Parte 2

Cruz había llegado al departamento de Storm, aún se preguntaba si era buena idea entrar, después de dudar un poco respiró profundo, sonrió y se dio ánimos a si misma.

-¡Vamos Cruz!, eres una mujer de palabra, ¡tu puedes!, intentemos romper esa barrera de la rivalidad y formemos una amistad. -Su sonrisa se desvaneció. -¡Ay!, a quién engaño no le agrado, esto será muy incómodo, sólo espero sea rápido.

Ella tocó el timbre y balanceo un poco el cuerpo mientras esperaba a que le abriesen. Storm abrió, se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados y la vio de pies a cabeza. Ella llevaba puesto un pantalón negro, una camisa un poco ancha de hombro caído con manga larga en color burdeos y zapatillas deportivas negras.

-¡Vaya!, me sorprende que estés aquí.

Ella saludó amigablemente, pasó aún lado del chico y colocó la bolsa que traía en la barra de la cocina.

-¡Yo siempre cumplo!. -Sonrió con orgullo.

Storm se acercó a la bolsa y vio en el interior de ella -¿Por qué traes comida lista?. Eso es trampa Ramírez.

-¿En serio creíste que cocinaría?. Y no, no es trampa, tú elegiste la locación y la comida, mi deber era pagar por ello y eso hice.

Storm la vio con fastidio e hizo una mueca, después ambos quedaron en silencio por varios minutos. Cruz se aclaró la garganta e intentó romper ese silencio incómodo.

-¿Entrenas mañana?.

-No. -Respondió en forma seca.

Ella se apoyó en la barra de la cocina mientras miraba a Storm ir a la alacena en busca de la vajilla.

¿Por qué era tan complicado ese hombre?, ¿por qué no cooperaba?, talvez si la odiaba y ella sólo estaba forzando algo que no era posible.

Comenzó a sacar la comida de la bolsa, acomodando todo en la barra de la cocina. Abrió un recipiente de comida, tomó una pequeña tira de zanahoria y la remojó en una salsa. Si no hablaba al menos podría comer algo de lo que llevó.

Storm se acercó a la barra para asentar la vajilla, luego volteó el rostro para inspeccionar lo que hacia la chica, ella lo notó y le ofreció amablemente de lo que comía.

-Está muy bueno, ¿Quieres?.

Lo tomó de la mano de Cruz y lo probó. Unas cuantas masticadas y sintió que se le iba el aire, comenzó a toser, necesitaba agua, rápidamente ubicó una botella de agua, la abrió y la tomó de golpe.

-¿Me quieres matar?. ¿Qué es ésto? -Dijo molesto y recobrando el aliento.

-Una zanahoria con salsa de mango y habanero, ¿qué?, ¿nunca la has probado?.

Storm la vio con disgusto y mencionó. -¡No puedo confiar en ti!.

Cruz al escuchar eso, respondió en forma divertida. -Me rompes el corazón, yo confiaría en ti.

-¡Esa es una gran patraña!.

-¡Oye!, ¡yo sí confiaría en ti!.

-¿En serio?.

-Si. -Dijo con firmeza.

Storm mencionó con una sonrisa maliciosa. -Bien, entonces cierra los ojos.

-¿Qué?.

-¿No dijiste qué confiabas en mi?, demuéstralo y cierra los ojos.

Ella cerró los ojos. mintió, no confiaba en él, pero quiso darle el beneficio de la duda. Ella estaba nerviosa, talvez porque esperaba una treta por parte del chico.

Storm se acercó por la espalda de la chica, la tomó de los hombros y sintió como se tensaba, por su parte Cruz recibió un agradable escalofrío que le recorrió toda la espina dorsal al sentir esos labios rozando su piel y unos cuantos besos húmedos en su hombro desnudo.

Cuando el chico comenzó acercarse al cuello, ella se separó y volteó bruscamente para encararlo.

-¡Oye!, ¿qué haces?.

Él solo le sonrió de manera pícara.

-Recordando el sabor de tu piel, me gustaría continuar con lo de aquella noche.

-¿A que te refieres?. -Preguntó nerviosa, sonrojada y con su corazón latiendo fuertemente. Recordaba vagamente lo que hizo.

