CAP 3

Finalmente había llegado el día en que derrotaría al jefe final de Yggdrazil. La criatura legendaria que pondría fin a Yggdrazil y devoraría los últimos nueve mundos que quedaban.

Durante mucho tiempo, existía una teoría en todos los foros y sitios web de Internet sobre una última mazmorra que nunca pudo ser conquistada. Había todo tipo de seres poderosos en los pisos de la mazmorra, demasiado poderosos para jugadores normales de nivel 100.

Con el paso de los días, la teoría de que algo increíblemente poderoso se ocultaba en el último piso se volvía más creíble. Muchos sospechaban que el jefe final se encontraba allí, y por eso muchos se habían rendido sin siquiera intentarlo.

Se necesitaban más de 150 jugadores para conquistar esa mazmorra, además de derrotar al supuesto jefe final que esperaba en el último piso. Momonga se propuso cazar a esta criatura, aunque estaba seguro de que moriría varias veces. Pero también sabía que tenía posibilidades de ganar. Esta sería la misión más importante de su vida, la misión que convertiría a Ainz Ooal Gown en una leyenda.

Ese día llegó y Momonga llegó hasta el Mundo de Midgard, le tomo algunos minutos llegar a la ubicación y cuando finalmente llegó al lugar, su instinto le decía que la criatura que aguardaba al final de la mazmorra podría ser el Devorador de Mundos, y lo que veía confirmaba sus temores.

Frente a él se erguía una ciudad dorada, pero ahora estaba en ruinas, destruida por completo. La ciudad había sido increíblemente hermosa en su época de gloria, con un estilo medieval realzado por detalles dorados que la hacían resplandecer.

Por todas partes había estatuas esparcidas y destrozadas, representando a los dioses nórdicos, pero ahora profanadas y desfiguradas.

A Momonga le tomó varios minutos examinar todo el lugar, hasta que finalmente encontró una entrada que parecía ser la entrada de una cueva. La forma de la entrada no parecía normal, más bien parecía diseñada para que entraran muchos jugadores a la vez.

Decidió entrar y se encontró con antorchas que iluminaban todo el camino, lo que confirmaba aún más que estaba dentro de una cueva. Sin embargo, su sorpresa fue mayor cuando se topó con algunas pinturas en las paredes.

Momonga: ¿Son pinturas rupestres?

Dijo Momonga mientras miraba cada una de las imágenes detenidamente. En ellas, se veían muchos mundos, todos ellos perdidos en un oscuro vacío. En medio de ese vacío, se erguía una criatura gigantesca. Era claramente un dragón, pero también parecía tener rasgos de una serpiente gigante. Sus garras destrozaban los mundos, mientras sus enormes dientes los devoraban.

Al ver esto, Momonga fácilmente dedujo que el Devorador de Mundos definitivamente residía en lo más profundo de la mazmorra.

Cuando llegó al primer piso se encontró con una puerta, una puerta que contenían en un mensaje que parecía un mensaje del fin de los tiempos.

"Quien cruce este umbral, abandona toda esperanza. Aquí yace el fin de los tiempos, donde la luz se desvanece y la oscuridad devora. Solo aquellos con corazón valiente y espíritu inquebrantable podrán enfrentar a lo que espera. Avanza, si te atreves, y conoce tu destino."

Momonga avanzó hacia el primer piso, sintiéndose bastante paranoico porque nunca había visto algo tan sorpréndete. Apenas entró, se encontró con algo majestuoso: el suelo era un bosque gigante con árboles que parecían alcanzar el cielo. Desde su posición, Momonga podía ver todo tipo de criaturas que corrían libremente por los campos. Sin embargo, en cuanto se dieron cuenta de su presencia, empezaron a retirarse. Habían sido programadas para escapar cuando los jugadores llegaban a este primer piso.

Momonga continuó caminando durante unos minutos, manteniéndose atento a las trampas que supuestamente deberían haber. Sin embargo, pasaron varios minutos y no ocurrió nada.

De repente, los árboles desaparecieron y en su lugar aparecieron diez criaturas. Momonga observó detenidamente a cada una de ellas. Se parecían a elementales, criaturas con la mitad de su cuerpo formado por algún elemento como fuego, agua, y cosas así, mientras que la otra mitad parecía ser de árboles.

Momonga examinó a cada una de ellas. No parecían elementales normales, así que decidió usar uno de sus hechizos.

Momonga: [Statistical clairvoyance].

