Hola a todos! He aquí el siguiente capítulo y lo advierto, habrá una bomba o dos en este. Así que cuidado! Y sin más qué decir… COMENZAMOS!

Capítulo 34.

Flama agitada.

Una caravana se acercaba a su destino, las montañas de los guerreros del sol. En uno de los carros que iban siendo jalados por bestias, una mano femenina se asomó y se acercó con parsimonia un mayordomo que iba al frente.

—¿Cuánto más falta para llegar? —preguntó la joven dentro de la caravana.

—No mucho, mi lady. Falta poco.

—Es una lástima que mi limosina no pueda subir hasta aquí. Pero no hay otra forma, esta es la única forma de verlo.

En ese momento flamas aparecieron de los picos de la montaña. Todos quedaron sorprendidos y fascinados a la vez, pero lo que estaba pasando dentro iba más allá de lo que creían.

Iroh y Xiao peleaban con todo. Xiao solamente podía usar el elemento del fuego y el campo de pelea se encontraba en lo alto, conformado solamente por un pasillo que iba de un lado a otro de la montaña y picos alrededor. Iroh lanzó varias llamaradas en forma de luna que fueron contra la joven avatar que las esquivó dependiendo el orden, pero cuando una bola de fuego fue a por ella, la partió en dos abriéndola con sus propias manos y fue contra Iroh que bloqueó su golpe pero ella giró a su lado usando el poco espacio que tenía, aunque antes de llegar a sus espaldas Iroh la tomó del brazo quedando ambos extendidos mirándose a los ojos, aunque ese gentil agarre pronto se volvió uno férreo y Xiao hizo lo mismo girando sobre sí en una patada llameante pero él la esquivó y usando el agarre la hizo girar y caer al suelo. La pelea había terminado, con ambos exhaustos.

—¡Bravo! ¡Fue una gran pelea! —aplaudió Amarillys que junto con Enlai veían todo desde debajo de una gran sombrilla, sentados en cómodos cojines y con fruta fresca y sirvientes abanicándoles—. ¿Tú qué opinas, Enlai? —iba a hacer más preguntas pero el maestro tierra se veía enfurruñado como un gato—. Oh, Enlai. ¿Estás enojado? —admitía que le hacía gracia verlo así.

—¿Yo? No, qué va —Amarillys aguantó la risa.

—Sabes que aunque estén entrenando juntos no ha habido más acercamientos de su parte. Es más, Iroh se ha mostrado más que respetuoso y hasta competitivo con ella.

—¿Respetuoso y competitivo? ¡Ja! ¡Eso no quita sus verdaderas intenciones! Puedo verlo… claramente está usando esto para acercarse a Xiao —acusó con los dientes apretados.

—Si tanto te molesta, ¿por qué no vas con Xiao y la invitas a salir de una buena vez? —Enlai se enderezó.

—¡Es cierto! Después de todo, él todavía no la ha invitado.

Los vieron acercarse y en ese momento Iroh pensó que sería el momento ideal.

—Xiao, perdona pero… he estado pensando y me gustaría saber si… —sintió su lengua trabarse y de repente se sentía demasiado nervioso.

—¿Sí qué? —preguntó ante su pausa y Enlai, Amarillys, Mu y Karue miraban la escena a punto de darles un ataque. Aunque Amarillys de gusto y Enlai de espanto.

—Quería saber si te gustaría que tú y yo…

—Perdonen que les interrumpa —se acercó Esthen a los dos jóvenes—. Pero tenemos visitas y necesitamos de su asistencia.

—¿Visitas? ¿Qué clase de visitas? —preguntó Xiao confundida.

—En realidad lo buscan a él —señaló a Iroh que pareció sorprendido.

Los chicos salieron a ver quién se había atrevido, además de ellos, a entrar en los territorios de los legendarios guerreros. Iroh se puso de nuevo su camisa y vio la caravana que estaba al pie de las montañas.

—¿Pero qué es esto? —preguntó hosco, bajó y se puso frente al que parecía dirigir todo eso—. Soy el primer general Iroh de la familia real de la Nación del fuego. ¿Quién me busca? —todos de inmediato hicieron una reverencia hincándose en el suelo.

—Honor sea a usted, príncipe, heredero de la llama y luz de nuestra nación —dijeron todos a la vez sorprendiendo a los demás.

—A veces me olvido que Iroh también es un príncipe —admitió Amarillys para sí misma y no era la única, Enlai y Xiao estaban sorprendidos ante tanta ceremonia. De repente se escuchó una voz aguda entre la multitud.

—¡IROOOOOOH!~ —una hermosa chica apareció entre la gente agitando sus brazos, vestida con lo último en la moda de blusa con mangas largas de holanes color rosa, un abrigo blanco por el frío y una falda roja que se ajustaba perfecto a su figura en un corte sirena y botas largas; su largo y lacio cabello negro estaba recogido en una larga coleta y dos mechones de cabello enmarcaban a la perfección su rostro en forma de corazón.

Iroh sintió que un rayo le golpeó.

—¡¿REI?! —gritó en una mezcla de sorpresa y miedo. Ella corrió a sus brazos y frente a todos le dio un gran beso que dejó a todos con la boca abierta. Xiao se quedó, o mejor dicho se volvió de piedra y sintió que algo dentro se fracturó. Iroh se la quitó de inmediato—. ¿P-P-Pero qué haces aquí?

—Oh, tontito. Es que ya no podía esperar para ver a mi prometido.

—/¡¿PROMETIDO?!/ —gritaron sus amigos y Rei rio al ver sus expresiones.

—¡Por supuesto! Estamos comprometidos y a punto de casarnos —reafirmó con una gran sonrisa abrazando su brazo.