-Dijiste que soy adorable, lindo y guapo. -Sonrió de manera burlona. -Luego me besaste y lamentablemente rompiste el encanto al salir corriendo al baño.

-¡No me lo recuerdes!. -Dijo de manera abochornada y molesta. -Es muy... vergonzoso.

Storm sonreía en forma sacarrona mientras Cruz frunció el ceño, Ese hombre se estaba burlando y poniendo su paciencia al límite.

-Deja de humillarme, ¿acaso te parece divertido?.

-Admito que me estoy divirtiendo.

Cruz cerró los ojos y se masajeo el puente de la nariz.

-¡Oye!, ¿en serio no te caigo bien?.

El no respondió y sólo se limitó a verla.

-¡Bien!, ¡bien!. Ya entendí, no te agrado. -Se acercó a Storm y con su dedo índice le picó el pecho en modo de reclamo. -Que seamos rivales no significa que no podamos ser... compañeros, colegas, conocidos, porque dudo que quieras que seamos amigos.

-¿La niña está molesta?, deberías pensar en ser una linda nube esponjosa.

-¿Por qué eres tan molesto?.

-¿Yo?, ¡yo, no soy molesto!, tú y tu estúpido equipo son molestos.

Ella se acercó a encararlo, estaba realmente enfadada.

-Yo y mi estúpido equipo te pateamos el trasero la mayoría de las veces. ¿Sabes qué?, en cada carrera te daré batalla y no te daré oportunidad de ganar, si aún piensas que no pertenezco a la pista, te equivocas y te lo seguiré demostrando. ¡No te tengo miedo Storm!.

-¡Y eso me encanta de ti!.

En un momento la jaló hacía sí y la beso. Cruz abrió los ojos en forma de sorpresa, estaba atónita, ¿la estaba besando?, ¿no la odiaba?, y lo peor era que ella estaba correspondiendo a ese beso. Cuando se separaron Storm añadió.

-No me desagradas en lo absoluto.

El corazón de Cruz latía muy rápido, tenía muy cerca a ese chico, estaba tan cerca, que pudo admirar esos hermosos ojos grises con una combinación de azul.

-Storm, yo...

-Cruz, dime por mi nombre. -Él le acarició la mejilla delicadamente.

Esa caricia le erizó la piel a Cruz, deseaba más de su contacto. ¡Al diablo todo!, pensó, y le devolvió el beso de manera torpe.

Él cortó el beso, la levantó de las caderas para poder subirla a la barra de la cocina, le quitó esa blusa que no le hacía justicia a su bella figura y comenzó a besar su cuello con fervor, para luego ir descendiendo hasta su escote.

-¡Ahmm!, ¡Jackson!.

Bajó a su vientre dejando leves mordidas y besos húmedos en todo el camino. Cuando llegó al pantalón de la chica subió la mirada para encontrarse con esos ojos color chocolate que denotaban duda. Subió hasta el rostro sonrojado de Cruz y le dijo de manera tierna.

-No te voy a obligar a nada, si quieres que me detenga, lo haré.

Todo le parecía tan surreal y rápido. Ella lo veía atentamente, sabía que no debería involucrarse con su rival, pero deseaba más de él, así que acunó sus manos en el rostro del chico y le dio un beso tierno, se separó de él y le sonrió calidamente mientras lo veía fijamente. Esperaba haber aclarado su duda con ese beso.

Él sonrió y le devolvió el beso, al principio suave y al final de manera demandante. Se separó de sus labios, la vio fijamente y añadió.

-En este momento somos, tú y yo, sin competencias, ni rivalidades.

Al terminar la frase atacó el cuello de la chica haciendo que suelte un dulce gemido y que se aferre a él abrazándolo. Cruz estaba disfrutando de esos maravillosos labios en su piel y de esas apasionadas caricias.

Storm comenzó a jugar con la parte posterior del sostén para desabrocharlo, estaba ancioso por admirar y proclamar suyo esos montículos delicados. Todo iba bien hasta que el móvil de la chica sonó, haciendo que ambos se sobresalten.

Cruz bufó conocía esa tonada, ella misma se la había puesto para saber si debía o no responder a la llamada.

Él la miró de manera molesta, al ver que la chica tomaba entre su mano el móvil.

-¿En serio responderás?.

Ella bajó la mirada en forma apenada para luego responder, mientras que Storm hizo una mueca de disgusto y maldijo en voz baja.

