Capítulo 15: Tarde de hermanos.
-Esta es la tienda- Declaró la menor. La tienda infantil era lujosa -Ven… entremos- Tomó la mano de su hermano, para arrastrarlo al interior.
-Se más delicada- se quejó, antes de ingresar notó algo extraño, en la calle todos los ángeles (humanos) que alcanzaba a ver estaban detenidos, mirándolos. "Debe ser porque estamos en pijama" pensó avergonzado.
-¡Hola!- los saludó sonrientemente la trabajadora de la tienda, parpadeo un momento al verlos, los examinó de pies a cabeza -¿Se encuentran bien mis pequeños y dulces angelitos?- rápidamente se agacho hasta la altura de ellos.
La menor leyó el nombre de la trabajadora que traía en su gafete -Hola Katty- saludo con una sonrisa adorable, la ángel era elegante, con rasgos de flamenco y diferentes tonos de rosa en su piel y cabello -Sí, estamos bien… Nuestro padre nos envió a comprar algo de ropa-
-Así es- la apoyó su hermano también con una adorable sonrisa, la joven trabajadora parecía embelesada con ambos -Mi hermana y yo solo necesitamos lo básico… ¿Puedes ayudarnos?-
Katty asintió como si estuviera hipnotizada -Por supuesto mis adorables angelitos… ¿Qué estilo buscan?- se alejó un poco de ellos para mostrarles algunos maniquíes -Quieren algo: casual, clásico, oversize, vintage, deportivo, rockero, hipster, oriental… Lo que necesiten lo tendrán-
Ambos se miraron extrañados por la actitud de la mujer -Buenooo… ambos necesitamos ropa interior… un pijama y un par de conjuntos para el día…Yo prefiero las faldas, polera o polerón y unos zapatos- le respondió la menor.
-Y yo… lo mismo pero en vez de falda unos pantalones largos o cortos, en realidad me da igual-
La trabajadora sonrió -Bien denme unos minutos- los tomó de las manos y los sentó en unos cómodos sofás mientras navegaba entre la ropa tarareando.
-Esto es algo extraño- murmuró el rubio.
-Si, se comporta raro… ¿Deberíamos irnos?- le preguntó en voz baja su hermana.
-Aún no, veamos que tipo de ropa elige primero… se ve que las prendas tienen clase… pero si se sigue comportando extraño nos largamos- ella asintió.
La mujer tardó varios minutos pero finalmente les mostró algunos conjuntos combinados, asumiendo que son mellizos. Ambos suspiraron resignados, en realidad eran lindas, pero no habían imaginado usar ropa combinada, no les importó, en el pasado sí lo habían hecho. Se acercaron para elegir mejor y coordinadamente eligieron los mismos conjuntos sin querer.
-Nos llevaremos eso y un par de gafas de sol-
-y ese bolso- agregó su hermana, él la miró -¿Qué? es lindo y combinable-
-Agregue el bolso por favor-
-¿No crees que es mucho? hermanita- Pregunto al ver que finalmente llevaban 3 conjuntos de ropa para el día, un pijama, 3 pares de zapatos, 4 pack de ropa interior, 6 pares de calcetines para cada uno más dos gafas y el bolso.
-Naah- Ella negó con el dedo -dudo que nuestros hermanos encuentren una solución tan rápido-
-No me digas eso- Ladeo la cabeza y lloro internamente.
-Llevaremos todo eso-
-Por supuesto mis adorables angelitos- la mujer se quedó mirándolos estática por varios minutos antes de comenzar a guardar las cosas en bolsas de papel -Pueden llevarse las cosas sin problemas- se las entregó.
Ambos se miraron extrañados -Gracias, pero tengo una tarjeta para pagar- la menor se la mostró, la mujer parecía decepcionada.
-Para ser sólo ropa de niños parece un monto alto… ¿No crees?- Le preguntó su hermano al ver en la pantalla los precios a medida que los pasaba por el láser.
-Eso no importa, saldrá del fondo familiar- ella pagó sin problemas, una vez que la ropa fue pagada, ambos se cambiaron con un solo movimiento de manos.
Lo que escogieron para usar ese día fue: Bermudas burdeos para él, falda de tul del mismo color para ella, poleras iguales de rayas grises/blanco y un estampado de gato negro con corbata de moño burdeo (él) y una cinta de moño burdeo (ella), cuello redondo para él y en V para ella, manga corta y orejas negras de gato en el gorro, para los pies ambos escogieron unas converse de caña alta (hasta los tobillos) negras. Con su magia hicieron que el resto de las bolsas se trasladará al castillo.
-Sencillamente adorables- Dijo la mujer admirandolos con añoranza.