En su interfaz, aparecieron todas las estadísticas de los elementales, y lo que vio lo dejó muy sorprendido. Los elementales tenían el nivel 100, pero no eran normales. Incluso dos de ellos serían suficientes para derrotar a su amigo, Touch-me. Estas criaturas estaban totalmente fuera de lo común, a pesar de no ser Enemigos Mundiales.

Después de aproximadamente 20 minutos, Momonga logró ganar, aunque le costó un poco. Estos elementales resultaron ser un verdadero problema, especialmente los de fuego, ya que sus hechizos eran la debilidad de Momonga.

A pesar de todo, Momonga logró superar el primer piso de la Mazmorra. Su HP había disminuido casi a la mitad. Como de costumbre, Momonga no avanzó directamente al segundo piso. En cambio, decidió quedarse para recolectar los objetos en el segundo piso y esperar a que su HP se recuperara por completo.

Al llegar el segundo día, Momonga regresó a la mazmorra y descendió al segundo piso. Estaba completamente preparado porque sabía que a medida que bajaba, los guardianes de cada piso se volverían más poderosos. Y no se equivocó, ya que el siguiente piso era impresionante y albergaba criaturas aún más poderosas.

El segundo piso estaba hecho de todo tipo de cristales, grandes como edificios y tan hermosos como las estrellas. Momonga siguió explorando hasta que llegó a una especie de santuario. La construcción era inmensa y tenía una forma circular hecha de cristales. En el centro de ese anillo, había diez tronos hechos de los mismos cristales, que brillaban con la luz del día.

Las 10 criaturas parecían estar en un descanso, pues ninguno estaba reaccionado a Momonga.

Cada uno parecía ser un elemental, cada uno sumamente majestuoso y hermoso. Uno de ellos tenía el color del rubí, otro el color de la esmeralda, y el otro el color del diamante. Los demás también tenían colores que recordaban a otros metales preciosos.

Cómo hizo en el primer piso, Momonga uso [Statistical clairvoyance] y lo que vio lo sorprendió un poco, pues ya estaba preparado.

Cada uno de ellos estaba roto para ser simplemente un NPC guardián, y ni siquiera eran Enemigos Mundiales. Fácilmente, cualquiera de ellos podría ser considerado un mini Boss. Estaban al nivel de su amigo Touch me, incluso podría decir que superaban ligeramente sus estadísticas. Sin embargo, Momonga no creía que pudieran derrotarlo. Después de todo, el poder no lo era todo.

Y lo peor era que había 10 de ellos.

Momonga prácticamente se estaba enfrentando a 10 campeones mundiales, aunque claramente ninguno de ellos tenía las habilidades rotas de los campeones mundiales como "Rompedor Mundial".

Momonga decidió seguir caminando hasta estar completamente cerca y poder despertarlos. Sabía que fácilmente podría derrotar a uno de ellos, pero estaba dudando si realmente podría derrotar a los 10 juntos. Sin embargo, ya no le importaba, porque estaba equipado con Lágrima de Inmortalidad y otros objetos mundiales, y con eso podía revivir indefinidamente.

Luego de casi cerca de 20 minutos de pelea, Momonga había logrado derrotar a estos poderosos elementales, había muerto 2 veces, pero había ganado, e incluso al derrotar a los guardianes logro subir aún más sus estadísticas, exactamente un 5 % sobre todas sus estadísticas generales, también hubo muchas recompensas al derrotar a los elementales pues cuando los había derrotado, cada uno de ellos había hecho aparecer unas cuantas piedras.

Cuando Momonga vio las piedras, se volvió casi loco de emoción. Estas piedras eran extremadamente valiosas y difíciles de conseguir. Momonga sospechaba que con ellas existían grandes posibilidades de crear Piedra Calórica y otros metales de propiedades extraordinarias.

Hace algunos años, en los almacenes de Nazarick, donde se guardaban todo tipo de cristales, ocurrió algo increíble. Había tantos cristales especiales que un día, de repente, desaparecieron y en su lugar aparecieron una piedra roja brillante. Todos los miembros del gremio Ainz Ooal Gown quedaron asombrados, ya que lo que habían creado ese día era un objeto Mundial.

A raíz de eso, muchos de ellos comenzaron a creer que se podrían crear más piedras calóricas, pero la cantidad de cristales prismáticos y cristales de datos eran demasiados, tenían que atacar jugadores, atacar mazmorras, y derrotar a miniBOSSes del juego y hacer esto durante años para poder crear otro, sin embargo, al final no se pudo pues los miembros del gremio ya estaban abandonando el gremio.

