Parte 3

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene Lemon.

Habían llegado al departamento en el que se estaba quedando Cruz. En todo el camino Sally estuvo hablando muy animadamente, pero Cruz parecía no haber escuchado nada, estaba perdida en sus propios pensamientos.

-¡Y así es como descuartizaremos su cuerpo y lo enterraremos en Radiator Springs!, ¡nadie sospechará de nosotras!. -Afirmó Sally.

-¡Eso se escucha divertido!. -Comentó Cruz mientras abría la puerta.

-Cruz acabo de planear un asesinato y aceptaste participar. -Sonrió divertida su amiga.

-¿Qué?. -Abrió grande los ojos.

-¡Oye!, ¿qué pasa?, he estado hablando desde que me recogiste y no has prestado nada de atención.

-Disculpa, solo pienso en cosas sin importancia.

-¿Sin importancia?, acaso es ¿sobre tu cena con Storm?.

-¿Qué?, ¡Pfff!, no... -Rió torpemente y luego habló apenada. -Si, tienes razón.

-Te escucho, pero antes, ¿ya cenaste?, por que yo muero de hambre.

Cruz había quedado roja al recordar que fue por una cena y que al final estuvo apuntó de ser el mismísimo plato fuerte.

Sally sonrió. -¿Por qué te haz sonrojado?, ¿en que piensas?, anda cuéntame.

La chica intentó evitar el tema. -¿Por qué no me pediste detenernos en algún lugar para comprar comida?.

-Lo hice, pero me ignoraste, ahora no desvíes la plática y cuéntame.

-¡Bien!. ¿Recuerdas la apuesta?, pues, hoy fui al departamento de Jackson.

-¡Vaya!, ¿ahora le dices por su nombre?, esta plática se pondrá buena, ¿me dejas pedir algo para cenar y en el tiempo de espera me cuentas?.

-¿Puedes pedirme algo?, yo tampoco he cenado.

-¡Espera!, fuiste a su casa porque pagarías una apuesta, que se supone era una cena, ¿y no cenaste?. -Vio a Cruz y mencionó. -¡Oh, por dios!, ¿discutieron y todo terminó mal?.

-Bueno, si. Discutimos pero... ¡Oye!, y ¿si pedimos algo primero?, igual muero de hambre. Je, je.

-Pediré algo que llegue rápido, pero terminando la llamada me contarás todo.

Cruz se sentó en el sillón y suspiró.

-¡Listo!, en 20 minutos llega. Ahora si, tienes toda mi atención. -y tomó asiento a lado de la chica.

La castaña se aclaró la garganta y comenzó hablar.

-Pues, al principio tenía duda de entrar a su departamento, sin embargo tomé valor y pasé, intenté platicar y ser amable, pero, ¡arrg!... él es tan complicado y no cooperaba. Sí, discutimos porqué el muy idiota se mofaba de mí, me hizo perder la paciencia y lo encare, le dije algunas cosas y le aclaré que no le tengo miedo, después de eso él... me besó... -Se tocó los labios y sonrió al recordar ese momento. -Aún no sé por que le correspondí ese beso.

-¿¡Le correspondiste!?, y ¿luego?. -Preguntó con curiosidad.

Cruz quedó roja y bajo la mirada un poco avergonzada. -Las cosas se pusieron más intensas y en un minuto ya no traía mi blusa.

-¡Wow!. Esto se pone bueno. ¡Continúa!.

-No hicimos nada. El Sr. McQueen me habló y contesté. ¡Ahí murió todo!.

-¡Oh, vaya!, es por mi culpa que no hubo final feliz.

-¿Final feliz?. ¡Sally esto no es un cuento de hadas!.

A Sally le encantaba lo distraída e inocente que solía ser la castaña.

-No me entendiste cariño. -Estaba apunto de explicarle cuando sonó el timbre, se levantó y fue abrir la puerta.

El repartidor había llegado con la cena. Cruz fue ayudar metiendo la comida, mientras la ojiazul pagaba.

-¿Tienes cambio?. -Gritó desde la puerta Sally.