-Hola, sr. McQueen.

-¡Hola, Cruz!, se que debes estar ocupada y no quiero aprovecharme de ti, pero Sally fue a la ciudad para resolver algunos pendientes, Mate hizo el favor de llevarla y al parecer ¡OLVIDÓ QUE DEBÍA ESPERARLA!. -Mencionó eso último molesto, al parecer Mate se encontraba cerca para escuchar ese reclamo. -Así que si no es mucha molestia ¿podría quedarse contigo?, y ya que vienes mañana a Radiator Springs ¿podrían venir juntas?.

-Si, claro, no es ninguna molestia.

-Te escucho agitada, ¿estás entrenando?. -Cruz había quedado roja y sólo se limitó a responder con un si, esperando a que terminará esa llamada.

-¡Oye, Cruz!, deberías estar descansando, no quiero que te desgastes físicamente. ¿Por qué no disfrutas de alguna otra actividad?.

Storm al escuchar eso mencionó en voz baja. -Buena idea, cuelga. -Le lamió entre el pecho y le apretó los muslos, luego la vio con un gesto coqueto. Ella soltó un quejido y lo fulminó con la mirada.

-¿Estás bien?. -Se escuchó por el auricular.

-Si, estoy bien. Hablaré con Sally para ponernos de acuerdo.

-Te lo agradezco mucho, por cierto todos están muy contentos porque regresas. Flo mencionó que hará especialmente para ti...

Storm perdió la paciencia y le arrebató el móvil a la chica.

-¡Maldición Rayo!, ¡ella está ocupada!.

Él colgó, dejando a Cruz con el rostro horrorizado.

-¿Estás loco?.

-Habla demasiado. -Se limitó a decir.

Se quedaron en silencio unos minutos, hasta que Storm habló.

-Debes irte.

La ayudó a bajarse de la barra de la cocina y le dio la blusa que se encontraba en el piso.

El corazón de Cruz dio un vuelco, si el suceso después de la fiesta fue incómodo ahora sería peor. Se colocó la blusa y bajó la mirada para ocultar su vergüenza y decepción.

-No creas que por esto, seré gentil contigo en la pista, no tendré piedad de ti, eres mi rival y te destrozaré.

Ella sonrió, era algo parecido a lo que le había dicho antes. Esa estúpida arrogancia y competitividad, le gustaba.

-Pero fuera de ella podría ser otra cosa. Eso si tú quieres. -La vio en forma seductora y esbozo una sonrisa. -Si no te vas ahora, te aseguro que no te dejaré llegar mañana a tu destino.

Cruz tomó sus pertenecías, camino hacia la puerta, se acomodó el cabello detrás de la oreja y volteó a ver con una sonrisa al chico antes de salir del lugar.

-¡Maldición!, ¿por qué me fijé en ella?. -El chico gruñó y golpeó la superficie más cercana con su puño.

Él siempre consideró que Cruz y su tonto equipo eran ridículos y latosos.

La detestaba, no deseaba para nada cruzar palabra o tener contacto alguno, pero Cruz siempre se esforzaba por sonreírle y saludarlo, aún después de lo que le hizo en las 500 de Florida. Después de que volvió de su suspensión y le ganará, ella sólo se limitó a decirle con una sonrisa.

-"¡Oh, vamos Storm!, ganar no lo es todo, también hay que divertirse en el proceso, ¿no crees?, ¡Felicidades por la victoria!".

¿Por qué no estaba molesta?, quería verla abatida y devastada, eso le dio en su orgullo. Pronto se dio cuenta que era la única persona aparte de su equipo que le sonreía y hablaba sinceramente, el resto de sus compañeros sólo convivían con él por compromiso.

El día que se dio cuenta que realmente le gustaba, fue en esa fiesta cuando Cruz se pasó de copas, estuvo cuidando de ella desde lejos y en el momento en que alguien quiso pasarse de listo aprovechándose de su estado, él intervino, no dejaría que nadie le ponga las manos sucias.

El beso y lo que sucedió en esa habitación ese día, sólo le hizo pensar que talvez pudiese haber una oportunidad. Y para confirmarlo ideó un plan para estar a solas con ella de nuevo. ¿Quién diría que su plan saldría bien?.