Amarillys y Enlai no sabía qué decir, pero Xiao sintió que dentro de su pecho, trozos de algo que no supo identificar fueron aplastados, machacados y luego incinerados.

Desde las sombras algo se movía y observaba con interés al investigador que con una vela escribía rodeado de viejos libros que le servían para su trabajo y para no perder la cordura. Observó las sombras de reojo y pudo observar entre estas una sonrisa malévola repleta de dientes afilados. Frunció el ceño y acomodó sus gafas, la orilla de una de estas estaba astillada desde hace años debido a un ataque de estos a los que se les llamaba Kuroi. Cerró el diario y tomó otro libro, frotó sus ojos y al abrirlos apareció un plato de comida a su lado y una cantimplora con agua nueva. La triste comida estaba conformada por un caldo sin sabor con trozos de vegetales, un trozo de pan, una tira de carne seca y una manzana. Sabía que aquello correspondía a la comida de la tarde, no por ver la hora, porque hacía años que no veía un rayo de sol.

—¿Cómo va esa investigación? —escuchó la voz de Borack desde lo alto del pequeño espacio con barrotes.

—No hay mucho qué decir —remojó el pan en el caldo y comió a desgana.

—¿Me estás diciendo que no has obtenido nada? —preguntó con disgusto pero el investigador despejó sus dudas.

—No dije eso —gruñó a lo bajo, hasta él mismo se sorprendía de lo mucho que había cambiado su humor con los años, pero ser amable con sus captores era algo inaudito—. Míralo por ti mismo —tomó su diario y lo lanzó hacia la oscuridad, donde una sombra la atrapó y llevó al maestro agua que sonrió burlón.

—Bien, parece que sí has estado haciendo bien tu trabajo —dijo al ver el contenido del grueso tomo a la mitad—. Llevaré esto a nuestra líder. ¿Algo que quieras antes de que me vaya?

—Velas —respondió de forma seca—. Ya no tengo velas, y no quiero tener que lidiar con tus Kuroi.

—Bien, esta noche te traeré más velas. Ya que por lo que veo la tuya apenas y durará hasta entonces. Trataré de llegar antes, no dejes que te coman —se marchó con los papeles dejando al investigador solo. Este se acercó a la mesa donde había un diagrama de cuatro piedras con tallados de los cuatro elementos y una figura dibujaba sobre de estos con los canales del chi dibujados en su cuerpo. Escuchó un gruñido entre la oscuridad y tomó el trozo de carne seca y lo lanzó a las sombras donde escuchó como era masticada por los que le vigilaban las 24 horas.

Si Xiao pensaba que Miwa era pegajosa, esta chica le ganaba el título con medalla de oro.

—A ver, mi dulce panda rojo, di aaaaaah~—Rei intentaba alimentarlo frente a todos como una pareja melosa quitando el apetito a los presentes, excepto a Xiao que tomó un bollo y se lo comió entero sin siquiera dedicarles una ojeada a pesar de que Iroh parecía gritar ayuda con la mirada. Amarillys tuvo que hablar para intentar relajar el ambiente.

—Entonces… eres prometida de Iroh. No sabía que tenía una prometida —sonrió intentando no hacer mala cara ante esa clara falta de información de parte de su amigo.

—Oh, es que no lo decimos a los cuatro vientos. Por el momento queda entre nuestras familias, al menos hasta que lleguemos a la mayoría de edad en la próxima primavera.

—O sea que te quedan unos meses de soltería, o casi —comentó Enlai que escondió detrás de su taza de té una sonrisa burlona que Iroh quiso borrarle con un puñetazo. Pero al ver a Xiao tan callada no se atrevió.

—Mi dulce pandita camesí, no me has presentado a tus amigos —dijo Rei haciendo un puchero que hizo que Enlai casi escupiese el té de vuelta a la taza casi ahogándose y Amarillys dejó caer sus palillos. Ambos se giraron para no reírse del pobre Iroh que estaba rojo de la vergüenza.

—Rei, por favor. N-No me digas así.

—¿Qué tiene de malo? Eres tan tierno como un panda rojo de fuego —dijo abrazándolo y él suspiró a lo bajo logrando hacer un poco de espacio entre ellos.

—Deja te presento a mis amigos. Ella es Amarillys, princesa de Ba Sing Tse, la habrás visto alguna vez en algún evento entre las naciones. Rei es hija del tesorero de la nación, de la línea de la familia Shiranui —Amarillys sonrió y comenzó su presentación haciendo gala de sus modales.

—Mucho gusto, para mpi es todo un honor. Estoy segura que nos habremos visto algunas veces en…

—¡Ah! Te recuerdo —interrumpió Rei con sorpresa—. Eres esa niña tímida que siempre se escondía en las faldas de su madre. Pero tenías el cabello más largo, te veías mejor con el cabello largo. ¡Y una vez hiciste que un consejero se cayera sobre la mesa de bocadillos! ¡Fue tan gracioso! —Amarillys desarrolló un tic nervioso en su sonrisa. Y una vena apareció en su cabeza.

—Oh, ya veo que me recuerdas. Bueno, era pequeña y tímida y el cabello corto me gusta más —Iroh apretó los labios y fue turno de Enlai.

—Él es Enlai, es un maestro tierra y es mi amigo.

—Ugh… ¿un maestro tierra? —ella hizo un leve gesto de desaprobación—. Con todo ese polvo y suciedad, no me parece algo bueno. ¿Te has limpiado antes de sentarte a comer? —dijo como si aquello le incomodara. Una vena apareció en la cabeza de Enlai.