-¿Eh?Gracias Katy… Debemos irnos- Se despidió el mayor.
-¿Realmente deben hacerlo?- Les pregunto tomando las muñecas de ambos.
La menor se puso nerviosa por el repentino contacto, así que tocó la frente de la mujer y la durmió. Su hermano la miró sorprendido -¡¿Qué?! No me gusta que me toquen los desconocidos-
Al salir ambos notaron que los transeúntes se detuvieron para mirarlos y comenzaban a aglomerarse -Esto si se puso raro- Lucifer estaba extrañado.
-Vayámonos de aquí- ambos desplegaron sus tres pares de alas.
-El castillo está hacia el otro lado-
-Antes de regresar deberíamos ir al zoológico y luego al circo- le propuso su hermana mientras volaban.
-Padre dijo que volvieramos a más tardar después de almuerzo, porque quiere hablar con nosotros-
-Aún es temprano y técnicamente, aunque llegaramos al anochecer seguirá siendo después del almuerzo- ella le sonrió.
-Tú y tus tecnicismos… sabes que no se refería a eso- se cruzó de brazos frente a ella, deteniendo su vuelo.
-¡Oh vamos Lu!… nuestros hermanos encontrarán como regresarnos a la normalidad pronto… quizás no hoy, pero la encontraran… ¿Qué otra oportunidad tenemos de divertirnos?- trato de convencerlo -Te secuestre… ¿Recuerdas?... De todas formas nos regañaran si llegamos ahora o más tarde-
El rey del infierno bufo -Está bien- terminó aceptando, como siempre -vamos al zoológico primero… y dependiendo de la hora, consideraré que me lleves al circo-
-y al parque de diversiones- ella le sonrió, mientras volaba hacia el zoológico.
-No te excedas- la siguió -Por cierto… ¿Sabes de que quiere hablar padre con nosotros? se veía algo molesto- Ella asintió sin responder -¿Qué es?-
-Te lo diré después del circo- le propuso y avanzó más rápido.
-¡Hey!… espera- pero no lo hizo voló sin detenerse hasta llegar a las puertas del zoológico -Debes decirme- le exigió tomándola de los hombros con rudeza.
-Me lastimas- murmuró mirando el piso.
La soltó -Perdón… Pero debes decirme o volveré sin ti-
Ella ladeó la cabeza derrotada -Quiere hablar con nosotros por el trato que hicimos ayer- él se congeló -Posiblemente quiera que lo deshagamos-
-¡¿Qué?!... No podías haberme dicho eso antes- se estaba alterando.
-No quiero tener esa conversación con él hermano… no aún-
Su hermano se desordenó el cabello con frustración -Estamos jodidos… ¿Lo sabes cierto?- Comenzó a caminar en círculos balbuceando cosas inentendibles.
-Quieres calmarte, la gente está comenzando a mirarnos raro- lo detuvo tomando su mano -hablemos mientras recorremos el zoológico-
-De acuerdo- accedió de mala gana. Ella pagó por el acceso, pero esta vez con su propia tarjeta, su hermano lo noto -¿y eso?-
-Al pagar con la tarjeta familiar llega una notificación al celular de nuestro hermano- levantó su dedo índice mientras le explicaba -No quiero darles más pistas de donde estamos… Seguramente enviaron algunos arcángeles para llevarnos de regreso y si queremos seguir recorriendo debemos evitarlos- le explico mientras ingresaban.
Él recibió un mapa del lugar, lo analizó -Ya veo… chica lista… Deberíamos ir al acuario primero- eligió -No estuve involucrado en la creación de esas criaturas y tengo curiosidad-
-¡Perfecto!- Se engancho de su brazo -Si nos llegan a preguntar nuestros nombres, yo soy Sally y tú Samy- él puso cara de fastidio -Sé que prefieres no usarlo, pero las personas nos ven como mellizos y es más tierno si tenemos nombres parecidos-
-Eso es ridículo- Bufó.
-Díselo a padre, desde el inicio nos puso nombres parecidos- se encogió de hombros.
-Cierto… él y su extraño sentido del humor-
Después de caminar unos pocos metros notaron que los ángeles se detenían a mirarlos sin parpadear y otros los seguían de cerca. Sin decir nada desplegaron sus alas y prefirieron volar. Al mirar a la multitud él noto algo, los ángeles (humanos) tenían su único par de alas expuestas y algunos de sus rasgos eran de animales, eso último le recordaba a los pecadores. Sin embargo, los arcángeles y su familia mantenían formas "humanas" constantemente, además su familia (y ellos) ocultaban sus alas si no las necesitaban -¿No crees que nuestras apariencias son sospechosas entre los humanos? posiblemente por eso nos miran tanto-
-No estoy segura de que les importe, hay algunos que sí mantienen formas humanas, pocos en realidad, como los seguidores de Jesús por ejemplo o las exorcistas, yo creo que les da igual en realidad… con respecto a las alas, sí, puede llamarles la atención, en este sector en sí, sólo han visto a las serafines y a Joeh con tres pares… pero qué importa- se encogió de hombros.