Hace mucho tiempo sucedió algo asombroso. Se cuenta que el primer jugador que se convirtió en Enemigo Mundial logró vencer a otro Enemigo Mundial y al hacerlo, fue el primero en conseguir estas piedras llamadas "Égida Estelar". Utilizó esas piedras para crear algo increíble, algo que superaba las armaduras divinas, algo que competía con las armaduras de los campeones mundiales.

Estas mismas piedras estaban delante de Momonga y había varias de ellas. Momonga las recogió de inmediato y las guardó en su dimensión de bolsillo. Por primera vez se sintió feliz, pues finalmente le estaban dando recompensas, a diferencia de los otros enemigos mundiales que había derrotado y no le habían dado estas piedras. Pero no le importó, seguramente esta mazmorra era especial para los desarrolladores y habían puesto premios para animar a los aventureros a conquistarla.

Después de unos días de descanso, Momonga recuperaba sus fuerzas, organizaba sus objetos y se preparaba para enfrentar el siguiente piso. El siguiente piso le resultó muy familiar, ya que era muy parecido al séptimo de Nazarick, el piso creado por Ulbert. La única diferencia era que este piso era más aterrador, con huesos de criaturas desconocidas esparcidos por todas partes, criaturas que Momonga no reconocía. El tercer piso era una representación del infierno, con grandes volcanes que lanzaban lava y parecían consumir toda vida a su paso.

A Momonga le tomó cerca de media hora explorar todo el lugar. Al igual que en los pisos anteriores, no encontró trampas e incluso notó que algunas partes aún estaban por diseñar. Siguió caminando hasta llegar a una especie de cueva, donde por fuera se podía ver lo que parecía ser sangre y varios mensajes demoníacos. A pesar de que aparecieron muchas ventanas indicando peligro, Momonga decidió ignorarlas y continuó caminando.

Cuando Momonga estuvo lo suficientemente cerca, comenzó a escuchar un rugido poderoso y unos segundos después una criatura comenzó a emerger de lo más profundo de la cueva. Un gigantesco dragón había salido. El dragón tenía escamas tan rojas como la sangre, sus largas garras parecían espadas poderosas de nivel divino. Todos sus sentidos le advertían del peligro, lo que tenían frente a ellos fácilmente podría considerarse un mini BOSS, e incluso podría ser mucho más poderoso.

Momonga: Parece que este piso solo tiene un guardián, creo que puedo ganar, pero me va a costar.

Dijo mientras círculos de luz se formaba a su alrededor, iba a atacar con todo e iba aprovechar los pocos segundos que le quedaban.

Momonga: [Maximize Quintuplic ][Caída ]

Un enorme pilar de luz apareció, se expandió en apenas instantes, el impacto fue tan poderoso que la montaña fue destruida y esto provocó que cayeran enormes rocas bajo el cuerpo del dragón.

Momonga: Espero que le haya bajado la menos un poco de HP.

Momonga logró derrotar al dragón y como recompensa obtuvo de nuevo esos cristales," Égida Estelar". Ya tenía muchos de ellos, en total 20 de esos cristales. Estos cristales fueron destinados de inmediato a la bóveda, donde su creación resguardaba todos los tesoros de Nazarick.

Al día siguiente, Momonga se preparó para atacar el siguiente piso. Ahora le tocaba enfrentar el cuarto piso, lo cual lo dejó bastante asombrado. El piso parecía una ciudad grande y hermosa, aunque estaba abandonada.

La ciudad estaba llena de gritos que se escuchaban desde lejos. Miles de espectros se veían, pero cuando Momonga se acercaba, no parecían interesados en atacar, más bien se quedaban en sus sitios sin hacer nada.

Momonga siguió caminando, observando las hermosas casas que conformaban esta ciudad abandonada. Los detalles eran increíbles; se podían ver tiendas abandonadas, teatros abandonados y todo lo que debería haber en una ciudad. Sin embargo, algo no era normal: en el centro de la ciudad había una especie de castillo al estilo medieval. El castillo no parecía haber sido construido, más bien parecía haber caído del cielo, ya que en los extremos se notaban grietas, pero el castillo estaba intacto.

