Episodio 2

-¿Mujer, estás loca?. -Exclamó Ryan, sujetando a Cruz por los hombros y sacudiéndola levemente.

-Es obvio que ha perdido la cabeza. -Añadió Bubba.

Cruz acababa de salir con sus amigos después de haber estado evitándolos, y ninguno de ellos podía creer la noticia. Al principio, estaban convencidos de que se trataba de una confusión de los medios. Pero cuando ella lo confirmó con su propia voz, la incredulidad se apoderó de todo el grupo. ¿La habrían amenazado? ¿Era alguna estrategia de marketing retorcida? ¿O, peor aún, la habrían intercambiado por un alienígena? Las preguntas, absurdas y desesperadas, comenzaron a volar en todas direcciones.

Cruz no pudo evitar reírse ante esas preguntas. Luego, alzó los hombros con una media sonrisa y se justificó.

-Él... no es tan malo.

-¿¡Cómo!?. -Preguntaron todos al unísono, con incredulidad en sus voces.

Ella se mordió la lengua al darse cuenta de lo que acababa de decir. Sabía que ahora comenzarían de nuevo con más preguntas o con comentarios innecesarios.

-Eso no sonó muy convincente. -Habló Aarón mientras la miraba con sospecha.

-¿"No es tan malo"? ¿Te refieres a él o a ser novia de él?. -Preguntó Ryan, arqueando una ceja.

-¿No es lo mismo?. -Añadió Bubba, confundido.

-Vamos, habla, ya no puedes seguir evitándonos. Así que, confiesa de una vez. -Dijo Danny, clavando en ella una mirada penetrante.

-¿Confesar qué?. -Preguntó Cruz, nerviosa, intentando mantener la calma.

-Bien, si la noticia es cierta, ¿cómo pasó? ¿En qué maldito momento surgió el flechazo?. -Preguntó Chasse, señalándola con la cuchara que usaba para comer su helado.

Cruz se tensó. ¿Qué debía inventar ahora?.

-Pues él... un día... se disculpó conmigo y luego, ehm... empezamos a hablar.

-Nunca los he visto hablar. -Soltó Bubba, frunciendo el ceño.

-Olvídate de eso, ¿¡que se disculpó!? ¿Es en serio?. -Aaron la miraba como si hubiera escuchado una locura.

Cruz asintió nerviosamente, mientras las preguntas no cesaban. No sabía hasta cuándo podría seguir improvisando.

-Algo ocultas, Cruz. -Concluyó Danny, Él era muy intuitivo.

-Ya déjenla en paz. -Intervino Tim al final, con un tono protector.

-Pero, Tim... -Protestó Chasse.

-Cruz es una adulta y sabe lo que hace. Si quiere salir con él o con un mendigo, es su decisión.

-El mendigo sería una mejor opción. -Interrumpió Ryan, mientras cruzaba los brazos con indiferencia.

-Gracias, Tim. -Agradeció Cruz con dulzura.

-Bueno, vinimos a distraernos y a celebrar que finalmente alguien nos ha regalado un poco de su tiempo. -Dijo Tim, cambiando de tema y con una sonrisa mientras veía a Cruz.

-¿Storm es celoso?. -Preguntó Bubba, curioso.

-Mmm... no. -Respondió Cruz.

En su lógica, era un "no", ya que él la evitaba o la ignoraba la mayor parte del tiempo.

-Ojalá lo sea, así puedo molestarlo abrazando a Cruz. -Bromeó Ryan, con una sonrisa maliciosa.

Los jóvenes comenzaron a caminar hacia su siguiente destino, cuando Aarón, de repente, habló con emoción.

-¡Miren, un arcade!.

-Hace mucho que no veía uno. -Comentó Danny.

-¿Podemos entrar?. -Preguntó Aarón, con entusiasmo infantil.

-Es una excelente idea. -Añadió Cruz, sonriendo.

-Esperen, creí que íbamos al karaoke. -Intervino Chasse, algo desconcertado.

-Amigo, no, cantas horrible. -Dijo Bubba.

-Oye, tú me dijiste que te gustaba como cantaba.

-Ese no fui yo, fue el tipo que te invitó un trago después.

