®Shingeki no Kyojin le pertenece a Hajime Isayama
Lost Media
Petra sintió una especie de cosquilleo en la nuca, sumado a la sensación de que alguien la observaba. Volteó a su izquierda, pero no había nadie mirándola. Al contrario, todos a su alrededor se concentraban en grabar a la actriz de aspecto desaliñado. Hange Zoe, dijo llamarse. Petra volvió su atención a la mujer, que terminaba de narrar su experiencia en sus trabajos más recientes. Petra se despertó del hechizo del que parecía haber sido presa, y se dispuso a hurgar en sus bolsillos en busca de su teléfono para intentar grabar embargo, justo en ese momento le dieron el pase al actor Levi Ackerman, y no queriendo perder ni una sílaba, desistió de grabar y se dispuso a escuchar.
—La huelga de SAG-AFTRA afectó también la industria —respondía el hombre a una pregunta que Petra no escuchó—. Los actores de voz de Estados Unidos pertenecen al sindicato, así que no tienen permitido trabajar en proyectos de doblaje. Así que, los proyectos de acá se vieron retrasados hasta ahora que la huelga finalizó.
—Pero los animes son de Japón, ¿no? —inquirió el entrevistador—. ¿Qué tiene que ver el sindicato estadounidense en esto?
—Nuestro trabajo se basa principalmente en el doblaje inglés, aunque el idioma original sea japonés. Sin doblaje en inglés, no puede haber doblaje en español.
El moderador disparó la siguiente pregunta.
—¿Cree usted que la inteligencia artificial remplazará algún día a los actores de doblaje?
Levi hizo una mueca de disgusto.
—Me temo que en un futuro podría ser así. Pero nunca un sintentizador será capaz de emular las emociones del lenguaje humano. No tiene el alma que se necesita para transmitir aquello que las palabras no pueden.
El público aplaudió. Petra se les unió, muy de acuerdo.
—El doblaje es un arte y una ciencia en sí mismo —intervino Hange—. El arte solo puede venir del alma. De las experiencias vividas, buenas y malas. De aquellos sentimientos con los que nos podemos identificar. Una IA no entiende el sufrimiento, la ira, o el amor. He sido directora de localización por ya 10 años. En realidad no le llamamos traducción, sino localización. El doblaje va más allá de una traducción, o de arreglar unas cuantas palabras para que encajen con la articulación original, es más que eso, es incorporar los modismos y coloquialismos al diálogo. Es garantizar la coherencia de los personajes y que las voces suenen similares a las voces originales, que los personajes puedan conectar con cada público...
Probablemente Hange se hubiera extendido un buen rato más hablando sobre el arte del doblaje de voz, pero ya el moderador —cortesía de Levi— estaba advertido sobre la tendencia de la mujer a entusiasmarse demasiado y hablar por horas de lo que le apasionaba. Gentilmente, de un modo que el público jamás percibió, intervino antes de que la larga charla iniciara.
—¿Cuál sería para ustedes el rol más demandante? ¿Aquel que requirió todas esas virtudes inherentes al alma humana de las que habla? ¿O aquel con el que más se han sentido identificados?
Levi respondió para evitar que Hange se colgara hablando.
—Sin duda alguna, Liam Anler.
Petra se aferró a su silla, y escuchó con atención.
Las luces del escenario le cegaban. Por un momento, dejó de ver al público, a los rostros ansiosos por escucharles, sus cámaras que captaban cada ángulo posible. Por un momento, las luces le recordaron a un lugar muy distinto, más pequeño, e íntimo. Levi se vio transportado al pasado, décadas atrás, a la cabina de radio donde todo comenzó. Se vio a sí mismo como aquel niño pequeño y flacucho que leía de una hoja, a quien le temblaba la mano y tenía que liberar aquella energía balanceando sus pies sobre el taburete.