—¿Polvo y suciedad? —repitió con una sonrisa torcida ante su enojo—. Nosotros los maestros tierra no manejamos polvo y suciedad. Podemos manipular la roca a nuestro antojo, incluso cristales. En mi caso, crear lava. Puedo hacemos una demostración aquí y ahora pequeña princesa descerebr… —Amarillys lo silenció metiéndole en la boca un bollo de carne ya que no era bueno hacerse de enemigos tan poderosos.

Iroh se golpeó la frente, en menos de dos minutos Rei se las había arreglado de enemistarse con sus amigos. ¡Un nuevo record! Miró a Xiao con miedo de lo que fuera a pasar.

—Y ella es Xiao, ella… ella es la avatar —por primera vez Rei le soltó y chilló de tal forma que incluso los dragones en la cueva despertaron y los guerreros empuñaron sus armas pensando que había un ataque.

—¡La avatar! ¡No me lo puedo creer! —en un segundo ya no estaba con Iroh, sino que estaba sentada junto a Xiao tomándola del brazo y mirándola con ojos de adoración para absoluta sorpresa de Xiao—. Oh mi cielo, ¡Oh mi cielo! ¡Eres preciosa! —todo el mundo quedó boquiabierto ante sus palabras—. ¡Seamos amigas! ¡No! ¡Mejor aún! ¡Hermanas! ¡Con gusto seré tu hermanita! Aunque creo que eres menor que yo pero… ¡No sabes cómo te ADMIRO! ¡He escuchado tus ultimas hazañas y creo que eres GENIAL! —chilló dejando sordos a los presentes.

Xiao no sabía qué responder, aunque sus amigos tenían la boca tan abierta que bien podía pasar una mosca por estas.

—Amm, cla-claro… —la chica chilló de nuevo hasta casi dejarla sorda.

—¡Seremos las mejores amigas de la vida! —apretó sus manos entre las suyas tan contenta como una niña. La avatar sentía que se había echado una soga al cuello.

Sin importar la presencia de Rei el entrenamiento debía seguir. Dentro de una de las tantas cuevas, Esthen y el sacerdote Mardaquesh observaban a los dos maestros colocarse espalda con espalda listos para lo que iba a venir.

—Su fuego puede ser un arma peligrosa, pero al mismo tiempo también puede ser un apoyo —dijo la reina de los Guerreros del sol y los dos giraron a una dirección donde tenían un terreno de rocas y muy al fondo había dos banderas aguardando por ellos—. Lleguen a sus banderas lo más rápido posible usando lo aprendido —dos guerreros encendieron una mecha larga debajo de cada una—. Tienen su tiempo contacto.

Los dos rápidamente se adentraron en el terreno, dándose cuenta que la pista entera era una trampa cuando Iroh pisó un espacio camuflado de brea que casi atrapa su pie. Xiao al pisar una trampa varias rocas se balancearon en cuerdas y lianas creando un enredo casi imposible de pasar, aunque ella usó fuego en sus manos para impulsarse al frente con velocidad llegado a cierto punto. Iroh en cambio se trepó a una de las rocas y se balanceó en dirección de las demás, quemando la liana y así destruyendo la trampa antes de seguir pisándole los talones a Xiao que pronto se encontró con varios guerreros del sol que lanzaron grandes llamaradas sobre el camino. Xiao esta vez adoptó una pose más relajada y corrió a estos atravesando con giros y saltos los estrechos espacio que dejaban los maestros. Iroh esta vez hizo algo distinto. Siendo que se adentró para asombro de los presentes, sin embargo, con sus manos parecía bloquear o al menos absorber el fuego sin que el calor de este le afectase, por algo le habían servido para bien las clases de cocina. No tardó en alcanzar a Xiao donde un mar de fuego y lava les esperaba, y los dos al mismo tiempo crearon dos conos de fuego que atravesaron la marea y ambos cayeron del otro lado para correr desesperados hacia las banderas cuyas mechas ya casi estaban por terminar y…

¡PUM!

Las mechas explotaron y las banderas se destruyeron. Los dos se detuvieron vencidos. Iroh llevó sus manos detrás de su cabeza y Xiao se arrodilló exhausta.

El sacerdote se acercó a ambos.

—Sus habilidades han mejorado pero no son perfectas. Iroh, tú has enfrentado las llamas y has encontrado una solución creativa para sobrepasar la prueba. Pero todavía no has conseguido sacar el mayor potencial de tu control y no lo has usado para obtener el impulso que se requería en la prueba —se volvió a la avatar—. Avatar, has comprendido el ejercicio y has usado el fuego para tu velocidad en un gran uso de control, pero en la segunda prueba evitaste el conflicto de las flamas y mírate —señaló unas leves quemaduras en sus ropas y cuerpo—. Uno no siempre puede evitar el conflicto, porque siempre terminará de una u otra forma quemado. Recuerda bien esto porque esta lección será importante en tu camino como avatar. Por hoy descansen. El sol pronto bajará del cielo, mañana será otro día.

Hicieron la reverencia respetuosa y exhaustos se acercaron a sus amigos.

—Estuvieron a punto, chicos —dijo Amarillys intentando animarlos.

—El sacerdote hizo bien en corregirnos —sonrió Xiao que se dolió un poco por las quemaduras de su brazos, eran leves pero podía curarlas.

—Si pasamos esto podremos pasar a la prueba final —dijo Iroh aunque Xiao lo ignoró mirando a otro lado, cosa que le dolió al maestro fuego.

—¡Los dos! —gritó Rei—. ¿Qué creen que hacen? No deben perder el tiempo. Ambos tienen quemaduras que deben tratarse de inmediato. Maestros, por favor —con sólo aplaudir dos de sus sirvientes los guiaron hacia donde había dos cojines, fruta fresca y agua con flores y limones para revitalizarlos. Ambos sirvientes resultaron ser maestros agua que usaron una simple curación en ellos.