-Y cómo olvidar que intentó conquistarte. -Añadió Ryan, con tono burlón.

Chasse se frotó el cuello, incómodo.

-Sí, creo que mejor entramos al arcade.

En ese preciso momento, Tim se dio cuenta de que faltaban dos personas en el grupo.

-¿Dónde están Aarón y Cruz?. -Preguntó, mientras miraba a su alrededor.

-Mientras hablaban, ellos entraron. -Respondió Danny, señalando hacia el lugar.

~§~

Era de noche, y Ray avanzaba lentamente por el largo pasillo del centro deportivo, con su mente enfocada en llegar a casa para descansar. Sin embargo, al pasar junto a la sala de entrenamiento, algo lo hizo detenerse. Se giró y, a través de los cristales, distinguió una figura solitaria moviéndose con rapidez y precisión.

-Jackson. -Llamó su mentor desde la puerta.

El chico lo ignoró por completo y continuó con su rutina. Ray, suspirando, dio un paso dentro de la sala.

-¿Me puedes decir qué haces aquí a esta hora?.

-Entrenando, ¿no lo ves?. -Respondió Storm, sin dejar de moverse.

-Por Dios, hombre. ¿No tienes cosas mejores que hacer? ¿Amigos con quién salir? O al menos, ir a tu casa y descansar un poco.

Storm bajó los párpados, viéndolo de forma aburrida.

-Y nada de eso me hace ganar carreras, ¿sabes?.

-Pero al menos es sano. -Replicó Ray, cruzándose de brazos.

-¿Te molesta que esté aquí, Gus? -Dijo Storm con una sonrisa burlona.

Ray bufó al escuchar el apodo, y con una sonrisa en el rostro, decidió molestarlo en respuesta.

-Oye, si no tienes otra cosa que hacer, ¿por qué no sales con Cruz?. -Dijo, con un tono entre sugerente y burlón, mientras levantaba una ceja.

-¿Qué? ¿Para qué?. -Respondió Storm, frunciendo el ceño.

-Pues se supone que es tu novia. Si los ven juntos, pensarán que están en una cita y hará todo más creíble. ¿No?.

-Con que estemos juntos en la pista es más que suficiente. -Añadió Storm, mientras se limpiaba el sudor con una toalla.

-Sí, claro. Estar a un metro de ella, saludarla y luego ignorarla. Es una excelente idea.

-Es más que suficiente. ¿Quieres que la abrace, le tire pétalos y dé saltitos de alegría a su lado?. -Respondió con sarcasmo el joven.

-¿Qué? Jackson, ¿alguna vez has tenido una relación?. -Preguntó Ray, alzando una ceja.

-Pfff... Claro.

-Entonces debes saber que si haces eso, solo quedarás en ridículo.

-¿Ves? Mi estrategia es mejor. -Dijo Storm, con una sonrisa triunfante.

-Al menos Cruz lo intenta.

-Y es muy irritante.

-Tal vez solo necesitas que te dé algunos consejos para...

Storm lo interrumpió, cortante.

-No necesito consejos de un anciano. Sin ofender, claro.

-Creo que hubiera sido más fácil decirle a la prensa que intentaste agredirla, en lugar de admitir que están saliendo. -Ray suspiró, cansado, mientras se sobaba el puente de la nariz. -Ahora, ve a casa, mira una película o juega un videojuego. Yo qué sé.

Storm se fué a casa, se duchó y cenó algo ligero antes de dejarse caer en la cama. Encendió la televisión, pero a los pocos minutos bufó de aburrimiento. Aunque solía disfrutar de la soledad, había momentos en los que deseaba compañía.

Una media sonrisa cruzó su rostro al recordar los días en que iba al arcade. No era amigo de quienes frecuentaban el lugar, pero al menos le hacían plática, y le encantaba que lo adularan.

Apagó la televisión, se puso una chaqueta y decidió salir. Hacía mucho que no iba al arcade, y sería como una práctica. Al llegar, se subió la capucha para no ser reconocido de inmediato y entró con paso relajado.

Él notó que el juego seguía siendo muy popular. Luego, su mirada se desvió a los costados de la pared y una sonrisa se enmarcó en su rostro al ver pósters con su propia imagen en el sitio. No solo era una leyenda ahí, sino una inspiración.

