Supremo Amor.
[Crossover].
En una época en la que el equilibrio natural sufrió un gran quiebre con el nacimiento de gemelos híbridos, surgió un legendario amor.
Sinopsis.
Un encuentro imprevisto es el comienzo para dos hermanos, de una legendaria travesía que los guiará a su destino y así comprender el verdadero poder. Un amor decidido y uno incomprensible, son pieza clave para llevar a cabo la misión con la que Sakura y Tôya fueron marcados desde su nacimiento como gemelos mitad humanos con habilidades sobrenaturales.
P.N: Los personajes de Card Captor Sakura y Tsubasa Reservoir Chronicles no me pertenecen. Sólo los he añadido para protagonizar esta historia que es de mi invención. Sus derechos están reservados por sus respectivos creadores: el grupo CLAMP.
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Supremo Amor.
En una época en la que el equilibrio natural sufrió un gran quiebre con el nacimiento de gemelos híbridos, surgió un legendario amor.
01. La decadencia de un reino oculto.
Sucedió así, en una época olvidada, que dos jóvenes de distintas naturalezas, se enamoraron, a sabiendas de que su amor estaba prohibido. Nadeshiko Amamiya, una princesa perteneciente a un reino oculto, conocido como el Clan Huan de los guardianes, ubicado al sur de la dinastía Xin, cuya apariencia joven de larga cabellera negro azabache y ojos verdes, aunque su edad difería de ello; conoció a los límites del reino de su madre, al joven príncipe de aquella dinastía, Fujitaka Kinomoto. Su encuentro se debió a que en esa región que el príncipe exploraba con sus guardias, apareció una criatura sobrenatural, atacándolos. La princesa de poderes sobrenaturales, viendo el peligro al que estaban expuestos los jóvenes humanos, sobretodo el príncipe, decidió intervenir, salvándolo de aquella bestia. Nadeshiko derrotó a la criatura, para luego comprobar si sus protegidos estaban a salvo. Fujitaka quedó impresionado por aquella valerosa acción de parte de la joven, a quien relacionó con un ángel divino que había venido a rescatarlo. Desde aquel día, la visita de ambos jóvenes a los límites del territorio sur, se volvió frecuente, así como sus encuentros clandestinos y el creciente mutuo afecto que se desarrolló en sus almas.
Tras la muerte de la reina guardián, madre de Nadeshiko, la princesa decidió marcharse de la ciudad oculta de los guardianes. Se casó con el príncipe a escondidas de su padre, el rey guardián, y del emperador de la dinastía Xin, viviendo en uno de los palacios del sureste del imperio. La vida de ambos fue pacífica durante muchos días, hasta que por un infortunio –y el destino humano– el príncipe Fujitaka, muere en una batalla al norte del imperio Xin. Cuando Nadeshiko se entera de lo sucedido, decide internarse en el bosque suroriental, ya en cinta.
Meses después, regresa al territorio oculto de los guardianes, con la finalidad de que su heredero nazca en el reino de sus antepasados.
Es así como una carreta se abre paso en medio de la torrencial tormenta que se desató esa tarde. Dirigido por un joven que tenía cubierta su cabeza con una capa, se encaminaba a toda prisa rumbo al palacio del Clan Huan. La oscuridad de la noche emergió, mientras la lluvia seguía cayendo sin cesar. La carreta llegó a las puertas de la ciudad oculta, mismas que ningún ser humano podría hallar debido a que estaban protegidas por un poder sobrenatural que lo hacía invisible.
—¡Abran las puertas! ¡La princesa Nadeshiko está a punto de dar a luz! —gritó el cochero.
Los guardianes en el muro obedecieron al oír el nombre de la princesa, abriendo apresuradamente las puertas de las murallas. La carreta avanzó al interior de la gran ciudad, en cuanto los portales fueron abiertos.
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—¿Dónde está mi hija? —preguntó un hombre de cabellos oscuros y ojos verdes, ingresando a uno de los salones del palacio, cercano a los aposentos donde estaba la princesa
—Está dando a luz —anunció una joven de unos quince años de edad, portadora de una larga cabellera y ojos negros como la noche, quien traía consigo unas mantas en las manos —sugiero que esperéis un poco, excelencia
—En cuanto nazca la criatura, tráelo al gran salón —ordenó
—Sí, como ordene —la joven hizo una reverencia, viendo marchar al hombre.