—Wow, eso sí es servicio —aduló Enlai con una sonrisa olvidándose de su rencor anterior.

—Gracias, Rei. Pero no son necesarias tantas atenciones —comentó Iroh algo apenado.

—Claro que sí. Eres mi prometido, ella mi nueva amiga-hermana. Y una quemadura puede ser algo serio si no se trata de forma correcta.

—¿Tú también eres una maestra fuego? —preguntó Amarillys.

—Claro que sí. Pero en lugar de combate cuerpo a cuerpo me especializo en arquería. Vengo de una familia con gran legado en el arte de la arquería. Aunque también adoro hacer arreglos florales y crear adornos de cristal con mis llamas.

—Wow, eso es impresionante —admitió Xiao con la cual terminaron su curación. Notó entonces a Karue volar cerca de Rei que rio y acunó al pequeño pajarito en sus manos, este se acurrucó cómodo entre estas haciendo ver a todos que la chica no era mala persona. Xiao aceptó la palabra del guía espiritual.

—Siempre me han gustado esas cosas. Cuando me case con Iroh quiero dedicarme por completo a hacer arreglos florales e iniciar un negocio propio, aunque no sé cómo podré equilibrarlo con mis nuevos deberes de ser la esposa del próximo Señor del Fuego.

—Ya veo… —musitó la avatar sorprendida y le sonrió sincera—. Tienes mucha iniciativa, te deseo lo mejor.

—¡Gracias! —chilló haciendo que todos saltasen en sus sitios—. Ser adulada por ti es todo un privilegio, un honor…

—No, no, por favor. No digas eso. Por favor, no me trates como alguien importante.

—Oh cielos… qué humilde eres —musitó con grandes ojos brillantes de admiración incomodando a la pelirroja hasta que Enlai intervino.

—Creo que necesitas descansar un poco. Ven, hay un lugar donde creo que podrás relajarte.

—Gra-Gracias Enlai —le sonrió la chica y él tomó su mano para guiarla, cosa que hizo que Iroh se enderezara en su asiento. Quería decir algo pero Xiao ni siquiera lo notó y dejó que Enlai se la llevase a otro lugar, quedándose con Rei que ahora volvía a prenderse de él.

Subieron hasta lo alto de uno de los picos, sentándose en una saliente que les prodigaba de una hermosa visión del ya casi inexistente atardecer y de los alrededores.

—Al fin… paz.

—De verdad lo necesitabas allá abajo —le sonrió Enlai y ella correspondió como pudo su sonrisa—. ¿Estás bien? Luces como si ese dragón te hubiese perseguido con sus llamas. Lo cual fue ayer —Xiao aguantó la risa al recordar esa pequeña parte de su entrenamiento.

—Wow, entonces me veo fatal —tomó aire y lo dejó ir—. Creo que estoy más cansada de lo normal. He ido mejorando mi fuego control pero… no lo sé, algo falta.

—¿Sólo eso? —preguntó arqueando una ceja.

—Bueno… admito que lo de Iroh fue una gran, GRAN sorpresa.

—Oh cielos. ¡LO SÉ! Pensé que yo era el único —exclamó y los dos lanzaron grandes carcajadas.

De alguna manera Iroh se había zafado de su prometida y no tardó mucho en encontrarlos, después de todo, rastrear a una persona era pan comido para él. Y los vio reír a lo alto de la saliente, sintiendo su pecho oprimirse ante esa escena.

—Me siento fatal con ella, no pensé que fuera una fan y no sé cómo tratarla.

—Trátala como siempre haces con los demás. Tu amabilidad es tu mejor arma, eso y tu cocina.

—Pero es la prometida de Iroh y yo… —se mordió un poco la lengua, no quería admitir frente a Enlai sobre los sentimientos que estaba desarrollando por Iroh, no cuando no sabía qué sentía exactamente por él—. Bueno… ya sabes, ¿no crees que es raro? ¿Tú… no te pondrías celoso si tu novio o novia estuviese con otra persona? —Enlai dio un respingo.

—Hey, hey, ¿novio o novia? ¿Por qué eso? Me gustan las chicas, sólo las chicas y nada más que las chicas —Xiao parpadeó confundida por su actitud defensiva.

—Oh, lo siento. No lo decía porque yo pensase que te gusten también los chicos, es que no sé y… Enlai, ¿te ha gustado alguna vez un chico?

—¡¿Qué?! ¡NO! —cruzó sus brazos en negación pero un sonrojo apareció en su rostro.

—Vale, pero por si acaso te digo que no tendría nada de malo. Ya sabes, Amarillys le van las chicas. Que te gusten también los chicos… —la tomó de los hombros y la miró con ojos casi inyectados en sangre.

—Me gustan las chicas… las chi-cas —musitó a lo bajo logrando que Xiao palideciera, ella carraspeó y desvió la mirada.

—V-Vale… ¡Ajum! Pero volviendo al punto…

—Bien, bien, respondiendo a tu pregunta, creo que todo es cosa de la confianza mutua.

—Quieres decir que si tu novia o… —Enlai afiló su mirada un segundo y ella carraspeó—. Tu novia estuviese trabajando con un chico, ¿no te enojarías?

—¿Yo? ¡Pffft! ¡Para nada! ¿Cómo crees?... Ok, vale, me pondría algo celoso, pero es distinto dependiendo la persona. Al final lo que importa es lo que ambos sentimos, ese amor y respeto mutuo. Pienso que el amor es algo que se construye a partir de acciones más que palabras, y eso vuelve fuerte los cimientos de una relación que no puede ser derrumbada por nada ni nadie.

