Capítulo 10: Reuniones en el cielo, parte 1

-Bien hijos míos- comenzó a decir el padre creador, sentado en la cabecera de la mesa -hay cosas que debemos discutir- junto sus manos y apoyó su mentón en ellas -como ya deben saber, Samael ha regresado al infierno-

Su hija menor sintió el impulso de corregirlo, ya que su hermano ahora es Lucifer, pero podría tomarse como insolencia corregirlo, de seguro habían formas más sutiles de que lo captará sin el riesgo de ser ¿regañada?, suspiro y fijó su mirada en Miguel que estaba en diagonal a ella, su estoico hermano se veía nervioso, era inevitable sentir cierta satisfacción por su estado. Fue cuestión de tiempo para que su hermano la notara y le devolviera una mirada de disgusto, provocando que ella le regalara una hermosa sonrisa burlesca.

-¡Miguel!- el aludido se sobresaltó -Te estoy hablando- su padre arrastró las palabras molesto.

El rubio trago saliva "Es culpa de Salael que no estuviera prestando atención" pensó con amargura tras ser regañado, le dio una última mirada de indignación y ella le lanzó un sutil beso, la provocación estaba funcionando, iba a decirle algo pero sintió el aura molesta de su padre, así que se concentró -Lo… lo siento padre- se disculpó nervioso y apenado.

Su padre lo miró con el ceño fruncido antes de continuar -Te preguntaba qué hacían ¡las exorcistas en el infierno!- estaba molesto, muy molesto -Se supone que estaban bajo ¡TÚ, cuidado! así que dime… ¡¿Qué ocurrió?!- preguntó finalmente con la mirada fija en él, una ceja levantada y los brazos cruzados.

-Yoooo- no sabía qué responder, se había comprometido a hacerse cargo de ellas pero no les prestó importancia en realidad, sin embargo, responder eso seria su ¿fin? -Lo siento padre- bajó la cabeza -Ciertamente, no imaginé que podría ocurrir algo así y no tomé los resguardos necesarios. No volverá a ocurrir y me encargaré de que sean castigadas por lo que hicieron-

Su hermana se tapó la boca para no explotar de la risa ante esa declaración "piensa en algo triste, piensa en algo triste" se dijo. Joel, Azrael y Leroy se miraron entre ellos con cargo de conciencia, les habían comentado a sus hermanos que las exorcistas habían bajado pero no lo que había ocurrido, ya que en estricto rigor ellos no lo sabían, no deberían haber bajado y no le preguntaron a su hermana que ocurrió, lamentaron que su hermano haya asumido que habían regresado.

Su padre lo miró fijamente irritado, golpeó la mesa con ambas provocando que sus hijos se sobresaltaran, sin excepción -¡¿Ni siquiera sabes cuál fue su destino?!-

El guerrero estaba en shock "destino" pensó, sus hermanos le habían avisado hace poco sobre el incidente y él ni siquiera había averiguado lo ocurrido o si estaban en el cielo, grave error -Lo siento padre- volvió a disculparse, pero está vez con un tono más suave y asustado.

-¡¿Sólo esa frase sabes decir?!- hace mucho tiempo que no lo veían tan molesto, y ciertamente a Miguel tampoco lo habían visto tan asustado, de los tres menores él siempre se portó bien y siguió las reglas, rara vez se había metido en problemas. Sin considerar los regaños que solía recibir de pequeño por apartar y no comer sus verduras, pero de eso habían pasado miles de años, fue antes de Eden.