-Bien… Si estás segura que no es importante- se encogió de hombros -Mira el acuario- Ambos entraron pero esta vez sin desaparecer sus alas.
Si bien Salael vive en el cielo, en realidad nunca había ido al zoológico, así que estaba tan impresionada como su hermano por la variedad de criaturas -¡Oh, mira ese!- apuntó a un pez payaso -Pez payaso- leyó en la descripción.
-¿Por qué le habrán puesto así?…No parece un payaso- reflexionó su hermano.
-¿Quién sabe?... a veces los humanos son raros… ¡vayamos a ver a los pingüinos!… te encantará- apuntó uno de los letreros y lo arrastró de la mano sin darle opción.
Al llegar ahí su hermano estaba fascinado, los amo inmediatamente, sus apariencias eran adorables.
-¿Quieren alimentarlos pequeños?- Ofreció el cuidador que los observaba atentamente desde que llegaron, ambos aceptaron emocionados. Les puso unos guantes y les entregó algunos pescados -Los pingüinos se ven adorables pero pueden ser peligrosos mis dulces angelitos, así que deben tener cuidado- ambos asintieron, alimentaron a un par de ellos y los acariciaron con delicadeza. La experiencia fue sublime.
-¡Gracias!- Dijeron ambos al mismo tiempo, ya se iban.
-Oh, no se vayan por favor, mis dulces angelitos- Los retuvo tomándoles las muñecas con la mirada perdida.
-Debemos irnos- Lucifer se soltó con algo de dificultad, no quería lastimar al hombre y ayudó a su hermana. Se alejaron rápidamente extrañados pero sin hablar al respecto, recorrieron el resto del acuario admirando a cada criatura hasta que finalmente salieron del lugar.
-¿A dónde deberíamos ir ahora?- Preguntó el mayor extendiendo el mapa.
-Vamos a la granja- apuntó el lugar en el mapa -Ahí deberían haber patos y más animales para tocar y alimentar-
-¿Patos?- agarró la mano de su hermana y voló con ella arrastrándola velozmente. Al descender prácticamente brillaba.
-Controla tu brillo o nos pondrás en evidencia si es que hay algún arcángel cerca- se quejó.
-Perdón, es que me encantan y no veo unos desde hace miles de años- estaba emocionado, entraron al recinto prácticamente corriendo, no tardó en verlos -Ohhh, mira que lindos son-
Su hermana sonrió, estaba segura de que tendría la misma reacción incluso si su apariencia no fuese la de un niño. Camino hasta una máquina para comprar comida para los patos -Ten comida para ellos-
-Gracias- se acercó hasta la orilla y se las lanzó con cuidado, los patos lo rodearon y comenzaron graznar felices.
Mientras su hermano se entretenía con los patos ella se alejó para comprar unos broches para el cabello con un pequeño resorte y un pato en él, sonrió feliz por su compra -Mira Sammy- lo llamó y le mostró lo que consiguió.
-Wooo…- los tomó y se los coloco todos en el cabello -¿Que tal me veo?-
-Genial… jiji… en estos momentos lamento que hayamos dejado los celulares en el castillo-
-No importa, siempre tendremos nuestros recuerdos- la abrazo -Deberíamos seguir recorriendo el zoológico, para que vayamos al siguiente lugar- se estaba emocionando.
Su hermana asintió y recorrieron prácticamente todo el recinto, al salir volaron en dirección al parque de diversiones -El circo está junto al parque de diversiones, podemos ver el horario del circo y ahí decidimos que hacer primero- Le explicó ella.
-Deberíamos comer algo… ya tengo hambre-
-Sí… yo igual- Se acercaron a la boletería del circo -Mira una función está por comenzar, deberíamos ver esta función y luego entramos al parque, ahí podemos comer algo-
-Me parece bien-
-¡Hola! Puede darnos dos entradas por favor- Le pidió Salael a la cajera.
-Por supuesto mis queridos angelitos… Lo que ustedes deseen- respondió la mujer con rasgos de jirafa. La menor pagó las entradas y al ingresar no puedo ignorar que el resto los seguía con la mirada, como hipnotizados.
-Esto es extraño- murmuró su hermano.