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El llanto de un recién nacido se oyó por todo el recinto, aunque en realidad, eran dos bebés recién nacidos. Ellos lloraban desconsoladamente, mientras las mujeres que atendieron el alumbramiento, limpiaban a ambos.
—Una niña y un niño —anunció una de las criadas, misma que tenía una larga cabellera rubia recogida con un lazo, y ojos azules como el cielo
—Se ven saludables —comentó otra de apariencia similar, envolviéndolos en mantas luego de limpiarlos, para después entregarlos a la joven criada de cabellera oscura
—Se los presentaré a mi señor —informó la joven de ojos negros
—No... —pidió la princesa con voz débil —Si lo haces, mi padre los matará a ambos
—Fue una orden, princesa, no puedo desobedecer —respondió con pesar
—Por favor... no lo hagas...
—Lo siento mucho —dijo antes de salir del recinto
—No... Hikari... —rogó Nadeshiko, pero la nombrada ya había salido del salón, cerrando las puertas tras de sí.
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En el gran salón, el padre de la princesa, aguardaba, mirando una pintura al óleo que estaba colocado sobre el fogón de piedra. Su semblante se veía endurecido, viendo con furia la imagen plasmada de una mujer de cabellos rubios ondulantes y ojos verdes, en aquél óleo. Unos pequeños golpes en las puertas, misma que fue abierta segundos después, dando paso a la muchacha de ojos y cabellos oscuros, con dos bultos en los brazos.
—Aquí os traigo a los dos niños —anunció
—¿Dos? —preguntó el hombre mirando de reojo a la sirvienta
—Así es, señor —asintió, para su mayor disgusto
—Bien, déjalos allí —señaló el piso
—Sí —obedeció
—Ahora retírate —ordenó, a lo que la joven simplemente hizo una leve reverencia, saliendo del salón.
En cuanto quedó a solas, el hombre se acercó a los recién nacidos, desenvainando en el proceso, una espada. Ambos niños comenzaron a llorar nuevamente, causándole un profundo enojo, que se apreciaba claramente en las facciones de su rostro. Empuñó la espada con fuerza, levantándola hacia un extremo de forma amenazante.
—Ustedes son una calamidad para los guardianes —expresó con ira —Nunca perdonaré esta traición a mi hija, y la sangre mezclada en vuestras venas, corregirá esta vergüenza.
Tras decir esto, se dispuso a cortar a los recién nacidos con su espada, alzando en alto la hoja de la misma, más se detuvo abruptamente antes de siquiera poder lograr su objetivo. Sintió un dolor punzante en su espalda, que traspasaba su pecho, y entonces vio la punta de un arma atravesando su cuerpo. Observó detrás de él, viendo a su hija Nadeshiko sosteniendo una espada, misma que le clavó en el sitio del corazón. El rostro de la princesa estaba bañado en lágrimas, así como transmitía un profundo dolor.
—¡Princesa! —gritó Hikari desde el umbral de las puertas.
La joven había vuelto a los aposentos reales donde se hallaba Nadeshiko, pero las demás criadas le dijeron que en un momento de descuido, la princesa desapareció. Por esta razón, fue a buscarla por todo el palacio, y justo cuando ingresó al salón real de reuniones, la vio enterrar una espada contra su padre.
—¡No dejare que les haga daño, padre! —exclamó la princesa con todas las fuerzas que aún poseía
—Me sorprende tu traición, siendo quien eres, Nadeshiko —observó el hombre, mirando a su hija, la princesa enterró aún más la espada
—Sé cuál es mi destino por haber roto una ley importante —dijo Nadeshiko —aunque muera por esto, me alegrará saber que he conseguido derrocarlo, padre
—El juicio caerá sobre ti por haber dejado con vida a esas criaturas —el hombre cayó de rodillas, y la princesa le quitó la espada en ese momento, no obstante al retroceder, el candelabro encendido detrás suyo, cayó al suelo, iniciando un incendio
—Que el juicio sea sobre mí, si es que debe ser así, pero enviaré al camino correcto a mis descendientes, aún si su sangre no es completamente pura —anunció Nadeshiko, echándose de rodillas al piso, en lo que aquel hombre se desplomaba.
El llanto de los recién nacidos resonó por todo el palacio que comenzaba a llenarse de humo debido al incendio que se incrementaba lentamente. La princesa se arrastró hacia ellos, usando la espada de soporte, y al verla, la muchacha que estaba en el umbral de las puertas, se acercó hasta ella.
