Capítulo 4 - Trato

Primero les mostró su propio recuerdo del momento en que vio a Charlie en el cielo, aunque evitó mostrar su rostro. Después cuando Sera le pidió a Adán que hiciera todo lo posible para que la propuesta de Charlie frente al consejo fracasara, luego les mostró la reunión completa con el consejo celestial, evitando nuevamente el rostro del Charlie, los miembros de la Corte, sus hermanos estaban enfadados en este punto.

-Poco tiempo después de la reunión baje al infierno para investigar de qué se trataban estos dichosos exterminios, no quise molestar a Lucifer con eso y él tampoco sabía que estaba ahí-

-Eso es muy irresponsable de tu parte hermana- habló Gabriel algo molesto, tomó uno de sus mechones rubio extremadamente claro y largo antes de enfatizar- ¡Y si te hubiera pasado algo! nadie hubiese sabido que estabas ahí-

-Enserio Gabriel ¿Tan débil crees que soy?- el aludido buscó con sus ojos grises ayuda en sus hermanos, esta vez no la encontró, no porque no apoyaran su punto, simplemente no querían enfrascarse ahora en esa discusión -Como sea, busque información en los medios de comunicación locales, obtuve vídeos de exterminios anteriores y registros de la prensa escrita digitalizada de diferentes años- con otro chasquido hizo aparecer una tableta digital frente a Joel -Ahí pueden revisar todos los vídeos que pude rescatar y leer lo que les mencioné- Esta vez revisaron el contenido de dos o tres a la vez. Indignación, enfado, repugnancia era lo que sus ojos mostraban -Después de recopilar esa información fui hasta el hotel de esta chica, y fui testigo de que varios demonios voluntariamente se ofrecieron a defender su sueño… Me uní a ellos, oculté mi halo y como no suelo exponer mis alas, tampoco mi corona, nunca sospecharon mi verdadera naturaleza… Lucifer tampoco estuvo presente en todo el tiempo que estuve ahí, de hecho note que su presencia se limitaba a su castillo únicamente -Lo miro de reojo- Fui testigo directo en el día del exterminio, no ataque a nadie debo aclarar, sólo me defendí sutilmente cuando me atacaron con sus armas angelicales las exorcistas, aunque claro, sus armas no me habrían lastimado en absoluto- Miró a su hermano de reojo, este asintió y les mostró su recuerdo completo está vez. Sin ocultar la identidad de Charlie, ni lo cruel que fue Adán con ella, tampoco omitió el actuar de Lucifer (y mucho menos su divertida frase cuando vio a Adán, sus hermanos se taparon la boca para sofocar la risa, su hermano caído aún no entendía qué estaba mal en esa frase que le dijo a Adán) y enfatizó en las estúpidas palabras de Adán antes de ser apuñalado por Nifty, su rostro si lo oculto.

-Como pudieron ver miembros de la Corte y del Consejo- Habló esta vez el rey del infierno, más confiado y tranquilo- Sólo intervine porque Adán mató a un nacido del infierno, mi querido Dazzle, guardián de mi única hija… Charlie…- era difícil descifrar las expresiones de sus hermanos fuera de la sorpresa por aquella revelación, él seguía siendo su hermano menor a pesar de todo- la princesa del infierno y mi única heredera… a quién Adán amenazó abiertamente en la reunión que tuvo aquí en el cielo, la atacó brutalmente con claras intenciones de matarla, sólo por pensar diferente y defender su idea, su sueño-

-¡Tu hija es sólo una alborotadora que no sabe lo que dice!- Exclamó Sera- Redimir a los pecadores es una idea improbable, que alborota y desordena el Cielo-

-¡¿Pero de qué hablas Sera!?- Preguntó el padre, tratando de no exaltarse

-Nunca ha sucedido algo así, la redención es sólo una pérdida de tiempo y esfuerzo- La Serafin dio por terminado el tema.