La tensión en la sala de reuniones era casi palpable y asfixiante, sus hermanos mayores querían ayudarlo pero no sabían como y sin un argumento, posiblemente aunque lo tuviesen corrían el riesgo de entrar en el radar de aumentar la irá de su padre. Su hermana menor suspiro con cansancio "no llegaremos a nada así" pensó, observó a su hermano "esto ya no es divertido" -Padre- lo mencionó con tranquilidad y algo de aburrimiento, todos se voltearon a verla con preocupación -Comprendo tu enojo- comenzó a decir con suavidad eligiendo las palabras con cuidado, en momentos así hasta ella corría cierto riesgo si se equivocaba -Sin lugar a dudas fue impensado el actuar de las exorcistas… ¿Quién podría llegar a imaginar tal descaro?- su padre la miró entrecerrando los ojos, calmando un poco su enojo -Ciertamente, no había forma de saberlo o esperar que humanos que lograron llegar al cielo cometieran un acto como ese por cuenta propia- Miguel la miraba entre agradecido y atónito por la defensa -Además, la única que sabe el destino de ellas soy yo y no he tenido la oportunidad de hablar con mis hermanos de eso- le dio una sutil mirada de complicidad -Creí que eso lo hablaríamos aquí, no me corresponde divulgar tus órdenes sin autorización, Papá- terminó su discurso con esa palabra especial, una dulce mirada, el tono que sabía que su progenitor no resistía y provocaba que de cierta forma terminará haciendo lo que pedía.

Él fijó su mirada en ella, abrió su boca para hablar, incluso la movió sin decir nada, finalmente la cerró por un momento. Su hija lo había logrado nuevamente, ella hasta cierto punto es su debilidad, ella lo sabe y lo usa en su contra. Ya estaba totalmente calmado, todas las palabras con enojo, amenazas y castigos que había querido decir desaparecieron -Se más cuidadoso en el futuro hijo- dijo finalmente derrotado y desviando un poco la mirada, levemente avergonzado -Mañana debes disculparte por lo ocurrido con tu hermano-

-Sí padre- Se apresuró a decir su hijo, agradecido de que todo acabara.

La menor estaba satisfecha, no había perdido el toque, eso era bueno, para felicitarse hizo aparecer un pote con sus uvas favoritas y comenzó a comerlas de a una.

-Padre- lo llamó Gabriel que estaba sentado entre Joel y Miguel -Disculpa la pregunta, pero… ¿Qué sucedió con las exorcistas?-

-La insurrección sólo tiene un destino, Gabriel… La inexistencia- Respondió su padre serio.

-Inexistencia- repitió Rafael sin pensarlo -¿Qué significa eso?-

Su hermana que estaba al frente parpadeo varias veces mirando la uva entre sus dedos "Es cierto, mis hermanos nunca han oído a padre hablar de ello, mucho menos como un castigo" reflexionó -Salael- la mención de de su nombre la sacó de sus pensamiento y la hizo sobresaltarse, su padre asintió al mirarla, "no puede ser" pensó con fastidio -Inexistencia- repitió aburrida, hizo levitar tres uvas y con su magia dos de ellas explotaron, pero al hacerlo la pulpa no se esparció simplemente se desvaneció, mientras que la tercera paso de sólida a gaseosa para desvanecerse igualmente -Según el principio de conservación de la masa o ley de Lavoisier: La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Sin embargo, somos seres celestiales y así cómo algunos pueden crear de la nada la materia yo simplemente puedo destruir esa materia, lo que es la inexistencia porque cada partícula deja de existir- explicó aburrida tomando otra uva, observó directamente a su hermano a los ojos, esto no le gustaba, pero si su padre quería dar pistas y comenzar a revelar su rol quién era ella para oponerse -En pocas palabras, yo me encargué de ellas e hice que la materia y su alma desaparecieran… como esta uva- la uva de su mano simplemente se desvaneció.

Rafael estaba atónito, no conocía esa habilidad de su hermana y ciertamente no era el único.

-Así es- apoyo su padre con un tono de orgullo -Le pedí a Salael que se encargará de ellas, el odio que ellas sentían por Samael, su hija y por los pecadores era irreversible y ciertamente aunque hubieran vuelto tarde o temprano tratarian de hacer lo mismo o incluso unir a más a su causa. Evitar un conflicto mayor en el futuro era necesario- Les explico- Dejando eso de lado, hay otros punto que debemos tratar, el primero de ellos son los cargos que asignaron tras el juicio de hoy-

-Sí padre… Gabriel estará a cargo del cielo, reemplazando a Sera y Salael reemplazará a Adan como nuestra embajadora en el infierno- Respondió Joel que estaba sentado a su derecha.