Continuó caminando hasta llegar a la entrada. Después de varios minutos, logró ingresar. Igual que en los otros pisos, no había trampas. Lo único que encontró fueron jaulas y candelabros que brillaban siempre. Las jaulas estaban llenas de huesos de alguna criatura, y también encontró herramientas de tortura, como guillotinas y sillas eléctricas, además de otros objetos para torturar a los vivos. Siguió buscando y recorriendo todos los pasillos, pero no encontró nada más.

Llegó a las puertas que conducían a la sala del trono, las abrieron y dentro encontró un salón oscuro iluminado por antorchas. Siguió caminando hasta que, finalmente, las antorchas que estaban a ambos lados del trono comenzaron a brillar. Se encendían y se apagaban alternadamente hasta que en medio del trono apareció un ser no muerto. Este no muerto se parecía mucho a Momonga, pero la única diferencia era que era mucho más alto, medía 2 metros y medio. Además, llevaba un manto que cubría su espalda y sostenía una guadaña que goteaba sangre infinita.

Momonga miró al no-muerto. Como en los otros pisos, muchas ventanas aparecieron frente a él. Esta vez, no solo decían "peligro", sino advertencias aún más peligrosas.

No-muerto: Soy el Dios no-muerto, Azkharoth, jugador. ¿Me podrías decir tu nombre?

Momonga: Mi nombre es Momonga.

Azkharoth: Mi base de datos me dio el significado de ese nombre. Es un nombre muy patético para alguien que logró la hazaña de llegar al cuarto piso.

Momonga: Una vez me enfrente a alguien que me dijo lo mismo cuando esta vengando a una de mis amigas, y esas fueron sus últimas palabras.

Azkharoth: ¿Últimas? Soy un Dios, mortal. Estoy más allá de los conceptos de la vida. Soy un ser eterno y todo poderoso. ¿Qué probabilidades tenías de vencer a un ser tan poderoso?

Momonga: Soy un jugador diferente, y tal vez el último que veas.

Azkharoth: Eso lo veremos.

El Dios no-muerto dijo mientras se lanzaba a una velocidad increíble, apuntando su guadaña con ambas manos hacia el cuello de Momonga.

Había llegado la noche y Momonga por fin tuvo tiempo de descansar algunas horas, mañana era domingo y solo le tocaba trabajar en la tarde, tuvo mucho tiempo para recuperar fuerzas en estos momentos, dedicarse tanto a Yggdrazil había dañado mucho su vida, pero ya ni le importaba pues quería pasar sus últimos días junto al juego que le devolvió las ganas de vivir.

Había llegado Domingo y Momonga ya había cumplido con sus horas de trabajo, de inmediato salió de su trabajo, corriendo para llegar a su cuarto y pon fin jugar Yggdrazil.

El juego inicio y apareció en la sala del trono, acompañado por Albedo que esta realizando su trabajo como supervisora, estaba revisando cada uno de los pisos y administrando la Tumba, cuando se dio cuenta de la presencia de su señor, simplemente se arrodillo y luego volvió a realizar su trabajo.

Momonga se sentó en el Trono de Reyes y comenzó a revisar las reservas de oro de Nazarick. Había ganado una cantidad increíble de oro; las salas del tesoro estaban completamente llenas, más allá de su capacidad.

Debido a esto, Momonga tuvo que pagar dinero real al juego para poder expandir el área en algunos pisos. Después de varias horas, finalmente había terminado su trabajo. También había hecho su plan y se estaba preparando para atacar los siguientes pisos. Desde el tercer piso, solo había encontrado jefes de piso en solitario, así que era muy probable que del quinto piso para abajo también haya solo un jefe.

Momonga por fin había aparecido en el quinto piso ,no sabía nada de este piso asi que se aventuró a explorarlo , como los otros demás pisos , a este pisos también faltaba completarlo, habías muchas partes en dónde no había nada , solo espacios 3D , siguió caminado hasta llegar lo que parecía ser la entrada de un laberinto , el laberinto estaba hecho de cristales , y espejos , que parecían no terminar , esto podía ser peligroso incluso más peligroso que enfrentarse a un Jefe de piso, le tomaría tiempo , quien sabe cuánto tiempo ,pero lo bueno fue que era tan muy probable que los desarrolladores no hayan terminado el laberinto .

Pasaron las horas y Momonga no encontraba la salida, lamentablemente se le había acabado el tiempo y tenían que ir a trabajar el siguiente día, termino de jugar el juego y de inmediato alisto sus cosas para mañana y empezar a trabajar.