Salael sonrió y la miró directamente -¿Enserio Sera?- con un chasquido de sus dedos apareció a su lado un extraño ángel sin alas y parecido a una serpiente -déjenme presentarles a Sir Pentius, el primer demonio redimido- todos abrieron sus bocas por la sorpresa, excepto Sera quien apretó sus labios con indignación -Espero que hayan retenido su imagen en mis recuerdos ya que interactúe con de él en mi visita al infierno… Él vivió en el hotel de mi sobrina y se sacrificó para salvar a sus amados amigos… Estaba oculto en un cuarto alejado en el palacio de Sera- Sir Pentius solo los miraba a todos, había conocido a la menor en el infierno como Sally y cuando la vio hace un par de días, ella se presentó correctamente y le explico que algo como esto podría pasar en algún momento, entonces lo trasladaría como prueba, él estuvo de acuerdo -En todos estos años de exterminio indiscriminado, ¿cuántos pecadores se hubiesen redimido si se les hubiese dado la oportunidad? y aunque no hubiese sido así, el hecho de creer en que podían ser mejores, podría cambiar las cosas en el infierno y hacerlo mejor- declaró -Es cierto que los pecadores están ahí por que en vida no hicieron las cosas del todo bien según nuestras propias leyes y reglas, fallaron en diferentes niveles, pero matarlos cruelmente sin darles una oportunidad no nos hace mejores- observó a cada uno de sus hermanos directamente a los ojos -¿Cómo podemos gobernar así?, ¿Creer que somos mejores? si permitimos estas cosas y no buscamos una solución. Si el verdadero fin de que estén ahí es morir una vez más, yo me ofrezco para acabar con sus almas para así evitar que vayan al infierno, después de que Azrael los recoja y sean juzgados, pero encuentro extremadamente cruel dejar que "vivan" eso… la incertidumbre de ser exterminados- tras sus palabras hubieron varios minutos de silencio reflexivo. Con un chasquido hizo desaparecer a Sir Pentius, no correspondía que presenciara el resto del "juicio" y no quería exponerlo más de la cuenta.

Finalmente Joel rompió el silencio- Todos deben salir y regresar en 45 minutos, la Corte Celestial deliberara sobre este asunto en privado-

-Sí mi señor- Sera se reverencio y voló hasta la salida, seguida por todo su concejo.

-Como ordenes hermano- También se reverencio la menor, el rey del infierno la imito- Nos vemos en 45 minutos entonces- Antes de recibir respuesta o cualquier instrucción giró su mano y se transporto junto a Lucifer a su habitación en el castillo de su padre.

Lucifer quedó atónito al reconocer el lugar, estaba en lo que fue su hogar alguna vez, su refugio. Muchos años soñó con volver ahí, sólo a un par de metros estaba la que fue su habitación por un poco más de 160 años humanos. Había sido muy joven cuando sucedió lo de Edén, suspiro- ¿Por qué me trajiste aquí?... se van a molestar- ella simplemente lo miró y apoyó su mano izquierda en el hombro derecho.

-Que se jodan, me da igual- él abrió sus ojos sorprendido, le entregó su chaqueta -Ten, me pondré un poleron, así nuestros hermanos y tú estarán más tranquilos, aunque debo admitir que fue muy divertido ver sus caras de espanto y cuando revelaste a esos guardias… sencillamente épico- Se rió un poco, Lucifer gruño suavemente -Puedes preparar un poco de té Lulu, por favor, para que disfrutemos el tiempo en la terraza… en la mesita al lado del ventanal encontrarás lo necesario- no espero respuesta y entró al vestidor.

Lucifer miró a su alrededor, recordando con nostalgia y cariño el lugar. Miguel, Salael y él tienen edades parecidas aunque de hecho ambos (él y ella) con Miguel o Mike (Maika) sólo se llevan por un poco más de una decada, lo que es nada. Entre Salael y él (Samael) sólo hay cerca de 12 o 13 horas de diferencia, por ese motivo a su padre le pareció divertido que sus nombres fueran similares, eran casi gemelos.

Avanzó hasta la mesa indicada y comenzó a preparar el té, eligió uno negro con suaves toques florales, abrió el ventanal que daba a la terraza. Era muy amplio, más grande que el recibidor de la habitación de su hermana, de hecho era la terraza más grande del castillo, en algún punto ella hizo lo que se creía imposible, convenció a su padre para que su terraza fuera incluso más grande que la de él (Dios).

A pesar de las diferentes edades entre sus hermanos, los deberes y la afinidad que sentía su padre por sus hijos, siempre fue justo e imparcial. Todas las habitaciones con sus balcones tenían el mismo tamaño a pesar de estar distribuidos en diferentes pisos u orientaciones. Pero ella consiguió poco tiempo de que les permitieran cambiarse a sus propias habitaciones para que su terraza fuera la más amplia, si bien no presenció el momento en que ella lo pidió si la cara de derrota de su padre sonrió al recordarla.

Miro el recibidor con más detalle y noto una pintura que detuvo su corazón, era su familia, estaban absolutamente todos, pero mucho más jóvenes de hecho los tres menores parecían tener 5 - algo parecido, estaban felices. Debajo de ese cuadro en una mesita estaba su antiguo sombrero en una caja de cristal, se acercó sin pensarlo, distribuidos alrededor estaban sus primeros patitos hechos por él, aunque de madera, con la forma de su familia angelical. Unas lágrimas rodaron por sus mejillas por la oleada de recuerdos que llegaron de esa época, sintió un abrazo frío por la espalda, era su hermana- también extraño esa época- lágrimas de ella empaparon su hombro.