-Gabriel ya tiene una función muy importante como mensajero aquí, sobre todo prestandote ayuda hijo- comenzó a decir su padre -No quiero que se sobre exija, o abandone la función que le he otorgado-

-No te preocupes padre, sólo será por un tiempo- respondió su primogénito.

-Así es padre- apoyó Gabriel -Sólo será mientras la Serafin menor, Emily, está lista para asumir el cargo de Serafín mayor y administrar el cielo de los humanos. Hoy hablamos con ella y ciertamente es inocente de las transgresiones de Sera, así que me ayudará mientras tanto. Pero de todas formas ya no nos podemos confiar del todo, así que aunque en el futuro pase la responsabilidad a ella siempre estaré supervisando-

-Me parece muy bien, no podemos dejar que actúen a nuestras espaldas de nuevo y que abusen de nuestra confianza- apoyo su padre satisfecho por la resolución de sus hijos, le indico a Joel que se acercara para hablarle al oído -Hijo mío, ¿Estás seguro de que tu hermana sea nuestra embajadora en el infierno? ¿No es algo peligroso?- Le susurro tapando su boca.

Su hijo parpadeo un par de veces desconcertado, si bien esa había sido una preocupación por parte de él y sus hermanos, después de ver una parte del poder de ella, claramente nada en el infierno podría dañarla y ciertamente su hermano menor, quién podría ser su único rival jamás lo haría -Padre, dudo mucho que alguien o algo pueda dañarla en el infierno- le susurro como respuesta tapando su boca también para que sus hermanos no pudieran saber de lo que hablaban, su progenitor asintió.

-Salael- mencionó finalmente a su hija, ella lo miró directamente a los ojos con atención -Tú eres nuestra nueva embajadora en el infierno, sin duda, será un cargo permanente a diferencia de Gabriel que lo ocupara mientras está preparada la Serafín- ella asintió -Eso significa que tendrás que coordinarte con Samael y Gabriel en la política de ambos reinos. Además no puedes descuidar tus otras tareas-

"¿Tareas?" Eso desconcertó un poco a sus otros hijos, hasta donde sabían su pequeña hermana no tiene un rol y sólo hace lo que se le plazca, aunque generalmente los ayuda en sus propias labores. Es sabido que va a diferentes partes del mundo humano a aprender idiomas, historia, costumbres y a jugar con sus videojuegos. Aunque esa es posiblemente la razón por la que ha aprendido diferentes idiomas.

-No te preocupes por eso padre, puedo hacer ambas cosas sin problema- Le respondió con una tierna sonrisa.

-Espera, espera, espera- Azrael no pudo con la curiosidad -¿De qué tareas hablan?- miró a su hermana, pero ella miró a su padre. Él había encendido la mecha ahora que se haga cargo.

-Azrael, eso no es asunto tuyo- respondió con simpleza y con eso el tema murió para sus hijos momentáneamente -Hay algo más de lo que debemos hablar- se puso serio -Esto es más delicado y es bueno que su hermano no esté aquí ahora- Joel y Salael cruzaron miradas discretamente -Hace poco se ha revelado una verdad impensada- hizo una pausa -Sera esta involucrada en la caía de Samael-

-¡¿Qué?!- Miguel y Gabriel exclamaron al mismo tiempo levantándose abruptamente de sus asientos.

-¿Cómo es eso posible padre?- preguntó Leliel muy serio, quien estaba sentado frente a Joel, a la izquierda de su padre.

-Esa arpía- murmuró Azrael molesto, sentado junto a su gemelo.

Cada uno comenzó a expresar lo que pensaba, sin saber aún los detalles. La sala de reuniones se llenó de murmullos inentendibles -Es suficiente hijos míos, presten atención- Guardaron silencio y fijaron sus miradas con ceños fruncidos en él. Saco de su chaqueta la caja plateada que le había entregado su hija, desconocía el contenido pero la abrió sin preguntarle.