—Liam era un poco como yo —comenzó a narrar, de vuelta al presente—. Fue sencillo conectar con el personaje, así que supongo que eso es lo que lo hizo tan memorable. Liam Anler era un niño malcriado, un poco maleducado, que nunca conoció a su padre, y que perdió a su madre muy joven —hizo una pausa, como ordenando sus ideas. Todo esto se sentía muy personal—. Cuando Liam se encuentra con Nelka, llevaba algún tiempo mendigando, y durmiendo en las calles. Es Minsha, Nelka y los demás quienes cambian su vida. Obtener el papel de Liam se sintió en cierto modo igual.
El público estaba en completo silencio. Parecía que alguna clase de hechizo se había entretejido sobre el recinto.
—Ese fue tu primer rol, ¿cierto? —intervino el moderador mirando sus notas en una tarjeta. Aquello agradó a Levi. Le recordaba a los viejos programas de televisión, la única distracción que había tenido en su infancia. Ahora todo el mundo usaba su teléfono. Se sentía un poco robotizado.
—Liam fue el primer papel que tuve. Keith Shadis, el director, me descubrió en un programa de radio y fue hasta allí a conocerme.
—¿Cuántos años tenías?
—Siete.
El público aulló, conmovido. Levi se sintió un poco abrumado.
—¿Siete años? ¡Eso es impresionante! Es como el chiste de cuando llegas a pedir un trabajo—
—Y te piden 10 años de experiencia —remató Hange. Los asistentes rieron—. Creo que mi amigo Levi tenía esa base cubierta.
—No sería el primer actor de doblaje que comenzó tan joven —dijo Levi para desviar la atención de sí mismo.
—Oh cierto —dijo el moderador—. Oí que la voz de Boo de Monsters Inc. la hizo una niña de dos años y que iban detrás de ella, corriendo, con el micrófono.
—Bueno, si de algo podemos estar seguros, es que cuando Levi cumplió 20 ya tenía bastante experiencia —bromeó Hange. El público rió un poco.
—Sí, pero también tuve que capacitarme como todo el mundo. El personaje de Liam fue solo el comienzo.
—Y es en parte por quien estamos aquí —intervino el presentador—. Más adelante hablaremos al respecto. Levi, ¿puedes decirnos cómo fue ese primer trabajo?
Levi asintió y comenzó a narrar su historia.
Petra escuchó con atención cada palabra. Ya había oído un poco del asunto en la transmisión en vivo, pero ahora tomaba nota mental de cada detalle nuevo que surgía. Descubrió que aquel trabajo había ayudado a su familia en un momento difícil, que al igual que el entrañable Liam, el actor había tenido una madre enferma, aunque a diferencia del personaje, la suya se había recuperado. También aprendió que Levi había mostrado un talento nato para el trabajo, que se le daba bien hacer voces, y no tardó mucho en dominar el acento neutro, y que ahora no solo hacía voces, también estaba dirigiendo varios proyectos, entre esos, algunos animes que ella había disfrutado.
—Entonces, ¿dirías que Liam ha sido el rol más memorable para ti? —preguntó el moderador ya para concluir.
—Es un papel que nunca olvidaré.
—Si tuvieras la oportunidad de interpretar de nuevo a Liam, ¿lo harías?
—Me temo que ya no tengo la capacidad vocal para interpretar niños. Tal vez, en su lugar, podría hacer a Minsha.
Una foto de Minsha inundó la pantalla. Las chicas silbaron en respuesta, y Petra sintió un sonrojo subirle por el rostro al recordar lo mucho que le gustaba Minsha cuando era niña. En su defensa, le seguía pareciendo apuesto.
—Yo podría hacer a Liam —aportó Hange. Petra la observó incrédula. Hange cambió su voz al volver a hablar—: ¡Es hora de patear traseros apestosos! —volvió a su tono normal—. Esa era tu frase favorita, ¿no?
El atisbo de una sonrisa asomó al rostro de Levi. Confirmación suficiente.
—Pues bueno —intervino la otra moderadora—, hablando del travieso Liam y la Ciudad de Oro, recuerden que al final rifaremos la colección de VHS de la Ciudad de Oro, ¡así que si no se vayan!
Como si fuera una estatua, Petra se enderezó en su silla, como si así quizá, aumentaran sus posibilidades de ganar.
Cruzó los dedos porque así fuera.
—Fanfiction, 2 de octubre de 2024