Xiao sonrió a sus palabras y ya que lo pensaba bien, Enlai era quien había estado con ella desde el principio, además de apoyarla incondicionalmente en numerosas ocasiones, incluso antes de que Iroh cambiase.

—Xiao… ¿qué sientes por Iroh? —la pregunta la tomó por sorpresa. Abrió la boca y la cerró antes de decir algo estúpido pensando con cuidado lo que iba a decir.

—Iroh es… un gran amigo. De verdad que lo respeto mucho y admito que empiezo a sentir celos de lo bien que le quedan los huevos estrellados —Enlai sonrió ampliamente.

—Entonces no deberías sentirte rara con esa chica, aunque tratar con otra fan loca…

—Ayuda, por favor —suplicó ella en un suspiro.

—¡Tú tranquila! Sobrevivirás —dijo dándole unas palmaditas en la mano.

Los dos bajaron deslizándose por la montaña y Xiao sentía que al fin podía descansar.

—Gracias, Enlai. Te veo en la cena.

—Claro que sí. Descansa.

La joven sonreía sintiendo que había encontrado algo de serenidad en su corazón, pero todavía sentía esa punzada en su pecho que le molestaba en sobremanera. Quizás sí sólo la ignoraba con el tiempo desaparecería.

Enlai caminó en la dirección contraria con una gran sonrisa que ni siquiera borró cuando fue sujetado de su chaqueta y puesto contra el muro.

—Ya te habías tardado cabeza de mechero. Te sentí kilómetros a la redonda.

—¿Qué crees que estabas haciendo? —Iroh masticó las palabras como si tuviera carbones ardientes en la boca.

—¿Yo? Nada raro, aunque claro, todo puede pasar entre dos personas solteras, sin compromisos, y libres de toda atadura.

—Enlai, te lo advierto…

—¿Tú me adviertes? —se estaba divirtiendo a lo grande, en serio estaba disfrutando el momento—. No creo que seas la persona correcta para advertirme. Después de todo, tú estás fuera del mercado, mi amigo —se quitó su agarre sin problema.

—¡Eso no es…! ¡Lo que hay entre Rei y yo no es…! —balbuceó un poco antes de gruñir frustrado.

—Oh cielo. Estás hecho un lío. Pero no te preocupes demasiado, todos vieron que ella está loca por ti y lo más probable que ya tiene la boda planeada, hasta el vestido que va a usar y seguro que hasta tiene planeada la luna de miel y el nombre de sus futuros hijos—le dio una palmada al hombro notando lo paralizado que estaba ante esa visión de su futuro, ¿dónde había una cámara cuando se le necesitaba?—. Admite la derrota, al final nunca tuviste oportunidad —sabía bien que lo estaba enfureciendo pero nunca volvería a tener una oportunidad así—. Sólo para que lo sepas… ya sabes, si necesitas padrinos en la boda con gusto estaré a tu lado —literalmente lo vio volverse una bola de fuego viviente y con ello se fue riendo tras al fin vencer al mechero andante.

Las puertas de la cocina se abrieron.

—Por favor… déjenme cocinar por hoy —pidió la avatar.

En lugar de sonar como una petición fue más bien un ruego. Y quienes estaban a cargo entendieron que eso era importante para ella, por lo que decidieron darle su espacio para que hiciese lo que deseara. Se puso un delantal, tomó un mazo y un gran pedazo de carne por el hueso y comenzó a golpearlo, a veces más fuerte, otras veces más quedo, dependiendo de sus pensamientos ya que sentía la culpa estrangularla. Sentía algo por Enlai, pero lo que sentía por Iroh se había profundizado al punto en que sentía su corazón dolerle, y no, no estaba sangrando ya había revisado. Era increíble lo que uno podía sentir por alguien y el efecto que eso podría tener en uno. Cuando regresó al equipo mostrando un cambio más positivo, ambos conectaron, pero no tenía idea de cuán profundo lo habían hecho. Y saber que estaba comprometido… tenía ganas de llorar y no era por las cebollas a su lado.

—¡Hola! —Rei apareció de la nada casi haciendo que lanzase el mazo por los aires pero logró atraparlo con ambas manos.

—Hola… ¿q-qué haces aquí?

—Vine a ayudar. La verdad es que adoro cocinar y quiero darle una sorpresa a Iroh. ¿Puedo ayudarte?

—S-Seguro —Rei se puso otro delantal y juntó algunos ingredientes para hacer unos bonitos onigiris—. Vaya, se te dan muy bien.

—Gracias, amo cocinar. Me gusta ver las sonrisas de las personas cuando prueban algo que cocino —Xiao sonrió al entender a lo que se refería—. Xiao, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Adelante.

—Iroh ha estado distinto desde que lo vi, no es que sea malo, al contrario. Pienso que parece más relajado que cuando partió a su misión ya que siempre ha sido una persona bastante rígida —la avatar hizo una mueca recordando al Iroh de antes—. Pero siempre se guarda cosas para él y quiero saber… ¿le ha ido bien?

—Oh… Entiendo —pensó en todas las cosas por las que habían pasado, habían crecido, habían madurado y se habían fortalecido con cada destino, aventura y enemigo—. Cuando lo conocí era demasiado estricto, pero ha aprendido mucho a relajarse y valorar más a las personas a su alrededor. Claro, tiene sus momentos pero… Iroh ha sabido sobrepasar cualquier obstáculo en el camino —Rei sonrió a Xiao con dulzura.

—Ha madurado mucho. Gracias, avatar Xiao por estar con él. Me alegra mucho que Iroh tenga tan buenos amigos —Xiao asintió entendiendo que eso era verdad, era una gran amiga y debía seguir así.

