko no hubiera visto a su hija así antes, es que no entendía porque era incapaz de hablar con ellos.

¿Qué era lo que había pasado para que incluso Nanoha se mantuviera en silencio? Momoko no lo sabía, pero parte de ella quería descubrirlo.

"Adelante." dijo Momoko.

"Bien…" dijo Erio, tomando aire. "¿Qué es lo primero que recuerda de aquella noche?"

Momoko se quedó en silencio un momento, pensativa.

"Una luz, era morada." explico Momoko. "Yo estaba tomando un té, no podía dormir y pensaba que tomarme él te me relajaría. Shiro estaba ya dormido y no quería molestarlo y entonces, de la nada, vi una luz morada fuera."

Erio no dijo nada, pero Caro le tomo la mano. Una luz morada no era el color que 'Bardiche' tomaba en su forma de arma y, aun así, necesitaban mucho más para entender que había pasado, pero Momoko suspiro, cerrando los ojos con un gesto incomodo.

"Se que algo paso, ojos me miraban de manera extraña y luego, escuche el ruido de cristales y… y ya no me acuerdo de nada más." dijo Momoko.

"Entiendo." dijo Erio. "¿Recuerda alguna sensación?"

"Miedo, mucho miedo." dijo Momoko, mirando a su taza de té.

Aquello era normal, aunque para Erio y Caro esa pequeña descripción no tenía relación ninguna con Fate. Ella no tenía necesidad de provocar miedo, si quería atacarlos, podría venir aquí usando su amistad con Nanoha, darles una sonrisa y luego atacar, hubiera sido más fácil, así que, ¿para qué crear miedo? ¿para qué…?

Perdidos en pensamientos, Erio y Caro no escucharon a Momoko dejar la taza de té en la mesa hasta que la mujer se aclaró la garganta. Su mirada estaba cargada de malestar y aunque no sabía nada de lo que había pasado con Fate, los dos jóvenes casi podían ver la pena reflejada en su mirada.

"¿Takamachi-san?" pregunto Caro, preocupada. "¿Se encuentra bien?"

"No sé si vale para algo, pero tanto Shiro como yo hemos tenemos un sueño muy raro, algo que se repite desde el dia del ataque." dijo Momoko, mirando a los jóvenes. "Veréis, en el sueño, podemos escuchar un grito lejano y el golpe de armas, también vemos marcas de sangre, una respiración entrecortada y una risa fuera de control. No parece tener sentido, pero… pero no se.."

"No es un sueño." dijo Caro, sin salir de su asombro. "Es el ataque."

"¿Cómo?" pregunto Momoko.

"El ataque… los hechizos de memoria trabajan durante un tiempo, pero después, el subconsciente empieza a tomar el control y fuerza las memorias olvidadas a reaparecer de diferentes formas." dijo Erio. "Ustedes están recordando detalles del ataque."

Momoko se quedó en silencio durante un momento, pensando, como si tratara de poner las piezas del puzle de manera que pudiera entender lo que estaba pasando. Claro, eso explicaría las otras cosas que todavía no había confesado, pero, aun así, una sensación extraña la recorrió porque, aunque Nanoha les había explicado lo que era un hechizo de memoria, era ahora cuando realmente se daba cuenta de lo que significaba.

"Entonces… ¿Fate-chan si estaba aquí?"

La voz de Shiro Takamachi distrajo a los que estaban en la sala. El hombre todavía tenía una vendaje en la mano, de cuando se había cortado con los cristales, pero camino hacia su esposa y sento a su lado tomando su mano antes de mirar a los jóvenes.

"¿Te hemos despertado?" pregunto Momoko.

"No, he tenido ese sueño de nuevo." dijo Shiro. "He ido a ver a Vivio, esta leyendo en el cuarto de Nanoha."

Momoko asintió y luego, Shiro miro a los jóvenes delante de él, tratando de saber si estos jóvenes le contestarían a todas las preguntas que todavía les atormentaban, pero, sinceramente, los jóvenes parecían tan perdidos como ellos.

"No estamos seguros de todo lo que paso, señor." dijo Erio, con un hilo de voz. "Pero creo que merecen saber la verdad así que voy a contestar a su pregunta."