-Si muy raro- ella se encogió de hombros -Los humanos son raros-
-¿Esto ya te había pasado?-
-Mmm, no estoy del todo segura en realidad- le resto importancia -Usualmente sólo vengo a comer y son demasiado amables, aunque así debe ser ¿No?...¡Oh mira! Palomitas de maíz… Deme dos porciones grandes por favor-
-Por supuesto mi dulce niña- el vendedor se las entregó y le tomó su mano, ella se asustó y la quitó con más fuerza de la necesaria.
-No te atrevas a tocar a mi hermana- Estaba enojado.
-Tranquilo Samy… No hagas una escena, estamos llamando la atención- Miró a su alrededor, los ángeles se estaban reuniendo y los miraban fijamente.
-Esto no me está gustando Sally… deberíamos regresar-
-Relájate… nada malo puede ocurrir-
Ambos ingresaron y se sentaron en el palco aislado que ella compró, el show fue variado, sin animales por suerte. Hubo magia, payasos, malabares, acrobacias, baile, contorsionismo, de todo un poco.
Al salir del circo ingresaron inmediatamente al parque de diversiones, directamente a comer algo.
Una muchacha de apariencia de araña y colores rosa los atendió -¿Están solos mis pequeños y dulces angelitos?- les pregunto preocupada, ambos se miraron.
-Nuestro padre vendrá por nosotros más tarde- mintió ella "en realidad espero que eso no suceda" se estremeció.
-Supongo que está bien entonces… ¿Qué desean comer?-
Salael analizó un momento y le habló a su hermano en el idioma que sólo su familia conocía, como lo había estado haciendo durante todo el día -Es la hermana de Angel-
-¿Estás bromeando?-
-Claro que no- La muchacha los miraba extrañada, para ella era indescriptible el sonido que hacían al hablar -¿Te llamas Molly? no- le preguntó en Lengua común. Ella asintió sorprendida ya que no llevaba su gafete -Acércate un momento- le pidió.
-Salael… ¿Qué haces?- le preguntó preocupado su hermano en su idioma de origen.
-¿Eres la hermana menor de Anthony?- Preguntó en Italiano.
Ella se sorprendió -¿Cómo lo sabes?- habló en el mismo idioma.
-Sólo lo sé, lo conozco y puedo llevarle un carta de tu parte… Sé que eso lo hará muy feliz-
Las lágrimas no tardaron en aparecer en su rostro y le tomo la mano -Eso lo agradecería mucho… Pero como…-
-No te preocupes por eso… nosotros nos encargaremos- le sonrió -Sólo no debes decirle a nadie sobre esto… ¿De acuerdo?- ella asintió -Con respecto a la comida- habló en el idioma común nuevamente -No puedo comer carne, me hace muy mal, así que quiero una ensalada mixta y un jugo de mango-
-Claro- Molly asintió -¿Que vas a comer tú mi niño adorable?-
-Yo quiero un jugo de frutos rojos, una hamburguesa con queso y papas fritas-
-Les traeré sus comidas enseguida, mis dulces angelitos-
-¡Qué saludable!- Comentó su hermana.
-Al no poder comer carne te has perdido de muchas cosas hermanita- Le respondió -¿Qué fue lo que le dijiste a la muchacha?-
-Ohhh…¿No hablas italiano?- Se burló -Nada de lo que debas preocuparte- fue la respuesta que obtuvo.
-Espero que no nos metas en problemas-
-Querrás decir en ¡más! problemas-
-No es divertido-
Molly no tardó en llevarles la comida, ciertamente no habían notado el hambre que tenían, acabaron con todo en cosas de minutos, al momento de pagar la chica araña se negó. Pero ante la insistencia de ambos hermanos finalmente accedió, antes de irse ella los abrazo a ambos con lágrimas de felicidad en sus ojos.
-Nos vemos mis dulces angelitos-
-¿Por qué todos nos dicen así?-
-Ni idea hermano… ¿A qué lugar quieres ir primero?-
Lucifer se dio cuenta de algo más -Espera… somos niños… niños bajitos… Eso limita nuestras opciones- estaba horrorizado.
-Tienes toda la razón- su hermana puso cara de fastidio -Veamos a qué podemos subir con esta estatura… De todas formas oscurecerá pronto- apuntó al cielo.
-No digas eso- El peso de sus acciones estaba apareciendo, pronto debían volver y aceptar las consecuencias.
Recorrieron el parque y se subieron a todo lo que pudieron, aunque nada muy emocionante en realidad. Sin embargo, sí estuvieron a punto de vomitar en las tacitas que giraban. Aún así fue decepcionante, al terminar a pesar de que podían teletransportarse al castillo decidieron volar hasta ahí, la sensación de inseguridad se hizo presente cuando cruzaron la barrera que divide a ambos sectores y se acercaban al castillo.