—Claro. Iroh también es un gran amigo —siguió su labor, ahora en sazonar.

—¡Es maravilloso! Aunque me hubiese gustado que les hubiese dicho de mí. Nuestro encuentro hubiese sido más ameno —esa frase creó un pensamiento que se ancló en la cabeza de Xiao.

«Es verdad, ¿por qué rayos no dijo nada y me dejó tener ilusiones? ¿Por qué se comportaba como si quisiera algo conmigo?»

Darse cuenta de ello hizo que sintiera un fuego escalar dentro de ella. Era verdad, habían tenido momentos, y esos momentos eran MOMENTOS que tenía que compartir o hacer con su novia, no con una amiga. De repente estaba enojada, ¡muy enojada! Porque todo eso que sentía ¡era culpa de Iroh que no dijo una sola palabra! ¡Y casi la había convertido en la amante despechada que salía en esas radionovelas que escuchaba su abuela!

Cortó y echó la carne a la sartén elevando su fuego mientras agregaba la salsa, rabiando a más no poder mientras movía la carne. Los cocineros alrededor se alejaron un poco más mientras que Rei estaba fascinada.

—¡Wow! Qué maravilloso control en la cocina. ¡Me encanta! —bendita sea la ignorancia.

Necesitaba pensar, despejar sus pensamientos y poder encontrar una solución al dilema en el que se había metido. Intentó meditar tratando de encontrar la solución en ese atardecer que estaba a punto de desaparecer, sobre su cabeza, Karue se acomodó para tomar una pequeña siesta pero Iroh no podía encontrar la respuesta y lanzó un fuerte suspiro despertando a su espíritu guía.

—Es inútil. No puedo pensar en una solución pero yo soy el único culpable. ¿Quién me manda a enamorarme?

¿Problemas del corazón? —escuchó la grave voz del dragón a sus espaldas, no se dio cuenta que detrás había una de las tantas entradas a sus cavernas.

—Maestro Iryu, lo siento, sólo estaba…

No pasa nada. Igualmente no he podido dormir porque hay un animal chillando por los alrededores.

—¿Un animal chillando? —fue que cayó en cuenta de a quién se refería—. Oh...

Pero dime. ¿Qué es lo que turba tu ser? Quizás pueda ayudarte, tengo experiencia en todo tema otorgada por los años —Iroh lo pensó que era verdad, quizás la sabiduría de un dragón podría ayudarle a encontrar la solución a este dilema.

—Estoy enamorado de Xiao.

Eso ya lo sabía —Iroh iba a preguntarle cómo lo supo pero Iryu continuó—. Tus ojos te delatan, muchacho. Sin embargo, no veo el problema en tu dilema.

—Estoy comprometido.

¿Y? ¿En la nación del fuego ya no permiten tener concubinas?

—¡NO! —gritó claramente ofendido—. El punto es… amo a Xiao, en verdad que sí, pero no quiero lastimar a Rei, mi prometida. Ella me ama, pero yo nunca he podido corresponder a sus sentimientos.

Entiendo. ¿Cuál es el problema? —Iroh sintió un leve tic en su ojo.

—¡Se lo acabo de decir!

Los humanos siempre se complican demasiado —gruño el dragón—. Mira niño, por lo que veo el único problema aquí es que tú mismo te estás haciendo del problema sólo por el miedo de lastimar a una persona. Adivina qué, elijas lo que elijas vas a lastimar a alguien. El punto aquí es que elijas lo correcto para todos.

—¿Y qué es lo correcto?

Piensa en ello. Mentirse a sí mismo es como beber veneno y compartirlo con otros, eventualmente te matará y matará a los que te rodean. Pero la verdad es como saltar a un lago helado en invierno, no será placentero, pero todos podrán seguir con sus vidas después de calentarse.

—Quiere decir que si niego de mis sentimientos me dañaré a mí mismo y todos los demás con el tiempo. Pero si digo la verdad, a pesar del dolor que provoque este pasará —Karue despertó y cantó sobre su cabeza moviendo sus alas como felicitación a que llegara a esa conclusión.

Evitar lastimar a alguien es tan inevitable como los cambios en el cielo, las estaciones o en el mundo. Cada persona debe adaptarse, crecer y enfrentar lo que se venga, incluso nosotros los dragones sabemos que tarde o temprano nuestra existencia no será necesaria, pero mientras tanto, seguiremos aquí.

Con sus pensamientos más claros Iroh se levantó del suelo e hizo la debida reverencia al dragón.

—Gracias maestro. Ha sido de gran ayuda —Iryu hizo un leve gesto de asentir antes de mirar al horizonte donde el sol se había ocultado ya dejando paso a la oscuridad iluminada por los astros. Dejó que se marchara y cuando este alcanzó cierta distancia...

Tu familia es un verdadero incordio —gruñó y una risa grave pero agradable se escuchó a su lado.

La juventud necesita guía, querido amigo. Y me alegra mucho ver que él ya sabe qué camino elegir —dijo el espíritu que acarició su larga barba y sonreía sin ser notado por nadie más que por el dragón.

La hora de la cena llegó y todos se sentaron alrededor de una gran mesa, admirando los platos hechos por los cocineros y por ambas chicas que demostraron sus habilidades en la cocina. No muy lejos hasta Mu comía una gran cesta de pasto.

En ese momento, Esthen se levantó de su tatami con una copa en mano.

—Este día es especial ya que se nos ha informado que el día de mañana los discípulos de los dragones realizarán la última prueba. Y después de ello emprenderán su camino hacia un nuevo destino donde pondrán a prueba lo aprendido —el grupo entendía bien lo que quería decir, nuevos retos iban a aparecer y debían ser fuertes—. Por favor, disfruten de este banquete que fue hecho con la ayuda de nuestras invitadas.