-Ahora reviso. -Fue en busca de su bolso tipo mochila para tomar su cartera, pero no se encontraba ahí, buscó por todos lados, ¿en dónde la había dejado?. Comenzó a repasar su día para recordar en que momento pudo haberse perdido, no la había usado hasta que pagó la cena de la apuesta y la metió en la misma bolsa de la comida. Se agarró la frente y puso cara de preocupación. ¿Por qué fue tan perezosa y no la metió en su bolso?.

-¡Diantres!, dejé la cartera y es obvio que la necesito. -Mencionó con voz trémula.

-Al final no necesité el cambio. ¡Oye!, ¿qué sucede?, ¿por qué tienes esa cara?.

-Porqué... olvidé mi cartera en... su departamento.

-¿Hablas de Storm?.

-Si.

-Bien, ve por ella.

-¡Estás loca!, no volveré ahí, pensará que estoy desesperada.

-Y ¿no estás desesperada por recuperar tu cartera?.

Confirmó con la cabeza y quedo roja, sabía lo que podría pasar si volvía.

-Cenemos y luego podrás ir por ella.

~§~

Ahí estaba de nuevo esperando a que le abran, se encontraba muy nerviosa, tanto que sentía que las manos le sudaban.

Cuando Storm abrió, no pudo evitar sonreír, en cambio Cruz pasó sin verlo al rostro, se sentía muy apenada. Fue directo a la barra de la cocina donde recordaba haber dejado la bolsa que tenía su cartera.

Él la siguió con la mirada, entendía el porque pasó sin verlo, no iba a presionarla, pero notó algo en su hombro descubierto, un tirante de encaje con olanes de color negro. Eso no estaba ahí antes y sonrió para si.
Con ese descubrimiento decidió que quería jugar de nuevo, esta vez no se le escaparía.

Se le acercó por la espalda y habló con una voz suave. -¿Encontraste lo que buscabas?.

Cruz no respondió, él jugo con los olanes del tirante, mientras acariciaba un poco de esa tersa piel.

-Sabes, me gusta el encaje, ¡es sexy!.

La chica se erizó y paró en seco, se subió la tela del hombro e intentó buscar desesperadamente la cartera, hasta que porfin la visualizó y la tomó.

-Encontré lo que quería. Gracias, debo irme.

La acorralo entre la barra de la cocina y su cuerpo para luego verla directo a los ojos con lascivia.

-Te dejé ir una vez conejita y volviste a la cueva del lobo.

Ella lo vio en forma tímida, su corazón latía violentamente y las piernas le temblaban. Storm bajo una de sus manos para tomarla de la cintura y acercarla a su cuerpo, como no protestaba acercó sus labios a su oreja, comenzó a besar y morder su lóbulo. Cruz dejó escapar de sus labios una placentera queja.

Depósito besos en su quijada y luego bajo a su cuello, se separó un poco y comenzó a levantar la tela de la blusa sólo para encontrarse con un corset bralette tipo princesa de encaje en color negro. La vio incrédulo, acaso ¿lo planeó?, ahora más que nada quería dejarla sólo en ropa interior. Le quitó la blusa, atacó sus labios y le desabrocho el pantalón, para luego bajarlo con ayuda de ella. Soltó sus labios solo para admirar esa lencería sexy que hacía resaltar sus curvas.

Cruz estaba tan avergonzada, era la primera vez que se ponía algo así, en realidad ni siquiera era de ella, Sally se lo dio, lo acababa de comprar, aún se preguntaba como la convenció para usarlo.

Storm se iba a divertir quitándole la lencería de a poco, se encontraba muy excitado pero primero la iba a torturar, haría que ella misma le pida que la haga suya. La levantó y cargó tipo nupcial.

-Te llevaré a un lugar más cómodo.

Estando en el cuarto la sentó en la cama, se quitó la camisa y la tiró al piso, se arrodilló frente a ella e hizo que separe las piernas para comenzar a deslizar su lengua sobre su piel, chupando porciones delicadas y dándole mordizcos que dejaban marcas leves entre sus muslos internos, mientras rozaba por momentos su intimidad. De la boca de Cruz solo salían suspiros y suaves gemidos placenteros.

Las manos del chico viajaron hasta su pecho para poder quitarle ese fino corsé que era amarrado por unas tiras en la parte de enfrente. Su emoción era identica a la que siente un niño al desenvolver un regalo anhelado en navidad. Cuando logró desamarrarlo por completo, ella misma se lo quitó.