Pasaron las horas y por fin salió había salido de su trabajo y lo primero que hizo fue conectarse a Yggdrazil, se preparó todo lo que podía , y de nuevo fue al laberinto para poder pasarlo, de nuevo no puedo pasarlo y al siguiente día también lo intento , solo que esta vez por fin lo había logrado.

Luego de muchos intentos por fin había salido del laberinto, fue bastante estresante, pero por fin había salido y comenzó a calmarse, Pero solo duró poco tiempo pues un ser se materializo frente a Momonga e hizo que saliera volando con apenas sentir su presencia.

El guardián de este piso tenía un estilo extravagante, como el de un dueño de circo. Estaba bellamente vestido con un pantalón brillante, una casaca formal y una camisa. Además, llevaba una gorra de copa que parecía sacada de los años 80.

El guardián se acercó a Momonga y, con un movimiento de manos, se quitó la gorra y se inclinó hacia adelante.

Guardián: Es un placer conocerte. Por orden de mis creadores, debo derrotarte.

Momonga:" Se parece un poco al actor de Pandora. Tengo el presentimiento de que este tipo es muy peligroso". Supongo que eres más de lo que aparentas.

Dijo Momonga mientras observaba cómo el ser frente a él se deformaba y comenzaba a crear armas con partes de su cuerpo. En cierto sentido, le recordaba al Actor de Pandora, pero este ser era increíblemente más poderoso.

Le costó bastante derrotar al guardián del quinto piso, pero finalmente lo logró. Se sintió aliviado y respiró profundamente. Sin embargo, estar sentado durante mucho tiempo le causó dolor en la espalda y adormecimiento en las piernas.

Como en los pisos anteriores, aprovechó el tiempo que le quedaba antes de enfrentar al siguiente guardián de piso para administrar Nazarick y prepararse para conquistar el siguiente piso.

Por fin había llegado al sexto piso. Y cuando lo vio, se quedó completamente sorprendido.

Llegó a un lugar donde lo único que se podía ver claramente era el pasto que se parecía no tener fin. También vio enormes construcciones muy parecidas a los templos griegos, pero esta vez estaban impecablemente limpias y pintadas con el blanco más puro que jamás había visto. Siguió caminando y se topó con todo tipo de criaturas que corrían libremente por los campos. Miró hacia arriba y se dio cuenta de que no había cielo, en su lugar, directamente podía ver las estrellas.

Le tomo algunas horas por fin encontrar al guardián que descansaba, en medio de que lo parecía ser un trono hecho de mármol blanco, en ese trono estaba una de las criaturas que era el counter perfecto de Momonga

Un Arcángel estaba frente a él, con una venda sobre sus ojos. Llevaba una túnica blanca y tenía brazaletes en las manos que emitían un aura tan brillante que podía dejar ciego a cualquiera que lo mirara. Además, tenía dos enormes alas blancas que llegaban hasta sus pies.

La criatura se levantó de su trono de inmediato y se alzó hacia los cielos. En ese momento, sus músculos se estiraron y su hermosa túnica comenzó a adaptarse a su cuerpo. Lo que antes era una túnica ahora se asemejaba mucho más a una armadura completa de blanco puro, con un zafiro rojo en el pecho.

Esta armadura envió señales de peligro a Momonga y además se parecía a la armadura de un amigo que él apreciaba mucho.

Arcángel: Bienvenido, criatura corrupta. Da gracias porque una criatura divina pondrá fin a tu horrible existencia.

Dijo el Arcángel mientras Momonga escuchaba atentamente. Desde que Momonga comenzó a jugar Yggdrazil, lo primero que le molestó y odió fue la hipocresía de los jugadores, especialmente aquellos que cazaban a heteromorfos siendo ellos mismos heteromorfos.

La mayoría de los jugadores que se dedicaban al PK eran de razas humanas. No les importaba si eran buenas o malas personas; los humanos siempre atacaban a cualquier cosa que no fuera humana. Sin embargo, también había otra raza que hacía lo mismo que los humanos: los ángeles. Aunque eran heteromorfos, aún contribuían a fomentar el odio hacia las demás razas.

Momonga había sido atacado muchas veces, tantas que casi abandonó el juego. Ahora, tenía la oportunidad de vengarse de aquellos seres que se creían superiores y se consideraban cercanos a un Dios.

Momonga: Recuerdo cuando los de tu raza atacaron mi hogar y a mí. Hoy cobrare esa deuda que tienen los de tu raza conmigo.