—Me gustaría decir algo —dijo Xiao levantando su mano para pedir permiso y Esthen se lo permitió con una sonrisa. La avatar se levantó y por un segundo miró en dirección a Iroh y Rei, a pesar de sentir un nudo en el estómago sonrió—. En primera, agradezco mucho su hospitalidad para con todos nosotros, ha sido todo un honor aprender de ustedes. Y también, quisiera dar un brindis por los nuevos amigos y la futura felicidad de uno de mis amigos —dirigió su copa hacia la pareja—. Les deseo de todo corazón gran prosperidad en su camino y una feliz vida juntos.

—¡Aww!~ —Rei se conmovió ante sus palabras pero Iroh se quedó frío—. ¿La escuchaste, mi pandita?

—Sí, lo hice —se levantó de la mesa y caminó en dirección a Xiao que pareció sorprendida—. Tenemos que hablar —sin darle oportunidad de decir algo se la llevó fuera del comedor.

—¡Iroh! ¡Desde ahora tienes que hacer que prometa ser la madrina! —le gritó Rei sin darse cuenta de la tensión entre esos dos. Amarillys pareció confundida.

—¿Estarán bien? —sin embargo, Enlai no respondió y bebió un poco de su copa.

—Dales unos minutos. No pueden hacer ninguna locura con cidra de ciruela —dijo señalando sus copas.

Siguieron caminando, ninguno de los dos decía palabra alguna, Xiao se sentía incómoda, Iroh en cambio sentía que iba a escupir fuego en cualquier momento. Ya lejos de todo, Iroh la soltó.

—Tenemos que hablar.

—No entiendo de qué.

—Xiao, lo que tengo con Rei es algo que fue arreglado por mi familia. No la amo.

—¿En serio? Porque ella está loca por ti, ha de ser por algo —dijo cruzándose de brazos.

—Pero yo siempre la he visto como una hermanita, además, ya tengo a alguien que me gusta —Xiao se enderezó en su sitio.

—¡¿Tienes otra novia?! —gritó señalándole acusadora.

—¿Qué? ¡NO! —negó de inmediato y aspiró antes de poder soltar lo que tenía dentro—. Xiao… eres tú. Tú eres la chica de la que estoy enamorado.

Xiao sintió su corazón detenerse por un segundo y después latir con fuerza en su pecho. Lo miró con sorpresa pero después de eso bajó la cabeza y llevó sus manos a su rostro.

—No… no puede ser. ¡No puedes hacerme esto! —le gritó resentida—. No puedes decirme que te gusto ¡cuando tienes prometida! ¡A-A-Además no sabes si yo gusto de ti!

—Tienes razón, no es justo. Pero estoy seguro que sientes algo.

—Wow… ¡WOW! Si Enlai estuviera aquí te diría que eres un ¡egocéntrico! —respondió molesta.

—¡Entonces dime en mi cara que me miras sólo como un amigo! —la cara de la joven se volvió completamente roja y apretando los puños abrió la boca.

—¡T-T-Te veo como un amigo! ¡Un buen amigo! —aquello fue como si atravesaran a Iroh con una flecha pero no parecía dispuesto a rendirse.

—Ahora dilo sin tartamudear.

—¡Eres un cretino! —se dio la vuelta para irse pero Iroh la tomó de la mano, más decidido que nunca.

—Lo que siento por ti es verdadero. Y voy a hacer lo correcto por todos cuando lleguemos a la Nación del Fuego.

—¿Q-Qué quieres decir con eso? —se volvió a él confundida y Iroh la soltó para acortar la distancia entre ambos.

—Ya lo sabrás. Así que por favor no desestimes mis sentimientos.

—¿Cómo? —musitó incrédula viendo con la luz de la luna un ligero sonrojo en sus mejillas antes de que él pasara a su lado. Se quedó quieta en su sitio, sin saber qué hacer, qué decir, o qué gritarle y sólo pudo cubrir su rostro pasando por debajo de sus gafas empañadas sus manos sin saber qué hacer. Sin notar que alguien había sido testigo de lo acontecido.

La última prueba estaba frente a sus ojos. Esta vez habían puesto la prueba de la última vez afuera y sobre unas escaleras las cuales debían de subir y llegar hasta el sitio ceremonial. Mardaquesh fue quien habló a los dos jóvenes.

—Esta es su última prueba y los dragones no toleran los fallos. Les deseamos suerte jóvenes guerreros y que puedan ver la verdad detrás del fuego.

Los dos se colocaron en posición, concentrados por completo en la prueba a pesar de lo acontecido entre ambos la noche anterior.

—¡Tú puedes mi pandita rojo! —grito Rei.

—¡Hagan lo mejor! —gritó Amarillys y Enlai con una gran sonrisa gritó.

—¡Ya lo tienen! ¡Esta prueba es suya!