Él la empujó a la cama, se colocó sobre ella y comenzó a lamer, morder y amamantar esos montículos delicados, haciendo que Cruz cierre los ojos y jadeo ante la placentera sensación de esos labios recorrer sus senos.

Una de sus manos bajo hacía su intimidad, comenzó acariciar sobre su hendidura, sintiendo la humedad acumulada sobre el encaje negro de sus bragas, por momentos presionaba y hacía fricción sobre esa sensible perlita.

-Mmm... Jackson...

Sentía su intimidad palpitar y su corazón latir con rapidez, no aguantaba más, lo necesitaba.

-¡Maldición!, ¿qué esperas para hacerme tuya de una buena vez?. -Se tapó la boca y pensó en ¿por qué siempre tenía que avergonzarse así misma?.

El chico levantó su rostro y sonrió divertido. -Estaba esperando a que me lo pidas. -Se quitó el resto de la ropa y le retiró las bragas a Cruz.

Alineó su miembro en la entrada de la chica y lo introdujo lentamente disfrutando de como esa cavidad femenina lo recibía gustosamente. Ella soltó un gemido al sentir esa larga y gruesa longitud invadir su sexo.

Comenzó un vaivén lento en sus caderas, para luego aumentar el ritmo de las embestidas, dando golpes certeros en ese punto que la hizo gritar de placer.

-¡Ahhh!, ¡cielos!, ¡Jackson!, ¡Ah!.

Envolvió sus piernas en las caderas del chico para sentir más de él, una de sus manos fue directo a esa espalda masculina para repartir caricias y con la otra enredó sus dedos en el cabello del chico mientras él besaba su cuello con pasión, el placer era exquisito y más cuando las embestidas aumentaron de intensidad y velocidad.

Cruz comenzó a respirar en forma corta y superficial, sentía un escalofrío recorrerle la columna y un temblor violento en el cuerpo, se aferró desesperadamente al chico, arqueo involuntariamente la espalda y le clavó las uñas en los omóplatos cuando culminó y gritó de Júbilo.

Él detuvo el ritmo de sus empujes para dejarla descansar, se acercó a su oreja y susurró palabras dulces haciendo que ella sonría mientras intentaba regular su respiración. Después se incorporó para apreciar esa hermosa figura femenina, tal y como lo imaginó, era exquisita.

-No sabes como deseaba tenerte así.

La castaña se sonrojó y sonrió mientras él entrelazaba sus dedos con los de ella, admiró esa hermosa mirada color chocolate y luego esos carnosos labios seductores que lo invitaban a devorarlos, la besó dulcemente y los mordió en forma juguetona.

La chica volteó el rostro como juego para que deje de besarla y él aprovecho para bajar a su cuello, ahí comenzó a rozar su nariz para deleitarse con su fascinante aroma.

-Me encanta tu fragancia.

Al terminar esa frase atacó el cuello de la fémina, dejando besos húmedos, leves mordiscos y uno que otro chupeton que no podría ocultar al día siguiente.

Se introdujo de nuevo en ella para ir en parsimonia en sus empujes.

-Jackson más rápido, porfavor.

Él sonrió, acomodó las piernas de la chica sobre sus hombros y comenzó arremeter con ímpetu contra ella haciendo que se escuche el golpeteo de la cabecera de la cama contra la pared.

Cruz se mordió el labio inferior intentando acallar sus gemidos, pero fue inevitable.

-¡Ahhh!, ¡Por dios, Jackson!, ¡Ahm!, espera...

Sus pechos rebotaban por los fuertes empujones y de nuevo sentía ese calor en su vientre.

-¿Esto te gusta?.

-¡Oh, si!, ¡si!. -Respondió agitada y jadeante. -¡Más!, ¡por favor!, ¡más! -Estaba disfrutando de esa contacto íntimo.

Las embestidas eran profundas y placenteras para ella, escuchar el choque de sus pieles y el sonido resbaladizo de su lubricación salir y entrar en repetidas ocasiones, era tan excitante y glorioso, que en poco tiempo de nuevo sintió tocar el cielo.