Sin mirarla acaricio su cabello -yo también… lamento haber jodido a nuestra familia-

Ella negó -no fue tu culpa… nunca vuelvas a pensar o decir que fue tu culpa- habló suavemente. Lo tomó de las manos para guiarlo afuera, se sentaron en un amplio y cómodo sofá de exterior que se balanceaba, con un sutil movimiento de manos el rey del infierno transportó ambos tés hasta sus manos y le entregó uno a ella.

-Rico- Ella le sonrió y subió los pies al sofá, apoyó su cabeza en el hombro de su hermano -No quiero que te vayas Lulu- declaró -Es egoísta de mi parte, pero… amo pasar el tiempo contigo, aunque sea solo estar sentados, no sabes cuanto te extraño-

-Eso es imposible- le acarició el cabello con su mano libre -yo también te extraño hermanita y antes de que digas cualquier cosa… No me gusta que bajes… ese no es un lugar apropiado para ti- ella bufó.

-Lo sé, pero seguiré bajando para verte, ese fue el acuerdo al que llegamos la última vez… cuando te vi… en ese estado- se sentó recta -me asuste mucho hermano, cuando te vi en el suelo rodeado de tanta sangre, pensé que te había perdido… yo no quiero perderte-
-Lo sé… y lo lamento… Te dije que no lo volvería a hacer y no lo he hecho, aunque no nos leamos la suerte entre gitanos… tú también lo has hecho- le rozó su antebrazo derecho provocando que ella se estremeciera levemente.

-yo… no te confundas… nunca he quedado como tú de todas formas- bajo la mirada avergonzada- sólo han sido cortes superficiales- susurro.

-Nunca perdonaré a Adán por lo que te hizo-
Ella lo miró con tristeza -lo que trato y evitaste-

-Evite lo peor, pero aún así, eso te marco y desencadenó todo tu problema-
-Prometiste no hablar de ello… y tampoco quiero hablar ahora de eso… mucho menos aquí-
-No sabes cuanto me arrepiento- prosiguió, sentía su enfado en cada vena de su cuerpo, evitaba con dificultad transformarse en su versión demoníaca- Nunca debí hacerte caso, debí golpearlo en Edén, se lo merecía… Debí decirle a Padre lo que sucedió o al menos a Joel… y el muy jodido hijo de puta llego al cielo después de todo-

-Tranquilo Lu… todo ya está en el pasado y nada puede cambiar eso- tomó sus manos -Es imposible saber qué hubiese pasado y ciertamente a estas alturas no vale la pena-

Su hermano suspiro -Es inevitable que a veces lo piense, nunca es tarde para hablarlo- ella miró en otra dirección -Por cierto…- la miró de reojo -prometiste darme algo a cambio de mi silencio-

-¿Estás hablando en serio?- el asintió- bien… has cumplido con tu palabra… y sé que eso fue difícil… ¿Qué es lo que deseas?-

Él sonrió de forma extraña -Deseo que en el futuro soluciones mi problema- extendió la mano brillante en dorado -por mi silencio de más de 10.000 años y el resto de la eternidad yo Lucifer Morningstar Rey del infierno, te pido a ti Salael Nightstar princesa del cielo- la miró fijamente a los ojos sin pestañear -que en el futuro cuando esté cansado de toda esta mierda… me liberes de mi agonía y atravieses mi corazón con esa alabarda tuya que no te gusta enseñar- ella abrió los ojos desmesuradamente -tu arma es la única que puede destruirnos realmente sólo con atravesarnos, sé que si lo haces simplemente me desintegraré- ella lo miró con duda, acercó su mano también brillante y la tomó firmemente.

-Yo Salael Nightstar princesa del cielo, prometo hacerlo cuando me lo pidas… pero… no debes volver a lastimarte … y cuando ocurra me iré contigo, mi alabarda acabará con ambos- Lucifer quiso soltar su mano, eso no lo deseaba, su hermana no debería involucrarse hasta ese punto -Nacimos prácticamente juntos y y dejaremos de existir juntos, hermano. Aquí se cierra nuestro trato- Una resplandeciente luz cegadora blanca emergió de sus manos unidas, y se extendió posiblemente por todo el reino celestial, un bizarro trato Santo se había sellado.

Antes de que pudieran discutir cualquier cosa sobre lo que acababan de hacer, notaron un par de sombras sobre ellos, se petrificaron en el lugar, aún con las manos unidas. "mierda" pensaron ambos, al reconocer la presencia de quienes estaban a sus espaldas.