"Erio…" susurro Caro.

"Lo sé y afrontare las consecuencias si tengo que hacerlo." dijo Erio, mirando a Caro y luego a los Takamachi. "Creemos que sí, Fate-san estuvo aquí esa noche."

Caro no dijo nada, pero lo apoyo con un apretón en sus manos unidas, dejándole saber que estaba con él, como todo desde el dia que se conocieron. Erio le sonrió y luego miro a Momoko y Shiro Takamachi y respiro hondo, tomando la fuerza de su compañera para continuar.

"Oficialmente, la única acusada de su ataque es Fate Testarossa." explico Erio. "Los agentes que investigaron el incidente encontraron marcas parecídas a las del dispositivo 'Bardiche' y comprobaron que ella estuvo aquí, eso junto a un incidente que había pasado un tiempo antes, dieron a los agentes suficientes pruebas para detener a Fate."

Los dos Takamachi tomaron las noticias con sorpresa y con enfado porque para ellos, que no sabian nada, el hecho de que Fate los atacara era tan raro como si la propia Nanoha hubiera sido la responsable. Fate era de la familia y sinceramente, los dos esperaban que su hija y la joven de sonrisa amable finalmente avanzaran en una relación que era tan natural como respirar.

"¿Nanoha permitió esto?" pregunto Shiro, sin saber que más decir.

"No tuvo opción. Ninguno tuvimos opción." dijo Erio. "La TSAB nos retiró del caso por estar relacionados con la acusada y tras encontrar las marcas por toda la casa, no hubo más remedio que aceptar la verdad."

"Pero Fate-chan nunca haría esto." dijo Momoko, horrorizada. "No es… si lo que dicen de nuestros sueños es cierto, entonces es imposible."

"Es cierto que el color que vio no se corresponde con el color del arma de Fate." dijo Caro. "Pero eso no es suficiente…"

"Entonces, ¿Cómo podemos ayudar?" preguntó Shiro. "¿De qué manera podemos recuperar esas memorias?"

Erio y Caro compartieron una mirada. Ellos sabian que hacer, pero no estaban seguro de que podían ir tan lejos, por mucho que quisieran buscar una manera de ayudar a Fate, el trauma de un ataque no era exactamente lo que tenían en mente.

"Es complicado, Nanoha-san no nos permitirá devolverles memorias tan traumáticas." explico Caro.

"Con el debido respeto, pero es nuestra decisión. Nanoha no puede decidir por nosotros." dijo Momoko. "Y queremos hacerlo porque estamos convencidos que Fate-chan es inocente."

Erio y Caro pensaron un momento que era lo mejor que podían hacer. Querían cumplir los deseos de la familia y descubrir la verdad, pero también querían que Nanoha fuera parte de esto porque esta era su familia y Fate y por mucho que lo escondiera, tanto Erio como Caro sabian lo mucho que había afectado toda esta situación a su antigua instructora.

"¿Pueden?"

La voz de Vivio sorprendió a los presentes que vieron a la pequeña acercarse a ellos con los ojos llenos de lágrimas y se quedó frente a Erio y Caro. Sus ojos, uno de cada color, reflejaban el dolor de una niña que jamás tendría que haber pasado por esto. Una pequeña llena de dudas, pero, sobre todo, llena de pena.

"Podríamos recuperar el resto de sus memorias." dijo Erio. "Pero necesitamos a la Doctora Shamal y a Zafira y ellos no harán nada sin la Comandante Hayate que, a su vez, no hará nada sin el permiso de Nanoha."

Momoko y Shiro parecían querer protestar, pero antes de poder hacerlo, Vivio tomo una mano de Erio y otra de Caro y con la mirada más decidida que jamás habían visto en la pequeña, ella les dio todo lo que necesitaban para convencerlos.

"Entonces llamen a Nanoha-mama y preparen todo." dijo Vivio, decidida. "Yo me encargo."

Erio y Caro no sabian que decir, pero mirando a Vivio, no pudieron si no ver el reflejo de Nanoha y Fate a través de ella y su convicción los lleno de energía para finalmente, hacer aquello que llevaban tanto tiempo queriendo hacer.

Demostrar que Fate T. Harlaow era inocente.