Mardaquesh alzó su mano y la bajó rápido dando por iniciada la carrera. Los dos rápidamente corrieron hacia las escaleras siendo de nuevo atacados por bolas de fuego, pero esta vez cada uno no sólo esquivaron, sino que las bloquearon y llegado al final de esa prueba cada uno usó una bola de fuego para lanzarla al frente quemando así parte del terreno y desactivando las trampas de brea que se encendieron creando torres de fuego. Varios guerreros del sol lanzaron las lianas con rocas y troncos atados y Xiao saltó usando una de estas para moverse como hizo Iroh la primera vez mientras que Iroh usó el método de Xiao impulsándose con fuego en algunas partes en un zigzag. Sus amigos los animaron en todo momento, incluso Enlai dejó que Amarillys le tomara de la chaqueta mientras gritaban ya que él también estaba gritando, incluso Mu berreaba sin parar. Pronto llegaron a donde el mar de fuego aguardaba por ellos, los guerreros del sol alzaron su fuego como una ola y esta cayó sobre de ellos, pero ambos partieron las llamas con su propio fuego sorprendiendo a los presentes y al fin llegaron a las escaleras por las cuales subieron. Sin embargo, uno de los escalones se desprendió y Xiao casi cae de este de no ser por Iroh que la tomó de la mano justo a tiempo. Los dos se miraron a los ojos unos segundos antes de que apretaran el agarre y siguieran su camino hacia arriba hasta llegar a las dos entradas. Ambos miraron a las dos entradas y sin saber más qué hacer. Pero Xiao notó que Iryu observaba todo desde el otro lado de la montaña, le dio un codazo a Iroh que también lo notó. Se quedaron espalda con espalda intentando recuperar aliento y fue que vieron a los dragones salir. Los dos sorprendidos pegaron sus espaldas y vieron a los dos dragones rodearlos.

—¿Qué hay que hacer? —preguntó Xiao entre dientes y Iroh tragó antes de responder.

—Supongo que lo que hemos aprendido —la joven asintió y los dos se pusieron en posición, notando el cambio en el movimiento de los dragones.

Comenzaron a realizar los movimientos aprendidos con firmeza y determinación férrea en cada uno. Al final los dragones parecieron complacidos con cada uno y exhalaron el fuego que se unió alrededor de ellos creando un espectáculo sin igual, viendo en su interior lo que muy pocos habían logrado ver.

—Wow… —exhaló Xiao y Iroh pareció tan fascinado como ella, sin proponérselo ambos se tomaron de las manos hasta que el fuego fue desapareciendo y su agarre se aflojó. Se volvieron hacia los guerreros que habían hecho reverencia a los dragones que regresaron a sus cuevas. Iryu asintió a ambos antes de regresar a su cueva también. Al bajar, sus amigos les recibieron y Amarillys abrazó a su amiga.

—¡Lo hicieron espectacular!

—Viejo, ¡fue una pasada! —Enlai golpeó con fuerza el hombro de Iroh que lo miró un poco resentido, al menos hasta que Rei le abrazó también.

—¡Lo hiciste increíble! Sabía que podías hacerlo.

—Rei, yo… —no pudo seguir hablando, ya que su prometida selló sus labios con los suyos frente a Xiao. Enlai entonces se interpuso en su visión y extendió sus brazos.

—¿Puedo abrazarte también? —ella aceptó extendiendo sus brazos y le abrazó. Enlai entonces susurró.

—Lo hiciste excelente.

—Gracias —se sintió bien en sus brazos, una especie de alivio y paz que de verdad necesitaba. Entonces Enlai se separó de ella y le sonrió ampliamente.

—Cuando lleguemos a la ciudad de la Nación del Fuego, definitivamente debo invitarte a comer algo para celebrar.

—¡Hamburguesas! —gritó ella ansiosa y la sonrisa de Enlai se expandió.

—¡Bien! Y el cabeza de mechero debe servirnos como guía.

—¡¿Y yo por qué?! —gritó molesto Iroh quitándose un poco de encima a Rei.

—Porque soy más guapo que tú. Y porque sólo he visitado el sitio un par de veces y temo que podamos perdernos —respondió apretando a Xiao contra él.

—¡Qué buena idea! ¡Hagamos una cita doble llegando! —chilló Rei emocionada y Enlai sonrió burlón al maestro fuego.

—Me parece genial. Aunque lo siento por Ama, su novia no está.

—Olvídenlo, no deseo ser la quinta rueda, ¡quiero ir a un spa!

Enlai tomó las manos de Xiao mirándola a los ojos y ella se sonrojó un poco sintiendo que podía abrirse más con él. Aunque no pudo evitar comparar su agarre con el de Iroh… igualmente sonrió pero su sonrisa se borró al recordar lo que tendrían que hacer llegando a su destino.

—El Higan-bana seguro nos estará esperando.

—Bien, porque vamos a patearles duro sus traseros —respondió Enlai y el equipo asintió que no tendrían las cosas tan fáciles y que la verdadera misión empezaría cuando pusieran un pie dentro de la Nación del Fuego.

Una nueva vela fue encendida justo antes de que la otra se extinguiera. Sin perturbarse ante la boca repleta de colmillos que estuvo a punto de engullirlo.

—¿Ya terminaste? —le preguntó Borack desde el espacio alto de su celda y Haru lanzó las notas que fueron llevadas por una sombra hacia él.

—Ya casi está listo.

—Bien —sonrió al ver sus notas—. Pero ya sabes lo que pasará si esto no funciona. Perderás todo lo que amas, tus hijos, tu esposa… —Haru frunció el ceño afilando su mirada hacia Borack—. Nuestra líder estará complacida con tu trabajo y cuando todo termine tendrás a tu esposa y a tu hijo de vuelta. Una lástima que no pueda decir lo mismo de tu hija —rio perverso y se fue de allí dejando sólo al investigador.

Ya solo, o al menos sin ese infeliz cerca, tomó la vela y la tira de carne, caminando por el sitio entre los libreros. Sintiendo en cada paso las hojas de papel bajo sus pies. Un ligero movimiento en la vela lo detuvo y lanzó la tira de carne en la dirección de esta. No escuchó nada, la tira de carne cayó al suelo y fue que vio a la sombra dudar en recogerla hasta que al fin lo hizo.

Por primera vez, Haru sonrió a la oscuridad.

…..

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review! Nada de tomatazos! Que Fanfiction no me multe y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!