Al principio no ocurrió nada, luego se escuchó una voz familiar proveniente de ella. La caja emitió una poderosa luz blanca que los envolvía, era fría, poco a poco dejaron de sentirse a sí mismos. Todo era blanco y sus cuerpos no los podían sentir. La voz que habían escuchado antes era más clara y nuevas imágenes estaban ante ellos…

En una oficina pulcramente ordenada y luminosa estaba el padre creador del pasado de pie junto a un pequeño Samael evidentemente nervioso, era brillante y cálido, reconfortaba los corazones y el alma…

-Sera- Mencionó seriamente.

No podían verla, pero podían sentir el respeto que sentía hacia su padre y cierto repudio hacia el más joven "¿Quién es este mocoso? ¿Cómo se atreve a estar tan cerca del creador", envidia era lo que sentía a pesar de que la sola presencia del pequeño desconocido reconfortaba su alma -¿Si mi señor?- pregunto.

-El día de hoy te presentaré a mi hijo menor… Samael Morningstar, mi pequeña estrellita- expreso con amor y orgullo.

Sintieron su sorpresa, él era uno de sus hijos, a pesar de su alto estatus sólo había tenido la oportunidad de interactuar con dos de los nueve, Joel y Gabriel, este niño al igual que sus hermanos tenía una corona de hojas doradas entrelazadas, pero con unas cadenas de cristales que caían de ella sobre un sombrero de copa blanco algo similar al del creador, su halo también era similar al de sus hermanos (grande luminoso y con nueve puntas), eso debió darle pistas. Lo analizó por un momento, sin considerar su evidente calidez se veía nervioso, era aparentemente muy joven y deslumbrante. Sin embargo, había algo que no le gustaba -Es un placer conocerlo mi pequeño príncipe-

-¡Oh! Igualmente alta Serafin Sera- respondió con una dulce y cálida voz, acaso en ese niño todo era terriblemente adorable.

El padre le sonrió con orgullo a su pequeño y lo apegó más a él -Mi pequeña estrellita es el primer creador, él me ha ayudado en el avance mi proyecto, muchas cosas que conoces son obra de él- las mejillas del pequeño se tornaron doradas. A Sera no le gustaba el camino que estaba tomando esto -Desde hoy trabajarás junto a él en lo que queda por hacer con Eden- Era definitivo, eso no le gustaba, ella había determinado ya todo y no quería cambios, la incorporación del pequeño príncipe era un problema -Si mi señor- Debía encontrar la forma de cómo detenerlo y convencer al resto de que sus ideas no seas escuchadas o todo se retrasaría y arruinaría…

Saltaron a una serie de escenas donde cada propuesta del menor era rechazada, donde con sutileza y respeto lo callaban, como lo ignoraban a pesar de su mayor rango. El entusiasmo y brillo inicial del más joven se fue apagando y ya no lo intentaba, solo estaba sentado ahí callado con la mirada baja y opaca…

Nuevamente el creador estaba en la misma oficina, pero esta vez solo -Será, hay que resolver el conflicto entre los primeros humanos o no podrán perpetuar su especie, son lo únicos en el jardín que aún no han tenido "frutos"-

-Lo siento mi señor, hablaré con Lilith que parece ser más racional-

-De acuerdo Sera, lo dejare en tu manos- Se acercó un poco más -Necesito algo más de ti-

-Lo que sea mi señor- Expresó con felicidad por ser útil para su creador.

-Asumo que recuerdas a mi pequeña estrella, Samael- La sola mención del menor le causó molestía en su estómago y amargura en su humor.

-Sí mi señor-

-Estupendo, verás… Tengo nueve hijos, tres generaciones, la educación y labores de uno por cada generación están ligadas… Joel, mi hijo mayor es el administrador y encargado de la creación, mi brazo derecho. Gabriel lo ayuda en su administración y es el mensajero. Samael es quien administrara el cielo de los humanos cuando sus almas comiencen a subir en el futuro… Así que necesito que le enseñes todo lo que sabes para que llegado el momento se haga cargo por ti- Ese fue un balde de agua fría, estaba en shock, ese pequeño mocoso la desplazaría y se quedaría con SU trabajo. Con él al mando, seguramente el orden del cielo se destruiría y todo sería caos, debía impedirlo a toda costa, por el equilibrio y bienestar del cielo.