—¿Se encuentra bien, princesa? —preguntó sosteniendo el brazo de Nadeshiko
—No... no te preocupes por mí —respondió con un poco de dificultad —Mi vida está llegando a su fin —llevó la mano hasta cada uno de sus hijos —al menos tengo la dicha de contemplarlos —acarició el rostro de ambos con la mano ensangrentada —a su padre le hubiera encantado conocerlos.
Tras decir aquello, se quitó la túnica que traía puesta y con la espada, rasgó en dos la prenda, colocándola a cada niño, luego la espada desapareció, y en su lugar, palpó su cuello extrayendo dos joyas que colgaban de una fina cadena de oro. Hizo entrega de ambas joyas a los recién nacidos, para después fijarse en la joven que permanecía en silencio, a su lado.
—Escucha, Hikari, debes irte de aquí —dijo Nadeshiko, gimiendo de dolor en el proceso
—Princesa Nadeshiko... —la joven sostuvo con mayor fuerza a la nombrada
—Vete lejos de aquí, Hikari, y llévate a mis hijos contigo —pidió —Cuídalos, y cuéntales desde pequeños la leyenda de los guardianes, cuya sangre corre por sus venas, y háblales de su padre humano, el príncipe Fujitaka Kinomoto, de quien ambos descienden —volvió a acariciar la tez de sus hijos —El niño se llamará Touya, y la niña, Sakura... como las flores de primavera
—Pero, princesa, yo no quiero abandonarla así —expresó con lágrimas en los ojos
—No hay tiempo, Hikari, pronto sucumbiré, y este palacio quedará en ruinas —mencionó —No permitas que estos niños mueran, por favor, porque serán los únicos que devolverán a este reino la prosperidad
—Pero, princesa…
—Por favor… házlo… y cuida de ellos... —volvió la mirada a ambos pequeños —Cuando sean mayores, esas joyas recuperarán su verdadera forma y entonces descubrirán que nacieron con una misión igual a la mía: el de proteger a los humanos a costas de sus vidas, ya que por su sangre, corre sangre de guardián y de un humano…
—Princesa…
—¡Vete! ¡Llévatelos ya!
—Pero…
—Házlo ya…
La joven de cabellera negra, le dio una última mirada a la princesa quien le sonrió asintiendo, compartiendo de ese modo su último respiro con ella, la humana que fue su hermana desde que llegó a ese palacio, desde pequeñita. Luego, tomó a los bebés y se los llevó corriendo a una carreta, marchándose lejos de allí.
—Cuídalos, Hikari, ya que pronto esos niños se convertirán en mitad guardianes, ésa es su naturaleza y ésa es su misión —la princesa sucumbió tras decir esas palabras.
La carreta salió a toda prisa de aquella ciudad, mientras la joven a quien la princesa encargó sus hijos, veía como a pesar de la lluvia, el palacio que la vio crecer, quedaba poco a poco, en la distancia, mientras se quemaba.
Y la joven llegó a la zona este del imperio, a una pequeña aldea, donde encontró refugio gracias a la bondad del joven patriarca, con quien se casó y tuvo su primer y único hijo, a quien educó junto a los gemelos, durante mucho tiempo.
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Hola, hola. ¿Cómo están, amigos lectores?
Les traje un fanfic nuevo. Esta es la adaptación original de una novela de ficción que estoy escribiendo desde el 2014, mismo que cuenta con más de 25 capítulos actualmente.
Es una historia algo diferente, ya que la protagonista principal es quien posee la fuerza y el poder para proteger a su amado. Contiene romance, drama, comedia, fantasía y acción. Este tan sólo es el prólogo, donde con el final de una historia, comienza una nueva: la de Sakura y Touya, sus amigos y los aliados que se les unirán a medida que avance.
Como no pude publicar la novela original en wattpad, decidí hacer esta adaptación, para que lo disfruten. No obstante, hay muchísimos cambios aquí, así como nuevos personajes que creé, transcribiendo el nombre original al japonés y/o cambiándolos de acuerdo a la adaptación que lleva.
Para empezar la aclaración de nombres, "Huan" significa "Luz", y lo tomé del chino, por lo que alude exclusivamente a las habilidades principales de las soberanas del Sur. Habrá más nombres que les iré mencionando con los significados que le conciernen.
Sin más que decir de momento, espero sus opiniones y sugerencias al final de la lectura.
Saludos. :)
Lady Sigh.