Cuando ella se repuso, Storm le pidió que se volteé y que levanté ese hermoso trasero, le apretó las caderas y se introdujo en una estocada para comenzar a embestirla de nuevo.

Tenerla en esa posición lo excitaba demasiado, no sabía cuanto más iba a durar con esa exquisita escena. Disfrutaba de ver como se hacían uno,
ella bañada en sudor, con la piel marcada y pidiendo más de él.

Ella gritaba, jadeaba y gemia descontroladamente por tanto placer.

-¡Ahh, si, Jackson!, ¡ahí!, ¡más!, ¡por favor!, ¡ah!, ¡ah!, ¡más!.

La chica apretó con más fuerza las sábanas de la cama al sentir estar muy cerca de su anhelado orgasmo.

Storm apretó más la piel de las caderas de la castaña para dar unas últimas embestidas y poder llegar a su climax. En un momento ambos gritaron y sintieron ese exquisito placer recorrerles el cuerpo, ahora sus esencias estaban combinadas.

Los dos terminaron demasiado agitados y acostados en la cama, ella con el cuerpo boca abajo, pero el rostro hacia un lado y él acostado boca arriba.

Stomr se volteó hacia ella para tomarla de la cintura y depositarle un beso en el hombro mientras Cruz intentaba controlar su respiración.

-¡Eso fue estupendo!. -Lo había dicho inconscientemente.

El comenzó a reir, luego recordó algo importante, ¡no uso un preservativo!. Estaba tan caliente en ese momento que no pensó con cordura y no le importo usar un maldito preservativo.

-¡Maldición!. -Se levantó de golpe.

Cruz se incorporó en la cama y vio el rostro pálido de Storm.

-¿Qué pasa?.

La vio con asombro, ¿acaso no lo noto?. -No usamos protección.

Abrió los ojos en forma de sorpresa y también palideció. No lo había notado, en ese momento tampoco le importó, estaba cegada por el placer.

-Te compraré una pastilla mañana. Lo siento. -Y la ayudó a limpiarse.

Ahora ella pensaba en que sucedería, ¿debía irse?, nunca había estado en esa situación. Storm se acercó y como si haya leído su mente mencionó.

-Quédate conmigo.

Ella sonrió y él le depósito un beso en los labios, después se acomodaron en la cama. Cruz aún no podía creer lo que había pasado, fue algo inesperado hasta cierto punto, pero no se arrepentía, enarcó en su rostro una rebosante sonrisa, ronroneo de felicidad y se acomodó en ese cómodo pecho. Ella disfrutaba de escuchar el palpitar del corazón del chico mientras las llemas de sus dedos rozaban ese abdomen bien trabajado.

-Espera... me haces cosquillas. -La detuvo tomándole de la mano.

-Je, je, lo siento.

-Además de que sólo me provocarás el querer hacerte mía de nuevo.

-¿Ah, si?, no me molestaría.

Subió hasta el rostro de Storm, le sonrió en forma pícara y le depósito un beso lento. Él acarició su cuerpo con suavidad y pensó en cuanto le gustaba esa mujer.

~§~

A la mañana siguiente, Cruz se despertó un poco adolorida, bajó la mirada y vio como Storm dormía boca abajo aún lado suyo, abrazando su cintura, intentó removerse del agarre, pero sólo hizo que le abrazara la cintura más fuerte y que pegase más su rostro a su piel.

Le acarició el cabello de manera dulce y escuchó como se formaba un ronroneo en él, al notar eso ella rió por lo bajo.

-Cruz sigue durmiendo.

-Jackson deja que me levante.

Se escuchó un quejido de protesta, levantó el rostro para verla y la abrazo más fuerte.

-Eres muy cómoda.

Ella lo pellizco y el chico protesto.

-¡Ouch!, ¡oye!.

Cruz se levantó, se estiró un poco y mencionó. -Me duele el cuerpo, necesito un baño de agua caliente para relajar los músculos. -Y comenzó a caminar.

-¿Es una invitación?. -La vio de manera pícara.

La castaña detuvo su andar y lo volteó a ver con una mirada seductora.

-Talvez.

Storm no lo pensó dos veces, se levantó de volada de la cama y fue tras esa tentadora mujer.