La batalla duró cerca de 20 minutos y le costó mucho derrotar al Arcángel. Fue el oponente más difícil hasta el momento, ya que poseía magia divina, lo que lo hacía vulnerable.

Sin embargo, el premio que recibió al vencer a esta criatura fue increíble. Se le entregó un objeto mundial, lo cual hizo que se emocionara mucho ya que nunca imaginó conseguir uno en Yggdrazil.

En Yggdrazil, era muy difícil conseguir un objeto mundial; la única manera era derrotar a los Enemigos Mundiales más poderosos o conquistar las mazmorras más peligrosas de Yggdrazil.

Fue un golpe de suerte, ya que el ángel al que se enfrentó no era un Enemigo Mundial, pero tenía el poder de sobra de uno.

Momonga se acercó a recoger el objeto Mundial y de inmediato aparecieron todas las habilidades del objeto mundial. Era una lista increíblemente detallada sobre su uso y especificaciones, así como sus habilidades. Sin embargo, había demasiada información, así que Momonga decidió guardarlo en su dimensión de bolsillo y examinarlo con calma antes de atacar el último piso de la Mazmorra.

Habían pasado dos días y Momonga había llegado al último piso. Cuando llegó al último de los pisos, también se encontró una puerta. Sin embargo, esta puerta hacia que el cuerpo humano de Satoru comenzara a sudar pues había un texto en medio de la puerta, con tan solo leer lo que decía la puerta un miedo comenzó a nacer desde lo más profundo de su ser.

"Aquí yace la última de las calamidades, el ser que pondrá fin a toda la existencia,

el ser que solo traerá destrucción y miseria."

Sin embargo, Momonga aguanto ese miedo y decidió abrir las puertas, cuando las puertas por fin se abrieron.

Se pudo ver algo increíblemente hermoso y a la vez aterrador.

Había un camino retorcido rodeado de ríos de lava hirviente. Miró hacia adelante para ver si podía distinguir el final de esos ríos, pero no pudo. El sendero serpenteante estaba hecho de obsidiana, un metal muy valioso en Yggdrazil. Continuó caminando y se topó con partes de estatuas. Al principio no sabía quiénes eran, pero luego encontró los rostros de las estatuas. Esos rostros mostraban terror, como si hubieran visto algo que nunca debieron presenciar. Estaban llenos de miedo.

Reconoció varias de esas estatuas, ya que muchos de esos rostros se parecían a las estatuas que estaban en ruinas en la ciudad dorada, que se alzaban sobre la mazmorra.

Camino hasta llegar frente a un NPC, el NPC lo están esperando aparentemente, cuando estuvo lo suficientemente cerca, el NPC abrió los ojos, y unas palabras salieron de su boca.

NPC: Bienvenido jugador, eres el primero en llegar al último piso.

Esas fueron las últimas palabras, pues el NPC no se había terminado de configurar. Los desarrolladores nunca imaginaron que alguien llegaría hasta el último piso. Por eso, frente a Momonga, apareció una pantalla con la silueta de un hombre.

Kazuki: Hola de nuevo Momonga y Felicidades, por llegar hasta aquí. La verdad es que nunca pensamos que alguien llegaría a este último piso. No preparamos ninguna recompensa, así que trata de derrotar al Devorador de Mundos.

Dijo mientras comenzaba a desaparecer.

Momonga: Espera, ¿no hay algo que debería saber? ¿Alguna información sobre sus poderes o alguna debilidad para poder derrotarlo?

Kazuki: Ehhhh, no lo creo, que yo sepa, no le pusimos ninguna debilidad al Devorador de Mundos, de hecho, ni siquiera le pusimos un nombre. Nosotros habíamos pensado que la criatura sería despertada casi al final del juego... Ahh, también tengo que decirte que, si no derrotas a la criatura, esta se liberaría y destruiría los otros mundos que quedan. Así que suerte, ahh sí, si es que lo derrotas, no creas que nos olvidaremos de tu hazaña, te recompensaremos muy bien... Bueno, cuídate y suerte.

Esas fueron sus últimas palabras, y cuando terminó de hablar, la pantalla desapareció por completo.

Momonga: Ehhhh, ¿eso es todo?

NPC: ¡Mucha suerte, jugador! Tienes exactamente 2 horas para derrotar a la última calamidad de Yggdrazil. Recuerda que la teletransportación está bloqueada y que una vez ingreses al último piso, es casi imposible escapar de él.