El pecho de Storm se llenó de orgullo mientras su ego se elevaba. Comenzó a caminar hacia las máquinas para jugar un rato, pero algo llamó su atención. Una chica. Y no cualquier chica, era esa odiosa castaña. ¿Qué diablos hacía ella ahí?.

Comenzó a caminar sigilosamente hacia ella para espiarla. ¿Acaso le gustaba lo mismo que a él? Luego, un joven se le acercó y lo reconoció de inmediato.

-¿Treadless?. -Musitó el joven. -¿Están en una cita o qué?.

Tim colocó su mano en el hombro de la joven, quien le respondió con una sonrisa cálida. Se notaba que se estaban divirtiendo, lo que provocó una mueca de disgusto en Storm. Luego vio cómo se unían a un grupo. "Maravilloso, esos zoquetes de la pista también están aquí", pensó.

-Será mejor que me vaya a casa. -Musitó para sí mismo.

Comenzó a caminar rápido, pero de repente chocó con alguien, haciéndolo caer al suelo accidentalmente y revelando su identidad cuando la capucha se le cayó de la cabeza. El sujeto con el que chocó le extendió la mano para ayudarlo, pero Storm la ignoró. Al levantarse, escuchó que alguien mencionaba su nombre. Automáticamente se puso tenso al pensar que alguno de sus rivales lo había reconocido.

-¡Hey, Storm! Vaya, es increíble verte aquí. ¿Cuánto tiempo ha pasado?.

Storm se relajó y esbozó una sonrisa al reconocer a uno de los jóvenes que solían adularlo.

-¿Vienes a jugar?. -Preguntó el joven.

-Emm... en realidad no. Solo pasé a ver cómo estaba el lugar. Ya me voy.

-¿Qué? ¡No puedes irte sin jugar!

-Será otro día.

-Vamos, hombre, solo un juego.

La insistencia del chico empezaba a irritarlo.

-Es tarde. Tengo que irme.

-¡Oh, vamos!.

El pelinegro intentó salir, pero el joven, emocionado, gritó para animar a Storm a jugar.

-¡Hey, chicos, la leyenda está aquí!

Storm intentó taparle la boca, pero ya era demasiado tarde; varias personas se habían arremolinado a su alrededor.

-¿Esto te anima?. -Preguntó el joven con una sonrisa.

La multitud lo rodeaba, felicitándolo y tratando de tocarlo. Storm comenzó a retroceder con una sonrisa nerviosa. Por un lado, el reconocimiento era gratificante, pero por otro, se volvía abrumador.

-¡Es Storm, increíble! -Gritaban. -¡Danos una demostración de tus habilidades! ¡Una foto, por favor! Eres leyenda, ¡Eres increíble, hombre! ¡Danos un consejo! ¡Dame tu número de teléfono! -Las voces lo rodeaban, todas al mismo tiempo.

-Esto no es como lo recordaba. -Murmuró Storm, sintiéndose asfixiado por el exceso de atención.

De pronto, sintió cómo lo jalaban y vio cómo varias personas se interponían entre la multitud y él.

-Disculpen, pero nos tenemos que ir. -Dijo Danny.

-Si quieren, pueden tomarme fotos a mí -Agregó Ryan con una sonrisa.

-Yo puedo darles algunos consejos. -Añadió Aaron, animado.

Tim lo había jalado bruscamente, y luego fue Cruz quien lo tomó de la mano para sacarlo del lugar. Ella caminaba delante de él, guiándolo a un sitio seguro.

Mientras la seguía, Storm no podía dejar de pensar en su expresión. ¿Era genuina su preocupación o solo estaba actuando? La duda lo carcomía, y una parte de él creía que lo ayudaba solo por lástima y esa idea lo enfurecía. Ya a unas cuadras del lugar, Cruz se acercó al pelinegro.

-¿Estás bien?. -Le preguntó suavemente y con un tono preocupado.

Storm solo la observó en silencio, sin responder. Su mente aún estaba atrapada en sus propios pensamientos. Solo reaccionó cuando Cruz tomó su rostro entre sus manos, examinándolo más de cerca.