Apenas terminó su mensaje, el NPC desapareció en partículas amarillas a lo largo de todo el piso, apenas había desaparecido por completo un temblor ocurrió, en los siguientes segundos de lo más profundo del mar de lava, se vieron restos de una cabeza, mientras otras partes de un cuerpo también aparecían y desaparecían.

Unos segundos después, una criatura empezó a surgir del suelo. Era enorme y cada vez se podía distinguir mejor su cuerpo. Una pata gigantesca emergió primero, tan grande que parecía del tamaño de un edificio entero. Luego, otra pata apareció, aferrándose a las paredes con fuerza. Después de unos instantes, una cabeza comenzó a asomar. La criatura era tan colosal que sus ojos parecían del tamaño de buses .

Tenía cuernos retorcidos en su cabeza y escamas oscuras que desprendían una aura intimidante y siniestra. A pesar de su terrorífica apariencia, también emanaba una belleza increíble, como si fuera el representante del fin de los tiempos.

Las garras que asomaban de sus extremidades eran afiladas como cuchillas, capaces de destrozar cualquier cosa a su paso. Cada uno de sus movimientos liberaban un aura de destrucción y caos, como si la más grande de las calamidades habría despertado en Yggdrazil.

El ser estaba encadenado, pero en un instante las cadenas se rompieron, liberándolo por completo. La criatura comenzó inmediatamente a rodear el trono que estaba frente a Momonga, acechándolo con furia.

Aunque las tecnologías 3D habían avanzado enormemente, Momonga podía sentir claramente la mirada del Devorador de Mundos perforando su alma. Podía percibir el odio, la maldad y otros sentimientos malignos emanando de esa criatura. Era evidente que los creadores se habían esforzado en darle forma a este ser infernal.

De repente, la criatura empezó a hablar en una lengua incomprensible, unos susurros que helarían la sangre de cualquiera que los escuchara.

En cuestión de segundos, el dragón se lanzó hacia Momonga, dejando una estela de destrucción a su paso. El suelo, serpenteante junto al trono, quedó completamente destrozado, y ambos cayeron hacia un mar de lava ardiente.

La criatura se lanzó con la boca abierta dejando ver sus enormes colmillos. Desde esa boca, Momonga pudo ver un destello dorado, que reconoció como el aliento de dragón.

Durante sus incursiones anteriores, había enfrentado enemigos mundiales que eran dragones. Sabía por experiencia lo devastador que podía ser el aliento de dragón, capaz de derrotar incluso a jugadores de nivel máximo con un solo ataque.

No quería ni siquiera imaginar la potencia del aliento del Devorador de Mundos, así que trató de esquivarlo.

Momonga: [Teletransportación mayor]

Momonga intentó teletransportarse, pero algo falló. No logró alejarse lo suficiente y casi fue alcanzado por el aliento de dragón.

Momonga: Olvidé que la teletransportación estaba bloqueada.

Dijo Momonga mientras aún intentaba alejarse usando [Fly], miró hacia donde se había dirigido el aliento del dragón y vio cómo se había formado una especie de hueco que parecía no tener fin. Las paredes del hueco estaban de un color amarillo, como si lo que hubiera pasado por ahí fuera más poderoso que incluso las llamas del sol.

Luego descendió hasta estar frente al Dragón, pudo ver que de sus dientes salían pequeñas llamas de fuego. Momonga sabía lo que venía, no le dio tiempo de terminar su aliento de dragón, pues de inmediato lanzó uno de sus hechizos de décimo nivel.

Momonga: [Quintuple Maximize Magic] [Reality Slash]

Los dedos de Momonga comenzaron a iluminarse y en tan solo un instante se formaron tres haces de luces que se dirigieron hacia el Dragón. Sin embargo, estos no eran tres haces de luces normales, pues cada hechizo estaba maximizado 5 veces, algo que solo Momonga podía hacer. Un jugador normal podía triplicar la potencia de sus hechizos, eso era lo máximo que se podía potenciar, pero Momonga lo quintuplica, incluso llegó a potenciar sus hechizos de nivel superior.

Los tres haces de luces se dirigieron a gran velocidad hacia el dragón, él se dio cuenta de esto y ni siquiera se esforzó en esquivarlos, pues sabía que no le harían nada.

Los haces de luz impactaron al Devorador de Mundos y por un momento Momonga se alegró, pues pensó que su ataque lo había hecho retroceder un poco. Sin embargo, después de unos instantes, la criatura comenzó a mirar a Momonga. Detuvo su aliento de dragón y unos segundos después, círculos de luz de color rojo inundaron todo el piso. Decenas de círculos con runas arcanas se elevaron hasta el cielo.