-¿Estás bien?, ¿Necesitas ir al hospital?.

La proximidad de sus ojos color chocolate lo sorprendió, y, algo incómodo, respondió.

-¿Qué? No. Y aléjate un poco.

Tim observaba la escena con atención. Storm se mostraba frío y grosero, lo que lo llevó a deducir que todo era una farsa y que, en realidad, no eran una pareja en absoluto.

-Cruz, él está bien. Vámonos.

Tim se acercó a la castaña y, con delicadeza, le tomó el hombro, intentando llevarla con él. Storm, sintiendo de nuevo esa incómoda sensación de irritación, reaccionó rápidamente y le tomó la mano, deteniéndola.

-¿A dónde vas?.

-Regresaremos al arcade con nuestros amigos. -Mencionó Tim.

-Le pregunté a ella, no a ti.

-Si estás bien, haré exactamente lo que dijo Tim. -Respondió Cruz con calma.

-Yo lo veo bien. Ahora, ¿puedes soltarla? -Intervino Tim, impaciente.

Storm bajó la mirada, ¿en qué momento la había retenido? Luego la soltó, mirando a Tim con molestia antes de volver la vista hacia ella. Esa maldita expresión de preocupación en su rostro lo irritaba profundamente. Con un suspiro de frustración, se dio media vuelta y comenzó a caminar.

-Es un grosero, al menos debió darte las gracias. -Añadió Tim, molesto.

-Supongo que aún se siente mal. Tal vez debería acompañarlo.

-Que se sienta mal no es excusa para ser un grosero. -Mencionó, girando a Cruz para que quedaran frente a frente. Luego, con suavidad, le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja. -Ya, no te preocupes por él. Vamos de regreso con los chicos y sigamos disfrutando de la noche.

Ella, sin embargo, seguía mirando en la dirección en la que Storm había desaparecido. Tim, notó su distracción y la tomó por los hombros.

-Cruz, deja de fingir. Sé que ustedes no tienen ninguna relación, me lo acaban de confirmar. Ahora, sé sincera conmigo, ¿Lo de ustedes es por algún acuerdo?.

Ella bajó la mirada.

-No voy a indagar el porqué, no te preocupes. Pero te advierto, si ese tipo intenta hacerte daño, no dudaré en golpearlo.

-Gracias. Créeme, aunque quisiera hacerme algo, no podría. Ya lo he puesto en su lugar antes, y sé cómo manejarlo. -Mencionó Cruz, vanagloriándose.

-¿De verdad? Vaya, esa historia me interesa. -Dijo, con una sonrisa divertida en el rostro.

Ambos comenzaron a caminar y conversar para ir de regreso con sus amigos, mientras Storm permanecía a la distancia observándolos. Él siempre había considerado a Tim un idiota, inferior, y por lo general le daba igual. Pero esa noche algo hizo detestarlo, aunque no lograba entender el motivo. Respiró profundamente y decidió regresar a casa para descansar. Pero no pudo conciliar el sueño. Algo lo estaba molestando y era el hecho de que ella lo hubiera ayudado una vez más. Sentirse en deuda le resultaba insoportable, y eso era lo que más odiaba.

~§~

El fin de semana había llegado, y con él, una nueva carrera que prometía adrenalina y velocidad.

Ese día, Storm tenía algo más en su mente que solo ganar la carrera. Llevaba días debatiendo internamente, dándole vueltas a la idea de si debía agradecerle a esa castaña molesta. Tal vez, de esa manera, lograría deshacerse de esa extraña sensación que lo perseguía.

Después de todo el ajetreo del día el joven esperó el momento adecuado para acercarse a ella. Respiró hondo, intentando calmar el nudo que sentía en el estómago y caminó hacia ella, esforzándose por que sus pasos transmitieran seguridad.

-Hey.

Cruz se sorprendió al verlo.

-Storm... -Respondió ella, algo confundida.

Él bajó la mirada por un segundo, como si calculara sus palabras.

-Solo quería... -Al chico realmente le costaba trabajo continuar. Expresar gratitud sincera nunca había sido su fuerte, y mucho menos hacia alguien con quien compartía una rivalidad constante. Se sobó el cuello con nerviosismo, buscando las palabras, pero antes de que pudiera retomar el hilo, Cruz lo interrumpió.

-¿Te sientes bien?

-Sí. ¿Por qué?

-Porque me estás hablando. -Respondió ella, con una mezcla de sorpresa y diversión.

-¿Y?

-Sueles ignorarme, aunque se supone que tenemos "algo". -Respondió Cruz, haciendo comillas en el aire al decir la última palabra.

-Bien, sí, he sido muy grosero. Lo siento.

Cruz parpadeó un par de veces, asimilando lo que acababa de oír.

-¿Te estás disculpando?

-¿Acaso eres lenta?

-En realidad, soy más rápida que tú. -Respondió Cruz, esbozando una sonrisa divertida.

-Qué graciosa. Pero es más gracioso ver tu lindo rostro cuando pierdes contra mí.

-Pues hoy no te di el gusto.

Storm rió suavemente, sin poder evitar disfrutar de su respuesta.

-Confía en mí, no estaré fuera del primer lugar por mucho tiempo.

-¿Te está molestando?. -Interrumpió Tim.

Ambos voltearon hacia el joven.

-No, para nada, todo está bien.

Ella le dedicó una cálida sonrisa, y el rostro de Tim se suavizó mientras sus ojos se iluminaban con ternura. Al darse cuenta de esto, Storm entendió que ambos se gustaban. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro mientras jalaba a Cruz para abrazarla.

-¿Qué?. -Exclamó Cruz, sorprendida, mientras Tim fruncía el ceño.

-Gracias, Treadless. -Dijo Storm con cinismo. -Pero solo estaba invitando a mi linda novia a una cita.

Tim apretó la mandíbula y lo miró con recelo, mientras Storm disfrutaba visiblemente de la situación. Cruz, por su parte, abrió los ojos en forma de sorpresa y lo vio extrañada. Luego, tomándolo de la mano, lo jaló para que pudieran hablar en privado.

-Bien, ¿por qué estás actuando así y por qué de repente me invitas a salir?.

-En primer lugar, noté que solo tú pones de tu parte, lo cual es injusto. Y en segundo lugar, es una forma de disculparme y agradecerte por todo lo que has hecho.

-Eso es muy amable de tu parte.

-Lo sé. También noté que no tengo tu número, así que deberías dármelo para acordar fecha y hora.

-Está bien.

Ambos intercambiaron números. Cruz estaba a punto de regresar con Tim para esclarecer las cosas, cuando Storm la sujetó de la mano.

-¿Qué pasa?

-No pases mucho tiempo con él. La prensa podría malinterpretar las cosas. No quiero preguntas tontas sobre nuestra relación.

Dicho eso, él se retiró, dejando a Cruz confundida por su comentario. Desde hacía un mes, la prensa no dejaba de preguntarle si su relación era real, especialmente porque él siempre se mostraba tan distante. Ella solía justificarlo diciendo que ambos eran simplemente profesionales.

Luego, Tim se acercó e interrumpió sus pensamientos.

-¿Está todo bien?. -Preguntó, notando su expresión.

-Sí, solo que fue un poco raro.

-¿Raro? ¿En qué sentido?.

-El me invitó a salir.

-¿Y aceptaste salir con él?.

-Le dije que sí, porque se supone...

-Sí, ya sé, están en una relación. Pero no me agrada que de la noche a la mañana haya decidido cambiar.

-Me dijo que era más bien como una disculpa y una forma de agradecerme.

-Solo ten cuidado, no confío en él.

-Te entiendo, lo tendré en cuenta. Nos vemos luego, Tim.

-Hey, Cruz.

La chica volteó a verlo.

-La próxima semana, si gano, me debes una ida al cine.

-Olvídalo, porque cuando gane yo, me llevarás a almorzar.

-¿Alguien está apostando aquí?. -Intervino Chasse con una sonrisa traviesa. -Si yo gano, quiero que ambos me lleven a la feria y me compren un algodón de azúcar.

-Es un trato. -Le respondió Cruz, riéndose.

-Eres un metiche. -Añadió Tim, sonriendo divertido.