Del cielo comenzaron a caer meteoritos, envueltos en fuego. Al tocar la ciudad, arrasaron con todo a su paso. Los meteoritos atravesaron los pisos, destruyendo todo a su paso. El techo del último piso se abrió y de él comenzaron a caer varios meteoritos que impactaron a ambos.

Momonga pudo esquivar uno de los meteoritos porque justo en ese momento se había eliminado el bloqueo dimensional. Uso [Fly] y pudo esquivar el ataque fácilmente.

Momonga: Tengo que salir de aquí. Ese ataque no tiene ningún sentido.

Dijo mientras trataba de elevarse lo más alto que podía y a la vez miraba cómo los meteoritos caían e impactaban al Devorador de Mundos.

Momonga: Esos desarrolladores... Estoy seguro de que ni siquiera le hicieron pruebas y de frente lo integraron al juego.

Pensó Momonga mientras miraba cómo los meteoritos seguían cayendo. El Devorador de Mundos rugía de dolor, parte de sus escamas se rompían y su cuerpo se cubría de heridas ardientes. El suelo temblaba bajo la lluvia de meteoritos, y el Devorador de Mundos retrocedía y rugía más fuerte con cada impacto.

Con el corazón latiendo con fuerza, Momonga seguía ascendiendo. Sabía que debía encontrar una manera de escapar y de planear un contraataque. Su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una solución mientras al caos y la destrucción se desataban a su alrededor.

Cuando finalmente salieron de las profundidades, Momonga se elevó hacia la superficie usando [Fly]. Lo mismo hizo el Devorador de Mundos, que emergió desde las profundidades usando sus gigantescas manos y garras que se aferraban a las rocas. Cuando ambos alcanzaron la superficie, se encontraron con el lugar casi destruido. La antigua ciudad había desaparecido por completo; el cielo estaba rasgado y las nubes dispersas. Los ríos, las plantas y toda forma de vida habían desaparecido en un radio de 2 kilómetros. Era una total destrucción.

Momonga observó esto y comenzó a sudar. Ese ataque podría haberlo derrotado, pero tuvo suerte de que la mazmorra fuera destruida por el ataque y que también se deshiciera el bloqueo dimensional. Miró al ser que tenía frente a él, luego observó la barra de HP que estaba sobre él. El daño que había causado al devorador de mundos era alrededor del 15% de su barra de HP, pero estaba seguro de que ese daño no lo causo su ataque si no el hechizo del devorador de mundos.

Momonga sabía que sus ataques no causarían mucho daño y que su reserva de MP se agotaría antes de que pudiera reducir el HP del dragón a cero.

Y luego de algunos segundos Momonga comenzó a mirar su objeto Mundial.

La historia de su Objeto Mundial era un poco particular, ya que en realidad nunca debió tenerlo. Sin embargo, el día en que él y sus amigos conquistaron Nazarick y a la primera fue un logro lo suficiente como para que los desarrolladores le dieran no solo un Objeto Mundial, sino dos objetos Mundiales. Pero solo al líder del gremio le dieron uno de los objetos Mundiales y el Trono de Reyes lo dieron al Gremio como recompensa por haber conquistado Nazarick.

El día en que recibió este Objeto Mundial, después de aceptarlo, apareció una cantidad absurda de información sobre su uso en su interfaz. En resumen, al parecer aumentaba sus estadísticas, tanto que parecía duplicarlas. Y no solo eso, sino que también servía como potenciador de todos sus hechizos, sin importar de qué tipo fueran; potenciaba cada uno de ellos por 4. Además, le otorgaba una nueva transformación. Esto fue algo sorprendente, pues no imaginó que existiera un Objeto Mundial así.

Sin embargo, su alegría no duró mucho, pues casi al final de las especificaciones, vio que decía que la transformación y todos los beneficios solo duraban 10 minutos. Además, la taza de enfriamiento para que se volviera a usar era de 15 días, y perdería 10 niveles cada vez que lo usaba.

Por un momento se quedó sorprendido, pero luego explotó de ira por las estupideces de los desarrolladores. De nuevo, esos desarrolladores habían creado un Objeto Mundial muy poderoso, pero lo nerfearon por el bien de los demás jugadores.

No tuvo opción así que por primera vez en su vida usaría su objeto mundial.